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El décimo álbum de estudio de Scorpions, Savage Amusement, publicado en 1988, estuvo marcado por conflictos internos durante su grabación, incluyendo la presión por repetir el éxito de su álbum anterior y la imposición de elementos de glam metal. La principal disputa fue entre la banda y el productor Dieter Dierks sobre el sonido del álbum, aunque finalmente la banda siguió trabajando con él. A pesar de las reseñas mixtas de la crítica, el álbum logró buenas posiciones
El décimo álbum de estudio de Scorpions, Savage Amusement, publicado en 1988, estuvo marcado por conflictos internos durante su grabación, incluyendo la presión por repetir el éxito de su álbum anterior y la imposición de elementos de glam metal. La principal disputa fue entre la banda y el productor Dieter Dierks sobre el sonido del álbum, aunque finalmente la banda siguió trabajando con él. A pesar de las reseñas mixtas de la crítica, el álbum logró buenas posiciones
El décimo álbum de estudio de Scorpions, Savage Amusement, publicado en 1988, estuvo marcado por conflictos internos durante su grabación, incluyendo la presión por repetir el éxito de su álbum anterior y la imposición de elementos de glam metal. La principal disputa fue entre la banda y el productor Dieter Dierks sobre el sonido del álbum, aunque finalmente la banda siguió trabajando con él. A pesar de las reseñas mixtas de la crítica, el álbum logró buenas posiciones
es el décimo álbum de estudio de la banda alemana de hard
rock y heavy metal Scorpions, publicado en 1988 por los sellos Harvest/EMI para Europa y por Mercury Records para los Estados Unidos. Su grabación estuvo marcada por conflictos internos, como la presión por repetir el éxito de Love at First Sting de 1984 y la imposición por parte de su management y PolyGram —empresa matriz del sello Mercury— de incorporar elementos del glam metal, subgénero del metal que imperaba en el mercado estadounidense. Sin embargo, la principal disputa ocurrió entre la banda y Dieter Dierks, ya que el productor quería replicar el sonido del álbum Hysteria de Def Leppard, plagado de efectos de estudio y digitalización. Si bien la banda no estaba de acuerdo, siguió trabajando con el productor sabiendo de antemano que esta sería su última colaboración. Los desacuerdos entre los músicos y Dierks atrasó todo el proceso, así que su grabación tomó alrededor de dos años y medio. Algunos de los músicos no quedaron conformes con la tecnología empleada, porque consideraron que el álbum sonaba «rígido». A su vez, el acercamiento hacia el glam metal se reflejó en el estilo de composición, puesto que las canciones estaban «llenas de clichés y música forzada». Una vez que salió al mercado, recibió reseñas mixtas por parte de la crítica especializada; algunos medios lo destacaron como una buena continuación de Love at First Sting, mientras que otros lo consideraron una decepción y sobreproducido, pero con algunos buenos momentos. A pesar de aquello, logró buenas posiciones en las listas musicales de varios países: por ejemplo, entró entre los diez álbumes más vendidos en los recuentos de Alemania, Estados Unidos, Noruega, Suecia y Suiza, mientras que en Finlandia llegó hasta el primer lugar. Asimismo, recibió varias certificaciones de disco de oro y platino.