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Mc. 4. 1-2 Lc. 8.

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1 Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. 2 Una gran multitud se reunió junto a
él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la
costa. 3 Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas.

La parábola del sembrador


3Mc. 4. 3-9 Lc. 8. 5-8
3 Lesdecía: «El sembrador salió a sembrar. 4 Al esparcir las semillas, algunas cayeron al
borde del camino y los pájaros las comieron. 

Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata
lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del
camino. 20 

5 Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida,
porque la tierra era poco profunda; 6 pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de
raíz, se secaron. 

El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la


acepta en seguida con alegría, 21 pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en
cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra,
inmediatamente sucumbe. 

7 Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. 

22 Elque recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las
preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar
fruto. 23 

8 Otrascayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. 9 ¡El
que tenga oídos, que oiga!».

Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende.


Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno».
El Sembrador Pero a poco de brotar, estas plantas se
Salió muy temprano un sembrador murieron.
tirando semillas en derredor Los abrojos las cubrieron con su manto
estaba la tierra sedienta de amor vegetal.
y el surco esperando el precioso don. Cuando ya parecía que no había más
semillas dispuestas a germinar, unas
¡Qué ilusión!, ¡Qué ilusión!, ¡Qué ilusión! hojas verdes se vieron brotar, en la tierra
Que tenía el sembrador. más fértil de aquel lugar.
El quería ver crecer la flor
y después el fruto madurando al sol. ¡Qué ilusión!, ¡Qué ilusión!, ¡Qué
ilusión!
Pero el grano que cayó
a la orilla del camino Con profunda raíz estas plantas
tuvo muy triste destino germinaron y con su verdor pintaron,
un gorrión se lo comió. aquel suelo cual tapiz.

Otras semillas fueron a dar Como premio de color a esa tierra


a las duras piedras de un pedregal generosa surgen flores tan hermosas,
allí a la sombra pudieron brotar que deslumbra su esplendor.
y éstas sí parecían que podían triunfar.
Y esta bella historia no acaba aquí,
¡Qué ilusión!, ¡Qué ilusión!, ¡Qué lo mejor todavía lo tienes que oír
ilusión! pues salieron frutos por cientos o mil,
y aquel sembrador cosechó muy feliz.
Pero cuando el sol salió esas plantas se
secaron
Sin raíz no soportaron, el calor de la
aflicción.

Más aún quedan granos en un lugar,


donde hay abrojos sin arrancar
allí las semillas pudieron brotar,
y esta vez parece que fruto darán.

¡Qué ilusión!, ¡Qué ilusión!, ¡Qué


ilusión!

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