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Tema 42
Tema 42
Concepto. Elemento esencial (1.261.2º Objeto cierto que sea materia del contrato). Es la obligación que
por el contrato se constituye (objeto inmediato), y, a través de ella, la prestación de dar, hacer
o no hacer alguna cosa (1.088) (objeto mediato).
Posible. 1.272. No podrán ser objeto de contrato las cosas o servicios imposibles [los que sufren vicio de
imposibilidad absoluta, p.ej., inexistentes, físicamente imposibles]. ¿COSAS FUTURAS?
- REGLA GENERAL. 1.271. Pueden ser objeto de contrato todas las cosas que no están fuera del
comercio de los hombres, aun las futuras. Concepto. Todo bien inexistente en el momento de
celebración del contrato, pero que puede existir según el curso normal de los
acontecimientos, ya por hecho de la naturaleza, ya por hecho del hombre, ya por
ambos. Régimen jurídico. Los contratantes están obligados a realizar cuantas
actividades sean necesarias para que la cosa llegue a existir, omitiendo las que pongan
en peligro ese resultado.
- EXCEPCIONES. 1.271. Sobre la herencia futura no se podrá, sin embargo, celebrar otros contratos
que aquéllos cuyo objeto sea practicar entre vivos la división de un caudal y otras disposiciones
particionales, conforme a lo dispuesto en el art. 1056 CC, 635. Se prohíbe la donación de bienes futuros.
1.672 y 1.674.2º. Se prohíbe la sociedad universal sobre bienes futuros.
Lícito. 1.271. Pueden ser objeto de contrato todas las cosas que no están fuera del comercio de los hombres.
Fuera del comercio: 1bienes de dominio público; 2cosas no susceptibles de apropiación por
considerarse cosas comunes a todos o por quedar fuera del ámbito de apropiación del
individuo; 3bienes sustraídos a la libre disponibilidad de los particulares, p.ej., estado civil de las
personas, bienes de la personalidad… Dentro del comercio, aunque comercio prohibido, p.ej.,
estupefacientes para traficar con ellos, no implica falta de objeto (quizás causa ilícita, con sanción).
1.271. Pueden ser igualmente objeto de contrato todos los servicios que no sean contrarios a las leyes o a las
buenas costumbres.
Determinado o determinable. 1.273. El objeto de todo contrato debe ser una cosa determinada en cuanto a
su especie. La indeterminación en la cantidad no será obstáculo para la existencia del contrato, siempre que sea
posible determinarla sin necesidad de nuevo convenio entre los contratantes.
LA CAUSA
Teorías.
- Clásica (DOMAT y POTHIER, CC FRANCÉS). La causa lo es de la obligación, no del contrato,
estando en relación inmediata y directa con la misma, y por ello siendo elemento
esencial del contrato en cuanto se concibe una para cada categoría jurídica
determinada, p.ej., compraventa: intercambio de cosa por precio.
- Moderna objetivista (CIVILISTAS ITALIANOS). La causa es el fin jurídico, económico o social
perseguido por las partes, y está presente en los NeJ en general.
- Objetivista (DOCTRINA ALEMANA). La causa es el fin jurídico, económico o social
perseguido por las partes, y está presente en los NeJ de atribución patrimonial.
- Subjetivista (DOCTRINA FRANCESA). La causa va más allá del fin abstracto y permanente
del NeJ (móvil específico), alcanzando la finalidad perseguida por las partes al realizarlo
(móvil impulsivo y determinante). Ventaja: permite anular NeJ cuyo móvil específico es lícito pero
cuyo móvil impulsivo y determinante es ilícito, pero no se determina en qué casos el motivo determinante
puede ser tomado en consideración. Es la teoría mayoritaria actualmente en Francia, Italia y
España. La construyó la jurisprudencia francesa para proteger la moralidad de las
relaciones jurídicas.
- Anticausalistas. La causa está embebida en los demás elementos del contrato, o bien
se confunde con el objeto (onerosos) o bien con el consentimiento (gratuitos). DE
DIEGO: 1Si se eliminase la doctrina de la causa de los Códigos, nada se perdería: a)la no
existencia de causa es igual a la no existencia de objeto; b)la causa falsa es un
fenómeno de simulación o de error de consentimiento; c)la causa ilícita es igual a la
prestación ilícita. 2La doctrina de la causa es ilógica, sobre todo en los contratos
sinalagmáticos (las prestaciones recíprocas son causa para cada uno de los contratantes, de forma que
cada una de ellas es causa y efecto de la otra al mismo tiempo, cosa imposible).
- Sincréticas. Combinan la objetivista y subjetivista. La causa es al mismo tiempo fin abstracto y
permanente del NeJ (móvil específico) y finalidad perseguida por las partes al realizarlo
(móvil impulsivo y determinante).
Regulación. El Código Civil establece en el artículo 1261.3.º que no hay contrato si no concurre
la causa de la obligación que se establezca, de tal modo que concibe la causa como un
elemento esencial de los contratos.
El Código Civil español solo regula sistemáticamente la causa en relación con los contratos, en
la sección 3.ª del capítulo II del título II del libro IV (artículos 1274 a 1277, sólo se regula en relación
a los contratos).
Concepto. 1.274. En los contratos onerosos se entiende por causa, para cada parte contratante, la prestación o
promesa de una cosa o servicio por la otra parte; en los remuneratorios, el servicio o beneficio que se remunera, y
en los de pura beneficencia, la mera liberalidad del bienhechor. Teoría objetivista.
- Críticas: 1en los contratos onerosos, la causa se define en atención a cada uno de los
contratantes (la causa de la obligación del comprador es la obligación del vendedor, y viceversa), lo
que equivale a desarticular el contrato; 2tal regla se aplica fácilmente a los contratos
sinalagmáticos, pero no a los unilaterales reales (p.ej., prenda, que requiere cumplimiento de la
obligación principal por el deudor para que surja causa al acreedor pignoraticio que justifique su
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en los contratos remuneratorios, no existe supuesto
obligación de devolver la cosa);
aplicable, pues incluso la donación remuneratoria se remite a la regulación de los
contratos gratuitos.
Requisitos.
- Existir. 1.275. Los contratos sin causa […] no producen efecto alguno, p.ej., A y B conciertan una
compraventa; B dice que con anterioridad ha recibido el precio pero no es así. El contrato es inexistente.
1.277. Aunque la causa no se exprese en el contrato, se presume que existe […] mientras el deudor no
pruebe lo contrario. Momento. Debe existir la causa tanto en el momento de contratar
(para crearse las obligaciones) como después (para que puedan efectuarse las prestaciones y
cumplirse el fin perseguido) (ROCA SASTRE).
- Verdadera. 1.276. La expresión de una causa falsa en los contratos dará lugar a la nulidad, si no se
probase que estaban fundados en otra verdadera y lícita. Así, si la causa es falsa propiamente
dicha (no esconde otra diferente), el contrato es nulo o inexistente por inexistencia de
causa; pero si la causa es simulada (esconde otra diferente), y se prueba que la disimulada
es verdadera y lícita y puede sostener el contrato, podrá éste subsistir.
- Lícita. 1.275. Los contratos […] con causa ilícita no producen efecto alguno. Es ilícita la causa cuando
se opone a las leyes o a la moral [concepto progresivo, que permite interpretación según realidad social].
1.277. Aunque la causa no se exprese en el contrato, se presume que […] es lícita mientras el deudor no
pruebe lo contrario.
Postura del TS. No unitaria, pues a veces ha seguido la teoría objetivista y a veces la
subjetivista, pero siempre resolviendo el conflicto desde la concepción de la causa que diese
una solución más moral y equitativa al hecho litigioso (ALBALADEJO), p.ej., si se trata de NeJ con fondo
inmoral, se ha utilizado la teoría subjetivista para invalidarlo.
Libertad de forma. 1.278. Los contratos serán obligatorios, cualquiera que sea la forma en que se hayan
celebrado, siempre que en ellos concurran las condiciones esenciales para su validez.
Actos y contratos que tengan por objeto la creación, transmisión, modificación o extinción de
derechos reales sobre bienes inmuebles. En este caso, la forma se exige para permitir la
inscripción en el RPr y garantizar su eficacia frente a terceros. No obstante, al no ser requisito
de validez, los contratos pueden celebrarse verbalmente, si bien con las consiguientes
dificultades de prueba en caso de litigio, o en documento privado, produciendo todos sus
efectos inter partes, aunque no siempre frente a terceros, pues tal documento no es
susceptible de inscripción (3LH), ni de presentación en el RPr, ni podría servir de calificación
para el Registrador (18LH).
Arrendamientos de estos mismos bienes por 6 o más años, siempre que deban perjudicar a
terceros. En este caso, la forma se exige para permitir la inscripción en el RPr y garantizar su
eficacia frente a terceros y, sobre todo, frente al causahabiente del arrendador que adquiera la
titularidad de la finca, a efectos de que respete el arrendamiento inscrito. PERO tiene poca eficacia
práctica en la actualidad porque la mayoría de los arrendamientos se sujetan a LAU o LAR y éstas obligan al eventual
adquirente de la finca a respetar el arrendamiento.
Forma ad solemnitatem. Es requisito de validez de los contratos, que sin ella son inexistentes
- Hipoteca inmobiliaria, escritura pública e inscripción en el RPr (1.875 y 145 de la LH);
hipoteca mobiliaria y prenda sin desplazamiento, escritura pública e inscripción en el
RBM (3 de la ley de 16 de diciembre de 1954).
- Donación de inmuebles, escritura pública (633).
- Censo enfitéutico, escritura pública (1628).
- Derecho de superficie urbano, escritura pública e inscripción en el RPr según el artículo
53.2 del Texto Refundido de la Ley de Suelo de 30 de octubre de 2015. La superficie
rústica es considerada un contrato absolutamente atípico, así que está sujeto al
principio de libertad de forma.
- Régimen de aprovechamiento por turno de bienes inmuebles de uso turístico, que exige
que se formalice en escritura pública, que se inscribirá en el Registro de la Propiedad
(artículo 25.3 de la Ley 4/2012, de 6 de julio, de contratos de aprovechamiento por
turno de bienes de uso turístico).
Forma del 1.280, 2º párrafo. 1.280. También deberán hacerse constar por escrito, aunque sea privado, los
demás contratos en que la cuantía de las prestaciones de uno o de los dos contratantes exceda de 1.500 pesetas
[aproximadamente 9 euros]. Significación. En 1889, 1.500 pesetas era una cifra suficientemente
importante como para que el legislador, si bien consagra la libertad de forma, estimase
necesario advertir a los ciudadanos a través de las NJ de las dificultades probatorias de no
contratar por escrito. La falta de esta forma no priva de validez al contrato, como es lógico.
Congruencia del 1.278 con el 1.280. 1.279. Si la ley exigiere el otorgamiento de escritura u otra forma
especial para hacer efectivas las obligaciones propias de un contrato, los contratantes podrán compelerse
recíprocamente a llenar aquella forma desde que hubiese intervenido el consentimiento y demás requisitos
necesarios para su validez. Interpretación del TS. Es una facultad, no una obligación (“podrán”). Sólo
autoriza a compelerse recíprocamente a llenar la forma, no a solicitar la inexistencia del
contrato, que no ve afectada su validez o eficacia por falta de forma y por tanto puede pedirse
y deberá cumplirse lo convenido.