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INGRESO

HISTORIA ARGENTINA
(MATERIAL REALIZADO CON EL FIN DE ORIENTAR A LOS POSTULANTES)

RESPONSABLE: Coronel Gustavo Eduardo PONTE


Índice

Introducción………………………………………………………………………………………………………………….. 3

Programa de la Materia…………………………………………………………………………………………………. 5

UD 1 - Virreinato del Río de la Plata………………………………………………………………………………. 6

UD 2 - Revolución de Mayo de 1810………………………………………………………………………………. 13

UD 3 - El Capitán General José Francisco de San Martín……………………………………………….. …. 32

UD 4 - Declaración de Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica.………………. 39

UD 5 - La Anarquía de 1820 – Guerra con el Brasil – Primer Gobierno de Rosas….…………… 45

UD 6 - La Construcción del Estado Argentino (hasta 1862)……………………………………………… 54

Fuentes consultadas…………………………………………………………………………………………………… 63

2
Introducción
El estudio de la HISTORIA es el estudio del PASADO; es decir: de lo que ya ocurrió, haya sido
esto en relación a la vida de una persona, o a la de un grupo determinado de éstas, ya fuere a partir de
hallarse conformando, o no, alguna forma de “organización” o “sistema” social, político, o económico.

Tienen también, las “cosas” materiales o abstractas, su propia historia; es decir: su propio
pasado. Por eso es que se habla por ejemplo de la “historia del automóvil”, o del fútbol, o de la magia,
o de alguna religión, de alguna Institución, de un deporte, de una familia, etcétera.

Las ciencias todas, emplean el estudio de sus propios pasados para entender al presente, siendo
la mayoría de las veces, para obtener mejores respuestas futuras. En el caso de las ciencias médicas,
por ejemplo, todo lo que ya se conoce respecto del pasado es lo que ha llevado a los desarrollos actuales
de la medicina, avizorando mejores avances aún. Las vacunas, son un ejemplo de ello. El ansia de
conocimiento del ser humano es el que ha llevado y sigue llevando a la humanidad a sus
descubrimientos e invenciones. Y es por esa ansiedad de conocer, que el pasado aparece necesario para
entender al presente y permitir el mejor arribo a nuevos descubrimientos e invenciones.

Ahora bien, la HISTORIA a la que se refieren estos apuntes es la nuestra, la del grupo social
que conforma lo que actualmente conocemos como la República Argentina, tal la denominación oficial
de nuestro país desde 1860.1 Para llegar a ello, pasaron cincuenta años desde el hito revolucionario del
25 de Mayo de 1810.

Ahora bien, para entender que esa fue la verdadera fecha fundacional de la Argentina
rioplatense, y su importancia histórica consecuente, debe comprenderse que lo sucedido en tal
oportunidad, adquirió mayor valor porque los sucesos ocurrieron en la que en aquellos momentos era
la ciudad capital del más extenso de los virreinatos españoles en América. A partir de esta última
afirmación, resulta sumamente necesario asumir que si Buenos Aires fue la capital de tan vasto
territorio virreinal español a partir de 1776 (casi tres siglos después del descubrimiento de América por
medio de una expedición española), va de suyo que la historia de la actual Argentina está ligada a la
del Reino de España, fundamentalmente a partir del momento histórico en que dicho reino comenzó a
unirse, para constituirse en el germen de un estado moderno, merced al matrimonio católico de los dos
candidatos al trono de los principales reinos ibéricos, como lo fueron Isabel y Fernando.

El hecho de que nuestros actuales idioma y culto oficiales sean el castellano y el catolicismo,
respectivamente, tiene que ver, precisamente, conque al territorio que conforma hoy nuestra república
llegaron los españoles en compañía de sacerdotes católicos, y si ello ocurrió así fue porque la ocupación
europea consecuente luego de la expedición de Colón en esta parte de la América del Sur, fue la de la
España heredera de los Reyes Católicos de Castilla y de Aragón.

Los apuntes aquí presentados, tienen la única intención de permitirle, a quienes se postulen al
intento de ingresar al Colegio Militar de la Nación, hacer un repaso de algunos de los hechos más
importantes de la HISTORIA ARGENTINA.

Tal repaso irá desde el momento de creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776
(incluyendo sus antecedentes más importantes), hasta llegar al día 17 de septiembre de 1861,
oportunidad en la que los argentinos combatieron a muerte, como tantas otras veces, entre hermanos.
El hecho pasó a la historia como el de la “Batalla de Pavón” y marcó el inicio de un costoso camino de
unidad nacional, para una sociedad que hasta entonces se había acostumbrado a vivir enfrentada en
bandos diferentes, impidiéndosele por tal razón, avanzar hacia el verdadero progreso.

1 https://www.cadenanueve.com/2019/10/08/desde-hace-159-anos-el-pais-se-denomina-republica-argentina/

3
Si bien entre 1776 y 1861, la diferencia es de solamente ochenta y cinco años, las circunstancias
que tuvieron lugar en esos años, especialmente en los cincuenta y uno que van desde 1810 hasta el
1861, son ciertamente complejas. Entre otras cuestiones, el territorio heredado (el del Virreinato del
Río de la Plata), era por demás extenso y prácticamente deshabitado.

Tratando de que este repaso permita también ayudar a entender mejor los hechos del pasado
que nos fue llevando al actual presente, hemos organizado estos apuntes en seis unidades didácticas
que ustedes podrán ver en el programa que proponemos para vuestro estudio.

Dado que estos apuntes de HISTORIA ARGENTINA, pretenden servirles de repaso y también
darles la posibilidad de entender mejor los hechos del pasado argentino en el período estudiado, podrán
observar que se trata solamente de un corto resumen de lo ocurrido en esos complejos años. Los
contenidos aquí presentados cuentan con más texto que imágenes (entre otras cuestiones, para no
alargar su extensión a lo escrito), pero los lectores tendrán a su disposición todos los links que hemos
agregado, tanto por considerarlos pertinentes para poderse ampliar lo expresado aquí, como también
para aquellos casos en los que corresponde hacer las citas de las fuentes consultadas. La mayoría de
las veces, tales links aparecerán como notas al pie de las páginas en las que hemos considerado
necesario hacer tales referencias.

Estimado postulante, deseamos a usted el mayor de los éxitos en sus estudios.

4
PROGRAMA DE LA MATERIA

UD 1 - Virreinato del Río de la Plata

a) Los Reyes Católicos como principal antecedente de su creación.


b) Las autoridades metropolitanas y la organización virreinal.
c) Los primeros virreinatos en América y las autoridades residentes o locales.
d) La dinastía de los Borbones reemplaza a la de los Habsburgo. Reformas políticas, administrativas,
económicas, territoriales y militares. Nace el Virreinato del Río de la Plata.

UD 2 - Revolución de Mayo de 1810

a) Antecedentes europeos y americanos.


b) La Semana de Mayo.
c) Cabildo Abierto del 22 de mayo: posturas.
d) Los acontecimientos del 24 de Mayo.
e) El 25 de Mayo. La Primera Junta de Gobierno.
f) Obra de la Primera Junta de Gobierno. Frentes de lucha armada. Situación política interna (germen
del enfrentamiento entre centralismo y federalismo).
g) Órganos de gobierno que sucedieron a la Primera Junta (hasta la Declaración de la Independencia),
al ritmo de los éxitos y fracasos militares de la Revolución.

UD 3 - El Capitán General José Francisco de San Martín

a) Breve reseña biográfica. Su formación militar en España.


b) Llegada a Buenos Aires. Creación del Regimiento de Granaderos a Caballo.
c) Su participación política y militar en Buenos Aires, en el Ejército del Norte y en la Declaración de
la Independencia Nacional desde la Gobernación de Cuyo.
d) Campaña Libertadora a Chile.
e) Campaña Libertadora al Perú.
f) Entrevista de Guayaquil y alejamiento del General San Martín.

UD 4 - Declaración de Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica

a) La situación interna e internacional hacia 1816.


b) El Congreso de Tucumán.
c) Declaración de la Independencia.
d) Debates sobre la forma de gobierno a adoptar.

UD 5 - La Anarquía de 1820 – Guerra con el Brasil – Primer Gobierno de Rosas

a) La Batalla de Cepeda y la consecuente disolución del poder central.


b) Los pactos interprovinciales de Pilar, Benegas y del Cuadrilátero.
c) Guerra contra el Brasil: Causas y consecuencias. Presidencia de Rivadavia, Gobernaciones de
Dorrego y de Lavalle.
d) Llegada de Rosas a la Gobernación. Pacto Federal de 1831

UD 6 - La Construcción del Estado Argentino (hasta 1862)

a) Segundo gobierno de Rosas. Conflictos externos e internos.


b) Pronunciamiento de Urquiza. El Ejército Grande. Batalla de Caseros. Caída de Rosas.
c) Acuerdo de San Nicolás. Secesión de Buenos Aires. Constitución Nacional.
d) La Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires.
e) Batallas de Cepeda y Pavón. Unificación de la República Argentina.

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UD 1 - Virreinato del Río de la Plata

a) Los Reyes Católicos como principal antecedente de su creación.

Sin el descubrimiento de América (12 de octubre de 1492), financiado por los Reyes Católicos,
jamás hubiera existido el Virreinato del Río de la Plata (1 de agosto de 1776). Éste, nacería luego de
casi trescientos años de dominio español sobre gran parte del nuevo continente hallado entonces. El
catolicismo de aquellos reyes del siglo XV, había acompañado las conquistas y la ocupación de los
territorios americanos, y también seguía vigente.

“Tanto monta y monta tanto, Isabel como Fernando”, era el lema que comenzaron a corear los
pobladores de Castilla y Aragón a partir del año 1474 de “nuestro Señor”; año en el que se consagró el
matrimonio de los herederos de las coronas de ambos reinos católicos españoles.

La Reina Isabel, lo era del más importante de los reinos ibéricos, y su casamiento con el Rey
Fernando de Aragón (acaecido sobre el final del siglo XV), iba a constituirse en el inicio de lo que más
tarde, y especialmente luego de la Revolución Francesa de 1789, se daría a conocer como el período
de la conformación de los modernos estados europeos, que iban a dejar atrás al feudalismo medieval
de los pequeños reinos y principados del Viejo Mundo.

La alianza nupcial entre Castilla y Aragón también lo fue política y militar, teniendo como
principales objetivos los de: unir a España, y terminar con la dominación árabe de más de siete siglos
sobre gran parte de la más occidental de las penínsulas europeas.

Con la victoria en la batalla de Granada obtenida el 2 de enero de 1492 sobre los moros, ambos
objetivos comenzaban a obtenerse. Para entonces, Isabel había decidido apoyar la aventura de Cristóbal
Colón, que daría sus frutos el 12 de octubre de ese mismo año. Buscando una nueva ruta hacia India,
se había descubierto un nuevo continente, más allá de que su descubridor tardaría un tiempo más en
convencerse de ello. De allí entonces que, entre otras cuestiones, y por el poder del lenguaje con el que
se comunicaba la expedición descubridora, se llamó indios a los habitantes de las islas, creyendo que
se había llegado a la India por la nueva ruta.

Con el descubrimiento del nuevo continente, españoles y portugueses comenzaron a competir por la
ocupación y conquista de las nuevas tierras, empezando a usarse unos años más tarde las palabras
colonia y colonización, como un homenaje al apellido del marino genovés descubridor, pero como
sinónimo también de conquista u ocupación europea sobre las geografías de los demás continentes.

Por último, de todo lo que destaca a los Reyes Católicos como portadores del ADN2 de una gran
parte del conglomerado social que siglos más tarde será la Argentina3, existió también una importante
cuestión que debe tenerse en cuenta como antecedente de la creación del Virreinato del Río de la Plata.
Tal cuestión fue la política de alianzas matrimoniales que encararon al enlazar nupcialmente a sus hijos
con los principales herederos de las corones europeas. Fue así que uno de sus nietos, producto del
casamiento entre su hija Juana I de Castilla (quien al enviudar y por una enfermedad mental pasó a ser
conocida como “la Loca”) y Felipe I de Habsburgo (dinastía también conocida como “Los Austrias”),
al momento de ocupar el trono español como Carlos I, también fue al mismo tiempo el emperador
Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico (SIRG) 4.

b) Las autoridades metropolitanas y la organización virreinal.

Bien sabido es que el descubrimiento, la conquista y la evangelización de los territorios


americanos fue realizado inicialmente por la corona española (y luego también por la portuguesa), a
partir de los siglos XV y XVI.

2 ADN (Ácido desoxirribonucleico, conocido también por las siglas ADN; es un ácido nucleico que contiene las instrucciones
genéticas usadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos y algunos virus; también es responsable
de la transmisión hereditaria). La Argentina debe a los Reyes Católicos, entre tantas cuestiones, tanto su idioma oficial
como su culto oficial, ambos consagrados en la Constitución Nacional.
3
Quede claro aquí, que en el ADN de la sociedad argentina también existe la presencia de la cultura precolombina
autóctona. Si bien el tema no forma parte del presente programa de estudio para el examen de ingreso, en virtud de que
los postulantes a cadetes de nuestro querido Colegio Militar lo hacen desde todos los rincones de la Patria, cabe hacerles
conocer que, a quienes tengan la fortuna de ingresar, en la primera clase de la materia Historia Argentina se les pedirá
6 correspondientes a sus respectivas provincias de origen.
que investiguen sobre las sociedades autóctonas precolombinas
4http://www.cervantesvirtual.com/bib/historia/monarquia/juana.shtml#:~:text=Del%20matrimonio%20entre%20Felipe

%20y,heredera%20de%20Castilla%20y%20Arag%C3%B3n.
Para el caso de la corona española, el ejercicio del gobierno del rey español en América se regía
a través de instituciones, que fueron las precursoras de las bases institucionales modernas, no solo en
su dinámica de estructura sino también en su cultura organizacional.

Dichas instituciones se clasificaban en unipersonales y colegiadas, residiendo algunas en


España y otras en el continente americano.

El Rey

El rey ejercía una autoridad máxima y absoluta, tanto en lo legislativo como en lo ejecutivo y
judicial. Residía en España y desde allí gobernaba los reinos americanos. Desde antiguo era asistido
por el Consejo de Castilla, organismo que, a través de uno de sus miembros, a partir de 1492 comenzó
a tomar intervención en todo lo relativo a las nuevas tierras. En 1524, Carlos I de España y V del SIRG,
creó el Consejo Real y Supremo de Indias, con lo que cesó la intervención del de Castilla en los asuntos
americanos.

Su decisión y voluntad se convertía en ley. Esta potestad que le venía de Dios (según la creencia
de la época), hacía que la vida, la hacienda, y todo lo que comprendía en esencia la existencia de sus
súbditos, estaba en sus manos.

El rey organizaba la administración, creaba puestos, elegía funcionarios y delegaba su


autoridad en determinadas personas.

Entre sus funciones, estaban:

Dictar leyes e interpretarlas.

Exigir el pago de impuestos.

Nombrar a funcionarios políticos.

Ser el Jefe supremo del Ejército.

Administrar justicia.

La Casa de Contratación

Fue el Órgano de gobierno indiano por excelencia instalado en España desde 1503. Funcionó
en la ciudad de Sevilla y a partir de 1524 se subordinó al Consejo de Indias. Sus principales actividades
fueron las siguientes: controlar la actividad comercial existente entre España y América, intervenir en
pleitos mercantiles, percibir rentas e impuestos correspondientes al intercambio de mercancías, vigilar
el tránsito de pasajeros, ordenar los conocimientos geográficos y promover las comunicaciones.

Estaba encargada de controlar la importación y exportación de oro, plata y piedras preciosas


que llegaban de América, de recaudar los impuestos del comercio de ultramar y tenía también la
facultad de ejercer funciones judiciales, civiles y militares.

En cuanto a sus miembros, después de varios cambios, quedó constituido por: un presidente,
tres jueces letrados, un fiscal y un piloto mayor, cargo que fue ocupado por primera vez por Américo
Vespucio.

Al crearse el Consejo Real y Supremo de Indias, la Casa de Contratación pasó a ser un


organismo secundario.

El Consejo Real y Supremo de Indias

Como ya ha sido expresado, fue una creación de Carlos I de España y V del SIRG. El Consejo
de Indias, cuyo primer presidente fue Fray Loasa, tenía atribuciones legislativas, judiciales,
administrativas y propias del organismo como era la de proponer los candidatos para los cargos
públicos de América.

Éste, actuaba políticamente en nombre del rey. Se ocupaba del patronato en sentido amplio, y
determinaba la división territorial.

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Estaba integrado por un presidente, varios consejeros, un fiscal, dos secretarios y un grupo
menor de funcionarios.

c) Los primeros virreinatos en América y las autoridades residentes o locales.

En las Indias (así comenzó a denominarse a las nuevas tierras descubiertas), todo se gobernó
en los primeros tiempos desde la isla La Española o Santo Domingo; pero a medida que se fueron
extendiendo las conquistas y surgiendo las ciudades, se establecieron divisiones políticas y gobiernos
propios.

La organización de los nuevos territorios estuvo dada bajo la figura del Rey, pero para el Nuevo
Mundo se nombró a los virreyes, quienes tenían jurisdicción en los virreinatos. Durante el reinado de
la dinastía de los Austrias (Habsburgo), solo existieron dos: el de Nueva España (con capital en México
desde 1535) y el del Perú (con capital en Lima, desde 1542)5.

Virreinato

A quienes ejercían el gobierno en nombre del rey por delegación, se los llamaba virreyes.

El primer virrey en América fue Cristóbal Colón, dado que esta institución era anterior al
descubrimiento de América.

Los virreyes ejercieron facultades sumamente amplias, tanto políticas como judiciales, de
hacienda o religiosas; eran un supremo Juez.

En el orden de gobierno, proveían todos los cargos que no se hubiese reservado especialmente
el rey.

La administración colonial estaba en sus manos. Las autoridades superiores, gobernadores o


miembros de Cabildos, debían consultarle cualquier decisión de importancia.

Tenía facultades militares supremas ya que era jefe de las fuerzas de mar y tierra. Tenía
facultades religiosas al ejercer el patronato indiano. Su mandato duraba tres años, pero en la práctica
se dio que lo hacía hasta tanto su mandato fuera prescindible para la Corona.

En materia de Hacienda, debía procurar el aumento y percepción de las rentas fiscales.

Gobernaciones

Los gobernadores eran funcionarios que se encontraban a la cabeza de las provincias en las que
se dividía el territorio del virreinato. Estas provincias estaban sujetas al mandato del virrey, a quien
debían consultarle sobre los principales asuntos. Los gobernadores eran nombrados por el Rey por un

5 http://www.claseshistoria.com/america/colonial-virreinatos-peru.html

8
período de 3 a 5 años. Su actuación era política y administrativa; su jurisdicción era civil y criminal, y
participaban del gobierno municipal.

Esta institución duró hasta la instauración de las intendencias 6, las cuales suplantaron con
facilidad a las gobernaciones.

Audiencias

Eran tribunales de justicia encargados de colaborar con el Consejo Supremo de Indias.

La primera de estas instituciones se creó en 1611 en Buenos Aires. Estaba presidida por el
gobernador o el virrey. Tenía cinco oidores, un fiscal, un alguacil mayor y varios tenientes. Los
miembros de las audiencias se llamaban oidores. Estos, eran las personas más respetadas de la colonia.
Como muestra de su autoridad tenían su sitial en el Cabildo, en los actos públicos y en la iglesia.

Políticamente este organismo asesoraba al virrey y se controlaban recíprocamente.

En caso de ausencia del Virrey, el oidor más antiguo lo reemplazaba. En caso de acefalía, la
audiencia en pleno debía hacerse cargo de la función. Era un órgano de control político ya que dentro
de sus funciones se contemplaba que podía quejarse ante la Corona sobre el desempeño del gobernador
o del virrey.

Las facultades judiciales atribuidas a las audiencias las convertían en el tribunal superior de
Indias, en donde terminaban muchos de los pleitos provenientes de instancias inferiores.

Cabildos

Esta institución fue la única que sobrevivió al vendaval del movimiento independentista en
América y resumía, culturalmente y desde el punto de vista político, un sentimiento de referencia
ciudadana.

El Cabildo era el órgano local de gobierno político de la ciudad. Su jurisdicción comprendía el


recinto urbano y la zona rural.

Las funciones que cumplía el Cabildo eran tan numerosas que abarcarían posteriormente las del
Estado. Véanse, a continuación, algunas de ellas:

Disponía la organización y ejercicio de la justicia.

Convocaba las milicias de las ciudades y a sus jefes.

Atendía todo lo relativo a la edificación.

Determinaba las condiciones de trabajo.

En caso de gravedad convocaba a todos los vecinos a "cabildo abierto".

Designaba al gobernador, en caso de muerte de quien estaba en ejercicio.

Reglamentaba el comercio.

La forma de financiamiento de los Cabildos era con recursos propios, provenientes de bienes
que poseía la institución, alquileres de casas, derechos de peaje, o a través de la recaudación de
impuestos o la aplicación de multas.

Al ser fundada cada ciudad, la misma organizaba su cabildo, el cual tenía que improvisar su
vida, asegurar su defensa y en no pocas circunstancias, crear su derecho.

Podemos afirmar que la institución Cabildo fue un antecedente fundamental de la concepción


federal que un sector político, en particular del interior de cada país, tomó como referente para el
ejercicio de la vida republicana a partir de los movimientos independentistas.

6 http://www.argentinahistorica.com.ar/temas.php?tema=15&titulo=14&subtitulo=38

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Fue también una posición antagónica a una visión centralista (luego denominada unitaria).
Tales visiones disímiles de cómo se debían organizar las sociedades constituyeron una de las
principales motivaciones de enfrentamientos internos.

Consulados

Los españoles trasladaron a América el funcionamiento de "consulados", generalmente


instalados en ciudades con puerto. Tuvieron por doble finalidad promover la actividad mercantil y ser
tribunal para juicios entablados por cuestiones comerciales. El Consulado de Buenos Aires se creó en
1794, tuvo por primer secretario a Manuel Belgrano y funcionó hasta 1862.

d) La dinastía de los Borbones reemplaza a la de los Habsburgo. Reformas políticas,


administrativas, económicas, territoriales y militares. Nace el Virreinato del Río de la Plata.

La Casa de Borbón en España (conocida también como “Los Borbones”), se instaló en el Trono
de España, debido a la extinción de la rama española de la Casa de Habsburgo en 1700 (al morir sin
descendientes Carlos II). La Guerra de Sucesión española que siguió (1701-14) hizo rey a Felipe V
(1683-1746), duque de Anjou, nieto de Luis XIV7.

“Desde un principio, los reyes Borbones, promovieron un conjunto de reformas que se aplicaron
en España y América. El objetivo de la nueva dinastía fue sentar las bases de un Estado absolutista
que le permitiera competir con sus principales rivales europeos: Inglaterra y los Países Bajos. La
dinastía de los Borbones se identificó con el pensamiento filosófico ilustrado y el absolutismo
monárquico: esta combinación, llamada despotismo ilustrado, fue el concepto político dominante
durante el siglo XVIII en Europa.

La Ilustración fue un movimiento intelectual representado por destacados pensadores europeos de


la época, los que elaboraron nuevas concepciones sobre el ser humano, la sociedad, el poder y el
mundo, inspiradas en la observación de la naturaleza y el uso de la razón como principal medio de
conocimiento y acción. Este pensamiento se oponía a los dogmas y creencias religiosas, y defendía la
idea del progreso como la más alta aspiración humana. Por su parte, el absolutismo postulaba que el
poder de los reyes viene directamente de Dios y, por lo tanto, estos no tienen que responder por sus
actos frente a sus súbditos. La unión de estas dos formas de pensamiento se explica por la necesidad
que tenían ambas de un Estado fuerte y centralizado”8.

Las reformas planteadas por Carlos III (rey desde 1759 hasta su muerte en 1788), llegaron
tardíamente a América. En el siglo XVIII, el sistema colonial evidenciaba notables signos de caducidad,
la sociedad colonial no estaba dispuesta a soportar las presiones que significaban estas nuevas formas
de dominación española, más aún cuando los beneficios de todo tipo, eran solamente para la metrópoli.
Los contenidos de tales reformas abarcaron varios aspectos: en lo político-administrativo, en lo
económico, en lo religioso y en lo militar.

En el orden político, el crecimiento urbano y el aumento de la población y del comercio generaron


la necesidad de agilizar los trámites judiciales. Ello, sumado a la presión ejercida por otras coronas
europeas sobre sus colonias en América, llevó a los Borbones a plantear la necesidad de nuevas

7 https://www.ecured.cu/Casa_de_Borb%C3%B3n#:~:text=la%20dinast%C3%ADa%20borb%C3%B3nica.-
,Casa%20de%20Borb%C3%B3n%20en%20Espa%C3%B1a,Anjou%2C%20nieto%20de%20Luis%20XIV.
8 http://colegioprincipadodeasturias.cl/nivel1/2/H1.pdf

10
unidades político-administrativas. La Real Ordenanza de Intendentes (1782), creaba dentro del ámbito
de los virreinatos una nueva jurisdicción que extendió el modelo francés implementado en España. Los
intendentes, dotados de amplias funciones estaban comprometidos a ejercer un mejor control en las
inmensas y mal comunicadas extensiones virreinales; sin embargo debieron soportar la resistencia de
grupos sólidamente establecidos en el mundo colonial. Estas presiones ejercidas en un amplio sector
social, tuvieron su manifestación en levantamientos como el del Alto Perú liderado por Tupac Amaru
(1780) y el de Nueva Granada (1781); ambos fueron duramente reprimidos por la corona. Las demandas
exigidas eran la igualdad política y social de los americanos, más la rebaja de las fuertes cargas
impositivas.

El mapa de la América colonial, quedó organizado política y administrativamente en nuevos


espacios geográficos: cuatro Capitanías Generales, de norte a sur: Cuba (1795), Guatemala, Venezuela
(1773) y Chile (1778); y cuatro Virreinatos, de norte a sur: Nueva España (con capital en la ciudad de
México desde 1535), Perú (con capital en Lima desde 1542), Nueva Granada (nuevo virreinato con
capital en Bogotá desde 1717).

En cuarto y último lugar, en 1776, la creación del Virreinato del Río de la Plata, con capital en
Buenos Aires, evidenció la importancia cobrada por el comercio atlántico, quebrando los intereses del
sector monopólico de Lima. El nuevo virreinato pasaba a ser el más extenso de España en América en
lo que se refiere a superficie geográfica, e incluía también costas sobre los océanos Pacífico y
Atlántico9.

El comercio ultramarino produjo un crecimiento vertiginoso de estas tierras en materia económica,


tal es el caso del puerto de Buenos Aires, convertido por privilegio geográfico en el centro económico
del sur de América. Sobre el mismo desembocaría el comercio de importantes núcleos económicos
como el del Alto Perú con Potosí, cuya exportación de plata a España, siguió constituyendo un alto
porcentaje de los recursos coloniales, y el tránsito de mercaderías para abastecer esta región y las
provincias del interior. La zona litoraleña de los ríos Paraná y Uruguay, con la producción agropecuaria
de cueros, tasajo y yerba mate, también tendría en Buenos Aires, a partir de ese momento, un puerto de
mayor cercanía para exportar estos productos.

En el orden administrativo, con el objetivo de lograr una mayor apropiación de recursos para las
finanzas del reino, era necesario ampliar el comercio colonial y el mejoramiento de la recaudación de
impuestos internos; la misma fue llevada a cabo por una nueva burocracia fiscal asalariada que provocó
el aumento de la recaudación aumentando los impuestos a la producción de diferentes sectores sociales:
españoles, criollos e indígenas.

En lo económico se vio uno de los cambios más significativos, a través de “El Reglamento de Libre
Comercio” (1778). Se estableció la apertura de nuevos puertos americanos (24 en total), entre ellos
Buenos Aires, que podían comerciar libremente con trece puertos españoles. De todas formas, este
código no favorecería en general el comercio con los extranjeros, ni tampoco aboliría totalmente el
monopolio.

Las colonias hispanas al sur de América subsistían económicamente gracias a la exportación de sus
cueros para su posterior manufacturación y del charqui o tasajo, que se transformaba en la base de la
alimentación de los esclavos negros en las plantaciones del Caribe, y de la plata del Potosí. Ante el
estricto monopolio comercial anterior, el puerto de Buenos Aires, ávido del ingreso de manufacturas y
productos varios, había sido presa del contrabando que ya se había vuelto consuetudinario. También
esto fue tenido en cuenta cuando, con las reformas borbónicas de creación del nuevo virreinato en 1776
y el libre comercio de 1778, se pretendió dar solución a una mala e ilegítima costumbre de comerciar
mediante el contrabando a la que se había visto “obligada” la sociedad de Buenos Aires.

En lo religioso, en 1767 se llevó a cabo la expulsión de los jesuitas, orden religiosa con gran prestigio
y poder en América. A diferencia de las otras órdenes religiosas, la de los jesuitas desconocía la
autoridad real ya que ponía por encima a la autoridad papal. Pero la razón política de la expulsión tuvo
origen en la desobediencia de esta orden a cumplir con lo establecido por el Tratado de Madrid (también
conocido como Tratado de Permuta), de 1750. Dado que para entonces España tenía establecimientos
en territorio portugués y viceversa, el tratado estipulaba límites claros para los dominios de España y

9 Desde el punto de vista político, las tradicionales sociedades de las ciudades del hasta entonces sur del Virreinato del
Perú, acostumbradas durante más de dos siglos a depender de Lima, fueron obligadas a ser “dirigidas” desde la
cosmopolita y portuaria ciudad de Buenos Aires. Este hecho no resultará menor al momento de iniciarse los sucesos
revolucionarios en los comienzos del siglo XIX, cuando solamente 34 años más tarde desde la creación de este nuevo
virreinato, Buenos Aires iba a liderar una revolución antimonárquica, cuando muchas de sus ciudades y sociedades
dependientes eran entonces muy respetuosas de la monarquía española.
11
Portugal, forzando la cesión de cada una de las partes de los territorios, colonias, misiones o
establecimientos situados en la parte contraria. De acuerdo con el tratado, Portugal le entregaba a
España la Colonia del Sacramento y recibía a cambio importantes territorios entre los que se incluían
algunas misiones jesuíticas. Además se establecía que, en caso de guerra entre Portugal y España en
Europa, sus vasallos de América del Sur permanecerían en paz. Los jesuitas se negaron a entregar sus
misiones desembocando ello en una guerra que tuvo lugar entre 1752 y 1756 (la “Guerra Guaranítica”).
Como resultado de ésta, los sacerdotes de la Compañía de Jesús (así también se conocía a la orden
jesuita), no entregaron sus misiones y lograron que España los respaldara firmando un nuevo tratado
en 1761. El Tratado de El Pardo, anulaba el de Madrid, con lo cual España no entregaba las misiones
jesuíticas, pero Portugal mantenía el dominio de la Colonia del Sacramento. Lo cierto es que la
capacidad de liderazgo para movilizar una fuerza de miles de personas demostrada por la Compañía de
Jesús durante la Guerra Guaranítica, hizo temer a la corona española por la estabilidad en la zona y fue
el germen de la motivación para la “Pragmática Sanción” de 1767, por la cual Carlos III decretó
la expulsión de los jesuitas de todos los territorios de ultramar.

En el orden militar, debido a la decadencia del imperio español durante el siglo XVIII y el
debilitamiento de las defensas coloniales, se decidió reforzar las áreas amenazadas por el avance de
otras potencias europeas en territorios españoles. Para ello se sancionó la Real Ordenanza de 1764
mediante la cual se permitía la formación de milicias criollas para la defensa. Tal pretendida solución
a este problema puede observarse en la creación del Virreinato del Río de la Plata, dado que también
buscó asegurar las fronteras del dominio hispano, amenazadas tanto por las pretensiones lusitanas y
británicas, desde el exterior, como por los malones autóctonos desde el interior. Es digno de
mencionarse la permanente intención portuguesa de avanzar hacia el sur pretendiendo dominar la
margen oriental del Plata. Desde la fundación lusitana de la Colonia del Sacramento en 1680, sita frente
mismo a la ciudad de Buenos Aires pero sobre la Banda Oriental del Río Uruguay (y también del Río
de la Plata), la materialización de las pretensiones portuguesas por adueñarse de la margen oriental del
Plata se habían transformado en un hecho fáctico. El 1 de agosto de 1776, Carlos III formalizó la
creación del nuevo virreinato nombrando Virrey al entonces Teniente General Pedro de Cevallos, a
quien ordenó embarcar cerca de 9000 hombres en una flota de seis buques de guerra y otros tantos
navíos, con el objetivo primordial de retomar el control de la Colonia del Sacramento.

Véase en el siguiente video, una explicación de los antecedentes de la emancipación en


Hispanoamérica: https://www.youtube.com/watch?v=XBfNm-X8hAM

UD 2 - Revolución de Mayo de 1810.

a) Antecedentes europeos y americanos.

12
Dos importantes hechos políticos habían ocurrido en América y Europa, respectivamente, en
las últimas décadas del siglo XVIII: en el Nuevo Mundo, las trece colonias inglesas de América del
Norte se declararon independientes de la monarquía británica en 1776, y en 1787 se dieron una
Constitución que establecía como forma de gobierno la republicana federal, algo realmente novedoso
para el mundo de entonces. Unos años más tarde, y con algún asesoramiento de Thomas Jefferson, que
se desempañaba como embajador de los nuevos Estados Unidos de América en París 10, comenzó en
Europa la Revolución Francesa (en un proceso que estalló el 14 de julio de 1789 y se extendió por
varios años), suceso que conmovió a todo el continente y que repercutió en América.

La monarquía española apoyó a las trece colonias de la América del Norte en su lucha por la
independencia, como una forma de debilitar a su tradicional enemigo, Gran Bretaña, a su vez tradicional
aliado de Portugal (histórico rival de España), y se mantuvo aliada a Francia a pesar de que en ese país,
la Revolución Francesa había depuesto a la dinastía de Borbón, otra de cuyas ramas reinaba en España.
En virtud de esa alianza, la monarquía hispana se unió a Napoleón Bonaparte, el nuevo gobernante de
los franceses, cuando en 1804 se reanudó la lucha armada contra Gran Bretaña.

Aprovechando el estado de guerra, los británicos intentaron apoderarse del Río de la Plata, pero
fracasaron en las invasiones realizadas sucesivamente en 1806 y 1807. Tal fracaso en la intención de
dominar a la capital del más extenso virreinato español, trocó rápidamente en hacer crecer luego el
germen independentista en Buenos Aires, a la par de continuar apoyando las actividades de las
asociaciones secretas como fue por ejemplo la logia “Gran Reunión Americana”11, que en 1798 había
sido fundada por el patriota venezolano Francisco de Miranda, mientras se hallaba en Inglaterra 12.

El despotismo ilustrado con el que los Borbones gobernaban a sus colonias desde Madrid, hacía
crecer el descontento entre los criollos. De esto se culpaba a Manuel Godoy, el todopoderoso y favorito
ministro del entonces rey Carlos IV.

Como también en España era mal mirada esta forma de gobernar, la situación hizo crisis en
marzo de 1808 al obligarse al monarca a abdicar en favor de su hijo Fernando VII. Como el cambio no
gustó a Napoleón, por entonces emperador de los franceses, éste logró que Carlos IV anulase su
decisión en favor de su hijo y le cediera el trono a él, quien, por su parte, lo dio a su hermano José
Bonaparte. Mientras se realizaba esta “farsa política” en la ciudad francesa de Bayona, las tropas
napoleónicas ocupaban España. También Portugal fue objeto de los planes de Bonaparte. Ese país fue
ocupado por tropas francesas en 1807 y el gobierno de la monarquía portuguesa se vio obligado a
trasladarse al Brasil, su gran posesión americana, estableciendo la sede de la Corte en la ciudad de Río
de Janeiro.

En el territorio hispano aún libre, se formó un gobierno provisional que representaba a Fernando
VII, por entonces confinado en Francia. Este gobierno, que tomó el nombre de Junta Central, designó
virrey del Río de la Plata al marino Baltasar Hidalgo de Cisneros, quien a mediados de 1809, recibió el
mando de su antecesor Santiago de Liniers (quien alcanzó dicho cargo tras liderar las victorias militares
frente a las invasiones inglesas en 1806 y 1807), y se instaló en Buenos Aires.

El Río de la Plata y las repercusiones de lo que sucedía en Europa

Algunos autores han sostenido que el movimiento revolucionario del Río de la Plata, tuvo una
filiación netamente liberal, inspirado en los ideales enciclopedistas y de la Revolución Francesa; otros
sitúan la Revolución de Mayo bajo el influjo del constitucionalismo norteamericano; y hay quienes
sostienen la preeminencia de las ideas del liberalismo español nacido con los Borbones. Todas estas
corrientes tuvieron influencia en el proceso tanto colonial como independiente. Esto significa que para
1810, ya se venían gestando las ideas liberales y antimonárquicas, opuestas al absolutismo reinante.

• La Independencia de los Estados Unidos de América (1776)

Este hecho gravitó en la Revolución de Mayo, ya que sirvió de contagio al resto de las colonias
hispanoamericanas. España colaboró en forma activa a favor de la independencia del país del norte para
socavar el poderío inglés.

10 https://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/jefferson.htm
11 https://lautaro.org.ve/biblioteca/trazados/2010-2014/2013-2/la-gran-reunion-americana-miranda-ohiggins-y-las-
logias-lautarinas/
12 Esta Logia tuvo una importante participación en los estallidos revolucionarios independentistas que tendrían lugar en la
mayoría de las capitales hispanoamericanas a partir de la invasión y ocupación napoleónica sobre España desde 1808,
que mantuvo prisionero a Fernando VII hasta 1814. 13
Es recién desde 1810 en adelante cuando la literatura estadounidense llegó a nuestras tierras. La
Declaración de Independencia y la Constitución de Estados Unidos de América, fueron los modelos
para la Constitución de Venezuela, de 1811 (también lo fueron para las nuestras en 1816 y en 1853,
respectivamente). Las colonias hispanas en América veían a Estados Unidos como la encarnación de
la libertad y del republicanismo; postulados, ambos, de la Ilustración. Va a ser en la Asamblea del año
XIII cuando podamos comprobar la difusión de las ideas federalistas y republicanas, y su influencia,
en nuestras instituciones.

• Revolución Francesa (1789)

Al estallido de la Revolución Francesa surge todo un mundo al amparo de nuevas ideas:

- reafirmando los poderes de la nueva clase burguesa,


- quebrantando el principio de autoridad del absolutismo reinante,
- reclamando para el pueblo los atributos de la soberanía,
- haciendo de la ciencia, un genio.

Estos cambios influyeron en las doctrinas filosóficas de América, al propagarse las ideas
liberales de los "filósofos".

Las causas internas

Las agruparemos en aspectos políticos, económicos y jurídicos.

También existieron causas internas con comunes denominadores:

En muchos pueblos del virreinato proliferaban los grupos revolucionarios, surgían caudillos
populares y se difundían las nuevas ideas que agrupaban a los criollos.

Las sublevaciones de Chuquisaca y La Paz en 1809 tuvieron una enorme influencia en el norte,
como muestra de iniciativa para sublevarse contra el poder español, aunque también se asistió a la
forma en que el movimiento fue sofocado.

Aspectos Políticos

Sin duda alguna, el hecho más importante que ocurrió antes de la Revolución de Mayo fueron
las invasiones con las que Inglaterra trató de apoderarse de Buenos Aires en 1806 y 1807 13.

El primer intento tuvo lugar en junio de 1806. La pérdida de su principal colonia en América
había incentivado a Inglaterra a buscar nuevas posesiones y mercados. Una expedición británica se
había apoderado poco antes de la ciudad del Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, y un grupo al
mando del almirante Sir Home Popham, ante las noticias de lo desguarnecida que se hallaba Buenos
Aires, decidió tomar la ciudad y apoderarse de los caudales que, según tenía información, se hallaban
depositados en Buenos Aires para ser despachados a España.

13 https://www.youtube.com/watch?v=a_wJ5l23UD0

14
Desembarcó sus tropas (unos mil seiscientos hombres, principalmente del regimiento 71,
"Highlanders") en Quilmes, y desde allí inició su marcha sobre Buenos Aires, encabezadas las fuerzas
por el general William Carr Beresford.

Enterado de ello, el virrey Sobremonte abandonó la ciudad con rumbo a Córdoba, poniendo a
cubierto los caudales del virreinato y su propia persona. Los invasores dominaron a las pocas tropas
que les hicieron frente en Buenos Aires, y se apoderaron de la ciudad capital del virreinato. Beresford,
rápidamente, se preocupó por hacer saber a Londres la conquista de tan importante plaza, solicitando
los convenientes refuerzos, dada sus muy escasas fuerzas militares.

La reconquista de la capital colonial española, fue encabezada por don Santiago de Liniers,
francés de nacimiento y marino de la armada del rey de España, que se hallaba radicado en Buenos
Aires. Ante la ocupación inglesa había pasado a la Banda Oriental para no caer prisionero, y desde allí
organizó la expedición que desembarcó en las playas del Tigre el 4 de agosto. Tras una importante
batalla, el 12 de agosto sus fuerzas vencieron a los ingleses, retomando el dominio político y militar de
Buenos Aires. Desde entonces, la Plaza Mayor o del Fuerte, frente al Cabildo de Buenos Aires,
comenzó a conocerse como Plaza de la Victoria 14 (denominación que muchos años más tarde sería
reemplazada por la actual: “Plaza de Mayo”, en homenaje a los hechos acaecidos el 25 de mayo de
1810).

Mientras Liniers conducía esa batalla, Sobremonte se acercó con tropas milicianas reunidas en
Córdoba. Se le pidió que no entrase a la ciudad, donde no era bien visto, y que se marchase con las
tropas a la Banda Oriental, para defenderla en caso de producirse un nuevo ataque británico. Así lo hizo
tras dar a Liniers el mando militar de Buenos Aires.

Pobladores de Buenos Aires y de las demás ciudades del virreinato, reuniéndose en cabildo
abierto el 14 de agosto de 1806, depusieron a su virrey y por motu propio erigió su gobierno y se armó
para su defensa. La Audiencia de Buenos Aires tomó el mando político y Liniers, el militar. Poco
tiempo después, este último fue designado virrey, primero interino y después titular.

Otra consecuencia inmediata de esta primera invasión fue la creación de varios cuerpos
militares. Esta medida se tomó para que no volviera a repetirse la situación de indefensión en que se
había hallado la ciudad. Entre otros, fueron creados los regimientos de Patricios, Arribeños, Migueletes,
Miñones y Gallegos.

La libertad de comercio vigente en el corto período de dominación inglesa, alentó las


expectativas de los sectores vinculados con la exportación (hacendados), acrecentando la rivalidad
entre las dos ciudades puertos, Buenos Aires y Montevideo, que ya existían prácticamente desde la
fundación de esta última en 1723.

La segunda ola invasiva inglesa ocurrió al año siguiente (1807) y tuvo un comienzo diferente.
Esta vez, los británicos se apoderaron primero de Montevideo y de Colonia del Sacramento, en la Banda
Oriental, en febrero de 1807. Recién en julio se dirigieron contra Buenos Aires, y lo hicieron tras
desembarcar sus fuerzas (más de 8000 hombres y 16 cañones), en la Ensenada de Barragán (cercana a
la actual ciudad de La Plata). Tras derrotar a las primeras tropas criollas que les hicieron frente,
marcharon ofensivamente hacia Buenos Aires. La acción militar elegida por el General inglés
Whitelocke fue decididamente equivocada, y pese a superar ampliamente en número y armamento a
las fuerzas patriotas, fueron derrotados en las calles de Buenos Aires.

Debieron nuevamente rendirse y tomar el camino de la retirada, como un año atrás. Uno de los
héroes de la victoria de 1807 fue el alcalde Martín de Alzaga, quien organizó la defensa de la ciudad.

Por los resultados, y ante la hipótesis de que Inglaterra intentase una tercera expedición, las
autoridades de Buenos Aires consideraron que la estructura militar creada para la defensa debía
subsistir.

En la Banda Oriental, como consecuencia militar de la toma de Montevideo, quedaron expuestas


las áreas más vulnerables de la Ciudadela y la muralla circundante, motivando que se refuercen sus
baluartes. Al mismo tiempo se buscó controlar el acceso naval a la bahía mediante la construcción de
la Fortaleza del Cerro que debía cruzar el fuego de sus cañones con las baterías instaladas en la Isla de
Ratas, ubicada en posición equidistante de las principales fortificaciones montevideanas.

14 https://elarcondelahistoria.com/plaza-de-la-victoria-1806/

15
La Banda Oriental como territorio de frontera disputada entre dos grandes potencias europeas
(España y Portugal), situación a la que se sumaba la presencia de las Misiones Jesuíticas y el desarrollo
de las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807, fue forjando un espíritu castrense en la naciente sociedad
oriental.

Otro antecedente político importante y dable de destacarse, fue que luego de los sucesos
acaecidos desde el mayo de 1808 en la España invadida por Francia, en Buenos Aires se mantuviera al
francés Liniers como Virrey. Las dudas sobre su lealtad a España fueron creciendo. Mientras tanto,
esos mismos acontecimientos en la Península Ibérica, y las ideas en marcha en América, acentuaron en
particular a los españoles radicados en el Plata, la intención de mantener sus privilegios políticos, frente
a las posibilidades económicas que tenían los criollos. El proceso llegó a su punto máximo con la
situación conocida como el Motín de Alzaga (01/01/1809)15 con el que se pretendió derrocar a Liniers.
El Virrey, apoyado por los cuerpos militares encabezados por Saavedra, derrotó a los insurrectos. El
reemplazo de Liniers ocurrió recién cuando la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino, designó
virrey a Baltasar Hidalgo de Cisneros el 11 de febrero de 180916.

Aspectos Económicos

El monopolio comercial, aún reinante en el Río de la Plata, a pesar del libre comercio
reglamentado desde el final del siglo anterior, era criticado por los que trabajaban la tierra y por los
hacendados, quienes peticionaban por la libertad de comercio en defensa de sus intereses. Éstos, se
chocaban contra los de los comerciantes que, acostumbrados a las ganancias que obtenían merced al
contrabando, preferían mantener el régimen de monopolio.

Una elocuente muestra de cómo fue que la situación económica en el Plata contribuyó al caldo
en el que se cultivaba la revolución, fue el documento conocido como la “Representación de los
Hacendados¨17, elaborada en 1809 por el abogado y apoderado de los hacendados, Mariano Moreno.
Dicho documento que en su momento fue entregado al entonces Virrey Cisneros, describía la situación
económica regional y más tarde serviría como plataforma, en lo que atañe a la política económica, del
desarrollo de la revolución que estallaría en mayo de 1810.

Aspectos Jurídicos. Doctrinas Jurídicas al momento de la Revolución

Dentro de la fundamentación ideológica de la revolución, surgen dos corrientes historiográficas,


que discuten sobre la doctrina que diera origen a su tesis ideológica: la corriente tradicional cuyo mayor
exponente era el padre Francisco Suárez Suarez, y la corriente liberal, expuesta por el francés Juan
Jacobo Rousseau.

Corriente tradicional (Suarez)

Esta corriente niega la influencia de las tendencias liberales y de la Revolución Francesa.

La tendencia Suarista dice que las ideas del filósofo jesuita fueron conocidas en toda América
desde el siglo XVII y XVIII. Éstas, se difundieron en los establecimientos de enseñanza (especialmente
los que estaban en manos de los jesuitas). En 1761, el rey de Francia mandó quemar todos los trabajos
realizados por Suarez, porque iban en contra de los principios monárquicos.

La doctrina de Suarez puede resumirse en estos cuatro puntos:

• A nadie le viene inmediatamente de Dios la potestad civil, por naturaleza o donación graciosa.
• Es al gobernante al que le viene la autoridad, mediante el pueblo.
• El pueblo la concede por su libre consentimiento, derivándose de allí los títulos de gobierno.
• Al hacer esa donación, o traspaso, hay limitaciones en el poder.

Esta doctrina daba al pueblo el legítimo derecho de ser el titular de la soberanía y traspasar el
poder o mando al monarca, mediante un pacto o contrato, que queda disuelto ante cualquier falta
cometida por parte del monarca.

Suarez trataba de demostrar que a pesar del contrato entre el rey y el pueblo, el pueblo estaba
obligado a obedecer por derecho divino o natural, como también el rey debía hacerlo (sin caer en la
tiranía).

15 http://www.argentinahistorica.com.ar/intro_cronica.php?tema=3&titulo=16&subtitulo=237
16 http://www.argentina-rree.com/2/2-015.htm
17 https://es.wikipedia.org/wiki/La_Representaci%C3%B3n_de_los_Hacendados

16
Con estas consideraciones se comprende que las ideas de Suarez fueron realmente
revolucionarias y bien pudieron servir perfectamente para denunciar las faltas al pacto social realizado
entre el monarca español y los pueblos americanos.

Estas ideas influyeron en forma importante en el virreinato. Debemos tener en cuenta que las
principales figuras del Mayo de 1810, fueron alumnos de los colegios donde se difundían este tipo de
pensamientos. De esta manera vemos que es evidente su conocimiento en el Río de la Plata.

Corriente liberal (Rousseau)

Esta tendencia historiográfica afirmaba que la doctrina revolucionaria que sostuvo Castelli, no
fue otra más que la del Contrato Social de Rousseau (obra que la Primera Junta mandaría a traducir e
imprimir, prologada por Mariano Moreno) 18. A la par de esta fundamentación, sostienen la filiación
francesa de las ideas políticas proclamadas en mayo. La teoría de Rousseau sostenía que la soberanía
es intransferible y sólo la posee el soberano o el pueblo. Además, para Rousseau, el pacto social se
realiza entre los miembros de la comunidad y no entre el pueblo y el monarca.

En la intención de entender que ambas corrientes filosóficas estuvieron presentes al momento


de la revolución de 1810, no puede negarse la existencia de los conceptos vertidos tanto por Suarez
como por Rousseau. En lo que se refiere a este último, por el hecho de provenir de uno de los mayores
inspiradores de la Revolución Francesa, en el Río de la Plata acentuó la condición aquella de que todo
lo que sirviera para enfrentar al modelo de dominación colonial española, era bienvenido en dichas
circunstancias. No se tardó mucho tiempo en comprobar tales afirmaciones. Basta con leer la letra
completa del que sigue siendo hoy nuestro Himno Nacional Argentino (ya nomás en la primera estrofa
de la parte que actualmente se canta, suenan muy fuerte las dos primeras de las tres palabras que
formaron parte del lema de la revolución gala: Libertad e Igualdad), o el mismísimo Escudo Nacional
Argentino, con su imagen hecha a semejanza de una que se había usado durante la Revolución Francesa,
símbolo nacional argentino en el que allí sí se hallan presentes imágenes pertinentes a las tres palabras
del lema revolucionario francés.19

b) La Semana de Mayo.

Así fue como en los análisis de las investigaciones históricas nacionales, se denominó a los
momentos previos más cercanos al del estallido del proceso revolucionario que iba a tener lugar el 25
de mayo de 1810. Desde hacía tiempo se venía gestando este proceso cuyos antecedentes y causas
externas e internas se han mencionado anteriormente en suscita forma. La Revolución de Mayo iba a
tener por protagonistas a un conjunto de vecinos de Buenos Aires, la mayoría de ellos: criollos.

La crisis de la monarquía española repercutió hondamente en América. En el Río de la Plata se


habían formado grupos políticos que proponían diversas soluciones para el futuro gobierno del
virreinato sin un virrey español:

• Martín de Álzaga, el alcalde que había defendido a Buenos Aires en 1807, y que había pretendido
derrocar a Liniers en 1809, proponía independizar estas regiones de Fernando VII, por entonces
preso en Francia, y constituir un gobierno de españoles europeos.
• Un grupo formado en su mayoría por criollos de la talla de Cornelio Saavedra, Manuel Belgrano y
Juan José Castelli, entre otros, durante un tiempo se dejó ganar por la idea, que luego desechó, de
coronar a Carlota Joaquina de Borbón, hermana de Fernando VII y esposa de Juan de Braganza, el
gobernante de Portugal, que por entonces residía en Río de Janeiro.

Algunas de estas ideas, entre otras tantas, se debatirían en el cabildo Abierto que iba a tener
lugar el 22 de Mayo de 1810. Veremos a continuación, algunos de los sucesos que permitieron llegar
a dicho momento histórico.

13 de mayo

Una fragata inglesa que recaló en Montevideo, la "Milestoe”, proveniente de Europa traía consigo
periódicos con noticias del viejo continente. Así fue que se tomó conocimiento en el Río de la Plata
que los miembros de la Junta Central habían dejado Sevilla, dado que esa ciudad andaluza había sido

18 http://www.unm.edu.ar/index.php/la-gazeta/92-edicion-especial-5-aniversario/787-mariano-moreno-traductor-del-
contrato-social-2
19 En el Escudo nacional Argentino, la Libertad está simbolizada en el gorro frigio, la Igualdad en los espacios simétricos

del óvalo pintado mitad celeste y mitad blanca, y la Fraternidad en las manos cruzadas.
17
tomada por los franceses. Había caído la última Junta de España en Andalucía. Si otro tanto ocurría
con Cádiz, hacia donde avanzaban, no quedaría territorio alguno libre en España.

Disuelta la Junta central, último baluarte de la monarquía, los pueblos americanos, comprendieron que
había llegado el momento para reasumir el poder soberano. Habiendo sido disuelta la Junta Central (la
cual había nombrado a Cisneros), quedaba también sin efecto su mandato.

18 de mayo

En vista de lo que estaba ocurriendo, el virrey Cisneros (sucesor de Liniers en el mando virreinal),
quien ya tenía noticias del clima de agitación que se vivía en la ciudad, publicó una proclama para
pedir al pueblo que se mantuviese unido y que no se tomasen resoluciones sin conocer la opinión de
todo el Virreinato. Aconsejó tranquilidad y obediencia a las autoridades españolas.

Muchos vecinos, en su mayoría criollos, entendieron que había llegado el momento propicio para tomar
decisiones. Por tal razón los hechos comenzaron a precipitarse el 19 y culminaron el 25.

19 de mayo

Saavedra y Belgrano se reunieron con el alcalde de primer voto, Juan José Lezica, para que convocara,
con ausencia de Cisneros, un Cabildo Abierto. Castelli cumplió idéntica misión ante el síndico
procurador Julián de Leiva.

20 de mayo

Cisneros reunió en la Fortaleza a los jefes militares para pedir su apoyo pero no tomó ninguna decisión.
El Cabildo había solicitado al virrey que diera el correspondiente permiso. Cisneros consultó antes a
los jefes militares y estos manifiestaron que no estaban dispuestos a sostenerlo en el cargo. Por la noche,
Juan José Castelli y Martín Rodríguez insistieron en solicitar al virrey que diera la necesaria
autorización para realizar el Cabildo Abierto y así lo hizo Cisneros.

21 de mayo

Algunos vecinos se reunieron en la Plaza Mayor para apoyar la solicitud de un Cabildo Abierto. Los
regidores decidieron que se realizara el 22, y repartieron invitaciones entre 450 vecinos principales,
funcionarios, jefes militares y autoridades religiosas.

c) Cabildo Abierto del 22 de mayo: posturas.

A las 09:00 de la mañana, con alrededor de 250 invitados, comenzó la sesión.

El debate se inició con la proclama del escribano del Cabildo, Justo Nuñez, quien aconsejó evitar toda
innovación y acatar la autoridad del Virrey.

Siguió en el uso de la palabra el obispo de Buenos Aires, Benito de Lué y Riega (español) quien
sostuvo que aún en caso de una pérdida parcial de la Península, ese pedazo de tierra debía continuar
gobernando a América y los criollos sólo podrían llegar a ejercer el poder cuando no quedara ningún
español en estas tierras.

Luego habló el doctor Juan José Castelli (se apoyó en la doctrina suarista). Fundamentó los derechos
del pueblo de Buenos Aires para ejercer su soberanía y formar un nuevo gobierno ya que se le había
jurado fidelidad al rey de España y no a la nación española.

El fiscal Manuel Genaro Villota (español) afirmó que las resoluciones de los vecinos porteños
carecían de validez porque no representaban a todo el virreinato.

Juan José Paso, abogado criollo, sostuvo la necesidad de establecer en Buenos Aires una Junta
Gubernativa lo antes posible.

A continuación se decidió votar una propuesta concreta. Entre todas se destacó la proposición de
Cornelio Saavedra por la cesación del Virrey y la delegación interina del mando en el Cabildo hasta la
formación de una Junta que lo ejerciera en base a la participación popular. Según sus palabras "...No
queda duda de que el pueblo es el que confiere la autoridad o mando..." Adhirieron a su opinión
Castelli, Belgrano, Paso, Moreno y Rivadavia entre otros. Votaron por escrito 225 sufragios, cuyo
escrutinio se dejó para el día siguiente por lo avanzado de la hora.

18
23 de mayo

El recuento de los votos arrojó las siguientes cifras: 155 votos por la destitución del Virrey; 69 por su
continuación en el mando sólo o asociado. Pero estos votos no eran para que el Cabildo erija una junta
ni para la participación popular de la que hablaba Saavedra. La mayoría de los votantes se manifestó a
favor de que el Cabildo tomara el mando y designara una Junta que, a su vez, gobernaría el virreinato
hasta que se reuniesen en Congreso los diputados de todas las ciudades.

Una maniobra de los regidores del Cabildo permitió designar, sin consultar al pueblo, una Junta
Provisional presidida por el propio Virrey.

d) Los acontecimientos del 24 de Mayo.

En este día el Cabildo designó una Junta de Gobierno integrada de la siguiente manera:
presidente, Cisneros; vocales: José Santos Incháurregui, Cornelio Saavedra, Juan José Castelli y Juan
Nepomuceno Solá. De estos cuatro, el primero peninsular y los otros tres, criollos, habían votado en la
reunión del 22 por la cesantía de Cisneros. Precisamente, la presencia de éste en la Junta provocó la
oposición del pueblo y la demanda de que los designados pidan al Cabildo que elija a quienes
merecieran la confianza del vecindario. El Cabildo dispuso que Cisneros continuaría en el mando al
frente de una Junta de Gobierno integrada por dos españoles y por dos criollos: Castelli y Saavedra.

Previa consulta a los jefes militares, los integrantes de la Junta juraron en el Cabildo. Cuando
trascendió, que el virrey permanecía en el mando, la agitación cundió por la plaza mayor y los cuarteles
de Patricios.

Castelli y Saavedra reconocieron su error y renunciaron. El Virrey actuó de la misma manera y


el poder volvió al Cabildo. Los patriotas decidieron presentar al Cabildo los nombres de las personas
que integrarían la nueva Junta de Gobierno. Además de confeccionar esa lista, se dispuso enviar a la
brevedad una expedición militar al interior con carácter de "auxiliadora", para dar las buenas nuevas al
resto del territorio virreinal. La destitución del Virrey se hizo pública a través de un bando por las calles
de Buenos Aires.

e) El 25 de Mayo. La Primera Junta de Gobierno.

Los cabildantes resolvieron rechazar la renuncia de la junta presidida por el Virrey y le


aconsejaron a éste imponerse por la fuerza. Para lograrlo consultaron a los jefes militares quienes
negaron su apoyo.

Los miembros del Cabildo se reunieron para considerar la renuncia de los miembros de la Junta,
lo que no fue aceptado, comunicándosele a mantener su autoridad. Se decidió convocar a las fuerzas
armadas, las que se pronunciaron en contra de la decisión de los cabildantes. Le negaron su apoyo al
Virrey.

El Cabildo decidió solicitar la renuncia de Cisneros, a lo que éste accedió. Una nueva
presentación hizo saber al Cabildo, que el pueblo no se contentaba con la renuncia del presidente, sino
que habiendo formado idea que el Cabildo en la elección de la Junta se había excedido en sus facultades,
y teniendo noticia cierta de que todos los vocales habían renunciado, había el pueblo reasumido la
autoridad que depositó en el Cabildo (acta del 25 de mayo).

LA PRIMERA JUNTA (25-5-1810 / 18-12-1810)

La Junta Provisional Gubernativa (tal fue su denominación), juró en nombre de Fernando VII y
desempeñó sus funciones entre mayo y diciembre de 1810. Una vez constituida debió enfrentar la
oposición sistemática del Cabildo, de la Audiencia y del ex Virrey, quienes tenían la esperanza de que
los diputados provinciales se pronunciaran contra la Junta.

Composición de la Primera Junta de Gobierno

Instalada en Buenos Aires la Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a
nombre de Don Fernando VII, se halló integrada de la siguiente manera.

Presidente: Cornelio Saavedra.

19
Secretarios: Mariano Moreno y Juan José Paso.
Vocales: Manuel Alberti, Miguel de Azcuénaga, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Domingo
Matheu y Juan Larrea (los dos últimos no eran criollos).

f) Obra de la Primera Junta de Gobierno: Frentes de lucha armada. Situación política interna
(germen del enfrentamiento entre centralismo y federalismo).

Entre las medidas de gobierno de carácter social que realizó el primer gobierno patrio merece
destacarse:

• la concesión de derechos políticos a los aborígenes,


• la elaboración de normas para facilitar la venta de terrenos a los agricultores.

En el aspecto económico:

• favoreció el libre comercio,


• redactó un nuevo reglamento para la actividad comercial,
• ordenó la apertura de puertos como Maldonado y La Ensenada,
• persiguió el contrabando y protegió la industria minera.

Dispuso además la reorganización del ejército:

• creó una escuadrilla naval y


• abrió, por iniciativa de Manuel Belgrano, una escuela militar de matemática.

Para comunicar su obra de gobierno y sus ideas, la Junta fundó un periódico: la Gazeta de Buenos
Aires. También ordenó la creación de una Biblioteca Pública, editó la traducción al español del
Contrato Social de Rousseau prologado por Mariano Moreno, dispuso la edificación de escuelas
primarias y aumentó el sueldo a los maestros.

Circular del 27 de mayo.

Para consolidar posiciones, debía hacerse trascender la revolución a un plano nacional, lo que
reafirmaría la decisión adoptada en Buenos Aires. Por ello se decidió comunicar a los pueblos del
interior del virreinato la instalación del nuevo gobierno, solicitándoles que nombraren diputados,
quienes se incorporarían a la Junta de acuerdo al orden de llegada. De esta manera los representantes
del interior arribarían a Buenos Aires para formar una parte de la Junta y no un cuerpo separado. Como
ya ha sido expresado, las ciudades del interior de este joven virreinato de apenas más de treinta años
con capital en la cosmopolita y en alguna medida “pagana” ciudad de Buenos Aires, aún seguían
acostumbradas a los más de dos siglos de dependencia de la tradicional, monárquica y católica ciudad
de Lima. Durante un tiempo, los pueblos del interior permanecieron fieles al sistema político imperante
con Cisneros. Era evidente que los enemigos de la Junta confiaban en los representantes del interior
para volver al poder.

Reglamento del 28 de mayo

Como la Junta gubernativa no aceptó el reglamento del 25 de mayo (que la sometía a las directivas del
Cabildo), haciendo uso de sus legítimas atribuciones dictó el reglamento administrativo del 28 de mayo.
Fue un reglamento en el que se atribuyó los poderes de gobierno, hacienda y guerra. Todos los demás
organismos debían subordinarse al poder de la Junta, incluso órganos muy fuertes que no estuvieron
cómodos con esta disposición, como fueron el Cabildo y la Audiencia. Éstos no se resignaron a perder
el poder frente a la Junta y promovieron los enfrentamientos contra la misma.

El documento además establecía el horario de trabajo de la Junta, organizaba la labor administrativa,


los honores de sus integrantes y el ejercicio de su Patronato.

Reglamento del 29 de mayo

La Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nombre del señor don Fernando
VII, emitió el 29 de mayo de 1810 una proclama dirigida a los “cuerpos militares de Buenos Aires”.

Se trató de la “Proclama y reglamento de la milicia” que, en sus determinaciones originaba la primera


formación del que años más tarde iba a ser nuestro Ejército Argentino. Junto a este decreto se crearon

20
cinco regimientos de infantería de línea que llevaron los números del 1 al 5, sobre la base los cuerpos
de milicianos de Patricios, Arribeños, Montañeses y Andaluces.

“Cuerpos Militares de Buenos Aires! La energía con que habéis dado una autoridad firme a vuestra
Patria, no honra menos vuestras armas, que la madurez de vuestros pagos distingue vuestra
generosidad y patriotismo.

Agitados los ánimos por la incertidumbre de nuestra exigencia política, supisteis conciliar todo el furor
de un entusiasmo exaltado con la serenidad de un ciudadano que discurre tranquilamente sobre la
suerte de su Patria y las armas que cargábais no sirvieron si no para abrir a la razón, para que
recuperando sus derechos fuese la única guía de una resolución magnánima que debe fijar el destino
de estas provincias.

Los pueblos antiguos no vieron un espectáculo tan tierno como el que se ha presentado ante nosotros
y cuando se creía apurado vuestro espíritu por el contraste a que la triste situación de la península lo
había reducido, un heroico esfuerzo se propuso vengar tantas desgracias, enseñando al opresor de la
Europa que el carácter americano opone a su ambición una barrera más fuerte que el inmenso piélago
que ha contenido hasta ahora sus empresas.

¿Quién no respetará de ahora en adelante a los Cuerpos Militares de Buenos Aires?. Si examina
vuestro valor lo hallarán consignado por las más gloriosas victorias; si se meditan esas intrigas; que
más de una vez dieron por tierra con los pueblos esforzados, temblarán al recordar esa gloriosa escena
que precedió a la inauguración de esa Junta; la sabiduría presidía vuestros discursos, las más vivas
penetraciones disipaban los sofismas y religiosos observadores de los derechos del Rey y del pueblo;
nada pudo desviarnos del camino legítimo que habíais meditado para su conservación.

Conservad siempre unida la oliva de los sabios al laurel de los guerreros y esperad de la Junta un celo
para vuestro bien, igual al que habéis manifestado para formarla. Esta recíproca unión de sentimientos
a fijado las primeras atenciones de la Junta, sobre la mejora y fomento de la Fuerza militar de estas
provincias; y aunque para justa gloria del país es necesario conocer un soldado en cada habitante, el
orden público y la seguridad del Estado exigen que las esperanzas de los buenos patriotas y fieles
vasallos reposen sobre la fuerza reglada correspondiente a la dignidad de estas provincias; a este fin,
a acordado la Junta las siguientes medidas en cuya pronta y puntual observancia interesa sus respetos
y todo vuestro celo: Los Batallones Militares existentes se elevarán a regimiento con la fuerza efectiva
de 1.116 plazas, reservado la Junta proveer separadamente sobre el arreglo de la caballería y
artillería volante”.

Para obtener el reconocimiento de Montevideo al nuevo gobierno, se envió a Juan José Paso, pero su
misión resultó infructuosa. La ciudad se mantuvo leal al rey y al Consejo de Regencia de Cádiz. Paso
debió regresar a Buenos Aires sin ningún resultado. La situación se complicó cuando Javier de Elío,
nombrado por el Consejo de Regencia como Virrey del Río de la Plata demandó subordinación a
Buenos Aires, pero la Junta no lo reconoció.

Elío ordenó a las tropas de la Banda Oriental organizarse para atacar a Buenos Aires.

Situaciones similares ocurrieron en Córdoba, en el Alto Perú y en Paraguay que también prefirieron
declararse leales a España.

Este reglamento del 29 de Mayo fue el que posibilitó que meses más tarde partieran las expediciones
militares hacia esos focos contrarrevolucionarios.

En su marcha hacia Potosí, el Ejército Auxiliar del Alto Perú tomó prisionero a los
contrarrevolucionarios de Córdoba, encabezados por Liniers, fusilándolos en el paraje denominado
Cabeza de Tigre.

21
20

CONFLICTOS INTERNOS

En el interior de la Junta surgieron dos facciones que se enfrentaron respecto a la forma de


resolver los problemas de gobierno. Una estuvo liderada por el militar y potosino Saavedra;
representaba la idea de resolver los problemas consensuando las decisiones con los representantes de
las provincias del interior del virreinato. Mariano Moreno por su parte, encabezaba el ala del gobierno
que consideraba que las decisiones deberían tomarse desde Buenos Aires, buscando que las demás
provincias las acompañaren dando sus respectivos consentimientos al materializar el cumplimiento de
tales decisiones.

Los saavedristas no compartían las nuevas teorías liberales y contaban con la adhesión de las
tropas y del pueblo del interior del virreinato. De alguna forma, estas ideas devendrían luego en lo que
se conoció como federalismo, mientras que la posición centralista de la facción que encabezó Moreno
devino en lo que más tarde se conoció como unitarismo.

Los morenistas eran partidarios de las ideas de la ilustración, querían establecer un gobierno
democrático y republicano. No contaban con el apoyo de las provincias y demostraron un acentuado

20 MENÉNDEZ, Rómulo Félix: “Las Conquistas Territoriales Argentinas”, Círculo Militar, Buenos Aires, 1982, Pág 55.

22
porteñismo. Su política revolucionaria se plasmó en el proyecto que Mariano Moreno presentó a
consideración de la Junta y que trascendió como Plan Revolucionario de Operaciones, amén de que su
texto obedeció a completar las líneas trazadas por Manuel Belgrano en cumplimiento a una orden
impartida por la Junta de gobierno criolla.

Hubo un episodio aumentó la desconfianza entre ambos bandos; durante un banquete en el


cuartel de los Patricios donde se festejaba la victoria de Suipacha (7 de noviembre de 1810), un oficial
elogió en forma exagerada a Saavedra e incluso lo llamó emperador.

Enterado Moreno, redactó el Decreto de Supresión de Honores que disponía la igualdad de todos
los miembros de la junta y donde escribió su célebre frase: "Ningún ciudadano, ni ebrio, ni dormido,
debe tener impresiones contra la libertad de su país”.

Un brindis desafortunado en favor de Saavedra

Cuenta don Cornelio Saavedra en sus "Memorias": "La oficialidad de Patricios (regimiento del cual él
era jefe) dio una lúcida función en su cuartel; fui convidado a ella con mi familia y uno de los
concurrentes, cargado de vino y licores, hizo varios brindis en que aplaudía, dándome el título de
Emperador, Rey, etc. En una de las fuentes del ramillete de dulces, había una corona de azúcar: uno
de los oficiales obsequió con ella a mi mujer y ésta la pasó a mí. Un jovencito que escribía en la
secretaría de Moreno refirió este hecho a su protector, pero, válgame Dios ¡qué importancia se dio a
esta bobada! Se propaló que se había intentado en aquella reunión coronarme yo Monarca de
América...? En la mañana del 6 de diciembre de 1810, Moreno presentó a la Junta el proyecto del
Decreto de Supresión de Honores". (Tomado de Pérez Amuchástegui, A. J., "Crónica Argentina", T.
1, pág. 231).

El enfrentamiento se agudizó con la llegada a Buenos Aires de los diputados electos por los
Cabildos de las Provincias.

Los saavedristas querían incorporar los diputados a la Junta en carácter de vocales. Esta opinión
era compartida por el Deán Gregorio Funes representante de Córdoba.

Los morenistas, en cambio, eran partidarios de que los diputados formaran un cuerpo separado
encargado de dictar una Constitución.

La facción saavedrista fue la que se impuso, decidiéndose el alejamiento de Moreno y


encargéndosele una misión diplomática en Europa.

g) Órganos de gobierno que sucedieron a la Primera Junta (hasta la Declaración de la


Independencia), al ritmo de los éxitos y fracasos militares de la Revolución.

LA JUNTA GRANDE (18–12–1810 / 23–09–1811)

A fines de Junio de 1810, habían comenzado a llegar a Buenos Aires los diputados del interior.
Con el triunfo de los saavedristas quedó constituido este nuevo gobierno provisional, integrado por 22
miembros. El hombre fuerte del interior era el Deán Gregorio Funes (Córdoba).

Conflictos Internos

A comienzos de 1811 había tres grupos políticos que se disputaban el poder:

• Los morenistas: habían tenido que abandonar la Junta y su principal figura, Mariano Moreno, murió
durante su viaje en misión diplomática. Este grupo revolucionario formó un centro de difusión de sus
ideas al que llamó Sociedad Patriótica. Algunos de sus integrantes fueron militares como Domingo
French y civiles como Pedro Agrelo y Julián Alvarez.

• Los saavedristas: contaban con el apoyo de los cuerpos militares criollos y con el de la población
de los suburbios.

• Los provincianos: encabezados por el deán Funes sostenían que la Junta, sometida al centralismo
porteño, no representaba la voluntad de los pobladores de la campaña.

23
Movimiento del 5 y 6 de abril de 1811 21

La Junta Grande nunca pudo llevar adelante su misión de gobernar con tranquilidad por dos
grandes motivos: la gran cantidad de miembros que la integraban, que demoraban las resoluciones, y
una fuerte oposición dentro de Buenos Aires. La derrota de Belgrano en su campaña militar al Paraguay,
tampoco había contribuido a mejorar la imagen del gobierno que la facción saavedrista dirigía desde
la Junta Grande. Esta oposición se plasmó en el grupo conocido como "Sociedad Patriótica", cuya
orientación era centralista.

Las familias más antiguas de la ciudad se opusieron a los miembros de este grupo y en la noche
del 5 de abril, con el apoyo de algunos batallones, se encaminaron hacia la Plaza. Entre los cabecillas
se hallaba Joaquín Campana. En las primeras horas del 6 fueron recibidos por Saavedra, quien prometió
estudiar el extenso petitorio de los insurrectos.

Entre otros puntos exigían:

• Que Rodríguez Peña, Larrea, Azcuénaga, y Vieytes cedieran sus puestos a Chiclana,
Anastasio Gutiérrez, Juan de Alagón y Joaquín Campana. Esto se hizo efectivo.
• Que algunos miembros de la "Sociedad Patriótica" fueran desterrados de la ciudad, entre
ellos: Posadas, Beruti, French y Donado.
• Que Saavedra continuara como Comandante en Jefe de las tropas.
• Que Belgrano rindiera cuentas por las derrotas en Paraguay.
• Que el mando de las provincias fuera ejercido por hombres nativos de las mismas.

Este hecho que finalizó con una nueva victoria de los saavedristas, y permitió a la Junta continuar
con el poder, en realidad marcó el inicio de prolongadas luchas internas en la historia argentina.

La oposición a la Junta

Al llegar a Buenos Aires la noticia de la derrota del Ejército Auxiliar del Alto Perú en Huaqui
(20 de Junio de 1811), la Junta Grande ya tenía muchas cuestiones en contra. Los miembros que
quedaban de la Sociedad Patriótica impulsaban la idea de que los malos resultados militares en
Paraguay y en el Alto Perú, obedecían al ineficiente gobierno de la Junta. Así las cosas, el gobierno
ordenó al Brigadier General Cornelio Saavedra que se dirigiera al norte y dejara la capital, buscando
salvar la mala imagen que había dejado Castelli en oportunidad de la ocupación criolla luego del triunfo
en Suipacha. Los morenistas de la Sociedad Patriótica entendieron que al marcharse Saavedra, la
oportunidad de tomar el poder se les estaba sirviendo en bandeja y actuaron en consecuencia. Ocho
días después de haber llegado a Salta, Saavedra recibió la noticia de que no era más presidente de la
Junta. El Cabildo había exigido la renuncia de Joaquín Campana y el pueblo reclamó la realización de
un Cabildo Abierto para "la seguridad y defensa de la Patria". El resultado del Cabildo Abierto fue el
golpe de muerte del Gobierno. La conducción política tenía que cambiar de manos y como única
solución, la Junta hizo conocer el decreto de creación de un triunvirato donde se redujo el poder
ejecutivo a tres miembros. El poder político parecía comenzar a pasar a manos de la facción centralista.

EL PRIMER TRIUNVIRATO (23-09-1811 / 08-10-1812)

La Junta Grande debilitó su poder merced a las derrotas militares, a los conflictos políticos
internos y a la agitación pública. En septiembre de 1811 materializó el final de su gobierno con el
decreto de creación de un Poder ejecutivo compuesto por tres miembros, mientras que la Junta
integraría lo que se denominó: “Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII” 22, en
representación directa del pueblo de las provincias, dictando leyes que el Triunvirato debía aplicar. Los
miembros que componían el ejecutivo eran responsables de sus acciones ante la Junta Conservadora
que se abrogaba la condición de poder legislativo.

Las buenas relaciones entre estos dos organismos no duraron más que un mes. La ruptura de tan
forzada convivencia llegó cuando la Junta Conservadora, a través del dictado del Reglamento
Orgánico pretendió subordinar al Triunvirato bajo su autoridad. El Triunvirato no estaba dispuesto a
aceptar el reglamento y sometió la aprobación del mismo al Cabildo, como si una institución local
estuviera facultada para revisar las leyes dictadas por un órgano de carácter nacional como era la Junta
Conservadora. No obstante ello, el Cabildo lo declaró “nulo”.

21 https://www.todo-argentina.net/historia/independencia/ant009.htm
22 http://argentinahistorica.com.ar/temas.php?tema=6&titulo=26&subtitulo=52
24
Días después, el Triunvirato disolvió la Junta Conservadora e hizo evidente el espíritu centralista
que dominaba en el mismo, principalmente desde su secretario Rivadavia, autor del decreto que
establecía su disolución. Allí se decía que “sólo la tolerancia de la Capital les había permitido
gobernar hasta entonces, pero ahora el Pueblo de la Capital reclamaba la reintegración de los
derechos que le pertenecían”.

En ausencia de un poder legislativo, el Triunvirato se autorizó a sí mismo para dictar todas las
medidas que creyera necesarias sin más límite que su propia prudencia, dictando el denominado
“Estatuto Provisional de Gobierno Superior de las Provincias Unidas del Río de la Plata a nombre
del Señor Don Fernando VII”. Toda una novedad ya que ninguna institución había detentado tanto
poder en el Río de la Plata; ni aún las españolas.

Composición del Primer Triunvirato

El nuevo gobierno estaba compuesto por Feliciano Chiclana, Manuel de Sarratea y Juan José Paso.

Como secretarios fueron nombrados: Bernardino Rivadavia, de Guerra; José Julián Pérez, de Gobierno
y Vicente López, de Hacienda. Ninguno de los miembros era del interior, sino que eran porteños que
luchaban para desalojar del gobierno al elemento provinciano.

La historiografía argentina ha caracterizado de la siguiente forma a este gobierno:

Políticamente: como una reacción contra el 5 y 6 de Abril.

Electoralmente: significaba el voto restringido frente al sufragio universal.

Social y económicamente: representaba a la élite de Buenos Aires.

El Triunvirato fue desprestigiándose rápidamente debido a una serie de medidas adoptadas, como la
demasiado explícita reafirmación de fidelidad a Frenando VII.

Medidas de Gobierno del Primer Triunvirato

Creó una Junta Protectora de Libertad de Imprenta. Dio a conocer el Decreto de Seguridad Individual,
anticipo del Hábeas Corpus. Prohibió el tráfico de esclavos en todo el territorio de las Provincias
Unidas. Otorgó carta de ciudadanía a algunos extranjeros en reconocimiento por sus servicios.
Reemplazó a la Audiencia por una Cámara de Apelaciones y estableció un Tribunal de Concordia.

Para reformar y disciplinar al ejército creó un Estado Mayor Militar, un Regimiento de Granaderos a
Caballo, y dispuso la fabricación de armas y de pólvora.

El 07 de diciembre de 1811 se produjo en Buenos Aires una sublevación del Cuerpo de Patricios
originada por el nombramiento de un nuevo comandante, el coronel Manuel Belgrano, quien por orden
del Triunvirato debía reemplazar al Brigadier General Saavedra. Los Patricios entendieron que tal
medida era tomada para castigar a su ya legendario jefe y estuvieron reticentes. Belgrano, en la
intención de imponer disciplina al Cuerpo, ordenó a los patricios cortarse las trenzas que ellos lucían
tan orgullosamente en sus paradas militares, y que eran consideradas un distintivo del regimiento. Lejos
de cumplir la orden, se amotinaron los suboficiales y soldados expulsando a los oficiales del Cuerpo.
Conocido esto por Belgrano, se apersonó en el cuartel y enfrentó la situación. El combate entre los
patricios amotinados y las tropas leales al Triunvirato no tardó en materializarse. Finalizada la revuelta,
el gobierno ordenó se efectuara un sumario. Los diputados saavedristas y provincianos, acusados de
ser los instigadores del denominado “Motín de las Trenzas”, recibieron la orden de abandonar
inmediatamente la capital23.

En 1812, el Triunvirato ordenó al entonces Coronel Manuel Belgrano hacerse cargo del comando del
Ejército Auxiliar del Perú que la historiografía argentina también denominó como “Ejército del Norte”.
En oportunidad de hacer una escala en la localidad de Rosario decidió dar un pabellón representativo
a sus fuerzas, y así fue que creó la Bandera que años más tarde sería reconocida oficialmente como la
de la Nación Argentina. Enterado el triunvirato de la decisión de Belgrano, no lo autorizó a usarla,
razón por la cual, éste resolvió guardarla hasta el momento en que pudiera festejarse una victoria
importante para la Patria.

23 https://www.elhistoriador.com.ar/el-motin-de-las-trenzas-por-felipe-pigna/

25
En el mes de marzo, apenas días después de haberse producido el arribo del Teniente Coronel San
Martín a Buenos Aires, Belgrano reemplazó a Juan Martín de Pueyrredón en la posta de Yatasto (Salta),
y desde allí se dirigió hasta San Salvador de Jujuy para cumplir la orden del gobierno metropolitano de
retirarse hasta Córdoba ante la probable invasión de las fuerzas lideradas por el General Goyeneche
desde el Alto Perú.

En el mes de agosto inició la retirada desde Jujuy dejando tierra arrasada a su paso 24, para llegar hasta
Tucumán en el mes de septiembre. El pueblo tucumano lo convenció de plantear allí la batalla defensiva
y puso a sus fuerzas a prepararla. De esta manera, desobedecía las órdenes impartidas por el Triunvirato
de Buenos Aires. El 24 de septiembre, festividad de la virgen de la Merced, las fuerzas realistas
comandadas por el General Pío Tristán atacaron la posición de Belgrano en Tucumán. La victoria
inspiró a Belgrano para nombrar Generala de su Ejército a la Virgen de la Merced, y comenzar a
preparar la segunda campaña ofensiva patriota hacia el Alto Perú.

Al llegar las noticias a Buenos Aires, la facción política opuesta al Triunvirato, destacó el hecho de que
Belgrano había triunfado desobedeciendo al gobierno, y provocó su caída reemplazándolo con un
nuevo triunvirato cuya llegada al gobierno y posterior obra veremos a continuación.

SEGUNDO TRIUNVIRATO (8-10-1812 / 31-1-1814) 25

El Cabildo accedió al pedido de los revolucionarios y nombró un nuevo gobierno provisional


con el compromiso de convocar a una Asamblea General. Inicialmente estuvo conformado por Juan
José Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Álvarez Jonte.

El Segundo Triunvirato surgió del movimiento popular que la historiografía argentina dio en
llamar «la revolución del 8 de octubre», y que fuera impulsado por la Logia Lautaro 26. A la demora del
Primer Triunvirato en convocar, como se venía exigiendo desde mayo de 1810, una Asamblea General
para decidir acerca de la forma de gobierno que se debía adoptar, se había agregado la noticia de la
victoria de Belgrano en la Batalla de Tucumán. Este triunfo, lejos de ser una buena noticia para las
autoridades de Buenos Aires, benefició a la oposición, que consideraba que ya eran pocas las
capacidades para gobernar del Primer Triunvirato. El 6 de octubre se reunió la Asamblea electoral y
designó triunviro (en reemplazo de Sarratea que había cesado), al doctor Pedro Medrano, candidato
sostenido por Rivadavia. Por tal motivo, la oposición demostró su indignación y entonces, el
descontento se hizo general. Ante el curso de estos acontecimientos, los componentes de la Logia
Lautaro decidieron deponer al Triunvirato.

Los párrafos que siguen a continuación y que completan el desarrollo del subtema “Segundo
Triunvirato” han sido adaptados y extractados de la siguiente fuente bibliográfica:
https://elarcondelahistoria.com/el-segundo-triunvirato-21-01-1814/

Al amanecer del 8 de octubre se instalaron en la Plaza de la Victoria las tropas de la guarnición,


compuestas por el Cuerpo de Granaderos a Caballo, a las órdenes del coronel San Martín (1), el
Regimiento Nº 2, comandado por Ortiz de Ocampo, y un Grupo de artillería al mando de Manuel Pinto,
acompañados todos estos efectivos, por una bulliciosa multitud que los alentaba. Los revolucionarios
convocaron un Cabildo Abierto y entregaron un petitorio donde exigían: «que en el acto se disolviera
la Asamblea y cesara el gobierno en sus funciones y reasumiendo la autoridad de que fuera investido
por el pueblo el 22 de mayo de 1810, se creara un Ejecutivo compuesto por las personas más dignas
del sufragio público, debiendo convocarse una nueva Asamblea General Extraordinaria, en el preciso
término de noventa días». El Cabildo accedió a lo solicitado y nombró para ejercer un nuevo gobierno
provisional —hasta la reunión de la Asamblea— a Juan José Paso, Nicolás Rodríguez Peña (2),
y Antonio Álvarez Jonte constituyendo lo que se conoce como el Segundo Triunvirato, organismo que
gobernó con acierto y orientó el país de acuerdo con los propósitos de la Logia Lautaro:
“Independencia y Constitución”. Como Secretarios de este Segundo Triunvirato, fueron nombrados

24 Siendo Belgrano un hombre estudioso de las ciencias y las artes (incluidas las militares), en el Éxodo Jujeño puso en
práctica las enseñanzas que los realistas le habían dado en su campaña al Paraguay. Mientras él avanzaba con sus fuerzas
hacia Asunción, sus enemigos se habían preocupado por dificultarle su aprovisionamiento. También en esa campaña
demostró Belgrano lo importante que era para él el hecho de darle a los hombres que conducía un pabellón o bandera
que los distinguiera de las fuerzas contra las que batallaría. Fue en la localidad de Curuzú Cuatiá, lugar en el que se
unieron las tres primeras divisiones que organizó para dicha campaña, que ordenó confeccionar la bandera de tres
colores (amarillo, rojo y azul), que al día de hoy aún ondea a diario en dicha localidad correntina
(http://www.curuzu.gov.ar/htdocs/ciudad/bandera.htm).26
25 https://elarcondelahistoria.com/el-segundo-triunvirato-21-01-1814/
26 http://pachoodonnell.com.ar/articulos/item/389-la-logia-lautaro
para cubrir las carteras de gobierno, guerra y hacienda, los señores JUAN MANUEL DE LUCA,
TOMÁS GUIDO y DOMINGO TRILLO, respectivamente.

«La revolución del 8 de octubre de 1812 —escribe MITRE— fue como la del 25 de Mayo,
esencialmente nacional y democrática en su tendencia. En ella se formuló prácticamente el principio
de la soberanía del pueblo en la exigencia a convocatoria a un Congreso General; se rompió con las
tradiciones del viejo derecho municipal, que daba la supremacía del poder a la capital, estableciendo
así la perfecta igualdad de representación y derechos”

El 24 de octubre de 1812, las nuevas autoridades publicaron una proclama convocando a


elecciones para diputados y en el Reglamento de esta convocatoria establecía la forma de elección de
los diputados, el número de esos representantes de cada provincia y finalmente, la composición de la
Asamblea. Los alcaldes de barrio de cada ciudad principal debían reunir a los vecinos “libres y
patriotas”, los cuales elegirían a pluralidad de votos, un elector. Posteriormente, todos los electores
concurrirían a sus respectivos Cabildos, para proceder a la elección del o de los disputados que los
representarán. El artículo 6º de la convocatoria, establecía que Buenos Aires, por su mayor población
e importancia, sería representada por cuatro diputados, mientras que las demás capitales de provincia,
nombrarían a dos y cada ciudad dependiente de éstas últimas, solo elegirían uno. El artículo 8º ordenaba
que los “poderes de los diputados, serán concebidos sin limitación algún y sus instrucciones no
conocerán otro límite, que la voluntad de los poderdantes”. Practicados que fueron todos estos
requisitos, resultó que la mayoría de los electos, respondían a la tendencia que orientaba la Logia
Lautaro. Finalmente, la Asamblea General Constituyente se instaló en el antiguo edificio del Consulado
el 31 de enero de 1813 y los diputados juraron “conservar y sostener la libertad, integridad y
prosperidad de las Provincias Unidas del Río de la Plata”, esta vez, sin mencionar la ya conocida
invocación de fidelidad al rey Fernando VII.

(1) Esta fue la primera vez que se vio a San Martín tomar parte directa en un movimiento
revolucionario y sólo por accidente, otra vez tomó parte indirectamente en la caída de un gobierno.
Encaminada la revolución y establecida la disciplina de la Logia Lautaro (creada por él), se alejó
para siempre de la política doméstica, consagrándose exclusivamente a la realización de sus planes
contra el enemigo extranjero. (2) Juan José Paso era adversario de Rivadavia, y Rodríguez
Peña continuaba la tendencia morenista.

LA ASAMBLEA DEL AÑO XIII (31-1-1813 / 26-1-1815)

Una de las primeras medidas tomadas por el Segundo Triunvirato fue la de convocar a todas las
provincias del ex Virreinato del Río de la Plata, incluidas las alto-peruanas, para que enviasen diputados
que se incorporarían a una Asamblea General (constituyente e independentista).

El 31 de enero de 1813 fue la sesión inaugural de la Asamblea. Los triunfos militares de San
Martín en San Lorenzo el 3 de febrero y de Belgrano en Salta el 20 del mismo mes, sirvieron de
excelentes augurios tanto al ejercicio de gobierno por parte del Segundo Triunvirato, como a la
posibilidad de avanzar con los propósitos de la Asamblea General recientemente inaugurada. Sin
embargo se produjo un hecho que complicaría por demás los propósitos de declararse independientes
y de organizarse constitucionalmente. Este fue el de las desavenencias que se produjeron con los
representantes de la Banda Oriental. Las instrucciones que el caudillo José Gervasio Artigas había
dado a sus enviados fueron rechazadas por la Asamblea. La posición de Artigas y de la Banda Oriental
era la del federalismo más sano. Artigas pretendía la organización de una República Federal similar a
la de Estados Unidos de América. Vale aclarar que los primeros trece estados de dicha República
norteamericana contaban todos con puertos oceánicos. Siendo así, no resulta extraño que poco tiempo
después, las provincias rioplatenses que más se entusiasmaron con el federalismo fueron las poseedoras
de puertos en condiciones de operar comercialmente27.

Antes de continuar con los demás órganos de gobierno que sucedieron a la Primera Junta,
haremos un breve paréntesis para referirnos a la figura del caudillo oriental Artigas.

José Gervasio Artigas (1764-1850)28

Nacido en Montevideo, perteneció a una de las familias fundadoras de la ciudad. Al comienzo


de su carrera castrense, fue capitán del recién creado (1797) Cuerpo de Blandengues (instituido por la
autoridad virreinal para vigilar la actividad de los contrabandistas en las fronteras con los territorios
27 A la Banda Oriental, provincia impulsora del ideario federal, se le agregaron luego Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes, y
tiempo después la provincia del puerto oceánico más importante: la mismísima Buenos Aires.
28 https://www.elhistoriador.com.ar/jose-gervasio-artigas/
27
brasileños). Tras estallar, en 1810, la insurrección contra el dominio español en el virreinato del Río de
la Plata, se unió a las fuerzas insurgentes y se dirigió a Buenos Aires, a fines de ese año para ofrecer
sus servicios. La Junta revolucionaria le otorgó el grado de teniente coronel, con el que marchó hacia
la Banda Oriental (nombre que recibían los territorios situados al este del Río de la Plata). Las unidades
que estaban a su mando lograron una serie de victorias frente a los españoles durante la primera mitad
de 1811 y sitiaron Montevideo hasta octubre de ese año, cuando la propia Junta provincial de esos
territorios orientales se avino a seguir los designios de la Junta bonaerense, que había firmado un
armisticio con los realistas.

En abril de 1813, Artigas fue nombrado por un congreso provincial gobernador provisional civil
y militar de los territorios orientales, tras de lo cual envió diputados a la Junta de Buenos Aires con
instrucciones precisas: establecer las bases de un sistema federal de gobierno, en el cual uno de los
estados miembros sería la propia Banda Oriental. Tras el rechazo de las instrucciones y de los propios
diputados enviados, las relaciones de Artigas con el gobierno de Buenos Aires se debilitaron
sensiblemente. De hecho que Artigas, a quien más tarde el Director Supremo Posadas lo declaró traidor,
no participó de la victoria patriota que puso fin al sitio de Montevideo en Junio de 1814.

En ese año organizó la Liga de los Pueblos Libres (donde pretendía integrar a todas las
provincias rioplatenses de inclinaciones federales), de la que se declaró protector. Logró liberar a
Montevideo del control de las centralistas fuerzas del Directorio de Buenos Aires en febrero de 1815,
marchando seguidamente hasta Santa Fe. Se negó a enviar diputados ‘libres’ al Congreso de Tucumán
(1816), que debería convenir la organización de las recién creadas Provincias Unidas del Río de la
Plata, debido a la definitiva disidencia respecto de la política centralista bonaerense. Fue derrotado, a
finales de 1816, por las tropas portuguesas que invadieron a la Banda Oriental desde Brasil, y tomaron
luego control de Montevideo. Incapaz de expulsarles, y después de la definitiva victoria portuguesa en
la batalla de Tacuarembó (22 de enero de 1820), la cual supuso la disolución de los denominados
Pueblos Libres, fue excluido del acuerdo logrado entre los federales y los centralistas rioplatenses
(Tratado del Pilar, febrero de 1820). Tras retirarse con el resto de sus tropas a la provincia de Entre
Ríos, resultó finalmente vencido en sucesivos combates por el caudillo federal Francisco Ramírez, en
septiembre de 1820. El día 23 de ese mes, Artigas se exilió en Paraguay, donde, treinta años más tarde,
falleció.

Obra de la Asamblea

La llamada Asamblea del año XIII continuó reunida hasta abril de 1815, oportunidad en la que
se disolvió en medio de una crisis política. Durante los dos años en que sesionó, si bien no fue capaz
de declarar la independencia ni de redactar una constitución, aprobó importantes medidas:

• Eliminó el nombre de Fernando VII de los documentos y su efigie de las monedas.


• Suprimió el sello con las armas reales y lo reemplazó con el que ahora es el Escudo Argentino.
• Dispuso que fuesen libres todos los nacidos en el territorio patrio desde el día de su instalación
(conocida esta medida como "Libertad de Vientres).
• Eliminó los servicios personales que prestaban los indígenas.
• Prohibió el uso de títulos de nobleza.
• Adoptó como canción oficial la compuesta con letra de Vicente López y Planes y música de Blas
Parera.

Puede decirse que tanto las derrotas de Belgrano en Vilcapugio y Ayohuma sobre el final de
1813, como el agravamiento de la tensión entre el gobierno de Buenos Aires y la posición de Artigas
abandonando a su suerte a las fuerzas criollas que sitiaban a las realistas en Montevideo, fueron un
importante elemento de juicio que se tuvo en cuenta al momento de disponer la Asamblea, en enero de
1814, reemplazar al Triunvirato por un Poder Ejecutivo unipersonal cuya denominación fue la de
Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, y que debía durar dos años. Gervasio
Antonio Posadas, quien hasta entonces se estaba desempeñando como uno de los triunviros, fue el
elegido para ser el primero en ejercer dicho cargo29.

Gobierno del Director Supremo Gervasio Antonio de Posadas (31/05/1814 - 09/01/1815)

29 https://elarcondelahistoria.com/el-directorio-directores-supremos-
26011814/#:~:text=Antes%20de%20dar%20t%C3%A9rmino%20a,Supremo%20de%20las%20Provincias%20Unidas
28
Entre las medidas más importantes que tomó Posadas debe contarse la de haber ordenado al
Coronel San Martín, que reemplazara en el comando del Ejército del Norte al derrotado Belgrano.
También a este primer Director Supremo le tocó intervenir en la obtención de un largo anhelo
revolucionario como era el de dar fin al largo sitio de Montevideo con una victoria.

La toma de Montevideo. Creación de la escuadra rioplatense

El primer sitio de Montevideo 30 había tenido lugar entre el 21 de mayo y el 20 de octubre de


1811; es decir, se había producido en medio de conocerse en Buenos Aires las noticias de la derrota en
Huaqui (20/06/1811), y de las inmediatas consecuencias que ésta tuvo: la Junta Grande fue reemplazada
por el Primer Triunvirato. Ese primer sitio terminó con la firma de un armisticio (07/10/1811) entre
los gobiernos patriota de Buenos Aires y realista de Montevideo bajo condiciones a cumplimentarse
que, entre otras cuestiones, exigían el levantamiento del sitio patriota y el regreso a Brasil de las fuerzas
portuguesas que habían invadido la Banda Oriental. El cumplimiento de tales exigencias implicó que
las fuerzas orientales que respondían a José Artigas una vez levantado el sitio, se marcharan cruzando
el río Uruguay hacia el Oeste.

Con las noticias frescas de la victoria de Belgrano en Tucumán, habiendo desobedecido al


Triunvirato, el 8 de octubre de 1812 una pueblada en Buenos Aires provocó el reemplazo del gobierno.
El nuevo Triunvirato, envalentonado por el éxito militar en el Norte resolvió apoyar allí el inicio de
una nueva campaña ofensiva hacia el Alto Perú, y volver a sitiar la ciudad de Montevideo, situación
que se llevó a cabo a partir del 20 de octubre. A cargo del sitio quedó el general Rondeau y entre sus
filas se contaban las orientales que se hallaban bajo el mando de Artigas.

Se hacía muy difícil tomar la ciudad dado que tenía muy buena protección por tierra y a que sus
defensores contaban con el auxilio de barcos muy bien artillados. Además, proveniente de España, las
fuerzas defensoras recibieron un refuerzo de 2.600 hombres entre agosto y septiembre de 1813.
Conspiraban también contra el esfuerzo de las tropas de Buenos Aires los desentendimientos con
Artigas, el caudillo de la Banda Oriental. Cabe decir que desde el momento mismo en que los diputados
enviados por Artigas a la Asamblea General constituyente fueran rechazados, la tensión entre Artigas
y el gobierno de Buenos Aires fue en aumento al punto de que en enero de 1814, el oriental decidió
abandonar el sitio con todas sus fuerzas militares. Enterado del hecho, el Director Supremo Posadas
declaró a Artigas “traidor a la Patria”, puso un precio a su cabeza y envió un ejército a enfrentarlo. El
Barón de Holmberg, quien debió dar cumplimiento a esa orden fue derrotado por las fuerzas de Artigas
en el combate de El Espinillo el 22 de febrero de 1814 31. La victoria provocó que la influencia de
Artigas se extendiera hacia las provincias litoraleñas e incluso hasta la facción que en Córdoba, se
expresaba contraria a las formas con las que Buenos Aires ejercía el gobierno.

Para la creación de la escuadra rioplatense, el gobierno de Buenos Aires encomendó la tarea a


Guillermo Brown. La intención era enfrentar a la flota realista, y proteger a las costas de los ríos Paraná
y Uruguay y a sus poblaciones ribereñas de las incursiones de la flota enemiga. Brown era un marino
de nacionalidad irlandesa, residente en el Río de la Plata desde 1809. Después de preparar siete buques,
el 15 de marzo de 1814 se apoderó de la isla Martín García.

En el mes de abril bloqueó el puerto de Montevideo y el 17 de mayo venció a la flota realista


cuando intentaba ésta romper el cerco. Para lograr esta victoria, conocida luego como Combate del
Buceo (o de Montevideo), Brown atrajo a los barcos realistas lejos de la costa, y de la protección que
podían brindarles los cañones de Montevideo, donde los derrotó, incendiando tres buques y apresando
dos corbetas y un bergantín.

Luego de los triunfos de Brown, el gobernador de Montevideo, don Gaspar de Vigodet, aceptó
capitular. El 20 de junio de 1814 entró en la ciudad el ejército sitiador, que desde poco antes estaba al
mando de Carlos de Alvear. Éste, sobrino de Posadas, había reemplazado a Rondeau, dado que a este
último se le había encomendado la misión de marchar a reemplazar a San Martín en el comando del
Ejército del Norte. San Martín, gravemente enfermo se trasladaría a la provincia de Córdoba (Saldán),
para intentar restablecer su salud.

En Montevideo fueron tomados prisioneros más de 6.000 realistas, así como una importante
cantidad de provisiones y equipo militar. Tan importante victoria, bien podría haber servido para
mejorar las relaciones con Artigas, pero no fue así.

30 https://elarcondelahistoria.com/primer-sitio-de-montevideo-27051811/
31https://www.bing.com/videos/search?q=jose+gervasiocombate+de+El+espinillo&docid=608049132986500990&mid=

96C10834C5CF284A865996C10834C5CF284A8659&view=detail&FORM=VIRE
29
Gobierno del Director Supremo Carlos María de Alvear (10/01/1815 - 14/04/1815)

La brevedad del Directorio ejercido por Carlos María de Alvear requiere de una explicación
que nos hará viajar de regreso en el tiempo hasta 1814.

Por orden del entonces Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Gervasio
Posadas, el 30 de enero de 1814 el coronel San Martín asumió el mando del Ejército del Norte,
conducido hasta entonces por Manuel Belgrano. Se puso San Martín sin demora a reorganizar esta
fuerza recientemente derrotada en las batallas de Vilcapugio y Ayohuma. Una de las medidas adoptadas
fue encomendar la defensa de la quebrada de Humahuaca al salteño Martín Miguel de Güemes.

Tres meses después de asumir el mando, debió dejarlo San Martín por problemas de salud,
trasladándose a Córdoba para recuperarse. Asumió el mando del Ejercito del Norte en su remplazo, en
julio de 1814, el general José Rondeau, con la orden de preparar una tercera expedición ofensiva hacia
el Alto Perú.

Es en estas circunstancias cuando ingresa en escena nuevamente el entonces Coronel Carlos


María de Alvear. Éste, era sobrino del Director Supremo Posadas, y fue por esta relación de parentesco
que, ante la proximidad del triunfo patriota sobre el extenso sitio realista en Montevideo, pidió hacerse
cargo del Ejército Auxiliar de la Banda Oriental. Fue así que reemplazó al hasta entonces Comandante,
el General Rondeau, a quien se enviaba en una nueva misión: reemplazar al Coronel San Martín, quien,
gravemente enfermo, marcharía hasta la provincia de Córdoba en el intento de recuperar su salud. El
20 de junio de 1814 Alvear encabezó la entrada triunfal de su ejército en Montevideo.

Las ambiciones de Alvear lo llevaron otra vez a pedirle a su tío que le permitiera mandar el
Ejército del Norte, lo cual lo pondría nuevamente en la situación de reemplazar al General Rondeau.
Recuérdese que el anterior reemplazo se había producido algunos días antes de que este último pudiera
dedicarse a las merecidas celebraciones por su más que probable victoria.

Hallándose Alvear en viaje para asumir el mando, se levantó la oficialidad del Ejército del
Norte, encabezada por Martín Rodríguez, en repudio contra el nuevo jefe. Enterado Alvear de este
hecho, cuando se hallaba en el norte de la provincia de Córdoba, decidió regresar a Buenos Aires.

Ante este acto de desautorización a su poder, Posadas renunció a su cargo en enero de 1815.
La Asamblea designó en su reemplazo como Director Supremo, a Carlos María de Alvear. Pero, ese
nombramiento no fue bien recibido por la gran mayoría del país 32.

Párrafo aparte cabe aclarar que, a estas alturas, San Martín, restablecido en su salud, y con el
plan libertador continental en su cabeza, había logrado que Posadas lo nombrara Gobernador de Cuyo;
pero al enterarse de la renuncia de quien lo había nombrado, presentó también la suya. Sin embargo,
su dimisión le fue rechazada por los cabildos de Mendoza, San Juan y San Luis, en claro apoyo a San
Martín y rechazo a Alvear. Por su parte, el Ejército del Norte también le negó obediencia.

Pronto el gobierno de Alvear derivó en un gobierno centralista, impopular, y cada vez menos
respetado. Para peor, la situación en el litoral, se había vuelto a favor de Artigas, quien desde el
momento en el que sus diputados no pudieron formar parte de la Asamblea que el Segundo Triunvirato
había convocado para 1813, había ido en aumento su enfrentamiento contra Buenos Aires. Lejos de
participar aliando sus fuerzas militares a las del Directorio para obtener juntos la victoria rioplatense
sobre el sitio realista en Montevideo, se preocupó en enfrentar a las fuerzas de Buenos Aires
conformando lo que dio en llamar la Liga de los Pueblos Libres, que formó con las provincias que lo
aceptaron como su protector. El 10 de enero de 1815, las fuerzas orientales de Fructuoso Rivera
vencieron en Guayabos a las que conducía el Coronel Dorrego, abriéndose de esta forma el paso a las
fuerzas de Artigas para tomar el control de Montevideo. Hecho ello, decidió luego marchar hacia Santa
Fe.

Enterado el gobierno de Alvear de estos movimientos orientales, resolvió enviar un ejército


para enfrentarlo. La vanguardia de éste, al mando de Ignacio Álvarez Thomas, se sublevó en abril de
1815 en la posta de Fontezuelas (en cercanías de la actual ciudad de Pergamino), mientras marchaba
rumbo a Santa Fe. Conocido este hecho en Buenos Aires, se produjo un levantamiento general y como
consecuencia de esta situación, Alvear renunció y marchó al exilio. Desprestigiada, la Asamblea
General Constituyente se disolvió.

32 https://www.todo-argentina.net/historia/independencia/ant027.htm

30
Dado que la mayoría de las provincias habían coincidido en desconocer la autoridad de Alvear,
al movimiento ocurrido en abril de 1815 se lo llamó "revolución federal".

Gobierno del Director Supremo Ignacio Álvarez Thomas (22/04/1815 – 16/04/1816)

Al quedar las Provincias Unidas del Río de la Plata sin gobierno, el Cabildo de Buenos Aires
formó una “Junta de Observación”33 para que redactase un “Estatuto Provisional” y encomendó a un
grupo de vecinos la designación del reemplazante de Alvear. Se eligió director provisorio a Rondeau
y, por hallarse éste al mando del Ejército del Norte, se designó a Álvarez Thomas como su reemplazante
interino.

El Estatuto Provisional34 redactado por la Junta de Observación tuvo escasa vigencia, siendo
reconocido solamente por Salta y Tucumán. De todas formas, lo más importante de este documento, y
que proyectó sus consecuencias al futuro del país, fue que el Director Supremo debía "con particular
esmero y eficacia", convocar a elecciones de diputados para un Congreso General constituyente que se
reuniría en San Miguel de Tucumán.

A poco de recibir el mando, el Director interino solicitó a las provincias, en cumplimiento de


lo dispuesto en el Reglamento, que eligiesen diputados para enviar al mencionado Congreso General;
pero mientras esto ocurrió, resurgió el conflicto entre Buenos Aires y la Liga de Artigas. El 2 de marzo
de 1816, los caudillos Mariano Vera y Estanislao López se sublevaron en Añapiré y pusieron sitio a
Santa Fe que, gobernada por el teniente de gobernador Tarragona, se hallaba subordinada al Directorio
contando con la protección que le brindaban los más de 3000 hombres que, por orden de Álvarez
Thomas, mandaba Viamonte. El 21 de marzo Viamonte debió capitular, Tarragona fue depuesto y se
proclamó la soberanía de la provincia y su ingreso a la Liga de los Pueblos Libres, bajo la protección
de Artigas.

Para contrarrestar esto, Álvarez Thomas envió una nueva invasión contra Santa Fe al mando
del General Belgrano, pero el 9 de abril de 1816, mientras las fuerzas de Belgrano se hallaban en
Rosario, el Coronel Mayor Eustoquio Díaz Vélez, con el apoyo de los oficiales y de las tropas, acordó
con los federales el Pacto de Santo Tomé35.

Deliberaba ya el Congreso en Tucumán cuando, en abril de 1816, renunció Álvarez Thomas y


para reemplazarlo la Junta de Observación y el Cabildo de Buenos Aires eligieron a Antonio González
Balcarce. Fue esta una elección ilegitima, ya que la elección del Director Supremo era atribución del
Congreso reunido en Tucumán. Éste, sólo tardó un mes en nombrar a Juan Martín de Pueyrredón como
nuevo Director Supremo. Se avecinaban las jornadas que llevarían a la declaración de la
Independencia.

UD 3 - El Capitán General José Francisco de San Martín.

a) Breve reseña biográfica. Su formación militar en España36.

33 https://elarcondelahistoria.com/la-junta-de-observacion-1841815/
34 https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/5/2113/10.pdf
35 https://www.todo-argentina.net/historia-argentina/1811-1816/tercer-directorio/santo-tome.php?idpagina=393
36 https://www.lanacion.com.ar/sociedad/de-11-34-anos-vida-militar-jose-nid2337038
31
José Francisco de San Martín nació el 25 de febrero de 1778 en el ribereño pueblito de Yapeyú
(sobre la margen occidental del río Uruguay, actual provincia argentina de Corrientes), que había
formado parte de las antiguas misiones jesuíticas en territorio de los guaraníes.

Hijo del Capitán Juan de San Martín 37 y de Gregoria Mattorras 38, palentinos ambos. Cuando
cumplió tres años de edad, él y su familia se radicaron por unos pocos años en Buenos Aires y luego
emprendieron viaje hacia el puerto de Cádiz39, en España. Después de cursar sus estudios en la capital
española, San Martín se incorporó en 1789 como cadete en el Regimiento de Murcia 40. Durante su
actuación en el ejército de la Madre Patria, luchó contra los moros en África y después combatió en
Europa, en luchas sostenidas contra franceses, ingleses y portugueses, interviniendo en treinta y una
acciones de guerra.

Por su actuación en la famosa batalla de Bailén (20 de julio de 1808), donde fueron batidas las
legiones imperiales de Napoleón, fue ascendido al grado de teniente coronel y condecorado con medalla
de oro.

“San Martín no olvidada sus orígenes criollos y quiso incorporarse a la lucha por la
independencia americana. Un año después de producida la revolución de Mayo, pidió el retiro del
ejército español y se embarcó hacia Londres el 14 de septiembre de 1811. San Martín estuvo cuatro
meses en Londres. Allí entró en contacto con grupos revolucionarios como la Gran Hermandad
Americana, una logia fundada por Francisco de Miranda, un patriota venezolano que se proponía
liberar América con la ayuda financiera de los ingleses. Se relacionó también con políticos vinculados
al gobierno británico, como James Duff y Sir Charles Stuart, quienes le hacen conocer el plan
Maitland. En enero de 1812 San Martín se embarca en la fragata inglesa George Canning rumbo a
Buenos Aires”41.

g) Llegada a Buenos Aires. Creación del Regimiento de Granaderos a Caballo.

La fragata inglesa George Canning arribó a Buenos Aires el 9 de marzo de 1812. Así publicó La Gazeta
de Buenos Aires este evento:

“A este puerto han llegado, entre otros particulares que conducía la fragata inglesa, el Teniente
Coronel de Caballería José de San Martín, Primer Ayudante de Campo del General en Jefe del Ejército
de la Isla, marqués de Coupigny; el Capitán de Infantería Francisco Vera; el Alférez de Navío José
Zapiola; el Capitán de Milicias Francisco Chilavert; el Alférez de Carabineros Reales, Carlos Alvear
y Balbastro; el Subteniente de Infantería Antonio Arellano y el Primer Teniente de Guardias Valonas
Eduardo Kailitz (sic), Barón de Holmberg. Estos individuos han venido a ofrecer sus servicios al
gobierno y han sido recibidos con la consideración que merecen por los sentimientos que protestan en
obsequio de los intereses de la Patria”42.

Su llegada, junto a la de los demás destacados oficiales, constituyó un factor importantísimo


en la marcha de los asuntos del Plata. Desde el punto de vista militar, los recién llegados iban a aportar
la experiencia y los conocimientos técnicos de los que carecían los improvisados jefes de 1810 y 1811.

“Culturalmente San Martín era un europeo, se formó en el ejército profesional español, al que
sirvió durante 22 años. Combatió a Napoleón, conoció sus innovaciones de combate tomadas de los
clásicos de la historia, aspecto que influyó sustancialmente en la contribución estratégica para las
guerras de la independencia y es la explicación de la importancia dada a la Inteligencia Estratégica,
vital para sus acciones político-militares. Su accionar constituye una importante contribución a la
evolución del pensamiento militar aplicado al arte de la guerra” 43.

Desde el punto de vista político, su llegada y la posterior fundación de la Logia Lautaro44, fue
trascendental para el Río de la Plata.

37 https://www.todo-argentina.net/biografias/san_martin/vida001.htm
38 https://www.todo-argentina.net/biografias/san_martin/vida002.htm
39 https://www.todo-argentina.net/biografias/san_martin/vida005.htm
40 https://www.colegiomilitar.mil.ar/rediu/pdf/ReDiU_1030_art3-San%20Martin%20Cadete.pdf
41 https://www.elhistoriador.com.ar/preguntas-sobre-san-martin/
42 https://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2014/12/22/opinion/OPIN-03.html
43 SILLONE, Jorge: “El Caleidoscopio del Poder en la Argentina – Su Influencia en la Inteligencia Estratégica”, en
32
“Democratización de la Función de Inteligencia”, de SWENSON, Russell y LEMOZY, Susana (Compiladores), National
Defense Intelligence College, Washington DC, 2009, pág 26.
44 https://sanmartiniano.cultura.gob.ar/media/uploads/site-31/multimedia/articulos/082_la_logia_lautaro_bartolome_mitre.pdf
Creación del Regimiento de Granaderos a Caballo

Al producirse la Revolución de Mayo, existían en Buenos Aires algunos cuerpos de caballería


veterana como el “Regimiento de Dragones” y el “Cuerpo de Blandengues de la Frontera”, y otros de
milicias, como el “Escuadrón de Húsares del Rey”. La caballería era un arma de características
particulares en el Río de la Plata, ya que era la resultante de un medio ambiente en el que abundaban
los caballos y sobraban las tierras y los buenos jinetes, pero faltaba capacitación y orden en los hombres.
El general Paz en sus Memorias, al referirse a esta situación decía: “Hasta que vino el general San
Martín, nuestra caballería no merecía ni el nombre, y dotados nuestros hombres de las mejores
disposiciones, no prestaban buenos servicios en dicha arma, porque no hubo jefe capaz de
aprovecharlas”.

El 16 de marzo de 1812 el Triunvirato que ejercía las funciones de gobierno de las Provincias
Unidas del Río de la Plata, en virtud de los méritos que San Martín había alcanzado en España, le
reconoció el grado de Teniente Coronel de Caballería y le otorgó el cargo de “Comandante del
Escuadrón de Granaderos a Caballo”, el que debía organizar bajo los principios y maniobras de la nueva
táctica francesa de caballería 45. Al día siguiente, San Martín elevó el plan para la formación de este
primer escuadrón que fue organizado con una plana mayor compuesta por un teniente coronel, un
sargento mayor, un ayudante y un portaestandarte, y dos compañías que contaban con tres oficiales y
veinte hombres de tropa cada una.

Inicialmente el entrenamiento de las tropas se llevó a cabo en la Ranchería, pero un mes después se
le entregó a San Martín el cuartel del Retiro, que antes servía de base al Regimiento de Dragones. Ese
cuartel estaba ubicado donde actualmente se levanta el monumento al general San Martín, en la plaza
del mismo nombre, justamente frente al Círculo Militar y a la Estación Retiro. Tras instruir
acabadamente a las tropas en el manejo de las armas blancas y de fuego, el Regimiento de Granaderos
a Caballo obtuvo su primera victoria en el combate de San Lorenzo, el 3 de febrero de 1813 46.

b) Su participación política y militar en Buenos Aires, en el Ejército del Norte y en la Declaración


de la Independencia Nacional desde la Gobernación de Cuyo.

En su arribo a Buenos Aires, marzo de 1812, la situación de las Provincias Unidas del Río de la
Plata era verdaderamente crítica, pues la amenaza exterior pendiente sobre su gobierno provenía no
sólo del norte, donde los realistas avanzaban peligrosamente tras su victoria en Huaqui, sino también
desde la Banda Oriental.

El advenimiento de la Logia Lautaro se convirtió en una oportunidad para dejar de lado las
improvisaciones de un régimen que carecía de ideas precisas de gobierno y que además se hallaba
enfrascado en una lucha de facciones intestinas. En esa sociedad secreta se definió claramente el
objetivo nacional de independizarse de España, y que debía ser adoptado por el gobierno mediante
normas constitucionales "que afirmaran la libertad civil y la igualdad ante las leyes". El objetivo, se
sabía de antemano, no podía ser alcanzado sin una cruenta lucha.

El gobierno del Primer Triunvirato aparecía como amilanado tras la derrota en el Alto Perú y la
imposibilidad de terminar con la cercana amenaza que seguía constituyendo el virreinato de Francisco
Javier De Elío desde la margen este del Rio de la Plata.

A la orden impartida desde el gobierno triunviral de retroceder hasta Córdoba, el general Manuel
Belgrano respondió desobedeciéndola y obteniendo una victoria decisiva en Tucumán (24/09/1812).
Tras el resultado de esa batalla, terminaba la campaña ofensiva realista, y se otorgaba la posibilidad a
los patriotas, de iniciar una nueva campaña ofensiva hacia el Alto Perú.

El consecuente cambio de gobierno, ocurrido tras la revolución del 8 de octubre de 1812, dispuesto
ahora por los miembros de la Logia Lautaro, aprovechó también la inercia del momento para volver a
la carga respecto de las intenciones de dominar la plaza montevideana y desde allí la Banda Oriental
toda. Así fue que desde el 20 de ese mismo mes se instaló el segundo sitio terrestre a la ciudad de
Montevideo.

45
San Martín, militar de carrera, iba a constituirse en formador de oficiales. Su escuela militar incluyó la del culto al HONOR,
como el más sagrado de los valores. En lo técnico, venía imbuido de los adelantos que Napoleón Bonaparte estaba
imprimiéndole al ARTE DE LA GUERRA, y lo hizo notar en todas las campañas militares que condujo, sacándole amplias
ventajas a sus enemigos.
46 https://www.todo-argentina.net/biografias/san_martin/mili005.htm
33
Estos vientos favorables iban a permitir mejores resultados militares en ambos teatros de
operaciones y estos ocurrieron en el mes de febrero de 1813. Primero fue el estreno en combate de los
Granaderos a Caballo de San Martín, con la carga de su Jefe a la cabeza, para no dejar duda posible
alguna sobre el compromiso del patriota correntino con la causa de la Revolución. El combate
victorioso tuvo lugar en localidad de San Lorenzo, a la vera del Paraná y frente a las instalaciones del
franciscano convento de San Carlos que a partir de esa inolvidable jornada del tercer día de ese mes,
se hará famoso por haber alojado tras sus muros a los bravos centauros de José Francisco de San Martín.
A partir de ese momento, las tropas realistas portadoras de su rojo pabellón, pensarían muy bien antes
de volver a incursionar por el Paraná en busca de provisiones para auxiliar a sus sitiadas fuerzas en
Montevideo.

La segunda victoria de febrero fue en Salta, el día 20. Belgrano, ya en campaña ofensiva hacia el
Alto Perú, derrotó nuevamente a las fuerzas del General Tristán, como ya lo había hecho en Tucumán,
permitiéndole ahora avanzar campante hacia el dominio de la Villa Imperial del Potosí altoperuano,
con todo cuanto ello significaba, entre otras cuestiones, para paliar las alicaídas economías y finanzas
patriotas.

Así como en su inicio, 1813 se había tornado favorable a las fuerzas de la Patria, al final del año
ocurriría lo contario. Derrotado Belgrano primero en Vilcapugio y luego en Ayohuma, tal situación
obligó al recambio del gobierno. La Asamblea determinó una nueva reducción de miembros para el
ejercicio de las decisiones ejecutivas. Así como en algún momento se había reducido a tres miembros
el anterior gobierno juntista, creándose la figura del triunvirato, la Logia Lautaro venía impulsando la
idea de reducir a un único miembro el peso y la responsabilidad del poder ejecutivo. Creada la
institución del Directorio,, su primer Director Supremo, Gervasio Posadas, ordenó a San Martín
reemplazar a Belgrano en el mando del derrotado Ejército del Norte.

De esta forma fue cómo se conocieron personalmente los dos más grandes hombres nacido en tierras
argentinas; en el relevo del mando del Ejército del Norte. Ocurrió el hecho en la posta de Yatasto,
próxima a Metán, provincia de Salta, el 29 de enero de 181447. Tanto por el intercambio epistolar entre
ellos, como por las lecturas de San Martín a las producciones intelectuales de Belgrano, o por los
comentarios que a uno le llegaban acerca de las acciones o de la personalidad del otro, ya se conocían
bastante. Había una admiración mutua. En esos días que duraron hasta el momento en el que Belgrano
debió marchar a Buenos Aires para rendir cuentas sobre sus últimas dos derrotas y para recibir nuevas
misiones, Belgrano exprimió la genialidad militar y estratégica de San Martín, a la vez que el vencedor
de San Lorenzo comprobó por sí mismo, la sabiduría y humildad del creador de la bandera.

“Ya instalados los dos patriotas en Tucumán, el 29 de enero de 1814 Belgrano presentó a las tropas
a su nuevo jefe, que estableció su cuartel general allí, donde se dedicó a reorganizar al derrotado
Ejército del Norte. Ordenó la construcción de una unidad militar, la Ciudadela, en las afueras de la
ciudad de San Miguel. El 25 de febrero, día de su cumpleaños 36, fundó una Academia de Matemáticas
y otra de Aritmética y Geometría, destinada a la oficialidad y a la tropa. Se reservó para sí la
“cátedra” de táctica e historia militar, que dictaba personalmente. Manuel partiría a Buenos Aires
demandado por un tribunal militar que finalmente lo absolvería. Los grandes amigos nunca más se
volverían a ver, pero mantendrían una estrecha amistad a través de cartas entrañables. Al enterarse
de la muerte de Belgrano, José, su amigo del alma, que estaba en el Perú, dijo que aquel era uno de
los días más tristes de su vida”48.

In situ, la genialidad estratégica y militar de San Martín pudo comprobar las dificultades que el
ambiente geográfico de la puna altoperuana era capaz de provocar sobre las fuerzas militares
provenientes desde el Sur. Dedujo también los problemas similares que para las fuerzas militares
provenientes desde la puna, ocurrirían normalmente en oportunidad de descender desde esas alturas y
pretender mantenerse o avanzar hacia el sur. Sobre tal paradigma hizo referencia el historiador
argentino Bartolomé Mitre en su famosa obra “Histroria del General San Martín y de la Emancipación
Americana”. Pensó San Martín en que las tácticas de guerrillas gauchas que aplicaba el salteño Martín
Miguel de Güemes, alcanzaba para resistir cualquier invasión realista que proviniera desde el Alto Perú.
La ruta principal para llegar desde el Sur hasta Lima, no podía ser la del Alto Perú, cuestión que había
quedado demostrada tras los infructuosos intentos de las campañas iniciadas en 1810 y en 1813.

Avezado en las artes de la guerra de zapa, San Martín se las ingenió desde el cuartel de la Ciudadela
en Tucumán, para hacerle creer al general Pezuela, que con 5.000 hombres había avanzado hasta Salta,
que su ejército, verdaderamente maltrecho, se estaba reorganizando. Tal percepción, sumada a las

47 https://www.todo-argentina.net/biografias/belgrano/922con_smartin.html
48 https://argentear.com/san-martin-y-belgrano/
34
permanentes acciones hostiles que le imprimían los infernales gauchos de Güemes y las guerrillas de
Arenales en Santa Cruz, llevaron a Pezuela a decidir abandonar Salta y Jujuy hacia fines de julio.

A solamente tres meses de puesto en el cargo, las crónicas dolencias físicas de San Martín se
agravaron, obligándolo a pedir una licencia médica. El descanso en Córdoba le permitió recuperar su
salud, y completar las ideas de materializar su plan libertador. Dada la oportunidad de ser nombrado
gobernador intendente de Cuyo, lo solicitó al Director Supremo y así fue que por orden de Gervasio
Posadas, se afincó en la ciudad de Mendoza para gobernar los territorios de las actuales provincias de
San Juan y San Luis, además de la propia Mendoza 49.

A menos de un mes de hacerse cargo de la gobernación, la victoria realista sobre los patriotas
chilenos en Rancagua (1 y 2 de octubre de 1814), aceleraron la necesidad de llevar adelante la
organización de un ejército que fuera capaz de cruzar la cordillera andina más elevada, derrotar a las
fuerzas realistas que se le enfrentaren, y permitirle luego devolver la libertad e independencia al pueblo
chileno primero, para luego continuar su campaña hacia Lima. La brillante mentalidad estratégica que
permitía a San Martín pensar a largo plazo, aún sin tener nada más que su propia intención, se
combinaba en él con una capacidad de trabajo diaria que, solamente se veía distraída por sus conocidos
motivos de salud.

En Mendoza, además de ejercer una gobernación ejemplar, se dedicó apasionadamente a organizar


ese ejército. Sabía muy bien él, que previo a cualquier movimiento de poner en marcha su maquinaria
bélica hacia el oeste de los Andes, el naciente estado rioplatense debía declararse independiente. ¿Cómo
darle la libertad e independencia a un estado hermano, sin haber sido capaz de otorgarse la propia?

Así fue entonces que, además de a la organización de su ejército y de gobernar la extensa región
cuyana, dedicó San Martín todos sus demás incansables esfuerzos en pos de convencer a todos sus
interlocutores con poder de adoptar la decisión de declarar la INDEPENDENCIA, de la ineludible
necesidad de tomarla.

c) Campaña Libertadora a Chile

Una vez declarada la Independencia de las “Provincias-Unidas en Sud-América” 50, del Rey de
España, en julio de 1816, San Martín se dedicó a ultimar los detalles que le permitieran iniciar el cruce
del macizo andino en el próximo verano. El 1 de agosto de 1816, el Director Supremo del nuevo estado
lo nombró General en Jefe del Ejército de los Andes.

San Martín había concebido un ingenioso plan previo: infiltrar espías (principalmente
indígenas) entre las tropas enemigas con el fin de conseguir valiosa información y difundir a su vez
datos falsos que él mismo daba a sus espías, y que desconcertaban a los realistas. A esta estrategia se
la conoció como Guerra de Zapa y alcanzó plenamente los objetivos buscados, ya que el gobierno
chileno no logró conocer jamás el itinerario que seguirían las tropas libertadoras a través de la
cordillera. Por esta razón, los caminos de Uspallata y Los Patos (que eran los realmente elegidos para
el paso del grueso de las tropas), no fueron suficientemente protegidos por los españoles que esperaban
al ejército sanmartiniano por otros pasos. El plan de engaño de San Martín con esos fines contó con el
cruce de los Andes por un total de seis pasos cordilleranos.

El 12 de febrero de 1817 tuvo lugar el primer encuentro de las fuerzas invasoras con los realistas
en la batalla de Chacabuco 51. Esta resonante victoria permitió a los patriotas apoderarse de Santiago de
Chile. Allí, el pueblo reunido en Cabildo Abierto, ofreció el poder a San Martín, pero el Libertador
declinó la designación, nombrándose en consecuencia a O´Higgins como Director Supremo.

Con motivo de la victoria de Chacabuco, el Cabildo de Santiago de Chile obsequió al general


San Martín la suma de diez mil pesos, pero el prócer la rechazó, y al hacerlo, solicitó al mismo cuerpo
que la destinara para fundar una biblioteca nacional, para que el pueblo “se ilustre en los sagrados
derechos que forman la esencia de los hombres libres”.

Un año después de la Batalla de Chacabuco, el 12 de febrero de 1818, Chile se declaró


nuevamente independiente de España 52. Sin embargo, desde el Perú llegaron refuerzos al sur del país
que, tras desembarcar en Talcahuano al mando del general Osorio, marcharon hacia la ciudad de

49 https://www.elhistoriador.com.ar/san-martin-gobernador-de-cuyo/
50 Tal denominación del nuevo estado independiente es la que figura en el Acta de la Declaración.
51 https://www.youtube.com/watch?v=qMDyCPVIavI
52 https://www.youtube.com/watch?v=h-IsbTr4Elw
35
Santiago. Las fuerzas de San Martín que se encaminaban a su encuentro para darles batalla, fueron
sorprendidas en la madrugada del 19 de marzo de ese año en los campos del llano denominado Cancha
Rayada53. La victoria fue realista, pero estuvo lejos de ser decisiva. Apenas unos días más tarde, el
Ejército unido de chilenos y argentinos mandado por San Martín derrotó a las fuerzas españolas en
Maipú54, siendo esta batalla la que definitivamente marcaría el destino de libertad e independencia a la
República de Chile.

d) Campaña Libertadora al Perú

Para dar la LIBERTAD a Perú, segunda parte de su plan estratégico, necesitaba San Martín
contar con una flota. O´Higgins llamó para este fin al marino escocés Tomas Cochrane, quien
inmediatamente se abocó a la tarea de eliminar las naves españolas desde Valdivia (en Chile) hasta el
puerto de El Callao (frente a las costas del Perú).

Mientras se hallaba San Martín en medio de la preparación de sus tropas y su flota que lo llevaría
a Perú, al este de la cordillera, la pretensión independentista de las Provincias-Unidas en Sud-América,
de “unidas” cada vez más solamente ibaquedándoles el nombre.

La guerra entre el Directorio ya independiente de España, y la artiguista Liga de los Pueblos


Libres, que había impedido a esas provincias participar del Congreso de Tucumán, se ponía cada vez
más tensa. Aquel Congreso de Tucumán, en 1817 se había trasladado a Buenos Aires y en 1819
estableció una Constitución Nacional unitaria que, si bien fue redactada y juramentada por los
representantes de todas la Provicias directoriales, no ocurrió lo mismo con los respectivos
gobernadores.

Amenazado el gobierno central en Buenos Aires por las montoneras de Santa Fe y Entre Ríos,
el Director Rondeau 55 ordenó el repliegue a los dos Ejércitos Nacionales (el del Norte y el de Los
Andes). San Martín, presto a llevar la consolidación de la libertad para la mitad de la América del Sur,
envió su renuncia, que le fue rechazada. Aceptó enviar una unidad de caballería pero ésta se sublevó
en San Juan.

El 1 de febrero de 1820 tuvo lugar la batalla de Cepeda con la derrota del gobierno central.
Habían sido ya no derrotadas por la Liga de los Pueblos Libres, sino por las montoneras provenientes
de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. La renuncia obligada del Directorio dejaba a las hasta
entonces “Provincias Unidas”, además de en desunión, en total estado de anarquía.

Tomando conciencia de estas anomalías, el General San Martín le ordenó al jefe del estado
mayor de las fuerzas argentinas estacionadas en Rancagua, Coronel Mayor Gregorio de las Heras, que
reuniera al cuerpo de oficiales y ante ellos leyera el siguiente mensaje:

“El Congreso y el Director Supremo de las Provincias Unidas ya no existe. De esas


autoridades emanaba la mía de general en jefe del ejército de los Andes y de consiguiente, creo de
mi deber y obligación el manifestarlo al cuerpo de oficiales para que ellos por sí y bajo su espontánea
voluntad, nombren un general en jefe que deba mandarlos y dirigirlos y salvar de este modo los riesgos
que amenazan a la libertad de América... ”
El Acta de Rancagua fue un documento privado, por el cual un grupo de militares, decidieron
por sí seguir y obedecer a un jefe elegido entre ellos.

Estos momentos de caos institucional que se vivían en las ex Provincias Unidas, fueron
graficados por San Martín en los fragmentos de una carta que, momentos antes de partir hacia Perú,
envió al pueblo de las Provincias Unidas. Decía así:

“...Compatriotas,
Vuestra situación no admite disimulo, diez años de constantes sacrificios sirven hoy de trofeo a la
anarquía; la gloria de haberlos hecho es mi pesar actual cuando se considera su poco fruto.

53 http://www.academiahistoriamilitar.cl/academia/batalla-o-sorpresa-de-cancha-rayada/
54 https://www.youtube.com/watch?v=DX8bFD05W5A
55 Rondeu terminó siendo el último Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El primero había sido

Gervasio Antonio Posadas, continuado luego por su sobrino el General Carlos María de Alvear, en sucesos sospechados
de nepotismo, y tras haberse adueñado de una victoria que le era ajena en el frente oriental (puesto que prácticamente
se limitó a encabezar el ingreso triunfal del ejército sitiador, sin que él hubiera combatido allí tras casi cuatro años de
sitio sobre Montevideo). Luego de Alvear se sucedieron36 Álvarez Thomas, Gonzalez Balcarce, Pueyrredón (durante su
gobierno se declaró la independencia), y Rondeau.
Habéis trabajado un precipicio con vuestras propias manos y acostumbrados a su vista, ninguna
sensación de horror es capaz de deteneros.

El genio del mal os ha inspirado el delirio de la federación.

Esta palabra está llena de muertes y no significa sino ruina y devastación, yo apelo sobre esto a vuestra
propia experiencia y os ruego que escuchéis con franqueza de ánimo la opinión de un general que os
ama y que nada espera de vosotros...... Pensar en establecer el gobierno federativo en un país casi
desierto, lleno de celos y antipatías locales, escaso de saber y de experiencia en los negocios públicos,
desprovisto de rentas para hacer frente a los gastos del gobierno general fuera de los que demanda la
lista civil de cada Estado, es un plan cuyos peligros no permiten infatuarse ni aún con el placer efímero
que causan siempre las ilusiones de la novedad.

........Compatriotas yo os dejo con el profundo sentimiento que causa la perspectiva de vuestra


desgracia, vosotros me habéis acriminado aun de no haber contribuido a aumentarlas, porque éste
habría sido el resultado si yo hubiese tomado parte activa contra los federalistas, mi ejército era el
único que conservaba su moral y me exponía a perderla abriendo una campaña en que el ejemplo de
la licencia armase mis tropas contra el orden. En tal caso era preciso renunciar a la empresa de
libertar al Perú y suponiendo que la suerte de las armas me hubiera sido favorable en la guerra civil,
yo habría tenido que llorar la victoria con los mismos vencidos. No, el general San Martín jamás
derramará la sangre de sus compatriotas y solo desenvainará su espada contra los enemigos de la
independencia de Sudamérica....... 56”

El 20 de agosto de 1820 San Martín inició su expedición al Perú desde Valparaíso, con una flota
comandada por el almirante escocés Lord Cochrane. El 7 de septiembre la expedición arribó a la bahía
de Paracas (en Perú). Su intención no era enfrentar directamente al enorme ejército del virrey Pezuela,
sino lograr insurrecciones en las distintas regiones del país para buscar adeptos entre indígenas y
criollos. Además envió a Arenales a que realizara una campaña en las sierras que dejó libre de
enemigos el sur del territorio peruano luego de la batalla de Nazca (15/10/1820) 57, mientras que la zona
norte quedaba asegurada después de la ocupación de Huaura. Desde allí, San Martín dirigiría el resto
de su inteligente y estratégica campaña militar durante ocho meses hasta obligar a los realistas a
abandonar Lima58. Viéndose cercados, los oficiales españoles reemplazaron al virrey Pezuela por el
general De La Serna, que entró en negociaciones con San Martín en Punchauca, con el fin de encontrar
una salida pacífica. La Conferencia de Punchauca no logró el entendimiento entre ambos generales. El
nuevo virrey, sintiéndose inseguro en Lima, decidió evacuar la ciudad junto con sus hombres. Esta
situación le permitió al general San Martín avanzar sobre Lima, haciendo su entrada en la Plaza Mayor
de la ciudad el 28 de julio, y proclamando la independencia peruana.

San Martín ejerció funciones de gobierno con el título de Protector de la Libertad del Perú, e
instituyó la Bandera y el Himno del país. Fundó luego la Escuela Normal y la Biblioteca Nacional, a la
que donó sus propios libros, y decretó la libertad de los negros nacidos de padres esclavos después de
declararse independiente el Perú. Además organizó la primera escuadra naval peruana y reorganizó su
ejército.

e) Entrevista de Guayaquil y alejamiento del General San Martín

De la misma manera en la que el general San Martín había proyectado un plan para libertar a
Chile y a Perú cruzando los Andes y avanzando por tierra y por mar hacia el norte, Simón Bolívar venía
realizando la misma tarea pero desde el norte hacia el sur. Luego de haber ocupado Quito (Ecuador),
se aproximaba a las fronteras del Perú.

El baluarte principal de la dominación española en América se encontraba en el Perú y el hecho


de que fuera menester la convergencia de San Martín y Bolívar para alcanzar su emancipación es su
prueba más evidente. El general peruano Carlos Dellepiane, en su conocida "Historia Militar del Perú"
afirma que "los americanos, partidarios de la emancipación originalmente concebida por Tupac-
Amaru en 1789, debieron acudir a nuestro territorio, desde los confines del continente, para sacar al
hermano mayor de la tutela y para atacar en sus propias posiciones y fuentes de recursos, las fuerzas
que mantenían el vasallaje y castigaban con severidad sus intentos de emancipación. Por eso fue que
los soldados de la libertad americana debieron confluir por todas las encrucijadas de América, para
reunirse bajo el sol de los incas, a fin de dar la batalla final que hiciera a todos independientes."

56 Documentos del archivo de San Martín, tomo VII, pág. 214.


57 https://elarcondelahistoria.com/combate-de-nazca-15101820/
58 https://www.colegiomilitar.mil.ar/rediu/pdf/ReDiU_1338_art4-San%20Martin%20en%20Huaura.pdf

37
Tal fue la tendencia que determinó a los revolucionarios argentinos después de los sucesos de
1810, a tomar la ofensiva hacia el Alto Perú para amagar por ese lado al poder realista y asegurar su
propia libertad que no podía considerarse como definitiva mientras no se disolviera el principal
agrupamiento de fuerzas del rey. Y tal fue, también, el primer móvil que lanzó a Bolívar hacia el sur
para asegurar la cristalización de la Gran Colombia, que acababa de integrar.

Los dos grandes Libertadores de América, el general José de San Martín y el general Simón
Bolívar, se encontraron entonces en Guayaquil, lugar en el que se llevó a cabo una memorable
conferencia pero que no ofreció los resultados que San Martín esperaba. Por ser la reunión de carácter
privado, nunca pudo determinarse con seguridad los temas considerados, pero resultó evidente que a
San Martín no le pareció prudente continuar en esos escenarios. El Padre de la Patria, decidió
finalmente ceder a Bolívar la tarea de concluir la campaña emancipadora, volvió a Lima y presentó la
renuncia a su cargo.

Manifiesto de San Martín al retirarse del Perú: “Peruanos: la presencia de un militar


afortunado, por más desprendimiento que tenga, es temible para los Estados que de nuevo se
constituyen. Por otra parte, ya estoy aburrido de oír decir que quiero hacerme soberano. Sin embargo,
siempre estaré pronto a hacer el último sacrificio por la libertad del país, pero en clase de simple
particular y no más. En cuanto a mi conducta pública, mis compatriotas dividirán sus opiniones: los
hijos de éstos darán el verdadero fallo.” 59

Desde Perú pasó por Chile y se dirigió a Mendoza. En Buenos Aires, quienes habían sido sus
enemigos políticos, no le perdonaron aquella desobediencia de haber preferido continuar su campaña
hacia el Perú en lugar de haber llevado sus fuerzas para defender al Directorio y su capital. Terminó
prácticamente teniendo que huir de la Patria por la cual él había regresado a ofrecer sus geniales
servicios.

No pudiendo olvidar sus orígenes y amor por la tierra que lo había visto nacer, en cuanta
oportunidad que pudo, continuó siéndole fiel. Así fue como realizó gestiones en Europa tendientes a
obtener el reconocimiento de la independencia rioplatense, más allá de las divisiones internas que en
esta parte del mundo continuarían hasta después de su muerte acaecida el 17 de agosto de 1850 en la
localidad francesa de Boulogne Sur Mer.

A su solicitud, aunque tardó en poder cumplimentarse, sus restos descansan en la ciudad donde
también lo hacen los de su esposa: la ciudad de Buenos Aires60.

UD 4 – Declaración de Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica

a) La situación interna e internacional hacia 1816.

La situación interna

Se había vuelto extremadamente compleja. Así como el Ejército de los Andes se hallaba entero
y presto para cruzar la cordillera, el del Norte venía de su tercera campaña derrotada tras iguales
intentos de dominar el Alto Perú. El último había finalizado con la victoria realista en la batalla de
Sipe Sipe (29/11/1815)61. La retirada lo había llevado a instalarse en Tucumán y ahora nuevamente a
órdenes del General Belgrano en reemplazo de Rondeau. La única defensa posible en el Norte, terminó
siendo la vanguardia a órdenes de Güemes, constituida por el pueblo de la Intendencia de Salta y alguna
tropa veterana conformada por sus infernales gauchos. Si bien Güemes consideraba a sus fuerzas
militarmente incompatibles con las del Ejército del Norte, constituían un punto de apoyo para él, dado
que ante una invasión realista que éste no pudiere contener, contaría con la ayuda de aquel. Güemes se

59 SÁNCHEZ, L. A., Breve historia de América, Buenos Aires, Losada, 1965, pág. 294
60 http://www.mendoza.edu.ar/aqui-descansan-los-restos-del-capitan-general-jose-de-san-martin/
61 http://www.portaldesalta.gov.ar/sipesipe.htm

38
conducía con total independencia, aunque manteniendo una respetuosa pero solamente formal
obediencia a Belgrano.

En marzo de 1816, la Liga de los Pueblos Libres le había arrebatado el control de la provincia
de Santa Fe al Directorio. Si ya la posición de Artigas se había mostrado desafiante organizando un
Congreso con la intención de declararse también independiente de España, esta última acción quitó
toda ilusión de contar en el Congreso de Tucumán con representantes de la Banda Oriental y de las
provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes.

La situación internacional:

En Europa, luego de la primera abdicación de Napoleón (06/04/1814), las potencias aliadas


dispusieron reunir un Congreso General Europeo en la ciudad de Viena, que restauró a los monarcas
absolutos.

Si es que había habido una expectativa de republicanismo tras la expansión del ideario
revolucionario francés, incluso aún luego de la “autocoronación” de Bonaparte, prontamente después
de Waterloo (cuyo resultado llevó a la segunda abdicación y definitiva prisión de Napoleón hasta su
muerte en la isla de santa Elena), se apagó toda esperanza al respecto. La monarquía volvió a ponerse
de moda y en muchos casos con mayor poder absoluto aún. Esto, era una muy mala noticia para los
sudamericanos partidarios del republicanismo.

En España, repuesto el rey en el trono tras la primera abdicación de Napoleón, en abril de 1814,
las Cortes con mayoría liberal exigieron al soberano el juramento de la Constitución de 1812, pero el
monarca disolvió las Cortes y anuló la Constitución 62. Prontamente se puso en acción con la intención
de enviar una expedición para reprimir a los revolucionarios del Río de la Plata, como ya había hecho
con los de México, Colombia, Venezuela y Chile. Contaba además con el apoyo del resto de los
soberanos de Europa, agrupados en la Santa Alianza, instituida por el Congreso de Viena para el
sostenimiento de las monarquías absolutistas de Europa.

De todas maneras, la constitución liberal promulgada por José Bonaparte en 1812 (la “Pepa”),
no quedaría en el olvido del pueblo español. De ello daría cuenta el rey unos años después. Esos
coletazos de división entre liberales y absolutistas no solamente iban a producirse entre los españoles
de la península ibérica sino también más tarde en las colonias, dividiendo incluso a las fuerzas realistas;
cuestión que favoreció a las fuerzas militares criollas.

La situación entonces en 1816 parecía dramática. Toda Sudamérica estaba dominada por las
contrarrevoluciones realistas, excepto las Provincias Unidas del Río de la Plata, en donde si bien aún
no habían podido penetrar los ejércitos hispanos, la Banda Oriental había sido invadida por los
portugueses, cuya Corte se había trasladado al Brasil escapando de la invasión napoleónica.

En la imagen que se agrega a continuación, puede observarse la situación en la que se encuentran las
“Provincias-Unidas en Sud-América” en oportunidad de declarase su independencia. Al Noroeste y al
Oeste, el virreinato del Perú mantiene sus dominios y ha recuperado el control de la Capitanía General
de Chile. Al Noreste, la impenetrable selva y monte del Gran Chaco, se mantiene bajo el ancestral
dominio de los pueblos precolombinos, limitando estas tierras con las de la ya República del Paraguay
y el Reino de Portugal, Brasil y Algarve. Al Este, la Liga de los Pueblos Libres, liderada por el oriental
Artigas, soportando la invasión luso brasileña. Al Sur, los territorios ocupados también por pueblos
precolombinos.

62 https://www.clarin.com/viva/sangriento-regreso-fernando-vii-trono-espana_0_5XgYmJrwa.html

39
63

b) El Congreso de Tucumán

En medio de ese contexto adverso tanto interno como externo, al que acaba de hacerse referencia, es
que al fin se tomó la decisión de declarar nuestra INDEPENDENCIA.

Fueron representantes de las provincias al Congreso de Tucumán:

por Buenos Aires, fray Cayetano José Rodríguez y Antonio Sáenz (sacerdotes), Tomás
Manuel de Anchorena, José Darregueyra, Esteban Gascón, Pedro José Medrano y Juan José Paso;

por Catamarca, Manuel Antonio de Acevedo y José Eusebio Colombres (sacerdotes);

63 http://mapotecavirtual.blogspot.com/2008/10/mapa-de-las-provincias-unidas-del-ro-de.html

40
por Córdoba, Miguel Calixto del Corro (sacerdote), José Antonio Cabrera, Eduardo Pérez
Bulnes y Jerónimo Salguero;

por Jujuy, Teodoro Sánchez de Bustamante;

por Mendoza, Juan Agustín Maza y Tomás Godoy Cruz (hombre de confianza del por
entonces gobernador de Cuyo, José de San Martín);

por La Rioja, Pedro Ignacio de Castro Barros (sacerdote);

por Salta, José Mariano Boedo y José Ignacio Gorriti;

por San Juan, Francisco Narciso de Laprida y fray Justo Santa María de Oro (sacerdote);

por Santiago del Estero, Pedro León Gallo y Pedro Francisco Uriarte (sacerdotes);

por Tucumán, Pedro Miguel Aráoz y José Ignacio Thames (sacerdotes);

por Charcas, Felipe Antonio de Iriarte, Mariano José Sánchez de Loria, José Mariano
Serrano y José Severo Feliciano Malabia;

por Chichas, Andrés Pacheco de Melo (sacerdote);

por Cochabamba, Pedro Carrasco;

por Mizque, Pedro Ignacio de Rivera;

(recordemos que Charcas, Chichas, Cochabamba y Mizque eran territorios que hoy pertenecen a la
República de Bolivia, pero por entonces integraban las Provincias Unidas).

La numerosa presencia de sacerdotes entre los participantes en el Congreso se explica por la


gran influencia que tenía la Iglesia en América, y porque además, se contaban entre las personas más
cultas e instruidas.

El Soberano Congreso de las Provincias Unidas del Río de la Plata (nombre oficial) inició sus
deliberaciones en San Miguel del Tucumán el 24 de marzo de 1816. Una de sus primeras decisiones
fue designar, el 03 de mayo, Director Supremo al diputado por San Luis, Juan Martín de Pueyrredón.

A poco de asumir el mando y antes de viajar a Buenos Aires, éste dispuso que Belgrano tomase
otra vez el mando del Ejército del Norte y se entrevistó en Córdoba con San Martín, cuyo plan para
cruzar los Andes aprobó.

41
c) Declaración de la Independencia

El 9 de julio, ejerciendo por entonces la presidencia del Congreso el representante de San Juan,
Francisco Narciso de Laprida, se decidió declarar a las “Provincias-Unidas en Sud-América” 64,
"nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli". Días después se
dispuso agregar que la independencia lo era también de "toda otra dominación extranjera".

Muy justo es decir que, en la actualidad, no caben dudas respecto a que el modelo en el cual los
congresales de Tucumán se inspiraron para redactar el acta de Declaración de la Independencia fue en
el de los Estados Unidos de América. A diferencia de aquel país en el que previo a la declaración, los
congresales en Filadelfia desarrollaron profundos debates que materializaron en un manifiesto casi
filosófico, y que fundamentó la medida a tomarse, nuestros congresales criollos dejaron para más
adelante el hecho de fundamentar la decisión, por la urgencia de la situación. A quien más urgía la
declaración autóctona, se ha dicho ya que era al gobernador intendente de Cuyo, presto a lanzar sus
campañas libertadoras desde el mismísimo campamento en El Plumerillo. Puede decirse que el
apelativo de “Padre de la Patria”, lo merece San Martín por todo cuanto nos legó desde su personalidad
riquísima en valores y por su genialidad política, estratégica y militar; pero especialmente por la firmeza
con que impulsó a sus congresales cuyanos, y a través de ellos a todo el Congreso independentista, para
que finalmente se adoptara la decisión que al día de hoy lleva más de dos siglos de vida. El Padre de la
Patria, antes lo había sido de la Independencia de las Provincias Unidas en Sud América. Hasta en esa
denominación del nuevo Estado independiente, estuvo presente, muy probablemente, la genialidad
sanmartiniana.

También se aprobó a pedido del representante de Buenos Aires Esteban Gascón, que se fijara
la bandera nacional, indicando que ésta debía ser la creada por Belgrano. En consecuencia de esto, el
Congreso, en sesión del 25 de julio decretó: "Será peculiar distintivo de las Provincias Unidas la
bandera celeste y blanca de que se ha usado hasta el presente, y se usará en los ejércitos, buques y
fortalezas".

64 https://www.elhistoriador.com.ar/acta-de-la-declaracion-de-la-independencia-argentina-9-de-julio-de-1816/

42
Con la declaración de Independencia, culminaba el movimiento iniciado más de seis años antes
en Buenos Aires, el 25 de mayo de 1810, con la caída del virrey Cisneros. Restaba darle al nuevo
estado una constitución que estableciera las formas de gobernarse.

d) Debates sobre la forma de gobierno a adoptar

Declarada la independencia, se inició en el Congreso un debate acerca de cuál era la mejor


forma de gobierno por adoptar para el nuevo país. Dos posturas fueron sostenidas: unos estaban por un
gobierno monárquico (entre ellos San Martín y Belgrano65), y otros, como Tomás Manuel de
Anchorena, por un gobierno republicano. De todas maneras, las sesiones continuaron hasta el final de
ese año sin que se tomaran decisiones al respecto. Lo que sí se decidió fue que el Congreso se trasladara
a Buenos Aires. Mientras esto ocurría en el mes de enero de 1817, además del cruce de los Andes de
San Martín con su Ejército, la invasión del Reino de Portugal, Brasil y Algarve66 sobre la Banda
Oriental se consolidaba cuando el 17 de ese mes el general Lecor tomaba el control de la ciudad de
Montevideo.

Hasta el comienzo del año 1820, Artigas y sus fuerzas orientales, sin el apoyo de Buenos Aires
por haberse enfrentado a sus gobernantes, hizo cuanto pudo para defender de la invasión a territorios
que aún eran considerados parte integrante de las Provincias Unidas del Río de la Plata, más allá del
hecho de no haber participado del Congreso en Tucumán. El 22 de enero de ese año, la derrota de sus
fuerzas en la batalla de Tacuarembó lo obligó a refugiarse en Corrientes. El resultado se transformó en
decisivo a favor de la invasión luso brasileña y terminaría sellando la suerte del caudillo oriental no
solamente en la Banda Oriental sino también en la liga que integraban las provincias federales al oeste
del río Uruguay.

1819 – Primer intento constitucional

La “Constitución de las Provincias Unidas en Sud-América” fue “sancionada y mandada


publicar por el “Soberano Congreso General Constituyente en 22 de abril de 1819”67. Nótese que esta
Constitución mantenía la misma denominación del Estado que casi tres años antes el mismo Congreso
había declarado independiente. En la imagen que podrán los lectores ver en la página siguiente (abajo
y a la izquierda), consta que algunas de sus ediciones contaban con el importante manifiesto al que
hace referencia esa imagen. Este detalle no es menor.

Quiere decir entonces que el Congreso al que había convocado el Director Interino, Coronel
Mayor Ignacio Álvarez Thomas en 1815, con el dictado de esta Constitución en 1819, en menos de tres
años había cumplido con las dos prioridades de su establecimiento. Había declarado la Independencia
en Tucumán el 9 de Julio de 1816, y se había trasladado a Buenos Aires en 1817 por la amenaza que
suponía el avance del ejército realista de Joaquín de la Pezuela desde el Alto Perú. En 1819, redactó
esta constitución que no tardaría en transformarse en la mecha que encendió otra guerra civil entre el
Interior y Buenos Aires primero, que derivó luego entre los partidos Unitario y Federal.

“En lo concerniente a la forma de gobierno, la constitución es, contra lo que a veces se ha


sostenido, republicana (...) Luego, al referirse al régimen unitario tácitamente adoptado por la
Constitución (aunque ningún artículo lo mencionara expresamente), el Deán Funes señala: La
anarquía abre las puertas a la tiranía, y la tiranía forja los hierros de la esclavitud. La unidad del
poder previene estos inconvenientes”68.

Jurada por trece cabildos y por los Ejércitos de Los Andes y del Norte, la Constitución no sería
reconocida por las provincias del litoral ni tampoco, aunque hoy parezca incomprensible, por los
gobiernos de las provincias cuyos diputados al Congreso habían redactado y jurado aquella Carta
Magna.

65 Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, fue uno de los seres humanos más inteligentes entre los nacidos
en estas tierras. Republicanista durante el proceso y el estallido de la Revolución en mayo de 1810, cuando los vientos
soplaban tan a favor de esa corriente política y filosófica, no pudo dejar de impulsar la intención de fundar una monarquía
tras la declaración de independencia en 1816. Casi recién llegado desde Europa adonde había viajado en misión
diplomática, comprobó allí que la derrota de Napoleón había hecho renacer el poder de las monarquías en ese continente.
Pretender el reconocimiento de un nuevo estado surgido desde la rebeldía contra el aún poderoso Rey de España, y
además conformando una república, creyó Belgrano que iba a ser poco conveniente. Surgió entonces la idea de coronar
a un monarca inca, que muy probablemente haya logrado el inmediato apoyo de todos los diputados altoperuanos y el
rechazo de los diputados porteños.
43
66 Tal el nombre que tomó el Estado regido por la Casa de Braganza entre 1815 y 1822.
67 https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/5/2113/13.pdf
68
ROMERO CARRANZA, Ambrosio, RODRÍGUEZ VARELA, Alberto y VENTURA, Eduardo: “Historia Política y
Constitucional Agentina (1776-1989)”, Círculo Militar, Buenos Aires, 1992, pág 86.
Muchos intelectuales y políticos de las Provincias Unidas de Sudamérica, influenciados por la
redacción de los textos constitucionales de Estados Unidos de América en 1787, de la Francia
revolucionaria y republicanista, o la “Pepa” de Cádiz en 1812, creían que la redacción de una
Constitución propia para su nación sería la panacea a todos sus problemas; se acabarían todos los
problemas internos, y la nación se uniría para iniciar un periodo de prosperidad y paz.

Sin embargo, la Constitución sancionada el 22 de abril de 1819 fue una obra que intentó tener
aspectos que contentaran y dieran por satisfechos tanto a los monárquicos como a los aristocráticos y
a los democráticos. A pesar de ser teóricamente una Constitución republicana, era básicamente
centralista y con un claro trasfondo monárquico que pronto contó con el rechazo de las provincias del
interior, especialmente por las de la Liga de Artigas quien, para peor, a punto se hallaba de perder la
guerra que debió ejecutar sin ayuda alguna de Buenos Aires contra los invasores portugueses.

44
Ud 5 - La Anarquía de 1820 – Guerra con Brasil – Primer Gobierno de Rosas
a) La Batalla de Cepeda y la consecuente disolución del Disolución del poder central

A partir de 1816, los portugueses buscaban apoderarse de la Banda Oriental, cuyo territorio
habían invadido desde el Brasil. Sin éxito, trató de enfrentarlos Artigas. Y así lo hizo hasta el 22 de
enero de 1820, oportunidad en la que sus fuerzas sufrieron la decisiva derrota en la batalla de
Tacuarembó. Ante esta situación, exigió al gobierno de Buenos Aires que declarase la guerra a los
portugueses, mas, como no se satisfizo su pedido, el caudillo oriental decidió llevar la guerra contra el
Directorio.

Fue ante esta amenaza que el General Rondeau, Director Supremo de las Provincias Unidas en
Sudamérica (independientes de toda dominación extranjera desde el 9 de julio de 1816), ordenó a los
generales en jefe de sus dos ejércitos nacionales: San Martín y Belgrano (por el de los Andes y el del
Norte, respectivamente), que concurrieran a defender a la ciudad capital.

Ya se ha expresado en estos apuntes cómo fue que el Padre de la Patria se mantuvo en las suyas
para continuar su campaña libertadora contra los enemigos europeos.

El Ejército del Norte, con su comandante cada vez más enfermo, emprendió la marcha hacia
Buenos Aires para cumplir con la orden dada por Rondeau. A medio camino, el General Belgrano
delegó el mando en el General Francisco Fernandez de la Cruz. Al llegar a la posta de Arequito (Santa
Fe), el General Juan Bautista Bustos, quien se desempeñaba como Jefe del Estado Mayor de ese
ejército, encabezó un motín primero y pactó luego con las tropas federales de López (gobernador de
Santa Fe) y de Ramírez (gobernador de Entre Ríos). Si bien el Ejército del Norte se disolvió, Bustos
se dirigió a Córdoba, ciudad en la que muy pronto se erigiría como gobernador. “El motín de Arequito,
dice el general MITRE, arrebató a la nación el único ejército regular de que disponía; dejó desarmado
al gobierno nacional y a la nación entregada a los vaivenes de la anarquía.”69

En medio de una guerra contra el Imperio Español que no cejaba en sus intentos de recuperar
el control de las que habían sido sus colonias, algunas de las provincias rioplatenses se daban el lujo de
pelear a muerte entre ellas.

Así las cosas, los lugartenientes de Artigas: Francisco Ramírez y Estanislao López,
gobernadores de Entre Ríos y de Santa Fe respectivamente, unieron sus fuerzas, penetraron en la
provincia de Buenos Aires y el 1 de febrero de 1820 vencieron a Rondeau en la batalla de Cepeda.

Consecuencia directa de la derrota sufrida en Cepeda por Rondeau fue la desaparición del
gobierno nacional. El vencido renunció a su cargo de Director Supremo y el Congreso, que sesionaba
desde 1816, se disolvió.

Las “Provincias Unidas en Sud América,” y el proyecto centralista impulsado desde la


revolución de mayo de 1810 había desaparecido, dejando paso a un nuevo Estado federalista: el de
las Provincias Unidas del Río de la Plata, que se mantendrían unidas, aunque con independencia las
unas de las otras, hasta 1860.

Si bien en adelante las provincias debieron gobernarse por sí solas, todas manifestaban
constantemente su afán de contribuir a la definitiva unión y a la creación de un gobierno nacional. Las
disidencias aparecían cuando se trataba de determinar qué organización política debía adoptarse; unas,
la mayoría, sostenían que ese gobierno tendría únicamente las atribuciones que se le diesen por acuerdo
entre todas; otras, las menos, con Buenos Aires en primer término, propugnaban la organización
unitaria, con un gobierno central del que dependiesen las provincias.

Buenos Aires constituía un caso particular; como el gobierno nacional era autoridad local de la
provincia de Buenos Aires, al desaparecer aquel, ésta quedó librada a su suerte. El 16 de febrero de
1820 se reunió un Cabildo Abierto que decidió formar una Junta de Representantes y ésta, al día
siguiente, eligió gobernador a Manuel de Sarratea. Si bien la provincia había logrado tener instituciones
públicas, no consiguió, en cambio, ni paz ni orden. Por varios meses sobrevino un período de confusión
y levantamientos armados, la llamada "Anarquía del Año XX", que se prolongó hasta setiembre de ese
año. En esos meses hubo una sucesión de gobernadores de Buenos Aires, muy desordenada. Algunos
apenas si duraban unos pocos días, incluso se dio la triste situación en la que coincidió el fallecimiento
del General Manuel Belgrano, en la misma fecha (20 de junio de 1820) en la que tres diferentes

69 https://elarcondelahistoria.com/sublevacion-de-arequito-07021820/

45
gobernadores se disputaban ese cargo 70. En septiembre, la Junta de Representantes eligió gobernador a
Martín Rodríguez, quien logró dominar la situación y afirmarse en el poder con la ayuda del joven
estanciero Juan Manuel de Rosas y su cuerpo armado de los Colorados del Monte.

b) Los pactos interprovinciales de Pilar, Benegas y del Cuadrilátero.

Después de Cepeda, varias provincias suscribieron pactos destinados a asegurar la convivencia


pacífica y la integridad del territorio, como también la intención de favorecer la formación de un
gobierno nacional.

Los pactos más importantes fueron los siguientes:

Tratado del Pilar

Del 23 de febrero de 1820, firmado en la actual ciudad bonaerense homónima, para hacer la
paz entre Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. Se lo considera como el primero de los pactos
preexistentes 71 a los que se referirá el preámbulo de la Constitución Nacional en 1853.

Tras la batalla de Cepeda, un nuevo actor había aparecido en escena: el primer gobernador
de la Provincia de Buenos Aires. El 16 de febrero de 1820 reunidos en asamblea se eligieron los
integrantes de la nueva institución de la provincia, recientemente constituida, la Junta de
Representantes. La Junta, que por el momento sólo representaba a la ciudad, nombró en carácter de
gobernador provisorio a Manuel Sarratea, que propició un acercamiento con los caudillos.

Buenos Aires, la antigua capital virreinal y pretendida capital de las novatas Provincias Unidas,
había sido derrotada por primera vez desde las invasiones inglesas. En esta oportunidad fueron sus
hermanas provincias del litoral quienes la humillaron.

Con el orgullo herido, Buenos Aires, de la mano de su flamante gobernador Sarratea, firmó el
Tratado del Pilar junto a los gobernadores Estanislao López ( Santa Fe) y Francisco Ramírez (Entre
Ríos). En algunas de sus cláusulas, Sarratea se había comprometido a entregar ganado y armamento a
las fuerzas provinciales de Ramírez y López. Enterados en Buenos Aires de lo que se había firmado
se exigió la renuncia de Sarratea. Reemplazado por el General Balcarce, al enterarse López y Ramírez,
amenazaron con invadir la ciudad si no se restituía a Sarratea, cuestión que así ocurrió pero solamente
por unos pocos días más. Sarratea accedió luego a renunciar y la Junta de Buenos Aires eligió a
Idelfonso Ramos Mejía en su reemplazo, puesto que se prefirió dejar al general Soler a cargo de las
fuerzas militares que acampaban en Luján. Como Soler no había sido consultado, ocurrió entonces el
episodio conocido como el de los “tres gobernadores”. Recién el 23 de junio se confirmó a Soler en el
gobierno de la provincia en medio ya de la declaración de guerra de Santa Fe por no estar cumpliéndose
lo pactado en Pilar. Enfrentados ambos ejércitos provinciales en la batalla de Cañada de la Cruz 72, el
28 de junio, las fuerzas de López derrotaron a las de Soler e invadieron la ciudad. El Coronel Dorrego
y el General Martín Rodriguez con todas las fuerzas que habían podido reunir, entre las que se contaban
las proporcionadas por Juan Manuel de Rosas, auxiliaron a las fuerzas del Coronel Pagola que se
atrincheraron en el fuerte de la ciudad. Tras la derrota, el cabildo eligió gobernador provisorio de la
provincia al coronel Manuel Dorrego.

Éste, Salió a campaña a perseguir a López y sus aliados, José Miguel Carrera y Carlos María
de Alvear, a quienes derrotó en San Nicolás de los Arroyos el 2 de agosto; sus tropas saquearon la villa.
Después invadió la provincia de Santa Fe y derrotó a López en Pavón, el 12 de agosto. Pocos días
después, fue vencido completamente por las fuerzas de López en la Batalla de Gamonal73, el 4 de
septiembre.

Mientras Dorrego se hallaba en campaña, la Sala de Representantes decidió nombrar al


gobernador titular; sus amigos presentaron su candidatura, pero el 20 de septiembre la Legislatura
nombró en su lugar al general Martín Rodríguez.

Tratado de Benegas

70 https://www.elhistoriador.com.ar/cuando-buenos-aires-tuvo-tres-gobernadores-y-ninguno/
71 https://diarioresumen.com.ar/tratado-del-pilar/el-primero-de-los-pactos-preexistentes-mencionados-en-el-
preambulo-de-la-constitucion-nacional/
72 http://www.revisionistas.com.ar/?p=4362
73 http://www.argentinahistorica.com.ar/intro_libros.php?tema=7&doc=96&cap=574
46
La primera medida que el General Rodriguez tomó al hacerse cargo de su gobierno fue la de
buscar la paz con Santa Fe. Ramírez, socio de López y lugartenientes ambos de Artigas, tras Cepeda
se había vuelto en contra del caudillo oriental. Artigas resistió todo lo que pudo la persecución a la que
él y sus fuerzas se vieron sometidos, hasta perder su último combate en Cambay el 20 de septiembre.

Mientras tanto López y Rodríguez enviaron respectivos emisarios para ponerse de acuerdo y
firmar un tratado de paz entre sus provincias y convocar a un Congreso General en Córdoba. El tratado
tuvo lugar en la estancia de Tiburcio Benegas, el 24 de noviembre de 1820.

Tratado del Cuadrilátero

Tan dinámica se había vuelto la situación de alianzas interprovinciales en esos meses que, en
menos de dos años, los gobernadores de Santa Fe y Entre Ríos (López y Ramírez), ambos lugartenientes
de Artigas, victoriosos en Cepeda derrotando al Directorio, y firmantes del conveniente tratado de paz
en Pilar, iban a transformarse en enemigos irreconciliables. Antes de ello, Ramírez ya había hecho
desaparecer de la escena política y militar a su otrora líder, José Artigas.

Mientras esto ocurría, López había pactado con Martín Rodriguez en Benegas, y había
comenzado a considerar como una amenaza a quien había sido su aliado en Cepeda. Ocurría que
Ramírez, luego de vencer a Artigas, ocupó Corrientes y se hizo proclamar Gobernador de la República
de Entre Ríos (territorio que incluía las actuales provincias mesopotámicas). Tenía la intención de
recuperar la Banda Oriental, y deseaba contar con el apoyo del Paraguay en esa empresa. Ante la
negativa del caudillo paraguayo Francia, pensó también en invadir el Paraguay para obtener soldados
paraguayos que le permitieran recuperar la Banda Oriental. Pidió auxilio a López y pretendió exigirle
a Buenos Aires que cumpliera con el tratado de Pilar. La situación llevó a la guerra entre Ramírez y
López; en la que el primero terminó derrotado y degollado por las fuerzas de López tras una breve
batalla en Chañar Viejo el 19 de julio de 1821.

El 25 de enero de 1822 se firmó en Santa Fe, el Tratado del Cuadrilátero74 entre Buenos Aires,
Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes. El pacto era principalmente un tratado ofensivo-defensivo ante la
amenaza portuguesa y un acuerdo de libre navegación de ríos entre las cuatro provincias. Establecía:

• La paz y unión de las cuatro provincias y una alianza ante una posible agresión extranjera, de
españoles o portugueses
• La libre navegación de los ríos para las provincias firmantes
• El retiro de los diputados del "diminuto congreso de Córdoba"
• Cualquiera de las provincias contratantes podía convocar un congreso cuando creyese la
oportunidad conveniente.
• Daba libertad al territorio de Misiones para formarse su gobierno y para reclamar la protección de
cualquiera de las provincias contratantes.

Obra de Gobierno del General Martín Rodríguez

Martín Rodriguez había desarrollado su carrera militar desde su participación voluntaria para
enfrentar a las invasiones inglesas. Siguió unido a las milicias y participó luego en las fuerzas militares
de la revolución. Su accionar hubo de destacarse en el Ejército del Norte75.
Durante el gobierno que ejerció entre 1820 y 1824, la provincia de Buenos Aires vivió un
período de prosperidad y paz. Su primer acto de gobierno fue terminar el conflicto con Santa Fe, para
ello negoció y firmó el Tratado de Benegas, con el gobernador Estanislao López, el 24de noviembre de
1820 (Para reafirmar las buenas intenciones de Buenos Aires, los ganaderos de Buenos Aires
encabezados por Juan Manuel de Rosas, “obsequiaron” a Santa Fe la cantidad de 25.000 cabezas de
ganado, dado que la anterior riqueza ganadera santafesina había sido devastada por la guerra reciente).
Durante este gobierno también se consolidó más allá del río Salado del sur, la línea de frontera
con los indios y se fundó la actual ciudad de Tandil.

Gran colaborador de Rodríguez fue su ministro de Gobierno Bernardino Rivadavia, quien hasta
poco antes había permanecido en Europa. Señalemos como un hecho importante en el orden cultural la
fundación de la Universidad de Buenos Aires y, con respecto al orden político, la supresión de los
Cabildos de la capital y de Luján, decisión que fue tomada también por varias provincias.
74 https://www.elhistoriador.com.ar/tratado-del-cuadrilatero-celebrado-entre-las-provincias-de-buenos-aires-santa-fe-
entre-rios-y-corrientes-25-de-enero-de-1822/
75 https://www.todo-argentina.net/biografias/Personajes/martin_rodriguez.htm

47
En agosto de 1822 se contrató, por autorización de la Junta de Representantes de la Provincia
Buenos Aires, un empréstito con la casa Baring Brothers de Londres por 1.000.000 de libras esterlinas.
La intención original era la de financiar la construcción del puerto de Buenos Aires, instalar agua
corriente y desagües en la ciudad y fundar tres pueblos en el sur de la provincia, pero el dinero no se
usaría para esas obras. A partir del 1 julio de 182476 comenzaron a recibirse las remesas.

En 1822 se creó el Régimen Enfitéuticoque prohibió la venta de tierra pública, ya que ésta era
entregada como garantía de la deuda contraída. La Ley correspondiente fue sancionada durante la
Presidencia de Rivadavia77 por el Congreso Nacional.

Al terminar su período de gobierno, Rodríguez fue reemplazado por el general Juan Gregorio
de Las Heras, quien había combatido junto a San Martín en Chile y Perú.

Gobierno del General Juan Gregorio de Las Heras y el Congreso de 1824 - 1827

El nuevo gobernador de Buenos Aires se hizo cargo del mando el 9 de mayo de 1824. Por
decisión de las otras provincias se le encargó dirigir las relaciones exteriores de las Provincias Unidas
del Río de la Plata.

Durante el gobierno de Las Heras, las Provincias Unidas reconocieron la independencia del
Alto Perú, que tomó el nombre de República de Bolívar, y después de Bolivia.

Buenos Aires propuso a todas las provincias realizar un Congreso General Constituyente.
Aceptada la invitación, fueron elegidos los diputados y las reuniones se iniciaron, en la ciudad de
Buenos Aires, en diciembre de 1824, con la presencia de representantes de la Banda Oriental y de
Tarija. El número de diputados con los que comenzó a sesionar el congreso fue escasamente de 23. Su
primer propósito fue dar al país la "Ley fundamental del 23 de enero de 1825", por la cual se reconocía
el derecho de las provincias a regirse por sus propias instituciones, hasta tanto se dictara una
Constitución nacional.

c) Guerra contra el Brasil: causas y consecuencias. Presidencia de Rivadavia, Gobernaciones de


Dorrego y de Lavalle.

Mientras se desarrollaban las actividades de esta asamblea, las Provincias Unidas del Río de la
Plata debieron afrontar la guerra con el Brasil por la posesión de la Banda Oriental.

Con fecha 18 de julio de 1821, el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve había bautizado a
la Banda Oriental como Provincia Cisplatina, una más de las de ese reino, tras la victoria alcanzada tras
los años de guerra contra los orientales de Artigas. El 7 de septiembre el Imperio de Brasil se declaró
independiente del Reino de Portugal. Pedro I fue su primer emperador y la Provincia Cisplatina, pasaba
a ser parte del nuevo imperio a partir de esa fecha.

En abril de 1825 partieron de San Isidro, cerca de Buenos Aires, 33 hombres (22 nativos de la
Banda Oriental y 11 argentinos, que luego pasaron a la historia como los "33 orientales") para luchar
por la libertad de su tierra. Iniciaron la rebelión comandados por Juan Antonio Lavalleja, con la ayuda
del gobernador de Santa Fe, Estanislao López, y de otros tantos criollos entre los que se contaban
Manuel Dorrego, Tomás de Anchorena y Juan Manuel de Rosas. El levantamiento tuvo éxito y una
asamblea de orientales reunida el 25 de agosto, en La Florida, decidió la reincorporación de la Banda
Oriental a las Provincias Unidas y eligió a Lavalleja como gobernador y al presbítero Tomás Javier
Gomensoro como diputado al Congreso que estaba reunido en Buenos Aires. Este organismo aceptó lo
acordado y reconoció al diputado elegido por los orientales. A raíz de esto, el emperador del Brasil,
Pedro I de Braganza, declaró la guerra a las Provincias Unidas el 10 de diciembre de 1825.

En virtud de esta contienda bélica que se avecinaba, el Congreso, antes de sancionar la


Constitución, resolvió, a principios de 1826, crear un Poder Ejecutivo Nacional permanente y lo confió
a Bernardino Rivadavia. Esta medida no fue bien recibida por las provincias, que tampoco estuvieron
de acuerdo con la decisión de declarar a Buenos Aires capital del país.

76 https://museodeladeuda.econ.uba.ar/el-primer-emprestito-baring/
77 https://elarcondelahistoria.com/enfiteusis-que-es-la-enfiteusis-de-rivadavia-1826/
48
Presidencia de Rivadavia – Segundo Intento Constitucional

Por la denominada “Ley de Presidencia” 78, Bernardino Rivadavia asumió el cargo de


“Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata”, el 8 de febrero de 1826. Dos días más tarde
de promulgada aquella por el Congreso General Constituyente establecido en Buenos Aires desde 1824
a instancias de los pactos interprovinciales previos. Por Ley Fundamental de ese mismo Congreso, del
23 de Enero de 1825, es que quedó definido su carácter de “constituyente”.

En 1826, la declaración de guerra de Brasil, llevó a que el gobierno de Buenos Aires, ya a cargo
de las relaciones exteriores de las demás provincias autónomas, diera prioridad a la organización de un
ejército y de una flota que pudiera enfrentar al imperio que dominaba completamente el territorio de la
banda Oriental del Río de la Plata desde la batalla de Tacuarembó en enero de 1820. De todas maneras,
la presidencia de carácter unitario, se preocupó ni bien se hizo cargo del gobierno, por dictar una ley
que permitiera al gobierno nacional contar con un territorio propio que le asegurara el ingreso de divisas
a sus arcas, y también una Carta Magna que estableciera la organización y las formas de gobierno de
la pretendida república.

Ley de Capitalización de Buenos Aires

Luego de arduos debates en el Congreso 79 el día 4 de marzo de 1826 se sancionó la Ley que
convirtió a Buenos Aires en Capital de la Nación 80.

Esta disposición se complementó con la disolución del gobierno de la Provincia de Buenos


Aires, el 7 de marzo, lo cual significó la desaparición de la autonomía de la provincia. Ciertos sectores
porteños, especialmente vinculados con la actividad ganadera, manifestaron su oposición a esta medida
ya que afectaba sus propios intereses.

Constitución de 1826

Poco antes de finalizar el año, el Congreso aprobó una Constitución que establecía el régimen
unitario de gobierno y las provincias la rechazaron. Interesa destacar que fue en ese documento que
por primera vez se hizo mención a la “República Argentina”.

Conocida como la "Constitución Unitaria", tuvo como principales características las que a
continuación se señalan:

• Establecía "la forma de gobierno representativa, republicana, consolidada en una unidad de


régimen".
• El Poder Ejecutivo estaba en manos de un presidente, ciudadano nativo y perteneciente a la religión
católica. Duraría 5 años en el gobierno.
• Los gobernadores de provincia serían elegidos por el presidente, de una terna propuesta por los
consejos de provincia.
• Los jueces provinciales serían también designados por el presidente, a propuesta de la Alta Corte de
Justicia.
• Se mantenía la religión católica como religión oficial, respetándose la libertad de culto.

Los redactores de esta Constitución dispusieron que fueran necesarios los votos de las dos
terceras partes de los gobiernos provinciales para su aprobación. Demás está decir que, dado el carácter
centralista y poco federal que tenía esta Constitución, nunca se consiguieron los votos necesarios para
su aprobación.

78 https://www.elhistoriador.com.ar/ley-de-presidencia/
79 http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/espacioslegsouto.pdf
80
Por esta ley, la capital comprendía el territorio entre el pueblo de las Conchas y de la Ensenada, y entre el río de la Plata
y el de las Conchas hasta el puente llamado de Márquez y, desde éste, tirando una línea paralela al río de la Plata hasta
dar con el de Santiago. Los establecimientos de la Capital pasaban a ser nacionales, como también los empeños. En
cuanto al resto del territorio perteneciente a la provincia de Buenos Aires, se organizaría posteriormente una nueva
provincia. ROMERO C., RODRÍGUEZ V. y VENTURA E. relatan en la pág. 115 de su obra, que Rivadavia remitió al
Congreso un nuevo proyecto en el que se proponía la creación 49 de dos nuevas provincias sobre el territorio de la de Buenos
Aires: la Provincia del Paraná, con capital en San Nicolás y la Provincia del Salado con capital en Chascomús. Tal iniciativa
no llegó a ser considerada por el Congreso.
LA GUERRA CON EL BRASIL

La lucha terrestre:

Un ejército rioplatense, al mando de Carlos de Alvear, desalojó a los brasileños del territorio
oriental y penetró en el Imperio. Allí se obtuvieron triunfos en los combates de Bacacay, Ombú,
Camacuá y Yerbal. El 20 de febrero de 1827 se había obtenido la gran victoria de Ituzaingó que
entusiasmó al gobierno rioplatense para iniciar conversaciones de paz tras el resultado de esa decisiva
batalla terrestre, aunque el cansancio de los vencedores impidió iniciar la persecución que hubiera
posibilitado la total destrucción de las fuerzas brasileras.

Las acciones navales:

Para enfrentar a los buques brasileños que habían bloqueado el río de la Plata, se formó una
escuadra y se la puso al mando del almirante Brown. Este obtuvo triunfos memorables, como los del
Juncal y Los Pozos, amén de combatirse con heroísmo en Quilmes y Monte Santiago. Una flotilla
brasileña que intentó apoderarse de Carmen de Patagones, al sur de Buenos Aires, fue totalmente
derrotada. No obstante los éxitos de Brown, la flota brasilera superaba en porte y en número a la
rioplatense. De alargarse la contienda el predominio fluvial brasileño sería decisivo.

Los tratados de paz

El Ministro Manuel José García fue enviado a Río de Janeiro con instrucciones del Presidente
Rivadavia. Debía concretar un tratado de paz en "términos honrosos"… "que habrían de tener por
base la restitución de la Provincia Oriental a su situación anterior o el reconocimiento de dicho
territorio en un Estado separado libre e independiente...".

García, como si hubiera negado los triunfos obtenidos por las fuerzas republicanas, firmó una
Convención que reconocía al Brasil, el dominio sobre la Banda Oriental, el desarme de la isla Martín
García y una indemnización por la acción de los corsarios contra el Brasil.

Al llegar la noticia de los resultados de la misión de García, tanto el Congreso como el


Presidente se manifestaron disconformes. Esto no impidió que la oposición al gobierno lo hiciese
insostenible. Rivadavia tuvo que renunciar el 27 de junio de 1827.

El Congreso sancionó la Ley (del 3 de julio de 1827) que disponía lo siguiente:

• Designación de un Presidente Provisional (cargo que recayó en Vicente López).


• Disolución del Congreso una vez que se reuniese una Convención integrada por las provincias, ésta
se ocuparía de elegir al Presidente de la Nación y dictaría una Constitución Federal.

50
• Derogación de la Ley de Capitalización de Buenos Aires y restablecimiento de la provincia de
Buenos Aires con sus poderes (gobernador, Junta de Representantes y Tribunales de Justicia).

Reanudadas las negociaciones, el 28 de agosto de 1828 se firmó la Convención Preliminar de


Paz, estableciéndose que en ese territorio de la hasta entonces Banda Oriental del Río de la Plata, se
creaba el ahora llamado Estado Oriental del Uruguay, siendo éste, independiente tanto de la Argentina
como del Brasil. El imperio británico tuvo mucho que ver en tal resolución que fue aceptada por el
Imperio del Brasil, por el nuevo Estado Oriental y también por las “Provincias… Unidas” que a partir
de ese momento perdían para siempre la que había sido importante parte de la histórica integridad
territorial rioplatense.

Gobierno del Coronel Manuel Dorrego

El 12 de agosto, la Junta de Representantes de Buenos Aires, había elegido gobernador al jefe


del federalismo porteño, el coronel Manuel Dorrego, confirmándose la caída del régimen unitario.

Fue una buena gobernación la de Dorrego, constructiva en el sentido más amplio, según
coinciden unánimemente los historiadores, lo cual torna más incomprensibles los acontecimientos que
se producirían posteriormente.

Impulsó el gobernador una política de conciliación para todos los argentinos, ya fueran unitarios
o federales, a punto tal que las provincias le delegaron el manejo de las relaciones exteriores del país.
Firmó tratados con las provincias de Corrientes, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, asegurando así la paz
interior del territorio nacional.

Disconformes con la acción de gobierno de Dorrego, los unitarios decidieron recuperar el


mando con la ayuda de los jefes que volvían al mando de las tropas que habían luchado contra el Brasil.

Revolución y gobierno del General Juan Lavalle

El 1 de diciembre de 1828, el general Lavalle, uno de los vencedores de Ituzaingó, se sublevó


contra el gobernador Dorrego. Este se puso al frente de las tropas milicianas reunidas por el comandante
general de la campaña, el estanciero Juan Manuel de Rosas. Ambos fueron vencidos por Lavalle en el
combate de Navarro. El 13 de diciembre Lavalle ordenó el fusilamiento de Dorrego.

La muerte de Dorrego provocó la reacción de los federales de todo el país. Una convención de
representantes provinciales, reunida en Santa Fe, declaró que su fusilamiento era "crimen de alta
traición contra el Estado". En seguida se encomendó al gobernador Estanislao López, secundado por el
estanciero de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas, a enfrentar la revolución unitaria.

El General José María Paz en Córdoba

Paz y Lavalle ganaron sus ascensos al grado de General por sus acciones en la batalla de
Ituzaingó; contra el Imperio del Brasil. Terminada esa guerra, mientras Lavalle se quedó en Buenos
Aires con su división, sin aparente coordinación entre sus posteriores y respectivas acciones, el general
Paz, había marchado con la suya a Córdoba, provincia en la que asumió el mando político en 1829 tras
vencer al gobernador federal Juan Bautista Bustos en San Roque (22/04/1829). Bustos escapó hacia La
Rioja, donde solicitó auxilio al gobernador Facundo Quiroga.

Cabe aquí hacer un paréntesis por un importante hecho histórico ocurrido en medio de estos
momentos: El 10 de junio de 1829, Luis Vernet se estableció oficialmente en la Isla Soledad del
archipiélago Malvinas. Fue nombrado Primer Comandante Político Militar en las Islas. Bajo el pabellón
argentino, se comprometió a hacer cumplir la legislación argentina, cuidar sus costas y los reglamentos
de pesca vigentes. Construyó un fuerte y se proveyó de algunos cañones para la defensa del lugar. En
agosto de 1831, tras un incidente con tres pesqueros estadounidenses, Vernet se retiró a Buenos Aires,
donde arribó con la goleta Harriet (cuyo cargamento había incautado) con el fin de someter el caso al
fallo del Tribunal de Presas. En la comandancia de Malvinas lo sucedió Juan Mestivier, y a éste, José
María Pinedo quien iba a ser el último comandante civil y militar de las islas, tras el desalojo al que los
argentinos fueron obligados por el capitén inglés Onslow a cargo de la fragata Clío, el 2 de enero de
1833.

Derrota de Lavalle

51
Cuatro días más tarde del triunfo de Paz en Córdoba, el general Lavalle era derrotado en Puente
de Márquez (26/04/1829), a manos de fuerzas conducidas por López y por Rosas. Lavalle decidió
negociar para dar término a los enfrentamientos.

Así fue que Rosas y Lavalle decidieron pactar la paz en Cañuelas (24/06/1829)81. Sin embargo,
el partido unitario, no estaba dispuesto a cumplir lo pactado. Desconfiaba de Rosas y además se había
envalentonado tras enterarse de un nuevo triunfo del General Paz en Córdoba, esta vez frente a Quiroga
y a Bustos en La Tablada (22/06/1829) 82.

Las elecciones del 27 de julio son la muestra de que los unitarios no cumplieron con lo pactado.
Esto provocó que el General Lavalle se alejara del partido y conviniera un nuevo pacto esta vez en
Barracas (24/08/1829), para resolver las formas en hacer que se respetara el de Cañuelas. Se eligió
provisoriamente como gobernador de la Provincia al General Viamonte, a esos efectos. Lavalle marchó
al exilio hacia Montevideo.

d) Llegada de Rosas a la Gobernación. Pacto Federal de 1831.

Volvió a funcionar la Junta de Representantes de la Provincia y ésta eligió primer mandatario a


Rosas, quien asumió el cargo el 8 de diciembre de 1829. Lo hizo con "facultades extraordinarias", es
decir: con poderes especiales en materia judicial dada la difícil situación por la que atravesaba la
provincia.

Un segundo triunfo de Paz sobre Quiroga, esta vez en Oncativo (25/02/1830), consolidaba el
dominio de una parte del país en una alianza que se denominó Liga Unitaria liderada por el gobernador
de Córdoba. Para enfrentarla, representantes de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, con la posterior
adhesión de Corrientes, firmaron el 4 de enero de 1831 el llamado Pacto Federal, de solidaridad y ayuda
mutua.

La Confederación Argentina. Gobierno de Rosas

Las provincias se fueron adhiriendo al "Pacto Federal" de 1831. Una de cuyas cláusulas disponía
la reunión de un Congreso General que debería organizar el país y darle un gobierno federal, aceptando
la denominación común de "Confederación Argentina" y confiando el manejo de las relaciones
exteriores al gobernador de Buenos Aires.

“Confederación Argentina” fue en adelante el nombre dado a las antiguas Provincias Unidas en
Sud América (según la Constitución de 1819), a las Provincias Unidas Río de la Plata (según la ley de
presidencia de 1826), y a la República Argentina (según la Constitución de ese mismo año). La
denominación de Confederación tuvo el significado de unión permanente, o sea que las provincias
adheridas al Pacto Federal no podían separarse de las otras. Cuando en adelante así ocurrió, el
gobernador de Buenos Aires, encargado por todas las provincias de atender las Relaciones Exteriores,
se atribuyó el carácter de mandatario nacional y combatió duramente esas separaciones. La última de
ellas, la del entonces gobernador de Entre Ríos (el general Urquiza), determinaría su caída en 1852.

El Primer Gobierno de Rosas (1829 -1832).

A pesar de una seguidilla de triunfos federales que permitieron recuperar el control de Cuyo y
de La Rioja, el General Paz se disponía a darle batalla a las fuerzas de López cuando, en medio de una
exploración, cayó prisionero el 10 de mayo de 1831. Su ejército quedó en manos del general Lamadrid
pero ya no fue lo mismo. Los caudillos federales Facundo Quiroga (de La Rioja), Juan Felipe Ibarra
(de Santiago del Estero), los hermanos Reinafé (de Córdoba) y Juan Ramón Balcarce (que mandaba las
tropas de la Provincia de Buenos Aires), fueron desalojando de los gobiernos provinciales de Santiago
del Estero, Córdoba, Mendoza y San Luis a los gobernadores unitarios que los ocupaban.

Paz permaneció preso cuatro años en Santa Fe, hasta ser entregado por Estanislao López a
Rosas, quien lo tuvo prisionero cuatro años más en Luján. En 1839, se le trasladó a Buenos Aires y le
fueron restituidos sus sueldos y grado. En 1840 logró escapar a Uruguay y de allí a Corrientes para
sumarse a los opositores al gobierno federal.

81 http://descubrircorrientes.com.ar/2012/index.php/historia-desde-1814-hasta-la-guerra-de-la-triple-alianza/de-
fernandez-blanco-a-atienza-ordenamiento-estadual-1821-1837/3839-la-politica-exterior-cordoba-y-la-reunion-de-
gobernadores/convenciones-de-canuelas-y-barracas/3028-convenciones-de-canuelas-y-barracas
82 https://www.todo-argentina.net/historia-argentina/unitarios-y-federales/guerra-civil/tablada.php?idpagina=628
52
Pacificada la Confederación, Rosas renunció al gobierno de Buenos Aires dado que no se le
restablecían las facultades extraordinarias. Lo sucedió el general Juan Ramón Balcarce, quien debió
renunciar en octubre de 1833 al ser acusado por los federales de mostrarse complaciente con los
unitarios. Durante su gestión ocurrieron dos hechos destacables ocurridos en 1833. En enero los
ingleses se apoderaron de las islas Malvinas. En marzo, el general Rosas comenzaba una campaña
contra los indios. La Expedición a los Desiertos del Sur83, como se la llamó, concluyó en 1834 con la
liberación de muchos cautivos y la ocupación de tierras hasta entonces dominadas por las tribus.

Tras la Revolución de los Restauradores(11/10/1833)84, Balcarce debió renunciar y lo


reemplazó el general Viamonte. Según Alonso Piñeiro, su segunda administración “se caracterizó por
el mantenimiento de sus antecedentes liberales: obtuvo franquicias la prensa, se dió publicidad a los
actos administrativos, se restauraron las finanzas, ocupóse de la educación y la asistencia social, se
reorganizó el Hospital General de Hombres y se instaló la Sociedad Filantrópica”.
Sin embargo, obstaculizado por los federales rosistas, renunció el 5 de junio de 1834, siendo
reemplazado por Manuel Maza.

Durante su gobierno, decidió intervenir en el conflicto que mantenían el gobernador salteño,


Pablo de la Torre, con el de Tucumán, Alejandro Heredia. Este último quería colocar a su hermano en
el gobierno de Salta, aún recurriendo a la fuerza. Jujuy aprovechó para separarse de Salta a la que
estaba subordinada aún.

Maza le solicitó a Quiroga, que se encontraba en Buenos Aires, que mediara en representación
de la provincia. El riojano partió con instrucciones escritas y en la estancia de Figueroa, en San Antonio
de Areco, se despidió de Rosas, quien le prometió una carta para los gobernadores en donde explicaría
su posición ante la organización del país. Esta carta la portaba Quiroga el día de su muerte, fechada el
20 de diciembre de 1834.

Cuando llegó a Santiago del Estero se enteró del asesinato del gobernador salteño y
conjuntamente con Ibarra, Heredia y el representante de Salta acordaron la paz e impedir toda anexión
de Jujuy a Bolivia.

Quiroga desoyó un aviso que le advertía no pasar por Córdoba, donde gobernaba José Reinafé
figura no grata para Quiroga, por un posible atentado contra su vida. El 16 de febrero de 1835 fue
asesinado a su paso por la provincia de Córdoba en el paraje conocido como Barranca Yaco.

UD 6 – LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO ARGENTINO

a) Segundo gobierno de Rosas. Conflictos externos e internos.

83 http://www.lagazeta.com.ar/expedicion_al_desierto.htm
84 https://elarcondelahistoria.com/la-revolucion-de-los-restauradores-11101833/
53
Al tomarse conocimiento del asesinato de Quiroga, la Junta de Representantes se apresuró a
elegir otra vez gobernador a Rosas, otorgándole la "suma del poder público" (Facultad para ejercer los
3 poderes). Rosas asumió el mando en abril y, por sucesivas reelecciones, lo ejerció hasta febrero de
1852.

Durante estos años se mostró cada vez más riguroso en el trato dado a los opositores, entre los
que se incluyó a los llamados "federales tibios". Muchos de éstos y numerosos unitarios prefirieron
desterrarse en los países vecinos antes que renunciar a sus convicciones. Una política similar se ejecutó
en las otras provincias, cuyos gobernadores aceptaban la supremacía de Rosas.

Entre los argentinos exiliados, muchos de ellos eran hombres jóvenes, cabe recordar a Juan
Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez, Domingo Faustino Sarmiento, Vicente Fidel López y hasta
Esteban Echeverría, a quien algunos consideraban su guía político. Precisamente fue Echeverría el que
redactó en Montevideo un libro, al que llamó "Dogma Socialista", para dar a conocer las ideas de la
Asociación de Mayo, una entidad de la que formaban parte muchos de los exiliados.

Durante los más de diecisiete años en los que Rosas gobernó con la suma del poder público los
destinos de la Confederación Argentina, numerosos fueron los conflictos internacionales e internos que
debió enfrentar.

Con la Confederación Peruano – Boliviana

En los prolegómenos de la declaración de independencia de la que iba a ser la República de


Bolivia, el general venezolano Antonio José de Sucre mantuvo un interesante intercambio epistolar con
el entonces gobernador de la provincia de Salta, general Antonio Álvarez de Arenales respecto de si en
la nueva república debían incluirse o no los territorios correspondientes a Tarija por haber sido ésta
perteneciente al Potosí, o no incluirla, por haber sido perteneciente a Salta. Nacía así lo que la
historiografía dio en llamar “la cuestión Tarija” 85. Ocurría esto a mediados de 1825, cuando además de
estar por producirse la creación de este nuevo Estado (Bolivia) en el corazón de la América del Sur,
tras haberse dado unos meses antes, la última batalla contra España en Ayacucho (09/12/1824), en
Buenos Aires recién estaban llegando las repercusiones del desembarco de los 33 orientales en la Banda
Oriental que unos meses más tarde desencadenaría la Guerra entre el Imperio del Brasil y las Provincias
Unidas rioplatenses.

La situación de preguerra y luego de guerra con el Brasil, llevó a tratar de unir a las provincias
rioplatenses bajo un poder ejecutivo nacional e incluso con el dictado de una constitución para la
“República Argentina”. La prioridad estaba puesta allí, y como en anteriores oportunidades, pareció
que Buenos Aires, al no apoyar los reclamos que hacían las provincias, en este caso Salta, los
abandonaba.

En los gobiernos de Rosas, los opositores que se mostraban como tales podían terminar en la
cárcel, en la muerte, o en el exilio. Durante su segundo gobierno, muchos de los exiliados marcharon a
la República de Bolivia, buscando la protección, el asilo, o también el apoyo para actuar en contra del
gobierno de Rosas. Quien ejercía la presidencia de Bolivia desde 1829 era el mariscal Andrés de Santa
Cruz desde 1829, y que antes de serlo lo había sido del Perú (1826-1827). Su sueño político era hacer
del Perú y de Bolivia (el Alto Perú), un único Estado. Las luchas internas en el Perú, le permitieron
tener alguna intervención y fue así como se llegó a que el 1 de mayo de 1837, merced al Pacto de Tacna,
se creara la “Confederación Perú-Boliviana” 86, conformada por tres estados: el Estado Nor-Peruano,
el Sud-Peruano y la República de Bolivia, con sus respectivos presidentes cada uno, y con el mariscal
Santa Cruz como Protector Supremo de los tres estados.

Tanto Chile como Rosas, consideraron que la Confederación Peruano - Boliviana podía
constituir un peligro para la soberanía de los países vecinos. Ambos, cada uno por su parte, le
declararon la guerra.

En el caso de Rosas, el 16 de mayo de 1837, designó al gobernador de Tucumán, Alejandro


Heredia, como «General en Jefe del Ejército Argentino Confederado de Operaciones contra el tirano
General Santa Cruz». El 19 de mayo, la Confederación Argentina le declaró la guerra. Con el escaso
apoyo de Rosas, con un ejército bizoño y teniendo en contra al apoyo que los unitarios exiliados en
Bolivia le brindaban al bando enemigo, las tropas de Heredia fueron derrotadas en todos los combates
en los que participaron. El 22 de agosto de 1838 ordenó el repliegue de sus fuerzas.

85 http://www.argentina-rree.com/3/3-004.htm
86 https://www.youtube.com/watch?v=f6GCCmpyRTg
54
La guerra terminó con la victoria de Chile sobre las fuerzas de Santa Cruz en la batalla de
Yungay (20/01/1839), provocando la disolución de la Confederación Perú-Boliviana. Argentina, si
bien no recuperó Tarija, consolidó su dominio sobre las provincias del norte.

Bloqueo francés (1838-1840)

La monarquía de Luis Felipe de Orleans tenía intenciones de lograr una ampliación de los
mercados de Francia y la zona del Río de la Plata se divisaba como uno de sus objetivos.

La competencia de los privilegios porteños frente a Montevideo, donde Francia tenía su centro
comercial, y el cierre de los ríos interiores fueron un obstáculo para las ambiciones francesas.

En 1837 el cónsul francés reclamó al gobierno porteño por la prisión del litógrafo ginebrino
Cesar Hipólito Bacle, acusado de facilitar mapas y planos a Bolivia. Más tarde solicitó que se eximiese
del servicio en las armas a los ciudadanos franceses, privilegio del que gozaban los ingleses.

Ante la negativa del Ministro de Relaciones Exteriores argentino el 28 de marzo de 1838 el


almirante Luis Leblanc declaró el bloqueo de Buenos Aires y de todo el litoral del Plata argentino;
brindó su apoyo al oriental Fructuoso Rivera y a los movimientos contra Rosas.

El 29 de octubre de 1840 se firmó el tratado de paz Mackau-Arana que entre otras cosas
reconocía a los residentes franceses ventajas similares a los de la nación más favorecida. Se levantó el
bloqueo que los franceses habían declarado al puerto de Buenos Aires y se devolvió la isla de Martín
García.

Reacciones internas contra Rosas

A partir de 1839, se sucedieron levantamientos, conspiraciones y alianzas opositoras a Rosas


promovidas tanto por los unitarios como por los federales disidentes.

El 20 de enero de 1839, el gobernador de Corrientes, coronel Genaro Berón de Astrada, desligó


a su provincia de la Confederación e hizo un llamado a las demás integrantes de aquella, pero sin éxito.
El 31 de marzo las fuerzas correntinas cayeron derrotadas en Pago Largo por las fuerzas que conducía
el gobernador de entre Ríos, Pascual Echagüe. Berón de Astrada fue sacrificado en el campo de batalla.
Todos los prisioneros fueron degollados.

También los primeros meses de ese año, se organizó en Buenos Aires una conspiración
destinada a promover levantamientos en la provincia y cooperar con una expedición que Lavalle haría
desde el Uruguay. Descubierta la trama, el ex gobernador Manuel Vicente Maza, fue bárbaramente
asesinado en su despacho el 27 de junio de 1839. El día siguiente fue fusilado su hijo, el teniente coronel
Ramón Maza, con lo que concluyó la conspiración.

El gobierno también logró dominar una revolución promovida por estancieros en el Sur de la
provincia. Los jefes de la revolución fueron Pedro Castelli y Ambrosio Crámer. El movimiento estalló el 29
de octubre de 1839 en el pueblo de Dolores, al que se le sumaron Maipú y Chascomús. Prudencio Rosas, hermano
de Juan Manuel, comandaba las fuerzas del gobierno. Castelli y Crámer fueron degollados y sus cabezas
expuestas en las plazas de Dolores y Chascomús.

A mitad de ese año, el general Lavalle, con apoyo de la escuadra francesa, comenzó una
campaña militar para derrotar a Rosas. Partió desde el Estado Oriental del Uruguay e invadió Entre
Ríos. El 20 de septiembre de 1839, derrotó en Yeruá a las fuerzas gubernamentales mandadas por
Zapata, ocupó Concordia y pasó luego a Corrientes para reunir más hombres. Sus planes eran dominar
la provincia de Entre Ríos para emplearla como base de sus operaciones contra Rosas. A sus fuerzas
vencedoras en Yeruá, se le agregaron tres mil hombres que el gobernador correntino, Ferré, puso a su
disposición. Conduciendo el segundo ejército correntino que se revelaba contra Rosas, el general
Lavalle derrotó al gobernador entrerriano Echagüe en el combate de Don Cristóbal el 10 de abril de
1840. Lejos estuvo la victoria de ser decisiva. Ello quedó demostrado cuando apenas tres meses más
tarde, vueltos a enfrentarse, Echagüe fue esta vez el vencedor en la batalla de Sauce Grande, cerca de
Paraná, el 16 de julio.

Aunque vencido, Lavalle se dirigió a la capital decidido a invadir Buenos Aires, sin saber que
la ciudad en esos momentos, contaba con muy escasas fuerzas para defenderse. Pensando en que
ocurría lo contrario, resolvió retirarse hacia el norte, para unir sus tropas a las de la Coalición del Norte
que se había declarado rebelde a Rosas en varias de las provincias del noroeste argentino, tras haber

55
sido asesinado el gobernador tucumano Alejandro Heredia. Las fuerzas de varias provincias estaban al
mando de Gregorio Aráoz de Lamadrid.

En medio de su marcha hacia el Norte, Lavalle fue derrotado por el ex presidente oriental
Manuel Oribe, comandante de las fuerzas leales a Rosas, el 28 de noviembre de 1840 en Quebracho
Herrado y casi un año más tarde, el 19 de septiembre de 1841 en Famaillá. Librada ésta, que fue la
última de sus batallas, se retiraba con rumbo al exilio esta vez pensando en llegar hasta la República de
Bolivia, pero en la ciudad de Jujuy, una partida enemiga terminó con su vida el 9 de octubre de 1841.

Cinco día más tarde de la batalla de Famaillá, las fuerzas federales a órdenes de Pacheco
vencieron a las que quedaban de la Coalición rebelde que conducía Bernabé Araoz de Lamadrid en la
batalla de Rodeo del Medio. Con la derrota de ambos jefes la llamada Coalición del Norte se deshizo
y muchos de sus inspiradores fueron ejecutados, entre ellos el catamarqueño Marco Avellaneda.

Mientras tanto Corrientes se pronunciaba nuevamente contra Rosas, dándole esta vez Ferré el
mando de sus fuerzas al general José María Paz, que poco antes había podido escapar de su larga prisión
en Buenos Aires. Paz, conduciendo el tercer ejército correntino rebelde a Rosas, venció el 28 noviembre
de 1841 a Echagüe en Caaguazú y penetró en Entre Ríos proclamándose gobernador de esa provincia.
Tal situación no duró mucho; entrado en seguida en conflicto con el gobernador correntino, debió
entregarle las fuerzas correntinas al uruguayo Fructuoso Rivera y marchar al exilio hacia Montevideo.

Un año más tarde, las fuerzas de los orientales Fructuoso Rivera entre las que se hallaban las
correntinas de Ferré, fueron derrotadas por las conducidas por el también oriental Manuel Oribe, siendo
las de éste, las federales de Rosas. Vencido Rivera en Arroyo Grande el 6 de diciembre de 1842, el
pronunciamiento correntino perdía toda posibilidad. Rivera escapó hasta Montevideo, cuyas defensas
estaban siendo organizadas por el General Paz. A partir de febrero de 1843, el general Oribe iniciaría
un largo sitio sobre la ciudad de Montevideo que duraría hasta el 8 de octubre de 1851. En los primeros
años del sitio, mientras Paz conducía la defensa de Montevideo, Rivera desarrollaba acciones en el
interior del país uruguayo buscando distraer fuerzas del sitio, pero sin lograrlo. El 27 de marzo de 1845
Urquiza lo derrotó definitivamente en India Muerta.

En ese año, Joaquín Madariaga se desempeñaba como gobernador de Corrientes. Junto a su


hermano Juan decidieron organizar una nueva rebelión correntina contra Rosas. Pusieron a cargo de
sus fuerzas al General Paz, nombrándolo Director de la Guerra contra Rosas para que condujera el que
fue el cuarto ejército correntino rebelde al gobernador de Buenos Aires. Queriendo repetir el éxito
obtenido años antes en Caaguazú, Paz pretendía obligar a Urquiza a que le ofreciera batalla en el norte
de la provincia. El riesgo asumido era grande dado que dejaba prácticamente todo el territorio
provincial a merced de Urquiza. Juan Madariaga enfrentó al gobernador entrerriano, en Laguna Limpia
el 4 de febrero de 1846 siendo vencido y tomado prisionero.

Urquiza siguió avanzando lentamente hasta enfrentar la posición defensiva de Paz, pero
(sabiendo por la correspondencia que había tomado en la batalla cuáles eran las intenciones de su
enemigo) retrocedió hasta Entre Ríos, sin ser perseguido. Enseguida se iniciaron negociaciones entre
Urquiza y el gobernador correntino, por medio de su hermano Juan.

Paz se negó a pactar nada con Urquiza, y ―ante la insistencia del gobernador― organizó una
revolución que lo depuso, con apoyo en la Legislatura correntina, en marzo de 1846. Una rápida
reacción de los partidarios de Madariaga obligó al general a huir a Paraguay. Sin la posición
intransigente de Paz, Urquiza y Madariaga firmaron el Tratado de Alcaraz, en que se intentaba un
avenimiento entre las partes. El rechazo de este tratado por parte de Rosas obligó a Urquiza a invadir
Corrientes a fines de 1847 derrotando a Joaquín Madariaga en Vences, lo que terminó con su gobierno;
última oposición que quedaba al gobierno de Rosas en toda la Confederación. Virasoro, nuevo
gobernador de Corrientes impuesto por Rosas, debió prestar ayuda a las fuerzas sitiadoras de Oribe en
Montevideo.

Bloqueo anglo – francés (1845-1850)

El sitio de Montevideo sostenido por las fuerzas de Oribe y Rosas condujo a Inglaterra y a
Francia a reclamar ante el gobierno porteño, ya que veían perjudicados sus intereses comerciales. En
1843, Florencio Varela, en carácter de representante de Fructuso Rivera y de la Comisión Argentina
integrada por unitarios, solicitó en Europa la intervención armada anglo-francesa.

56
Recuérdese que después de vencer en Arroyo Grande a Fructuoso Rivera (06/12/1842), el
general Oribe trató de recuperar el gobierno del Uruguay, que le había sido arrebatado años atrás por
aquel. Al ser vencido Rivera por Urquiza en India Muerta, Oribe pudo dominar toda la campaña
uruguaya y sitiar a Montevideo, cuyo puerto fue, a la vez, bloqueado por una escuadra argentina al
mando de Brown. La defensa de la capital oriental se había confiado al general Paz.

Para evitar la caída de Montevideo, una flota inglesa se apoderó por sorpresa de las naves de
Brown y, combinando su acción con barcos franceses, en setiembre de 1845 inició el bloqueo de los
puertos argentinos. Los europeos pretendían tener derecho a navegar libremente por los ríos interiores
de la Confederación, a lo que ésta se oponía.

Con el objeto de afirmar su posición, los bloqueadores decidieron avanzar por el Paraná aguas
arriba. Esto hizo que el 20 de noviembre de 1845 se produjese un duro combate en la Vuelta de
Obligado, cerca de la ciudad bonaerense de San Pedro. Las fuerzas al mando de Lucio Mansilla no
pudieron evitar, pese a su esforzada defensa, que la invasión se abriese paso.

Debido a las pérdidas comerciales producto del conflicto, las dos potencias europeas decidieron
iniciar las tratativas de paz, en forma separada. Inglaterra firmó el Convenio el 24 de noviembre de
1849 y Francia el 31 de agosto del año siguiente. Ambos países reconocieron plenamente la soberanía
de la Confederación sobre los ríos interiores.

b) Pronunciamiento de Urquiza. El Ejército Grande. Batalla de Caseros. Caída de Rosas.

Cuando en 1851 Rosas presentó su renuncia como encargado de las relaciones exteriores de
las provincias, costumbre que repetía anualmente para reafirmar su poder y comprobar la lealtad de sus
seguidores, Urquiza (Gobernador de Entre Ríos), la aceptó el 1 de Mayo reasumiendo las relaciones
exteriores de su provincia, e invitando a las demás a imitarlo 87. Un punto clave de la oposición a Rosas
era la cuestión de la constitución. Era un reclamo que mantenían los firmantes del Pacto Federal desde
1831 (ya habían corrido veinte años desde aquel compromiso), y que Rosas había eludido siempre, con
la excusa de que hacía falta pacificar el país. Los gobernadores reclamaban una Constitución que, entre
otras cosas, ordenara el tema de la Aduana. Esto, para Buenos Aires, significaba perder su situación
privilegiada, y para Rosas, perder su condición de árbitro entre las provincias; él había preferido firmar
pactos interprovinciales antes que dictar una Constitución.

El prestigio de Urquiza (que había ganado como uno de los más leales aliados de Rosas), nucleó
a su alrededor a todos los enemigos del gobernador de Buenos Aires. En mayo de 1851, representantes
de Brasil, Entre Ríos y la Banda Oriental se reunieron en Montevideo constituyendo una alianza
destinada a derrocar a Rosas. Merced a esas alianzas, Urquiza logró que Oribe levantase el sitio de la
ciudad uruguaya. Mientras tanto, Rosas le declaraba la guerra a Brasil ante la presencia de 15 grandes
naves de guerra de ese país en el río de la Plata y de un ejército de 16.000 hombres en la frontera
argentina con intenciones claramente agresivas.

Al frente de numerosas tropas, a las que se llamó el Ejército Grande, Urquiza dominó Santa Fe
y penetró en la provincia de Buenos Aires. El 3 de Febrero de 1852 Urquiza derrotó totalmente a Rosas
en Caseros (en los espacios que actualmente ocupa en parte el Colegio Militar de la Nación),, dejando
las puertas abiertas para el dictado de la tan necesaria Constitución Nacional. Esto ocurría a más de
cuarenta años desde la exitosa Revolución de 1810, a más de treinta años de la declaración de
independencia, y a punto de cumplirse treinta años desde la batalla de Ayacucho que había marcado el
final de todo intento de dominio español en América del Sud.

Paradójicamente, el paladín de la defensa de la soberanía argentina enfrentándose a las potencia


europeas, se exilió en Gran Bretaña hasta morir en 1877.

Días después de la batalla de Caseros, Urquiza (como gobernador de Entre Ríos), Vicente López
y Planes (como gobernador de Buenos Aires), y los representantes de Corrientes y Santa Fe firmaron
el llamado Protocolo de Palermo el 6 de abril, por el que se le confiaba a Urquiza el manejo de las
relaciones exteriores de la Confederación hasta la reunión de un Congreso Nacional.

c) Acuerdo de San Nicolás. Secesión de Buenos Aires. Constitución Nacional.

87 Este acto fue conocido en la historia como el Pronunciamiento de Urquiza y marcó la ruptura definitiva entre éste y
Rosas.
57
Acuerdo de San Nicolás (31/05/1852)

En la reunión de los gobiernos provinciales representados en Palermo, se había decidido


convocar a una Comisión Representativa creada por el Pacto Federal de 1831, pero el ministro de
gobierno de Corrientes convenció a Urquiza de la conveniencia de reunir a los gobernadores de todas
las provincias. Para ello se envió en misión a Bernardo de Irigoyen para comprometerlos a participar
del encuentro en San Nicolás de los Arroyos con el objetivo de fijar las bases para un futuro Congreso
Constituyente. Efectuada la reunión el 31 de mayo de 1852 88, en ella se estableció que solamente dos
diputados por provincia serían enviados al Congreso de Santa Fe.

Trece provincias, exceptuando a Buenos Aires, ratificaron el Acuerdo que constituyó un


precedente fundamental para la promulgación de la Constitución en 1853.

El rechazo de Buenos Aires radicó en que las provincias tuvieran el mismo número de diputados
y a que se realizara el Congreso en Santa Fe, ya que no podría controlarlo ni imponer sus ideas.
Además, se opuso a que un caudillo del interior, como lo era Urquiza, fuera nombrado Director
Provisorio de la Confederación Argentina. Tampoco aceptaba que las provincias aportaran un
porcentaje de lo recaudado por su comercio exterior al mantenimiento del gobierno, porque, de ese
modo, Buenos Aires sería la provincia que más aportaría.

El Acuerdo de San Nicolás de los Arroyos dejó dos grandes consecuencias: 1) La separación
del Estado de Buenos Aires del resto de la Confederación. Esta situación perduraría hasta 1860, tras la
derrota militar de Bartolomé Mitre en manos de Urquiza, en la Batalla de Cepeda. 2) La Constitución
de 1853, aunque inicialmente haya entrado en vigencia solamente dentro de la Confederación
Argentina. La trascendencia histórica de este instante se puede comparar con las del 25 de mayo de
1810 y el 9 de julio de 1816. Entre las tres, conformaron las nuevas bases institucionales de nuestra
nación.

Jornadas de Junio

En Buenos Aires hombres de distintas vertientes políticas, consideraron excesivo y peligroso


para los intereses porteños los poderes que el acuerdo de San Nicolás otorgaba a Urquiza.

¿Qué ocurría? El triunfo de Urquiza en la batalla de Caseros permitió la vuelta a Buenos Aires
de los dirigentes unitarios o liberales porteños que durante el gobierno de Rosas se habían exiliado en
los países vecinos, especialmente en la Banda Oriental.

No tardaron en producirse diferencias entre estos dirigentes unitarios o liberales (entre los que
podemos nombrar a Bartolomé Mitre, Valentín Alsina, Dalmasio Vélez Sarsfield, José Mármol), y
Justo José de Urquiza, que, aunque vencedor de Juan Manuel de Rosas, no dejaba de ser decididamente
federal, y contrario a toda forma de gobierno unitario.

La legislatura de Buenos Aires inició así un debate conocido como "Jornadas de Junio" donde
se discutieron los alcances del acuerdo. Entre los opositores se encontraban Bartolomé Mitre y
Dalmasio Vélez Sarsfield, la defensa del mismo estuvo a cargo del ministro de Instrucción pública,
doctor Vicente Fidel López. La legislatura porteña rechazó el Acuerdo, por ese motivo el 23 de junio
de 1852 renunciaron a sus cargos las autoridades de la provincia.

La crisis provocada por el rechazo porteño al Acuerdo y la renuncia del gobernador produjeron
la intervención personal de Urquiza que disolvió la Junta de Representantes, clausuró los periódicos
opositores y ordenó que los diputados Vélez Sarsfield, Mitre, Ortiz Vélez y Portela abandonen Buenos
Aires.

Nombró como gobernador interino nuevamente a López quien en los escasos tres meses que
duró en total su gobierno desarrolló una intensa labor. Reorganizó los tribunales, la Guardia Nacional
y la Sociedad de Beneficencia. Finalmente renunció el 26 de julio, asumiendo el gobierno de la
provincia el General Urquiza hasta el 4 de septiembre, oportunidad en que delegó el mando en José
Miguel Galán, hombre de su confianza, que apenas una semana más tarde fue derrocado.

88 https://www.cultura.gob.ar/que-es-y-por-que-se-celebra-el-acuerdo-de-san-nicolas_4000/

58
Revolución del 11 de Septiembre de 1852. Buenos Aires se separa de la Confederación

La animadversión que muchos dirigentes porteños sentían por Urquiza y por la pérdida de poder
en que el acuerdo de San Nicolás había dejado a la provincia de Buenos Aires, no tardó en marcha una
revolución. Ésta estuvo liderada por Valentín Alsina, y el jefe de las fuerzas militares fue el general
José Pirán. El objetivo de los revolucionarios era recuperar el ejercicio de la soberanía provincial. El
11 de septiembre de 1852 se reunió la Junta de Representantes y eligió como gobernador provisorio a
su presidente, el general Pinto. Se iniciaba así la secesión de Buenos Aires que duraría una década. Este
período resultó una etapa floreciente para el Estado de Buenos Aires ya que gozó en exclusividad de
los derechos aduaneros sin necesidad de contribuir a los gastos nacionales; la confederación en cambio
se quedaba sin recursos y debía afrontar todos los gastos de la administración del Estado.

“Los
privilegios de que había gozado Buenos Aires durante el régimen rosista, se veían afectados a
raíz de las disposiciones posteriores a Caseros (...) que afectaban los intereses y herían los
sentimientos de los porteños. El 11/9/1852 las fuerzas correntinas y porteñas se sublevan y se
apoderan de Buenos Aires (...) La unidad territorial quedaba postergada. Existían dos Estados
soberanos: la Confederación Argentina (¿el Interior?), y el Estado de Buenos Aires”89.

Buenos Aires constituyó un gobierno provisorio nombrando como gobernador a Valentín


Alsina el 31 de octubre, y como ministros de gobierno a Juan Peña y de Guerra a José María Flores.
Los objetivos de este gobierno fueron: debilitar el poder de Urquiza y dificultar la reunión del Congreso.

El Sitio de Buenos Aires

El 1° de diciembre de 1852 el coronel Hilario Lagos, comandante general del departamento del
centro de la provincia inició una sublevación con el objetivo de derrocar al gobernador Valentín Alsina,
miembro del partido unitario. Lagos era del partido federal, y exigía el reconocimiento del Acuerdo de
San Nicolás. El 1 de diciembre de 1852 inició la revolución contra el gobierno porteño con casi todas
las fuerzas de campaña. A los pocos días atacó la capital, pero fue rechazado por la reacción
de Bartolomé Mitre. Entonces puso sitio a la ciudad, controlando varios barrios porteños. Poco después
se le unieron tropas al mando de Urquiza, y Lagos fue ascendido a General.

El sitio sobre la ciudad, puesto por las fuerzas de milicias del interior de la Provincia de Buenos
Aires, leales al Partido Federal, reforzadas por fuerzas militares de la Confederación Argentina. se
prolongó por varios meses más (hasta julio de 1853), con choques armados casi todos los días. Si bien
la superioridad numérica estaba del lado de los federales, éstos no tenían los recursos económicos que
brindaba el puerto de Buenos Aires. Urquiza intentó en esos meses darle solución a la cuestión por vía
diplomática pero no pudo. También contaba el sitio con una pequeña escuadra fluvial comandada por
el norteamericano John Coe que pudo mantener el bloqueo, hasta que, sobornado por el gobierno de
Buenos Aires, terminó entregándole la escuadra a los porteños. La prolongación del sitio hizo caer
rápidamente la moral de los soldados, y el inicio del soborno a varios jefes federales provocó el
desbande de los sitiadores.

La Constitución de 1853

La revolución de septiembre en Buenos Aires aplazó la reunión del congreso y la primera sesión
pudo hacerse efectiva recién el 20 de noviembre de 1852, obviamente sin la presencia de congresales
que representaran a Buenos Aires

Entre los congresales elegidos figuraban destacados políticos, intelectuales y sacerdotes como
José Gorostiaga, Juan María Gutiérrez, Facundo Zuviría, Salvador María del Carril, el doctor Lavaisse,
el doctor Centeno, Juan Francisco Seguí, Pedro Ferré, Pedro Díaz Colodrero y Santiago Derqui entre
otros.

La comisión de negocios constitucionales empezó a sesionar el 24 de diciembre de 1852 y el


18 de abril de 1853 presentó su dictamen a la Asamblea. Ésta, discutió el despacho en once sesiones
memorables y el 1 de mayo de 1853 sancionó la constitución. Fue promulgada por Urquiza el 25 de
mayo de 1853 en el palacio San José de Flores y los gobiernos provinciales la juraron el 9 de julio de
1853.
Ya sin Rosas y con Urquiza decidido a representar la necesidad de organizar constitucional y
federalmente al país, el Congreso General Constituyente de Santa Fe había redactado la Constitución

89 MENÉNDEZ, Rómulo: “Las Conquistas Territoriales Argentinas”, Círculo Militar, Buenos Aires, 1982, pp 265 y 266.

59
Nacional inspirada en las “Bases y Puntos de Partida para la Organización de la República
Argentina”, escritas por Juan Bautista Alberdi y enviadas a Urquiza desde Valparaíso (Chile), en Mayo
de 185290. Justo es reconocer también que la Constitución de los estados Unidos de América fue una
importante fuente inspiradora.

La Constitución aprobada constaba de un preámbulo y 107 artículos, y estaba dividida en dos


partes: la primera, de 35 artículos, establecía para el país la forma de gobierno representativa,
republicana y federal, con la declaración de derechos y garantías para los habitantes de la nación. La
segunda se dedicó a las autoridades nacionales y provinciales.

Elegido Urquiza como Presidente, el gobierno nacional quedó establecido provisoriamente en


Paraná, adonde también se instaló el Congreso Nacional (con sus dos cámaras), y la corte Suprema de
Justicia.

d) La Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires

El gobierno de Buenos Aires rechazó sin previo examen la Constitución sancionada en Santa
Fe e inició una etapa de aislamiento político con respecto al resto de la República.

El control de la Aduana y la posesión de un Banco emisor le permitieron a la provincia contar


con los recursos necesarios.

Presidencia del General Justo José de Urquiza (1854-1860)

El 20 de noviembre de 1853 se realizaron las primeras elecciones constitucionales de la


Confederación Argentina. El 5 de marzo de 1854 Justo José de Urquiza y Salvador María del Carril,
presidente y vicepresidente electos de la Confederación Argentina prestaron juramento ante el
Congreso reunido en Santa Fe.

Con sede provisoria del estado confederado en la ciudad de Paraná, Urquiza vivió habitualmente
en su palacio de San José, cerca de Concepción del Uruguay, y confió el manejo del gobierno a su
vicepresidente y a los ministros.

La separación de Buenos Aires trajo problemas de índole económica, dado que no se disponía
de los ingresos que producía el puerto, por lo cual se vio obligado el gobierno de Urquiza a solicitar
préstamos en el extranjero.

e) Batallas de Cepeda y Pavón. Unificación de la República Argentina.

Buenos Aires, con autoridades propias desde el 11 de setiembre de 1852, en 1854 aprobó la
Constitución del Estado de Buenos Aires.

En 1859 las tensiones se habían extremado y varios otros hechos contribuyeron a hacer explotar
el conflicto entre Buenos Aires y la Confederación; aunque también podría decirse que Urquiza parecía
decidido a entregar todo el país “reunido” a su sucesor. “El 1/4/1859, el Congreso de Paraná sanciona
una ley: Buenos Aires debía ser reincorporada, por la vía pacífica o por la fuerza (...) Buenos Aires
no se resignaba a perder el papel hegemónico que desempeñara casi siempre y, especialmente, en la
época de Rosas. En Caseros había caído el rosismo, pero no el porteñismo”91.

Las difíciles relaciones entre la Confederación y Buenos Aires llevaron a un nuevo e importante
choque armado. Un ejército confederado al mando de Urquiza avanzó por territorio bonaerense y el 23
de octubre de 1859 venció en Cepeda a las tropas dirigidas por el ministro de Guerra bonaerense, el
coronel Bartolomé Mitre92. Este último se retiró a Buenos Aires (fortificada), para dar batalla en la
ciudad. Urquiza, con todo para vencer, prefierió negociar pacíficamente.

90 Más allá del cuerpo legal proyectado por Alberdi, había una opinión consensuada sobre la necesidad de organizar al país
con un “Rosas Constitucional”. Esto quería decir que quienes lo sucedían, asumían que se necesitaba una fuerte
autoridad legal, para mantener disciplinadas y unidas a las provincias. También era necesario, pensaban, reemplazar a
la población de las campañas por una población de inmigrantes. “Gobernar es poblar”, le escribía Alberdi a Urquiza; y
para poder poblar con inmigrantes (a quienes consideraban mejores que a los habitantes rurales), creían necesario contar
con una moderna constitución que garantizara una convivencia justa y pacífica. A ello apuntaban la “Bases...”.
91 MENÉNDEZ, Rómulo: op. cit., pág 269. 60
92 http://www.iese.edu.ar/EUDE/?p=3809
Pacto de San José de Flores (11 de noviembre de 1859)

Después de la derrota de Cepeda, Valentín Alsina renunció y asumió interinamente Felipe


Llavallol.

El 11 de noviembre, en el pueblo de San José de Flores (actual barrio porteño), se firmó un


pacto por el que Buenos Aires se reincorporaba a la Confederación y aceptaba la Constitución Nacional.
Se le concedió el derecho de proponer reformas al texto de 1853, para lo cual tuvo lugar una convención
desarrollada desde el 5 de enero de 1860.

El Poder Ejecutivo Nacional convocaría, a su vez, a una Convención Nacional para tratar las
reformas propuestas por Buenos Aires. Éstas tendrían lugar a partir del 24 de noviembre de este año.

La provincia de Buenos Aires mantendría todas sus propiedades excepto la Aduana que pasaría
a poder de la Nación.

La Nación garantizaría a la provincia su presupuesto de 1859 hasta cinco años después de su


incorporación.

Presidencia de Santiago Derqui (1860 - 1861)

El 3 de marzo de 1860 asumieron los nuevos mandatarios nacionales: Santiago Derqui, como
presidente y Juan Esteban Pedernera como vicepresidente.

El 16 de noviembre de ese año estalló un movimiento en la provincia de San Juan encabezado


por Antonino Aberastain que culminó con la muerte del gobernador José Virasoro.

En esos días se vinculó con estos sucesos al sanjuanino Domingo Sarmiento, quien era ministro
de Mitre (gobernador de Buenos Aires desde el 3 de mayo), por lo que las relaciones entre la provincia
de Buenos Aires y el gobierno nacional volvieron a ser tensas.

El gobierno de Paraná designó al Coronel Juan Sáa (gobernador de San Luis) para intervenir en
la provincia de San Juan.

Los amotinados se enfrentaron al interventor en la batalla de la Rinconada del Pocito


(11/01/1861) que terminó con el triunfo de Sáa y el fusilamiento de Aberastain.

En esas circunstancias se efectuó en Buenos Aires la elección de los legisladores para


representar a la provincia ante el Congreso Nacional, según lo establecía el Convenio del 06/06/1860.
Debido a que los diputados se eligieron de acuerdo con la ley electoral bonaerense, el Congreso de
Paraná los rechazó. Derqui convocó a nuevas elecciones en la provincia de Buenos Aires pero ésta no
acató la disposición presidencial. El Congreso Nacional declaró este comportamiento como un acto de
sedición, dio por caduco lo pactado en San José de Flores y se preparó para un enfrentamiento armado
designando a Urquiza jefe de las fuerzas nacionales.

El ejército de Buenos Aires se puso nuevamente a las órdenes de su gobernador, Bartolomé


Mitre, quien había sido ascendido a General.

Buenos Aires y la Confederación se enfrentaron nuevamente.

La Batalla de Pavón y sus Consecuencias

Los ejércitos de Buenos Aires, al mando de Mitre, y de la Confederación, a las órdenes de


Urquiza, se enfrentaron en Pavón el 17 de septiembre de 1861. La victoria correspondió a Buenos
Aires, habiendo vencido “al Interior”.

Como consecuencia del triunfo porteño en Pavón, Santiago Derqui renunció a la presidencia de
la Nación; el vicepresidente Pedernera asumió el cargo y declaró acéfalo el Poder Ejecutivo Nacional.
Disueltos los poderes federales, hasta que un congreso de todas las provincias resolviera sobre el futuro,

61
el gobernador de Buenos Aires quedó de hecho erigido en Poder Nacional. Mitre proyectó su influencia
sobre todo el país.

El entendimiento entre Urquiza y Mitre influyó en las demás provincias que delegaron en el
triunfador de Pavón, el ejercicio del Poder Ejecutivo y las relaciones exteriores hasta el momento en
que se normalizara institucionalmente el país de acuerdo con las prescripciones constitucionales.

Convocado por Mitre un Congreso Nacional en Buenos Aires, él resultó electo como Presidente,
cargo al cual juró el 12 de octubre de 1812. “Provisoriamente, el gobierno nacional residiría como
huésped en la ciudad de Buenos Aires”.

Venían los tiempos de modernizar la nación, haciendo un culto del respeto a la Constitución.
Las rebeliones continuaron pero la unidad nacional comenzaría a prevalecer por encima de los
provincialismos, los partidismos y los personalismos.

FUENTES CONSULTADAS

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