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- Javiera Aguirre
- Shanaya Ibaca
Mineras.
I
Introducción
Chile es conocido por ser un país con muchos depósitos minerales tanto en
elementos metálicos como no metálicos. La minería metálica en el país
históricamente ha comprendido la exploración y explotación de depósitos tipo
Cobre (Cu), Oro (Au), Molibdeno (Mo), Hierro (Fe) y Plata (Ag).
En Chile, debido a la extensión de las franjas metalogénicas, es que se han
subdividido en sub-franjas metalogénicas con características más específicas y
edades aún más acotadas.
La zona de estudio se ubica entre la III y IV Región de Chile, entre los 28°34’ y
31°48’ latitud Sur (Figura 1), extendiéndose a lo largo de la Cordillera Principal
por aproximadamente 400 km, tomando como referencia el depósito El Morro
(Cu-Au-Mo) por el norte y el yacimiento Los Pelambres (Cu-Mo) por el sur.
Dentro de esta área se reconocen depósitos minerales emplazados en rocas
Cretácico Paleógeno, distribuidos en dos franjas metalogénicas principales, las
más antigua la franja Eoceno-Oligoceno ubicada en la zona occidental del área,
la cual alberga depósitos tipo pórfido Cu-Mo y Cu-Mo-Au; y la franja Miocena,
ubicada en la zona oriental, albergando principalmente depósitos tipo epitermal
(alta sulfidización) de Au-Ag/Cu y pórfidos de Au-Cu/Au/Cu-Mo.
Figura 1: Mapa de la zona de estudio entre la III y IV Región de Chile,
indicando la distribución de los depósitos minerales más importantes y sus
edades
En Chile estos depósitos están asociados a un margen continental activo con
subducción de corteza oceánica bajo corteza continental, lo que conlleva un
amplio magmatismo de composición predominantemente calco-alcalino. La
existencia de un margen convergente es una condición necesaria, pero no
suficiente, para contribuir a la génesis de los grandes depósitos minerales.
También existen otros factores importantes que favorecen la continuidad y
similitud composicional entre un depósito y otro.
La génesis de los depósitos comprendidos entre El Morro y Los Pelambres está
asociada a una disminución en el ángulo que se produce en la zona de
subducción de la placa de Nazca y la Sudamericana, fenómeno conocido como
subducción plana o Flat-Slab, el cual ha estado afectado a esta zona desde el
Mioceno medio-tardío al reciente. Por lo mismo, para entender la distribución
de los depósitos y la disposición entre las franjas, es necesario conocer la
distribución espacial, temporal y mineralógica de los depósitos además de
entender la evolución tectónica y magmática que afecta a la zona de interés.
La importancia que posee la zona estudio está en el quiebre en la continuidad
metalogénica de los commodities. De acuerdo a la distribución de los depósitos
y de los yacimientos conocidos es que se puede observar que los pórfidos de
Cu/Cu-Mo poseen una distribución continua a lo largo de la Sub-Franja El
Morro y en el límite sur, en donde se encuentra la Franja Mioceno-Plioceno
(mina Los Pelambres), mientras que los pórfidos Cu-Au/Au-Cu están asociados
a la Franja Mioceno y a un pequeño lineamiento de orientación WNW que se
genera al sur de Combarbalá y al norte de Illapel en donde se alinean los
depósitos de Cu-Au (El Espino, Llahuín, Andrea y Altar) (Figura 2).
Figura 2: Distribución de los depósitos minerales obtenidos de datos de
Codelco en la zona de estudio comprendidos entre los 28° y 31° S. En cuanto a
la simbología los principales a distinguir son los epitermales (o) y pórfidos (+),
los colores se encuentran asignados según la asociación mineral (Cu, Cu-Mo,
Cu-Mo-Au, Cu-Au, Au-Cu, entre otros). Mapa modificado de las Franjas
metalogénicas (Codelco, 2017), confeccionado por Camila de la Rivera
HIPOTESIS
De acuerdo con la configuración actual de las franjas metalogénicas, Sub-
Franja El Inca y Sub-Franja El Morro, se proponen tres modelos básicos para
entender las posibles disposiciones y distribuciones entre las franjas de edades
Oligoceno y Mioceno en base a la distribución de los depósitos conocidos
(Figura 3). Los modelos propuestos son: a) Una “transición” normal de los
depósitos hacia el este coincidente con la migración del arco volcánico en el
mismo sentido. b) Un “acuñamiento” de la Franja Mioceno hacia la Franja
Oligoceno o viceversa generado por un control tectónico o litológico. c)
“Traslape” entre depósitos correspondiente a distintas franjas controlado por
eventos tectónicos y/o magmáticos.