Está en la página 1de 4

Detrás de la máscara

Andrea Tamez

Todos los humanos somos diferentes, pero aun teniendo esto en cuenta nos llegamos a

sentir fuera de lugar. Sea el color de piel, clase económica, forma de ser, gustos, la mayoría

ha llegado a sufrir burlas o juicio por alguno de esos aspectos. Algunos aprenden a vivir

con sus diferencias, a que no les importe lo que los demás digan, pero otros viven con el

miedo constante de ser si mismos por la preocupación del que dirán. Es inevitable que las

palabras de externos nos afecten, por lo que es importante que todos nos aceptemos a

nosotros mismos y aprender que no somos los únicos viviendo por primera vez.

Los humanos naturalmente le tenemos miedo a lo que es diferente, al cambio de rutina,

y ser diferentes también asusta a los que están a nuestro alrededor. Cuando no conocemos

algo hacemos un juicio antes de darnos el tiempo de saber que hay mas allá de lo que

vemos por fuera; por mas que digamos que no debemos juzgar un libro por su portada, es

humano hacerlo en automático. Pero todos tenemos la capacidad de aprender a vivir con

nuestras diferencias, a dejar de pensar en los demás antes de lo que nos hace a nosotros

únicos.

En La metamorfosis, la familia de Gregorio lo trataba diferente al darse cuenta de que

era un insecto: “El padre cerró el puño con expresión amenazadora, como si quisiera

empujar de nuevo a Gregorio a su habitación, miró inseguro a su alrededor por el cuarto de

estar, después se tapó los ojos con las manos y lloró de tal forma que su robusto pecho se

estremecía por el llanto.” (Franz Kafka, 1915, p.10). Al momento de ver a Gregorio su
mamá se desmayó, su papá lo despreció, Gregorio ya estaba tranquilo a comparación de

como despertó, pero toda su familia con justa razón tuvo el susto de sus vidas.

En Turning Red, los prejuicios no vienen tanto de las personas alrededor de Mei,

vienen de sí misma, al instante en que se vio al espejo no quiso pensar que en realidad se

había convertido en un panda rojo, desesperadamente buscaba una forma de despertar de lo

que creía era un sueño, se veía a si misma como un monstruo. Tuvo la fortuna de que sus

amigas la aceptaron sin ella tener que explicar su situación, y su mamá, que ya había

pasado por lo mismo, tranquilamente le explicó que es lo que le estaba pasando.

Cuando algo en nuestra vida cambia tenemos nuevas preocupaciones, nuevas metas,

o al contrario, en ocasiones estamos tan envueltos en cosas que ponemos como prioridad

antes que a nosotros que no nos damos cuenta de que uno mismo se está viendo afectado

por alguna circunstancia. Este es el caso de La metamorfosis “Eran las seis y media y las

manecillas seguían tranquilamente hacia delante, ya había pasado incluso la media, eran ya

casi las menos cuarto. << ¿Es que no habría sonado el despertador?>>.” (Franz Kafka,

1915, p.3). A pesar de que Gregorio ya había visto y sentido el cambio radical que tuvo su

cuerpo seguía pensando en su trabajo, en llegar a traer el sustento de su hogar. Todos sus

esfuerzos por moverse de su cama no fueron para sí mismo, sus intentos fueron por su

familia, por su trabajo, no importaba que tan incomodo se estuviese sintiendo con sus

patitas o su caparazón, el no era su prioridad.

Mei, siendo una niña de 13 años, descubrió que su banda de chicos favorita estaría

en su ciudad, y junto con sus amigas decidieron que irían a su primer concierto juntas. Sin

embargo, el aspecto de panda rojo salía cuando expresaba emociones fuertes, por lo que su

mamá no quería que tomase ese riesgo de exponerse. Mei no hizo caso a esto y al contrario,
utilizó su cambio de imagen para recaudar dinero para ir al concierto, descubrió que sus

compañeros darían lo que sea por ver al panda. Mei decidió ponerse a ella y a sus metas

antes que los limites que su mamá le pusiese, y no dejo que el cambio repentino en su vida

se convirtiera en una desventaja,

Para vivir una vida plena debemos hacer lo más difícil, aceptarnos a nosotros

mismos, ya que si no somos los primeros en hacerlo nadie más lo hará. Gregorio desde un

principio puso sus diferencias de lado, no las aceptó, las ignoró, pero su familia no pudo

vivir con esto. “Pronto descubrió que ya no se podía mover. No se extrañó por ello, más

bien le parecía antinatural que, hasta ahora, hubiera podido moverse con esas patitas. Por lo

demás se sentía relativamente a gusto.” (Franz Kafka, 1915, p.33). Tras haber vivido abuso,

negligencia, y repudio por parte de su familia, Gregorio pudo morir en su cuerpo al que ya

se había acostumbrado, y sintió tranquilidad cuando esto finalmente pasó.

Mei tenía la oportunidad de librarse de que la bestia saliera cada que una emoción

fuerte surgiera, por medio de un ritual, pero ella misma decidió no hacerlo. Ella desde que

aprendió a regularlo quiso vivir con ello, no tenía miedo, y tenía una fuente de apoyo

fuerte, solo le hacía falta que su mamá estuviese de acuerdo con su decisión. Tras demostrar

su inteligencia emocional y que el que dirán de los demás no serían una barrera para que

siguiera adelante su mamá finalmente vio lo que Mei sabía que era, una niña, hija y amiga

ejemplar.

Toda nuestra vida estará llena de cosas diferentes, ya sean experiencias, personas,

lugares, mismas que pueden cambiar nuestro rumbo completamente. Las cosas más

pequeñas pueden hacer que cambie tu perspectiva sobre el universo, como también algo

grande puede no tener un cambio significativo. Esto es porque todos somos diferentes,
lidiamos con nuestros problemas como nos funciona mejor, aceptamos y rechazamos

oportunidades, las personas van y vienen, pero al final del camino siempre seremos un

individuo único, que también fue capaz de cambiar la vida de al menos una persona.

REFERENCIAS
Franz Kafka. 1915. La metamorfosis.
Domee Shi. 2022. Turning Red

Catalina Arancibia Durán. (2016, April 27). La metamorfosis de Franz Kafka: resumen y

análisis. Cultura Genial; Cultura Genial. https://www.culturagenial.com/es/libro-la-

metamorfosis-de-franz-kafka

También podría gustarte