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demuestran la mayoria de los Estados que por ende son democriticos. En tal sentido cabe mencionar que: Cuando Ia autoridad, rebasando su competencia, oprime a los ciudadanos, éstos no deben rehuir las exigencias objetivas del bien comin; les es licito, sin embargo. defender sus derechos y los de sus conciudadanos contra el abuso de tal autoridad, guardando los limites que sefiala la ley natural y evangélica!™® De igual manera que supondriamos que una ley es justa, como aquella que pretende obligar a un determinado sector de una sociedad a hacer uso de las armas y en una situacién exigencia como la que se menciona, es evidente que la misma justicia ha de mostrar también respeto ante la conciencia que firmemente se niega a realizar tales actos. La constitucion pastoral nos hace un llamado a no asumir una actitud de rechazo irracional a la legislacion establecida, sino a ser responsables y asumir una actitud personal, como fruto de la responsabilidad que uno adquiere ante los actos humanos que lleva a cabo. En lo adelante a esta constitucién pastoral la OdC adquirira un grado de crecimiento en cuanto al tema de la sensibilidad cultural, que luego se identificara en el documento del II Sinodo de los Obispos sobre /a justicia en el mundo: «Los conflictos entre las naciones no se resuelven a través de la guerra, sino que se deben encontrar para ellos otras soluciones, mas conforme a la naturaleza humana. Ademés, se debe favorecer la estrategia de la no violencia, y las naciones individualmente deben reconocer y regular mediante las leyes la OdC»'®. Es en Ultima instancia una llamada a tomar consideracion especial del estado permanente e inmutable de la conciencia humana. 3.2.1. La enciclica Evangelium Vitae: origen y motivacién Las situaciones relacionadas a la vida humana, lo que compete a su defensa y promocién no es una cuestién puramente individual, sino que conllevan una clara dimensién cultural, que, a pesar de los adelantos cientificos, manifiestan nuevas caracteristicas que, en varios casos, en vez de estar al servicio de la vida, atentan contra ella. Estudiando la enciclica EV se puede descubrir que el abordar el tema del valor y caracter de inviolabilidad de la vida humana se efectita desde una mirada de connotacién cultural. «En efecto, la enciclica comienza y termina el tratamiento de una cuestion moral, 8 GS, 74 ___ ' Pau AGULLES SIMO, La objecién de conciencia farmacéutica en Espafa, Edizioni Universita della Santa Croce, Roma 2006, 180. como es el aborto y ta eutanasia, con una aproximacion desde la culturan!” En primer capitulo de la BV nos podemos encontrar eon an pran nuevas caracteristicas que en el ambito cultural ame el cuarto capitulo salen cultura de la vida'”! andilisis de las wnazan la vida humana y en a relucir aquellas linews de accion que generan la nueva El surgimiento de leyes que tienen como intencién particular convertir en derecho aquello que es de por si es un delito, vulnerando el primero y fundamental de los derechos, que es de la vida, se encuentra de manera intimamente relacionada con un argumento cultural que se caracteriza por un “relativismo ético”. ico que caracteriza aspectos de la cultura contemporinea. No falta quien considera este relativismo como una condicidn de la democracia, ya que s6lo él garantizaria la tolerancia, el respeto reciproco entre las personas y la adhesin a las decisiones de la mayoria, mientras que las normas morales, consideradas objetivas. vinculantes, Hevarian al autoritarismo y a la intolerancia!”? Existen unas posturas culturales que el papa Juan Pablo II menciona, que son originarias de las leyes que estén en contra de la vida. Por ejemplo, hace referencia a una “légica proporcionalista o de puro calculo”, es decir, aquella que considera la vida como un “bien relativo”, sosteniendo que de manera exclusiva «quien se encuentra en esa situacin concreta y estd personalmente afectado puede hacer una ponderacién justa de los bienes en juego; en consecuencia, sdlo él podria juzgar la moralidad de su decisién»'”. Se puede entonces observar el peligro de esta postura, en el sentido de que seria el Estado quien, buscando la armonia social, tendria la obligacién de respetar esta decision, llegando de manera tajante a admitir el aborto y la eutanasia. Otro peligro que puede darse es también el de un “minimalismo ético” que no es més que aquellos que propician que la ley civil no tiene la autoridad de exigir que cada uno de los ciudadanos viva en concordancia con un nivel de moralidad que esté por encima que el que ellos mismos como ciudadanos admiten y comparten, es decir, que, «la ley deberia siempre manifestar la "7 Jorge Nicolis LAFFERRIERE, «Evangelium vitae: su valor y vigencia ante los desafios legislativos sobre la vida» en Vida y Etica 6/2 (2005) 123 "BI papa Juan Pablo If acufia el término “cultura de la vida” y lo propone como un horizonte que puede aunar no s6lo a los cristianos sino a todos los hombres de buena voluntad. ™ BV.70 1 Jorge Nicolés LAFFERRIERE, «Evangelium vitae», 26. 87 opinion y la voluntad de la mayoria de los ciudadanos y reconocerles también, al menos en ciertos casos extremos, el derecho al aborto y a la eutanasian!™ El papa califica una tiltima postura a la cual cataloga como la mas radical de todas y es la que postula que en una sociedad moderna y caracterizada por el pluralismo, se debe reconocer a cada persona una autonomia plena disponiendo de su propia vida y de la vida del que atin no nace, por lo tanto, «no corresponderia a la ley elegir entre las diversas opciones morales y, menos aun, pretender imponer una opcién particular en detrimento de las demas»!”’ Uno de los desafios mas importantes de nuestro tiempo es sin lugar a duda, el de la cultura de la vida. Ademas de las innumerables violencias, de las guerras y de todo aquello que exprese oposici6n a la vida, como es el caso de los homicidios de cualquier tipo, los genocidios, el aborto, la eutanasia e incluso el suicidio voluntario, trasgreden la vida misma. Cada dia vemos como crece vertiginosamente esta situacién y de manera especial lo podemos constatar en el crecimiento cientifico y tecnolégico que en muchas de sus acciones se manifiestan nuevas formas de agresi6n contra la dignidad del ser humano. Esto provoca una nueva profundizacién en el modo de entender la vida y en las relaciones que se dan entre las personas. A todo esto, debemos tutelar constantemente la proteccién de la vida y de la dignidad humana. Es indudable que la vida humana es un bien sagrado el cual es necesario siempre custodiar, defender y promover sin que exista bajo ningiin concepto su violacién. Es atinada poderosamente la idea expresada por el papa Juan Pablo II en la EV: «La vida del hombre proviene de Dios, es su don, su imagen ¢ impronta, participacién de su soplo vital. Por tanto, Dios es el tinico sefior de esta vida: el hombre no puede disponer de ella»'’*. El hombre no puede disponer a fuerza de voluntad de su propia vida de la cual no es “propietario absoluto”, sino que, al contrario, es quién esta llamado a custodiarla en nombre de Dios. La administracién de esta vida ha de hacerse responsablemente, haciendo referencia siempre al Creador, quien es la fuente de este don que se recibe. Por lo tanto, la vida es un valor supremo en la cual «la manitestacion de la vida fisica humana constituye para el hombre un bien fundamental » primario, en cuanto ésta es condicion de posibilidad para la realizacion de todos los otros bienes de la persona»! Otro elemento que exige la sacralidad ' EV, 68. "5 [hid., 68. 1 Ibid, 39. 177 Maurizio CALIPARI, «Teologia de la vida en Evangelium Vit mnnky49 tae» en Vida y ética 6/2 RS de la vida humana es tambien la inviolabilidad de esta, que se encuentra inserita en la conciencia de cada persona de forma inherente. La eneielica acentiia las verdades que provienen del Evangelio de la 4a, sobre cireunstancias humanas que estan en situaciones delicadas como son: la generacion, la enfermedad y el sufrimiento, la muerte. Ofreciéndonos tambien aquellas actitudes fundamentales que debemos tomar ante la vida como el respeto y el cuidado, el don, la acogida y la solidaridad. En este sentido se puede atirmar que lo que se quiere plantear con estas actitudes fundamentales no es mas que precisar que «la conciencia de que los preceptos monales necesitan ser precedidos y contextualizados por el anuncio evangélico de un signiticado nuevo, que atraviesa y renueva al ser humano»!78, 3.2.1.1. Exigencia ética fimdamental En su orientacién sobre la cultura de la vida, la enciclica no pretende otra cosa que dar realce a una de las dimensiones éticas mas preponderante del Evangelio como lo es el mensaje de la vida. Ha de tenerse en cuenta que sdlo desde una perspectiva antropolégica que no busque reducir y fragmentar el respeto que se debe dar a la vida humana y, con la apertura a la trascendencia, se entiende claramente el por qué nos preguntamos seriamente sobre el sentido de la vida misma. «Al perder el sentido de Dios, también tendemos a perder el sentido del hombre, de su dignidad y su vida»'?. La enciclica quiere mostrarnos claramente que la verdad sobre la vida humana, sin excepcién alguna, sdlo puede ser confirmada de manera adecuada en la coherencia del misterio cristiano, es decir, en la persona, la palabra y la vida de Jess. Una regla de oro que debemos sostener sobre la vida humana es que nunca puede ser usada como si fuera un bien instrumental (de manera negativa), ésta ha de tener su valor en si misma (de manera positiva). Podriamos hacer el anilisis de este enunciado anterior por medio de dos formas esenciales: «a) respetar o valorar la dignidad de la vida humana exige salvaguardar su identidad corporal; y b) respetar la vida humana es afirmar que nunca puede ser tratada como medio»'*", La persona humana es intrinsecamente un bien que no es relativo a ninguna otra forma, es decir, es un bien en si mismo, por lo tanto, la vida no puede ser utilizada como medio para llegar a emplearse como un algo. La "8 [bid., 45 "EVI, "® Augusto SARMIENTO, «El respeto a la dignidad personal de la vida humana, exigencia ética fundamental» en Scripta Theologica 28/3 (1996) 770. 89 persona por la naturaleza que le constituye no puede ni debe ser utilizada como algo meramente instrumental. La base fundamental y trascendental de la dignidad humana tiene su cimiento y raiz, en la magnifica accién creadora de Dios que impregna el alma individual a cada ser humano. Por lo tanto, siempre que se atente o se amenace la vida, no son sdlo actos en contra de la persona como tal, sino también contra el Creador. La dignidad humana es la garante por excelencia que asegura que la persona no sea utilizada como un objeto, ni manipulada en los casos en donde se busque un fin externo a ella. Nunea sera justa la lesién de la dignidad de la persona, tanto en su dimensién espiritual como en su componente corporal, para alcanzar una mejora del bienestar social, una mayor calidad de vida, el perfeccionamiento de la especie humana, o cualquier otra finalidad externa a la propia persona. La persona, la vida humana no son bienes de los que los demas pueden “disponel corresponde determinar quién debe vivir o morir!*!. a nadie Una realidad que debemos seguir reiterando es que la propuesta de la EV sobre la vida es tomada e iluminada desde el Evangelio mismo. En medio de los grandes desafios que se nos presentan y que menoscaban la vida, se hace evidente fortificar la defensa de la vida humana. Si observamos también en el Ambito de la tecnologia es cierto que viene cargada de nuevas y sofisticadas formas de atentados contra la vida; pero més atin, a pesar de esto, es mucho més peligrosa la cultura con la que éstos atentados se quieren perpetrar. Existe un criterio ético a tomar en cuenta en las intervenciones técnicas sobre el hombre y es el respeto de la dignidad de cada persona. También existe un criterio ético elemental que es tratar siempre al ser humano como un fin. Por ejemplo, en este sentido la enciclica har referencia al tema del aborto y de la eutanasia y nos dird que: Una de las caracteristicas propias de los atentados actuales contra la vida humana consiste en la tendencia a exigir su legitimacién juridica, como si fuesen derechos que el Estado, al menos en ciertas condiciones, debe reconocer a los ciudadanos y, por consiguiente, la tendencia a pretender su realizaci6n con la asistencia segura y gratuita de médicos y agentes sanitarios'*. En este sentido la EV contrarresta aquellos argumentos que se plantean a favor de legitimar estas practicas deteniéndose de manera especial en el derecho a utilizar para ello la OdC. Siendo asi que este conflicto se estudia en el marco de la relaci6n entre ley civil y la ley moral. "8 [bid., 773. IDE 68,

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