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Los ritmos de la Navidad se tocan con las cuerdas más sensibles de nuestro corazón, y
entonces, todo vibra con alegría. En esta época recordamos que formamos parte
de un todo, que no somos seres aislados y que todas nuestras acciones
repercuten en los demás, y que por esto, todos somos hermanos, unidos a través de
lazos invisibles e indivisibles.
Compañeros del Emprendimiento, hemos tenido un año 2011 muy intenso.
Después de un tiempo por fuera del Servicio Público, he regresado con todo el
entusiasmo al trabajo que me gusta: Promover la existencia de mejores
emprendedores. Le agradezco a Dios por el privilegio que me da al poder trabajar
en lo que me apasiona. Éste año representó formidables logros laborales y
personales. Siempre recordaré el año 2011 como aquel en que, gracias al trabajo
decidido con ustedes, logramos dejar sembrado en la más alta prioridad estratégica
para el desarrollo del país, al Emprendimiento empresarial.
Nos espera pues, un próximo año de transición con la llegada de los nuevos
mandatarios, y por tanto, tenemos el gran reto de continuar sembrando y
fortaleciendo los procesos de Emprendimiento en todo el territorio. Deseo de
corazón, que el año 2012 esté lleno de muchos retos, pero especialmente de
grandes logros para todos ustedes.
Hagamos de esta Navidad el espacio propicio para perdonar a todo aquel que nos
haya ofendido de obra, palabra o pensamiento. Permitámonos comenzar el año
2012 con el corazón liviano y fortalecido gracias al perdón.