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DOCTRINA
Título: Sucesiones y Herencias
Autor: Elena Lacalle Serer
Fernando Sanmartín Escriche
Carlos Aparicio Urtasum
Fecha: /12/2008
Epigrafe 23 - La Partición de la Herencia
Texto
LA PARTICIÓN DE LA HERENCIA
Cualquier coheredero o legatario de parte alícuota podrá reclamar judicialmente la división de la herencia, siempre
que ésta no deba efectuarla un comisario o contador-partidor designado por el testador, por acuerdo entre los
coherederos o por resolución judicial.
SOLICITUD A la solicitud de división judicial de la herencia se acompañará:
- El certificado de defunción.
- El documento que acredite la condición de heredero o legatario
del solicitante.
En cualquier estado del procedimiento podrán los interesados
separarse del mismo y adoptar los acuerdos que estimen
convenientes.Cuando lo soliciten de común acuerdo, el Juez
deberá sobreseer el juicio y poner los bienes a disposición de los
herederos.
No podrán instar la división de la herencia: los acreedores. Sin
embargo:
- Los acreedores pueden ejercitar las acciones que les
correspondan contra la herencia, la comunidad hereditaria o los
coherederos en el juicio declarativo que corresponda, sin
suspender ni entorpecer las actuaciones de división de la
herencia.
- Los acreedores reconocidos como tales en el testamento o por
los coherederos y los que tengan su derecho documentado en un
título ejecutivo podrán oponerse a que se lleve a efecto la
partición hasta que se les pague o afiance el importe de sus
créditos. Esta petición podrá deducirse en cualquier momento
antes de la entrega de los bienes adjudicados.
- Los acreedores de uno o más de los coherederos podrán
intervenir en la partición para evitar que ésta se haga en fraude o
perjuicio de sus derechos.
Intervención del caudal hereditario y la formación de inventario: se acordará si se hubiere pedido y el Juez lo
estimare procedente. [En este caso véanse esquemas posteriores].
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JUNTA Tendrá lugar:
- Practicadas las actuaciones de intervención del caudal y
formación de inventario.
- Cuando no se pidió la intervención y la formación de
inventario.
- Cuando se pidió la intervención y la formación de inventario y
el Juez no la estimó procedente.
Se convocará a:
- Los herederos.
- Los legatarios de parte alícuota.
- El cónyuge sobreviviente.
- Los acreedores de uno o más de los coherederos cuando
estuvieren personados en el procedimiento.
- El Fiscal para representar a los menores o incapacitados y no
tengan representación legítima y a los ausentes cuyo paradero se
ignore.
Celebración de la Junta: - Será presidida por el Secretario. - El
objeto: nombramiento de un contador que practique las
operaciones divisorias y nombramiento de perito/s para el avalúo
de los bienes. - Si no hay acuerdo en los nombramientos se
designarán por sorteo.
Previa aceptación del cargo del contador y perito: Entrega de los autos al contador y se ponen a disposición del
contador y del perito los objetos, documentos y papeles necesarios para practicar:
- El inventario [cuando no hubiere sido hecho].
- El avalúo.
- La liquidación.
- La división del caudal hereditario.
PRÁCTICA DE LAS OPERACIONES Modo de la práctica
DIVISORIAS
- El contador realizará las operaciones divisorias con arreglo a lo
dispuesto en la ley aplicable a la sucesión del causante.
- Si el testador hubiere establecido reglas distintas para el
inventario, avalúo, liquidación y división de sus bienes, se
atendrá a lo que resulte de ellas, siempre que no perjudiquen las
legítimas de los herederos forzosos.
- Se procurará, en todo caso, evitar la indivisión y la excesiva
división de las fincas.
A instancia de parte podrá el Juez fijar al contador un plazo para
que presente las operaciones divisorias.
Las operaciones divisorias deben presentarse en el plazo de 2
meses con escrito firmado por el contador que debe contener:
1º La relación de los bienes que formen el caudal partible.
2º El avalúo de los comprendidos en esa relación.
3º La liquidación del caudal, su división y adjudicación a cada
uno de los partícipes.
TRASLADO DE LAS OPERACIONES DIVISORIAS
De las operaciones divisorias se dará traslado a las partes por 10 días para que puedan formular oposición, pudiendo
ser examinados los autos y las operaciones divisorias, durante dicho plazo en la Secretaría del Juzgado.
Cuando las partes muestran conformidad Cuando hay oposición
expresa o tácita
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Entrega de bienes: Cuando hay oposición
* Aprobadas definitivamente las particiones, se - El escrito de oposición deberá expresar los puntos de las
procederá a entregar a cada uno de los interesados operaciones a que se refiere y las razones en que se funda.
lo que en ella le haya sido adjudicado y los títulos - Comparencia entre el contador y las partes:
de propiedad, con nota expresiva de la adjudicación * Si hay conformidad. Se ejecutará lo acordado y el contador
puesta por el Secretario. hará en las operaciones divisorias las reformas convenidas.
* Se hará entrega de los bienes salvo que hubiere * Si no hay conformidad. El Juez oirá a las partes y admitirá las
habido oposición por los acreedores reconocidos en pruebas que se propongan, continuando el procedimiento según el
el testamento o por los coherederos y los que juicio verbal.
tengan su derecho documentado en título ejecutivo. SENTENCIA sin efecto de cosa juzgada
En este caso no se produce la entrega de los bienes
hasta el completo pago o garantía de ello.
Adoptando las medidas necesarias para averiguar si hay testamento o no: Providencia. Se ponen los bienes a
ordenando traer a los autos certificado del Registro General de Actos de disposición de los herederos, los que
Última Voluntad y certificado de defunción; además, serán examinados en su caso podrán pedir la intervención
parientes, amigos o vecinos del difunto. judicial.
Si no dejó testamento ni
parientes
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Presidida por el Secretario.
Se procederá, con los concurrentes a:
* Formar inventario que contendrá:
* La relación de bienes de la herencia.
* La relación de escrituras.
* La relación de documentos.
* La relación de papeles de importancia.
- Si por disposición testamentaria se hubieren establecido reglas especiales para el inventario de los bienes de la
herencia, se formará éste con sujeción a dichas reglas.
Si no hay controversia Si hay controversia
Auto. Acordando las medidas sobre la administración, custodia y conservación Se citará a los interesados a una vista,
del caudal. continuando la tramitación con arreglo
al juicio verbal.
MEDIDAS SENTENCIA
El Juez resolverá ateniéndose, en su caso, a lo que sobre estas materias La sentencia que se pronuncie sobre la
hubiere dispuesto el testador y, en su defecto, con arreglo a las siguientes inclusión o exclusión de bienes en el
reglas: 1º El metálico y efectos públicos se depositarán con arreglo a derecho. inventario dejará a salvo los derechos
2º Se nombrará administrador al viudo/a y, en su defecto, al heredero o de terceros.
legatario de parte alícuota que tuviere mayor parte en la herencia. En último
caso a cualquiera de los herederos o legatarios de parte alícuota, o a un
tercero. 3º El administrador deberá prestar caución para responder de los
bienes que se le entreguen. Se podrá dispensar al viudo/a o al heredero
designado cuando tengan bienes suficientes. 4º Los herederos o legatarios de
parte alícuota podrán dispensar al administrador del deber de prestar caución.
CESACIÓN DE LA INTERVENCIÓN
- Cuando se efectúe la declaración de herederos, salvo que alguno de ellos pida la división judicial de la herencia.
- En este caso subsistirá la intervención hasta la entrega de los bienes adjudicados.
- Durante la división judicial también puede cesar la intervención de común acuerdo entre los interesados.
Principiamos esta materia con una profunda concepción escogiendo aquella dada por
ROCA SASTRE:
La partición de herencia es aquel acto jurídico, unilateral o plurilateral, necesario e
irrevocable, de naturaleza declarativa, compuesto por un conjunto ordenado de
operaciones verificadas sobre ciertas bases o supuestos de hecho o de derecho, y en
el cual después de determinarse el activo y pasivo de la masa hereditaria y proceder a
su avalúo y liquidación, se fija el haber de cada partícipe, se divide el caudal partible y
se adjudica cada lote de bienes formado a cada heredero respectivo, provocando la
transformación de las participaciones abstractas de los coherederos sobre el
patrimonio relicto en titularidades concretas sobre bienes determinados.
En otro orden de cosas, debe sentarse la base de la partición de la herencia, a pesar
de su evidencia, estableciendo que para la procedencia de la partición será imperativo
que se haya abierto la sucesión determinada bien por la muerte o por la declaración de
fallecimiento del causante, siendo imprescindible el llamamiento plural.
LACRUZ BERDEJO señala que la doctrina considera que partición o división de la
herencia es el negocio jurídico que impide o pone fin a la comunidad hereditaria
mediante la distribución entre los coherederos de las titularidades activas contenidas
en la herencia.
Por último, destacar que la partición sostiene como propósito poner fin a la comunidad
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de herederos. La comunidad de herederos concluirá por medio de la distribución del
caudal hereditario entre los titulares del derecho hereditario concreto.
CUESTIONES
23.1. ¿Cabe la actio común dividendo sobre un bien que forma parte de una
comunidad hereditaria sin previa partición?
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hereditaria que no exista ningún pacto de indivisión suscrito por los coherederos.
Ahora bien, la imposibilidad de la división de herencia es, en cualquier caso, temporal
por el plazo de diez años prorrogables.
CUESTIONES
23.2. ¿Existe relación entre la acción de división de cosa común y la acción par-
ticional?
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supuesto que el plazo de indivisión debe durar hasta el óbito antedicho. Efectivamente
ello es así aunque el artículo 400 del Código Civil determina la validez de un pacto de
indivisión limitado a los diez años, con una prórroga convencional del referido plazo, y
dentro de esta ampliación, como dentro de tal contraexcepción, ha de permitirse el
establecimiento de un plazo dependiente de un hecho futuro y cierto -el óbito de una
persona- como es el del presente caso, y sobre todo cuando ello tiende a un fin
igualitario para todos los herederos, y para un fin de mejora económica de un
rendimiento de una finca rústica, lo que haría entrar en juego lo dispuesto en el artículo
401 de dicho Código Civil.
Pero es más, dicha posición está colateralmente admitida y establecida en la sentencia
de esta Sala de 12 de diciembre de 1958, en la que se plasma la existencia de una
comunidad de bienes relictos impuesta por el testador, sin otra limitación que la
establecida en el artículo 1.051 del Código Civil.
CUESTIONES
En el Código Civil vienen dadas una serie de pautas que han de observarse en la
partición y que son las siguientes: Predomina el requisito de la igualdad a la hora de
llevarse a cabo la partición, haciendo lotes o adjudicando a cada uno de los
coherederos cosas de la misma naturaleza, calidad o especie (art. 1.061). En el
supuesto de que la cosa hereditaria sea indivisible o mucho por su división, podrá
adjudicarse a uno de los herederos, con la obligación de abonar a los otros el exceso,
siendo preceptivo que el abono se haga en dinero (art. 1.062). A pesar de la solicitud
de adjudicación por parte de un heredero, en el caso de que uno solo de los herederos
pida su venta en pública subasta, y con admisión de licitadores extraños, así se hará.
Por lo tanto, predomina esta última opción, en el sentido de ser preferente a la solicitud
de adjudicación (art. 1.062). Otro de los requisitos nos viene dado en el art. 1.063 que
establece que los coherederos deben abonarse recíprocamente en la partición las
rentas y frutos que cada uno haya percibido de los bienes hereditarios, las impensas
útiles y necesarias hechas en los mismos, y los daños ocasionados por malicia o
negligencia. En cuanto a los gastos de la partición hay que distinguir aquellos hechos
en interés común de todos los herederos y los hechos en interés particular de uno. En
el primer caso se deducirán de la herencia, mientras que en el segundo, obviamente,
serán a cargo del interesado (art. 1.064). Los títulos de adquisición o pertenencia serán
entregados al coheredero adjudicatario de la finca o fincas a que se refieran (art.
1.065). A lo anterior cabe añadir lo preceptuado en el art. 1.066 que señala que
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cuando el mismo título comprenda varias fincas adjudicadas a diversos coherederos,
o una sola que se haya dividido entre dos o más, el título quedará en poder del mayor
interesado en la finca o fincas, y se le facilitarán a los otros copias fehacientes, a costa
del caudal hereditario. Si el interés fuere igual, el título se entregará, a falta de
acuerdo, a quien por suerte corresponda. Siendo original, aquel en cuyo poder quede
deberá también exhibirlo a los demás interesados cuando lo pidieren.
6.1. INTRODUCCIÓN
6.2. EL TESTADOR
CUESTIONES
23.5. La partición inter vivos ¿puede tener lugar mediante documento privado?
La partición entre vivos realizada por el testador puede tener lugar mediante escritura
pública o, también, por medio de documento privado. En el caso de realizarse por
documento privado, la Dirección General de los Registros y del Notariado reconoce, a
efectos registrales, la protocolización por acta notarial del documento que comprenda
dicha partición.
23.6. ¿Puede un hijo natural, reconocido por sus progenitores antes de la en-
trada en vigor de la Constitución Española, solicitar se lleve a cabo la partición
de la herencia de su padre y la adjudicación al mismo de la cuota que por la ley
le corresponda?
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6.3. EL CONTADOR-PARTIDOR
El art. 1.057 del CC estatuye, en su párrafo 1º, que el testador podrá encomendar por
acto inter vivos o mortis causa para después de su muerte la simple facultad de hacer
la partición a cualquier persona que no sea uno de los coherederos .
Se observa en el precepto trascrito que, a pesar de que comúnmente la designación
de contador partidor tiene lugar en el propio testamento, su nombramiento puede
llevarse a cabo, por el testador por acto inter vivos.
El párrafo 3º del art. 1.057 del CC establece, literalmente: lo dispuesto en este artículo
y en el anterior se observará aunque entre los coherederos haya alguno sometido a
patria potestad o tutela, o a curatela por prodigalidad o por enfermedades o
deficiencias físicas o psíquicas pero el contador partidor deberá en estos casos
inventariar los bienes de la herencia, con citación de los representantes legales o
curadores de dichas personas; por lo tanto, en estos casos se exige el inventario de
los bienes del caudal hereditario, con citación de los coherederos, legatarios y
acreedores.
Es necesario apuntar que la partición de la herencia se realiza, en estos casos, sin que
el contador partidor sufra obstrucciones por parte de los herederos; al mismo tiempo, el
modo de hacer esta división del caudal hereditario no precisa, para obtener su
necesaria eficacia, aprobación judicial ni aprobación de los propios herederos.
CUESTIONES
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23.8. El cargo de contador-partidor ¿caduca en el tiempo?
Sobre esta designación de contador partidor mediante acto inter vivos existe dis-
crepancia doctrinal en el siguiente sentido: mientras que un sector entiende que es
necesario que el nombramiento se verifique por medio de documento público, al ser
considerado un mandato con poder (art. 1.280.5 del CC), otra parte de la doctrina se
somete a la libertad del testador, aunque puntualiza que la forma ha de ser indubitada,
basándose en que el legislador no hace exigencia en la forma de designación en el
precepto que se comenta.
23.12. ¿Es necesaria la intervención de los herederos para que la partición hecha
por el comisario nombrado por el testador tenga validez?
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La sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia de fecha 7/11/2005 (Tol853988)
establecía que es doctrina del Alto Tribunal la que declara que para la validez de la
partición hecha por el comisario no se exige la intervención de los herederos y que en
las particiones hechas por aquél, éste goza de las mismas facultades que el testador,
habiendo equiparado el Tribunal Supremo en sentencias de 25/04/1963 y 17/06/1963,
las particiones realizadas por el comisario, a las efectuadas por el mismo testador, al
decir que la partición hecha por el comisario nombrado por el testador, equivale a la
hecha por este y debe ser respetada, y que las operaciones así hechas, no tienen
carácter contractual y no precisan del consentimiento de todos los interesados, por lo
que la partición ha de ser mantenida. Sobre ello el artículo 1.057 párrafo primero del
Código Civil señala que el testador podrá encomendar por acto inter vivos o mortis
causa para después de su muerte la simple facultad de hacer la partición a cualquier
persona que no sea uno de los coherederos, afirmando la doctrina que el contador
partidor es una persona designada por el testador para llevar a efecto las operaciones
particionales, en atención a su pericia y confianza depositada en ella, y que la partición
confeccionada por aquel tiene igual valor que la realizada por el testador (sentencias
del Tribunal Supremo de 17 de junio de 1963 y 18 de febrero de 1987) .
El art. 139 del Reglamento Notarial, aprobado por Decreto de 2 de junio de 1944,
modificado por Real Decreto 45/2007, de 19 de enero, nos da la respuesta,
estableciendo que: Los Notarios no podrán autorizar escrituras en que se consignen
derechos a su favor, pero sí las en que sólo contraigan obligaciones o extingan o
pospongan aquellos derechos, con la antefirma por mí y ante mí . En tal sentido, los
Notarios podrán autorizar su propio testamento, poderes de todas clases, cancelación
y extinción de obligaciones. De igual modo podrán autorizar o intervenir en los actos o
contratos en que sea parte su cónyuge o persona con análoga relación de afectividad
o parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, siempre
que reúnan idénticas circunstancias. No podrán, en cambio, autorizar actos jurídicos
de ninguna clase que contengan disposiciones a su favor o de su cónyuge o persona
con análoga relación de afectividad o parientes de los grados mencionados, aun
cuando tales parientes o el propio Notario intervengan en el concepto de
representantes legales o voluntarios de un tercero. Exceptúese el caso de autorización
de testamentos en que se les nombre albaceas o contadores-partidores y los poderes
para pleitos a favor de los mencionados parientes.
El Notario no podrá autorizar o intervenir instrumentos públicos respecto de personas
físicas o jurídicas con las que mantenga una relación de servicios profesionales.
El art. 1.052 del CC, en su 2º párrafo, añade a la lista de legitimados para pedir la
partición de la herencia a los incapacitados y los ausentes, así, el citado precepto
dispone por los incapacitados y por los ausentes deberán pedirla sus representan tes
legítimos.
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Atendiendo a lo dispuesto en el art. 1.052, párrafo 1º, del Código Civil, todo co -
heredero que tenga la libre administración y disposición de sus bienes, podrá pedir en
cualquier tiempo la partición de la herencia ; y, del mismo modo, el art. 1.965 del citado
cuerpo legal hace imprescriptible la acción de la división de la herencia dado que
establece que no prescribe entre coherederos la acción para pedir la partición de la
herencia.
CUESTIONES
A propósito de la partición, el Código Civil, dentro del Título III De la Suce siones,
Capítulo VI De la Colación y Partición, dedica la Sección Tercera a Los efectos de la
partición. Abordamos en el presente epígrafe la obligación recíproca de los
coherederos a la evicción y saneamiento de los bienes adjudicados y la res-
ponsabilidad de los coherederos frente al que resulte adjudicatario de un crédito por la
insolvencia del deudor al hacerse la partición.
El art. 1.068 del CC señala que la partición legalmente hecha confiere a cada
heredero la propiedad exclusiva de los bienes que le hayan sido adjudicados .
El art. 1.069 establece que hecha a la partición, los coherederos estarán recípro -
camente obligados a la evicción y saneamiento de los bienes adjudicados .
El art. 1.070 establece que la obligación a que se refiere el artículo anterior sólo
cesará en los siguientes casos: 1. Cuando el mismo testador hubiese hecho la parti-
ción, a no ser que aparezca, o racionalmente se presuma, haber querido lo contrario, y
salva siempre la legítima. 2. Cuando se hubiese pactado expresamente al hacer la
partición. 3. Cuando la evicción proceda de causa posterior a la partición, o fuere
ocasionada por culpa del adjudicatario .
El art. 1.071 establece que la obligación recíproca de los coherederos a la evic ción es
proporcionada a su respectivo haber hereditario; pero si alguno de ellos resultare
insolvente, responderán de su parte los demás coherederos en la misma proporción,
deduciéndose la parte correspondiente al que deba ser indemnizado. Los que pagaren
por el insolvente conservarán su acción contra él para cuando mejore de fortuna .
El art. 1.072 establece que si se adjudicare como cobrable un crédito, los cohe rederos
no responderán de la insolvencia posterior del deudor hereditario, y sólo serán
responsables de su insolvencia al tiempo de hacerse la partición. Por los créditos
calificados de incobrables no hay responsabilidad; pero, si se cobran en todo o en
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parte, se distribuirá lo percibido proporcionalmente entre los herederos .
En el primer caso de este art. 1.072, el adjudicatario del crédito de imposible cobro por
el deudor insolvente verá decrecida su parte y, al respecto, la disminución, cuando
fuere por insolvencia anterior, ha de recaer en perjuicio de todos los interesados,
aplicándose la responsabilidad y la obligación de saneamiento por evicción; por el
contrario, si la insolvencia es posterior del menoscabo sólo responderá el adjudicatario
por dejadez o descuido de no hacer efectivo el crédito en el momento idóneo.
En el segundo caso del art. 1.072, cuando el crédito fuere calificado de incobrable, es
claro que no hay responsabilidad y, en el presente supuesto no cabe entenderse como
una adjudicación hecha en pago y, por lo tanto, no nos hallamos ante una atribución
patrimonial.
CUESTIONES
23.15. ¿Hasta dónde alcanzan las obligaciones de los coherederos? ¿Las obliga-
ciones son proporcionales entre los coherederos?
23.16. ¿Tienen obligación los coherederos de dar cuenta a los demás partícipes
de los productos de los bienes hereditarios?
23.17. Según el art. 1.063 del Código Civil ¿la partición se extiende al interés
legal de los bienes hereditarios?
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citado precepto legal con las obligaciones inherentes a una administración de un
patrimonio indiviso, en tanto que la sentencia de 30 de octubre de 1976 establece que
al disponer el art. 1.063 del Código Civil que los coherederos deben abonarse
recíprocamente en la partición las rentas y frutos que cada uno hubiere percibido de
los bienes hereditarios, y al desprenderse de los hechos probados en la resolución que
se impugna y de su misma parte dispositiva que las demandadas o el causante de una
de ellas, disfrutaron desde la extinción del usufructo de sus padres, de mayor porción
de bienes de los que le correspondían, en virtud del testamento, es evidente, que dicho
precepto debe entrar en juego en cuanto a los frutos y rentas percibidos a partir de ese
momento hasta la práctica de las operaciones pertinentes. Por implicar el mismo una
norma de carácter general, que debe ceder ante la específica del art. 1.063 aplicable
cualquiera que sea el título por el cual las demandadas disfrutaron de los bienes de la
herencia, según sentencia de 9 de junio de 1928, sin que en forma alguna deba
extenderse la devolución de tales frutos y rentas a los podidos percibir, por no hallarse
incluidos en el artículo últimamente mencionado y ser principio general de Derecho, el
que dice que: Ubi lex voluit dixit, ubi noluit tenit, tanto más cuanto que, en este caso,
las demandadas poseyeron esos bienes de buena fe.
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Las particiones pueden rescindirse por las mismas causas que las obligaciones (art.
1.073 del CC) y, además, podrán también ser rescindidas las particiones por causa de
lesión en más de la cuarta parte, atendiendo el valor de las cosas cuando fueron
adjudicadas (art. 1.074 del CC).
Cuando se habló de la figura del testador, como legitimado para la partición de
herencia, se hizo referencia al art. 1.075 del CC que establece que la partición hecha
por el difunto no puede ser impugnada por causa de lesión, sino en el caso de que
perjudique la legítima de los herederos forzosos o de que aparezca, o racionalmente
se presuma, que fue otra la voluntad del testador .
Según el art. 1.081 del CC, la partición hecha con uno a quien se creyó heredero sin
serlo, será nula.
CUESTIONES
El art. 1.077 del CC señala que el heredero demandado podrá optar entre indemnizar
el daño o consentir que se proceda a nueva partición. La indemnización puede hacerse
en numerario o en la misma cosa en que resultó el perjuicio. Si se procede a nueva
partición, no alcanzará ésta a los que no hayan sido perjudicados ni percibido más de
lo justo.
23.22. ¿Cuál es la diferencia entre una acción de nulidad y una acción de resci-
sión con motivo de la oposición a las operaciones particionales?
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presentadas por el contador, que es cuestión distinta de la rescisión prevista en el art.
1.074 del CC y que opera sobre la partición ya efectuada, no comportando siempre el
que se efectúe una nueva partición como prevé el art. 1.077 del citado cuerpo legal,
por lo que al acordar el Juzgado la rescisión ha concedido cosa distinta de la nulidad
solicitada cuando ésta se da sólo por las mismas causas que la nulidad de las
obligaciones.
La sentencia del Tribunal Supremo de fecha 17/10/2002 (Tol225527) señalaba que la
nulidad de la partición no está regulada orgánicamente en el Código Civil sino que se
aplica la normativa general de la invalidez del negocio jurídico (así, la sentencia de 13
de junio de 1992 lo dice, refiriéndose a las mismas cau sas que las de los contratos).
Se producirá, por tanto, cuando falta un elemento esencial, cuando se contravenga
una norma imperativa o prohibitiva o cuando concurra con vicio del consentimiento o
un defecto de capacidad.
23.24. A propósito de la rescisión a que se refiere el art. 1.073 del Código Civil,
¿son aplicables las reglas de los negocios jurídicos a la partición hereditaria?
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más cercanos al caso que nos ocupa, como son el error sustancial cometido por el
testador al proceder a la valoración de bienes (sentencia de 26 de noviembre de 1974)
o haber omitido cosas importantes y no computar determinados in-muebles (sentencia
de 7 de enero de 1975). Este tratamiento restrictivo de la invalidez, afirmado por gran
número de sentencias, como la de 31 de octubre de 1996, que se refiere a las de 15
de junio de 1982 ó 25 de febrero de 1969, entre otras, impone resolver las atribuciones
mal valoradas por vía de rescisión, y las omisiones de bienes o valores por el camino
de la adición o complemento de la partición.
23.26. ¿Será nula la partición cuando falta un elemento esencial del negocio
jurídico?
Se parte del caso de haberse hecho la división de una comunidad de bienes, el dinero
obrante en varias cuentas o libretas, lo cual es un negocio jurídico multilateral en que
fueron sujetos todos los intervinientes -incluida la demandante- con consentimiento no
viciado, objeto y causa. También, como dijo la sentencia del Juzgado de 1ª Instancia,
en aquella división se incluyó la de dos personas fallecidas, Dª Regina y su hermana
Dª Nuria; es decir, se hizo la partición del activo hereditario -que era una parte del
dinero objeto de aquella comunidad- de dos personas fallecidas. El Tribunal Supremo,
señaló en sentencia de fecha 14/05/2003 (Tol274446) que: de lo cual se deriva que la
nulidad de la partición de la primera viene dada por la aplicación del artículo 1.081 del
Código Civil pues se hizo con una persona que no era heredera: dicho artículo trata un
caso de nulidad de partición, sancionando la partición en la que ha intervenido o se ha
tomado en consideración un heredero aparente, sin título o con título no válido. Y la
nulidad de la partición de la segunda viene dada por falta de un presupuesto esencial
de la misma, cual es la cualidad jurídica de herederos de las personas que la
practican, lo que deriva del propio artículo 1.081; tal como dice la sentencia de 17 de
octubre de 2002, La nulidad de la partición no está regulada orgánicamente en el
Código Civil sino que se aplica la normativa general de la invalidez del negocio jurídico
(así, la sentencia de 13 de junio de 1992 lo dice, refiriéndose a las mismas causas
que las de los contratos). Se producirá, por tanto, cuando falta un elemento esencial,
cuando se contravenga una norma imperativa o prohibitiva o cuando concurra con vicio
del consentimiento o un defecto de capacidad . Esta nulidad de la partición de Dª Nuria
no se ha pedido en proceso y no se puede acordar, sin caer en incongruencia ultra
petita. Lo que se ha pedido es la nulidad de la partición de Dª Regina, la cual se ha
mezclado con la de la anterior, pues son los mismos parientes que dividieron una, los
posibles herederos de la otra, los cuales no han sido demandados. Así, el reparto del
dinero no fue sólo del caudal relicto de Dª Regina, sino también, mezclado, el de Dª
Nuria: reparto que afecta directamente a los que fueren herederos de esta última, que
no han sido demandados.
23.27. ¿Se puede dar la acción de rescisión contra las particiones realizadas por
los herederos o por el contador partidor por las mismas causas que la de las
obligaciones y por lesión?
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tiene más bien, como se ha suscitado doctrinalmente, el carácter de un procedimiento
de jurisdicción voluntaria, y por lo tanto, son revisables sus resoluciones, por no ser
definitivas, en vía procesal de carácter jurisdiccional), tras la discusión por las partes,
las que, al ser definitivas, no admiten nuevos planteamientos judiciales respecto a lo
decidido en ellas; B) el Código Civil, a partir del art. 1.073, y la Ley de Enjuiciamiento
Civil, al regular, en los preceptos antes mencionados, los pactos de las partes en el
tema de que se trata, los que excluyen la posterior vía judicial (o incluso dentro de ella,
como en el caso, antes recogido, del art. 1.091 LEC), equiparan lo acordado por las
partes al respecto con las obligaciones, por lo que las particiones, son, o pueden ser,
rescindibles, por las mismas causas que las obligaciones, añadiéndose a continuación
en el Código Civil a dicha prescripción del art. 1.073, la de rescisión por lesión
(recogida también para los contratos en las legislaciones forales de Navarra y
Cataluña, pero prohibida en el Derecho Común, por el art. 1.293, excepto en los casos
de los convenios de los tutores y ausentes sin autorización judicial), por lo que la
decisión judicial sobre los temas de la partición, derivados de la inconformidad de la
realizada en el Procedimiento Universal, y decidida en juicio plenario (el declarativo
correspondiente), sin límites de planteamiento, no se trata de una obligación
rescindible, debiendo la misma atenerse, para su posible modificación, sólo a los
recursos que procedan en la vía judicial, sin que esto tenga por qué regularse en el
Código Civil (arts. 1.073 y siguientes), pues es un tema que afecta al Derecho
procesal, y está implícito en cualquier acción civil ejercitable; C) no puede decirse, por
lo tanto, que exista desigualdad de trato, entre uno y otros casos, pues las particiones
hechas por los herederos o por Contadores-Partidores, entran en el campo de las
obligaciones, por lo que son revisables (vid. los supuestos de los arts. 1.089 y 1.090
LEC), pero las realizadas judicialmente sólo lo serán a través del juicio declarativo
correspondiente (art. 1.088 LEC), y lo decidido en éste, sólo podrá ser revisable por
medio de los recursos que procedan (art. 369 ap. penúltimo LEC, y 245.3º LOPJ); y D)
en definitiva, si las homologaciones judiciales del Procedimiento Universal sólo cabe
combatirlas a través del juicio declarativo correspondiente (art. 1.088 LEC), y las
decisiones de éste, sólo lo podrán ser por la vía de los recursos, no cabe inventar
una tercera vía, mediante otro proceso, cuando en el indicado se han debido de
tener en cuenta, en definitiva, todas las normas jurídicas atinentes a las divisiones de
bienes, el respeto a las legítimas y la evitación de la lesión, por lo que aquél proceso
ofrece todas las garantías que impiden una nueva discusión.
23.28. ¿Son aplicables a la partición las reglas relativas a la nulidad de los ne-
gocios jurídicos?
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nulidad, cual acoge la sentencia recurrida, surgida de tal defecto en el objeto, con el
efecto que previene el artículo 1.300 del referido cuerpo legal sustantivo ; en parecidos
términos, afirma la sentencia de 7 de diciembre de 1988 que el principio general de
que nadie puede transmitir a disponer de aquello que no es suyo ( nemo plus iuris
transfert quam habet, nemo dat quod non habet ) tiene su plasmación concreta en
nuestro ordenamiento jurídico, por lo que a la sucesión hereditaria en general se
refiere, en el artículo 659 del Código Civil, que circunscribe la herencia de todo
causante a los bienes, derechos y obligaciones que integran su patrimonio y que no se
extingan por su muerte y por lo que a la testamentaría en particular concierne, en los
artículos 667 y 668 del mismo cuerpo legal, que facultan a toda persona a disponer por
testamento de todos sus bienes o de parte de ellos, a título de herencia o legado.
Asimismo, como aplicación más concreta de dicho precepto general, la partición que,
como una mas de las clases o formas de partición hereditaria, puede hacer el testador,
conforme al artículo 1.056 del mismo Código Civil, presupone necesariamente que se
refiera a bienes que formen parte del patrimonio del testador que la hace, como exige
expresamente el citado precepto cuando habla de la partición de sus bienes , sin que,
por tanto, pueda referirse o comprender bienes que no sean de su pertenencia, como
ya tiene declarado esta Sala -sentencias de 20 de mayo de 1965, 17 de mayo de 1974,
5 de junio de 1985-, sentencia que es citada por la de 18 de marzo de 1991 reiterando
ese criterio de nulidad.
23.29. ¿Son rescindibles por lesión en la cuarta parte las operaciones particiona-
les?
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El heredero que hubiese enajenado el todo o una parte considerable de los bienes
inmuebles que le hubieren sido adjudicados, de conformidad con lo dispuesto en el art.
1.078 del CC no puede ejercitar la acción rescisoria por lesión. Cuando se produce la
omisión de alguno o algunos objetos o valores de la herencia, el art. 1.079 del CC
establece que ello no da lugar a que se rescinda la partición por lesión, sino a que se
complete o adicione con los objetos o valores omitidos. En los casos en que la
partición ha sido hecha con preterición de alguno de los herederos, el art. 1.080 del CC
veda el ejercicio de la acción de rescisión, salvo que se pruebe que hubo mala fe o
dolo por parte de los otros interesados; pero éstos, tendrán la obligación de pagar al
preterido la parte que proporcionalmente le corresponda.
La acción de rescisión de la partición caduca; así, el art. 1.076 del CC dispone que la
acción rescisoria por causa de lesión durará cuatro años, contados desde que se hizo
la partición.
El Código Civil, dedica la Sección Quinta, (dentro de la Partición -Capítulo VI- , De las
Sucesiones -Título III-), al pago de las deudas hereditarias.
El coheredero que hubiese pagado más de lo que corresponda a su participación en la
herencia, tiene el derecho de poder reclamar de los demás su parte propor cional (art.
1.085 del CC).
El citado precepto 1.085 del CC también señala que esto mismo se observará
cuando, por ser la deuda hipotecaria o consistir en cuerpo determinado, la hubiese
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pagado íntegramente. El adjudicatario, en este caso, podrá reclamar de sus cohere-
deros sólo la parte proporcional, aunque el acreedor le haya cedido sus acciones y
subrogándole en su lugar.
Continúa observándose la obligación proporcional a la que están sometidos los
coherederos, estableciéndose por el legislador el derecho del heredero que hubiere
pagado más, de solicitar al resto el exceso del pago.
El art. 1.082 del CC otorga a los acreedores reconocidos como tales la facultad de
oponerse a que se lleve a efecto la partición de la herencia hasta que se les pague o
afiance el importe de sus créditos; de otro lado, el art. 1.083 del CC concede a los
acreedores de uno o más de los coherederos la posibilidad de intervenir a su costa en
la partición para evitar que ésta se haga en fraude o perjuicio de sus derechos .
Los coherederos suceden al causante en todos los derechos y obligaciones de forma
que responden solidariamente de sus deudas. El precepto que seguidamente se
estudia declara la responsabilidad solidaria de los comuneros después de hecha la
división de la herencia; así, hecha la partición, los acreedores, de conformidad con lo
dispuesto en el art. 1.084 del CC, podrán exigir el pago de sus deudas por en tero de
cualquiera de los herederos que no hubiere aceptado la herencia a beneficio de
inventario, o hasta donde alcance su porción hereditaria, en el caso de haberla
admitido con dicho beneficio.
El art. 1.084 del CC, igualmente, establece que en uno y otro caso el deman dado
tendrá derecho a hacer citar y emplazar a sus coherederos, a menos que por
disposición del testador, o a consecuencia de la partición, hubiere quedado él solo
obligado al pago de la deuda.
El coheredero acreedor del difunto, conforme al art. 1.087 del CC, puede recla mar de
los otros el pago de su crédito, y sin perjuicio de lo establecido en la sección quinta, -
Del beneficio de inventario y del derecho de deliberar- capítulo V del título III -De las
Sucesiones-.
En este caso, la figura de heredero y acreedor de la herencia recae sobre una misma
persona. En el presente supuesto la responsabilidad de los coherederos es ilimitada,
así, salvo que la herencia hubiere sido aceptada a beneficio de inventario, estos
responderán, incluso, aunque la deuda del heredero-acreedor supere la suma de los
bienes del causante.
El art. 1.086 estatuye que estando alguna de las fincas de la herencia gravada con
renta o carga real perpetua, no se procederá a su extinción, aunque sea redimible, sino
cuando la mayor parte de los coherederos lo acordare. No acordándolo así, o siendo la
carga irredimible, se rebajará su valor o capital de la finca, y ésta pasará con la carga
al que le toque en lote o por adjudicación .
De la lectura y estudio del artículo que precede es evidente que está referido,
únicamente, a las cargas reales y de obligaciones regulares o periódicas.
CUESTIONES
Nos encontramos ante un derecho del heredero demandado que, como señaló el
Tribunal Supremo, puede o no, hacer uso de esta facultad. La finalidad de la citación o
emplazamiento al resto de los coherederos no es sino poner en conocimiento de estos
la existencia de la reclamación que le hace un acreedor para intentar que se proceda
al pago de forma proporcional entre todos ellos, ya que de otro modo, el heredero
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demandado, tras el pago íntegro, podrá reclamarles lo que a estos les correspondía.
El art. 1.084 CC dispone que los acreedores podrán exigir el pago de sus deudas,
hecha la partición. Se desprende, por tanto, la responsabilidad solidaria de los
coherederos en cuanto a las cargas del causante una vez haya sido hecha la división.
La duda podría surgir en cuanto a si antes de la partición son, igualmente,
responsables solidarios. La respuesta ya la dio el Tribunal Supremo en sentencia de 28
de enero de 1919 en el sentido de señalar que la solidaridad en la responsabilidad ya
venía de antes de la división.
La sentencia del Tribunal Supremo de fecha 1/03/1999 (Tol1445) tiene señalado que el
principio de solidaridad respecto al pago de las deudas hereditarias solamente rige
cuando el acreedor sea un tercero ajeno a la herencia, pero no cuando el acreedor del
difunto sea uno de los herederos, pues en este último caso cada heredero sólo estará
obligado a pagar la parte que proporcionalmente le corresponda, deducida la parte
proporcional del propio heredero acreedor.
23.36. ¿Es necesario reclamar a todos los herederos del causante para cobrar
deudas que tenía en vida?
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oficio -sentencias del Tribunal Supremo de 30 de marzo y 10 de julio de 1985; 10 de
marzo y 14 de abril de 1986; 25 de febrero y 12 de diciembre de 1988; 16 de febrero
de 1989, entre otras-, debieron haber tenido en cuenta los juzgadores de la instancia y,
obrando en consecuencia, haber dictado un pronunciamiento absolutorio en dicha
instancia, sin entrar a conocer del fondo de la acción ejercitada con respecto a dichos
herederos.
En primer término, consideramos conveniente hacernos eco del sentido del pro-
cedimiento de la división judicial de la herencia que le da el legislador en la propia
exposición de motivos de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Así, primeramente, señala
este procedimiento como especial imprescindible y, continua diciéndonos que
permitirá solventar cuestiones de esa índole que no se hayan querido o podido
resolver sin contienda judicial.
Claramente observamos el positivismo de este procedimiento cuando en la exposición
de motivos se señala que para la división judicial de la herencia diseña la Ley un
procedimiento mucho más simple y menos costoso que el juicio de testamentaría de la
Ley de 1881, debiéndose añadir que es más breve y sistemático para obtener la
efectiva división de la cosa común entre los sucesores del decuius .
Entendemos que con la nueva regulación procesal y la introducción del procedimiento
para la división judicial de la herencia (art. 782 y siguientes) no cabe, ahora, la
viabilidad de entablar verticalmente la división mediante el juicio declarativo.
CUESTIONES
La sentencia del Tribunal Supremo de fecha 14/07/1994 (199672) tiene dispuesto que
el juicio voluntario de testamentaría, como su denominación denota, tiene un origen no
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contencioso, sino voluntario y ya esta característica establece una inicial barrera de
separación entre el ámbito de lo que es contingentemente jurisdiccional y lo que es
necesariamente jurisdiccional, como ocurre con el juicio declarativo ordinario. Es
notorio que el juicio declarativo tiene eficacia procesal suficiente para obtener cuantas
declaraciones de derecho se pretenden de la jurisdicción ordinaria, y como señala la
doctrina científica, y acoge la jurisprudencia, el juicio declarativo resulta pertinente para
decidir las cuestiones derivadas de la división de la herencia, determinación del
patrimonio a dividir, fijación de las cuotas correspondientes a cada heredero e, incluso,
realización de las operaciones divisorias en trámite de ejecución de sentencia.
CUESTIONES
La derogada Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881 abordaba los juicios sucesorios como
supuestos enclavados dentro de la jurisdicción contenciosa; y ello a pesar de que tanto
un grueso considerable de autores estudiados como la propia jurisprudencia entendían
que estos juicios encajaban mas adecuadamente dentro de la jurisdicción voluntaria,
siendo el motivo ya no sólo que no existía discusión en su tratamiento sino que en los
casos de producirse discrepancia, los interesados solían acudir a la vía contenciosa. Y
es que, indubitablemente, cuando se daban los acuerdos entre sucesores podría ser
incomprensible concurrir a la vía judicial y, por lo contrario, en los casos de existir
divergencias insanables entre los interesados el juicio de testamentaría o abintestato
carecía de finalidad, siendo más re?exivo y razonable el propio declarativo ordinario
(juicio de menor cuantía). Antes de la entrada en vigor de la Ley de Enjuiciamiento Civil
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1/2000, el Tribunal Supremo tenía establecido que: tanto el juicio de testamentaría
como el de abintestato son calificados por la inmensa mayoría de la doctrina como
procedimientos de jurisdicción voluntaria.
Ante la nueva legislación procesal civil y tras un detallado estudio, lo cierto es que la
cuestión no puede quedar decantada de sobre manera, esto es, quedando por
elaborar una nueva Ley sobre la jurisdicción voluntaria (Disposición Final Decimoctava
de la LEC), el legislador ha convenido el desarrollo del procedimiento para la división
de la herencia en la Ley 1/2000, entendiéndose como procedimiento de jurisdicción
contenciosa; de lo contrario, aquellos autores que entienden que se trata de un
procedimiento de jurisdicción voluntaria tienen sus argumentos, sintetizando, en que se
trata de una actividad jurisdiccional limitada, generalmente, en aprobar las operaciones
divisorias realizadas por un contador y, a mayor abundamiento, en el caso de
producirse oposición se zanja la controversia por el juicio declarativo verbal. Lo cierto
es que nos hallamos ante un procedimiento especial regulado en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil, que se caracteriza por su peculiar tratamiento debido al bien
jurídico objeto del mismo.
La Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881 establecía dos títulos, el primero de ellos De
los Abintestatos dividido en cuatro secciones, de la prevención, de la declara ción de
herederos abintestato, del juicio de abintestato y de la administración del abintestato; el
segundo título De las testamentarías, dividido en cuatro secciones, disposiciones
generales, del juicio voluntario, del juicio necesario y de la administración de las
testamentarías.
Por el contrario, la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil de 2000, para la división judicial
de la herencia nos oferta tres secciones del procedimiento , de la interven ción del
caudal hereditario y de la administración del caudal .
Con la nueva legislación nos hallamos ante una distribución mucho mas simple,
pudiendo ser utilizado el procedimiento de división de judicial de la herencia tanto para
la sucesión intestada como para la sucesión testamentaria. La sección 2ª de la
intervención del caudal hereditario, viene a sustituir a la prevención de los abin -
testatos.
Por último, a pesar de la nueva estructura, ésta puede decirse no guarda un orden
cronológico en el tiempo de los hechos, ya que parte de una sección denominada del
procedimiento y, posteriormente, aborda la intervención del caudal hereditario , por lo
que a pesar de la sencillez de la distribución, la doctrina hecha de menos una buena
alineación de preceptos.
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una acción relativa a dicho caudal.
El citado precepto añade que se exceptúan de la acumulación los procesos de
ejecución en que sólo se persigan bienes hipotecados o pignorados, que en ningún
caso se incorporarán al proceso sucesorio, cualquiera que sea la fecha de iniciación de
la ejecución.
Continúa el apartado 2 del art. 98 disponiendo que en los casos previstos en el
apartado anterior, la acumulación debe solicitarse ante el tribunal que conozca del
proceso universal, y hacerse siempre, con independencia de cuáles sean más anti-
guos, al proceso universal.
Concluye el art. 98, con el apartado 3 que señala que la acumulación de pro cesos,
cuando proceda, se regirá, en este caso, por las normas generales, con las
especialidades establecidas en la legislación especial sobre procesos sucesorios .
Sobre este último apartado 3 hay que objetar que dicha legislación especial sobre
procesos sucesorios todavía no se ha elaborado.
Por todo ello, debe entenderse que al proceso universal será acumulado el pro-
cedimiento del régimen económico matrimonial (art. 98.1.2ª de la LEC).
16.1. INTRODUCCIÓN
CUESTIONES
La Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000 y el Código Civil nos dan la solución. El art. 7.1
de la LEC 1/2000 establece literalmente que sólo podrán compare cer en juicio los que
estén en el pleno ejercicio de sus derechos civiles ; por lo dicho, adquieren capacidad
para instar la partición judicial de la herencia todas aquellas personas que se hallen en
el pleno ejercicio de sus derechos civiles. El art. 1.052 (2º párrafo) del CC señala que
por los incapacitados y por los ausentes deberán pedirla sus representantes
legítimos; así, tanto los incapacitados y ausentes, como los menores, tienen
capacidad procesal para solicitar la partición hereditaria, si bien, a través de sus
representantes legales. El art. 1.062 del CC dispone que cuando los menores o
incapacitados estén legalmente representados en la partición, no será necesaria la
intervención ni la aprobación judicial. El defensor judicial designado para representar a
un menor o incapacitado en una partición, deberá obtener la aprobación del Juez, si
éste no hubiera dispuesto otra cosa al hacer el nombramiento .
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El art. 154 del CC establece que los hijos no emancipados están bajo la potestad de
sus progenitores. La patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos de
acuerdo con su personalidad, y comprende (entre otros) los siguientes deberes y
facultades: Representarlos y administrar sus bienes .
El art. 162 del CC establece que los padres que ostenten la patria potestad tienen la
representación legal de sus hijos menores no emancipados .
El art. 171 del CC establece que la patria potestad sobre los hijos que hubieran sido
incapacitados quedará prorrogada, por ministerio de la ley, al llegar aquéllos a la mayor
edad. Si el hijo mayor de edad soltero que viviere en compañía de sus padres o de
cualquiera de ellos fuere incapacitado, se rehabilitará la patria potestad que será
ejercida por quien correspondiere si el hijo fuera menor de edad .
16.2.2. EL TUTOR
El art. 267 del CC establece que el tutor es el representante del menor o incapa citado,
salvo para aquellos actos que pueda realizar por sí sólo, ya sea por disposición
expresa de la Ley o de la sentencia de incapacitación .
El art. 271 del CC establece que el tutor necesita autorización judicial: 4º Para aceptar
sin beneficio de inventario cualquier herencia, o para repudiar ésta o las liberalidades .
El art. 299 del CC establece que se nombrará un defensor judicial que represente y
ampare los intereses de quienes se hallen en alguno de los siguientes supuestos:
1 Cuando en algún asunto exista conflicto de intereses entre los menores o
incapacitados y sus representantes legales o el curador, el caso de tutela conjunta
ejercida por ambos padres, si el conflicto de intereses existiere sólo con uno de ellos,
corresponderá al otro por Ley sin necesidad de especial nombramiento, representar y
amparar al menor o incapacitado.
2 En el supuesto de que, por cualquier causa, el tutor o curador no desempeñare
sus funciones, hasta que cese la causa determinante o se designe otra persona para
desempeñar el cargo.
3 En todos los demás casos previstos en Código Civil.
16.2.4. EL CURADOR
El art. 286 del CC establece que están sujetos a curatela: los emancipados cuyos
padres fallecieren o quedaran impedidos para el ejercicio de la asistencia prevenida
por la Ley.
El art. 299 del CC establece que si la sentencia de incapacitación no hubiese
especificado los actos en que deba ser necesaria la intervención del curador, se en-
tenderá que ésta se extiende a los mismos actos en que los tutores necesitan (según
este Código), autorización judicial.
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17.1. INTRODUCCIÓN
CUESTIONES
Cuando hablamos de la división judicial de la herencia, ésta no podrá tener lugar en los
casos en los que el propio testador la hubiere efectuado o designado comisario o
contador-partidor para ello; tampoco cuando existiere una resolución judicial que así lo
declarara o cuando lo hubieren acordado los coherederos; ni, tampoco, cuando el
testador lo hubiere sometido a arbitraje.
Para paliar las consecuencias de la pretensión de acuerdo total entre los herederos a
los fines de formalizar la partición, el art. 1.057 del CC, en su párrafo 2º, establece que
no habiendo testamento, contador-partidor en él designado o vacante el cargo, el
Juez, a petición de herederos y legatarios que representen, al menos, el 50 por 100 del
haber hereditario, y con citación de los demás interesados, si su domicilio fuere
conocido, podrá nombrar un contador-partidor dativo, según las reglas que la Ley de
Enjuiciamiento Civil establece para la designación de Peritos. La partición así realizada
requerirá aprobación judicial, salvo confirmación expresa de todos los herederos y
legatarios.
CUESTIONES
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CUESTIONES
A tenor de lo dispuesto en el art. 1.054 del CC, el heredero fiduciario está legitimado
para promover la división de la herencia, como tal heredero que es, a pesar de estar
gravado con un fideicomiso y ello sin perjuicio de las facultades que le corresponden
para intervenir en la partición.
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En la partición de la herencia por parte de los coherederos caben destacar las
siguientes circunstancias:
A) Se precisa que no exista partición de la herencia hecha por el testador, contador-
partidor o contador dativo.
B) Puede tener lugar cuando el contador-partidor no lleve a cabo la partición en tiempo
y forma.
C) Se requiere la unanimidad de los miembros de la comunidad hereditaria y que éstos
fueren mayores y tuvieren la libre administración de sus bienes. Si bien, en el caso de
ser menores podrán actuar por medio de sus representantes legítimos.
D) Que exista libertad de distribución de la herencia.
E) En el caso de no haber acuerdo unánime de todos, cualquier heredero o legatario
de parte alícuota puede promover la partición judicial de la herencia.
CUESTIONES
23.47. ¿Qué circunstancias se requieren para poder solicitar los coherederos del
heredero fallecido la partición de la herencia?
El art. 1.038.3º de la LEC de 1881 disponía que podría promover el juicio de tes-
tamentaría cualquiera de los legatarios de parte alícuota del caudal; en la actualidad,
igualmente, como se ha dicho antes, según el art. 782.1 de la LEC, también tienen
legitimación para reclamar judicialmente la división de la herencia, y es que hay que
recordar que los legatarios de parte alícuota son miembros de la comunidad
hereditaria, así, son miembros asimilados a los demás herederos, a los efectos de la
partición.
CUESTIONES
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23.48. ¿Pueden los legatarios que no sean de parte alícuota instar la partición
judicial de la herencia?
Podrán promover la división judicial de la herencia, como legitimados, los que son
llamados por Ley a suceder al causante, a falta de disposición testamentaria sobre
todo o parte del patrimonio de éste, si bien, será preceptivo que hubieren sido
declarados herederos abintestato, de forma notarial o judicial, y que tras ello hubieren
aceptado la herencia.
También están legitimados para pedir la división judicial de la herencia, los herederos
testamentarios, sin que sea necesario atenerse, en relación a la aceptación de la
herencia, a la que han sido llamados, al modo de aceptación, esto es, si se ha hecho o
no a beneficio de inventario.
CUESTIONES
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El cesionario de la cuota del coheredero, habiendo adquirido su cuota, tiene el derecho
hereditario concreto sobre el activo conferido a cada uno de dichos titulares
comuneros; de esta forma, es parte en la división de la herencia y legitimado para
promoverla, dado que con la adquisición de la cuota se ha hecho titular de la totalidad
de derechos y acciones, sin ningún tipo de salvedad. En este sentido ya se manifestó
afirmativamente tanto la Dirección General de Registros y del Notariado como el propio
Tribunal Supremo. Cierto es que la cesión del heredero alcanza únicamente el
contenido económico de la cuota hereditaria que le pudiere corresponder, con inclusión
de su activo y pasivo.
En relación con la figura del cesionario del derecho del coheredero es preciso acudir al
Código Civil para observar la subrogación del heredero en lugar del comprador de
derechos hereditarios antes de la partición; así, el art. 1.067 del CC señala que si
alguno de los herederos vendiere a un extraño su derecho hereditario antes de la
partición, podrán todos o cualquiera de los coherederos subrogarse en lugar del
comprador, reembolsándole el precio de la compra, con tal que lo verifiquen en término
de un mes, a contar desde que esto se les haga saber .
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establece que el cónyuge sobreviviente será citado para la formación de inventario e
intervención judicial de la herencia. En otro orden de cosas, el art. 1.053 del CC
dispone que cualquiera de los cónyuges podrá pedir la partición de la herencia sin
intervención del otro. Si bien, es necesario recordar que el cónyuge sobreviviente
puede tener legitimación activa para pedir la división de la herencia cuando sea
heredero o legatario de parte alícuota.
CUESTIONES
La redacción literal del art. 782.3 de la LEC no deja lugar a dudas, restringiendo aquel
derecho que ostentaban los acreedores en la LEC de 1881 al establecer que los
acreedores no podrán instar la división.
Ahora bien, la nueva Ley Civil concede a los acreedores las acciones que les
correspondan contra la herencia, la comunidad hereditaria o los coherederos, que se
ejercitarán en el juicio declarativo que corresponda, sin suspender ni entorpecer las
actuaciones de división de la herencia. A colación de esto ha de añadirse que los
acreedores podrán promover el proceso declarativo haya sido o no solicitada la
división judicial de la herencia.
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CUESTIONES
23.53. ¿El derecho del acreedor hereditario para ejercitar sus acciones está limi-
tado hasta la partición de la herencia?
18.2.2.1. Introducción
Los acreedores no pueden instar la división, pero el art. 782.4 de la LEC señala que
no obstante, los acreedores reconocidos como tales en el testamento o por los
coherederos y los que tengan su derecho documentado en un título ejecutivo podrán
oponerse a que se lleve a efecto la partición de la herencia hasta que se les pague o
afiance el importe de sus créditos.
De otro lado, los acreedores reconocidos como tales en el testamento o por los
coherederos y los que tengan su derecho documentado en un título ejecutivo, tendrán
derecho a pedir la intervención del caudal hereditario, según dispone el art.
792.2 de la LEC.
CUESTIONES
23.54. ¿Pueden los acreedores oponerse a que se lleve a efecto la partición hasta
que se les pague o afiance?
En efecto, así lo disponen los artículos 1.082 del CC y 782.4 de la LEC en el sentido
de que no se hará entrega de los bienes a ninguno de los herederos o legatarios sin
estar los acreedores completamente pagados o garantizados a su satisfacción. Sin
embargo, como tiene declarada la jurisprudencia en reiteradas ocasiones, entre ellas,
sentencias del Tribunal Supremo de 9/01/1909 y 22/06/1931, ni el art. 1.082 ni el art.
1.084 del CC restringen ni de modo alguno limitan el derecho del acreedor hereditario
para ejercitar las acciones derivadas de su título de crédito, exigiendo el pago de su
importe aunque la herencia estuviera proindiviso .
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18.2.2.3. El reconocimiento como acreedor por los coherederos
CUESTIONES
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partición (art. 782.5 LEC), establece el art. 783.5 de la LEC, serán citados a la junta
para designación de contador y peritos, cuando estuvieren personados; y aquellos que
no estén personados no serán citados, pero podrán participar en ella si concurren con
los títulos justificativos de sus créditos.
CUESTIONES
23.57. Una vez concluida la partición ¿qué acción pueden ejercitar los acreedo-
res?
Cabría significar que una vez se haya concluido la partición, los acreedores ostentan la
acción que viene dada en el art. 1.111 del CC, el cual dispone que los acreedores,
después de haber perseguido los bienes de que esté en posesión el deudor para
realizar cuanto se les debe, pueden ejercitar todos los derechos y acciones de éste
con el mismo fin, exceptuando los que sean inherentes a su persona; pueden también
impugnar los actos que el deudor haya realizado en fraude de su derecho .
CUESTIONES
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El art. 782 de la LEC nos habla de solicitud de división judicial de la heren cia, por lo
que hay que determinar que la forma no será necesariamente por medio de demanda,
así, bastará mediante escrito. A mayor abundamiento, un gran sector doctrinal entiende
que la división judicial de la herencia se trata de un procedimiento que pertenece a la
jurisdicción voluntaria por lo que, en este caso, no cabría duda alguna. Ahora bien, el
escrito debería contener los datos y las circunstancias de identificación tanto del
solicitante como de los interesados conocidos, para notificarles la existencia del
procedimiento así como la citación a la Junta o, en caso de desconocer domicilios, los
datos con los que el órgano judicial pudiera averiguarlos; igualmente, serán necesarios
los presupuestos fácticos del objeto de la división judicial que se solicita, los
fundamentos de aplicación y la petición, concretando la finalidad de la solicitud.
CUESTIONES
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La sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas de fecha 20/02/2006
(Tol888254) nos da la respuesta y así, establece que puede realizar tanto sin inter-
vención como con ella. En el primer caso, presentada la solicitud, directamente se
convoca a Junta de herederos para el nombramiento de contador, siendo el designado
quien practica el inventario y demás operaciones divisorias. En el segundo caso se
acuerda la intervención del caudal hereditario y la formación de inventario antes del
nombramiento del contador.
El art. 23.1 de la LEC Intervención de procurador establece que la compare cencia
en juicio será por medio de procurador legalmente habilitado para actuar en el tribunal
que conozca del juicio.
El art. 31.1 de la LEC Intervención de abogado estatuye que los litigantes se rán
dirigidos por abogados habilitados para ejercer su profesión en el tribunal que conozca
del asunto. No podrá proveerse a ninguna solicitud que no lleve la firma de abogado .
CUESTIONES
Cuando ha sido analizada la forma que debe revestir la solicitud inicial se ha co-
mentado la necesidad de que el escrito contenga los correspondientes presupuestos
fácticos, así, éstos deberán acreditarse documentalmente.
El art. 782.2 de la LEC exige que a la solicitud deberá acompañarse el certificado de
defunción de la persona de cuya sucesión se trate y el documento que acredite la
condición de heredero o legatario del solicitante .
Por lo tanto, el fallecimiento del causante ha de ser justificado mediante la oportuna
certificación de defunción o, en otro caso, por medio de cualquier otro documento que
así lo acredite, pudiéndose acreditar, de forma excepcional, mediante la información
testifical.
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Hay que añadir que la solicitud de la división de la herencia pudiera ser de aquel que
ha sido declarado judicialmente ausente, por lo que en este caso habría que ser
aportada la certificación del auto judicial de declaración legal de ausencia (art. 2.038
de la LEC de 1881); cuando se trate de un declarado fallecido, también será necesario
acreditar esta situación mediante la presentación de la certificación del auto
declarando el fallecimiento (art. 2.042 de la LEC de 1881).
También, aunque la ley no lo exija expresamente, ha de ser acompañado al escrito
inicial la certificación del Registro de Actos de Últimas Voluntades a los fines de
acreditar la vigencia de la condición de heredero o legatario.
CUESTIONES
El art. 206.1.2ª de la LEC establece que se dictarán autos cuando se resuelva sobre
admisión o inadmisión de demanda.
El art. 245.1 de la LOPJ 6/1985, de 1 de julio señala que las resoluciones de los
jueces y tribunales que tengan carácter jurisdiccional se denominarán: providencias,
cuando tengan por objeto la ordenación material del proceso; y, autos, cuando decidan
recursos contra providencias, cuestiones incidentales, presupuestos procesales,
nulidad del procedimiento o cuando, a tenor de las Leyes de Enjuiciamiento, deban
revestir esta forma.
El art. 248.1 de la LOPJ dispone que la fórmula de las providencias se limitará a la
determinación de lo mandado y del juez o tribunal que las disponga, sin más fun-
damento ni adiciones que la fecha en que se acuerden, la firma o rúbrica del juez o
presidente y la firma del secretario. No obstante, podrán ser sucintamente motivadas
sin sujeción a requisito alguno cuando se estime conveniente ; y, el art. 248.2 que los
autos serán siempre fundados y contendrán en párrafos separados y numerados los
hechos y los razonamientos jurídicos y, por último, la parte dispositiva. Serán firmados
por el juez, magistrado o magistrados que los dicten .
Expuestos los preceptos aplicables al caso, es evidente que la solicitud inicial no es
una demanda (como ya quedó claro) y no es de aplicación directa lo dispuesto en el
art. 206.1.2ª de la LEC, pero nos debe auxiliar a la hora de disponer la correcta forma
de la resolución inicial del procedimiento judicial.
Otra cuestión a tratar es la posibilidad de que el promotor incurra en defectos en su
solicitud, en este caso, si son de naturaleza subsanable el órgano judicial debe dar un
plazo determinado para enmendar el defecto u omisión. Así, el art. 231 de la LEC
dispone que el tribunal cuidará de que puedan ser subsanados los defectos en que
incurran los actos procesales de las partes, siempre que en dichos actos se hubiese
manifestado la voluntad de cumplir los requisitos exigidos por la ley .
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CUESTIONES
Nos debemos decantar en el sentido que el órgano judicial dicte auto dado que, en
primer lugar, deben ser examinados los requisitos de capacidad, representación y
postulación procesal para comparecer en juicio; al propio tiempo, ha de ser examinada
la jurisdicción, la competencia objetiva y la competencia territorial; y, por otra parte, ha
de observarse que el solicitante acredite el fallecimiento así como que no ha existido,
anteriormente, división de la herencia. Por todo ello, reiteramos, la admisión a trámite
de la solicitud de división judicial de la herencia ha de revestir la forma de auto.
20. LA JUNTA
CUESTIONES
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operaciones particionales y, en el caso de haber divergencias en cuanto a la valoración
de los bienes, la designación de perito o peritos para que se proceda al avalúo de los
mismos.
Los herederos con derecho a ser citados a la junta son tanto los herederos testa-
mentarios como los herederos declarados así abintestato, hayan o no promovido el
procedimiento judicial.
Para la citación a la junta de los herederos y los legatarios de parte alícuota úni-
camente es requisito haber aceptado la herencia.
Por otra parte, el art. 944 del CC señala que en defecto de ascendientes y des -
cendientes, y antes que los colaterales, sucederá en todos los bienes del difunto el
cónyuge sobreviviente.
En relación al art. 944 del CC, de otra parte la Ley 1/1973, de 1 de marzo, por la que
se aprueba la Compilación del Derecho Civil Foral de Navarra (Ley 304) dispone que:
La sucesión legal en bienes no troncales se deferirá por el siguiente orden de
llamamientos, cada uno de los cuales será en defecto de todos los anteriores y excluirá
a todos los posteriores:
1 Los hijos matrimoniales, los adoptados con adopción plena y los no matrimo-
niales cuya filiación llegue a determinarse legalmente; por partes iguales, y con
derecho de representación en favor de sus respectivos descendientes.
2 Los hermanos de doble vínculo por partes iguales, y los descendientes de los
premuertos, por representación.
3 Los hermanos de vínculo sencillo por partes iguales, y los descendientes de los
premuertos, por representación.
4 Los ascendientes de grado más próximo. Si fuesen de distintas líneas, la he-
rencia se dividirá por mitad entre ambas, y dentro de cada línea, por partes iguales.
5 El cónyuge o pareja estable no excluido del usufructo de fidelidad conforme a la
Ley 254.
6 Los colaterales no comprendidos en los números 2) y 3) hasta el sexto grado,
sin distinción de vínculo doble o sencillo, ni de líneas, excluyendo los de grado más
próximo a los de más remoto, sin representación y siempre por partes iguales.
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7 En defecto de los parientes comprendidos en los números anteriores, sucederá
la Comunidad Foral de Navarra, que aplicará la herencia a instituciones de
beneficencia, instrucción, acción social o profesionales, por mitad entre instituciones de
la Comunidad y municipales de Navarra.
CUESTIONES
El art. 783.4 de la LEC señala que se convocará también al Ministerio Fiscal para que
represente a los interesados en la herencia que sean menores o incapacitados y no
tengan representación legítima y a los ausentes cuyo paradero se ignore .
El art. 783.4 de la LEC continúa diciendo que la representación del Ministerio Fiscal
cesará una vez que los menores o incapacitados estén habilitados de representante
legal o defensor judicial y, respecto de los ausentes, cuando se presenten en el juicio o
puedan ser citados personalmente, aunque vuelvan a ausentarse .
El objetivo del Fiscal será supervisar la actividad particional y defender los intereses de
los representados.
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La cesación de la representación del Fiscal tendrá lugar, como señala el artículo 783.4
de la LEC 1/2000, una vez los ausentes se presenten en el procedimiento o cuando
puedan ser citados personalmente, con la prevención de que no será el Fiscal quien
les represente cuando se vuelvan a ausentar .
En principio, con la nueva legislación civil y los sistemas modernizados de la
Administración de Justicia, el Juez, al amparo de lo dispuesto en el art. 156 de la LEC,
debe proceder a la averiguación sobre el domicilio de los ausentes y, sólo en el caso
de resultar infructuosas las averiguaciones, el apartado 4 del citado precepto señala
que la comunicación se llevará a cabo mediante edictos. Continuando con esta
exposición, el art. 164 nos habla de las comunicaciones edictales expresándose que
tendrán lugar, únicamente, fijando la copia de la resolución o la cédula en el tablón de
anuncios del Juzgado y, sólo a instancia de parte, en periódicos oficiales o de difusión
nacional o provincial.
Así las cosas, el ausente no tendrá, generalmente, conocimiento de la existencia del
procedimiento judicial, con el agravio que esto le supondrá, por lo que el Juez deberá
proceder conforme disponen los artículos 156 y 164 de la LEC, si bien, en este
procedimiento judicial a la vista de la actividad de supervisión del Fiscal, se puede
decir que el ausente se halla bien representado.
CUESTIONES
23.65. El Ministerio Fiscal debe representar a los ausentes, pero ¿qué debe en-
tenderse por ausente?
El legislador, tras la redacción del anterior precepto, parece indicar, aunque no siempre
sucederá, que la formación de inventario tendrá lugar, en todo caso, en el
procedimiento de división judicial de la herencia.
De esta manera, citados los acreedores para la formación de inventario en el caso de
no personarse en autos, no serán citados para la junta, aunque podrán concurrir a ésta
en el día señalado aportando los títulos justificativos de sus créditos.
Por otro lado, encontramos que los acreedores reconocidos como tales en el
testamento o por los coherederos y los que tengan su derecho documentado en un
título ejecutivo (art. 782.4 LEC), podrán oponerse a que se lleve a efecto la partición de
la herencia hasta que se les pague o afiance el importe de sus créditos, si bien, el
legislador no les faculta para poder participar en la junta a los fines de designación de
contador y peritos, así como participar en la aprobación de las operaciones
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particionales dado que la pretensión de estos es el cobro de sus créditos y no les
concierne el modo en que se lleve a cabo la partición.
Por último, señalar que podría el Juez requerir al solicitante de la partición de la
herencia a los fines de que designara los acreedores existentes en el caso de que
voluntariamente no lo hiciere para la salvaguarda de sus derechos.
CUESTIONES
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En cualquier caso, ha de subrayarse que tanto el legislador en la LEC 1881 como en la
actual LEC 1/2000, debía haber sido mas prevenido y señalar que se designara
contador suplente para el caso de incurrir el designado en causa de incompatibilidad o
que por otro motivo no aceptara el cargo.
Con la designación de contador se hace más simple el procedimiento dado que sólo
habrá un contador y no uno o más de parte y un dirimente, como ocurría en la LEC
1881, haciendo así realidad lo dicho en la exposición de motivos, en este libro recogido
con anterioridad, en relación a un procedimiento mucho más simple y menos costoso
que el anterior; y, respecto al perito, en la misma línea, el legislador simplifica y
establece no podrá designarse más de un perito para cada clase de bie nes que hayan
de ser justipreciados.
En cuanto al perito, y respecto a la designación, también se intentará el acuerdo entre
los concurrentes a la junta, y en el caso de no alcanzarse, el art. 784.3, en su 2º inciso,
remite al mismo procedimiento que para la designación de contador.
El apartado 4 del art. 784 dispone que será aplicable al contador designado por sorteo
lo dispuesto para la recusación de los peritos. En primer lugar, obviamente, no se dará
el caso de recusación en el supuesto de elección de mutuo acuerdo. Pero ha de
entenderse que tanto el perito o peritos como el contador designado podrán,
igualmente, abstenerse y, por ende, podrán renunciar al cargo.
CUESTIONES
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Así, el art. 1.070 de la LEC de 1881 establecía que los interesados deberán también
ponerse de acuerdo sobre el nombramiento de uno o más contadores que practiquen
las operaciones divisorias del caudal. Si no lo consiguieren, cada parte o grupo de
partes que tengan idéntico interés en la testamentaría, designará un contador, y se
intentará el acuerdo de todos para elegir un contador dirimente, que habrá de ser
Letrado. Vemos que del mismo modo, que en la Ley anterior, únicamente, era preciso
que el contador dirimente fuere Letrado, no así aquellos designados de mutuo acuerdo
ni los de parte en el caso de disconformidad en el acuerdo, en la Ley actual sólo se
requiere que sea Letrado el que sea designado por sorteo. Por lo tanto, nos
decantamos por considerar que, en el caso de que el contador sea designado de
común acuerdo, por todos los concurrentes, no sea preceptivamente, necesario, que
sea Letrado.
23.70. Sobre el abogado que puede ser designado como contador ¿qué ha de
entenderse por especiales conocimientos en la materia ?
El art. 784.3 de la LEC señala que el abogado que se designe por sorteo posea
especiales conocimientos en la materia. Sobre los especiales conocimientos en la
materia parte de la doctrina entiende que cualquier letrado ha de estar capacitado
para la práctica de operaciones divisorias a lo que habría que añadir que, en otro caso,
tendrá la potestad de renunciar a la designación.
23.71. Sobre el abogado que puede ser designado como contador ¿qué ha de
entenderse por la obligación legal de tener despacho profesional en el lugar del
juicio?
El art. 784.3 de la LEC señala que el abogado que se designe por sorteo tenga
despacho profesional en el lugar del juicio . Primeramente decir que el lugar del
juicio se entiende por la población donde se sigue el juicio y, al respecto, puede existir
cierta crítica por cuanto se observa una discriminación hacia aquellos letrados,
colegiados en esa localidad, que tendrían el mismo derecho y que su despacho se
halla en distinta población. Un sector doctrinal entiende que el Juez podría incluir en el
sorteo otros letrados que residan fuera de la localidad del juicio.
23.72. ¿Puede el Tribunal nombrar a una persona con cargo al caudal hereditario
para que efectúe y garantice el inventario y el depósito de los bienes
hereditarios?
23.73. Con relación a la figura del contador, ¿se le puede atribuir la condición de
mandatario?
En primer lugar recordemos que por el contrato de mandato se obliga una persona a
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prestar algún servicio o hacer alguna cosa, por cuenta o encargo de otra (art. 1.709
CC); el mandato puede ser expreso o tácito (art. 1.710 CC); el mandato es general o
especial. El primero comprende todos los negocios del mandato. El segundo, uno o
más negocios determinados (art. 1.712 CC); el mandatario queda obligado por la
aceptación a cumplir el mandato, y responde de los daños y perjuicios que, de no
ejecutarlo, se ocasionen al mandante (art. 1.718 CC). A pesar de que generalmente al
contador le ha sido atribuida la condición de mandatario, el Tribunal Supremo se ha
manifestado al respecto reconociendo que tiene un cierto aspecto de mandato, pero
que no ha de confundirse con aquella figura contractual que se desenvuelve dentro del
campo del derecho privado. En este caso, dentro del proceso cuya finalidad es la
división del caudal hereditario, el contador procederá con autonomía e independencia
del criterio particular de las partes, no sujetos a otra norma que a las que tengan su
origen en la Ley.
El art. 785 de la LEC establece en su primer apartado que: elegidos el contador y los
peritos, en su caso, previa aceptación, se entregarán los autos al primero y se pondrán
a disposición de éste y de los peritos cuantos objetos, documentos y papeles necesiten
para practicar el inventario, cuando éste no hubiere sido hecho, y el avalúo, la
liquidación y la división del caudal hereditario .
La aceptación tendrá lugar únicamente a presencia del Secretario Judicial haciéndole
saber las obligaciones inherentes al cargo.
En cuanto al plazo para aceptar el cargo de contador o perito, la ley no lo señala, por lo
que hablaremos de un plazo prudencial que podría señalarse en la propia acta de la
junta o, en otro caso, mediante el dictado de oportuna resolución.
CUESTIONES
Señalar que tanto el cargo de contador como el de perito es de carácter voluntario, así,
puede no aceptarse el cargo, ya no absteniéndose, por incurrir en causa de
incompatibilidad, sino por no convenir el desempeño del cargo al contador o perito.
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21.1. LA ENTREGA DE LA DOCUMENTACIÓN AL CONTADOR
El art. 1.075 LEC de 1881 determinaba que la aceptación de los contadores dará
derecho a cada uno de los interesados para obligarles a que cumplan su encargo.
Deberán verificarlo en el término que racionalmente se estime necesario, teniendo en
consideración la importancia y dificultad de las operaciones .
El art. 1.076 LEC de 1881 señalaba que también a instancia de parte podrá el Juez
fijarles un plazo para que presenten las operaciones divisorias, y si no lo verificaren,
serán responsables de los daños y perjuicios.
En relación al plazo de presentación de las operaciones divisorias, con la anterior
legislación se le fijaba al contador un plazo prudencial y, en caso de incumplimiento, de
oficio o a instancia de parte, se le requería para su pronta presentación, con el
apercibimiento de responsabilidad de los daños y perjuicios que dicha desobediencia
pudiera suponer.
El actual art. 785.2 de la LEC 1/200 dispone que la aceptación del contador dará
derecho a cada uno de los interesados para obligarle a que cumpla su encargo .
El actual art. 785.3 de la LEC 1/200 establece que a instancia de parte, podrá el
tribunal mediante providencia fijar al contador un plazo para que presente las
operaciones divisorias, y si no lo verificare, será responsable de los daños y perjui-
cios.
Con la nueva regulación el plazo máximo de presentación de las operaciones
divisorias será de dos meses (art. 786.2 LEC) y, en el caso de que fueren sencillas,
simples o fáciles, cualquier interesado personado podría interesar del Juez un plazo
más breve.
Respecto a la responsabilidad de los daños y perjuicios, los interesados deberán
acudir a la vía del juicio declarativo, bien juicio ordinario o juicio verbal, dependiendo
de la cuantía de los daños y perjuicios que fueren reclamados; si bien, el Juez podrá,
previamente, requerir el urgente cumplimiento y sin dilación de las operaciones
divisorias encomendadas al contador.
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Ha de decirse que la prevención de la responsabilidad de los daños y perjuicios ha
sido dispuesta por el legislador en evitación de demoras impropias o injustificadas.
CUESTIONES
23.76. ¿Se puede interponer una acción de responsabilidad civil frente al conta-
dor partidor?
23.77. ¿Es necesario demandar al contador partidor en caso de nulidad del cua-
derno particional?
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El art. 1.064 del Código Civil señala que los gastos de partición, hechos en in terés
común de todos los coherederos, se deducirán de la herencia; los hechos en interés
particular de uno de ellos, serán a cargo del mismo .
El cargo de contador y perito no es gratuito. Así, el cargo de contador y de perito da
derecho a su correspondiente retribución, a pesar de que la Ley de Enjuiciamiento Civil
no se pronuncia al respecto.
En la misma línea entendemos la posibilidad de que el contador y el perito soliciten de
los interesados una provisión de fondos, aplicándose lo dispuesto en el art.
342.3 de la LEC.
CUESTIONES
23.79. ¿Qué reglas imperan en el pago de honorarios del contador partidor como
consecuencia de la realización de un cuaderno particional?
El art. 786.2 de la LEC señala que las operaciones divisorias deberán presentarse en
el plazo máximo de dos meses desde que fueron iniciadas .
Cuando fue analizado el art. 785 de la LEC vimos que en su apartado 3 se establecía
que a instancia de parte, podrá el tribunal mediante providencia fijar al contador un
plazo para que presente las operaciones divisorias .
Igualmente, destacábamos que el art. 1.075 de la LEC de 1881 fijaba al contador,
únicamente, un plazo prudencial.
Por lo tanto, es claro que el plazo de dos meses podrá ser inferior, a petición de parte;
y, debemos decir que el plazo ha sido establecido en la nueva legislación para
prescindir de aquella indefinición del art. 1.075 de la LEC de 1881.
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CUESTIONES
El art. 1.046 de la LEC de 1881 señalaba que si el testador hubiere establecido reglas
distintas de las ordenadas en esta Ley para el inventario, avalúo, liquidación y división
de sus bienes, los herederos voluntarios y los legatarios deberán respetarlas y
sujetarse a ellas.
El art. 786.1 de la LEC 1/2000 dispone que el contador realizará las operaciones
divisorias con arreglo a lo dispuesto en la ley aplicable a la sucesión del causante; pero
si el testador hubiere establecido reglas distintas para el inventario, avalúo, liquidación
y división de sus bienes, se atendrá a lo que resulte de ellas, siempre que no
perjudiquen las legítimas de los herederos forzosos .
1 Modo preferente. El contador realizará las operaciones divisorias ateniéndose a
lo que resulte de las reglas establecidas por el propio testador y, por tanto,
sometiéndose a la exclusiva voluntad del testador siempre que no perjudiquen las
legítimas de los herederos forzosos.
2 Modo secundario. El contador realizará las operaciones divisorias con arreglo a
lo dispuesto en la ley aplicable a la sucesión del causante.
A colación, con lo dicho y recordando que el art. 14.1 del CC señala que la suje ción al
derecho civil común o al especial o foral se determina por la vecindad civil y el art.
16.1 del CC que cuando se dieran conflictos de leyes por la coexistencia de distintas
legislaciones civiles en el territorio nacional será ley personal la determi nada por la
vecindad civil, el art. 9.8 del citado código establece que la sucesión por causa de
muerte se regirá por la ley nacional del causante en el momento de su fallecimiento,
cualesquiera que sean la naturaleza de los bienes y el país dónde se encuentren. Sin
embargo, las disposiciones hechas en testamento y los pactos sucesorios ordenados
conforme a la ley nacional del testador o del disponente en el momento de su
otorgamiento conservarán su validez, aunque sea otra ley que rija la sucesión, si bien
las legítimas se ajustarán, en su caso, a esta última. Los derechos que por ministerio
de la ley se atribuyan al cónyuge supérstite se regirán por la misma ley que regule los
efectos del matrimonio, a salvo siempre las legítimas de los descendientes .
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CUESTIONES
El contador, para realizar las operaciones divisorias, se atendrá a lo que resulte de las
reglas establecidas por el testador siempre que no perjudiquen las legítimas de los
herederos forzosos (art. 786.1 LEC 1/2000).
El propio art. 1.075 del CC, también aboga por la legítima de los herederos forzosos y
vemos límite a las normas del testador ya que establece que la partición hecha por el
difunto no puede ser impugnada por causa de lesión, sino en el caso de que
perjudique la legítima de los herederos forzosos o de que aparezca, o racionalmente
se presuma, que fue otra la voluntad del testador .
Con carácter general el art. 1.061 del CC señala que en la partición de la heren cia se
ha de guardar la posible igualdad, haciendo lotes o adjudicando a cada uno de los
coherederos cosas de la misma naturaleza, calidad o especie .
Por lo tanto, el contador debe velar por la proporcionalidad entre la cuota hereditaria de
cada heredero y los bienes objeto de adjudicación.
La situación de proindivisión del caudal puede ser objeto de limitación para el ejercicio
de relaciones jurídicas plenas de los interesados.
Así, lo conveniente es proceder a la división de la comunidad de bienes dado que el
procedimiento de división judicial de la herencia tiene como objeto aquella división, es
decir, la división del activo.
No obstante, las operaciones divisorias pueden concluir en la proindivisión atri-
buyéndose cuotas determinadas a los distintos herederos, en los casos de imposible o
difícil división, de un mismo bien.
El art. 786.1 de la LEC señala que el contador realizará las operaciones divisorias y
procurará, en todo caso, evitar la indivisión .
Hace lo propio el Código Civil en el art. 1.062 al establecer que cuando una cosa sea
indivisible o desmerezca mucho por su división, podrá adjudicarse a uno, a calidad de
abonar a los otros el exceso en dinero.
Observamos la obligatoriedad del pago, con aquello que resulte del caudal hereditario,
de tal que el adjudicatario del bien indivisible deberá abonar la parte correspondiente al
resto de los coherederos.
El art. 1.062 del CC concluye disponiendo que pero bastará que uno solo de los
herederos pida su venta en pública subasta, y con admisión de licitadores extraños,
para que así se haga.
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A todo lo anterior hay que añadir la obligación del contador a la hora de la práctica de
las operaciones divisorias establecida en el mismo art. 786.1 de la LEC donde se le
exige que procurará, en todo caso, evitar la excesiva división de las fincas ,
circunstancia ésta que puede ocasionar, al igual que con la proindivisión, con? icto
posterior entre los herederos.
El art. 786.2 de la LEC establece que las operaciones divisorias deberán presen tarse
en el plazo máximo de dos meses desde que fueron iniciadas, y se contendrán en un
escrito firmado por el contador, en el que se expresará:
1º La relación de los bienes que formen el caudal partible.
2º El avalúo de los comprendidos en esa relación.
3º La liquidación del caudal, su división y adjudicación a cada uno de los partícipes.
Las operaciones divisorias que debe presentar el contador se contendrán en un escrito
firmado por éste.
El escrito al que se refiere el legislador en el art. 786.2 de la LEC se trata de aquél
documento llamado en la práctica cuaderno particional , aunque algún autor gusta en
llamar propuesta de cuaderno particional por cuanto las operaciones divisorias
requieren previa aprobación tras el preceptivo traslado a las partes, como se verá en el
estudio del art. 787 de la LEC.
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23.82. ¿Qué se debe entender por bienes que forman el caudal partible ?
Para ello es conveniente acudir al art. 1.066 de la LEC 1881 que cuando se refería a la
formación de inventario del caudal señalaba que debía contener la descripción de los
bienes de la herencia por el orden siguiente: 1º Metálico. 2º Efectos públicos. 3º
Alhajas. 4º Semovientes. 5º Frutos. 6º Muebles. 7º Inmuebles. 8º Derechos y acciones.
Observamos que, además de bienes, incluye derechos, pero no debe olvidarse que
han de ser incluidas las obligaciones del causante ya que éstas lo que harán será
mermar el total del caudal. La relación a presentar por el contador debe contener los
bienes perfectamente descritos con identificación íntegra. El contador dispondrá del
inventario judicialmente formado o, en otro caso, deberá basarse en los datos que
consten en los autos y en los informes que le sean aportados por las partes; en el
supuesto de contar con el inventario judicial, a pesar de cierta polémica doctrinal, es
claro que el contador posee legitimación bastante para incluir o excluir bienes de aquel
inventario, con justificación de su proceder.
23.84. ¿Pueden unas participaciones societarias formar parte del caudal relicto?
La sentencia del Tribunal Supremo de fecha 26/03/1994 (Tol209590) dispuso que el
caudal hereditario se integra no sólo de derechos, sino también de obligaciones y los
herederos suceden las mismas al causante conforme dispone el artículo 661, salvo el
supuesto del precepto 1.010, ambos del Código Civil. Los derechos intransmisibles
resultan perfectamente determinados en cuanto tienen tal naturaleza los de carácter
público, los exclusivamente personales, los familiares y ciertos derechos patrimoniales
de duración limitada, legal o convencionalmente a la vida de la persona, como sucede
con el derecho real de usufructo. Efectivamente la situación de expulsión no puede
decretarse para los herederos del socio que incurrió en la misma, pues es éste el único
responsable de sus actos, pero sí las consecuencias y responsabilidades que de la
misma procedan, surgiendo de la situación que creó, contraria a los intereses comunes
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sociales, las derivadas acciones para obtener la reparación de los quebrantos
económicos que ocasionó con su proceder, y obtienen la censura de la expulsión,
conforme decretó la sentencia que se recurre, la que, con elogioso estudio del tema, lo
abordó en todas sus dimensiones jurídicas que determinaron el acierto decisorio del
fallo emitido. Las responsabilidades del socio-administrador no constituyen deuda
personalísima y no trasmisible a sus herederos, sino que sucede al contrario, como
también respecto a los derechos legítimos de su causante en la sociedad en que
proceda la sucesión.
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23.85. ¿En qué momento procede determinar el valor de los bienes en las ope-
raciones divisorias?
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particional?
En este momento, el contador debe considerar sobre el caudal del finado el derecho
correspondiente a cada heredero; así, una vez llevado a cabo el avalúo de los bienes
relacionados que forman el caudal partible, el contador procederá a la liquidación que
consistirá en realizar la operación aritmética necesaria para fijar el haber del causante
que es divisible entre los herederos, teniendo en cuenta la previa liquidación de la
sociedad de gananciales, en su caso, y las deudas del finado así como los gastos de
partición.
El art. 1.063 del CC que dispone que los coherederos deben abonarse recíproca -
mente en la partición las rentas y frutos que cada uno haya percibido de los bienes
hereditarios, las impensas útiles y necesarias hechas en los mismos, y los daños
ocasionados por malicia o negligencia; tarea ésta que tendrá lugar en la liquidación
del caudal.
Es de aplicación, en la liquidación del caudal, el art. 1.084 del CC en el que se señala
que los acreedores podrán exigir el pago de sus deudas debiendo responder de forma
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solidaria los herederos; de tal forma, para fijar el activo partible es necesario,
previamente, delimitar las deudas y hecho proceder al descuento.
En la elaboración de la liquidación hay que tener en cuenta los débitos del causante y
los gastos de partición.
En relación con los gastos de partición el art. 1.064 del CC establece literalmente que
los gastos de partición, hechos en interés común de todos los coherederos, se
deducirán de la herencia; los hechos en interés particular de uno de ellos, serán a
cargo del mismo.
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dispone que cuando una cosa sea indivisible o desmerezca mucho por su división,
podrá adjudicarse a uno, a calidad de abonar a los otros el exceso en dinero . Existe
reiterada jurisprudencia que considera que respecto al principio de igualdad
cuantitativa al que alude el precepto, tomando en cuenta que habla de la posible
igualdad y las excepciones que contempla el precepto siguiente, el art. 1.061 del CC
tiene un carácter más bien facultativo que imperativo, lo cual se contempla en las
sentencias de 16 de junio de 1902, 30 de enero de 1951, 13 de junio de 1970, 8 de
febrero de 1974, 30 de noviembre de 1974 y 25 de junio de 1977, 13 de junio de 1980,
17 de junio de 1981 o 21 de junio de 1986, citando esta última alguna de las
anteriores, y el tenor literal del precepto al hablar de la posible igualdad , antes
aludida; y la mas reciente de 7 de enero de 1991, que claramente establece que el art.
1.061 tiene más bien carácter facultativo y orientativo que de imperativa observancia .
La sentencia del Tribunal Supremo de fecha 2/11/2005 (Tol738283) declaró que el
artículo 1.061 del Código Civil establece la igualdad, en el supuesto de que sea
posible, en la realización de los lotes, lo que ha sido interpretado por la doctrina
jurisprudencial en el sentido de que la partición ha de estar presidida por un criterio de
estricta equidad (SSTS de 30 de enero de 1951; 14 de diciembre de 1957 y 25 de
marzo de 1995) y de observancia de una equitativa ponderación (SSTS 25 de marzo
de 1995), respetando la posible igualdad, determinada por las circunstancias de cada
caso (SSTS 8 de febrero de 1974; 17 de junio de 1980; 21 de junio de 1986; 28 de
mayo de 1992; 15 de marzo de 1995 y 16 de febrero de 1998); que no se trata de una
igualdad matemática o absoluta (SSTS de 25 de junio de 1977; 17 de junio de 1980 y
14 de julio de 1990); teniendo la norma un carácter orientativo u orientador (SSTS de
30 de noviembre de 1974 y 7 de enero de 1991), de índole más facultativa que impe-
rativa (SSTS de 30 de noviembre de 1974; 25 de junio de 1977; 17 de junio de 1980;
21 de junio de 1986; 14 de julio de 1990; 28 de mayo de 1992 y 15 de marzo de 1995,
cuya última resolución alcanza dicha posición sin desconocer la importante corriente
doctrinal que propugna la imperatividad relativa, no absoluta, del precepto); y se ha
sentado que la infravaloración de los bienes no vulnera el artículo 1.061 cuando la
valoración por bajo de su valor se aplica con el mismo baremo a todos los bienes
(SSTS de 21 de abril de 1966 y 7 de enero de 1991), señalando la sentencia de 25
noviembre de 2004 que la posición general entiende que cuando no se respeta el
criterio igualitario concurre una causa de nulidad, debido a que supone la vulneración
de lo preceptuado en la ley.
Hecha la división del caudal, el contador atribuirá a los coherederos los corres-
pondientes lotes.
Podemos entender por hijuela la adjudicación parcial, en las operaciones particionales,
del haber de la herencia después de practicar el inventario, avalúo y división del caudal
hereditario.
Definido el término hijuela, matizamos que el contador presentará la adjudicación por
medio de las hijuelas de forma que cada hijuela contendrá dos partes, la primera
referida a lo que ha de percibir cada partícipe de la herencia por todo los conceptos,
debiendo consignarse cada una de las partidas; y, en la segunda tendrá lugar la
designación de los bienes que han sido objeto de inventario de adjudicación con su
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correspondiente avalúo.
Por último, destacar el contenido del art. 1.321 del CC que dispone que fallecido uno
de los cónyuges, las ropas, el mobiliario y enseres que constituyan el ajuar de la
vivienda habitual común de los esposos se entregarán al que sobreviva, sin compu-
társelo en su haber. No se entenderán comprendidos en el ajuar las alhajas, objetos
artísticos, históricos y otros de extraordinario valor .
CUESTIONES
23.91. ¿Puede el contador adjudicar bienes a los herederos para pago de deu-
das?
De las operaciones divisorias se dará traslado a las partes, emplazándolas por diez
días para que formulen oposición (art. 787.1 LEC); pasado dicho término sin hacerse
oposición o luego que los interesados hayan manifestado su conformidad, el tribunal
llamará los autos a la vista y dictará auto aprobando las operaciones divisorias,
mandando protocolizarlas (art. 787.2 LEC).
Vemos que en el caso de que transcurrido el plazo del emplazamiento de diez días
concedidos a las partes hubiere una conformidad expresa o táctica con las ope-
raciones divisorias recaerá auto aprobando las operaciones divisorias.
El auto que aprueba las operaciones divisorias tiene el carácter de auto definitivo, por
lo tanto, será apelable en el plazo de cinco días (art. 455.1 LEC); la apelación contra
este auto carecerá de efectos suspensivos (art. 456.2 LEC). De otro lado se trata de
una resolución meramente homologadora de las operaciones particionales practicadas
por el contador.
El título acreditativo de la partición de la herencia objeto de inscripción radicará en la
certificación comprensiva del auto aprobando las operaciones divisorias, con expresión
de su firmeza y copia notarial de las operaciones protocolizadas por notario hábil.
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El Tribunal Supremo se ha manifestado en su sentencia de fecha 27/10/2000
(Tol170884) en el sentido de señalar que este auto no tiene la eficacia de la cosa
juzgada siempre que no existe oposición a las operaciones particionales practicadas
por los contadores, así, se aprueban las mismas y da por terminado el juicio universal
sucesorio pero sin concederles validez ya que las mismas pueden ser impugnadas por
nulidad o anulabilidad en juicio declarativo cuya sentencia producirá en ese ámbito los
efectos de la cosa juzgada. Diversa, por su causa, es la acción del art. 1.074 del
Código Civil con las consecuencias que previene el art. 1.077, independiente de
aquella otra.
23.2.1. INTRODUCCIÓN
CUESTIONES
Se debe aclarar que no sólo podrán oponerse a las operaciones divisorias aquellos
que se hallen personados en autos, sino también los que no lo estén. Así, el
emplazamiento y traslado de las operaciones divisorias debe tener lugar a las partes
interesadas en la partición sin excluir las partes no personadas. Esta circunstancia ya
ha sido resuelta por el Tribunal Supremo que reclama el emplazamiento a todos los
interesados con independencia de la situación procesal en la que se encuentren. Por lo
expuesto, son partes legitimadas para formular oposición:
1 Cualquier coheredero, siempre que conserven su legitimación, esto es, no cabrá la
oposición por el heredero cedente de su cuota de la herencia.
2 El cesionario del derecho del coheredero.
3 Los legatarios de parte alícuota.
4 El cónyuge sobreviviente. El interés del cónyuge puede emanar de sus derechos en
la sucesión y de la liquidación del régimen económico matrimonial.
5 El Ministerio Fiscal que represente a los interesados en la herencia que sean
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menores o incapacitados y no tengan representación legítima y a los ausentes cuyo
paradero se ignore, mientras el Ministerio Público no cese en su representación.
6 Los acreedores de uno o más de los coherederos cuando estuvieren personados en
el procedimiento para evitar que la partición se haga en fraude o perjuicio de sus
derechos. Por el contrario, los acreedores de la herencia (art. 782.3 LEC) no podrán
formular oposición alguna a las operaciones divisorias, sin perjuicio de las acciones
que les correspondan contra la herencia, la comunidad hereditaria o los coherederos,
que se ejercitarán en el juicio declarativo que corresponda, sin suspender ni entorpecer
las actuaciones de división de la herencia. Del mismo modo, los acreedores
reconocidos como tales en el testamento o por los coherederos y los que tengan su
derecho documentado en un título ejecutivo, podrán oponerse a que se lleve a efecto
la partición de la herencia hasta que se les pague o afiance el importe de sus créditos
(art. 782.4 LEC), si bien, no ostentan legitimación para plantear oposición a las
operaciones divisorias, así como tampoco la tienen para comparecer a la junta de
nombramiento de contador y peritos.
El art. 787.1 de la LEC señala en su primer párrafo que de las operaciones divi sorias
se dará traslado a las partes, emplazándolas por diez días para que formulen
oposición. Durante este plazo, podrán las partes examinar en la Secretaría los autos y
las operaciones divisorias y obtener, a su costa, las copias que soliciten .
El primero de los requisitos lo vemos en el párrafo segundo del art. 787.1 de la LEC
que obliga a que la oposición se formule por escrito y, además, expresando los puntos
de las operaciones divisorias a que se refiere y las razones en que se funda.
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23.94. Para formular oposición a las operaciones divisorias ¿es preceptiva la in-
tervención de abogado y procurador?
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encontramos en la norma sustantiva civil y tampoco en las normas procesales civiles,
tanto en la derogada como en la vigente; si bien ello no obstaculiza la oposición.
Seguidamente enumeramos posibles motivos de oposición tanto procesales como de
fondo.
Los motivos de fondo habrán de tratar de aspectos relacionados con las operaciones
divisorias, entre las que destacamos:
1 Inclusión o exclusión de bienes en el inventario.
2 Desigualdad en la formación de los lotes.
3 Irregularidades en el avalúo con valores improcedentes e injustificados.
4 Vicios o defectos en la liquidación, división o adjudicación.
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afirmativamente, así, el incidente de exclusión de bienes está sometido a los artículos
741 y 745.2º de la LEC de 1881 y su objeto exclusivo será detraer determinados
bienes del inventario y por su carácter accidental y secundario no puede prejuzgar las
cuestiones que surjan en posterior juicio declarativo.
La sentencia incidental no produce efecto de cosa juzgada con relación al proceso
posterior ya que los artículos 1.066 y 1.068 de la LEC de 1881 sobre inventario no
impiden un juicio posterior según el art. 1.088 de dicha Ley .
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interdependiente del procedimiento particional que venía tramitándose. La partición en
cuestión es la única que puede ser impugnada por los disidentes, y la única que ha de
prevalecer, bien con las rectificaciones de las irregularidades denunciadas que hayan
quedado probadas, bien en su forma originaria si no las hubo (sentencia de 8 de julio
de 1995).
23.100. ¿En qué situación las operaciones particionales pueden reputarse nulas?
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23.2.5. LA TRAMITACIÓN DE LA OPOSICIÓN. COMPARECENCIA
El art. 787.3 de la LEC establece que cuando en tiempo hábil se hubiere for malizado
la oposición a las operaciones divisorias, el tribunal mandará convocar al contador y a
las partes a una comparecencia, que se celebrará dentro de los diez días siguientes .
Mientras la junta se celebrará ante el Secretario, en esta comparecencia es preceptiva
la presencia del Juez, el que deberá intentar que se alcance una conformidad de todos
los interesados respecto a las cuestiones promovidas.
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reformadas por las partes de mutuo acuerdo.
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margen de las opiniones doctrinales que puedan tenerse al respecto, la articulación
formal de la cuestión al amparo del ordinal 3º o del 4º del art. 1.692 LEC no puede
erigirse en obstáculo impeditivo de que la Sala decida si efectivamente concurría o no
la cosa juzgada en virtud de lo decidido con carácter firme en un proceso anterior,
máxime cuando puede ser apreciada incluso de oficio. Si la partición aprobada
judicialmente en juicio de testamentaría produce los efectos de cosa juzgada
impeditivos de un juicio declarativo posterior sobre nulidad o rescisión de dicha
partición, ha de estarse a la doctrina del Tribunal Supremo contenida en las sentencias
de 7 de febrero de 1969, 27 de mayo de 1988 y 27 de octubre de 2000 a cuyo tenor la
aprobación judicial de la partición hecha en juicio de testamentaría no tiene la
autoridad de cosa juzgada. La finalidad del juicio de testamentaría radica en la práctica
de la partición, cuya aprobación por los interesados no es esencial, dado que ante el
silencio de éstos, con la pérdida del trámite procesal de impugnación, tiene el juzgador
el imperioso deber de aprobarlas (Sentencia de 18 junio 1928), pero esta aprobación
judicial no varía la naturaleza del acto particional, y es sólo el medio de poner fin al
proceso de testamentaría cuando los interesados no impugnan dichas operaciones o
las consienten, por lo que tal aprobación judicial no puede impedir que los
coherederos, al amparo del art. 1.073 del CC, soliciten su rescisión, dado que el
precepto expresa «las particiones», sin distinguir de entre las varias clases de las
mismas, y ello es así porque, como declaran las sentencias de 30 enero 1951 y 16
noviembre 1955, la acción impugnativa a que se refieren los arts. 1.086 y 1.088 de la
LEC versa sobre partición en proyecto, cual lo califica el art. 1.083 de dicha Ley,
mientras que la acción prevista en el 1.074 del CC actúa sobre partición ya efectuada,
la que, como negocio jurídico, puede adolecer de vicios o imperfecciones que la
aprobación judicial no puede subsanar, y que son susceptibles de dar origen a su
impugnación e ineficacia, no sólo por las mismas causas por las que se rescinden las
obligaciones (art. 1.073), sino también como causa especial, por la lesión en más de la
cuarta parte que preceptúa el art. 1.074, rescisión por lesión aplicable a todas las
operaciones particionales, sin más excepciones que las señaladas en los arts. 1.075 -
cuando la partición la hace el mismo testador- y 1.078 del CC -cuando el adjudicatario
ha enajenado los bienes adjudicados-. La partición aprobada judicialmente no tiene el
carácter de cosa juzgada y es susceptible de ser impugnada por los en ella
perjudicados, ejercitando las acciones pertinentes, bien sean de nulidad, de rescisión o
de modificación o complemento, pues así como las operaciones particionales, una vez
concluidas por convenio unánime de todos los herederos, pueden ser impugnadas
posteriormente por diversas causas, según declara la sentencia de 29 marzo 1958, en
las aprobadas judicialmente cabe la misma impugnación, tanto los interesados
manifiesten su conformidad, pues ésta no puede purgar los vicios de consentimiento y
la lesión se reputa como tal, como si dejan transcurrir el término sin hacer oposición,
que son los dos supuestos a que se refiere el art. 1.081 de la Ley Procesal, dado que
este silencio y pérdida del trámite para impugnar la partición, no revela conformidad
con la misma ni impide el juicio declarativo correspondiente, según afirma la sentencia
de 3 diciembre 1928.
El art. 787.6 de la LEC establece literalmente que cuando, conforme a lo esta blecido
en el artículo 40 de esta Ley, se hubieran suspendido las actuaciones por estar
pendiente causa penal en que se investigue un delito de cohecho cometido en el
avalúo de los bienes de la herencia, la suspensión se alzará, sin esperar a que la
causa finalice por resolución firme, en cuanto los interesados, prescindiendo del avalúo
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impugnado, presentaren otro hecho de común acuerdo, en cuyo caso se dictará
sentencia con arreglo a lo que resulte de éste .
El art. 40.1 de la LEC dispone que cuando en un proceso civil se ponga de manifiesto
un hecho que ofrezca apariencia de delito o falta perseguible de oficio, el tribunal civil,
mediante providencia, lo pondrá en conocimiento del Ministerio Fiscal, por si hubiere
lugar al ejercicio de la acción penal; en este caso, podrán ser suspendidas las
actuaciones.
En la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881 el supuesto de cohecho estaba recogido
como motivo de oposición, en cambio, con la nueva Ley será motivo de suspensión del
procedimiento.
CUESTIONES
El caso de suspensión del procedimiento puede venir dado como consecuencia de una
denuncia o querella formulada por cualquiera de los interesados en la partición
hereditaria por el presunto delito de cohecho cometido en el avalúo de los bienes de la
herencia.
Si bien, el legislador introduce la excepción a la suspensión del procedimiento civil
hasta la resolución final penal consistente en la presentación por la totalidad de los
interesados de otro avalúo, prescindiendo del impugnado. En este caso, el Juez a la
vista del nuevo avalúo alzará la suspensión del procedimiento dictando seguidamente
sentencia.
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producirse la venta de un bien inmueble y proceder, posteriormente, al reparto entre
los interesados del montante económico obtenido tras la enajenación.
CUESTIONES
El auto aprobando las operaciones divisorias (art. 787.2 de la LEC) y la sentencia que
recaiga (art. 787.5), en el supuesto de no haber conformidad con las operaciones
divisorias, acordará, también, la protocolización de dichas operaciones.
CUESTIONES
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La protocolización tendrá lugar ante Notario hábil, de la forma que establece el art. 128
del Reglamento Notarial, modificado por el Real Decreto 45/2007, de 19 de enero
(publicación en el BOE de 29/01/2007) que señala que si fuesen varios los Notarios
que tengan su residencia donde radique el Juzgado, Tribunal o autoridad
administrativa, la elección corresponderá a los interesados si la designación fuese
unánime; de no haber conformidad en la elección, el Juzgado, Tribunal o autoridad
administrativa nombrará al Notario a quien corresponda, con arreglo a un turno
establecido entre los Notarios que residan en la capitalidad del Juzgado, Tribunal o
residencia de la autoridad administrativa. Las particiones que hayan sido aprobadas
judicialmente, así como las actuaciones o diligencias judiciales que no dieren lugar a la
extensión de escritura matriz, se protocolizarán por el Notario que, residiendo dentro
del partido judicial, fuere designado unánimemente por los interesados. A falta de
acuerdo entre éstos, el Juez o Tribunal designará el Notario a quien corresponda, con
arreglo a un turno establecido entre los Notarios del distrito notarial . La
protocolización de las operaciones particionales se llevará a cabo de la manera
dispuesta en los artículos 211 a 215 del Reglamento Notarial, preceptos que
comprenden la nueva Subsección 4ª, de la Sección 4ª del Capítulo II del título IV
(según redacción dada al Reglamento Notarial por el Real Decreto 45/2007, de 19 de
enero -publicación en el BOE de 29/01/2007-) mediante la corresponde Acta de
Protocolización.
En primer término ha de señalarse que la efectividad del auto o sentencia tendrá lugar
a la firmeza de la resolución, es decir, dado que no cabe la ejecución provisional, hasta
en tanto no alcance la firmeza, los bienes no podrán ser entregados a los interesados.
El art. 250.1.3º de la LEC señala que se decidirán en juicio verbal, cualquiera que sea
su cuantía, las demandas que pretendan que el tribunal ponga en posesión de bienes
a quien los hubiere adquirido por herencia si no estuvieren siendo poseídos por nadie
a título de dueño o usufructuario. Por lo tanto, cuando los bienes se ha llen en poder
de otra persona que no sea el adjudicatario, podrá plantearse el juicio verbal para
pretender la posesión de los bienes.
El art. 250.1.7º de la LEC establece que se decidirán en juicio verbal, cualquiera que
sea su cuantía, las demandas que instadas por los titulares de derechos reales
inscritos en el Registro de la Propiedad, demanden la efectividad de esos derechos
frente a quienes se opongan a ellos o perturben su ejercicio, sin disponer de título
inscrito que legitime la oposición o la perturbación . De este modo, en el caso de que
los bienes estuvieran poseídos a título de dueño o usufructuario, después de inscrito
por el adjudicatario el derecho real, podrá plantearse el juicio verbal para la efectividad
de dicho derecho.
Por otra parte, el art. 796.1 de la LEC dispone cesará la intervención judicial de la
herencia cuando se efectúe la declaración de herederos, a no ser que alguno de ellos
pida la división judicial de la herencia, en cuyo caso podrá subsistir la intervención, si
así se solicita, hasta que se haga entrega a cada heredero de los bienes que les hayan
sido adjudicados. Por lo tanto, dado que procede la entrega a cada uno de los
interesados de lo adjudicado, nos hallamos ante el momento en el que, en el caso de
haber sido acordada la intervención judicial de los bienes de la herencia, como
consecuencia de la entrega de los bienes, cesará la intervención.
En relación con la entrega de los títulos de propiedad acudimos a los artículos 1.065 y
1.066 del Código Civil que literalmente establecen:
Art. 1.065: Los títulos de adquisición o pertenencia serán entregados al cohere dero
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adjudicatario de la finca o fincas a que se refieran .
Art. 1.066: Cuando el mismo título comprenda varias fincas adjudicadas a diver sos
coherederos, o una sola que se haya dividido entre dos o más, el título quedará en
poder del mayor interesado en la finca o fincas, y se le facilitarán a los otros copias
fehacientes, a costa del caudal hereditario. Si el interés fuere igual, el título se
entregará, a falta de acuerdo, a quien por suerte corresponda. Siendo original, aquel
en cuyo poder quede deberá también exhibirlo a los demás interesados cuando lo
pidieren.
CUESTIONES
La entrega de los bienes, con carácter judicial, únicamente podrá proceder cuando
estos hubieren sido intervenidos. Así, el art. 783.1 de la LEC se refiere a la
intervención disponiendo que solicitada la división judicial de la herencia se acordará,
cuando así se hubiere pedido y resultare procedente, la intervención del caudal
hereditario y la formación de inventario; y, más concretamente, la Sección Segunda,
que abarca del art. 790 al 796 y regula la intervención del caudal hereditario. Resta
aseverar que cuando los bienes no hubieren sido intervenidos, la entrega de los bienes
a los interesados se producirá con carácter extrajudicial.
El desarrollo del procedimiento de partición de la herencia, una vez que son aprobadas
las particiones puede quebrarse y, por ende, impedir la prosecución del mismo, esto
es, la entrega de los bienes, cuando se produce una oposición a ello por parte de los
acreedores legitimados.
El art. 788 de la LEC 1/2000 señala, como ya hemos tratado, que aprobadas de-
finitivamente las particiones, se procederá a entregar a cada uno de los interesados lo
que en ellas le haya sido adjudicado y los títulos de propiedad, poniéndose pre-
viamente en éstos por el actuario notas expresivas de la adjudicación y, al propio
tiempo, que las particiones sean protocolizadas, dándoles a los partícipes que lo
pidieren testimonio de su haber y adjudicación respectivos.
De otra parte, el art. 1.082 del CC regula la oposición a la partición estableciendo que
los acreedores reconocidos como tales podrán oponerse a que se lleve a efecto la
partición de la herencia hasta que se les pague o afiance el importe de sus créditos .
Los acreedores podrán pedir la intervención del caudal hereditario para el control de
los bienes del causante, una vez aprobadas las particiones, con el propósito de
conseguir el pago o afianzamiento de sus créditos, en relación con la oposición de los
acreedores, dada la imposibilidad de promover el procedimiento de división de la
herencia, esto es, ante la falta de legitimación activa el art. 792.2 establece que
podrán pedir la intervención del caudal hereditario .
Al mismo tiempo, una vez haya sido acordada la intervención judicial de la herencia y
sobre la no cesación de la misma, el art. 796.3 dispone que si hubiera acreedores
reconocidos en el testamento o por los coherederos o con derecho documentado en un
título ejecutivo, que se hubieran opuesto a que se lleve a efecto la partición de la
herencia hasta que se les pague o afiance el importe de sus créditos, no se acordará la
cesación de la intervención hasta que se produzca el pago o afianzamiento.
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CUESTIONES
Cuando se haya formulado por algún acreedor de la herencia (reconocido como tal en
el testamento o por los coherederos y los que tengan su derecho documentado en un
título ejecutivo -art. 782.4 LEC-) la petición de que no se lleve a efecto la partición de la
herencia hasta que se le pague o afiance el importe de su crédito, sin estar
completamente pagado o garantizado a su satisfacción (art. 788.3 LEC).
Efectivamente no se hará entrega de los bienes adjudicados hasta el pago completo o
la garantía de ello, pudiéndose llevar a cabo aquella petición en cualquier momento,
antes de que se produzca la entrega de los bienes adjudicados a cada heredero, sin
que se suspende la tramitación del procedimiento, de tal que los efectos de la
oposición a la partición se produce en un momento anterior a la entrega. Sin perjuicio
de la oposición que los acreedores legitimados pueden plantear durante la tramitación
del procedimiento judicial, el art. 1.084 del CC establece que hecha la partición, los
acreedores podrán exigir el pago de sus deudas por entero de cualquiera de los
herederos que no hubiere aceptado la herencia a beneficio de inventario, o hasta
donde alcance su porción hereditaria, en el caso de haberla admitido con dicho
beneficio.
El art. 789 de la LEC establece que en cualquier estado del juicio podrán los
interesados separarse de su seguimiento y adoptar los acuerdos que estimen con-
venientes. Cuando lo solicitaren de común acuerdo, deberá el tribunal sobreseer el
juicio y poner los bienes a disposición de los herederos .
El precepto de estudio en el presente epígrafe tiene sus antecedentes en el art. 1.047
de la LEC de 1881 que disponía que:
En cualquier estado del juicio voluntario de testamentaría podrán los interesa dos
separarse de su seguimiento y adoptar los acuerdos que estimen convenientes.
Para este efecto se considerarán como interesados, además de los herederos y
legatarios, los acreedores que hubieren promovido el juicio, y el cónyuge sobreviviente.
Cuando lo solicitaren de común acuerdo, deberá el Juez sobreseer el juicio y poner los
bienes a disposición de los herederos.
El art. 789 tiene toda su lógica por cuanto el procedimiento para la división judicial de
la herencia (partición subsidiaria) tiene lugar después de no haberse alcanzado un
acuerdo entre los herederos (partición extrajudicial, convencional) y, el legislador,
teniendo en cuenta que, posteriormente, a la iniciación del procedimiento los
interesados pueden adoptar los acuerdos que estimen convenientes, concede la
posibilidad a las partes de separarse del procedimiento por conformidad de éstas, en
cualquier estado del juicio.
Sobre los acuerdos que los interesados pueden adoptar, el art. 789 es parco pero no
impreciso, y nos habla de aquellos acuerdos que estimen convenientes , por lo que
no habiendo circunstancias tasadas que puedan convertirse en acuerdos, los
interesados podrán acordar, libremente, cualesquiera.
Respecto al término usado por el legislador sobreseimiento ha de entenderse que se
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tratará de un archivo, ya que el acuerdo común de todos los interesados empece la
posibilidad de reapertura del juicio.
CUESTIONES
23.111. El sobreseimiento del juicio por acuerdo entre las partes ¿puede
conllevar la aprobación de una transacción?
A pesar de que en el momento en que Ley establece que cuando los interesados se
separen del juicio por haber adoptado acuerdos sobre la partición, el tribunal deberá
sobreseer el juicio, no recogiéndose la preceptividad de la aprobación judicial de
dichos acuerdos, ello no obsta a que las partes interesen del Juez, en la misma
resolución, si cabe, en la que se decrete el sobreseimiento del juicio, que la Autoridad
Judicial proceda a la homologación de los acuerdos que se hubieren adoptado, aunque
en este caso, deberán ser examinados los requisitos de capacidad jurídica y el poder
de disposición de las partes.
23.113. En los casos de terminación del procedimiento por acuerdo de los cohe-
rederos (art. 789 de la LEC 1/2000), ¿qué quorum será preciso para que el
tribunal sobresea el proceso?
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hereditario, y con citación de los demás interesados, si su domicilio fuere conocido,
podrá nombrar un contador-partidor dativo . Por lo tanto, se requiere un acuerdo
común de la totalidad de los interesados.
23.115. En los casos de terminación del procedimiento por acuerdo de los cohe-
rederos (art. 789 de la LEC 1/2000), ¿ha de procederse a la aprobación judicial?
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o por los coherederos y los que tengan su derecho documentado en un título ejecutivo
no pueden solicitar la división judicial de la herencia y que el art. 782.4 de la LEC les
concede la posibilidad de oponerse a que se lleve a efecto la partición de la herencia
hasta que se les pague o afiance el importe de sus créditos. También es claro y
determinante que los acreedores a los que nos estamos refiriendo, conforme al art.
792.2 de la LEC podrán pedir la intervención del caudal hereditario. Así, en el caso de
que los acreedores del art. 782.4 de la LEC hubieren solicitado la intervención del
caudal hereditario, conforme al art. 792.2 del citado cuerpo legal, tendrán la facultad de
oponerse al acuerdo de los coherederos hasta que se les pague o afiance el importe
de sus créditos.
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De la misma forma procederá cuando las personas de que habla el párrafo anterior
estuvieren ausentes o cuando alguno de ellos sea menor o incapacitado y no tenga
representante legal.
Los antecedentes del actual precepto dedicado al aseguramiento, de oficio, de los
bienes de la herencia los encontramos en la LEC de 1881, en los siguientes artículos:
Art. 960: Para que pueda prevenirse el juicio de abintestato se necesita:
1º Que se tenga conocimiento del reciente fallecimiento de la persona causante del
abintestato.
2º Que no conste la existencia de disposición testamentaria.
3º Que no deje el finado descendientes, ascendientes o colaterales dentro del cuarto
grado, ni cónyuge legítimo que viviera en su compañía .
Art. 961: Si los parientes de que habla el artículo anterior, o alguno de ellos,
estuvieren ausentes, sin representación legítima en el pueblo, el Juez se limitará a
adoptar las medidas más indispensables para el enterramiento del difunto si fuere
necesario, y para la seguridad de los bienes, y a dar a dichos parientes el oportuno
aviso de la muerte de la persona a cuya sucesión se les crea llamados .
Art. 962: También se adoptarán de oficio las medidas que el Juez estime nece sarias
para la seguridad de los bienes, aunque el finado hubiere dejado parientes de los
anteriormente expresados, cuando alguno de ellos sea menor o incapacitado .
En relación al aseguramiento de los bienes, el art. 791 aborda la intervención judicial
de la herencia cuando no conste la existencia de testamento ni de parientes llamados
a la sucesión legítima y dicho precepto establece, literalmente, lo siguien te:
1. En el caso a que se refiere el apartado 1 del artículo anterior, una vez practica das
las actuaciones que en él se mencionan, el tribunal adoptará mediante providencia las
medidas que estime más conducentes para averiguar si la persona de cuya sucesión
se trata ha muerto con disposición testamentaria o sin ella, ordenando, a tal efecto,
que se traiga a los autos certificado del Registro General de Actos de Ultima Voluntad,
así como el certificado de defunción luego que sea posible.
A falta de otros medios, el tribunal ordenará mediante providencia que sean exa-
minados los parientes, amigos o vecinos del difunto sobre el hecho de haber muerto
éste abintestato y sobre si tiene parientes con derecho a la sucesión legítima .
2. Si, en efecto, resultare haber fallecido sin testar y sin parientes llamados por la ley
a la sucesión, mandará el tribunal, por medio de auto, que se proceda:
1º A ocupar los libros, papeles y correspondencia del difunto.
2º A inventariar y depositar los bienes, disponiendo lo que proceda sobre su
administración, con arreglo a lo establecido en esta Ley. El tribunal podrá nombrar a
una persona, con cargo al caudal hereditario, que efectúe y garantice el inventario y su
depósito.
En la misma resolución ordenará de oficio la apertura de pieza separada para hacer la
declaración de herederos abintestato.
El precedente histórico a este art. 791 de la LEC 1/2000 lo encontramos en el art. 965
que establecía lo siguiente: Practicadas las diligencias establecidas en los artículos
anteriores, el Juez de primera instancia adoptará las medidas que estime más
conducentes para averiguar si la persona de cuya sucesión se trata ha muerto con
disposición testamentaria o sin ella, recibiendo, a falta de otros medios, y sin perjuicio
de traer a los autos el certificado de defunción luego que sea posible, información en
que sean examinados los parientes, amigos o vecinos del difunto:
1º Sobre el hecho de haber muerto abintestato.
2º Sobre si tiene herederos de alguna de las clases que quedan designadas .
26.2. LA COMPETENCIA
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26.2.1. EL ORDEN JURISDICCIONAL CIVIL. LA COMPETENCIA INTERNACIONAL
La Ley Orgánica del Poder Judicial establece en su art. 22.3 que en materia de
sucesiones, serán competentes los Juzgados y Tribunales españoles, cuando el cau-
sante haya tenido su último domicilio en territorio español o posea bienes inmuebles en
España. Del mismo modo, serán competentes los Juzgados y Tribunales españoles,
en virtud de lo dispuesto en el art. 22.5 de la citada LOPJ, cuando se trate de adoptar
medidas provisionales o de aseguramiento respecto de personas o bienes que se
hallen en territorio español y deban cumplirse en España.
A pesar de lo establecido en la Ley Orgánica del Poder Judicial, los preceptos
anteriores deberán ser armonizados con lo relativo a la jurisdicción y competencia
(arts. 36 y siguientes y concordantes), recogido todo ello en la Sección 1ª del Capítulo
I, del Título II, del Libro I de la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000.
De la misma manera, lo dicho en la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder
Judicial, habrá de ser conciliado con otros preceptos como sucede con el art. 9.2 de la
misma norma, que literalmente establece Los Tribunales y Juzgados del Orden Civil
conocerán, además de las materias que les son propias, de todas aquellas que no
estén atribuidas a otro orden jurisdiccional. En este orden civil, corresponderá a la
jurisdicción militar la prevención de los juicios de testamentaría y de abintestato de los
miembros de las Fuerzas Armadas que, en tiempo de guerra, fallecieren en campaña o
navegación, limitándose a la práctica de la asistencia imprescindible para disponer el
sepelio del difunto y la formación del inventario y aseguramiento provisorio de sus
bienes, dando siempre cuenta a la autoridad judicial civil competente .
También, lo dispuesto en la LOPJ 6/1985, deberá ser ajustado con diferentes Tratados
internacionales en los casos en que un extranjero hubiere fallecido en España, en los
que la representación de éste le corresponde al Cónsul del país de nacionalidad del
causante, adquiriendo competencias en relación al aseguramiento de los bienes y, a
veces, imposibilitando la intervención judicial desarrollada en nuestra Ley Procesal
Civil. Entre otros Tratados destacamos los siguientes: Convenio con el Reino Unido de
Gran Bretaña e Irlanda del Norte de 30 de mayo de 1961, Tratado con Grecia de 23 de
septiembre de 1926, Convenio con Italia de 21 de julio de 1867, Convenio con Francia
de 7 de enero de 1862 y Convenio con Bélgica de 19 de marzo de 1870.
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España, o donde estuviere la mayor parte de sus bienes, a elección del demandante .
CUESTIONES
CUESTIONES
23.119. ¿Cabría la aplicación del art. 790.1 de la LEC 1/2000 en los supuestos de
existir testamento del cual puede presumirse su nulidad?
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23.120. Para acordar las medidas establecidas en el art. 790 de la LEC 1/2000 ¿es
necesario el conocimiento cierto de la inexistencia de testamento?
La respuesta es no. El art. 790 establece que cuando no conste la existencia de
testamento se adoptará, por el tribunal, de oficio las medidas de aseguramiento de los
bienes de la herencia y de los documentos del difunto; y, de otra parte, el art. 791.1
dispone que la adopción de medidas para averiguar si la persona de cuya sucesión se
trate ha muerto con disposición testamentaria o sin ella; así, a mayor abundamiento el
art. 791.2 señala que si, en efecto, resultare haber fallecido sin testar se mandará la
ocupación de documentos y el inventario y depósito de los bienes. Por lo tanto, las
medidas del art. 790 son preventivas y previas a la averiguación de la existencia de
disposición testamentaria y, serán acordadas cuando el tribunal desconozca la
existencia de testamento.
CUESTIONES
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En cuanto a la persona encargada del entierro, el art. 966 de la LEC de 1881 disponía
que si en efecto resultare haber fallecido sin testar y sin parientes ... procederá el
Juez a nombrar un albacea dativo que se encargue de disponer el entierro, exequias y
todo lo demás que sea propio de este cargo con arreglo a las leyes . En la actual LEC
1/2000 no se dice nada de la persona que debe encargarse del entierro, así, cuando
no exista el correspondiente servicio municipal que lleve a cabo el enterramiento,
podrá la Autoridad Judicial nombrar, si así lo estima, albacea dativo para ello. En
relación a los gastos del enterramiento, el art. 1.924.2º.b) del Código Civil nos da la
respuesta. Los gastos serán sufragados por los propios bienes del causante, esto es,
por el caudal relicto. A ello, habrá que añadir que el precepto invocado señala que
estos gastos gozan de preferencia.
26.4. LA TRAMITACIÓN
El conocimiento del fallecimiento de una persona, por parte del tribunal, variará según
sea Juzgado de Primera Instancia, exclusivamente, o Juzgado mixto, esto es, Juzgado
de Primera Instancia e Instrucción.
Así, cuando nos encontramos ante un Juzgado de Primera Instancia (exclusivo), el
conocimiento del fallecimiento le vendrá dado al Juez por testimonio de las diligencias
penales llevadas a cabo para el levantamiento del cadáver; en otro caso, es decir,
tratándose de un Juzgado mixto, encomendado a este Juez, tanto el orden penal como
el civil, habrá sido él mismo, el encargado de acordar el levantamiento del cadáver y
expedirá testimonio de las diligencias para proceder conforme determinan los artículos
790 y siguientes de la LEC.
Así las cosas, se observa que el expediente de la prevención de abintestato principiará
con testimonio del levantamiento del cadáver. Ciertamente el testimonio no sólo
debería contener copia del acta del levantamiento del cadáver sino todas aquellas
actuaciones que pudieren resultar convenientes en aras a la prevención del
abintestato.
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CUESTIONES
23.123. ¿Qué resolución debe recaer para dar comienzo al expediente de la pre-
vención del abintestato?
La resolución con la que comienza el expediente, haciendo una interpretación del art.
206.2 de la LEC 1/2000 podrá ser providencia o auto. Será suficiente el dictado de una
providencia cuando únicamente el Juez acordare la unión del testimonio de las
diligencias penales y, en su caso, las medidas más indispensables para el
enterramiento del difunto; por el contrario, será necesario que recaiga un auto cuando,
además, se dispusieran medidas para la seguridad de los bienes, libros, papeles,
correspondencia y efectos del difunto como su ocupación, inventario y depósito (art.
791.2).
CUESTIONES
23.124. ¿En qué casos se acordará el aseguramiento judicial del caudal relicto
del causante?
Se debe señalar que únicamente tendrá lugar el aseguramiento del caudal cuando
existan bienes susceptibles de sustracción u ocultación, según establece el art. 790.1,
in fine, como ya lo decía la LEC de 1881, si bien, el Juez, preventivamente y para
evitar males mayores, salvo inexistencia cierta de indicios de sustracción u ocultación
de los bienes, entendemos, debe acordar estas medidas.
23.125. ¿De qué modo se llevará a cabo el aseguramiento del caudal relicto del
causante?
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únicamente se refiere en el art. 791.2.2º, al inventario, depósito y administración de los
bienes (no a la forma de aseguramiento), la derogada LEC 1881, en su art. 959
disponía que los bienes, papeles, libros y efectos suscepti bles de sustracción u
ocultación debían ser dejados en lugares seguros, cerrados y sellados, depositando en
persona abonada, bajo la responsabilidad del Juez y mediante inventario, aquellos a
cuya conservación o mantenimiento se deba atender, adoptando respecto a créditos,
fincas, rentas y productos recogidos o pendientes, las providencias y precauciones
necesarias para evitar abusos y fraudes. Por lo visto, será el Juez el que deberá
improvisar la forma del aseguramiento, si bien, en el caso de no optar por el depósito
de los bienes en persona de confianza, podrá acordar queden bajo la custodia del
Secretario Judicial; y, en relación a las cuentas corrientes y demás productos
financieros, cuando sean conocidos, deberá acordar su retención y puesta a
disposición judicial.
CUESTIONES
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la intervención judicial. En los casos en los que existan menores o incapacitados, una
vez les sea nombrado representante legal y aceptado el cargo por éste, cesará la
intervención judicial, salvo que el representante (tutor -art. 222 y 228 CC-, o defensor
judicial -art. 299 CC-) interesare el mantenimiento de la intervención. Del mismo modo,
el Juez deberá cesar lo acordado a tenor de lo dispuesto en el art. 790.1 LEC (el
aseguramiento de los bienes de la herencia y de los documentos), en el caso de que el
menor alcance la mayoría de edad o, el incapaz recupere la capacidad. A pesar de que
el precepto de estudio no lo menciona, en el caso de que a la Autoridad Judicial le
conste la existencia de testamento, con posterioridad al aseguramiento de los bienes
de la herencia, de la misma manera, habrá de acordar la entrega de los mismos,
cesando la intervención judicial, salvo que se pidiera la continuación de la intervención
hasta en tanto se tramita y resuelve el procedimiento judicial de división de la herencia.
Una vez han sido practicadas, con carácter urgente, las medidas más indispensables
para el enterramiento del difunto, si fuere necesario, y para la seguridad de los bienes
(art. 790.1), el Juez ha de proceder a adoptar las medidas que estime más
conducentes para averiguar si la persona de cuya sucesión se trata ha muerto con
disposición testamentaria o sin ella.
El modo de averiguación de la existencia o no de testamento viene recogido en el
propio art. 790.1, así, la Autoridad Judicial solicitará certificado del Registro General de
Actos de Última Voluntad a los fines de conocer si el causante otorgó testamento ante
Notario hábil y, a falta de otros medios, practicará información testifical de parientes,
amigos o vecinos del difunto sobre el hecho de haber muerto éste abintestato o sobre
si otorgó testamento ológrafo y sobre si tiene parientes con derecho a la sucesión
legítima.
En cuanto a la información testifical de parientes, amigos o vecinos del difunto, es
doctrina, después del contenido del art. 965 de la LEC 1881, que la misma tenga lugar
ya no sólo con éstos sino con cualquier otra persona o centro del que se pudiere
obtener la información interesada.
En relación al modo de averiguación de la existencia o no de testamento, las
actuaciones que se acuerden lo serán de oficio por el Juez y mediante oportuna
providencia.
CUESTIONES
El art. 791.1 señala que una vez practicadas las actuaciones del art. 790.1, el Juez
adoptará las medidas necesarias para averiguar si la persona falleció con testamento o
no; ahora bien, en estos casos, en lugar de esperar a la práctica del enterramiento y
aseguramiento de los bienes, ciertamente, lo más procedente sería acordar,
coetáneamente, las medidas para el enterramiento del difunto, si fuere necesario, y el
aseguramiento de los bienes de la herencia y de los documentos del difunto (art.
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790.1), la averiguación de la existencia o no de testamento (art. 791.1) y la ocupación
de los libros, papeles y correspondencia del difunto, el inventario, depósito de los
bienes y su administración (art. 791.2). La Autoridad Judicial podría acordar,
simultáneamente, todas las medidas, apreciando la concurrencia de todas las
circunstancias existentes en cada caso, así como la entidad de los bienes del difunto,
teniendo en cuenta los perjuicios que podría ocasionar esperar a la práctica de las
actuaciones del art. 790.1, y valorando todo ello en su conjunto, entendemos, no
contravendría al legislador.
El art. 791.2 dispone que si, en efecto, resultare haber fallecido sin testar y sin
parientes llamados por la ley a la sucesión, mandará el tribunal, por medio de auto,
que se proceda:
1º A ocupar los libros, papeles y correspondencia del difunto.
2º A inventariar y depositar los bienes, disponiendo lo que proceda sobre su
administración, con arreglo a lo establecido en esta Ley. El tribunal podrá nombrar a
una persona, con cargo al caudal hereditario, que efectúe y garantice el inventario y su
depósito.
En la misma resolución ordenará de oficio la apertura de pieza separada para hacer la
declaración de herederos abintestato.
El precepto de estudio tiene sus antecedentes en el art. 966 de la LEC de 1881 que
señalaba que si en efecto resultare haber fallecido sin testar y sin parientes de los
expresados en el número 3º del artículo 960, procederá el Juez:
1º A nombrar un albacea dativo que se encargue de disponer el entierro, exequias y
todo lo demás que sea propio de este cargo con arreglo a las leyes.
2º A ocupar los libros, papeles y correspondencia del difunto.
3º A inventariar y depositar los bienes en persona que ofrezca garantía suficien-te, la
cual se encargará también de su administración .
CUESTIONES
23.128. ¿De qué modo se lleva a cabo la ocupación de los bienes del causante?
La derogada LEC 1881, en su art. 959 disponía que los bienes, papeles, libros y
efectos susceptibles de sustracción u ocultación debían ser dejados en lugares
seguros, cerrados y sellados, depositando en persona abonada, bajo la res-
ponsabilidad del Juez y mediante inventario, aquellos a cuya conservación o
mantenimiento se deba atender, adoptando respecto a créditos, fincas, rentas y
productos recogidos o pendientes, las providencias y precauciones necesarias para
evitar abusos y fraudes. Por lo visto, será el Juez el que deberá improvisar la forma
del aseguramiento, si bien, en el caso de no optar por el depósito de los bienes en
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persona de confianza, podrá acordar queden bajo la custodia del Secretario Judicial; y,
en relación a las cuentas corrientes y demás productos financieros, cuando sean
conocidos, deberá acordar su retención y puesta a disposición judicial.
Una vez practicadas las medidas para el aseguramiento de los bienes de la herencia y
de los documentos del difunto (art. 790.1), así como las medidas que se estimen más
conducentes para averiguar si la persona de cuya sucesión se trata ha muerto con
disposición testamentaria o sin ella (art. 791.1), si, en efecto, resultare haber fallecido
sin testar y sin parientes llamados por la ley a la sucesión, el tribunal, además de
acordar la ocupación los bienes, papeles y correspondencia del difunto e inventario y
depósito de los bienes y su administración (art. 791.2), ordenará, de oficio, a tenor de
lo dispuesto en el art. 791.2, in fine de la LEC 1/2000, la apertura de pieza separada
para hacer la declaración de herederos abintestato.
El precedente de la apertura de pieza separada para hacer la declaración de he-
rederos abintestato lo encontramos en el art. 977 de la LEC de 1881, vigente en la ac-
tualidad por la Disposición Derogatoria única 1.2ª de la LEC 1/2000, hasta la entrada
en vigor de la Ley sobre la Jurisdicción Voluntaria, que señala que practicadas las
medidas indispensables para la seguridad de los bienes, y sin perjuicio de continuar en
las mismas diligencias la formación de inventario, se procederá en pieza separada a
hacer la declaración de herederos abintestato .
La declaración de herederos abintestato, en el caso de ser interesada por ascen-
dientes, descendientes o cónyuge del finado se obtendrá mediante acta de notoriedad
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tramitada conforme a la legislación notarial por Notario hábil (art. 979 LEC 1881, hoy
vigente); los demás herederos, es decir, hermanos o parientes colaterales hasta el
cuarto grado o, en su defecto, el Estado, podrán obtener la declaración en vía judicial
(art. 980 LEC 1881, hoy vigente).
En el caso que nos ocupa, producido el fallecimiento sin testar y sin parientes llamados
por ley a la sucesión, la declaración de herederos tendrá lugar, necesariamente, por
vía judicial.
CUESTIONES
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procedimiento de la división judicial de la herencia. Además, también, pueden solicitar
la intervención judicial de la herencia los acreedores de ésta.
27.2. LA COMPETENCIA
En cuanto a la competencia del tribunal, será competente el mismo Juez que lo sea
para la prevención de oficio de la herencia (artículos 790 y 791 LEC 1/2000), que ya
vimos en precedentes epígrafes y que, brevemente, reproducimos:
La competencia internacional: serán competentes los Juzgados y Tribunales es-
pañoles, cuando el causante haya tenido su último domicilio en territorio español o
posea bienes inmuebles en España (art. 22.3 de la LOPJ) y, cuando se trate de adop-
tar medidas provisionales o de aseguramiento respecto de personas o bienes que se
hallen en territorio español y deban cumplirse en España (art. 22.5 de la LOPJ).
La competencia objetiva: serán competentes los Juzgados de Primera Instancia para el
conocimiento, en primera instancia, de todos los asuntos civiles que por disposición
legal expresa no se hallen atribuidos a otros tribunales (art. 45 de la LEC 1/2000).
La competencia territorial: será competente el tribunal del lugar en que el finado tuvo
su último domicilio y si lo hubiere tenido en país extranjero, el del lugar de su último
domicilio en España, o donde estuviere la mayor parte de sus bienes, a elección del
demandante (art. 52.1.4º de la LEC 1/2000).
La competencia funcional por conexión: el tribunal que tenga competencia para
conocer de un pleito, la tendrá también para resolver sobre sus incidencias, para llevar
a efecto las providencias y autos que dictare, y para la ejecución de la sentencia o
convenios y transacciones que aprobare (art. 61 LEC 1/2000). Este artículo es de
aplicación por cuanto el procedimiento de intervención judicial de la herencia, a
instancia de parte (salvo de los acreedores de la herencia), es pieza separada del
procedimiento de declaración judicial de herederos abintestato o del procedimiento de
división judicial de la herencia.
27.3. LA LEGITIMACIÓN
El art. 792.1.1º de la LEC señala que la ocupación de los libros, papeles y corres-
pondencia del difunto y el inventario, depósito de bienes y su administración podrá
acordarse a instancia de parte por el cónyuge o cualquiera de los parientes que se
crea con derecho a la sucesión legítima.
Será requisito que el solicitante de la intervención acredite haber promovido la
declaración de herederos abintestato ante notario, o se formule la solicitud de
intervención del caudal hereditario al tiempo de promover la declaración judicial de
herederos (art. 792.1.1º).
El solicitante deberá acreditar, mediante certificación del Notario hábil la pretensión de
la declaración de herederos abintestato, por vía notarial, cuando se trate de
ascendientes, descendientes o cónyuge del finado; en el caso de tratarse de los
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demás herederos, es decir, hermanos o parientes colaterales hasta el cuarto grado, no
hará falta acreditación alguna, cuando se interesara la intervención después de
promovida la declaración de herederos ya que conocerá el mismo Juez a tenor de lo
dispuesto en el art. 61 de la LEC 1/2000 (competencia funcional por conexión); en otro
caso, es decir, cuando se formule la solicitud de intervención del caudal y, al mismo
tiempo, la declaración judicial de herederos, tampoco será necesario ya que los
documentos referidos a la certificación del Registro Civil de fallecimiento del causante,
certificación negativa o de sucesión intestada del Registro de Actos de Última Voluntad
y otras certificaciones necesarias, serán aportadas al Juzgado con la finalidad de la
tramitación del expediente judicial de la declaración de herederos.
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23.130. Los parientes hasta el cuarto grado, como legitimados para interesar la
declaración de herederos abintestato, por la vía judicial, ¿pueden interesar la
intervención judicial de la herencia después de haber sido solicitada la
declaración de herederos?
El art. 792.1.1º establece que los parientes que se crean con derecho a la sucesión
legítima podrán pedir la intervención judicial de la herencia al tiempo de promover la
declaración judicial de herederos. Consideramos que habría que añadir, incluso
después de promovida, siempre que no haya sido concluida . Por otro lado, en el caso
de que los ascendientes o descendientes ya dispusieran del acta de notoriedad o los
demás parientes hasta el cuarto grado hubieren obtenido el auto judicial de declaración
de herederos, a todos ellos les queda la posibilidad de interesar, coetáneamente, la
intervención de la herencia con la división judicial de la herencia, a la vista de lo
dispuesto en el art. 783.1 de la LEC. El legislador parece impedir la posibilidad de
solicitar la intervención de los bienes luego de promover la declaración judicial de
herederos, pero hacerlo así supondría un agravio con respecto a los parientes hasta el
cuarto grado en relación a los ascendientes, descendientes y cónyuge del finado que
pueden solicitar la intervención judicial, posteriormente a haber promovido la
declaración de herederos notarial ya que el legislador sólo les obliga a la acreditación
de haber sido promovido el expediente ante el Notario. Por lo dicho, reiteramos,
debería permitírseles a los parientes hasta el cuarto grado la pretensión de la
intervención judicial de la herencia, durante la tramitación de la declaración judicial de
la herencia, pereciendo el plazo de la solicitud una vez se haya obtenido la declaración
de herederos.
El art. 792.1.2º de la LEC señala que la ocupación de los libros, papeles y co-
rrespondencia del difunto y el inventario, depósito de bienes y su administración podrá
acordarse a instancia de parte por cualquier coheredero o legatario de parte alícuota .
El art. 782.1 de la LEC establece que cualquier coheredero o legatario de parte
alícuota podrá reclamar judicialmente la división de la herencia ; observamos que
aquellos legitimados para solicitar la división judicial de la herencia disponen, también,
de legitimación para instar las medidas de aseguramiento de los bienes del caudal
hereditario.
Según el art. 783.1 de la LEC solicitada la división judicial de la herencia se acordará,
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cuando así se hubiere pedido y resultare procedente, la intervención del caudal
hereditario y la formación de inventario, por lo tanto, cuando se insta la di visión
judicial de la herencia, con intervención del caudal hereditario y la formación de
inventario, primeramente tendrán lugar las medidas de aseguramiento.
CUESTIONES
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27.5. PETICIÓN DE LA INTERVENCIÓN DEL CAUDAL POR LOS ACREEDORES
El art. 792.2 de la LEC 1/2000 establece que los acreedores reconocidos como tales
en el testamento o por coherederos y los que tengan su derecho documentado en un
título ejecutivo también podrán pedir la intervención del caudal hereditario.
Por lo tanto, el legislador concede la posibilidad de adopción de las medidas de
intervención en interés de los acreedores de la herencia, siendo requisito que éstos
hayan sido reconocidos como tales en el testamento o por los herederos o tengan su
derecho documentado en un título ejecutivo.
Los acreedores que pueden interesar la intervención judicial de la herencia son
aquellos a los que el art. 782.4 concede legitimación para oponerse a que se lleve a
efecto la partición de la herencia hasta que se les pague o afiance el importe de sus
créditos.
A todo ello debemos añadir que la solicitud de intervención judicial puede tener lugar
en cualquier momento hasta la entrega de los bienes adjudicados a cada heredero.
Nos hallamos ante acreedores con derecho preferente en relación a los acreedores
comunes, ya el Código Civil, en su art. 1.082 establece que los acreedores
reconocidos como tales podrán oponerse a que se lleve a efecto la partición de la
herencia hasta que se les pague o afiance el importe de sus créditos . Por el contra rio,
la novedad de la nueva LEC 1/2000, en relación con la derogada LEC de 1881, la
encontramos en la imposibilidad, de estos acreedores, de instar la división judicial de la
herencia y haber dejado de ser parte en el proceso divisorio.
CUESTIONES
23.132. ¿Pueden los acreedores con derecho a ello instar la intervención judicial
de la herencia en los casos en que no exista procedimiento de división judicial
de la herencia o procedimiento de declaración de herederos abintestato?
Los acreedores reconocidos como tales en el testamento o por coherederos y los que
tengan su derecho documentado en un título ejecutivo podrán pedir la intervención del
caudal hereditario. El derecho de los acreedores no se circunscribe a la existencia del
procedimiento de división judicial de la herencia, sino que, tal vez, en ocasiones, lo
más importante sea que pueden pedirla incluso aunque el causante hubiera fallecido
sin testar y sin parientes llamados por ley a la sucesión, tramitándose a pesar de no
haberse promovido procedimiento de división judicial de la herencia o procedimiento
de declaración de herederos abintestato. En relación al procedimiento de división
judicial de la herencia ha de tenerse presente que puede no sea solicitada por deberla
efectuar un comisario o contador-partidor designado por el testador, por acuerdo entre
los coherederos o por resolución judicial o porque, sin más, no se inste. Por ello, no
puede ser privado el derecho de los acreedores de solicitar la intervención judicial del
caudal aún no existiendo procedimiento judicial de solicitud de división de la herencia o
de declaración de herederos abintestato. A mayor abundamiento, en el caso de los
acreedores, dada su situación, no será preciso que argumenten o razonen los motivos
por los que interesan la intervención de los bienes, ya que el interés es manifiesto y
notorio, dada la pretensión del cobro de sus créditos.
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A pesar de que en su momento será estudiada la cesación de la intervención judicial
de la herencia, entendemos meritorio, en este instante hacernos eco de la finalización
de la intervención.
Las medidas de intervención durante la tramitación de la declaración de herederos
abintestato, cesarán tan pronto se ponga fin a la declaración de herederos, por medio
de acta de notoriedad o mediante auto, salvo que algún interesado, declarado
heredero, pida la división judicial de la herencia (art. 796.1).
Las medidas de intervención durante la sustanciación del procedimiento de división
judicial de la herencia cesarán con la entrega a cada heredero de los bienes que les
hayan sido adjudicados (art. 796.1); también cesará la intervención de común acuerdo,
salvo cuando alguno de los interesados sea menor o incapacitado y no tenga
representante legal o cuando hubiere algún heredero ausente al que no haya podido
citarse por ignorarse su paradero (art. 796.2).
De otro lado, cuando existieran acreedores reconocidos en el testamento o por los
coherederos o con derecho documentado en un título ejecutivo, que se hubieran
opuesto a que se lleve a efecto la partición de la herencia hasta que se les pague o
afiance el importe de sus créditos, no se acordará la cesación de la intervención hasta
que se produzca el pago o afianzamiento (art. 796.3).
La intervención judicial integra la formación del inventario de los bienes del causante
(art. 794) y, hecho esto, se determinará lo procedente sobre la administración, custodia
y conservación de los mismos (art. 795).
En principio, será requisito a los fines de que con el inventario de los bienes se
obtenga el objetivo deseado con la intervención judicial, la adopción de las medi das
indispensables para la seguridad de los bienes, así como de los libros, papeles,
correspondencia y efectos del difunto susceptibles de sustracción u ocultación (art.
793.1). Si bien, la adopción de estas medidas tendrán lugar si fuera necesario y no se
hubiera efectuado anteriormente (art. 793.1) o, dicho de otro modo, si la Autori dad
Judicial no hubiere acordado el aseguramiento de los bienes de la herencia y de los
documentos del difunto, conforme establece el art. 790.1.
El art. 793.1 señala que acordada la intervención del caudal hereditario en cual quiera
de los casos a que se refieren los artículos anteriores (la intervención judicial de oficio -
art. 791- o la intervención a instancia de parte -art. 792-) ordenará el tribunal, por
medio de auto, si fuere necesario y no se hubiera efectuado anteriormente, la adopción
de las medidas indispensables para la seguridad de los bienes así como de los libros,
papeles, correspondencia y efectos del difunto susceptibles de sustracción u
ocultación.
Dentro del estudio del art. 793.1, recordemos que la intervención judicial puede haber
venido acordada de oficio (art. 791.2), a instancia del cónyuge viudo, cualquiera de los
parientes con derecho a la sucesión legítima o cualquier heredero o legatario de parte
alícuota (art. 792.1) o, interesada por los acreedores reconocidos como tales en el
testamento o por los coherederos o los que tengan su derecho documentado en un
título ejecutivo (art. 792.2). Esta intervención judicial, también debemos tener presente,
como ya se estudió, puede haber tenido lugar en una sucesión testada o en un
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sucesión intestada, con parientes llamados por la ley para la sucesión o sin parientes.
Por último, señalar que las actuaciones necesarias para llevar a cabo la formación de
inventario y administración del caudal, tienen lugar de oficio, durante el procedimiento
de intervención judicial de la herencia.
CUESTIONES
23.133. ¿Cuál será el objetivo del inventario de los bienes del causante?
23.134 El art. 791.2 habla de inventario de bienes del causante y el art. 794, igual-
mente, se refiere a la formación de inventario de bienes ¿Nos encon tramos ante
el mismo inventario? ¿Estamos ante dos inventarios distintos?
Efectivamente nos hallamos ante dos inventarios distintos. El inventario del art. 791.2
intervención judicial de la herencia cuando no cons te la existencia de testamento ni de
parientes llamados a la sucesión legítima, es acordado de oficio. El inventario del art.
794 puede ser acordado de oficio o a instancia de parte. El inventario del art. 791.2 es
realizado por el Secretario Judicial cuando se procede a la ocupación de los libros,
papeles y correspondencia del difunto. El inventario del art. 794 tendrá lugar previa
citación de todos los interesados a que se refiere el art. 793.3. El inventario del art.
791.2 tendrá carácter provisional mientras que con el inventario del art. 794,
concluyendo esta cuestión, podrán distinguirse tanto los bienes y los derechos de la
herencia y aquellos que no lo son, como las deudas y obligaciones que habrán de
soportar los herederos por corresponder al patrimonio del causante.
CUESTIONES
Era ya jurisprudencia reiterada del Tribunal Supremo, con la LEC de 1881, establecer
que limitar la legitimación para promover el juicio de testamentaría no puede impedir
que quien sostiene que se han incluido en el inventario bienes que le corresponden y
necesite justificar el título en que se funde su pretensión, ejercite las acciones
conducentes a uno y otro fin, bien en procedimiento aparte, o bien en el mismo juicio,
como incidente por los trámites ordinarios del que corresponda. Por ello, todos los que
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se pudieran ver afectados por la formación de inventario serán citados para poder
comparecer a esta diligencia y hacer uso del derecho que viene dado en el art. 794.4,
en el sentido de poder suscitar controversia sobre la inclusión o exclusión de bienes,
resolviéndose la discusión por los trámites previstos para el juicio verbal.
La citación del cónyuge sobreviviente viene dada en el art. 793.3.1º de la LEC 1/2000.
Nos hallamos ante el caso de haber sido acordada la intervención judicial a instancia
de parte junto con la declaración de herederos o durante el transcurso del expediente,
por fallecimiento del causante sin haber otorgado testamento (art. 792.1.1º) o, en el
supuesto de haber sido acordada la intervención judicial, por cualquier coheredero o
legatario de parte alícuota, al tiempo de solicitar la división judicial de la herencia (art.
792.1.2º) o, incluso, a petición de los acreedores reconocidos como tales en el
testamento o por los coherederos o por los acreedores que tengan su derecho
documentado en un título ejecutivo.
La participación del cónyuge sobreviviente, entendemos, es necesaria, como heredero
o, incluso, aun no teniendo dicha condición.
La intervención del cónyuge, en cualquiera de los casos anteriores, corresponderá, en
primer lugar, a su interés sucesorio bien testado o intestado o para conocer los
derechos legitimarios que le han sido reconocidos; en segundo lugar, y tal vez, más
importante, para establecer los bienes gananciales y los bienes exclusivos, es decir,
delimitar el patrimonio común de la pareja y el patrimonio privativo de cada uno,
deslindando unos de otros.
CUESTIONES
El art. 1.321 del Código Civil nos da la respuesta señalando que fallecido uno de los
cónyuges, las ropas, el mobiliario y enseres que constituyan el ajuar de la vivienda
habitual común de los esposos se entregarán al que sobreviva, sin computárselo en su
haber. No se entenderán comprendidos en el ajuar las alhajas, objetos artísticos,
históricos y otros de extraordinario valor.
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La Ley no distingue la relación entre ellos, por lo que no hay que dejar a un lado al
cónyuge en estos casos, ya que aunque, incluso, el régimen de gananciales hubiere
sido liquidado, en el caso de sucesión intestada y con derecho a la legítima, continuará
con interés de salvaguardar y proteger el patrimonio del causante.
El art. 793.3 establece que a la formación de inventario deberán ser citados 2º Los
parientes que pudieran tener derecho a la herencia y fueren conocidos, cuando no
conste la existencia de testamento ni se haya hecho la declaración de herederos
abintestato y, 3º Los herederos o legatarios de parte alícuota .
En relación a los parientes que pudieran tener derecho a la herencia y fueren co-
nocidos, serán citados aquellos que, acordada la intervención judicial a instancia de
parte (art. 792.1.1º), durante la tramitación de la declaración de herederos abintestato,
por haber fallecido el causante sin otorgar testamento, fueren parte, ya por haberla
promovido o por haber comparecido posteriormente, para solicitar un derecho pre-
ferente, al haber tenido conocimiento de la existencia de la solicitud de declaración de
herederos abintestato por el llamamiento edictal o de cualquier otro modo.
En cuanto a los herederos o legatarios de parte alícuota nos encontramos en el
supuesto de haber sido acordada la intervención judicial, por cualquier coheredero o
legatario de parte alícuota, al tiempo de solicitar la división judicial de la herencia (art.
792.1.2º) o, incluso, acordada la intervención a petición de los acreedores reconocidos
como tales en el testamento o por los coherederos o por los acreedores que tengan su
derecho documentado en un título ejecutivo.
Y, refiriéndonos exclusivamente a los herederos, hay que añadir el caso en que haya
sido acordada la intervención judicial a instancia de parte junto con la declaración de
herederos o en el transcurso del expediente, por haber fallecido el causante sin haber
otorgado testamento (art. 792.1.1º).
CUESTIONES
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hereditario. Recordemos que tienen legitimación para interesar la intervención del
caudal hereditario, según el art. 792.2.2, los acreedores reconocidos como tales en el
testamento o por los coherederos y los que tengan su derecho documentado en un
título ejecutivo.
Los acreedores que estuvieren personados en el procedimiento de división de la
herencia. Los acreedores que pueden intervenir, a su costa, en la partición para evitar
que ésta se haga en fraude o perjuicio de sus derechos son, señala el art. 782.5, los
acreedores de uno o más de los coherederos.
Respecto a éstos acreedores (art. 782.5) sólo serán citados los que se hayan per-
sonado en el procedimiento judicial de división de la herencia.
CUESTIONES
Partimos del supuesto establecido en el art. 956 del Código Civil, que dispone que a
falta de personas que tengan derecho a heredar, heredará el Estado; así, cuando el
causante fallece sin testamento y sin parientes con derecho a la sucesión abintestato,
el Estado es llamado a la sucesión.
Según dispone el art. 793.3.6º, cuando la intervención judicial de la herencia hubiere
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sido acordada de oficio por no constar la existencia de testamento ni de parientes
llamados a la sucesión legítima (art. 791) el Abogado del Estado será citado para la
formación de inventario o, en los casos previstos legalmente, los Servicios Jurídicos de
las Comunidades Autónomas.
Por ello, y teniendo interés en conocer los derechos y bienes del caudal relicto e
impedir su sustracción u ocultación, en orden al aseguramiento de los bienes, será
citado el Abogado del Estado o, en los casos previstos legalmente, los Servicios Jurí-
dicos de las Comunidades Autónomas.
El art. 793.2 establece que en la misma resolución (en la que se acuerde la adop ción
de las medidas indispensables para la seguridad de los bienes), señalará día y hora
para la formación de inventario, mandando citar a los interesados ; y, el aparta do 3 del
art. 793 establece las personas que han de ser citadas para la formación.
En el caso que nos ocupa, la Ley no concreta la forma en que tendrá lugar la citación,
al contrario de lo que sucede en el art. 783.3 a propósito de la convocatoria de junta
para designar contador y peritos en el procedimiento de la división judicial de la
herencia, que señala que la citación de los interesados que estuvieren ya perso nados
en las actuaciones se hará por medio del procurador. A los que no estuvieren
personados se les citará personalmente, si su residencia fuere conocida. Si no lo fuere,
se les llamará por edictos, conforme a lo dispuesto en el artículo 164 .
La citación de aquellos que estuvieren comparecidos en autos tendrá lugar mediante
su procurador en autos, según establece el art. 28.1 y 153, recordando que es
preceptiva la intervención de representante procesal, conforme dispone el art. 23 de la
LEC.
Los que no se hallaren comparecidos en el procedimiento serán citados mediante
correo certificado con acuse de recibo (art. 155) o, en otro caso, mediante entrega por
el Secretario o funcionario delegado (art. 155 y 161).
CUESTIONES
23.141. Las personas cuyo paradero sea desconocido ¿serán citadas por
edictos?
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que serán citados por edictos. Ante este vacío debería ser aplicada la norma del art.
783.3 y, por consiguiente, establecer que los parientes de residencia desconocida sean
citados por edictos.
Una vez citados los interesados, en el día y hora señalados, procederá el Secretario
Judicial, con los que concurran, a formar el inventario, el cual contendrá la relación de
los bienes de la herencia y de las escrituras, documentos y papeles de importancia que
se encuentren (art. 794.1).
El inventario deberá realizarse tomando como base el inventario que hubo de
realizarse cuando tuvo lugar la ocupación de los libros, papeles y correspondencia del
difunto, así como el depósito de los bienes y su administración, conforme dispone el
art. 791.2 de la LEC, si bien, en este momento, con la intervención de todos los
interesados citados que concurran al acto.
En otro orden de cosas, el legislador, como hace en el art. 786.1 de la LEC 1/2000, al
referirse a la práctica de las operaciones divisorias, en la que establece que el
contador realizará las operaciones divisorias con arreglo a lo dispuesto en la ley
aplicable a la sucesión del causante; pero si el testador hubiere establecido reglas
distintas para el inventario, avalúo, liquidación y división de sus bienes, se atendrá a lo
que resulte de ellas, vuelve a proclamar el principio de que la voluntad del testador es
la ley especial, disponiendo en el art. 794.2 de la LEC 1/2000 que si por disposición
testamentaria se hubieren establecido reglas especiales para el inventario de los
bienes de la herencia, se formará éste con sujeción a dichas reglas .
Para terminar debemos hacer mención especial al art. 1.321 del CC, en relación al
contenido de los bienes que formarán el inventario, del que ya dimos cuenta cuando se
abordó la figura del cónyuge sobreviviente como persona a citar para la formación de
inventario. Así, dicho precepto establece que fallecido uno de los cónyuges, las ropas,
el mobiliario y enseres que constituyan el ajuar de la vivienda habitual común de los
esposos se entregarán al que sobreviva, sin computárselo en su haber. No se
entenderán comprendidos en el ajuar las alhajas, objetos artísticos, históricos y otros
de extraordinario valor.
CUESTIONES
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inventario, debiendo acudir al procedimiento que corresponda; precluyendo, por lo
tanto, las acciones para los no asistentes, en este procedimiento.
Como el precepto de estudio (art. 794.1) establece, el inventario deberá ir referido a la
relación de los bienes de la herencia y de las escrituras, documentos y papeles de
importancia que se encuentren. El antecedente de los bienes a inventariar lo
encontramos en el art. 1.066 de la LEC de 1881 que establecía que el inventario
contendrá la descripción de los bienes de la herencia por el orden siguiente: 1º
Metálico. 2º Efectos públicos. 3º Alhajas. 4º Semovientes. 5º Frutos. 6º Muebles. 7º
Inmuebles. 8º Derechos y acciones; así como en el art. 1.067 de dicho cuerpo legal
que disponía que se formará, además, con igual precisión, inventario especial de las
escrituras, documentos y papeles de importancia que se encuentren . Dado que la
nueva LEC de 1/2000 no establece el modo en que ha de tener el inventario, podría, el
Secretario, acomodar la práctica del mismo a lo dispuesto en los artículos 1.066 y
1.067, ambos de la LEC de 1881, si bien, evidentemente, no deberá sujetarse al orden
en aquél precepto establecido, pudiéndolo alterar o modificar conforme las exigencias
de cada inventario.
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se consideren pertenecientes a la herencia, sin que resulten bastantes las referencias
genéricas e indocumentadas. Ante la discusión en torno a la pertenencia a la herencia
o a un tercero de un bien o bienes determinados de cuya existencia no hay duda, es
decir el bien existe pero se cuestiona su titularidad dominical y por tanto la pertenencia
a la herencia, aunque la jurisprudencia aconseja su inclusión en el inventario con la
reserva de la discrepancia, tampoco puede considerarse improcedente y, por ello,
rechazable, su exclusión de aquel, de modo que quede limitado a los bienes exentos
de discusión o discrepancia. En uno y otro caso, sin necesidad de esperar al trámite -
legal-, con el consiguiente dispendio de actividades procedimentales inútiles y de
tiempo, de mantenerse la contradicción, la solución necesariamente pasa por acudir al
juicio declarativo correspondiente a fin de que se determine qué bienes forman parte
de la herencia -incluyendo unos o excluyendo otro, según el caso- y, en fin, se decidan
las cuestiones derivadas de la división de la herencia, determinación del patrimonio,
fijación de las cuotas correspondientes a cada heredero e, incluso, la realización de las
operaciones divisorias en trámite de ejecución de sentencia.
23.147. A la vista del art. 794.1 de la LEC y los precedentes que encontramos en
los artículos 1.066 y 1.067 de la LEC de 1881, el inventario ¿únicamente debe ir
referido a los bienes y derechos del causante?
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de los presentes.
Ahora bien, el acuerdo de los concurrentes no requerirá la aprobación judicial.
23.149. En relación al contenido de los bienes que forman el inventario ¿qué ocu-
rrirá con los créditos de la comunidad hereditaria?
Principiamos este epígrafe señalando que el inventario tendrá por objeto, únicamente,
la relación y descripción de los bienes, sin que deban ser evaluados los mismos; ahora
bien, el art. 1.010 del CC dispone que todo heredero puede aceptar la herencia a
beneficio de inventario, aunque el testador se lo haya prohibido. También podrá pedir
la formación de inventario antes de aceptar o repudiar la herencia, para deliberar sobre
este punto. Por lo tanto, nos hallamos ante la necesidad de proceder a la formación
del inventario y, en estos casos, al avalúo de los bienes, para poder hacerse uso del
derecho de deliberar y el beneficio de inventario recogido en el art. 1.010 antes citado.
El art. 794.4 de la LEC 1/2000 establece que si se suscitare controversia sobre la
inclusión o exclusión de bienes en el inventario se citará a los interesados a una vista,
continuando la tramitación con arreglo a lo previsto para el juicio verbal .
La regulación del cauce contencioso en el caso de suscitarse controversia en cuanto a
la inclusión o exclusión de bienes en el inventario, ha supuesto una novedad legislativa
a pesar de que en la práctica forense, con la anterior Ley de Enjuiciamiento Civil, fuera
utilizado el incidente de previo pronunciamiento que venía regulado en los artículos
741 y siguientes. A mayor abundamiento, la práctica forense tuvo acogida por el propio
Tribunal Supremo que admitió un recurso de casación contra la sentencia recaída en el
procedimiento incidental de impugnación del inventario.
Respecto a la tramitación de la inclusión o exclusión de bienes, en primer lugar, la
controversia será recogida en la diligencia que extenderá el Secretario, dando cuenta,
posteriormente, al Juez, quien citará a los interesados a una vista que será celebrada
conforme a las normas previstas para el juicio declarativo verbal (procedimiento por el
que se ventilan la mayoría de incidentes que puedan surgir en la práctica totalidad de
procesos civiles).
El art. 794.4 concluye estableciendo que la sentencia que se pronuncie sobre la
inclusión o exclusión de bienes en el inventario dejará a salvo los derechos de
terceros.
Contra la sentencia que apruebe el inventario cabrá el recurso de apelación, en el
plazo de cinco días, careciendo de efectos suspensivos y, por lo tanto, continuará el
procedimiento respecto a la administración del caudal, su custodia y conservación.
CUESTIONES
El art. 794.4 señala que se citará a los interesados por lo que no hay que entender,
en ningún caso, que únicamente serán citados aquellos que concurran a la formación
de inventario, sino que el tribunal deberá acordar la citación de todos aquellos que
hubieren sido citados para el inventario, quienes tendrán derecho a ser oídos y, en su
caso, oponerse al interesado que hubiere suscitado la controversia.
23.153. ¿Cabe admitir el incidente de inclusión de bienes cuando hay juicio vo-
luntario de testamentaría?
El art. 795 viene a establecer que después de que haya sido hecho el inventario, el
Juez mediante auto, determinará lo conveniente sobre la administración del caudal, su
custodia y conservación, ateniéndose, en su caso, a lo que sobre estas materias
hubiere dispuesto el testador y, en su defecto, con sujeción a las reglas que el mismo
precepto establece y, referidas, al metálico y efectos públicos y al nombramiento de
administrador.
El precedente lo encontramos en el art. 1.068 de la LEC de 1881 que disponía que una
vez practicadas las diligencias de formación de inventario, el Juez acordada la Junta
citando a los interesados para que se pusieran de acuerdo sobre la administración, su
custodia y conservación.
Con la nueva regulación, el legislador abandona la posibilidad de acuerdo entre los
interesados sobre la administración, su custodia y conservación (salvo lo referente a la
caución del administrador, como luego se verá -art. 795.4º-) y establece que sea el
Juez quien acuerde lo procedente sobre ello, salvo disposición expresa del testador.
Obviamente, el Juez deberá establecer lo procedente sobre la administración del
caudal, en los casos de producirse la sucesión intestada. Por ello, podemos decir,
como señala el art. 795, que habrá que considerar la voluntad del testador; supuesto
que, evidentemente, tendrá lugar en los supuestos de herencia indivisa cuando la
intervención judicial de la herencia haya sido interesada al tiempo de formular la
solicitud de división judicial de la herencia, como estatuye el art. 792.1.2º.
La determinación sobre la administración del caudal, su custodia y conservación tendrá
lugar, una vez llevado a cabo el inventario, mediante auto (art. 795), que recaerá de
oficio, contra el que podrá ser interpuesto el recurso de reposición en el plazo de cinco
días, sin perjuicio del cual se llevará a efecto lo acordado (art. 451).
CUESTIONES
La finalidad dispuesta por el legislador, en esta fase del procedimiento, está dirigida a
la adopción de medidas de protección y mantenimiento del caudal relicto hasta en
tanto tenga lugar el acta de notoriedad o la resolución de la declaración de herederos
abintestato o completa división judicial de la herencia.
El art. 795.1º de la LEC establece que el metálico y efectos públicos se deposita rán
con arreglo a derecho.
El depósito del dinero metálico y de los efectos públicos tendrá lugar en la forma
dispuesta en el Real Decreto 467/2006, de 21 de abril, por el que se regulan los de-
pósitos y consignaciones judiciales en metálico, de efectos o valores, que deroga el
Real Decreto 34/1988, de 21 de enero, por el que se regulaban los pagos, depósitos y
consignaciones judiciales, y la Orden Ministerial de 5 de junio de 1992, por la que se
desarrollaba el Real Decreto 34/1988, de 21 de enero.
El Real Decreto 467/2006, de 21 de abril, entró en vigor, tras su publicación en el BOE
el día 12 de mayo de 2006, a los dos meses.
Principiamos el presente epígrafe llamando la atención del lector para indicarle que,
ahora, únicamente haremos referencia al nombramiento del administrador, dejando
para posterior estudio el régimen de la administración judicial de la herencia.
Previamente a analizar el art. 795.2º habría que señalar que es doctrina entender que
cuando el causante, en su disposición testamentaria, designare administrador, el Juez
tendría que estar y pasar por la voluntad del finado, sin atender a lo preceptuado en la
Ley.
El precedente del art. 795.2º de la LEC 1/2000 lo encontramos en el art. 1.069 de la
LEC de 1881 que en su regla 3ª disponía que se nombrará administrador al viudo o
viuda, y en su defecto al interesado que tuviere mayor parte en la herencia, si reúne, a
juicio del Juez, la capacidad necesaria para desempeñar el cargo ; y, en su regla 4ª
que si no concurriere esta circunstancia en quien tuviere la mayor parte de la
herencia, o fuere igual la participación de todos los interesados o de alguno de ellos,
CUESTIONES
Del contenido del art. 795.2º de la LEC, primeramente diremos que no observamos
que en la persona del administrador deban concurrir especiales requisitos, salvo la
capacidad necesaria para desempeñar el cargo, la cual será valorada por el propio
Juez, por lo que éste posee discreción para el nombramiento, pudiendo ser, además
del viudo o viuda o heredero o legatario de parte alícuota que tuviere mayor parte en la
herencia, otro heredero o legatario de parte alícuota que no tuviere esa mayor parte en
la herencia, si lo hubiere, o incluso un tercero-extraño. La capacidad necesaria para
desempeñar el cargo está referida no a la falta de capacidad de obrar sino más bien a
la falta de idoneidad o habilidad para la administración, teniendo en cuenta la dificultad
o complejidad de ésta.
CUESTIONES
CUESTIONES
CUESTIONES
El art. 796.3 de la LEC establece que si hubiera acreedores reconocidos en el tes -
tamento o por los coherederos o con derecho documentado en un título ejecutivo, que
se hubieran opuesto a que se lleve a efecto la partición de la herencia hasta que se les
pague o afiance el importe de sus créditos, no se acordará la cesación de la
intervención hasta que se produzca el pago o afianzamiento .
Los antecedentes los encontramos en el derogado juicio de testamentaría, en el art.
1.093 de la LEC de 1881 que disponía que cuando se haya promovido el juicio a
instancia de uno o más acreedores, no se hará la entrega de los bienes a ninguno de
los herederos ni legatarios sin estar aquéllos completamente pagados o garantizados a
su satisfacción.
El legislador, para la protección de los créditos de determinados acreedores y con el fin
de que la masa hereditaria no se disuelva, ante la actuación de los coherederos o
legatarios de parte alícuota, establece que hasta que se les pague o afiance el importe
de sus créditos, no se acordará la cesación de la intervención hasta que se produzca
el pago o afianzamiento.
El art. 782.3 establece que los acreedores no podrán instar la división, sin perjui cio de
las acciones que les correspondan contra la herencia, la comunidad hereditaria o los
coherederos, que se ejercitarán en el juicio declarativo que corresponda, sin suspender
ni entorpecer las actuaciones de división de la herencia ; ahora bien, les abriga el
derecho dispuesto en el art. 782.4 que señala que no obstante, los acreedores
reconocidos como tales en el testamento o por los coherederos y los que tengan su
CUESTIONES
23.165. ¿Qué ocurre con la intervención judicial del caudal relicto, en el caso de
haberse aprobado la partición judicial de la herencia y la entrega de bienes?
¿Qué ocurre con la intervención en el caso de terminación del procedimiento
judicial de división de la herencia por acuerdo de los coherederos?
CUESTIONES
23.166. ¿A qué medidas será aplicable la administración judicial del caudal here-
ditario?
Debemos señalar que la administración judicial del caudal hereditario que se halla
regulada en los artículos 797 y siguientes de la LEC 1/2000, será aplicable a las
medidas acordadas de intervención judicial de la herencia cuando no conste la
existencia de testamento ni de parientes llamados a la sucesión legítima (art. 791.2);
también a la intervención judicial de la herencia durante la tramitación de la declaración
de herederos o de la división judicial de la herencia y la intervención a instancia de los
acreedores de la herencia (art. 792); y, a la llamada administración ordinaria recogida
en el art. 795 que lleva por título resolu ción sobre la administración, custodia y
conservación del caudal hereditario.
CUESTIONES
El momento preciso a partir del cual el administrador comienza su cargo será el propio
de la toma de posesión del cargo, concluyendo, dado su carácter interino o provisional,
cuando, presentada y aprobada la partición por el contador, se proceda a la
adjudicación y entrega de los bienes a cada uno de los adjudicatarios (art. 788) y, de
otro modo, cuando los interesados, de común acuerdo, en cualquier estado del juicio,
adopten los acuerdos que estimen convenientes y soliciten del tribunal que sobresea el
juicio, separándose de su seguimiento (art. 789) o, se haya interesado el cese de la
intervención judicial (art. 796.2); en el caso de administrador judicial nombrado en el
expediente de declaración de herederos abintestato, por existir herencia yacente, el
cargo concluirá con el auto de declaración de herederos.
El art. 797, que lleva por título Posesión del cargo de administrador de la heren cia,
comienza estableciendo, en su 1º párrafo, que nombrado el administrador y prestada
por éste la caución, se le pondrá en posesión de su cargo, dándole a reconocer a las
personas que el mismo designe de aquellas con quienes deba entenderse para su
desempeño.
El nombramiento de administrador, como hemos dicho, viene acordado, por el Juez, en
el auto a que se refiere el art. 795 de la LEC. Al nombramiento de administrador le
sucede la obligación de la prestación de caución, salvo que hubiere sido eximido de
ella que, como se ha señalado, ya vendrá dada en la pieza separada de administración
de los bienes.
Para prestar la caución, a pesar de que la Ley no lo señala, al administrador deberá
dársele un plazo y, en caso de no verificarla en el mismo, debería ser sustituido por
otro; igual sucede con la actuación procesal de la aceptación del cargo de
administrador, que aunque no se dice nada en el texto legal, todo parece señalar que
CUESTIONES
Se trata de una cuestión que a pesar de no recoger la Ley, ciertamente, puede darse.
Las causas de la remoción del cargo pueden ser muy diversas, desde la imposibilidad
para el ejercicio del cargo como consecuencia de la pérdida de capacidad de obrar o la
privación de libertad o la muerte, entre otras, hasta por causas relacionadas con el
ejercicio del cargo como son conductas inadecuadas, deviniendo en actividades que
hagan menospreciar el patrimonio del caudal relicto. Ahora bien, la remoción del cargo
tendrá lugar de oficio en los casos en que se trate de declaración de herederos
abintestato, valorando el Juez las causas que originan la separación del cargo; pero,
de otro lado, cuando se trata de una partición de herencia, con herederos conocidos, a
pesar de que nada dice la Ley, ni en un caso ni en otro, sería adecuado que la
Autoridad Judicial concediera audiencia a las partes personadas; y, a colación de esto,
también habrá que decir que la separación del cargo puede venir a instancia de
cualquier interesado. En cualquier caso, cuando el administrador judicial fuere
removido de su cargo deberá proceder a la rendición final de cuentas (art. 800 LEC
1/2000).
CUESTIONES
23.171. ¿En qué momento puede tener lugar la anotación registral del estado de
administración de las fincas de la herencia y el nombramiento de administrador?
CUESTIONES
En primer lugar tenemos que reproducir el contenido del art. 6 de la LEC 1/2000
Capacidad para ser parte, en su apartado 1.4º que establece que podrán ser parte
en los procesos ante los tribunales civiles: Las masas patrimoniales o los patrimonios
separados que carezcan transitoriamente de titular o cuyo titular haya sido privado de
sus facultades de disposición y administración .
Al mismo tiempo, el art. 7 Comparecencia en juicio y representación , en su apartado
5 dispone que las masas patrimoniales o patrimonios separados a que se refiere el
CUESTIONES
De la lectura del art. 798 se infiere, claramente, que el legislador trata, únicamente, las
funciones de representación del administrador con los límites siguientes: mientras la
herencia no haya sido aceptada por los herederos y aceptada la herencia .
Pero, cierto es que, habiendo herederos testamentarios, puede suceder durante la
intervención judicial de la herencia, a instancia de los acreedores de la herencia (art.
792.2), que los herederos no acepten ni repudien la herencia. En estos casos, el
administrador deberá seguir la representación ya no sólo en cuanto a la administración
del caudal, su custodia y conservación, gestionando lo que sea conducente y
ejercitando las acciones que procedan (art. 798.2º párrafo), sino también ostentará la
representación en todos los pleitos que se promuevan o que estuvieren principiados al
fallecer el causante, ejercitando las acciones que pudieran corresponder al difunto (art.
798.1º párrafo), incluyéndose aquí, de igual modo, la legitimación pasiva, conforme se
ha visto en la anterior cuestión. La razón de este planteamiento es bien sencilla,
acudiendo a la literalidad del precepto de estudio, es claro que la herencia no ha sido
aceptada y, por tanto, no sólo le corresponderá al representante la administración del
caudal, su custodia y conservación, porque ello tendría lugar en el caso de aceptada
Como ya hemos apuntado antes, una vez aceptada la herencia, el administra dor sólo
tendrá la representación de la misma en lo que se refiere directamente a la
administración del caudal, su custodia y conservación, y en tal concepto podrá y
deberá gestionar lo que sea conducente, ejercitando las acciones que procedan (art.
798.2º párrafo).
El antecedente al precepto de estudio lo encontramos en el art. 1.098 de la LEC de
1881 que establecía que el administrador de la testamentaría sólo tendrá la re -
presentación de la misma en lo que se relaciona directamente con la administración
del caudal, su custodia y conservación, y en tal concepto podrá y deberá gestionar lo
conducente para ello, ejercitando las acciones que procedan .
De esta manera, aceptada la herencia, el legislador limita al administrador el ejercicio
de sus atribuciones. Ello viene dado por cuanto aceptada la herencia surge la
comunidad hereditaria, constituida por todos los herederos y legatarios de parte
alícuota y, por ello, a éstos les atañerá el ejercicio de las acciones que correspondieran
al causante, mientras que al administrador, únicamente, las acciones de la comunidad
indivisa referidas al caudal hereditario, su custodia y conservación.
Por otra parte, no debemos dejar de reproducir, a estos efectos, el contenido del art.
1.026 del Código Civil que señala que hasta que resulten pagados todos los
acreedores conocidos y los legatarios, se entenderá que se halla la herencia en
administración. El administrador, ya lo sea el mismo heredero, ya cualquiera otra
persona, tendrá, en ese concepto, la representación de la herencia para ejercitar las
acciones que a ésta competan y contestar a las demandas que se interpongan contra
la misma.
CUESTIONES
Como hemos visto en el apartado 1 del art. 799, el plazo para la rendición de las
cuentas parciales o periódicas lo deberá establecer el tribunal, sin que en ningún caso
puedan exceder de un año.
CUESTIONES
En primer lugar diremos que el momento procesal para el establecimiento del plazo
para la rendición de las cuentas no viene, expresamente, determinado en la Ley. Ahora
bien, ha de pensarse que lo más lógico será establecerlo en el auto en el que
determinará el tribunal ... lo que según las circunstancias corresponda sobre la
administración del caudal, su custodia y conservación (art. 795). Si bien, sin perjuicio
de lo cual, podrá establecerse el plazo en resolución dictada, al efecto, en la propia
pieza de administración. El art. 799.1 no dispone, concretamente, los plazos para la
rendición de las cuentas parciales y se limita a señalar que no podrán exceder de un
año, como ya lo hacía la LEC de 1881. Es loable que el legislador deje en manos del
tribunal el establecimiento concreto de los plazos señalando, únicamente, que deberán
ser proporcionados a la importancia y condiciones del caudal , ya que dependerá de
las peculiaridades de los bienes, dado que el administrador podrá encontrarse con
bienes que sean no productivos o productivos con rentas pagaderas por meses,
Tampoco la Ley concreta el modo en que el administrador deberá rendir cuentas. Así,
principiamos este apartado de la rendición de cuentas señalando que el administrador
podrá dar cuenta de su cometido mediante comparecencia ante el Secretario, en la
Secretaría del Juzgado o bien por medio de la presentación de oportuno escrito.
CUESTIONES
El art. 799 no señala la manera de rendición de las cuentas, ahora bien, el 1º inciso del
apartado 2º del art. 799 dispone que al rendir la cuenta, el admi nistrador consignará el
saldo que de la misma resulte o presentará el resguardo original que acredite haberlo
depositado en el establecimiento destinado al efecto . Entendemos que las cuentas de
ingresos y gastos deberán estar, perfectamente, justificadas acompañándose los
oportunos documentos de contabilidad para la acreditación de cada apunte, al objeto
de demostrar toda la actividad que ha desarrollado el administrador en el desempeño
de su cargo. Y, así lo tiene dispuesto el Tribunal Supremo al señalar que si nada se ha
pactado será libre la forma de redactar la cuenta, pero deberá contener detalladamente
los ingresos y los gastos y basarse en documentos y comprobantes ; disposición, ésta,
del Alto Tribunal, que debe de ser de aplicación estricta y directa al caso que nos
ocupa, debiéndose, en su caso, exigir al administrador, un inventario actual de los
bienes y una memoria expresiva de su actuación. Es más, el extracto de la sentencia
de 24 de mayo de 1975, ahora transcrito, nos lleva a pensar que podrían los
interesados sugerir al Juez el modo y manera en que interesen tenga lugar la rendición
de cuentas. Y, a mayor abundamiento, nada les impide a que interesen o propongan al
Tribunal, el establecimiento de los plazos para la rendición de las cuentas.
CUESTIONES
23.181. Las cantidades obtenidas del rendimiento de los bienes del causante
¿han de ser ingresadas, necesariamente, en la Cuenta de Depósitos y Consig-
naciones del Juzgado?
CUESTIONES
Respecto a promover medidas que versen sobre la aprobación de las cuentas, hemos
de señalar que cuando ninguno de los interesados haga manifestación sobre las
mismas o, en el mismo sentido, se presente un escrito mostrando su conformidad con
éstas, no es necesaria su aprobación dado que, como luego se verá, el art. 800 de la
LEC aborda la rendición final de cuentas, momento procesal en el que sí será dictado
auto aprobándolas.
30.4.2.1. Introducción
CUESTIONES
Como dispone el art. 800.1 de la LEC, la rendición de la cuenta final tendrá lugar
cuando el administrador cese en el desempeño de su cargo. Nos encontramos ante la
última obligación del administrador en el ejercicio de su cargo, que como indicó el
Tribunal Supremo (sentencia de 12 de junio de 1957) es el último acto de su gestión,
que sería incompleto si no indicase todo lo que ha hecho, todo lo que ha pagado y todo
lo que ha recibido.
CUESTIONES
23.187. ¿Cuándo puede venir dado el cese del cargo del administrador?
CUESTIONES
23.189. ¿De qué plazo dispone el administrador para presentar la cuenta final?
23.190. ¿Qué puede ocurrir en el caso de incumplimiento, por parte del adminis-
CUESTIONES
El art. 800.3 de la LEC nos habla del caso de no haber oposición a las cuentas,
estableciendo que pasado el plazo fijado sin hacerse oposición a las mismas, el
tribunal dictará auto aprobándolas y declarando exento de responsabilidad al
administrador. En el mismo auto, el tribunal mandará devolver al administrador la
caución que hubiere prestado.
El antecedente se halla en el art. 1.014 de la LEC de 1881 que, literalmente, decía
como sigue: pasado dicho término sin hacerse oposición a las cuentas, o al des -
estimar los reparos que se hubieran alegado, el Juez dictará auto aprobándolas y
declarando exento de responsabilidad al administrador. En el mismo auto, el Juez
cancelará la hipoteca que el administrador hubiere constituido, o mandará devolverle la
fianza que hubiere prestado.
CUESTIONES
23.192. El auto aprobando las cuentas ¿produce efectos de cosa juzgada? ¿Qué
recurso cabrá contra el mismo?
El auto que recae, en este caso, no producirá la eficacia de cosa juzgada, ya que los
interesados podrán acudir al juicio declarativo correspondiente en el ejercicio de acción
de responsabilidad civil del administrador. En cuanto al recurso cabrá interponer el de
apelación, mediante la presentación de escrito preparatorio a que se refiere el art. 457
de la LEC de 2000, en el plazo de cinco días hábiles contados desde el día siguiente
de la notificación, limitado a citar la resolución apelada, manifestando la voluntad de
recurrir, con expresión de los pronunciamientos que impugna.
El art. 800.4 de la LEC establece que si las cuentas fueren impugnadas en tiempo
hábil, se dará traslado del escrito de impugnación al cuentadante para que conteste
conforme a lo previsto por los artículos 404 y siguientes, continuando la tramitación
con arreglo a lo dispuesto para el juicio verbal .
El antecedente lo encontramos en el art. 1.015 de la LEC de 1881 que estatuía que si
las cuentas fueren impugnadas en tiempo hábil, se sustanciará la impugnación con el
cuentadante por los trámites establecidos para los incidentes. Contra el auto que
ponga término al incidente de cuentas, procederá la apelación en ambos efectos.
Contra el que pronuncie la Audiencia, se dará el recurso de casación .
En primer lugar debemos decir que la impugnación no sólo puede recaer sobre la
cuenta final sino, también, sobre las periódicas o parciales.
Acudiendo a la tramitación de la impugnación, estatuye el precepto de estudio que se
dará traslado del escrito de impugnación al cuentadante. Primeramente señalar que el
CUESTIONES
Respecto al contenido de la impugnación, ésta puede ser por causas diversas, desde
la impugnación de partidas determinadas, como gastos excesivos o indebidos, o
solicitud de inclusión de otros ingresos, hasta pedir la responsabilidad del
administrador por actitud negligente en el desempeño del cargo, interesando el
impugnante la responsabilidad por daños y perjuicios y la obtención del montante que
incremente el patrimonio del caudal relicto.
Las partes que podrán impugnar las cuentas del administrador son todas aquellas que
fueron citadas para la formación de inventario y que constan relacionadas en el art.
793.3 y que ahora reproducimos: 1º El cónyuge sobreviviente. 2º Los parientes que
pudieran tener derecho a la herencia y fueren conocidos, cuando no conste la
existencia de testamento ni se haya hecho la declaración de herederos abintestato. 3º
Los herederos o legatarios de parte alícuota. 4º Los acreedores a cuya instancia se
hubiere decretado la intervención del caudal hereditario y, en su caso, los que
estuvieren personados en el procedimiento de división de la herencia. 5º El Ministerio
Fiscal, siempre que pudiere haber parientes desconocidos con derecho a la sucesión
legítima, o que alguno de los parientes conocidos con derecho a la herencia o de los
herederos o legatarios de parte alícuota no pudiere ser citado personalmente por no
ser conocida su residencia, o cuando cualquiera de los interesados sea menor o
incapacitado y no tenga representante legal. 6º El abogado del Estado, o, en los casos
previstos legalmente, los Servicios Jurídicos de las Comunidades Autónomas, cuando
no conste la existencia de testamento ni de cónyuge o parientes que puedan tener
derecho a la sucesión legítima.
23.196. ¿De qué manera será tramitado el incidente de impugnación de las cuen-
tas en el caso de haber varios impugnantes?
Entendemos que será tramitado de la misma manera que si fuera un solo incidente en
el que se formula oposición a las cuentas, y tramitándose todas conjuntamente, es
decir, concediéndose el plazo de los veinte días para contestar a las diversas
impugnaciones que pudieren surgir y señalando día y hora, con citación a los
impugnantes y al cuentadante, para la vista, donde cada uno se manifestará en apoyo
de sus respectivas pretensiones.
Antes de entrar en materia procesal queremos recordar los preceptos del Código Civil
aplicables al caso que nos ocupa, dentro de las obligaciones del mandatario y
depositario que pueden corresponderse con la figura del administrador judicial.
El art. 1.718 señala que el mandatario queda obligado por la aceptación a cum plir el
mandato, y responde de los daños y perjuicios que, de no ejecutarlo, se ocasionen al
mandante; y, el art. 1.719 dispone que en la ejecución del mandato ha de arreglarse
el mandatario a las instrucciones del mandante. A falta de ellas, hará todo lo que,
según la naturaleza del negocio, haría un buen padre de familia .
El art. 1.766 establece que el depositario está obligado a guardar la cosa y resti tuirla;
el art. 1.785 que el depósito judicial o secuestro tiene lugar cuando se decre ta el
embargo o el aseguramiento de bienes litigiosos ; y, el art. 1.788 señala que el
CUESTIONES
CUESTIONES
En el anterior epígrafe ya nos hemos referido al apartado 2 del art. 801, en el que se
establece que cuando sean necesarias reparaciones o gastos extraordinarios, lo
pondrá en conocimiento del Juzgado, así, la primera de las obligaciones, del ad -
ministrador será comunicar dicha necesidad al órgano judicial y procedimiento de
intervención judicial de la herencia.
Una vez puesta en conocimiento del Juzgado la necesidad de reparaciones o gastos
extraordinarios, el art. 801.2 sigue diciendo que oyendo en una compare cencia a los
interesados que menciona el apartado 3 del artículo 793 y previo reconocimiento
pericial y formación de presupuesto resolverá lo que estime procedente, atendidas las
circunstancias del caso.
Hablemos, ahora, del traslado a los interesados y posterior trámite. La ley no establece
un plazo pero, obviamente, deberá de tratarse de un plazo prudencial para que los
CUESTIONES
El modo en que deben ser puestas en conocimiento del Juzgado las reparaciones, es
conveniente que tenga lugar por escrito, aunque la ley no limita la forma, pudiéndose
hacer mediante comparecencia en la Secretaría del órgano judicial. Ahora bien, la
solicitud de la necesidad de reparaciones o gastos extraordinarios deberá ir
argumentada de modo documental, aportando todos los datos precisos para justificar
dicha necesidad excepcional y singular de reparaciones o gastos, exponiéndose, a la
par, la medida o medidas que, entiende, deben establecerse, aportando, como se ha
dicho, cualquier informe en el que se aprecie y se valore la importancia del caso, con
presupuesto de la reparación o presupuesto del gasto y la forma de hacer frente a
éstos.
Respecto a los interesados a quienes ha de dársele traslado, son aquellos que fueron
citados para la formación de inventario, esto es, 1º El cónyuge sobreviviente. 2º Los
parientes que pudieran tener derecho a la herencia y fueren conocidos, cuando no
conste la existencia de testamento ni se haya hecho la declaración de herederos
abintestato. 3º Los herederos o legatarios de parte alícuota. 4º Los acreedores a cuya
instancia se hubiere decretado la intervención del caudal hereditario y, en su caso, los
El art. 802.1 de la LEC 1/2000 dispone que el administrador depositará sin dila ción a
disposición del Juzgado las cantidades que recaude en el desempeño de su cargo,
reteniendo únicamente las que fueren necesarias para atender los gastos de pleitos,
pago de contribuciones y demás atenciones ordinarias .
Primeramente observamos que el legislador establece la obligación del administrador
de proceder, de forma rápida, a ingresar a disposición del Juzgado las cantidades
recaudadas durante la administración, tan pronto como sean percibidas; por otro lado,
vemos que el legislador impone, también, la obligación al administrador de retener las
cantidades necesarias para atender gastos, denominados, ordinarios.
En relación con los gastos, como es de ver, se incluyen como ordinarios, los pagos de
contribuciones tributarias, periódicas o no.
CUESTIONES
De la redacción del apartado 1 del art. 802 podemos entender, en principio, que las
cantidades recaudadas habrán de ser ingresadas en la Cuenta de Depósitos y
Consignaciones Judiciales, si bien, ello no es obstáculo para que el administrador,
como ya se dijo en el epígrafe destinado al comentario de la consignación del saldo o
presentación del resguardo del depósito, abordando la rendición periódica de cuentas
(art. 799.2), proceda a la apertura de cuenta remunerada o cualquier depósito bancario
que ofrezca un devengo a favor del patrimonio del causante con alto interés, dado que
en la Cuenta del Juzgado no se obtendrá interés alguno.
En el estudio del anterior precepto, art. 801.2, quedó claro que para atender las
reparaciones ordinarias no era precisa la autorización judicial. Pues bien, a ello habrá
que añadir, a la vista del art. 802.1 que, igualmente, no será precisa la autorización
judicial para satisfacer los gastos ordinarios. La doctrina entiende que, del mismo
modo, podrán retenerse cantidades para la retribución que corresponde al
administrador así como para pagar a los acreedores de la herencia (recordando que el
1º párrafo del art. 1.026 del CC establece que hasta que resulten pagados todos los
acreedores conocidos y los legatarios, se entenderá que se halla la herencia en
A la vista del art. 802.2, el tribunal, directamente, dejará en poder del administrador la
suma necesaria para atender los gastos. Decimos directamente , entendiendo que
resolverá, sin más trámites, por providencia, esto es, sin necesidad de poner en
conocimiento de los interesados la petición del administrador y de que estos hagan
alegaciones; sin perjuicio del recurso que algún interesado pudiere interponer contra la
providencia que acuerde la puesta de fondos en poder del administrador, no obstante
lo cual, la ejecución de lo acordado en la providencia surtiría efectos desde su dictado.
Señalar, de otro lado, que en el caso que para atender gastos extraordinarios o, en su
caso, ordinarios, no hubiere efectivo suficiente en las arcas del patrimonio hereditario,
podría acudirse al art. 803.2.4º para proceder a la venta de determinados bienes, en
cuyo caso habría que seguirse la tramitación establecida en el art. 803.3, esto es,
audiencia previa a los interesados y venta en pública subasta.
La Ley acepta la posibilidad de que por diversos motivos pueda autorizarse ju-
dicialmente la venta o gravamen de determinados bienes, siempre bajo el control
judicial, previa audiencia de los interesados.
Sobre los frutos para cuya enajenación se presenten circunstancias que se esti men
ventajosas (art. 803.2.3º), el legislador parece estar refiriéndose tanto a frutos del
campo como aquellos productos financieros que se obtienen de las fábricas e
industrias.
En el precepto y caso de estudio, se acierta al establecer que el administrador habrá
de proponer la venta cuando se presenten circunstancias ventajosas. Ahora bien,
deberá verse que los frutos que se pretenden enajenar no constituyen un llamado acto
propio de la administración, ya que en este caso, no será necesaria la autorización de
la Autoridad Judicial para la venta, dado que en otro caso ello podría suponer el
retardo en la obtención del oportuno beneficio económico o el menoscabo en la venta
por la cantidad, en principio, interesada o pactada, e incluso, la pérdida de la
enajenación, en su totalidad. Por lo tanto, nos hallaremos ante unos frutos que el
administrador pretende vender y cuyo acto extralimita sus competencias.
Por último, con excepción a la regla general de prohibición de enajenación de los
bienes inventariados encontramos los demás bienes cuya enajenación sea nece saria
para el pago de deudas, o para cubrir otras atenciones de la administración de la
herencia(art. 803.2.4º). Parece que nos hallemos, en lugar de una administración de
la herencia, en una liquidación de la misma. Por otro lado, el legislador, por las propias
necesidades de la intervención, permite la autorización de venta, al parecer, por no
existir liquidez en las cuentas de la administración.
Continuando con la regla 4º del art. 803.2, como norma que pone fin a las excepciones
de prohibición de venta o gravamen de los bienes de la herencia, recalcando el deber
del administrador de procurar la productividad de los bienes (art. 801.1), parece que
cuando el legislador permite la enajenación para cubrir otras atenciones de la
administración de la herencia, permite la venta de bienes o su gravamen para atender
el pago de gastos de la masa y, asimismo, para atender sus obligaciones.
Para concluir diremos que, tal vez, esta excepción, más que las anteriores, que como
ya hemos comentado, en lugar de parecer una administración de carácter
conservativa, está referida a una administración liquidadora, habrán de ser oídos los
interesados, dado que, no refiriéndose la excepción a bienes concretos, hay que
determinar cuál de los bienes ha de ser enajenado o gravado y, en el caso de tratarse
de pluralidad de bienes, previamente establecer un orden de prelación, en aras a la
facilidad de venta, menor coste de la misma y productividad que se pretende obtener.
Observamos que la prohibición de venta o gravamen viene dado sólo sobre los bienes
inventariados (art. 803.1), por lo que nada dice sobre aquellos bienes que pudieren
engrosar el caudal relicto como consecuencia de la administración, así como frutos
recogidos como producto de la administración y aquellos otros que fueren recaudados
en concepto de rentas de otros bienes; y es que, con relación a estos frutos y rentas su
venta estaba expresamente autorizada en el art. 1.020 de la LEC de 1881.
En relación con los bienes que puedan deteriorarse (art. 803.2.1º), el objetivo de la
venta vendrá dado por el posible daño en estos y para evitar una pérdida del valor
económico de la masa hereditaria. Se tratará, pues, de aquellos bienes que pueden
menoscabarse o estropearse por el transcurso del tiempo, por lo que será aconsejable
la venta. Respecto a estos bienes, la mayor parte de la doctrina considera que el
legislador ha querido referirse a bienes muebles y semovientes, además de bienes
como créditos y valores realizables.
En cuanto a los bienes que sean de difícil y costosa conservación (art. 803.2.2º), son
aquellos que pueden conservarse, es decir, que ésta no es imposible, pero sí, difícil y
costosa. Por lo tanto, son bienes cuya conservación puede entenderse perjudicial para
los intereses de la masa hereditaria; nos encontramos ante bienes que causan un
mantenimiento con gastos elevados y cuya rentabilidad es inferior a estos gastos. De
esta manera, cuando la conservación conlleve más coste que su venta, podrá
accederse a ella. También, respecto a estos bienes, la doctrina entiende que ha
considerarse que se trata de bienes muebles, semovientes, créditos y valores
realizables.
El art. 803.3, en su 1º párrafo, señala que el tribunal, a propuesta del adminis trador, y
oyendo a los interesados a que se refiere el apartado 3 del art. 793, podrá decretar
mediante providencia la venta de cualesquiera de dichos bienes, que se verificará en
pública subasta conforme a lo establecido en la legislación notarial o en procedimiento
de jurisdicción voluntaria. El 2º párrafo, continuación del acuer do de la venta de
bienes, dispone que los valores admitidos a cotización oficial se venderán a través de
dicho mercado.
Entendemos que entre el traslado de la propuesta del administrador a los interesados
CUESTIONES
El Tribunal, deberá oír a los interesados que fueron citados para la formación de
inventario, esto es, 1º El cónyuge sobreviviente. 2º Los parientes que pudieran tener
derecho a la herencia y fueren conocidos, cuando no conste la existencia de
testamento ni se haya hecho la declaración de herederos abintestato. 3º Los herederos
o legatarios de parte alícuota. 4º Los acreedores a cuya instancia se hubiere decretado
la intervención del caudal hereditario y, en su caso, los que estuvieren personados en
el procedimiento de división de la herencia. 5º El Ministerio Fiscal, siempre que pudiere
haber parientes desconocidos con derecho a la sucesión legítima, o que alguno de los
parientes conocidos con derecho a la herencia o de los herederos o legatarios de parte
alícuota no pudiere ser citado personalmente por no ser conocida su residencia, o
cuando cualquiera de los interesados sea menor o incapacitado y no tenga
representante legal. 6º El abogado del Estado, o, en los casos previstos legalmente,
los Servicios Jurídicos de las Comunidades Autónomas, cuando no conste la
existencia de testamento ni de cónyuge o parientes que puedan tener derecho a la
sucesión legítima.
La venta de los bienes se verificará en pública subasta conforme a lo estable cido en
la legislación notarial o en procedimiento de jurisdicción voluntaria (art. 803.3).
El derecho a las retribuciones del cargo de administrador, entiende una pequeña parte
de la doctrina, no surge de un contrato. Se basa esta tesis en considerar al
administrador como un cooperador o auxiliar de la Autoridad Judicial, nombrado en la
resolución que al efecto recae sobre la administración, custodia y conservación del
caudal hereditario (art. 794.2º), teniendo como misión representar la herencia en lo que
se refiere directamente a la administración del caudal, su custodia y conservación,
pudiendo y debiendo gestionar lo que sea conducente, ejercitando las acciones que
procedan (art. 798).
Se señala que todo lo anterior no surge de la existencia de una unión contractual con
los interesados y se alude al art. 1.760 del Código Civil que establece que el depósito
es un contrato gratuito, salvo pacto en contrario para argumentar la gratuidad del
desempeño del cargo de administrador nacida de un contrato; y, por el contrario,
apoyándose en que el derecho a las retribuciones no vienen más que ser unas
compensaciones por el ejercicio realizado.
Por otro lado, una parte mayoritaria de la doctrina considera que el derecho a las
retribuciones del cargo de administrador deviene de un contrato de prestación de
servicios, así, desde la toma de posesión del cargo (art. 797.1) se constituye un
servicio a los interesados con responsabilidad añadida por la entrega de los bienes
(art. 795.3º), y con la obligación de conservar sin menoscabo los bienes de la herencia,
y procurar que den las rentas, productos o utilidades que corresponda (art. 801.1),
para lo cual habrá prestado caución bastante (art. 795.3º) para responder de los
CUESTIONES
Puede surgir una duda con relación al momento del cobro de las retribuciones por
parte del administrador, esto es, si debe ser retribuido en el momento de la rendición
periódica de cuentas, dentro de los plazos establecidos por el tribunal, proporcionados
a la importancia y condiciones del caudal (art. 799) o, en el momento de llevar a cabo
la rendición final de cuentas (art. 800), cuando cesa en el desempeño del cargo. El
Tribunal Supremo, en sentencia de 16 de mayo de 1989, ya con la vieja LEC de 1881,
entendió que la retribución no ha de estar supeditada a una situación de extinción, sino
simplemente a la del ejercicio de la actividad del administrador; y, más, teniendo en
cuenta que se produce una rendición de cuentas (periódica) donde el administrador
consignará el saldo que de la misma resulte o, presentará el resguardo original que
acredite haberlo depositado en el establecimiento destinado al efecto. El Alto Tribunal
termina la cuestión en el sentido de considerar que, de entenderlo de otro modo, haría
ilusorio el resultado de la liquidación a practicar como trámite previo, preciso para la
apreciación de rendimiento de cuentas.
CUESTIONES
23.212. ¿Quién fija las cantidades a las que tiene derecho el administrador?
Las cantidades a que tiene derecho el administrador serán fijadas por el Juez cuando
éste hubiere sido nombrado judicialmente (art. 795.2º); pero, en el caso de que el
administrador hubiere sido designado por el propio testador en su disposición
testamentaria (art. 795, 1º inciso) habrá que estar a lo establecido en el testamento, es
decir, a la retribución que el difunto hubiere dispuesto, si es que así lo hizo.
Como hemos visto, el administrador tendrá derecho a una retribución sobre el producto
líquido de la venta de frutos y otros bienes muebles de los incluidos en el inventario,
por lo que percibirá el 2 por 100.
El porcentaje será aplicado tanto a la venta de los frutos como a los bienes muebles o
semovientes, que consten en el inventario y que se encontraban en el patrimonio del
causante en el momento del fallecimiento.
Observamos, de la redacción del art. 804.1.1º, que no están incluidos en este punto
aquellos bienes, frutos y demás productos, que no estén inventariados, de esta
manera, sobre la venta de los frutos y demás productos obtenidos a lo largo del
período de administración será aplicado el porcentaje del 4 al 10 por 100, a tenor de lo
dispuesto del extremo 4º del art. 804.1.
Analizamos ahora la cuestión del derecho del administrador a una retribución sobre el
producto líquido de la venta de efectos públicos, percibiendo el 0,5 por 100.
En este punto habrá que incluir las acciones que cotizan o que no cotizan en el
mercado secundario oficial, que exigen la autorización judicial para la venta,
obteniendo el porcentaje referido del 0,5 por 100 después de descontar los
correspondientes gastos de la negociación, esto es, los referidos a los gastos de la
gestión e impuestos.
Ahora bien, en este apartado no habrá que incluir, entiende la doctrina, las operaciones
realizadas para la adquisición de valores que comporten la venta de otros (inversión de
capitales), ya que se considera que en este caso será aplicado el porcentaje del 4 al
10 por 100, a tenor de lo dispuesto del extremo 4º del art. 804.1.
Por último, tratamos en este punto el hecho de que el administrador tendrá derecho a
una retribución sobre los demás ingresos que haya en la administración, por conceptos
diversos de los expresados en los apartados anteriores.
A este respecto el tribunal, teniendo en consideración los productos del caudal y el
trabajo de la administración, señalará del 4 al 10 por 100. Por lo tanto, el porcentaje
será variable.
A lo largo de los porcentajes a que tiene derecho el administrador antes tratados
hemos hecho referencia de lo que se debe entender por los demás ingresos ,
cuestión que preferimos, en este apartado, reproducir: la venta de los frutos y demás
productos obtenidos a lo largo del período de administración; las rentas de inquilinatos
de viviendas o locales de negocio; y, las operaciones realizadas para la adquisición de
valores que comporten la venta de otros (inversión de capitales).
Este apartado, al que al administrador le corresponde una retribución del 4 al 10 por
100, es muy amplio, debiéndose incluir, generalmente las rentas y, además, los
ingresos dimanantes de beneficios de una explotación fabril o mercantil, intereses,
rentas, dividendos, etc., que se devengan de acciones ejercitadas en la propia
administración.
CUESTIONES
El art. 804.1.4º señala que el administrador tendrá derecho a un porcentaje sobre los
demás ingresos que haya en la administración, por conceptos diversos. El mismo
precepto y apartado establece que el Tribunal señalará del 4 al 10 por 100. El
porcentaje se fijará teniendo en consideración los productos del caudal y el trabajo de
la administración y la responsabilidad que conlleva la misma. De lo dicho se
desprende, que el porcentaje de aplicación será inferior cuanto más importante sea el
patrimonio (los productos del caudal); en cambio, atendiendo a los bienes que
conforman el patrimonio, si no existieren apenas los llamados bienes productivos y las
actividades ejercitadas por el administrador fueren realmente numerosas, habrá que
señalar el 10 por 100.
En primer lugar señalar que el objetivo de la retribución del administrador, con carácter
general, deviene de incentivarlo para que actúe con la diligencia de un buen padre de
familia, representando enteramente a la herencia.
Por tal motivo, el administrador, habiendo sido partícipe, antes de que se produjera la
venta, y por el hecho de haber llevado a cabo una actividad, en beneficio de la
herencia, según estableció el Tribunal Supremo, en sentencia de fecha 6 de marzo de
1965, tendrá derecho a participar proporcionalmente al tiempo en que duró su
administración en el beneficio líquido alcanzado con la explotación. Ahora bien, como
señaló el Alto Tribunal, tendrá el derecho a la retribución correspondiente, como se ha
dicho, por la actividad desempeñada, así, de lo contrario, cuando se trata de beneficios
obtenidos en cartera de valores, si el administrador no ha in?uido con su actividad, por
lo tanto, en este caso, cuando existía, con anterioridad, una cartera de valores y el
administrador no ha ejercido movimiento alguno, no tendrá derecho a retribución; en
otro supuesto, sí. Es más, la jurisprudencia señaló que el administrador no tiene
derecho a los beneficios que puedan reportar a la masa hereditaria, el cobro de
premios en juegos de azar.
El art. 805.1 establece que se conservarán las administraciones subalternas que para
el cuidado de sus bienes tuviera el finado, con la misma retribución y facultades que
aquél les hubiere otorgado.
El precedente lo encontramos en el art. 1.034 de la LEC de 1881, que literalmente
señalaba que se conservarán las administraciones subalternas que para el cuidado
de sus bienes tuviera el finado fuera de la población en que se siga el juicio, con la
misma retribución y facultades que aquél les hubiere otorgado . Así, vemos que el
espíritu de la conservación de las administraciones subalternas persiste en la nueva
LEC 1/2000, si bien ha sido abandonada la idea de que las administraciones, para su
conservación, debieran recalar fuera de la población del juicio.
El legislador, por tanto, reitera en la nueva LEC 1/2000 el principio de mantener, en
todo momento, la voluntad del causante. Si bien, los administradores subalternos
continuarán en sus cargos siempre que la administración lo sea para el cuidado de los
bienes del causante, ya que en otro caso, esta administración llega a su fin con el
fallecimiento del causante.
De esta manera se pretende que se siga manteniendo la voluntad del causante tras su
fallecimiento hasta que la sucesión se haga efectiva; por ello, se señala que los
administradores subalternos conservarán la misma retribución y las mismas facultades
concedidas por el causante.
Los administradores percibirán sus retribuciones, conforme estableció el causante; así,
el administrador judicial, a tenor de lo dispuesto en el art. 802.1, retendrá las
cantidades que procedan para atender las mismas, considerándose estas retribuciones
como atenciones ordinarias; o, en otro caso, el tribunal podrá dejar en poder del
administrador judicial la suma necesaria, mandando sacarla del depósito si no pudiere
cubrirse con los ingresos ordinarios y el administrador no dispusiera de la cantidad
suficiente procedente de la administración de la herencia (art. 802.2).
CUESTIONES
El apartado 2 del art. 805, al igual como lo hacía el art. 1.035 de la LEC de 1881,
señala que los administradores subalternos rendirán sus cuentas y remitirán lo que
recauden al administrador judicial, considerándose como dependientes del mismo,
pero no podrán ser separados por éste sino por causa justa y con autorización