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ímno

universo
PIERRE TEILHARD DE CHARDIN

Es traducción del original francés:


Hymne de l'univers
© 1961 by ÉDITIONS DU SEUIL, París

Primera edición española: noviembre de 1964


HIMNO
Segunda edición española: junio de 1967
DEL UNIVERSO
LA MISA SOBRE EL MUNDO
TRES HISTORIAS A LA MANERA DE BENSON
LA POTENCIA ESPIRITUAL DE LA MATERIA
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS
POR, FERNANDE TARD1VEL
TRADUCCIÓN DB
FLORENTINO PÉREZ

© 1967 TAVRUS EDICJONFS, S. A.


Claudio Coello, 69B-Madrid-1
Depósito Legal: M. 12734.—1967
PRINTED JN SPAJN
TALÍRUS
HIMNO DEL UNIVERSO

86 PUBLICA BAJO EL ALTO PATRONATO DE SU MAJESTAD


LA REINA MARIA-JOSB
CARTA PREFACIO
DE SU MAJESTAD LA REINA MARIA-JOSE

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LA MISA SOBRE EL MUNDO

„ A%*nV\tA. 14 61 ~
INTRODUCCIÓN

Esta meditación se la inspiró al P. Teilhard de


Chardin la imposibilidad en que se encontró, en ple-
no desierto de Ordos, durante una expedición cien-
tífica, de celebrar la misa. Parece que era el día de
la Transfiguración', fiesta por la que sentía especial
predilección. En aquella circunstancia reflexionó so-
bre la irradiación de la Presencia eucarística en el
Universo. Ciertamente que no confundía esa presen-
cia, fruto de la transustanciación propiamente dicha,
con la presencia universal del Verbo. Su fe en el mis-
terio eucarístico no era sólo ardiente: era tan precisa
como firme. Mas esta fe era justamente lo bastante
fuerte y lo bastante realista como para permitirle des-
cubrir las consecuencias o, como él decía, las "pro-
longaciones" y las extensiones de esa fe. En un tiem-
po en que el individualismo enmascaraba aún de or-
dinario sobre este punto la enseñanza total de la tra-
dición católica, escribía (era el mismo año en que re-
dactó La Messe sur le Monde):
"Cuando Cristo desciende sacramentalmente a cada
uno de sus fieles, no lo hace sólo para conversar
con él (...); cuando dice, por mediación del sacer-
dote: Hoc est corpus meum, estas palabras desbordan
el trozo de pan sobre el que se pronuncian: hacen que
nazca el Cuerpo místico entero. Más allá de la Hos-
tia transustanciada, la operación sacerdotal se extien-
LA MISA SOBRE EL MUNDO 15
14 HIMNO DEL UNIVERSO
Mundo (...), pienso que es necesario reservar un
de al Cosmos mismo (...). La Materia entera experi- gran puesto, en el pensamiento y la oración cristia-
menta lenta e irresistiblemente, la gran Consagra- nas, a las dimensiones reales y físicas de la Presencia
ción." eucarística (...).
El P. Teilhard escribía ya en Le Préte, en 1917; Lo mismo que llamamos con razón a "nuestro
"Cuando Cristo, prolongando el movimiento de cuerpo" el centro local de nuestra irradiación espi-
su encarnación, desciende al pan para reemplazar- ritual (...), hay que decir que el Cuerpo inicial, el
le, su acción no se limita a la parcela material que Cuerpo primario de Cristo, está limitado a las espe-
su Presencia viene a volatizar por un momento. Pero cies del pan y del vino. Mas (...) la Hostia es seme-
la transustanciación se aureola de una divinización jante a un hogar encendido desde donde irradia y se
real, bien que atenuada, de todo el Universo. Desde propaga su llama (...)."
el elemento cósmico en que se ha introducido, el
Verbo actúa para subyugar y asimilarse todo lo de- N. M. WILDIERS
más." Doctor en teología
Por estos textos se ve que el misterio eucañstico
era no sólo afirmado en su sustancia precisa, sino
también perfectamente diferenciado de sus efectos
segundos, a través de los cuales se manifiesta su
fecundidad: crecimiento del Cuerpo místico, Consa-
gración del Cosmos. Estos textos dan testimonio de
una plenitud de fe en la que se manifiesta el pauli-
nismo auténtico y profundo del Padre Teilhard. El
Padre "se muestra aquí preocupado sobre todo por
conferir a su Misa cotidiana una función cósmica y
dimensiones planetarias ...)• Por supuesto que todo
esto, en su pensamiento, viene a incorporarse al sen-
tido teológico más ortodoxo de la Santa Eucaristía".
(Nicolás Corte. La vie et l'áme de Teilhard de Char-
din, París, Fayard, 1957, p. 61.)
Un año después de haber escrito La Messe sur le
Monde, el P. Teilhard precisa aún más, en Mon
Univers: "Para interpretar dignamente el lugar fun-
damental que la Eucaristía ocupa en la economía del
LA MISA SOBRE EL MUNDO

LA O F R E N D A
Ya que, una vez más, Señor, ahora ya no en
los bosques del Aisne, sino en las estepas de Asia,
no tengo ni pan, ni vino, ni altar, me elevaré por
encima de los símbolos hasta la pura majestad de lo
Real, y te ofreceré, yo, tu sacerdote, sobre el altar
de la Tierra entera, el trabajo y el dolor del Mundo.
El sol acaba de iluminar, allá lejos, la franja ex-
trema del horizonte. Una vez más, la superficie vi-
viente de la Tierra se despierta, se estremece y vuelve
a iniciar su tremenda labor bajo la capa móvñ de
sus fuegos. Yo colocaré sobre mi patena, oh, Dios
mío, la esperada cosecha de este nuevo esfuerzo.
Derramaré en mi cáliz la savia de todos los frutos
que serán molidos hoy.
Mi cáliz y mi patena son las profundidades de un
alma ampliamente abierta a todas las fuerzas que,
en un instante, van a elevarse desde todos los pun-
tos del Globo y a converger hacia el Espíritu. ¡Que
vengan, pues, a mí el recuerdo y la mística presen-
cia de aquellos a quienes la luz despierta para un
nuevo día!
Señor, voy viendo y los voy amando, uno a uno,
a aquellos a quienes Tú me has dado como sostén
y como encanto naturales de mi existencia. También
uno a uno voy contando los miembros de esa otra y
tan querida familia que se han ido juntando poco a
poco en torno a mí, a partir de los elementos más
dispares, las afinidades del corazón, de la investiga-
18 HIMNO DEL UNIVERSO LA MISA SOBRE EL MUNDO 19

ción científica y del pensamiento. Más confusamen- brebaje disolvente. Mas Tú has puesto en el fondo
te, pero a todos sin excepción, evoco a aquellos cuya de esta masa informe—estoy seguro de ello, porque
multitud anónima constituye la masa innumerable de lo siento—un irresistible y santificante deseo que
los vivientes; a aquellos que me rodean y me sopor- nos hace gritar a todos, desde el impío hasta el fiel:
tan sin que yo los conozca; a los que vienen y los "Señor, haz de todos nosotros uno!"
que se van; a aquellos, sobre todo, que, en la verdad Porque a falta del celo espiritual y de la sublime
o a través del error, en su despacho, en su laboratorio pureza de tus Santos, Tú me has dado, Dios mío,
o en su fábrica creen en el progreso de las Cosas y una simpatía irresistible por todo lo que se mueve
perseguirán apasionadamente hoy la luz. en la materia oscura—porque, irresistiblemente, re-
Quiero que en este momento mi ser resuene acor- conozco en mí más que a un hijo del Cielo a un hijo
de con el profundo murmullo de esa multitud agita- de la Tierra—, subiré esta mañana, con mi pensa-
da, confusa o diferenciada, cuya inmensidad nos so- miento, a los lugares altos, cargado con las esperan-
brecoge; de ese Océano humano cuyas lentas y mo- zas y las miserias de mi madre, y allí—fuerte, con
nótonas oscilaciones introducen la turbación en los un sacerdocio que sólo Tú has podido darme, estoy
seguro—invocaré al Fuego sobre todo lo que, en la
corazones más creyentes. Todo lo que va a aumentar
Carne humana, está pronto para nacer o para pere-
en el Mundo, en el transcurso de este día, todo lo
cer bajo el sol que asciende.
que va a disminuir—todo lo que va a morir, tam-
bién—, he aquí Señor, lo que trato de concentrar en
mí para ofrecértelo; he aquí la materia de mi sacrifi-
cio, el único sacrificio que a Ti te gusta. EL FUEGO POR ENCIMA DEL MUNDO
Antiguamente se depositaban en tu templo las pri-
micias de las cosechas y la flor de los rebaños. La
ofrenda que realmente estás esperando, aquella de Estamos dominados por la tenaz ilusión de que
el Fuego, ese principio del ser, surge de las profun-
que tienes misteriosamente necesidad todos los días
didades de la Tierra, y que su llama se enciende pro-
para saciar Tú hambre, para calmar Tú sed, es nada
gresivamente a lo largo de la brillante estela de la
menos que el acrecentamiento del Mundo arrastrado
Vida. Me has concedido la gracia, Señor, de com-
por el universal devenir.
prender que esta visión era falsa y que, para poder
Recibe, Señor, esta Hostia total que la Creación,
descubrirte, tendría que invertirla. Al principio exis-
atraída por tus gracias, te presenta en esta nueva au-
tía la potencia intelectual, amante y activa. Al prin-
rora. Sé que este pan, nuestro esfuerzo, no es en sí cipio existía el Verbo soberanamente capaz de some-
mismo más que una desagregación inmensa. Este vi- ter a sí mismo y elaborar toda la Materia que pu-
no, nuestro dolor, no es todavía, ¡ay!, más que un
20 HIMNO DEL UNIVERSO
z a MISA SOBRE EL MUNDO 21
diera nacer. Al principio no existían el frío y las ti-
nieblas; existía el Fuego. Esta es la Verdad. dad y a la universalidad presente y pasada de las
Así, pues, lejos de que de nuestra noche brote Cosas, actúan sobre nosotros simultáneamente a tra-
gradualmente la luz, es la luz preexistente la que, con vés de todo lo que hay de más basto y de más interior
paciencia e infaliblemente, elimina nuestras sombras. en nosotros y en torno a nosotros.
Nosotros, criaturas, somos por nosotros mismos la Prepara con esas manos invencibles, mediante una
adaptación suprema, para la gran obra que proyectas,
Sombra y el Vacío. Tú eres, Dios mío, el fondo mis-
el esfuerzo terrestre cuya totalidad te presento en
mo y la estabilidad del Medio eterno, sin duración
este momento concentrada en mi corazón. Reestruc-
ni espacio, en el que, gradualmente, emerge y se
tura este esfuerzo, rectifícale, refúndele hasta en sus
perfecciona nuestro Universo, perdiendo los límites
orígenes, Tú que sabes por qué es imposible que la
por los que nos parece tan grande. Todo es ser, no criatura nazca de otra forma que no sea sostenida so-
hay más que el ser por todas partes, fuera de la bre el tallo de una interminable evolución.
fragmentación de las criaturas y de la oposición de sus Y ahora pronuncia, sobre él, utilizando mi boca, la
átomos. doble y eficaz palabra sin la cual todo se bambolea,
Espíritu abrasador, Fuego fundamental y perso- todo queda al descubierto en nuestra sabiduría y en
nal, Término real de una unión mil veces más her- nuestra experiencia; con la cual todo se concentra y
mosa y más deseable que la fusión destructiva ima- todo se consolida indefinidamente en nuestras especu-
ginada por no importa qué panteísmo, dígnate, una laciones y nuestra práctica del Universo. Repite so-
vez más, descender, para infundirle un alma, sobre bre toda vida que va a germinar, a crecer, a flo-
la débil película de materia nueva de la que va a recer y a madurar en este día: "Este es mi cuerpo."
envolverse el Mundo hoy. Y sobre toda muerte que se apresta a roer, a ajar,
Lo sé. Ninguno de nosotros podría dictar, ni si- a cortar, ordena (¡misterio de fe por excelencia!):
quiera anticipar, el menor de tus gestos. Tuyas son "Esta es mi sangre" 2.
todas las iniciativas, comenzando por la de mi ora-
ción.
Verbo resplandeciente, Potencia ardiente, Tú que EL FUEGO EN EL MUNDO
amasas lo Múltiple para infundirle tu vida, abate so-
bre nosotros, te lo ruego, tus manos poderosas, tus Está hecho.
manos previsoras, tus manos omnipresentes, esas ma- El Fuego ha penetrado una vez más la Tierra.
nos que no tocan ni aquí ni allí (como haría una No ha caído ruidosamente sobre las cimas, como
mano humana), sino que, mezcladas a la profundi- el rayo en su estallido. ¿El Dueño fuerza las puer-
tas para entrar en su casa?
22 HIMNO DEL UNIVERSO LA MISA SOBRE EL MUNDO 23

La llama lo ha iluminado todo sin sacudidas, sin mente más que en el esfuerzo sin fin para alcan-
trueno, desde dentro. Desde el corazón del más pe- zarle siempre más allá de lo que se nos concede.
queño de los átomos hasta la energía de las leyes Todos nosotros, Señor, advertimos esa mezcla tur-
más universales ha invadido individualmente y en su badora de proximidad y de distancia al nacer. Y no
conjunto, con naturalidad, a cada uno de los ele- hay, en la herencia de dolor y de esperanza que se
mentos, a cada uno de los resortes, a cada una de las transmiten las edades, no hay nostalgia más deso-
conexiones de nuestro Cosmos, de tal forma que po- ladora que la que hace llorar al hombre de irritación
dría creerse que el Cosmos se ha inflamado espon- y de deseo en el seno de la Presencia que flota, im-
palpable y anónima, en todas las cosas, a su alrede-
táneamente.
dor: "Si forte attrectent eum."
En la nueva Humanidad que se está engendran- Ahora, Señor, por medio de la Consagración del
do hoy, el Verbo ha prolongado el acto sin fin de Mundo, el resplandor y el perfume, que flotan en el
su nacimiento, y en virtud de su inmersión en el Universo, adquieren para mí, cuerpo y rostro en
seno del Mundo, las grandes aguas de la Materia se Ti. Eso que entreveía mi pensamiento indeciso, eso
han cambiado la vida sin un estremecimiento. Nada que reclamaba mi corazón en aras de un deseo in-
se ha estremecido, en apariencia, en esta inefable verosímil, me lo das Tú magníficamente: que las
transformación. Y, sin embargo, al contacto de la criaturas sean no sólo de tal modo solidarias entre
Palabra sustancial, el Universo, inmensa Hostia, se sí que ninguna pueda existir sin todas las demás para
ha convertido, misteriosa y realmente, en Carne. Des- rodearla, sino que estén de tal forma suspendidas en
de ahora, toda la materia se ha encarnado, Dios mío, un mismo centro real que una verdadera Vida, su-
en tu Encarnación. frida en común, les proporcione, en definitiva, su
Hace ya mucho tiempo que nuestros pensamien- consistencia y su unión.
tos y nuestras experiencias humanas habían recono- ¡Haz, Dios mío, que estalle, forzada por la auda-
cido las extrañas propiedades que hacen al Universo cia de tu Revelación, la timidez de un pensamien-
tan semejante a una Carne... to pueril que no tiene arrestos para concebir nada
Lo mismo que la Carne, nos atrae, por el encanto más vasto ni más vivo en el mundo que la miserable
que flota en el misterio de sus pliegues y la profun- perfección de nuestro organismo humano! En el ca-
didad de sus ojos. mino hacia una comprensión más atrevida del Uni-
Lo mismo que la Carne, se descompone y se nos verso, los hijos del siglo superan todos los días a los
escurre tras los esfuerzos de nuestros análisis, de maestros de Israel. Tú, Señor Jesús, "en quien todas
nuestros fracasos y de su propia duración. las cosas encuentran su consistencia", revélate al fin
Lo mismo que la Carne, no se comprime real- a quienes te aman como el Alma superior y el Foco
24 HIMNO DEL UNIVERSO LA MISA SOBRE EL MUNDO 25
físico de la Creación. Nos va en ello la vida: ¿no lo actitud en que me sitúa tu Presencia universal es
ves Tú así? Si yo no pudiera creer que tu Presencia una admirable síntesis en que se mezclan, corrigién-
real anima, templa, enardece la más insignificante dose, tres de las más formidables pasiones que pue-
de las energías que me penetran o me rozan ligera- dan jamás soplar sobre un corazón humano.
mente, ¿no resultaría que, transido hasta la médula Lo mismo que el monista, me sumerjo en la Uni-
de mi ser, me moriría de frío? dad total; mas la Unidad que me recibe es tan per-
¡Gracias, Dios mío, por haber dirigido mi mira- fecta que sé encontrar en ella, perdiéndome, el per-
da de mil maneras hasta hacerle descubrir la in- feccionamiento último de mi individualidad.
mensa sencillez de las Cosas! Poco a poco, en virtud Lo mismo que el pagano, yo adoro a un Dios pal-
del desarrollo irresistible de las aspiraciones que Tú pable. Llego incluso a tocar a ese Dios en toda la
has depositado en mí aun cuando era un niño, bajo superficie y la profundidad del Mundo de la Mate-
la influencia de amigos excepcionales que se han ria en que me encuentro cogido. Mas para asirlo
cruzado en momentos determinados en mi camino como yo quisiera (para seguir sencillamente tocán-
para ilustrar y fortificar mi espíritu con el despertar dole) necesito ir más lejos, a través y más allá de
de iniciaciones terribles y dulces cuyos círculos Tú toda limitación, sin poder jamás descansar en nada,
me has hecho franquear sucesivamente, he llegado a empujado en cada momento por las criaturas y su-
no poder ya ver nada ni respirar fuera del Medio en perándolas en todo momento, en un continuo acoger
el que todo no es más que Uno. y en continuo desprendimiento.
En este momento en que tu Vida acaba de pasar, Lo mismo que el quietista, me dejo mecer delicio-
con un aumento de fortaleza, al Sacramento del samente por la divina Fantasía. Mas, al mismo tiem-
Mundo, gustaré, con una conciencia acrecentada, la po, sé que la Voluntad divina no me será revelada
fuerte y tranquila embriaguez de una visión cuya en cada momento más que dentro de los límites de
coherencia y armonías no logro agotar. mi esfuerzo. No palparé a Dios en la Materia, co-
Lo que yo experimento, frente y dentro del Mun- mo Job, más que cuando haya sido vencido por él.
do asimilado por tu Carne, convertido en tu Carne, Así, por habérseme aparecido el Objeto defini-
Dios mío, no es ni la absorción del monista ávido de tivo, total, en el que se ha insertado mi naturaleza,
fundirse en la unidad de las cosas, ni la emoción del las potencias de mi ser comienzan a vibrar espon-
pagano prosternado a los pies de una divinidad tan- táneamente al unísono con una Nota Única, increí-
gible, ni el abandono pasivo del quietismo que se blemente rica, en la que yo distingo, asociadas sin
mueve a merced de las energías místicas. esfuerzo, las más opuestas tendencias: la exaltación
Aprovechando algo de la fuerza de estas diversas de obrar y la alegría de padecer; la voluptuosidad de
corrientes, sin lanzarme contra ningún escollo, la poseer y la fiebre de superar; el orgullo de crecer y
26 HIMNO DEL UNIVERSO LA MISA SOBRE EL MUNDO 27
la felicidad de desaparecer en alguien mayor que uno mediatamente la luz se apaga, todo se hace oscuro,
mismo. todo se descompone.
Enriquecido con la savia del Mundo, subo hacia Señor, en este día que está comenzando acabas
el Espíritu que me sonríe más allá de toda con- de descender. ¡Ay! ¡Qué infinita diversidad en los
quista, envuelto en el esplendor concreto del Univer- grados de tu Presencia para los mismos aconteci-
so. Y no sabría decir, perdido en el misterio de la mientos que se preparan y que todos nosotros ex-
Carne divina, cuál es la más radiante de estas dos perimentaremos! Tú puedes estar un poco, mucho,
beatitudes: haber encontrado al Verbo para dominar cada vez más, o no estar en absoluto en las mismas
la Materia o poseer la Materia para llegar hasta la circunstancias, exactamente, que están a punto de
luz de Dios y experimentar sus efectos. envolverme a mí y de envolver a mis hermanos.
Haz, Señor, que tu descenso bajo las Especies Para que ningún veneno me dañe hoy, para que
universales no sea para mí estimado y acariciado ninguna muerte me mate, para que ningún vino me
sólo como el fruto de una especulación filosófica, embriague, para que te descubra y te sienta en toda
sino que se convierta verdaderamente en una Pre- criatura, ¡haz, Señor, que crea!
sencia real. En potencia y de hecho, lo queramos
o no, Tú te has encarnado en el Mundo y vivimos
pendientes de Ti. Mas de hecho es necesario (¡y
cuánto!) que estés igualmente próximo a todos nos- COMUNIÓN
otros. Situados, todos juntos, en el seno de un mis-
mo Mundo, formamos, sin embargo, cada uno de Si el Fuego ha descendido hasta el corazón del
nosotros nuestro pequeño Universo, en el que la En- Mundo ha sido, en última instancia, para arreba-
carnación se opera independientemente, con una in- tarme y para absorberme. Desde ese momento no
tensidad y unos matices incomunicables. Y he aquí basta con que le contemple e intensifique continua-
por qué en nuestra oración en el altar pedimos que la mente su ardor en torno a mí mediante una fe sos-
consagración se haga para nosotros: "Ut nobis Cor- tenida. Es necesario que, tras haber cooperado con
pus et Sanguis fíat..." Si creo firmemente que todo todas mis fuerzas a la Consagración que le hace
en torno de mí es el Cuerpo y la Sangre del Verbo 3, brotar, yo consienta, al fin, en la Comunión, que le
entonces para mí (y en cierto sentido para mí sólo) proporcionará, en mi persona, el alimento que, en
se produce la maravillosa "Diafanía" que hace trans- fin de cuentas, ha venido a buscar.
parezca objetivamente en la profundidad de todo Me prosterno, Dios mío, ante tu Presencia en
hecho y de todo elemento el calor luminoso de una el Universo, que se ha hecho ardiente, y en los ras-
misma Vida. Si, por desgracia, mi fe se debilita, in- gos de todo lo que encuentre, y de todo lo que me
LA MISA SOBRE EL MUNDO 29
28 HIMNO DEL UNIVERSO
venir, demasiado misterioso y demasiado nuevo, ha-
suceda, y de todo lo que realice en el día de hoy, cia el que me empuja la duración. Después me pre-
te deseo y te espero. gunto, tan ansioso como ellos, hacia dónde va la
Es algo terrible haber nacido, es decir, encon- vida... ¡Ojalá esta Comunión del pan con Cristo
trarse irrevocablemente arrastrado, sin haberlo que- revestido con las potencias que dilatan el Mundo
rido, en un torrente de energía formidable que pa- me libere de mi timidez y de mi negligencia! Me
rece querer destruir todo lo que lleva consigo. arrojo, oh, Dios mío, fiado en tu palabra, en el
Quiero, Dios mío, que en virtud de un trastrue- torbellino de las luchas y de las energías entre las
que de fuerzas, que sólo Tú puedes efectuar, el so- que se desarrollará mi poder de percibir y de expe-
bresalto, que se adueña de mí ante las alteracio- rimentar tu Santa Presencia. A aquel que ame apa-
nes sin número que están realizando la renovación sionadamente a Jesús oculto en las fuerzas que hacen
de mi ser, se cambie en una alegría desbordante al crecer la Tierra, la Tierra, maternalmente, le tomará
ser transformado en Ti. en sus brazos gigantes y ella le hará contemplar el
Comenzaré por alargar mi mano sin titubeos hacia rostro de Dios.
el pan abrasador que Tú me presentas. En ese pan, Si tu reino, Dios mío, fuese de este Mundo, me
en el que Tú has encerrado el germen de todo bastaría para poseerte confiarme a las potencias que
desarrollo, reconozco el principio y el secreto del
nos hacen sufrir y morir engrandeciéndonos palpa-
porvenir que me reservas. Aceptarlo significa en-
blemente a nosotros o a aquello que nos es más
tregarme, lo sé perfectamente, a las potencias que
me arrancarán dolorosamente a mí mismo para lan- querido que nosotros mismos. Mas como el Tér-
zarme hacia el peligro, el trabajo, la continua reno- mino hacia el que se mueve la Tierra está del otro
vación de las ideas, al desprendimiento austero en lado no sólo de cada cosa individual sino del con-
los efectos. Comerlo significa adquirir, respecto a junto de todas las cosas, como la labor del Mundo
lo que está totalmente por encima de todo, un gusto consiste no en engendrar en sí mismo una Realidad
y una afinidad que en adelante me harán imposibles suprema, sino en consumarse por unión en un Ser
las alegrías que daban calor a mi vida. Señor Jesús, preexistente, resulta que para llegar hasta el centro
acepto ser poseído por Ti, y conducido por la in- resplandeciente del Universo no le basta al Hombre
definible potencia de tu Cuerpo, al que me sentiré vivir cada vez más para sí ni tampoco en convertir
ligado, hacia las soledades a las que yo solo jamás su vida en una causa terrestre, por muy grande que
me hubiera atrevido a acercarme. Instintivamente sea. El Mundo no puede llegar hasta Ti, Señor, en
como cualquier otro Hombre, me gustará levantar último término, más que en virtud de una especie
aquí abajo mi tienda sobre una montaña elegida. Co- de inversión, de vuelta atrás, de excentración, en
mo todos mis hermanos, tengo también miedo del por-
30 HIMNO DEL UNIVERSO LA MISA SOBRE EL MUNDO 31

donde queda oculto durante algún tiempo no sólo el las fuerzas que hacen morir a la Tierra, la Tierra le
éxito de los individuos, sino la apariencia misma de estrechará, cuando muera, entre sus brazos gigantes
todo logro humano. Para que mi ser quede decidida- y se despertará con ella en el seno de Dios.
mente incorporado al tuyo es preciso que muera
en mí no sólo la mónada, sino también el Mundo,
es decir, que pase por la fase desgarradora de una ORACIÓN
disminución que no podrá ser compensada por nin-
guna cosa tangible. He ahí por qué, tras haber re-
cogido en el cáliz la amargura de todas las separa- Y ahora, Jesús, que te has convertido verdade-
ciones, de todas las limitaciones, de todos los fra- ra y físicamente, oculto tras las potencias del Mun-
casos estériles, me lo tiendes. "Bebed todos de él." do, en todo para mí, en todo a mi alrededor, en todo
Cómo iba yo a rechazar este cáliz, Señor, ahora en mí, aunaré en una misma aspiración la embria-
guez de lo que poseo y la sed de lo que me falta y
que con el pan que me has hecho gustar se ha ino-
repetiré con tu servidor las palabras inflamadas en
culado en la médula de mi ser la inextinguible pasión
las que se reconocerá cada vez con más exactitud,
de unirme a Ti, más allá de la vida, a través de la
estoy firmemente persuadido de ello, el Cristianismo
muerte. La Consagración del Mundo hubiera que-
de mañana:
dado sin terminar, desde luego, si no hubieses ani-
"Señor, introdúceme en lo más profundo de las
mado con piedüeccion, en íavor de quienes iban a
entrañas de tu Corazón. Y una vez que ya me ten-
creer, las fuerzas que matan después de las fuerzas
gas ahí, abrásame, purifícame, inflámame, sublíma-
que vivifican. Mi Comunión sería incompleta (no sería
me hasta la más completa satisfacción de tus gustos,
cristiana, sencillamente) si, juntamente con los aumen- hasta la más completa aniquilación de mí mismo."
tos que me trae este nuevo día, no recibiese, en mi
"Tu autem, Domine mi, include me in imis vis-
nombre y en nombre del Mundo, como la más directa ceribus Cordis tui. Atque ibi me detine, excoque, ex-
participación contigo, el trabajo, oculto o manifiesto, purga, accende, ignifac, sublima, ad purissimum
de debilitamiento, de vejez y de muerte que mina con- Cordis tui gustum atque placitum, ad puram anni-
tinuamente el Universo para su salvación o su conde- hilationem meam."
nación. Me abandono irremisiblemente, oh, Dios mío, "Señor." ¡Sí, al fin he encontrado a alguien a
a las formidables acciones de disolución mediante las quien pueda dar este nombre, de todo corazón,
cuales tu Divina Presencia sustituirá hoy, así quiero en virtud del doble misterio de la Consagración y
creerlo ciegamente, mi insignificante personalidad. A de la Comunión universales! Mientras no he sabido
quien haya amado apasionadamente a Jesús oculto en o no me he atrevido a ver en Ti, Jesús, más que al
32 HIMNO DEL UNIVERSO
LA MISA SOBRE EL MUNDO 33
hombre de hace dos mü años, al Moralista sublime,
al Amigo, al Hermano, mi amor ha permanecido allá de toda medida, hasta el extremo de que ya no
tímido y reprimido. Amigos, hermanos, sabios, ¿es distingo en Ti otros rasgos más que la figura de un
que no los tenemos a nuestro alrededor muy grandes, Mundo inflamado.
muy exquisitos, más cercanos? Y, además, ¿puede el Cristo glorioso; Influencia secretamente difundida
Hombre entregarse plenamente a una naturaleza úni- en el seno de la Materia y Centro deslumbrador en
camente humana? Desde siempre, el Mundo, por en- el que se centran las innumerables fibras de lo Múl-
cima de todo Elemento del Mundo, se había apode- tiple; Potencia implacable como el Mundo y cálida
rado de mi corazón, y jamás me hubiera doblegado como la Vida; Tú en quien la frente es de nieve, los
sinceramente ante nadie. Por eso, durante mucho ojos de fuego, y los pies son más centelleantes que el
tiempo, a pesar de creer, he andado errante sin sa- oro en fusión; Tú, cuyas manos aprisionan las estre-
ber lo que amaba. Pero hoy que, merced a la mani- llas; Tú que eres el primero y el último, el vivo, el
festación de los poderes suprahumanos que te ha muerto y el resucitado; Tú que concentras en tu uni-
conferido la Resurrección, transpareces para mí, dad exuberante todos los encantos, todos los gustos,
Señor, a través de todas las potencias de la Tierra, todas las fuerzas, todos los estados; a Ti era a quien
ahora te reconozco como mi Soberano y me en- llamaba mi ser con un ansia tan amplia como el
trego deliciosamente a Ti. Universo: ¡Tú eres realmente mi Señor y mi Dios!
¡Extrañas actividades de tu Espíritu, Dios mío! "Escóndeme en Ti, Señor." ¡Ah! Creo (y lo creo
Cuando hace dos siglos comenzó a dejarse sentir en hasta el punto de que esta fe se ha convertido en
tu Iglesia la atracción precisa de tu Corazón, pudo uno de los sostenes de mi vida íntima) que las ti-
parecer que lo que seducía las almas era el descubrir nieblas completamente exteriores a Ti serían la pura
en Ti un elemento más determinado, más circunscrito nada. Nada puede subsistir fuera de tu Carne, Jesús,
que tu misma Humanidad. Mas he aquí que ahora, hasta el punto de que incluso aquellos que se encuen-
¡por un cambio súbito!, resulta evidente que, mediante tran rechazados fuera de tu amor se benefician toda-
la "revelación" de tu Corazón, has querido, Jesús, vía, para su desgracia, del apoyo de tu presencia.
proporcionar a nuestro amor el medio de sustraerse ¡Todos nosotros nos encontramos irremediablemente
a lo que había de excesivamente estrecho, preciso y en Ti, Medio universal de consistencia y de vida!
limitado en la imagen que nos habíamos formado de Pero precisamente porque no somos algo completa-
Ti. En el centro de tu pecho no descubro más que un mente terminado que pueda ser concebido indiferen-
horno, y cuanto más contemplo este foco ardiente temente como cercano o alejado de Ti; precisamente
más me parece que los contornos de tu Corazón se porque en nosotros el sujeto de la unión crece con la
funden en su totalidad, que se van agrandando, más unión misma que nos entrega progresivamente a Ti;
en nombre de lo que hay de más esencial en mi ser,
s
LA MISA SOBRE EL MUNDO 35
34 HIMNO DEL UNIVERSO
corazón; enséñale la verdadera pureza, esa pureza
Señor, escucha el deseo de eso que me atrevo a lla- que no es una separación debilitante de las cosas,
mar mi alma, aun cuando cada día me doy más cuenta sino un impulso a través de todas las bellezas; des-
de que es mayor que yo, y para apagar mi sed de cúbrele la verdadera caridad, esa caridad que no es
existir, a través de las zonas sucesivas de tu Sub- el miedo estéril a obrar el mal, sino la voluntad enér-
sistencia profunda, empújame hacia los pliegues más gica de forzar, todos juntos, las puertas de la vida;
íntimos del Centro de tu Corazón! dale, finalmente, dale sobre todo, mediante una vi-
Cuanto más profundo se te encuentra, Señor, más sión cada vez mayor de tu omnipresencia, la bien-
universal aparece tu influencia. A este respecto podré aventurada pasión por descubrir, de hacer y de expe-
apreciar, en cada momento, cuánto me he introducido rimentar cada vez un poco más al Mundo, con el
en Ti. Cuando, y mientras todas las cosas conserven fin de penetrar cada vez más en Ti.
en torno a mí su sabor y sus contornos, las vea, sin Toda mi alegría y mis éxitos, toda mi razón de
embargo, difundidas, por un alma secreta, en un ser y mi gusto por la vida, Dios mío, penden de
Elemento único, infinitamente cercano e infinitamente esa visión fundamental de tu conjunción con el Uni-
alejado; cuando, aprisionado en la intimidad celosa verso. ¡Que otros anuncien, conforme a su función
de un santuario divino, me siento, sin embargo, más elevada, los esplendores de tu puro Espíritu!
errando libremente a través del cielo de todas las Para mí, dominado por una vocación anclada en las
criaturas, entonces sabré que me acerco al lugar últimas fibras de mi naturaleza, no quiero ni puedo
central hacia el que converge el corazón del Mun- decir otra cosa que las innumerables prolongaciones
do en la irradiación descendente del Corazón de de tu Ser encarnado a través de la Materia; ¡nunca
Dios. sabría predicar más que el Misterio de tu Carne, oh,
En este punto de incendio universal actúa so- Alma que transparece en todo lo que nos rodea!
bre mí, Señor, con el fuego concentrado de todas A tu Cuerpo, con todo lo que comprende, es decir,
las acciones interiores y exteriores que, experimen- en el Mundo convertido, por tu poder y por mi fe,
tadas menos cerca de Ti, serían neutras, equívocas u en el crisol magnífico y vivo en el que todo desapa-
hostiles; pero que, animadas por una Energía "quae rece para renacer—por todos los recursos que ha
possit sibi omnia subjicere", se convierten, en las hecho surgir en mí tu atracción creadora, por mi ex-
profundidades físicas de tu Corazón, en los ángeles cesivamente limitada ciencia, por mis vinculaciones
de tu victoriosa operación. Por una combinación ma- religiosas, por mi sacerdocio y (lo que para mí tiene
ravillosa, juntamente con tu atractivo, del encanto de más importancia) por el fondo de mi convicción hu-
las criaturas y de su insuficiencia, de su dulzura y de mana—me entrego para vivir y para morir en tu
su maldad, de su debilidad decepcionante y de su for- servicio, Jesús.
midable potencia, exalta gradualmente y hastía mi Ordos, 1923.
CRISTO EN LA MATERIA

TRES HISTORIAS A LA MANERA


DE BENSONW
Mi amigo' ha muerto, aquel que bebía en toda
vida como en una fuente santa. Su corazón le abra-
saba por dentro. Su cuerpo ha desaparecido en la
Tierra, delante de Verdún. Ahora puedo repetir al-
gunas de sus palabras, aquellas palabras con que una
tarde me iniciaba en la visión intensa que ñuminaba
y pacificaba su vida.
"¿Quieres saber, me decía, cómo el Universo po-
tente y múltiple ha adquirido para mí la figura de
Cristo? Esto sucede poco a poco, y es difícil analizar
con palabras intuiciones tan renovadoras como éstas.
Eso no obstante, puedo contarte algunas de las ex-
periencias que allá arriba han introducido la luz en
mi alma, como si se levantara, por etapas, un te-
lón..."
CRISTO EN LA MATERIA 41
estas cosas y miraba al cuadro cuando empezó la
visión.
EL C U A D R O (En realidad, de verdad, no podría precisar cuán-
do comenzó; porque ya había alcanzado cierta in-
"... En aquel momento, comenzó, tenía mi pen- tensidad cuando me di cuenta de ella...)
samiento comprometido en un problema medio filo- Lo que sí es cierto es que, dejando mi mirada
sófico, medio estético. Suponiendo, pensaba yo, que vagar por los contornos de la imagen, me di cuen-
Cristo se dignase aparecer aquí, delante de mí, cor- ta de repente de que ellos se mezclaban. Se mezcla-
poralmente, ¿cuál sería su aspecto? ¿Cuál sería su ban, pero de una manera especial, difícil de explicar.
compostura? ¿Cuál sería, sobre todo, su manera de Cuando trataba de ver el trazado de la Persona de
introducirse sensiblemente en la Materia, su manera Cristo, se me aparecía claramente delimitado. Y des-
de situarse entre los objetos de alrededor?... Y había pués, en cuanto cedía el esfuerzo visual, toda la zona
algo que me entristecía y me disgustaba, confusa- de Cristo, los pliegues de sus vestidos, la irradiación
mente, frente a la idea de que el cuerpo de Cristo de su cabellera, la flor de su carne, pasaban, por
pudiese yuxtaponerse, en el conjunto del Mundo, a así decirlo (aun cuando sin desvanecerse), a todo el
la multitud de los cuerpos inferiores, sin que éstos resto...
experimentasen y reconociesen, a través de alguna Hubiérase dicho que la superficie de separación
alteración perceptible, la Intensidad que les rodeaba. entre Cristo y el Mundo ambiente se convertía en
Sin embargo, mis ojos se habían detenido maqui- una capa vibrante en la que se confundían todos
nalmente en un cuadro que representaba a Cristo, los límites.
con su corazón ofrecido a los hombres. Este cuadro Me parece que la transformación debió afectar
estaba colgado delante de mí en los muros de la primero un punto, en el borde del retrato, y que,
iglesia donde había entrado para orar. Y, siguiendo desde allí, prosiguió hasta llegar a todo el contor-
el curso de mi pensamiento, no comprendía cómo no. Al menos en este orden fui dándome cuenta de
podía ser posible a un artista representar la Huma- ella. Por lo demás, a partir de este momento, la
nidad Santa de Jesús, sin atribuirle esa fijeza dema- metamorfosis se extendió rápidamente y alcanzó a
siado precisa de su Cuerpo que parecía aislarse de todas las cosas.
todos los demás hombres, sin darle esa expresión Primero me di cuenta de que la atmósfera vibran-
demasiado individual de su figura, de esa figura que, te que aureolaba a Cristo no estaba confinada a
suponiendo que fuese bella, lo era de una manera una pequeña zona en torno a él, sino que irra-
particular, excluyendo todas las demás hermosuras... diaba hasta el infinito. Da cuando en cuando sur-
Así, pues, yo me preguntaba con curiosidad sobre gían algo así como regueros de fosforescencia, cau-
42 HIMNO DEL UNIVERSO 43
CRISTO EN LA MATERIA
sadores de un flujo continuo que alcanzaba hasta atraía y cautivaba toda mi atención era el Rostro
las esferas extremas de la Materia, dibujando una transfigurado del Maestro.
especie de plexus sanguíneo o una red nerviosa que Tú has visto muchas veces, durante la noche,
corría a través de toda Vida. cómo las estrellas cambian de color: unas veces
¿El Universo entero vibraba!, y, sin embargo, son perlas de sangre y otras, violáceas chispas de
cuando intentaba mirar los objetos uno a uno, los terciopelo. Has visto también cómo corren los co-
encontraba cada vez claramente dibujados en su in- lores en una ampolla transparente...
dividualidad preservada. Así, en una indescriptible floración, brillaban so-
Todo este movimiento parecía emanar de Cristo, bre la inmutable fisonomía de Jesús las luces de to-
de su Corazón sobre todo. Mientras trataba de re- das nuestras hermosuras. No sabría decir si esto
montar a la fuente del efluvio y de percibir su ritmo, sucedía de acuerdo con mis deseos o según la vo-
fue cuando, al volver a ñjar mi atención en el re- luntad de Aquel que regulaba y conocía mis deseos.
trato, vi cómo la visión llegaba rápidamente a su Lo que sí es cierto es que estos innumerables mati-
paroxismo. ces de majestad, de suavidad, de atractivo irresistible,
... Ahora me doy cuenta de que he olvidado ha- se sucedían, se transformaban, se fundían unos en
blarte de los vestidos de Cristo. Eran luminosos, otros, de acuerdo con una armonía que me saciaba
tal como leemos en el relato de la Transfiguración. plenamente...
Pero lo que más llamó mi atención fue advertir que Y siempre flotaba tras esta superficie móvil, sus-
no estaban tejidos artificialmente, a menos que la tentándola y concentrándola también en una unidad
mano de los ángeles no sea la de la Naturaleza. La superior, la incomunicable hermosura de Cristo...
trama no estaba compuesta de fibras burdamente Más que percibirla, adivinaba esa Hermosura, por-
hiladas... Pero la materia, una flor de la materia, se que cada vez que trataba de perforar la capa de las
había trenzado espontáneamente a sí misma hasta lo hermosuras inferiores que me la ocultaban, surgían
más intimo de su sustancia, como un lino maravi- otras hermosuras particulares y fragmentarias, que
lloso. Y yo creía ir viendo cómo se movían las mallas me ocultaban la Verdadera, al mismo tiempo que
indefinidamente, armoniosamente combinadas en un hacían que la presintiera y la deseara.
dibujo natural que les afectaba hasta el fondo de sí
mismas. Todo el rostro irradiaba, en conformidad con esta
ley. Pero el centro de la irradiación y de la floración
Pero ya comprenderás que no dediqué a este ves- estaba oculto en los ojos del retrato transfigurado...
tido, maravillosamente tejido con la cooperación con- Por la profundidad suntuosa de estos ojos cruzaba,
tinuada de todas las energías y de todo el orden de en entonaciones de iris, el reflejo (a menos que no
la materia, más que una mirada distraída. Lo que fuese la forma creadora, la Idea) de todo lo que
44 HIMNO DEL UNIVERSO CRISTO EN LA MATERIA 45
produce encanto, de todo lo que vive... Y la sim- que lo había dominado todo y lo había resumido
plicidad luminosa de su fuego se resolvía, ante mi todo. ¡Me era imposible decir si era la expresión
esfuerzo por dominarla, en una inexhaustible com- de una indecible agonía o de un exceso de alegría
plejidad, en la que estaban concentradas todas las triunfante! Lo único que sé, desde entonces, es que
miradas en las que se haya fogueado y mirado jamás me parece haberla entrevisto de nuevo en la mirada
un corazón humano. Estos ojos, por ejemplo, tan de un soldado moribundo.
dulces y tiernos en un principio, hasta el punto que Instantáneamente, mis ojos se velaron de lágri-
creía ver ante mí a mi madre, se hacían, un instante mas. Mas cuando pude volver a mirar de nuevo,
después, apasionados y subyugantes como los de una el cuadro de Cristo, en la iglesia, había recobrado
mujer; tan imperiosamente puros, al mismo tiempo, sus contornos demasiado precisos y sus rasgos con-
que, bajo su dominio, el sentimiento hubiese sido cretos."
físicamente incapaz de extraviarse. Y después, en
viril majestad, análoga a la que se lee en los ojos
de un hombre muy animoso, muy refinado o muy
fuerte, incomparablemente, por otro lado, más altiva
y más deliciosamente experimentada.
Este centelleo de hermosuras era tan total, tan
envolvente, tan rápido también, que mi ser, afec-
tado y penetrado en todas sus potencias a la vez,
vibraba hasta su misma médula, en una nota de di-
latación y de felicidad rigurosamente única.
Mas he aquí que mientras que yo sumergía mi
mirada en las niñas de los ojos de Cristo conver-
tidas en un abismo de vida fascinante y abrasada,
desde el fondo de esos mismos ojos vi subir como
una nube que difuminaba y anegaba la variedad
que acabo de describiros. Una expresión extraordi-
naria e intensa se iba extendiendo poco a poco so-
bre los distintos matices de la mirada divina, primero
impregnándolos y después absorbiéndolos...
Y yo me quedaba confundido.
Porque yo no podía descifrar esa expresión final
CRISTO EN LA MATERIA 47
el fenómeno adquirió una amplitud de la que no
puede darnos idea ninguna analogía física...).
EL OSTENSORIO Al fijar la mirada en la hostia tuve la impresión
de que su superficie iba extendiéndose, como una
Cuando terminó este relato, mi amigo se quedó mancha de aceite, pero mucho más rápida y más
luminosamente, por supuesto. Al principio creía ser
durante algún tiempo silencioso y pensativo, con las
yo el único en advertir este canibio, y me parecía
manos juntas sobre sus rodillas cruzadas, en una ac-
que el progreso se realizaba sin despertar ningún
titud que le era familiar. Caía la noche. Pulsé un
deseo y sin encontrar ningún obstáculo.
botón y surgió la luz de la lámpara, muy hermosa,
que iluminaba mi despacho. El pie y la pantalla de Pero poco a poco, a medida que la esfera blanca
esta lámpara estaban hechos de un cristal diáfano, se agrandaba en el espacio hasta estar ya cerca de
de color de laminaria, y las bombillas estaban tan mí, escuché un murmullo, un zumbido imprecisable,
como cuando la subida de la marea extiende su lá-
ingeniosamente dispuestas, que toda la mesa de cris-
mina de plata por el mundo de las algas, que se di-
tal y los motivos que la decoraban se encontraban
lata y se estremece ante su cercanía, o como crepita
interiormente iluminados.
el brezo cuando el fuego se extiende por el páramo...
Mi amigo se estremeció. Y observé que su mi- Así, en medio de un gran suspiro, que hacía pen-
rada permanecía fija en la lámpara, como si qui- sar en un despertar y en una queja, el flujo de blan-
siera sorprender en ella sus recuerdos, mientras rea- cura me rodeaba, me superaba, inundaba todas las
nudaba la serie de sus confidencias de la forma cosas. Y todas las cosas, anegadas en él, conservaban
siguiente: su propia figura, su movimiento autónomo: porque
"Otra vez;—era también en una iglesia—acababa la blancura no borraba los rasgos de nada, no alte-
de arrodillarme delante del Santísimo Sacramento, raba ninguna naturaleza, sino que penetraba los ob-
expuesto en el altar, en un ostensorio, cuando expe- jetos hasta lo más íntimo, más profundo incluso que
rimenté una impresión muy curiosa. su vida. Era como si una claridad lechosa iluminase
Sin duda alguna habéis observado, ¿no es así?, el Universo por dentro. Todo parecía formado de una
la ilusión óptica que aparentemente hace dilatarse misma especie de carne translúcida.
y agrandarse una mancha clara sobre un fondo os- ... Escucha: en el mismo momento en que has
curo. Mirando a la hostia, cuya forma blanca desta- encendido la lámpara y que su materia oscura se
caba, a pesar de estar el altar iluminado, sobre la ha hecho clara y fluorescente, he pensado en el
oscuridad del coro, experimenté algo semejante (al Mundo tal como se me ofreció entonces. Y ha sido
menos, para comenzar, porque después, ya lo veréis, también esta asociación de imágenes la que me ha
CRISTO EN LA MATERIA 49
48 HIMNO DEL UNIVERSO ahora, se contraía lentamente, y los tesoros que en-
cerraba en sí se agolpaban deliciosamente en su viva
inspirado la idea de decirte lo que te estoy con-
luz.
tando.
... Cuando desciende el oleaje, o decae la llama,
En virtud de la expansión misteriosa de la hos-
señalan el área invadida momentáneamente por el
tia, el Mundo se ha hecho, pues, incandescente; se-
mar o el incendio puntos brillantes y manchas de
mejante en su totalidad, a una sola gran Hostia.
fuego. También, a medida que la Hostia se reple-
Y se diría que bajo la influencia de la luz interior
gaba sobre sí misma, como una flor cierra su cáliz,
que le penetraba, sus fibras se tensaron hasta rom-
algunos elementos refiactarios del Universo perma-
perse, pues sus energías estaban en una tensión ex-
necían detrás de ella en las tinieblas exteriores. Ha-
trema. Y ya creía yo que el Cosmos había consegui-
bía algo que las iluminaba aún; pero era un alma de
do su plenitud en medio de este despliegue de sus
luz pervertida, corrosiva y venenosa. Estos elemen-
actividades, cuando advertí que se estaba desarro-
tos rebeldes ardían como antorchas o brillaban co-
llando en él una labor mucho más fundamental.
mo brasas.
De cuando en cuando se formaban en su super-
Oí entonces que se cantaba el 'Ave Verum'.
ficie interior de los seres unas gotas centelleantes
de metal puro y caían en el horno de la luz profunda ... La Hostia blanca estaba encerrada en el osten-
en el que se perdían, y, al mismo tiempo, se volatili- sorio de oro. En torno a ella se consumían unas ve-
zaba un poco de escoria. En el terreno del amor se las horadando la oscuridad, y las lámparas del san-
estaba realizando una transformación, dilatando, pu- tuario despedían, aquí y allí, su destello de púrpura."
rificando, captando toda la potencia de amar conte-
nida en el Universo.
Yo podía darme cuenta de ello tanto más que su
virtud operaba en mí tanto como en el resto: ¡la luz
blanca era activa! ¡La blancura consumía todas las
cosas por dentro! Ella no se había insinuado, a través
de la Materia, hasta la intimidad de los corazones;
no los había dilatado hasta romperlos más que para
reabsorber en sí la sustancia de sus afectos y de sus
pasiones. Y ahora que los había mordido, ella volvía
a traer irresistiblemente hacia su centro sus capas
cargadas de la más pura miel de todos los amores.
Efectivamente, después de haberlo vivificado to-
do, de haberlo depurado todo, la Hostia inmensa,
CRISTO EN LA MATERIA 51
ba conmigo las Sagradas Especies en una pequeña
custodia en forma de reloj.
LA C U S T O D I A Una mañana en que la calma era casi completa
en las trincheras, me retiré a mi refugio; y allí, en
Mientras hablaba mi amigo, mi corazón estaba ar- una especie de meditación, mi pensamiento se con-
diendo todo él y mi mente se abría a una visión su- centró con toda naturalidad sobre el tesoro que lle-
perior de las cosas. Confusamente distinguía que la vaba separado de mi pecho apenas por una finísima
multitud de las evoluciones que nos parecen dividir cajita de plata sobredorada. Ya anteriormente me ha-
el mundo es, en el fondo, el cumplimiento de un bía regocijado y alimentado con esta divina Presencia.
único gran misterio; y ese fulgor entrevisto hacía Esta vez se posesionó de mí un sentimiento nuevo,
que se estremeciesen, no sé por qué, las profundida- el cual dominó muy pronto toda otra preocupación
des de mi alma. Pero, demasiado habituado a sepa- de recogimiento y de adoración. Experimenté repen-
rar los planos y las categorías, me perdía en el espec- tinamente cuánto hay de extraordinario y de enga-
táculo, todavía nuevo para mi espíritu novicio, de un ñoso en tener tan cerca de sí la Riqueza del Mundo
Cosmos en que lo Divino, el Espíritu y la Materia y la Fuente de Vida, sin poder poseerlas interiormen-
mezclaban tan íntimamente sus dimensiones. te, sin llegar a penetrarlas ni a asimilarlas. ¿Cómo
podía ser que Cristo estuviese a la vez tan cerca de
Viendo que esperaba ansiosamente, mi amigo con-
mi corazón y tan distante? ¿Tan uñido a mi cuerpo
tinuó: y tan distante de mi alma?
"... La última historia que quiero referirte es la Tenía la impresión de que una inaccesible e in-
de una experiencia por la que he pasado reciente- franqueable barrera me separaba de Aquel a quien,
mente. Esta vez, y lo vas a ver, no se trata ya, pro- sin embargo, no podía tocar más, puesto que le es-
piamente hablando, de una visión, sino de una im- trechaba entre mis manos... Me irritaba el tener a
presión más general por la que todo mi ser se en- mi Felicidad en una copa sellada. Me veía a mí mis-
contró, y sigue encontrándose, afectado. mo como una abeja que zumba en torno a un vaso
He aquí. lleno de néctar, pero cuidadosamente cerrado. Y
En aquella época, mi regimiento se encontraba en apretaba nerviosamente la custodia contra mí, como
primera línea en la explanada de Avocourt. Todavía si este esfuerzo instintivo pudiese hacer pasar a Cris-
no había terminado el período de los ataques alema- to un poco más a mí.
nes contra Verdún y la lucha continuaba siendo du- Finalmente, no pudiendo resistir más, y siendo ya
ra por este sector del Meuse. Por eso, como lo suelen la hora en que, durante el descanso, solía celebrar,
hacer muchos sacerdotes en los días de batalla, lleva- abrí la Custodia y me di la Comunión.
52 HIMNO DEL UNIVERSO

... Mas he aquí que, en lo más profundo de mí, CRISTO EN LA MATERIA 53


el pan que acababa de consumir, aun cuando se ha- Allí me esperaba un nuevo infinito, el cual frus-
bía convertido en carne de mi carne, seguía aún fue- tró mi esperanza.
ra de mí...
Cuando intenté envolver a la Santa Partícula en
Entonces llamé en mi ayuda todo mi poder de re- mi amor, tan celosamente que me adhería a Ella sin
cogimiento. Concentré sobre la divina partícula el perder el calibre de un átomo de su precioso con-
silencio y el amor crecientes de mis facultades. Me tacto, me sucedió, en efecto, que se diferenció y se
hice humilde sin límites, dócil, dúctil como un niño, complicó indefinidamente por efecto de mi esfuer-
para no contrariar en nada los menores deseos del zo. A medida que yo creía haberla aferrado, me daba
Huésped celestial y hacer imposible diferenciarme de cuenta de que lo que yo asía no era Ella, sino alguna
Él, de tal forma que no constituyera más que una de las mil criaturas en cuyo seno se halla cogida nues-
sola cosa, mediante la obediencia, con los miembros tra vida: un sufrimiento, una alegría, un trabajo, un
dominados por su alma. Purifiqué sin descanso mi hermano necesitado de amor o de consuelo...
corazón, con el fin de hacer mi interior más trans- Así, pues, la Hostia se sustraía en su superficie
parente sin cesar a la Luz que albergaba en mí. en el fondo de mi corazón, mediante una maravillo-
¡Vanos y dichosos esfuerzos! sa sustitución, y me dejaba enfrentado a todo el Uni-
La Hostia estaba siempre delante de mí, más lejos verso, reconstituido a base de Ella misma, surgido
en la concentración y la eclosión de los deseos, más de sus Apariencias...
lejos en la permeabilidad del ser a las divinas influen- Silencio la impresión de entusiasmo que me cau-
cias, más lejos en la limpidez de los afectos... Me- só esta revelación del Universo situado entre Cristo
diante el repliegue y la continua depuración de mi y yo como una magnífica presa.
ser, yo avanzaba indefinidamente en Ella, lo mismo Para volver a la impresión especial de 'exteriori-
que una piedra que cae en el abismo, sin llegar nun- dad' que había esbozado la visión, te diré únicamen-
ca a tocar el fondo. Por delgada que fuese la Hostia, te que entonces comprendí qué invisible barrera se
yo me perdía en Ella, sin lograr asirla ni coincidir extendía entre la Custodia y yo. Me encontraba se-
con Ella. ¡Su centro huía, atrayéndome! parado de la Hostia que yo tenía entre mis dedos por
En vista de que no podía agotar la profundidad de todo el espesor y la superficie de los años que me
la Hostia, aspiraba al menos a estrecharla en toda quedan por vivir y por divinizar."
su superficie. ¿No estaba muy unida y era muy pe- Al llegar aquí, mi amigo dudó un instante. Des-
queña? Trataba, pues, de coincidir con Ella por fue- pués prosiguió:
ra, de identificarme con Ella en todo su contorno... "No sé por qué. Tengo la impresión desde hace
algún tiempo, cuando sostengo una Hostia, que ya
54 HIMNO DEL UNIVERSO CR1STO EN LA MATERIA 55

no existe entre Ella y yo más que una película apenas cia su Fuente, y allí los tendría yo aún abrazados to-
formada..." dos ellos.
He aquí por qué la Guerra misma no me descon-
"Yo había tenido siempre—prosiguió—un alma cierta. Dentro de unos días seremos lanzados a la
naturalmente 'panteísta'6. Experimentaba sus in- reconquista de Douaumont—gesto grandioso y casi
vencibles aspiraciones nativas; pero sin atreverme a fantástico, que señalará y simbolizará un avance de-
utilizarlas libremente, porque no sabía cómo conci- finitivo del Mundo hacia la Liberación de las al-
liarias con mi fe. A partir de estas experiencias di- mas—. Te lo digo yo. Quiero participar en este ne-
versas (y otras más) puedo decir que he encontrado, gocio religiosamente, con toda mi alma, empujado
para mi existencia, un interés inagotable y una paz por un único y gran impulso, en el que me siento in-
inalterable. capaz de distinguir dónde termina la pasión humana
y dónde comienza la adoración.
Vivo en el seno de un Elemento único, Centro y
... Y si no he de volver de allí, quisiera que mi
Detalle de todo, Amor personal y Potencia cósmica. cuerpo quedase amasado en la arcilla de los fuertes,
Para llegar hasta Él y fundirme en Él tengo al Uni- como un cemento vivo arrojado por Dios entre las
verso entero delante de mí, con sus nobles luchas, piedras de la Ciudad Nueva."
con sus apasionantes búsquedas, con sus miríadas de
almas que perfeccionar y curar. Puedo y debo arro- Así me habló, en un atardecer de octubre, mi ami-
jarme hasta perder el aliento en pleno quehacer hu- go muy amado, aquel cuya alma comunicaba instin-
mano. Cuanto más participe en ese quehacer, más pe- tivamente con la Vida única de las cosas y cuyo
saré en toda la superficie de lo Real y más también cuerpo descansa ahora, tal como deseaba, en algún
llegaré hasta Cristo y me estrecharé contra Él. lugar en los alrededores de Douaumont7, en tierra
Dios, el Ser eterno en Sí, está en todas partes, po- salvaje.
dría decirse, en formación para nosotros.
Y Dios es también el Corazón de todo. De tal ma- Escrito antes de la operación de Douaumont
• (Nant-le-Grand, 14 de octubre de 1916).
nera, que la vasta decoración del Universo puede
apagarse, o desecarse, o incluso serme arrebatada por
la muerte sin que disminuya mi alegría. Disipado el
polvo que se animaba de un halo de energía y de
gloria, la Realidad sustancial, en la que está conte-
nida y.poseída incorruptiblemente toda perfección,
permanecería intacta. Los destellos se replegarían ha-
LA POTENCIA ESPIRITUAL
DE LA MATERIA
y cuando avanzaban juntos, he aquí
que un carro y unos caballos de fuego
les separaron; y, arrebatado por un tor-
bellino, Elias se encontró repentinamente
transportado a los cielos.

LIBRO DE LOS REYES.

El Hombre, seguido de su compañero, caminaba


por el desierto cuando la Cosa se echó encima de él.
Desde lejos le había aparecido, muy pequeña, des-
lizándose sobre la arena, no mayor que la palma de
un niño, una sombra rubia y huidiza, semejante al
vuelo indeciso de las codornices, al amanecer sobre
el mar azul, o a una nube de mosquitos danzando al
atardecer en el sol, o a un torbellino de polvo cabal-
gando al mediodía sobre la llanura.
La Cosa no parecía preocuparse de los dos viaje-
ros. Vagabundeaba caprichosamente en la soledad.
Pero repentinamente, regularizando su carrera, se vi-
no derecho a ellos, como una flecha.
... Y entonces el Hombre vio que el pequeño va-
por amarillo no era más que el centro de una Reali-
dad infinitamente mayor que avanzaba incircunscrita,
sin formas y sin límites. Hasta donde alcanzaba su
vista, la Cosa se desarrollaba con una rapidez prodi-
POTENCIA ESPIRITUAL DE LA MATERIA 61
60 HIMNO DEL UNIVERSO "Me has llamado; heme aquí. Arrojado por el Es-
píritu fuera de los caminos seguidos por la caravana
giosa a medida que se iba acercando, invadiendo todo humana, has tenido el valor de afrontar la soledad
el espacio. Mientras sus pies rozaban la hierba espi- virgen. Cansado de las abstracciones, de las atenua-
nosa del torrente, su frente subía el cielo como una ciones, del verbalismo de la vida social, has querido
bruma dorada, tras la cual se teñía de tintes rojos medirte con la Realidad entera y salvaje.
el sol. Y en torno, el éter, cobrando vida, vibraba pal-
Tenías necesidad de mí para crecer, y yo te es-
pablemente bajo la sustancia burda de las rocas y de peraba para que me santificases.
las plantas, lo mismo que tiembla en verano el paisa-
Desde siempre me deseabas sin saberlo, y yo te
je tras un sol abrasador. atraía.
Lo que venía era el corazón moviente de una in-
Ahora estoy sobre ti para la vida o para la muer-
mensa sutilidad. te. Ya te es imposible volver atrás; volver a las sa-
El Hombre cayó, con la faz pegada a la tierra, tisfacciones comunes y a la adoración tranquila.
puso las manos sobre su rostro y esperó. Quien me ha visto una vez no puede olvidarme: se
En torno a él se hizo un gran silencio. condena conmigo o me salva consigo.
Y después, bruscamente, un soplo ardiente rozó
¿Vienes?"
su frente, forzó la barrera de sus pupilas cerradas
"¡Oh divina y poderosa, ¿cuál es tu nombre? Ha-
y penetró hasta su alma. bla."
El Hombre tuvo la impresión de que dejaba de
"Soy el fuego que quema y el agua que derriba;
ser únicamente él mismo. Una irresistible embria- el amor que inicia y la verdad que pasa. Todo lo que
guez se apoderó de él como si toda la savia de toda se impone y lo que renueva, todo lo que desencadena
su vida, afluyendo de golpe a su corazón excesiva- y todo lo que une: Fuerza, Experiencia, Progreso. Yo
mente reducido, recrease enérgicamente las fibras de- soy la Materia.
bilitadas de su ser.
Porque, en mi violencia, me sucede que mato a
Y al mismo tiempo le oprimió la angustia de un mis amantes, porque quien me toca no sabe nunca
peligro sobrehumano—el sentimiento confuso de que qué potencia va a desencadenar, los sabios me te-
la Fuerza que había caído sobre él era ambigua e men y me maldicen. Me desprecian con palabras co-
imprecisa—, esencia combinada de todo el Mal con mo a una mendiga, a una bruja o a una prostituta.
todo el Bien. Pero sus palabras están en contradicción con la vida,
El huracán se había introducido en él. y los fariseos que me condenan languidecen en el es-
Y he aquí que en lo más profundo del ser, que píritu en que se confinan. Mueren de inanición, y sus
ella había invadido, la Tempestad de vida, infinita- discípulos les abandonan, porque yo soy la esencia
mente dulce y brutal murmuraba en el único punto
secreto del alma que no había roto por completo.
62 HIMNO DEL UNIVERSO POTENCIA ESPIRITUAL DE LA MATERIA 63

de todo lo que se toca, y puesto que los hombres no Todo esto giraba en sus capas, humareda concen-
pueden pasarse sin mí. trada en los cuatro ángulos de la tierra.
El Hombre, todavía postrado, tuvo un sobresalto,
Tú, que has comprendido que el Mundo—el Mun-
como si hubiese sentido un espolonazo. De un salto,
do amado de Dios—tiene un alma 8 que rescatar,
se levantó, enfrentándose a la tempestad.
más todavía que los individuos, abre ampliamente tu
Toda el alma de su raza acababa de estremecerse,
ser a mi inspiración; recibe el Espíritu de la Tierra
oscuro recuerdo del primer despertar entre las bes-
que hay que salvar.
tias más fuertes y mejor armadas, eco doloroso de
La Palabra suprema del enigma, la palabra des- los grandes esfuerzos por cultivar el trigo y apode-
lumbradora inscrita sobre mi frente y que en adelante rarse del fuego, miedo y rencor frente a la Fuerza
te abrasará los ojos, aunque los cierres, helas aquí: malhechora, ansiedad de saber y de poseer...
'No hay nada que sea preciso, sino lo que eres tú De repente, en la dulzura del primer contacto, hu-
en los demás y los demás en ti. Arriba, todo no es biese deseado instintivamente perderse en el cálido
más que una sola cosa. ¡En lo alto, todo no es más aliento que le envolvía.
que una sola cosa!' He aquí que la onda de beatitud casi disolvente se
Vamos, ¿no sientes mi soplo que te desarraiga y había cambiado en áspera voluntad de más ser.
te arrebata?... Levántate, Hombre de Dios, y date El Hombre había olfateado al enemigo y a la pre-
prisa. De acuerdo con la forma en que uno se entre- sa hereditaria.
ga, el torbellino arrastra hasta las profundidades som- Aseguró sus pies en el suelo y comenzó a luchar.
brías o eleva hasta el azul de los cielos. Tu salvación Primero luchó para no ser dominado, y después
y la mía dependen de este primer instante." luchó por la alegría de luchar, para experimentar
"Oh Materia, ya lo ves, mi corazón tiembla. Pues- que era fuerte. Y cuanto más luchaba más experi-
to que eres tú, di, ¿qué quieres que haga?" mentaba que un aumento de fuerza surgía de él para
"¡Arma tu brazo, Israel, y lucha denodadamente equilibrar la tempestad, y de ésta, en corresponden-
contra mí!" cia, emanaba un efluvio nuevo que pasaba, abrasa-
El Soplo, insinuándose como un filtro, se había dor, a sus venas.
hecho provocador y hostil. Lo mismo que el mar, algunas noches, se ilumi-
En sus pliegues albergaba ahora un acre sabor de na en torno al nadador, y destella tanto más en sus
batalla... repliegues cuanto con más vigor lo bracean los miem-
Olor a fiera de los bosques, febril atmósfera de bros robustos, de ese mismo modo la potencia oscu-
las ciudades, siniestro y embriagador perfume que ra que combatía al hombre se irradiaba con mil fue-
sube de los pueblos en guerra. gos en torno a su esfuerzo.
64 HIMNO DEL UNIVERSO

En virtud de un mutuo despertar de sus potencias POTENCIA ESPIRITUAL DE LA MATERIA 65


opuestas, él exaltaba su fuerza para dominarla, y
ella revelaba sus tesoros para entregárselos. último instante de los Siglos, la Materia será joven
y exuberante, resplandeciente y nueva para quien
"Empápate de la Materia, Hijo de la Tierra, bá-
quiera.
ñate en sus capas ardientes, porque ella es la fuente
No repitas tampoco: '¡La Materia está condenada,
y la juventud de tu vida.
la Materia es mala!' Vino alguien que dijo: 'Bebe-
¡Ah! ¡Tú creías poder prescindir de ella porque
réis veneno y no os causará daño.' Y también: 'La
se ha encendido en ti el pensamiento! Esperabas es-
vida saldrá de la muerte', y finalmente, pronuncian-
tar tanto más próximo al Espíritu cuanto más cuida- do la palabra definitiva de mi liberación: 'Este es
dosamente rechazases lo que se palpa; más divino si mi Cuerpo.'
vivieses en la idea pura; más angélico, al menos, si
No, la pureza no consiste en la separación, sino
huyeses de los cuerpos.
en una penetración más profunda del Universo. Con-
¡Pues bien! ¡Tú has estado a punto de morir de siste en el amor de la única Esencia, incircunscrita.
hambre! que penetra y actúa en todas las cosas por dentro,
Necesitas aceite para tus miembros, sangre para más allá de la zona mortal en que se agitan las per-
tus venas, agua para tu alma, de lo Real para tu in- sonas y los números. Radica en un casto contacto
teligencia; todo eso lo necesitas en virtud de la misma con aquel que es 'el mismo en todos'.
ley de tu naturaleza, ¿lo comprendes bien?... Qué hermoso es el Espíritu cuando se eleva ador-
Nunca, nunca, podrás decir a la Materia, si quie- nado con las riquezas de la Tierra!
res vivir y crecer: 'Ya te he visto lo suficiente, he ¡Báñate en la Materia, hijo del Hombre! ¡Sumér-
penetrado todos tus misterios, he extraído de ti con gete en ella, allí donde es más impetuosa y más pro-
qué alimentar siempre mi pensamiento.' Escucha: funda! ¡Lucha en su corriente y bebe sus olas! ¡Ella
aún cuando, a la manera del Sabio de los Sabios, lle- es quien ha mecido en otro tiempo tu inconsciencia;
varas en tu memoria la imagen de todo lo que puebla es ella quien te llevará hasta Dios!"
la Tierra o flota sobre las aguas, esa Ciencia será
como nada para tu alma, porque todo conocimiento En medio del huracán, el Hombre volvió la cabe-
abstracto se refiere al ser marchito; porque no basta za para ver si encontraba a su compañero.
saber para comprender el Mundo: hay que ver, to- Y en ese momento se dio cuenta de que detrás de
car, vivir en la presencia, beber la cálida existencia él, en virtud de una extraña metamorfosis, la Tierra
en el seno mismo de la Realidad. huía y se agrandaba.
No digas nunca, como hacen algunos: 'La Mate- La Tierra huía, porque aquí, precisamente por
ria está gastada, la Materia está muerta!' Hasta el debajo de él, los insignificantes detalles del suelo se
empequeñecían y se esfumaban; ahora bien, eso no
5
HIMNO DEL UNIVERSO POTENCIA ESPIRITUAL DE LA MATERIA 67
66
obstante, se agrandaba, allá a lo lejos, el círculo del Energía que se revelaba ante él, universal en su pre-
horizonte ascendía, ascendía sin cesar... sencia, inmutable en su verdad, implacable en su
El Hombre se vio en el centro de una copa inmen- desarrollo, inalterable en su serenidad, maternal y
sa, cuyos bordes se cerraban sobre él. segura en su protección.
Entonces la fiebre de la lucha, al ceder en su co- Había, pues, encontrado, ¡al fin!, un punto de
razón a una irresistible pasión de sufrir, descubrió, apoyo y un recurso fuera de la sociedad!
en un destello, presente en torno a él y por todas Un pesado manto cayó de sus hombros y resba-
partes, al Único Necesario. ló por detrás de él: el peso de lo que hay de falso,
Comprendió, para siempre, que el Hombre, lo mis- de estrecho, de tiránico, de artificial, de humano en
mo que el átomo, no tiene valor más que en la par- la Humanidad.
te de sí mismo que pasa al Universo. Una oleada de triunfo liberó su alma.
Vive, con una evidencia absoluta, la vacía fragi- Y sintió que ya nada en el Mundo podría apartar
lidad de las más hermosas teorías comparadas con la su corazón de la Realidad superior que se le presen-
plenitud definitiva del menor fiat, tomado en su rea- taba, nada; ni los Hombres, en lo que tienen de in-
lidad concreta y total. trusivo y de individual (porque les despreciaba así),
Contempló, con una claridad despiadada, la risi- ni el Cielo y la Tierra, en su altura, su anchura, su
ble pretensión de los Humanos en arreglar el Mundo, profundidad, su potencia (ya.que precisamente a ellas
en imponerle sus dogmas, sus medidas y sus conven- se entregaba para siempre).
ciones. Acababa de operarse en él una profunda renova-
Saboreó, hasta la náusea, la banalidad de los go- ción, de tal forma que ya no le era posible, ahora,
ces y de las penas de los humanos, el mezquino ser Hombre más que en otro plano.
egoísmo de sus preocupaciones, la insipidez de sus Si ahora volviese a bajar a la Tierra común
pasiones, la disminución de su potencialidad de sen- —aunque fuese cerca del compañero fiel que ha que-
timiento. dado prosternado, allá abajo, sobre la arena desier-
Tuvo compasión de quienes se azaran ante un si- ta—, sería ya un extranjero.
glo, o que no saben amar nada fuera de su país. Sí, tenía conciencia de ello: incluso para sus her-
Tantas cosas que le habían turbado o revelado en manos en Dios, mejores que él, hablaría inevitable-
otras ocasiones, los discursos y los juicios de los mente una lengua incomprensible; él, a quien el Se-
doctores, sus afirmaciones y sus prohibiciones, prohi- ñor había decidido a emprender el camino del Fuego.
bir al Universo que se mueva... Incluso para aquellos a quienes más amaba, su afec-
... Todo eso le pareció ridículo, inexistente, com- to sería una carga, porque le verían buscando inevi-
parado con la Realidad majestuosa, desbordante de tablemente algo detrás de ellos.
68 HIMNO DEL UNIVERSO

Ya que la Materia, despojándose de su velo de


agitación y de multitud, le descubrió su gloriosa uni-
HIMNO A LA MATERIA
dad, entre los demás y él, existía ahora un caos. Ya
había desligado para siempre su corazón de todo lo
que es local, individual, fragmentario, sólo ella, en "Bendita seas tú, áspera Materia, gleba estéril,
su totalidad, sería en adelante para él su padre, su dura roca, tú que no cedes más que a la violencia y
madre, su familia, su raza, su única y ardiente pa- nos obligas a trabajar si queremos comer.
sión. Bendita seas, peligrosa Materia, mar violenta, in-
Y nadie en el mundo podría nada contra ello. domable pasión, tú que nos devoras si no te enca-
Apartando resueltamente los ojos de lo que huía, denamos.
se abandonó, con una fe desbordante, al soplo que Bendita seas, poderosa Materia, Evolución irre-
arrebataba el Universo. sistible, Realidad siempre naciente, tú que haciendo
Ahora bien, he aquí que en el seno del torbellino estallar en cada momento nuestros encuadres nos
una luz crecía que tenía la dulzura y la movilidad obligas a buscar cada vez más lejos la Verdad.
de una mirada... Se difundía un calor que no era ya Bendita seas, universal Materia, Duración sin lí-
la dura irradiación de un hogar, sino la rica emana- mites, Éter sin orillas, Triple abismo de las estrellas,
ción de una carne... La inmensidad ciega y salvaje de los átomos y de las generaciones, tú que desbor-
se hacía expresiva, personal. Sus capas amorfas se dando y disolviendo nuestras estrechas medidas nos
plegaban siguiendo los rasgos de un rostro inefable. revelas las dimensiones de Dios.
Por todas partes se dibujaba un Ser, seductor co- Bendita seas, impenetrable Materia, tú que, tendi-
mo un alma, palpable como un cuerpo, vasto como da por todas partes entre nuestras almas y el Mun-
el cielo, un Ser entremezclado con las cosas aun cuan- do de las Esencias, nos haces consumir en el deseo
do distinto de ellas, superior a la sustancia de las co- de atravesar el velo inconsútil de los fenómenos.
sas, con la que estaba revestido, y, sin embargo, Bendita seas, mortal Materia, tú que, disociándo-
adoptando una figura en ellas... te un día en nosotros, nos introducirás, por fuerza, en
El Oriente nacía en el corazón del Mundo. el corazón mismo de lo que es.
Dios irradiaba en la cúspide de la Materia, cuyas
Sin ti, Materia, sin tus ataques, sin tus arranques,
oleadas le traían el Espíritu. viviríamos inertes, estancados, pueriles, ignorantes de
El Hombre cayó de rodillas en el carro de fuego nosotros mismos y de Dios. Tú que castigas y que
que le arrebataba. curas, tú que resistes y que cedes, tú que trastruecas
Y dijo esto: y que construyes, tú que encadenas y que liberas, Sa-
POTENCIA ESPÍRITU A L DE LA MA TERIA 71
70 HIMNO DEL UNIVERSO
Si queremos conservarte, hemos de sublimarte en
via de nuestras almas, Mano de Dios, Carne de Cris-
el dolor después de haberte estrechado voluptuosa-
to, Materia, yo te bendigo.
mente entre nuestros brazos.
Yo te bendigo, Materia, y te saludo, no como te
Tú, Materia, reinas en las serenas alturas en las
describen, reducida o desfigurada, los pontífices de
que los Santos se imaginan haberte dejado a un la-
la ciencia y los predicadores de la virtud, un ama-
do; Carne tan transparente y tan móvil que ya no te
sijo, dicen, de fuerzas brutales o de bajos apetitos,
distinguimos de un espíritu.
sino como te me apareces hoy, en tu totalidad y tu
¡Arrebátame, Materia, allá arriba, mediante el es-
verdad.
fuerzo, la separación y la muerte; arrebátame allí en
Te saludo, inagotable capacidad de ser y de Trans-
donde al fin sea posible abrazar castamente al Uni-
formación en donde germina y crece la Sustancia ele- verso!" 10.
gida.
Te saludo, potencia universal de acercamiento y
Abajo, en el desierto que se ha vuelto a calmar,
de unión mediante la cual se entrelaza la muchedum-
alguien lloraba: "¡Padre mío, Padre mío! ¡Qué vien-
bre de las mónadas y en la que todas convergen en
to alocado se lo llevó!"
el camino del Espíritu.
Y en el suelo yacía un manto.
Te saludo, fuente armoniosa 9 de las almas, cris-
tal límpido de donde ha surgido la nueva Jerusalén.
Jersey, 8 de agosto de 1919.
Te saludo, Medio divino, cargado de Poder Crea-
dor, Océano agitado por el Espíritu, Arcilla amasa-
da y animada por el Verbo encarnado.
Creyendo obedecer a tu irresistible llamada, los
hombres se precipitan con frecuencia por amor ha-
cia ti en el abismo exterior de los goces egoístas.
Les engaña un reflejo o un eco.
Lo veo ahora.
Para llegar hasta ti, Materia, es necesario que,
partiendo de un contacto universal con todo lo que
se mueve aquí abajo, sintamos poco a poco cómo se
desvanecen entre nuestras manos las formas particu-
lares de todo lo que sostenemos, hasta que nos en-
contremos frente a la única esencia de todas las con-
sistencias y de todas las uniones.
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS
POR FERNANDE TARDIVEL

I. PRESENCIA DE DIOS EN EL MUNDO


II. LA HUMANIDAD EN MARCHA
III. SENTIDO DEL ESFUERZO HUMANO
IV. EN EL CRISTO TOTAL

ln coráis jubilo
Christum natum adoremus
cum novo cántico.
PRESENCIA DE DIOS EN EL MUNDO

OREMOS,

¡OH CRISTO JESÚS!, en tu benignidad y en tu Hu-


manidad sustentas verdaderamente toda la implaca-
ble grandeza del Mundo. Y es en virtud de todo eso,
en virtud de esa inefable síntesis, realizada en Ti,
de todo lo que nuestra experiencia y nuestro pensa-
miento no se hubiesen atrevido jamás a reunir para
adorarlos: el Elemento y la Totalidad, la Unidad y
la Multitud, el Espíritu y la Materia, lo Infinito y lo
Personal; es en virtud de los contornos indefinibles
que esa complejidad confiere a tu Figura y a tu Ac-
ción, que mi corazón, enamorado de las realidades
cósmicas, se entrega apasionadamente a Ti.
Te amo, Jesús, por la Multitud que se refugia en
Ti y a la que se oye bullir, orar, llorar juntamente
con todos los demás seres..., cuando uno se aprieta
contra Ti.
Te amo por la trascendente e inexorable fijeza de
tus designios, en virtud de la cual tu dulce amistad
se matiza de inflexible determinismo y nos envuelve
sin remisión entre los pliegues de su voluntad.
Te amo como la Fuente, el Medio activo y vivifi-
76 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 77
cante, el Término y la Solución del Mundo, incluso to sobre la Tierra. No nos escandalicemos tonta-
natural, y de su Porvenir. mente de las esperas interminables que nos ha im-
Centro en donde todo se encuentra y que se ex- puesto el Mesías. Eran necesarios nada menos que
tiende a todas las cosas para atraerlas hacia sí, te los trabajos tremendos y anónimos del Hombre pri-
amo por las prolongaciones de tu Cuerpo y de tu mitivo, y la larga hermosura egipcia, y la espera in-
Alma en toda la Creación, por medio de la Gracia, quieta de Israel, y el perfume lentamente destilado
de la Vida, de la Materia. de las místicas orientales, y la sabiduría cien veces
Jesús, dulce como un Corazón, ardiente como una refinada de los griegos para que sobre el árbol de
Fuerza, íntimo como una Vida; Jesús, en quien puedo Jesé y de la Humanidad pudiese brotar la Flor. To-
fundirme, con quien debo dominar y liberarme, te das estas preparaciones eran cósmicamente, biológi-
amo como un Mundo, como el Mundo que me ha camente, necesarias para que Cristo hiciera su en-
seducido, y eres Tú, ahora me doy cuenta de ello, a trada en la escena humana. Y todo este trabajo estaba
quien los hombres, mis hermanos, incluso los que no maduro por el despertar activo y creador de su alma
creen, sienten y persiguen a través de la magia del en cuanto este alma humana había sido elegida para
gran Cosmos. animar al Universo. Cuando Cristo apareció entre
Jesús, centro hacia el que todo se mueve, dígnate los brazos de María, acababa de revolucionar el
disponernos, a todos, si es posible, un lugar entre Mundo.
las mónadas elegidas y santas que, desprendidas una
a una del caos actual por tu gran solicitud, se suman
lentamente a Ti en la unidad de la Tierra nueva.
III

SEMEJANTE A UN RÍO que se empobrece gradual-


II mente y luego desaparece en un cenagal, cuando se
llega a su origen, el ser se atenúa, luego se des-
LAS PRODIGIOSAS DURACIONES que preceden a la vanece, mientras intentamos divisarlo cada vez más
primera Navidad no están vacías de Cristo, sino pe- minuciosamente en el espacio o, lo que es lo mismo,
netradas de su influjo poderoso. El bullir de su con- hundirlo cada vez más en el tiempo. La magnitud
cepción es el que remueve las masas cósmicas y del río se comprende en su estuario, no en su honta-
dirige las primeras corrientes de la biosfera. La nar. El secreto del Hombre, análogamente, no se
preparación de su alumbramiento es la que acelera halla en los estadios ya superados de su vida em-
los progresos del instinto y la eclosión del pensamien- brionaria (ontogénica o filogénica); está en la natu-
78 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 79

raleza espiritual del alma. Ahora bien, este alma, toda Que las profundidades astrales se dilaten, pues,
síntesis en su actividad, escapa a la Ciencia, que tiene en un receptáculo cada vez más prodigioso de soles
por esencia analizar las cosas en sus elementos y en reunidos.
sus antecedentes materiales. Sólo pueden descubrirla Que las radiaciones prolonguen sin término, por
los sentidos íntimos y la reflexión filosófica. ambas partes del espectro, la gama de sus matices y
Se engañan por completo quienes imaginan ma- de su penetración.
terializar al Hombre al hallarle raíces, cada vez más Que la vida extraiga a mayor profundidad toda-
numerosas y profundas, hundidas en la Tierra. Lejos vía la savia que circula por sus innumerables ramas...
de suprimir el espíritu, lo mezclan al mundo como un Que nuestra percepción se acreciente sin fin con
fermento. No hagamos el juego a estas gentes cre- las potencias secretas que duermen, y con las infi-
yendo, como ellos, que para que un ser venga del cie- nitamente pequeñas que bullen, y con las inmensi-
lo sea necesario que ignoremos las condiciones tem- dades que se nos escapan porque no vemos más que
porales de su origen. un punto de ellas.
El místico saca una alegría sin mezcla de todos
estos descubrimientos, cada uno de los cuales le
sumerge un poco más en el Océano de la Energía.
IV Porque jamás se sentirá lo suficientemente dominado
por las Potencias de la Tierra y de los Aires para ser
CUANDO TU PRESENCIA, Señor, me hubo inundado subyugado por Dios en la medida de sus deseos.
con su luz, quise encontrar en Ella la Realidad tan- Dios, sólo Dios, en efecto, agita con su Espíritu
gible por excelencia. la masa del Universo en fermentación.
Ahora que ya te poseo, Consistencia suprema, y
que me siento llevado por Ti, me doy cuenta de que
el fondo secreto de mis deseos no era abrazar, sino
ser poseído. V
No es como un rayo ni como una sutil materia,
sino como Fuego, como yo Te deseo, y como Te UN SONIDO PURÍSIMO se ha elevado a través del
he adivinado, en la intuición del primer encuentro. silencio; una franja de color límpido se ha dibujado
No encontraré reposo, me doy perfecta cuenta de sobre el cristal; una luz se ha fijado en el fondo de
ello, más que si una influencia activa procedente de los ojos que yo amo...
Ti cae sobre mí para transformarme... Eran tres cosas pequeñas y breves: un cántico,
¡He aquí el Universo ardiente! un rayo, una mirada...
80 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 81

He creído también al principio que penetraban


en mí para quedarse y para perderse en mí.
Pero en lugar de eso, han sido ellas las que me VI
han poseído y dominado...
Porque el lamento del aire, el matiz del éter, la COMO EL BIÓLOGO materialista que cree suprimir
expresión del alma no eran tan sostenidas y tan el alma al demostrar los mecanismos físico-químicos
rápidas más que para introducirse cada vez más pro- de la célula viviente, los zoólogos han creído que
fundamente en mi ser, allí donde las facultades del inutilizaban a la Causa primera al descubrir un poco
hombre están tan estrechamente agrupadas que no mejor la estructura de su obra. Es hora de dejar de
constituyen más que un punto. Mediante la punta lado un problema tan absurdo. No; el transformis-
afilada de las tres flechas con que me ha asaeteado, mo científico, estrictamente hablando, no prueba nada
el Mundo mismo ha hecho irrupción en mí y me ha en favor o en contra de Dios. Consta simplemente el
secuestrado... hecho de un encadenamiento en lo real. Nos pre-
Nos imaginamos que por medio de la sensación senta una anatomía, y en modo alguno una razón úl-
el Exterior viene humildemente hacia nosotros para tima de la vida. Afirma: "Algo se ha organizado, algo
constituirnos y servirnos. Ahora bien, esto no es ha crecido." Pero es incapaz de discernir las condi-
más que la superficie del misterio del Conocimiento, ciones últimas de este crecimiento. Decidir si el mo-
Cuando el Mundo se nos manifiesta, es él en reali- vimiento evolutivo es inteligente en sí o si exige, por
dad el que nos acoge en sí y nos hace fluir hacia Algo parte de un Motor primero, una creación progresiva
de sí mismo, que está por todas partes en él y que y continua, es un problema que atañe a la Metafí-
es más perfecto que él. sica.
El hombre, absorbido por las exigencias de la vida El transformismo, es fuerza repetirlo sin tregua,
práctica, el hombre exclusivamente positivo, rara vez, no impone filosofía alguna. ¿Quiere esto decir que
o apenas, percibe esta segunda fase de nuestras per- no insinúa ninguna por su parte? No, ciertamente.
cepciones, esa fase en que el Mundo, que ha pene- Pero aquí resulta curioso observar que los sistemas
trado, se retira de nosotros arrebatándonos. Es me- de pensamiento que mejor se acomodan con él son
dianamente sensible a la aureola emotiva, invasora, precisamente, acaso, aquellos que se creía que eran
mediante la cual se nos descubre, en todo contacto, los más amenazados. El Cristianismo, por ejemplo, se
lo único Esencial del Universo. halla fundado esencialmente sobre la doble creencia
de que el hombre es un objeto especialmente conti-
nuado por el poder divino a través de la creación, y
que Cristo es el término sobrenatural, pero, física-
i
82 ¿On HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 83

mente, asignado a la consumación de la humanidad. la geología es que al descubrirnos una tierra auténti-
¿Puede pedirse una visión experimental de las cosas camente una, una tierra que no forma sino un solo
más en consonancia con estos dogmas de unidad que cuerpo, puesto que sólo tiene un rostro, nos recuer-
aquella en que descubrimos seres vivientes no arti- da las posibilidades de organización cada vez ma-
ficialmente yuxtapuestos los unos a los otros para yores que hay en la zona de pensamiento que envuel-
un discutible fin de utilidad o de placer, sino ligados, ve al mundo. En verdad, no es posible fijar habitual-
a título de condiciones físicas, los unos a los otros mente la mirada sobre los grandes horizontes descu-
en la realidad de un mismo esfuerzo hacia más biertos por la ciencia sin que surja un deseo oscuro
de ver ligarse entre los hombres una simpatía y un
conocimiento crecientes, hasta que, bajo efectos de
alguna atracción divina, no existan más que un solo
.<?oiG coiazóa ,'jr una; alma única sobre la faz de la tierra.

OS&LÍÍ- DÓNDE LA!PRIMERA MIRADÁ¿de TlUestrOS OJOS


VIH
no percibe más que una distribución incoherente de
altitudes, de tierras y de aguas, hemos llegado a unir
OBSERVADO DE UNA MANERA CORRECTA, aunque no
una red sólida de auténticas relaciones. Hemos ani-
fuera más que en un solo punto, un fenómeno tiene
mado la tierra al comunicarle algo de nuestra unidad.
necesariamente, en virtud de la unidad fundamental
Ahora bien, he aquí que, por un rebrote fecundo,
del Mundo, un valor y unas raíces ubicuistas. ¿Hacia
esta vida, que nuestra inteligencia ha infundido a la
dónde nos conduce esta regla si la aplicamos al case*
mayor masa material que nos haya sido dado tocar,
del "self-conocimiento" humano?
tiende a resurgir en nosotros bajo una forma nueva.
Tras haber dado, en nuestra visión, su "personali- "La conciencia no aparece con evidencia total
más que en el Hombre—nos sentíamos tentados a
dad" a la tierra de piedra y de hierro, sentimos un
exclamar—, y, por tanto, se trata de un caso ais-
deseo contagioso de construir nosotros mismos, a
lado, que no interesa a la Ciencia."
nuestra vez, con la suma de nuestras almas, un edir
"La conciencia aparece con evidencia en el Hom-
ficio espiritual tan vasto como el que contemplamos
bre —debemos afirmar, corrigiéndonos—, y, por tan-
salido del trabajo de las causas geogénicas. En tor-
to, entrevista en este único relámpago, tiene una ex-
no a la esfera rocosa se extiende una capa auténtica
tensión cósmica y, como tal, se aureola de prolon-
de materia animada, la capa de los vivientes y de
gaciones espaciales y temporales indefinidas.ftggín Is
los humanos, la biosfera. El gran valor educativo de
84 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 85

Esta conclusión resulta grávida en consecuencia. aprehenderé el Fin último a que tiende mi profunda
Y, sin embargo, me siento incapaz de ver cómo, en voluntad. Como estas temibles energías físicas que el
buena analogía con todo el resto de la Ciencia, po- Hombre llega a disciplinar hasta lograr que realicen
dríamos sustraernos a ella. prodigios de delicadeza, el enorme poder del atrac-
En el fondo de nosotros mismos, sin discusión tivo divino se aplica a nuestros frágiles deseos, a
posible, se nos presenta, a través de una especie de nuestros microscópicos objetos, sin romper su punta.
desgarro, un interior en el corazón mismo de los se- Es exultante; por tanto, introduce en nuestra vida es-
res. Ello es suficiente para que, en uno u otro grado, piritual un principio superior de unidad, cuyo efecto
este "interior" se nos imponga como existente en específico es, con arreglo al punto de vista que se
todas partes y desde siempre en la Naturaleza. Dado adopte, santificar el esfuerzo humano o humanizar la
que en un punto determinado de ella misma la Trama vida cristiana.
del Universo posee una cara interna, resulta indis-
cutible que es bifaz por estructura, es decir, en toda
región del espacio y del tiempo, de la misma manera
que es, por ejemplo, granular: coextensivo a su Ex- X
íerior, existe un Interior de las Cosas.
Sf, Dios MÍO, lo creo, y lo creo tanto más gus-
tosamente cuanto que en ello no se juega sólo mi
tranquilidad, sino mi realización; eres Tú quien está
IX en el origen del impulso y en el término de la atrac-
ción, de lo cual, durante toda mi vida, no hago en
EJERCITÉMONOS hasta la saciedad sobre esta ver-
todo caso sino seguir o favorecer su impulso primero
dad fundamental hasta que nos sea tan familiar como y sus desarrollos. Y eres Tú también quien vivifica
para mí, con tu omnipresencia (mucho mejor que lo
la percepción del relieve o la lectura de las palabras.
hace mi espíritu para la Materia que anima), las
Dios, en lo que tiene de más viviente y de más en-
miríadas de influencia de que en todo instante soy
carnado, no se halla lejos de nosotros, fuera de la
objeto. En la Vida que brota en mí, en esta Materia
esfera tangible, sino que nos espera a cada instante
que me sostiene, hallo algo todavía mejor que tus
en la acción, en la obra del momento. En cierto
dones: te hallo a Ti mismo; a Ti, que me haces par-
modo, se halla en la punta de mi pluma, de mi pico,
ticipar de tu Ser y que me moldeas. En verdad, en
de mi pincel, de mi aguja; de mi corazón, de mi
la regulación y modulación iniciales de mi fuerza vi-
pensamiento. Llevando hasta su última terminación tal, en el juego favorablemente continuo de las causas
el rasgo, el golpe, el punto en que me ocupo, es cómo
86 >Q>Q\HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 87

segundas, toco en lo más cerca posible las dos fases asedia, trata de derivarla hacia algún objeto particu-
de tu acción creadora; me encuentro con tus dos ma- larmente estable o precioso, al que, en medio de los
ravillosas manos y las beso: la mano que aprehende goces accesorios, se aferran la sustancia y la plenitud
tan profundamente que llega a confundirse en nos- de su delectación.
otros con las fuentes de la Vida y la mano que abra- Durante mucho tiempo pide a las maravillas del
za tan ampliamente que, a su menor presión, los re- arte la exaltación que da acceso a la zona, su zona
sortes todos del Universo se pliegan armoniosamente propia, de lo extrapersonal y de lo suprasensible, y
a un tiempo. Por su misma naturaleza, estas felices trata de hacer palpitar, en el Verbo Desconocido
pasividades, que son para mí la voluntad de ser, el de la Naturaleza, la Realidad superior que le llama
gusto por ser esto o aquello y la oportunidad de rea- por su nombre.
lizarme a mi gusto, se hallan cargadas de tu influen- Feliz quien no haya logrado sofocar su visión.;.
cia que pronto se me aparecerá más distintamente Feliz quien no sienta temor a interrogar apasior
como la energía organizadora del Cuerpo místico. nadamente sobre su Dios, y sobre las Musas,/y¡i$obre
Para comulgar contigo en estas pasividades, con una Cibeles... >j •«
comunión básica fontanal (la Comunión en las fuen- Pero feliz, sobre todo, quien, superando; £l¡;dile-
tes de la Vida), sólo he de reconocerte en ellas y pe- tantismo del arte y el materialismo de las capas infe-
dirte qwe permanezcas en ellas más y más. i .y. riores de la Vida, haya oído que los seres le respon-
den, uno a uno y todos en conjunto: "Lo que tú has
visto pasar, como un Mundo, detrás del cántico, de-
trás del color, detrás de los ojos, no está aquí ni allí:
XI es una Presencia extendida por todas partes. Presen-
cia vaga todavía para tu vista débil, pero progresiva
sorEt MÍSTICO sólo gradualmente »va. adquiriendo con- y profunda, en quien aspira a fundirse en toda diversi-
ciencia de la facultad que ha recibido para distinguir dad y toda impureza."
la franja indefinida y común de las cosas con más
intensidad que su núcleo individual y preciso, ü
Durante mucho tiempo, creyéndose semejante a
los demás hombres, trata de ver cómo ellos, de hablar XII
su lenguaje, de sacarle gusto a las alegrías que les
satisfacen. , ;>;,; ¡<^. ,mí*ARA eflUijHtoiANisMo CRisTJANo^t-fielea esto a^la
Durante mucho tiempo, cari el fin de aquietar la más segura teología de la Encarnación—no existe
misteriosa necesidad de una plenitud cuyo influjo le independencia actual ni discordancia, sino subordi-
88 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 89
nación coherente entre la génesis de la Humanidad mente es la de representarnos el "alma" como un
en el Mundo y la génesis de Cristo, mediante su Igle- foco de transmutación, hacia el cual, a través de to-
sia, en la Humanidad. Inevitablemente, por razón de das las avenidas de la Naturaleza, la fuerza de los
su estructura, los dos procesos se hallan ligados entre cuerpos convergería para interiorizarse y sublimarse
sí, uno (el segundo) requiere el otro como materia so- en belleza y en verdad.
bre la cual se posa para reanimarla. Desde este punto Ahora bien, esta idea, tan seductora, de una trans-
de vista se respeta totalmente la concentración pro- formación directa de una en otra de las dos Ener-
gresiva, experimental, del pensamiento humano en gías, debe abandonarse ya, apenas entrevista. Y ello
una consciencia cada vez más consciente de sus des- porque, tan claramente como su ligazón, se manifies-
tinos unitarios. Pero en lugar del vano hogar de ta su mutua independencia en cuanto se intenta aco-
convergencia requerido como término en esta evo- plarlas.
lución, aparece y se instala la realidad personal y "Para pensar hay que comer", insisto. Pero, como
definitiva del Verbo encarnado, en quien todo ad- contrapartida, ¡cuántos pensamientos distintos para
quiere consistencia. el mismo trozo de pan! Como las letras de un alfa-
La Vida para el Hombre. El Hombre para Cristo. beto, del cual pueden salir tanto la incoherencia como
Cristo para Dios. el más bello poema nunca oído, las mismas calorías
Y para asegurar la continuidad física, en todas sus parecen tan indiferentes como necesarias a los valores
fases, a este vasto desarrollo extendido a miríadas espirituales que alimentan...
de elementos diseminados en la inmensidad de los
tiempos, un solo mecanismo: la educación.
Todas las líneas se unen y se completan y se en-
garzan. Todo constituye una sola cosa. XIV

PERO ¿QUÉ SERÍA DE NUESTROS ESPÍRITUS, Dios


mío, si no tuvieran por alimento el pan de los obje-
XIII tos terrestres, el vino de las bellezas creadas para
embriagarlos, el ejercicio de las luchas humanas por
ENERGÍA MATERIAL Y ENERGÍA ESPIRITUAL, sin fortificarlos? ¡Qué menguadas energías, qué corazo-
duda alguna, se sostienen y se prolongan una en otra nes exangües te ofrecerían tus criaturas, si llegaran a
por medio de algo. En el fondo, de alguna manera, separarse prematuramente del seno providencial en
no debe haber actuado en el Mundo más que una que las has situado! Señor, explícanos cómo, sin de-
Energía única. Y la primera idea que nos viene a la jarnos seducir, podemos mirar a la Esfinge. Sin suti-
90 ?<MW HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 91
lezas de doctrina humana, sino en el simple gesto
•concreto de tu inmersión redentora, déjanos entender
•el misterio oculto, aún aquí, en las entrañas de la
Muerte. Por la virtud de tu dolorosa Encarnación, XVI
Señor, descúbrenos, y enséñanos luego a captar celo- sofiri ,¿obiup?3T «>> '•-;!;• •• . f\s*v>:<>.\ '><K./Í ¿J
samentfíjüpaia¡>TvIaiJ&íe!rza espiritual ,de ía..materia. POR POCO QUE SE REFLEXIONE con qué condición
puede emerger en el corazón humano este nuevo
amor universal, tantas veces soñado en vano, pero
dejando esta vez por fin las zonas de la utopía para
XV afirmarse como posible y necesario, se percibe que:
para que los hombres, sobre la Tierra, sobre toda la
COMO ESAS MATERIAS TRASLÚci&AS'qúe iM^rayo Tierra, puedan llegar a amarse no basta con que los
•encerrado en ellas puede iluminaren bloque, para unos y los otros se reconozcan elementos de un mismo
el místico Cristiano el Mundo aparece bañado por algo; sino que hace falta que al "planetizarse" tengan
una luz interna que intensifica su relieve, su estruc- conciencia de que, sin confundirse, se hacen un mismo
tura y sus profundidades. Esta luz no es el rüatiz alguien. Porque (y esto se halla ya con todas las le-
•superficial que puede captar un goce grosero. Tam- tras del Evangelio) no hay amor total más que de y
poco es el brillo brutal que destruye los objetos y en lo personal.
ciega la mirada. Es el destello reposado y fuerte en- Esto no es sino decir que, en fin de cuentas, la
gendrado por la síntesis en Jesús de todos los ele- planetización de la Humanidad supone, para reali-
mentos del Mundo. Cuanto más acabados sean, con zarse correctamente, además de la Tierra que se aprie-
arreglo a su propia naturaleza, los seres en los que ta, además del pensamiento humano que se organiza
él se representa, más próxima y sensible se hace esta y se condensa, todavía un tercer /actor: me refiero a
irradiación; y cuanto más sensible se hace tanto más la ascensión en nuestro horizonte interior de un cen-
los objetos que baña resultan claros en sus contornos tro cósmico psíquico, de algún polo de conciencia
y lejanos-fefr su fondd. suprema, hacia el que convergen todas las conscien-
cias elementales del mundo y en el que puedan
amarse: la ascensión de un Diosy
92 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 93
No, no son los rígidos determinismos de la Ma-
teria y de los grandes números; son las suaves com-
XVII
binaciones del Espíritu las que confieren al Universo
su consistencia. El azar inmenso y la inmensa ce-
EN TODO INSTANTE, por todos los resquicios, hace guera del Mundo sólo son una ilusión para el que
irrupción la gran Cosa horrible; que nos esforzamos cree. "Fides, substantia rerum."
por olvidar que está siempre ahí, separada de nos-
otros por un simple tabique: fuego, peste, tempestad,
terremoto, desencadenamiento de oscuras fuerzas mo-
rales, se llevan en un instante, y sin consideraciones, XVIII
lo que habíamos construido penosamente y ornado
con toda nuestra inteligencia y nuestro corazón.
SEÑOR, TÚ ERES quien ha penetrado en mi cora-
Dios mío, ya que por mi dignidad humana me zón, mediante el aguijón imperceptible de un encanto
está vedado cerrar los ojos sobre esto, como una
sensible, para hacer que fluya su vida hacia Ti. Tú
bestia o como un niño—para que no sucumba a la
has descendido a mí en favor de una parcela pequeña
tentación de maldecir al Universo y a quien lo hizo—,
de las Cosas, y después, repentinamente, te has des-
haz que lo adore viéndote escondido en él. Señor,
repíteme la gran palabra liberadora, Señor, la pala- plegado ante mis ojos como la Existencia Uni-
bra que a un mismo tiempo revela y opera: "Hoc versal...
est Corpus meum". En verdad, la Cosa enorme y La intuición mística fundamental acaba de lograr
sombría, el fantasma, la tempestad, si queremos, eres el descubrimiento de una Unidad suprarreal, difusa
Tú. "Ego sum, nolite timere." Todo cuanto en nues- en la inmensidad del Mundo.
tras vidas nos espanta, lo que a Ti mismo te cons- En el medio, a la vez divino y cósmico, en el que
ternó en el Huerto, en el fondo no son más que Es- al principio no había visto más que una simplifica-
pecies o Apariencias, materia de un mismo Sacra- ción y como una espiritualización del Espacio, el
mento. Vidente, fiel a su Luz, ve cómo se dibuja progresiva-
mente la Forma y los atributos de un Elemento último
Creamos solamente, creamos con mayor fuerza y
más desesperadamente cuanto que la Realidad pa- en el que cada cosa encuentra su Consistencia defi-
rece más amenazadora y más irreductible. Y, enton- nitiva.
ces, poco a poco, veremos al Horror universal dis- Y entonces comienza a medir con mayor exacti-
tenderse para sonreímos después y tomarnos en sus tud las alegrías y la urgencia de la misteriosa Presen-
brazos más que humanos, luego. cia a la que se ha abandonado.
94 HIMNO DEL UNIVERSO

LA,HUMANJDA£> EN MARCHA

Dios MÍO, HAZ QUE PARA MÍ brille tu Rostro en


la vida del Otro. Esta luz irresistible a tus ojos, en- 2» ' ''
cendida en el fondo de las cosas, me ha lanzado ya
sobre todo trabajo factible, sobre todo dolor a ex- EL MUNDO SE CONSTRUYE. He aquí la verdad fun-
perimentar. Dame, además y sobre todo, que pueda damental que es preciso comprender en primer lu-
descubrirte en lo más íntimo, en lo más perfecto, en gar, y comprender tanto que se convierte en una
lo más profundo del alma de mis hermanos. fuerza habitual y como natural de nuestros pensa-
El don que me reclamas para estos hermanos—el mientos. A primera vista, los seres y sus destinos co-
único don de que mi corazón es capaz—no es la rren el riesgo de que se nos aparezcan como distri-
ternura colmada de estos afectos privilegiados que buidos al azar, o, al menos, de una manera arbitraria,
dispones en nuestras vidas como el factor creado más sobre la superficie de la Tierra. Por un momento po-
recio de nuestro crecimiento interior, es algo menos dríamos pensar que cada uno de nosotros hubiera
dulce, pero tan real y aún más fuerte. Entre los podido nacer indiferentemente más pronto o más
Hombres y yo quieres que, con ayuda de tu Euca- tarde, aquí o allí, más felices o menos afortunados:
ristía, aparezca la atracción fundamental (ya oscura- como si el Universo formase, desde el comienzo hasta
mente presentida por todo amor, en cuanto es fuer- el final de su historia, en el Tiempo y en el Espacio,
te) que misteriosamente convierte la miríada de las una especie de vasto jardín en el que las flores son
criaturas razonables en una especie de Mónada única intercambiables a voluntad del jardinero. Esta idea
en Ti, Jesucristo; no parece justa. Cuanto más se reflexiona, sirvién*
dose de todo lo que nos enseñan, cada una en su
línea, la ciencia, la filosofía y la religión, más se con-
vence uno de que el Mundo debe compararse, no a
un haz de elementos artificialmente yuxtapuestos, sino
más bien a algo así como un sistema organizado, ani-
mado de un amplio movimiento de crecimiento que
es peculiar suyo. Hay un plan de conjunto que parece
estar realizándose a nuestro alrededor en el curso de
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 97
96 HIMNO DEL UNIVERSO
convierta en un grande y único acto de conciencia,
los siglos. Hay un plan en marcha en el Universo, un de sublimación y de unión, ¿no resultaría de ahí una
resultado en juego, que no admite mejor comparación de las formas más elevadas que podría revestir ante
que con una gestación y un alumbramiento: el alum- nuestros ojos la obra misteriosa de la Creación?
bramiento de la realidad espiritual formada por las
almas y por lo que ellas encierran en sí de materia.
La Tierra nueva se concentra, se desglosa y se purifi-
ca laboriosamente a través y a favor de la actividad XXII
humana. No, nosotros no somos comparables a los
elementos de un ramillete, sino a las hojas y a las DESEO, SEÑOR, para mejor abrazarte, que mi con-
flores de un gran árbol, sobre el que todo aparece ciencia se haga tan vasta como los cielos, la tierra
a su tiempo y en su lugar, a la medida y a los postu- y los pueblos, tan profunda como el pasado, el
lados del Todo. desierto y el océano, tan sutil como los átomos de la
materia y los pensamientos del corazón humano...
¿No es preciso que yo me adhiera a Ti por me-
dio de toda la extensión del Universo?...
XXI
Para que yo no sucumba a la tentación que ace-
cha tras de cada acto de intrepidez, para que no
E L SUFRIMIENTO HUMANO, la totalidad del sufri- olvide que Tú eres lo único que se debe buscar a
miento diseminado en cada momento sobre la Tierra través de todo, habrás de enviarme, Señor, en los
entera, ¡qué inmenso océano! Pero, ¿de qué está for- momentos que Tú sabes, la privación, las decepcio-
mada esa masa? ¿De negruras, de lagunas, de des- nes, el dolor. El objeto de mi amor declinará o habré
perdicios?... No, en absoluto, sino, repitámoslo, de de superarle.
energía posible. En el sufrimiento se oculta, con una La flor que yo sostenía se ha marchitado en mis
intensidad extrema, la fuerza ascensional del Mundo. manos...
Todo el problema radica en liberarla, infundiéndole la El muro se ha levantado delante de mí, a la vuel-
conciencia de lo que significa y de lo que pierde. ta del sendero...
¡Ah! Qué salto hacia Dios daría el Mundo si todos La maleza ha surgido entre los árboles del bos-
los enfermos a la vez fundiesen sus penas en un deseo que que yo creía interminable...
común de que el Reino de Dios madurase rápidamen- Ha llegado la prueba...
te a través de la conquista y la organización de la ... Y yo no he estado definitivamente triste... Al
Tierra. Si todos los pacientes de la Tierra uniesen contrario, una alegría insospechada y gloriosa ha
sus sufrimientos para que el dolor del Mundo se
7
98 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 99

hecho irrupción en mi alma..., porque, en esa quie- En resumen, se ve que hay tres características en
bra de los soportes inmediatos que yo había dado el logro cristiano tal como lo consigue la Fe:
arriesgadamente a mi vida, he experimentado, de 1.a Se produce sin deformar ni romper ningún
una manera única, que no descansaba más que en tu determinismo en particular, puesto que los aconte-
consistencia. cimientos no son desviados (en general) de su curso
por la oración, sino integrados en una nueva combi-
nación del conjunto.
2.a No se manifiesta necesariamente en el pla-
XXIII no del logro humano natural, sino en el orden de la
santificación sobrenatural.
EL DESARROLLO en nuestra alma de la Vida sobre- 3.a Tiene a Dios realmente por Agente princi-
natural (fundada sobre la espiritualización natural del pal, Fuente y Medio de sus desarrollos.
Mundo por el esfuerzo humano) es, en definitiva, el Sin esta triple reserva que la distingue claramen-
terreno en que se ejerce positivamente, y sin limita- te de la Fe natural en su modo de acción, la Fe
ciones conocidas, la virtud operante de la Fe. cristiana se nos presenta como una "Energía cós-
En el Universo, el Espíritu, y en el Espíritu, la mica" extraordinariamente realista y comprensiva.
región moral, son por excelencia el sujeto actual
del desarrollo de la Vida. Ahí es, en esa médula plás-
tica de nosotros mismos, donde la gracia divina se
suma a los impulsos de la Tierra, hacia donde hay XXIV
que conducir vigorosamente el poder de la Fe.
Ahí es, sobre todo, donde la Energía creadora EN EL SENO DE UN UNIVERSO de estructura con-
nos espera, seguramente, pronta a transformarnos vergente, el único modo posible que tiene un ele-
más allá de todo lo que el ojo humano ha visto ja- mento de acercarse a los elementos vecinos es com-
más o escuchado su oído. ¿Quién puede adivinar lo primir el cono, es decir, hacer que se mueva en
que Dios haría de nosotros si tuviésemos el valor de dirección a la cima la capa entera del Mundo en
seguir, fiados en su palabra, hasta el límite de sus que se halla comprometido. En este sistema es im-
consejos y entregarnos en manos de la Providencia?... posible amar al prójimo sin acercarse a Dios, y re-
¡Por amor a nuestro Creador y al Universo, arro- cíprocamente por otra parte (esto ya lo sabíamos).
jémonos sin titubeos en la fosa del Mundo por Pero es también imposible (esto ya es más nuevo)
venir! amar, sea a Dios, sea al prójimo, sin hacer que pro-
100 HIMNO DEL UNIVERSO
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 101
grese en su totalidad física la síntesis terrestre del
Espíritu: puesto que son precisamente los progresos
de esta síntesis los que nos permiten acercarnos entre
nosotros, al mismo tiempo que nos hacen subir ha- XXV
cia Dios. Porque amamos, para amar más, nos ve-
mos felizmente reducidos a participar, más y mejor LA ALEGRÍA consiste, sobre todo, en haber en-
que nadie, en todos los esfuerzos, en todas las in- contrado al fin un Objeto universal y sólido al cual
quietudes, en todas las aspiraciones y asimismo en referir, y como incrustar, las felicidades fragmenta-
todos los afectos de la Tierra en la medida en que rias cuya posesión sucesiva y fugaz irrita el corazón
todas estas cosas contienen un principio de ascensión sin satisfacerle. Más que nadie es el místico quien
y de síntesis. sufre por la pulverulencia de los seres. Instintivamen-
te, obstinadamente, busca lo estable, lo inalterable, lo
El desprendimiento cristiano subsiste totalmente
absoluto...
en esta actitud engrandecida. Pero en vez de "dejar
atrás", arrastra; en vez de cortar, empina: no más Por todas partes, el desmenuzamiento, signo de lo
ruptura, sino travesía; no más evasión, sino emergen- corruptible y de lo precario. Y por todas partes, sin
cia. La Caridad, sin dejar de ser ella misma, se embargo, el rasgo y la nostalgia de un Soporte único
expande como una fuerza ascensional, como una y de un Alma absoluta, de una Realidad sintética,
esencia común, en el corazón de todas las formas de que fuese tan estable y universal como la Materia, tan
simple como el Espíritu.
la actividad humana, cuya diversidad tiende luego a
sintetizarse en la rica totalidad de una operación úni- Es necesario haber experimentado profundamen-
ca. Como Cristo mismo, y a su imagen, se unlversali- te la pena de verse sumergido en lo múltiple, que
za, se dinamita, y por eso mismo, se humaniza. revolotea y se esfuma entre nuestros dedos, para
merecer gustar el entusiasmo que se apodera del alma
En resumen, para casar con la nueva curvatura cuando ve, bajo la acción de la Presencia universal,
adoptada por el Tiempo, el Cristianismo se ve lleva- que lo Real se ha hecho no sólo transparente, sino
do a descubrir por debajo de Dios los valores del sólido. Ahora ya el principio incorruptible del Cos-
Mundo, mientras que el Humanismo se ve llevado a mos ha sido hallado, se ha derramado por todas par-
descubrir por encima del Mundo el lugar de un Dios. tes. El Mundo está lleno, y está lleno de lo Absoluto.
¡Qué liberación!
102 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 103
final, durante todo el tiempo que me quede de vida,
y, sobre todo, con mi fin!...
XXVI Te confío, Jesús, desesperadamente mis últimos
años activos, mi muerte: que no logren debilitar lo
"MANE NOBISCUM, Domine, advesperascit" u . que tanto he deseado completar para Ti...
Asimilar, utilizar, la sombra de la edad; debili- ¡Gracia de terminar bien, de la manera más efi-
tamiento, aislamiento, más horizonte por delante... ciente para el prestigio de Cristo Omega!... La gra-
Encontrar en el Cristo Omega el medio de perma- cia de las gracias.
necer joven (alegre, entusiasta, emprendedor). Existencia dominada por la pasión única de pro-
No confundir con la "prudencia" todo lo que no mover la Síntesis Cristo y Universo. Amor, por con-
sería más que melancolía, indiferencia, desilusión. siguiente, a los dos (más especialmente al Cristo-
Hacer un sitio, y un sitio elevante, al fin que se Iglesia, Eje supremo)...
aproxima, y al declinar (dentro de los límites que- La Comunión por la Muerte (la Muerte-Comu-
ridos por Dios). nión)...
"Estar pronto" me ha parecido siempre que no Lo que llega, finalmente: Lo adorable.
significaba otra cosa que esto: "Estar inclinado ha- Voy al encuentro de Aquel que viene.
cia adelante"...
Que el Cristo Omega me conserve joven
(A. M. D. G.) u (juventud succionada en el Cristo
Omega: ¡la mejor de las "apologéticas"!): XXVII
1.° Porque la edad, la vejez, proviene de Él;
2.° Porque la edad, la vejez, conduce a Él; A MUCHA GENTE LE PARECE que la superioridad
3.° Porque la edad, la vejez, no me afectará del espíritu no se salvará si su primera manifesta-
más que medida por Él. ción no viniera acompañada de alguna interrupción
"Joven": optimista, activo, sonriente; clarivi- aportada a la marcha ordinaria del Mundo. Justa-
dente. mente porque es espíritu, debería decirse más bien:
Aceptar la muerte tal como me llegue en el Cristo su aparición debió tomar la forma de un coronamien-
Omega (es decir, evolutivamente)... to o de una eclosión. Pero dejemos a un lado toda
Sonrisa (interna y externa), dulzura frente a lo consideración sistemática. ¿Es que cada día no se
que llega. "crea" una masa de almas humanas en el curso de
¡Jesús-Omega, haz que yo te sirva, que te pro- una embriogénesis a lo largo de la cual no hay ob-
clame, que te glorifique, que te testifique hasta el servación científica posible que sea capaz de captar
104 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 105

la menor ruptura en el encadenamiento de los fenó- qué punto de la Biosfera deben detenerse nuestros
menos biológicos? Tenemos aquí, a la vista, cotidia- ojos en espera de lo que tiene que llegar. Por todas
namente, el ejemplo de una creación absolutamente partes, según sabíamos ya, las líneas filéticas activas,
imperceptible, inasible para la pura ciencia. ¿Por en su cima, se iban calentando de consciencia. Sin
qué levantar tantas dificultades cuando se trata del embargo, en una región muy determinada, en el cen-
primer hombre? Evidentemente, no es mucho más tro de los Mamíferos, allí en donde se forman los
difícil representarnos la aparición de la "reflexión" a más poderosos cerebros jamás construidos por la na-
lo largo de un phylum formado por individuos dife- turaleza, estas líneas se ponen al rojo. E incluso en
rentes que a lo largo de una serie de estados atra- el corazón de esta zona se alumbra ya un punto de
vesados por el mismo embrión. Pero desde el punto incandescencia.
de vista de la acción creadora, considerada en su re- No perdamos de vista ahora esta línea que se em-
lación con los fenómenos, el caso de la ontogénesis purpura de aurora.
es el mismo que el de la filogénesis. ¿Por qué no ad- Después de haber ascendido durante millares de
mitir, por ejemplo, que la acción absolutamente libre años por el horizonte, sobre un punto estrictamente
y especial por la que el Creador ha querido que la localizado, una llama va a brotar.
Humanidad coronase su obra haya influenciado, haya ¡El pensamiento está ahí!
preorganizado tan bien la marcha del Mundo antes
del Hombre, que éste nos aparece ahora (consecuen-
temente por decisión del Creador) como el fruto na-
turalmente esperado por los desarrollos de la vida? XXIX
"Omnia propter Hominem."
EL SER REFLEXIVO, en virtud de su repliegue so-
bre sí mismo, se hace bruscamente susceptible de
desarrollarse en una nueva esfera. En realidad, es
XXVIII otro mundo el que nace. Abstracción, lógica, elec-
ción e invenciones razonadas, matemáticas, arte, per-
Si EN EL ÁRBOL DE LA VIDA los Mamíferos consti- cepción calculada del espacio y de la duración, an-
tuyen una Rama maestra, la Rama maestra, los Pri- siedad y sueños del amor... Todas estas actividades
mates, es decir, los cerebromanuales, son la flecha de la vida interior no son más que la efervescencia
de esta Rama, y los Antropoides el mismo brote en del centro nuevamente constituido explotando sobre
que termina esta flecha. sí mismo.
Añadiremos que desde entonces es fácil decidir en Una vez sentado esto, he aquí mi pregunta. Si,
106 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 107
como se sigue de lo que precede, es el hecho de ha-
llarse a sí mismo "reflexivo" lo que hace al ser ver-
daderamente "inteligente", ¿podemos dudar seriamen- XXX
te de que la inteligencia sea el atributo evolutivo del
Hombre sólo? ¿Y podemos, en consecuencia, dudar ME RESULTABA DULCE en medio del esfuerzo, Dios
en reconocer, por no sé qué falsa modestia, que su mío, sentir que al desarrollarme yo mismo aumen-
posesión no representa para el Hombre un avance taba este apresuramiento en que me tienes, y me
radical sobre toda la Vida anterior a él? El animal era dulce, además, bajo el brote interior de la vida o
sabe no lo dudamos. Pero ciertamente no sabe que entre el juego favorable de los acontecimientos, en-
sabe; de otra manera, hace tiempo que hubiera mul- tregarme a tu Providencia. Haz que tras haber des-
tiplicado las invenciones y desarrollado un sistema de cubierto la alegría de utilizar todo crecimiento para
construcciones internas que no podrían escapar a hacerte o dejarte crecer en mí, acceda tranquilo a
nuestra observación. Por consiguiente, un sector de lo esta última fase de la comunión, en el curso de la
Real le está cerrado, un sector dentro del cual nos que te poseeré, disminuyéndome en Ti.
movemos nosotros, pero en el cual él no podría Tras haberte percibido como Aquel que es "un
entrar. Un foso—o un umbral—infranqueable para más yo mismo", haz, llegada mi hora, que te re-
él nos separa. En relación con él, por el hecho de conozca bajo las especies de cada fuerza, extraña o
ser reflexivos, no sólo somos diferentes, sino otros. enemiga, que parezca querer destruirme o suplan-
No sólo simple cambio de grado, sino cambio de tarme. Cuando sobre mi cuerpo (y aún más sobre mi
naturaleza, resultado de un cambio de estado. espíritu) empiece a señalarse el desgaste de la edad;
Henos aquí exactamente frente a lo que esperá- cuando caiga sobre mí desde fuera, o nazca en mí
bamos. La Vida. La Vida, por ser ascensión de cons- por dentro, el mal que me empequeñece o nos lleva;
ciencia, no podía continuar avanzando indefinida- en el momento doloroso en que me dé cuenta, repen-
mente en su línea sin transformarse en profundidad. tinamente, de que estoy enfermo y me hago viejo;
Ella debía, según decíamos, como toda magnitud sobre todo en ese momento último en que sienta que
creciente en el Mundo, llegar a ser diferente para escapo de mí mismo y soy absolutamente pasivo en
continuar siendo ella misma. manos de las grandes fuerzas desconocidas que me
han formado, Señor, en todas estas horas sombrías
hazme comprender que eres Tú (y sea mi fe lo bas-
tante grande) el que dolorosamente separa las fibras
de mi ser para penetrar hasta la médula de mi sus-
tancia y llevarme en Ti.
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 109
108 HIMNO DEL UNIVERSO
Uamiento planetario, el mecanismo psíquico de la
Sí, cuando más se incruste el mal en el fondo de Evolución se pararía de pronto, distendido, disgre-
mi carne y sea incurable, es más a Ti a quien cobijo, gado en su propia sustancia?
como un principio amante, activo, de depuración y Cuanto más se reflexiona sobre esta eventualidad,
de liberación. Cuanto más se abra ante mí el futuro algunos de cuyos síntomas mórbidos, como el exis-
como una grieta vertiginosa o un oscuro paso, más tencialismo sartriano, prueban que no se trata de un
confianza puedo tener, si me aventuro sobre tu pa- mito, más se piensa que el gran enigma propuesto a
labra, de perderme o abismarme en Ti, de ser, Jesús, nuestro espíritu por el fenómeno humano no es tanto
asimilado por tu Cuerpo. el saber cómo ha podido encenderse la vida sobre la
Energía de mi Señor, Fuerza irresistible y viviente, Tierra cuanto el comprender cómo podría apagarse
puesto que de nosotros dos Tú eres infinitamente el sin prolongarse en otra parte. Una vez hecha refle-
más fuerte, a Ti compete el don de quemarme en la xiva, ya no puede aceptar, en efecto, el desaparecer
unión que ha de fundirnos juntos. Dame todavía algo por completo sin contradecirse biológicamente a sí
más precioso que la gracia por la que todos tus fieles misma.
te ruegan. No basta con que muera comulgando. En- Y, por consiguiente, menos dispuestos nos sen-
séñame a comulgar muriendo. timos a rechazar como no científica la idea de que
el punto crítico de Reflexión planetaria, fruto de la
socialización, lejos de ser una simple chispa de la
noche, corresponde, por el contrario, a nuestro paso,
XXXI por retorno o por desmaterialización, sobre otra cara
del Universo: no un fin de lo Ultrahumano, sino un
SOBRE UNA TRAMA CÓSMICA enteramente pasiva y acceso a algo Transhumano en el corazón mismo de
a jortiori resistente, no habría podido engarzarse nin- las cosas.
gún mecanismo evolutivo. Entonces, ¿quién no per-
cibe el drama posible de una Humanidad que de
pronto perdiese el gusto de su destino? Este desen-
canto sería concebible o más bien inevitable si, por XXXII
efecto de reflexión creciente, llegáramos a darnos
cuenta de que en un mundo cerrado herméticamente PARA QUIEN PERCIBE EL UNIVERSO bajo forma de
estamos destinados a terminar cualquier día por una una subida laboriosa en común hacia la concien-
muerte colectiva total. Bajo el efecto de esta espan- cia suprema, la Vida, lejos de parecer ciega, dura
tosa constatación, ¿no resulta evidente que, a pesar o despreciable, se carga de gravedad, de responsa-
de las más violentas tracciones de la cadena de enro-
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 111
110 HIMNO DEL UNIVERSO
bílidades, de nuevas ligazones. Como ha escrito no
ha mucho con toda justicia Sir Oliver Lodge: "Bien XXXIII
entendida, la doctrina transformista es una escuela de
esperanza", y añadamos: Una escuela de mayor ca- ¿LA VIDA ES UN CAMINO O un callejón sin salida?
ridad mutua y mayor esfuerzo. Tal es el problema, apenas formulado hace algunos
Tanto, que puede sostenerse, en toda la línea, sin siglos y que aflora hoy explícito a los labios de la
paradoja, la tesis siguiente (la mejor realizada, sin masa de la Humanidad. La Humanidad, tras una cri-
duda, para tranquilizar y guiar a las mentes frente a sis, violenta y corta, en la que ha adquirido con-
la aparición de los puntos de vista transformistas): ciencia simultáneamente de su fuerza creadora y de
El Transformismo no abre necesariamente las vías a sus facultades críticas, se ha hecho legítimamente di-
una invasión del Espíritu por la Materia; más bien fícil; y ningún aguijón, tomado de entre los instintos
atestigua en favor de un triunfo esencial del Espíritu. o las necesidades económicas ciegas, bastará para ha-
Lo mismo, si no mejor, que el Fijismo, el Evolucio- cerle avanzar por largo tiempo. Sólo una razón, una
nismo es capaz de conferir al Universo la magnitud, razón verdadera e importante para amar con pasión
la profundidad, la unidad, que son la atmósfera na- la vida, podrá decidirla a avanzar más. Pero en el
tural de la Fe cristiana. plano experimental, ¿dónde podrá hallarse el esbozo
Y esta última reflexión nos lleva a concluir con la (si no la plenitud) de una justificación de la Vida?
observación general siguiente: Al parecer, en ninguna parte, sino en la considera-
Finalmente, por mucho que digamos nosotros los ción del valor intrínseco del Fenómeno humano. Sí-
cristianos, con respecto al Transformismo, o bien con gase considerando al Hombre como un añadido ac-
respecto a cualquiera de los otros puntos de vista cidental o como un juguete en el seno de las cosas, y
nuevos que atraen al pensar moderno, jamás demos se le verá arrastrado al disgusto o a la rebelión, que,
la impresión de temer nada que pueda renovar y generalizados, marcarán el fracaso rotundo de la Vida
hacer más amplias nuestras ideas sobre el Hombre y sobre la Tierra. Reconózcase, en cambio, que en el
sobre el Universo. El Mundo jamás será lo bastante campo de nuestra experiencia, el Hombre, porque es
vasto, ni la Humanidad lo bastante fuerte como para el frente que avanza de una parte de las dos ondas
ser digna de Aquel que los ha creado y se ha encar- más importantes en que se divide para nosotros lo
nado en ellos. Real tangible, tiene entre sus manos la suerte del
Universo, y entonces le hacéis dirigir la mirada hacia
un sol naciente inmenso.
El Hombre tiene derecho a inquietarse por sí mis-
112 HIMNO DEL UNIVERSO
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 113
mo, mientras se siente perdido, aislado, en la masa
de las cosas. Pero ha de avanzar alegremente hacia donde se ha hallado o, por lo menos, en donde ha
adelante tan pronto como descubra su suerte ligada debido ser hallado todo cuanto el Hombre ha hecho
a la propia suerte de la Naturaleza. Porque el poner en esta época reciente. Y lo que se conocía ya de
en duda el valor y las esperanzas del Mundo no será otros sitios, desde hace tiempo, no alcanzó un defini-
en el Hombre virtud crítica, sino enfermedad espi- tivo valor humano más que al incorporarse al sistema
ritual. de ideas y de actividades europeas. No es una simple
candidez celebrar como un gran acontecimiento el
descubrimiento de América por Colón...
XXXIV De hecho, desde hace seis mil años ha germinado
alrededor del Mediterráneo una neo-Humanidad, la
A L PESIMISTA LE ES FÁCIL desdeñar este período cual acaba de absorber en estos mismos momentos
extraordinario en civilizaciones que van derrumbán- los últimos vestigios del mosaico neolítico; es decir,
dose una tras otra. Pero, ¿no resulta mucho más el brote de otra capa, la más apretada de todas, en
científico reconocer, una vez más, bajo estas sucesi- la Noosfera.
vas oscilaciones a la grande espiral de la Vida ele-
Y la prueba está en que de una manera inevita-
vándose irreversible, por relevos, siguiendo así la
ble, de un extremo a otro del Mundo, todos los pue-
línea maestra de su evolución? Susa, Memfis, Atenas,
blos, para mantenerse humanos o para llegar a serlo
pudieron morir. Sin embargo, una consciencia del
aún más, se han visto conducidos a plantearse las es-
Universo, siempre en progresiva organización, pasa
peranzas y los problemas de la Tierra moderna en los
de una mano a otra mientras su empuje va cre-
mismos términos en que el Occidente llegó a formu-
ciendo.
lárselos.
Más adelante, al hablar de la planetización de la
Noosfera, voy a dedicarme a restituir a los demás
fragmentos de Humanidad la parte importante y esen- XXXV
cial que les está reservada en la plenitud esperada de
la Tierra. En el momento presente de nuestra inves- RECONOZCÁMOSLO, PUES, EN FIN, FRANCAMENTE.
tigación habría que falsear, por sentimiento, los he-
Además de sus reticencias y de sus impotencias fren-
chos para no reconocer que, durante los tiempos his-
te a los "últimos días de la Especie", lo que más
tóricos, el eje principal de la Antropogénesis ha pa-
desacredita en este momento, ante la mirada de los
sado precisamente por el Occidente. Es en esta zona
hombres, la fe en el progreso es la desgraciada ten-
ardiente de crecimiento y de refundición universal en
dencia que manifiestan todavía sus adeptos a desfi-
gurar en lamentables milenarismos lo que hay de

114 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 115
más noble y de más legítimo en nuestra espera, ahora cuencia de la renovación en nosotros del Sentido de
consciente, de un algo "ultrahumano". Un período la Especie.
de euforia y de abundancia—una edad de Oro—, he
aquí todo lo que para nosotros tendría en reserva la
Evolución; se nos quiere decir. Y ante un ideal tan
XXXVI
"burgués", es justo que nuestro corazón desfallezca.
Frente a este materialismo y a este naturalismo
auténticamente "paganos", se hace urgente recordar, REPLIEGA TUS ALAS, ¡oh, alma mía!, que habías
de nuevo, que si las leyes de la Biogénesis suponen abierto, tan grandes, para alcanzar las cumbres te-
e implican, efectivamente, por naturaleza, un mejo- rrestres donde la luz es la más ardiente. Espera a
ramiento económico de las condiciones humanas, no que el Fuego descienda, si es que quiere que tú seas
se trata de una cuestión de bienestar, sino de una sed de Él.
de más ser, la cual puede, por sí sola, por necesidad Para atraer su Poderío, relaja primero los efectos
psicológica, liberar a la Tierra pensante del taedium que te religan todavía a objetos demasiado queridos
vitae. por ellos mismos. La verdadera unión que debes per-
Y aquí es donde se descubre con plena claridad seguir con las criaturas que te atraen no se realiza
la importancia de la idea, antes introducida, de que yendo derecho a ellas, sino convergiendo con ellas
sería en su punta (o superestructura) de concentra- hacia Dios, buscando a través de ellas. No es ma-
ción espiritual y no sobre su base (o infraestructura) terializándose en un contacto carnal, sino espirituali-
de arreglo material sobre la que recaiga, biológica- zándose en Dios como las cosas se aproximan y lle-
mente en equilibrio, la Humanidad. gan, siguiendo su pendiente invencible, a no ser más
Porque una vez admitida, siguiendo esta línea, la que una, todas conjuntamente. Sé, pues, casta, ¡oh,
existencia de un punto crítico de Especiación al tér- alma mía!
mino de las Técnicas y de las Civilizaciones (con la Y cuando hayas aligerado tu ser, desata, aún más
prioridad mantenida hasta el fin en Biogénesis de la lejos, las fibras de tu sustancia. En el amor exagerado
Tensión sobre el Reposo), se abre al fin una salida que te tienes, te asemejas a una molécula cerrada
en la cima del Tiempo no sólo para nuestras espe- sobre sí misma, que no pudiera entrar fácilmente en
ranzas de evasión, sino para la espera de alguna re- cualquier combinación nueva. Dios espera de ti más
velación. apertura y más agilidad. Para pasar en Él, necesitas
Precisamente, es lo mejor que podría reducir el ser más libre y más vibrante. Renuncia, pues, a tu
conflicto entre luz y tinieblas, entre exaltación y egoísmo y a tu miedo a sufrir. Ama a los otros como
angustia, en el que nos hallamos sumidos a conse- a ti mismo, es decir, introdúceles en ti a todos, a
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 117

Gracias a Ti, esta espera y esta fe están ya llenas


116 HIMNO DEL UNIVERSO
de virtud operante. Pero cómo podré testimoniarte
aquellos incluso que no querrías si fueses pagano. y probarme a mí mismo, mediante un esfuerzo ex-
Acepta el dolor. Toma tu cruz, ¡oh, alma mía!... terior, que no soy de los que dicen tan sólo a flor
de labios: "¡Señor, Señor!" Colaboraré en tu acción
previsora, y lo haré de modo doble. Primero, res-
ponderé a tu inspiración profunda que me ordena
XXXVII existir, teniendo cuidado de nunca ahogar, ni desviar,
ni desperdiciar mi fuerza de amar y de hacer. Y
Nos OLVIDAMOS DE ELLO CONSTANTEMENTE. Lo so-
luego, a tu Providencia envolvente, que me indica en
brenatural es un fermento, un alma, no un organis-
todo instante, por los acontecimientos del día, el
mo completo. Viene a transformar "la naturaleza";
paso siguiente que he de dar, el escalón que he de
pero no podría prescindir de la materia que ésta
subir, me uniré mediante el cuidado de no perder
le ofrece. Si los Hebreos se mantuvieron tres mil años
ocasión alguna de subir hacia el "espíritu".
pendientes del Mesías, es porque lo veían nimbado
por la gloria de su pueblo. Si los discípulos de San
Pablo vivían perpetuamente anhelantes por el Gran
Día, es porque esperaban del Hijo del Hombre la
solución personal y tangible de los problemas y de XXXIX
las injusticias de la vida. La espera del Cielo no
podría existir más que si se encarna. ¿Qué cuerpo ¿POR QUÉ, PUES, HOMBRES DE POCA FE, hay que
podremos dar a nuestra espera de hoy? temer o rechazar el progreso del Mundo? ¿Por qué
Podremos darle el cuerpo de una inmensa espe- multiplicar imprudentemente las profecías y las pro-
ranza totalmente humana. hibiciones: "No vayáis..., ni intentéis..., todo es ya
conocido: la Tierra está vacía y vieja: ya no se puede
encontrar nada"?
XXXVIII ¡Todo intentarlo por Cristo! ¡Esperarlo todo por
Cristo! "¡Nihil intentatum!" He aquí precisamente,
Tú, CUYA AMANTE SABIDURÍA me forma a partir de por el contrario, la auténtica actitud del cristiano.
todas las fuerzas y de todos los azares de la Tie- Divinizar no es destruir, sino sobrecrear. Jamás sa-
rra, permíteme que esboce un gesto cuya eficacia bremos todo lo que la Encarnación espera todavía de
plena se me aparezca frente a las fuerzas de dismi- las potencias del Mundo. Nunca esperamos bastante
nución y de muerte; haz que tras haber deseado, de la creciente unidad humana.
crea, crea ardientemente, crea sobre todas las cosas,
en tu Presencia activa.
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 119

SENTIDO DEL ESFUERZO HUMANO XLI

PROSEGUIMOS, en la humildad del temor y en la


excitación del peligro, la culminación de un elemen-
XL to que el Cuerpo místico no puede recibir más que
de nosotros. Nuestra paz se complementa con la exal-
Lo QUE ME APASIONA en la vida es el poder cola- tación de crear, en medio del peligro, una obra eter-
borar en una obra, en una Realidad más duradera na que no existirá sin nosotros. Nuestra confianza en
que yo: dentro de este espíritu y de esta visión trato Dios se anima y se fortalece con el encarnizamiento
de perfeccionarme y de dominar un poco más las humano por conquistar la Tierra.
cosas. La muerte que viene a mi encuentro deja in-
tactas estas cosas, estas ideas, estas realidades más
sólidas y más preciosas que yo mismo; por lo demás,
la fe en la Providencia me inclina a creer que esta XLII
muerte llega a su debida hora, con su fecundidad mis-
teriosa y particular (no sólo por lo que se refiere SORPRENDERÍA ENCONTRAR EN UN RAMILLETE flo-
al destino sobrenatural del alma, sino también para res imperfectas, "sufrientes", puesto que los ele-
los progresos ulteriores de la Tierra). Entonces, ¿por mentos han sido escogidos uno a uno y conjunta-
qué temer y atormentarme si lo esencial de mi vida dos artificialmente. En un árbol, por el contrario,
queda intacto, si el mismo designio se prolonga, sin que tiene que luchar contra los accidentes externos
ruptura ni discontinuidad ruinosa?... Las realidades de su desarrollo y con los accidentes externos de las
de la fe no tienen la misma consistencia sentida que intemperies, las ramas tronchadas, las hojas lacera-
las de la experiencia. Por eso, inevitablemente, pro- das, las flores secas, enfermizas o ajadas, están "en
videncialmente, cuando hay que dejar a las unas por su sitio": reflejan las condiciones más o menos difí-
las otras, se experimenta un escalofrío y un vértigo. ciles de crecimiento experimentadas por el tronco
Pero ese es el momento de hacer que triunfe la que las sostiene.
adoración y la confianza y de sentir la alegría de De igual manera, en un universo en que cada cria-
formar parte de un todo mayor que uno mismo. tura constituyese una pequeña totalidad cerrada, que-
rida por ella misma, y teóricamente transportable a
voluntad, difícilmente podríamos justificar, en nuestro
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS lzi
120 HIMNO DEL UNIVERSO
cubra los secretos de su contextura, de sus movimien-
espíritu, la presencia de individuos dolorosamente tos y de su pasado.
truncados en sus posibilidades y en sus logros. ¿Por Que las Energías, dominadas, se dobleguen ante
qué esta gratuita desigualdad y esas gratuitas res- nosotros y obedezcan a nuestro poderío.
tricciones?... Que los Hombres, convertidos en más conscien-
Como contrapartida, si realmente el Mundo re- tes y más fuertes, se agrupen en organizaciones ricas
presenta una obra de conquista actualmente en cur- y felices, en las que la vida, mejor utilizada, produzca
so, si realmente, merced a nuestro nacimiento, nos el ciento por uno.
encontramos inmersos en plena batalla, entrevemos Que el Universo ofrezca a nuestra contemplación
que, para lograr la culminación del esfuerzo universal los símbolos y las formas de toda Armonía y de toda
del que somos a la vez colaboradores y prenda, es Hermosura.
inevitable que exista el dolor. El Mundo, visto expe- ... Debo buscar y debo encontrar.
rimentalmente, a nuestra escala, es un inmenso tanteo, Ahí está inmerso, Señor, el Elemento en que tú
una inmensa búsqueda, un inmenso ataque: sus pro- quieres habitar aquí abajo.
gresos no pueden cuajar sino al precio de muchos ¡Ahí está implicada tu existencia entre nosotros!
fracasos y de muchas heridas. Los que sufren, sea
cualquiera la especie a que pertenecen, son la ex-
presión de esa condición, austera pero noble... No
hacen sino pagar el precio del caminar hacia adelante XLIV
y del triunfo de todos. Son los caídos en el campo
de honor. VEAMOS, PUES, UN POCO si no podríamos escapar
a la ansiedad que nos produce en este momento el
peligroso poder de pensar, sencillamente pensando
XLIII mejor aún. Y para ello empecemos por tomar altura,
hasta ver por encima de los árboles que nos están
ocultando el bosque. Es decir, olvidando por un mo-
¿Es ESTO VERDAD, SEÑOR?... Divulgando la Cien- mento el detalle de las crisis económicas, de las ten-
cia y la Libertad, puedo densificar, tanto en Sí mis- siones políticas y de las luchas de clases que nos ta-
ma como para mí, la atmósfera divina, en la que ponan el horizonte; elevémonos lo bastante para ob-
mi único deseo es siempre sumergirme en ella. Adue- servar en su conjunto, y sin pasión, sobre los últimos
ñándome de la Tierra es como puedo vincularme cincuenta o sesenta años, la marcha general de la
a Ti... Hominización.
Que la Materia, escrutada y manipulada, nos des-
122 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 123

Situados a esta distancia favorable, ¿qué vemos trado una Belleza superior que nos domina; es la
primero? ¿Qué vería, sobre todo, si existiese, un ob- embriaguez de ser poseídos.
servador llegado de las estrellas? Benditas sean, pues, las decepciones que nos arre-
Sin duda, dos fenómenos principales: batan la copa de los labios, y las cadenas que nos
1.° El primero es que, a lo largo de medio si- obligan a ir hacia donde no quisiéramos ir.
glo, la Técnica ha realizado progresos increíbles; Bendito sea el Tiempo inexorable y su perpetua
no se trata de una técnica dispersa y local, sino de sujeción, la inexorable esclavización del Tiempo que
una auténtica geotécnica, que extiende a la totali- va demasiado lentamente e irrita nuestras impacien-
dad de la Tierra la red estrechamente interdependien- cias, del Tiempo que camina demasiado deprisa y
te de sus empresas. nos hace envejecer, del Tiempo que no se detiene y
2.° Y el segundo es que, durante ese mismo pe- que no vuelve jamás.
ríodo, al mismo paso y en la misma escala de co- Bendita sea, sobre todo, la Muerte y el horror de
operación y de realización planetarias, la Ciencia ha su recaída en las Energías Cósmicas. Al morir, una
transformado en todos los sentidos (de lo Ínfimo a potencia más fuerte que el Universo se infiltra en
lo Inmenso y a lo Inmensamente Complicado) nues- nuestros cuerpos para pulverizarlos y desintegrarlos;
tra visión común del Mundo y nuestro común poder una atracción más formidable que cualquier tensión
de acción. material arrastra nuestras almas, sin resistencia, hacia
el Centro que les conviene. La Muerte nos hace per-
der pie de manera total en nosotros mismos, para
entregarnos a las Potencias del Cielo y de la Tierra.
XLV Ahí culmina el escalofrío que produce..., pero al
mismo tiempo es, para el místico, el colmo de su
¿QUÉ HAY EN EL SUFRIMIENTO que me vincula tan beatitud...
profundamente a Ti? La operación creadora de Dios no nos amasa, en
¿Por qué cuando Tú me has tendido unos lazos he efecto, como una arcilla maleable. Es un fuego que
experimentado una alegría más estremecida que si anima a los que toca, un Espíritu que les vivifica.
me hubieras ofrecido unas alas? Viviendo es como debemos, en definitiva, entregarnos
¡Ah! Es que el único elemento que más aprecio en a Ella, amoldarnos a Ella, identificarnos con Ella. El
tus dones, Señor, es el perfume de tu influjo y la místico experimenta por momentos la imagen obse-
impresión de tu Mano sobre mí. Más que la liber- sionante y agudizada de esa situación... Si alguien
tad y la exaltación del éxito, lo que nos embriaga posee ese conocimiento y ama, se apodera de él una
a nosotros los hombres es la alegría de haber encon- fiebre de dependencia activa y de pureza laboriosa
124 HIMNO DEL UNIVERSO
hasta la total fidelidad y la completa utilización de PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 125
sus fuerzas.
Para que las pulsaciones del Ritmo fundamental verso así deificado es Jesucristo, quien, por la atrac-
tengan en él su perfecta resonancia, el místico se ción de su amor y la eficacia de su Eucaristía, recoge
hace dócil a las menores indicaciones del deber hu- en Sí poco a poco todo el poderío de unidad difusa
mano, a las más discretas insinuaciones de la gracia. a través de la Creación...
Para captar un poco mejor la Energía creadora, El Cristo me agota por entero con su mirada.
desarrolla incansablemente su pensamiento; dilata Con la misma percepción y la misma presencia, pe-
su corazón, intensifica su actividad exterior. Porque netra a los que me rodean y a quienes amo. Gracias
la criatura debe trabajar si quiere ser creada conti- a Él, pues, tal en un medio divino, me uno a los
nuamente. otros por dentro de ellos mismos; puedo operar so-
Para que ninguna mancha, en fin, le separe, aun- bre ellos por todas las fuentes de mi vida.
que no sea más que por un átomo de sí mismo, de El Cristo nos religa y nos manifiesta los unos a
la limpidez esencial, depura sin tregua sus afectos, los otros.
rechazando las más ligeras opacidades en las que ti- Lo que mi boca no puede hacer entender a mi
tubearía y empañaría la luz... hermano y a mi hermana, Él se lo dirá mejor que
yo. Lo que mi corazón les desea, con un ardor in-
quieto e impotente, Él se lo otorgará, si es que es
bueno. Lo que los hombres no escuchan de mi voz
XLVI demasiado débil, a lo que encierran en sus oídos para
no oírlo, se lo confío como recurso al Cristo que al-
EN FAVOR DE LA SANTIDAD Dios no se contenta gún día lo repetirá en su corazón. Y si esto es así,
con emitir, más activa, la influencia creadora, hija de puedo morir con mi ideal, ser amortajado con la vi-
su Poderío. Él mismo desciende a su obra para ci- sión que quería hacer compartir a los otros. El Cristo
mentar la unificación. Él nos lo ha dicho, Él y no recoge, para la vida por venir, las ambiciones ahoga-
Otro. A medida que las pasiones del alma se concen- das, las luces incompletas, los esfuerzos inacabados o
tran sobre Él, las invade, las penetra, las capta en su malogrados, pero sinceros. Nunc dimittis, Domine,
irresistible simplicidad. Entre los que se aman con servum tuum in pace...
caridad, aparece, nace, de alguna manera, como un Sucede a veces que el corazón puro, al lado de la
lazo sustancial de su afecto... felicidad que le pacifica en sus deseos y sus afectos
Es Dios en persona quien surge en el corazón del individuales, discierne en sí un gozo especial, de ori-
Mundo simplificado. Y la figura orgánica del Uni- gen exterior a él, que le envuelve de un inmenso
bienestar. Es el reflujo en su pequenez personal de la
nueva salud que el Cristo, por medio de su Encarna-
126 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 127

ción, ha infundido a la Humanidad. En Jesús, las alma se paga con el enorme riesgo que se corre y que
almas tienen calor, porque se comunican entre ellas... se acepta. Exige que nos juguemos, sin reservas, la
Pero para participar en este gozo y en esta visión Tierra contra el Cielo. Quiere que renunciemos a la
es preciso que hayan tenido el valor anteriormente unidad poseída y palpable de la vida egoísta para
de romper su pequeña individualidad y de desperso- arriesgarnos sobre Dios. "Si el grano de trigo no des-
nalizarse de alguna manera a fin de centrarse sobre aparece en la tierra y se pudre en ella, permanece
Jesucristo... estéril."
Porque esto es la ley del Cristo, y es formal: Si Cuando un hombre, por tanto, tiene penas, está
quis vult post me venire, abneget semetipsum. enfermo, o muere, nadie de entre nosotros, que lo
La pureza está hecha a base de renuncia y morti- vemos, sabrá decir con certidumbre si disminuye en
ficación. su ser o se engrandece. Puesto que, bajo las mismas
Y la Caridad todavía más aún... apariencias, los dos Principios extremos atraen, exac-
Una vez que se ha resuelto a practicar generosa- tamente, a sus fieles hacia la simplicidad o hacia la
mente el amor de Dios y del prójimo, el hombre se Multitud: Dios y la nada 13.
da cuenta que no ha hecho todavía nada, corrigien-
do su unidad interior por separaciones generosas.
Esta unidad, a su vez, debe, antes de renacer en el XLVII
Cristo, sufrir un eclipse que parecerá aniquilarla. En
efecto, serán salvos quienes, transportando audaz-
EL EGOÍSMO, sea privado o racial, tiene sus ra-
mente fuera de ellos mismos el centro de su ser, osen
amar a Otro más que a sí, se conviertan en este Otro zones para exaltarse ante la idea del elemento, ele-
de alguna manera, es decir, atraviesen la muerte para vándose, por su fidelidad misma a la Vida, hasta los
buscar la Vida. Si quis vult animam suam salvam extremos de aquello que él mismo considera único e
faceré, perdet eam. incomunicable en sí. Así, pues, puede decirse que
siente de una manera justa. Su único error, suficiente,
Al precio de este sacrificio, evidentemente, sabe
sin embargo, para desviarle de su camino de un ex-
el creyente que conquista una unidad muy superior a
tremo a otro, es el de confundir la individualidad con
la que abandona. ¿Pero quién podrá decir la angustia
la personalidad. Cuando busca separarse lo más po-
de esta metamorfosis? Entre el momento en que con-
sible de los demás, el elemento se individualiza; pero
siente desanudarse de su unidad inferior y el minuto
al hacerlo, da un paso atrás y consigue arrastrar al
beatífico en que llega al dintel del ser nuevo, el cris-
Mundo hacia atrás, hacia la pluralidad, en la Materia.
tiano verdadero se siente flotar sobre el abismo de la
En realidad, se disminuye a sí mismo y se pierde.
disociación y el aniquilamiento... La salvación del
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 129
128 HIMNO DEL UNIVERSO

Con el objeto de ser nosotros mismos de una ma-


nera plena, nos es necesario avanzar, en dirección in- XLVIII
versa, en el sentido de una convergencia con todo lo
demás, hacia el Otro. La meta de nosotros mismos, el E L PAN SACRAMENTAL está hecho de granos pren-
colmo de nuestra originalidad, no es, pues, nuestra sados y triturados. Su pasta ha sido largamente ama-
individualidad, es nuestra persona; y ésta, por la sada. Tus manos, Jesús, lo han roto antes de santi-
estructura misma evolutiva del Mundo, no podemos ficarlo. ..
hallarla más que uniéndonos. No existe espíritu sin ¿Quién podrá expresar, Señor, la violencia que
síntesis. Siempre, pues, la misma ley de arriba abajo. sufre el Universo desde el momento en que ha caído
El verdadero Ego crece en razón inversa del "Egotis- bajo tu dominación?
mo". El elemento, a imagen del Omega que le atrae, Cristo es el aguijón que espolea a la criatura por
no llega a ser personal más que al unlversalizarse. el camino del esfuerzo, del agotamiento, del des-
... Todo esto, sin embargo, con una condición arrollo.
evidente y esencial. Del análisis precedente se sigue Es la espada que separa, sin piedad, a los miem-
que las partículas humanas, para que se personalicen bros indignos o podridos.
verdaderamente bajo la influencia creadora de la Es la Vida más fuerte que mata inexorablemen-
Unión, no deben reunirse de una manera cualquiera. te los egoísmos inferiores para acaparar toda su
Dado que se trata, en efecto, de realizar una síntesis potencia de amar.
de centros, aquellas partículas deben entrar en con- Para que Jesús penetre en nosotros es necesario,
tacto mutuo de centro a centro y no de otra manera. alternativamente, el trabajo que dilata y el dolor
Entre las diversas formas de interactividad psíquica que mata, la vida que hace crecer al hombre para
que animan la Noosfera, son, pues, las energías de que sea santificable y la muerte que le disminuye
naturaleza "intercéntrica" las que debemos reconocer, para que sea santificado...
captar y desarrollar antes que otra cualquiera si que- El Universo cruje; se escinde dolorosamente en el
remos contribuir de manera eficaz a los progresos de corazón de cada mónada, a medida que nace y crece
la Evolución en nosotros mismos. la Carne de Cristo. Lo mismo que la creación, a la
que rescata y supera, la Encarnación, tan deseada, es
Y henos aquí, por este mismo hecho, conducidos una operación terrible; se realiza por medio de la
al problema de Amar. Sangre.
¡Que la sangre de Jesús (la sangre que se infun-
de y la sangre que se desparrama, la sangre del es-
9
130 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 131

fuerzo y la sangre de la renuncia...) se mezcle con Uezas del Cielo y de la Tierra, las facultades del alma,
el dolor del Mundo! convergen, coinciden y se funden con la llama de un
Hic est calix sanguinis mei... acto único, en el que la percepción se confunde con
el amor. La acción específica de la pureza (su efecto
formal, diría la Escolástica) es, pues, unificar las po-
XLIX tencias interiores del alma en el acto de la pasión
única, extraordinariamente rica e intensa. El alma
E L CORAZÓN PURO es el que, amando a Dios por pura, finalmente, es la que, superando la múltiple y
encima de todas las cosas, sabe también verle di- desorganizante atracción de las cosas, templa su uni-
fundido por todas partes. Bien se eleve por encima dad (es decir, madura su espiritualidad) con los ar-
de toda criatura, hasta una aprehensión casi directa dores de la simplicidad divina.
de la Divinidad, bien se lance—como es deber de Lo que la Pureza opera en el interior del ser in-
todo hombre—sobre el Mundo que hay que perfec- dividual, la Caridad lo realiza en el seno de la co-
cionar y que conquistar, el justo no presta atención lectividad de las almas. Sorprende (cuando se piensa
más que a Dios. Para él, los objetos han perdido su en ello con una mente no embotada por el hábito) el
multiplicidad de superficie. Dios se ofrece a un ver- cuidado extraordinario con que Jesús recomienda a
dadero abrazo en cada uno de ellos, en la medida de los hombres que se amen los unos a los otros. El
sus cualidades y de sus peculiares suertes. El alma amor mutuo es el mandamiento nuevo del Maestro,
pura, y éste es su privilegio natural, se mueve en el el carácter distintivo de sus discípulos, la señal se-
seno de una inmensa y superior unidad. ¿Quién no gura de nuestra predestinación, la obra principal de
ve que, mediante ese contacto, el alma va a unificarse toda existencia humana. Seremos juzgados sobre la
hasta su propia médula? ¿Y quién no adivina, en Caridad, condenados o justificados por ella...
consecuencia, el auxiliar inapreciable que los progre-
sos de la Vida van a encontrar en el Verbo?
Así como el pecador, que se abandona a sus pa- L
siones, dispersa y disocia su espíritu, el santo, en
Nos ATREVEMOS A VANAGLORIARNOS de ser una
virtud de un proceso inverso, se sustrae a la com-
edad de la Ciencia. Y hasta cierto punto, si sólo
plejidad de los afectos... Por eso mismo, se inmate-
queremos hablar de una aurora en contraste con la
rializa. Todo es Dios para él, Dios le es todo, y Je- noche que la precede, podemos decir que es verdad.
sús es a la vez Dios y todo para él. Sobre un objeto Algo muy enorme nació en el Universo gracias a
así, que agota en su simplicidad—para los ojos, para nuestros descubrimientos y a nuestros métodos de
el corazón, para el espíritu—, la Verdad y las Be-

•'!*,
132 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 133

búsqueda. Algo que, estoy convencido de ello, ya no piral perdieran en algo su grado de realidad, de su
se detendrá jamás. Pero, si es verdad que exaltamos consistencia, al ascender siempre más alto? Suprají-
la Investigación y si nos aprovechamos de ella, ¡con sica, no infrafísica: esa solamente debe ser, si ha de
qué mezquindad de espíritu y de medios y con qué permanecer coherente con el resto, la Cosa todavía
desorden estamos todavía investigando en la actua- innominada que debe hacer aparecer en el Mundo la
lidad! gradual combinación de los individuos, de los pueblos
¿Habremos alguna vez reflexionado acerca de esta y de las razas. La Realidad, la Realidad misma, cons-
situación de miseria? tituida por la reunión viva de las partículas reflexivas,
La Ciencia, lo mismo que el Arte, y casi se podría existe y debe ser considerada como más profunda
decir como el Pensamiento, nació bajo las aparien- que el Acto común de visión por el cual la expresa-
cias de algo superfluo, de una fantasía. Exuberancia mos, más importante que la Potencia común de ac-
interna por encima de las necesidades materiales de ción, de la cual emerge por una especie de autona-
la Vida. Curiosidad de soñadores y de ociosos. Sin cimiento.
embargo, y progresivamente, tanto su importancia Ello equivale a decir (cosa muy verosímil) que
como su eficiencia le dieron derecho de ciudadanía. la Trama del Universo, al hacerse pensante, no ter-
Al vivir en un Mundo, al cual podemos decir con jus- minó aún su ciclo evolutivo y que, por consiguien-
ticia que revolucionó la Ciencia, hemos aceptado el te, estamos avanzando hacia adelante, en la direc-
papel social de ésta, incluso su culto mismo. A pesar ción de algún nuevo punto crítico. La Biosfera, a
de todo ello, la dejamos todavía crecer al azar, casi pesar de sus relaciones orgánicas, cuya existencia
sin ningún cuidado, como estas plantas salvajes cu- se nos ha revelado por todas partes, no formaba aún
yos frutos recogen los pueblos primitivos en el bos- sino un conjunto de líneas divergentes y libres por
que. sus extremos. Bajo los efectos de la Reflexión y de
los repliegues que ésta comporta, las cadenas se cie-
LI rran, y la Noosfera tiende a constituirse en un úni-
co sistema cerrado, en el cual cada elemento, por sí
APOYÁNDONOS EN UNA MEJOR INTELIGENCIA de lo mismo, ve, siente, desea y sufre las mismas cosas
Colectivo, creo que esta palabra debe ser compren- que todos los demás simultáneamente.
dida sin ninguna clase de atenuante ni de metáfora Una colectividad armonizada de conciencias, equi-
cuando se aplica al conjunto de todos los humanos. valente a una especie de superconciencia, la Tierra
El Universo es necesariamente una magnitud homo- cubriéndose no sólo de granos de pensamiento, con-
génea en su naturaleza y en sus dimensiones. Ahora tándose por miríadas, sino envolviéndose en una
bien: ¿lo seguiría siendo aún si las vueltas de su es- sola envoltura pensante hasta no formar funcional-
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 13 5
134 HIMNO DEL UNIVERSO
¡Señor, sueño con ver brotar de tantas riquezas,
mente más que un solo amplio Grano de Pensamien- inutilizadas o pervertidas, todo el dinamismo que en-
to a escala sideral. La pluralidad de las reflexiones cierran! ¡Quiero consagrarme a la tarea de colaborar
individuales agrupándose y reforzándose en el acto en este trabajo!
de una sola Reflexión unánime. En la medida de mis fuerzas, puesto que soy sa-
Esta es la figura general bajo la cual, por analo- cerdote, de ahora en adelante quiero ser el primero
gía y por simetría con el Pasado, nos sentimos con- en adquirir conciencia de lo que el Mundo ama, per-
ducidos de manera científica para representarnos en sigue, sufre; el primero en buscar, en simpatizar, en
el futuro a esta Humanidad, y fuera de la cual no sufrir; el primero en abrirme como una flor y en
se abre ninguna salida terrestre a las exigencias te- sacrificarme más intensamente humano y más noble-
rrestres de nuestra Acción. mente terrestre que ningún otro servidor del Mundo.
Quiero, por una parte, sumergirme en las Cosas,
y, mezclándome en ellas, descubrir, mediante la po-
LII sesión, hasta la última partícula lo que encierran de
vida eterna, con el fin de que nada se pierda. Y quie-
Tú LO SABES, Dios MÍO, que el Mundo no se me ro, al mismo tiempo, mediante la práctica de los con-
presenta ya bajo los rasgos de su multiplicidad. sejos, recuperar en la renuncia todo lo que de llama
Cuando lo contemplo, advierto, sobre todo, en él celestial encierra la triple concupiscencia; santificar,
un receptáculo sin límites en donde las dos energías en la castidad, la pobreza, la obediencia, el poder en-
contrarias de la alegría y del sufrimiento se acumu- cerrado en el amor, en el oro y en la independencia.
lan en cantidades inmensas, inutilizadas en su ma- Aquí está la razón de por qué he revestido mis
yoría. votos y mi sacerdocio (en ello radica mi fuerza y mi
Veo que por esta masa inestable y agitada circu- felicidad) de un espíritu de aceptación y de diviniza-
lan corrientes psíquicas potentes, constituidas por ción de las Potencias de la Tierra.
almas que encierran en sí la pasión del Arte y del
Eterno Femenino, la pasión de la Ciencia y del Uni-
verso dominado, la pasión de la autonomía individual
y de la Humanidad liberada. Lili
A veces, estas corrientes coinciden en crisis tre-
mendas. Hierven en su esfuerzo por equilibrarse. SEÑOR, HAZ VER A TODOS TUS FIELES cómo en un
¡Cuánta gloria para Ti, Dios mío, y qué afluencia sentido real y pleno "sus obras le siguen" en tu rei-
de vida para tu Humanidad, si toda esa potencia es- no: "Opera sequuntur illos." Sin esto serán como
piritual se armonizase en Ti!
136 PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 137
HIMNO DEL UNIVERSO

esos obreros perezosos a quienes no espolea una mi-


LV
sión. O bien, si el instinto humano domina en ellos
las vacilaciones o los sofismas de una religión insufi-
LA DIVINIZACIÓN DE NUESTRO ESFUERZO por el va-
cientemente patentizada, permanecerán divididos, in-
lor de la intención que implica infunde un alma pre-
cómodos en el fondo de sí mismos, y se dirá que los
ciosa a todas nuestras acciones; pero no confiere a
hijos del Cielo no pueden competir, en el campo hu-
su cuerpo la esperanza de una resurrección. Ahora
mano, con los hijos de la Tierra en cuanto a convic-
bien, esta esperanza nos es imprescindible para que
ción y, por tanto, a igualdad de armas.
sea completa nuestra alegría. Ya es mucho poder pen-
sar que si amamos a Dios habrá algo de nuestra ac-
tividad interior, de nuestra operatio, que no se per-
LIV derá. Pero el propio trabajo de nuestras mentes, de
nuestros corazones y de nuestras manos—nuestros re-
sultados, nuestras obras, nuestra opus—, ¿no se "eter-
E L GRAN TRIUNFO del Creador y del Redentor, en
nizará"?, ¿no se salvará en cierto modo?...
nuestras perspectivas cristianas, es el haber transfor-
¡Oh sí, Señor, se salvará en virtud de una preten-
mado en factor esencial de vivificación lo que es en
sión que has situado tú mismo en el corazón de mi
sí una fuerza universal de disminución y de desapari-
voluntad! Quiero, necesito que así sea.
ción. Dios, para penetrar definitivamente en nos-
Lo quiero, porque me gusta irresistiblemente lo
otros, debe en cierto modo ahondarnos, vaciarnos,
hacerse un lugar. Para asimilarnos en él debe mani- que tu permanente concurso me permite llevar a
pularnos, refundirnos, romper las moléculas de nues- realidad cada día. Este pensamiento, este perfec-
tro ser. La Muerte es la encargada de practicar hasta cionamiento material, esta armonía, este matiz par-
el fondo de nosotros mismos la abertura requerida. ticular de amor, esta complejidad exquisita de una
Nos hará experimentar la disociación esperada. Nos sonrisa o de una mirada, todas estas bellezas nuevas
pondrá en el estado orgánico que se requiere para que aparecen por primera vez en mí y en torno a mí
que penetre en nosotros el Fuego divino. Y así, su sobre el rostro humano de la Tierra las mimo como
poder nefasto de descomponer y de disolver se ha- a hijos, y no puedo pensar que, en su carne, hayan
llará puesto al servicio de la más sublime de las ope- de morir completamente. Si yo creyera que estas co-
raciones de la Vida. Lo que era por naturaleza vacío, sas se marchitan para siempre, ¿les habría dado ja-
laguna, retorno a la pluralidad, puede convertirse, más mi vida? Cuanto más me analizo, más descubro
para cada existencia humana, en plenitud y en uni- esta verdad psicológica: que ningún hombre levanta
dad con Dios. su dedo meñique para ninguna obra sin que le mué-
138 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 139

va la convicción, más o menos oscura, de que está noche, el amor de Dios; es preciso haberse ejercitado
trabajando infinitesimalmente (al menos, de modo in- amplia y pacientemente en esa tarea, si se quiere
directo) para la edificación de algo Definitivo, es de- hacerse una idea de la virtud operadora y de la Obra
cir, Tu misma obra, Dios mío. de la Fe.
Al vencedor valiente de la lucha contra las falsas
seguridades, contra las falsas potencias y contra las
LVI falsas atracciones del Pasado, le está reservado po-
der llegar a esa fuerte y beatificante experiencia de
Es NECESARIO DECIRSE UNA VEZ MÁS: "En verdad, que "cuanto más perdemos pie en el Porvenir mo-
en verdad, sólo los audaces entran en el Reino de vible y oscuro, más penetramos en Dios".
Dios oculto, ya desde ahora, en el corazón del Mun-
do."
De nada sirve leer sólo con los ojos estas pá- Lvn
ginas y otras similares escritas hace dos mil años.
Quien, sin poner la mano en el arado, crea haber- No, NO ME PIDES NADA FALSO ni irrealizable, sino,
las comprendido, es un iluso. Hay que hacer la sencillamente, por tu Revelación y por tu Gracia,
prueba. fuerzas a lo que hay de más humano en nosotros a
Ante la incertidumbre práctica del mañana, es que tome, al fin, conciencia de sí mismo. La Huma-
preciso haberse abandonado, en un verdadero recin- nidad dormía—todavía duerme—amodorrada en los
to interior, a la Providencia (considerada como algo goces mezquinos de sus amores pequeños y cerrados.
tan real, físicamente, como los objetos de nuestra in- Un inmenso poder espiritual dormita en el fondo de
quietud); es preciso haberse obligado a creer, sin la nuestra multitud, que no aparecerá más que cuando
menor duda, en medio del sufrimiento por el mal con- sepamos forzar las vallas de nuestros egoísmos y ele-
traído, en medio de los remordimientos por la falta varnos mediante una refundición fundamental de
cometida, en medio de la irritación por la ocasión nuestras perspectivas con la visión habitual y prác-
perdida, que Dios es lo suficientemente fuerte como tica de las realidades universales.
para convertir ese mal en bien; es preciso, a pesar Jesús, Salvador de la actividad humana, a la que
de ciertas apariencias en contra, haber obrado, sin confieres una razón de obrar; Salvador del dolor hu-
restricciones, como si la castidad, la humildad, la mano, al que confieres un valor de vida: sé tú la
dulzura fuesen las únicas direcciones por donde pue- salvación de la unidad humana forzándonos a que
de progresar nuestro ser; es preciso haberse obliga- abandonemos nuestras mezquindades y a que, apoya-
do, en medio de la penumbra de la Muerte, a no vol- dos en Ti, nos aventuremos por el océano desconoci-
ver la vista hacia el Pasado, sino a buscar, en plena do de la caridad.
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 141

en las manos dulces y poderosas que llegan hasta la


médula del alma, que forman y crean; en esas ma-
EN EL CRISTO TOTAL nos por las que circula un amor tan grande, reconfor-
ta abandonar el alma, sobre todo si se sufre o si se
tiene miedo. Y en hacer esto radica una gran felici-
LVIII dad y un gran mérito.

Y DESDE QUE JESÚS NACIÓ, desde que terminó de


crecer, desde que murió, todo ha seguido moviéndo- LX
se, porque Cristo no ha terminado de formarse. No
ha atraído hacia Sí los últimos pliegues de su Vesti- AHORA BIEN, LO QUE T Ú QUIERES, Jesús, es todo
do de carne y de amor que constituyen sus fieles. El mi ser, el fruto con el árbol; el trabajo producido,
Cristo místico no ha alcanzado su pleno crecimien- además de la potencia cautivada; el opus y la opera-
to, ni, por tanto, el Cristo cósmico. Uno y otro, al do. Para aplacar tu hambre y tu sed, para alimen-
mismo tiempo, son y están siendo, y en la prolonga- tar tu cuerpo hasta su pleno desarrollo, tienes nece-
ción de este engendrar está situado el resorte último sidad de encontrar entre nosotros una sustancia que
de toda actividad creada. Cristo es el Término de la tú puedas consumir. Ese alimento pronto a transfor-
Evolución, incluso natural, de los seres; la Evolu- marse en Ti, ese sustento de tu carne, yo te lo pre-
ción es santa. pararé liberando en mí, y en todas partes, el Espíritu.
El Espíritu, mediante el esfuerzo (incluso natural)
para saber lo verdadero, para vivir el bien, para
LIX crear lo hermoso...
El Espíritu, mediante la separación de las poten-
"IN MANUS TUAS commendo spiritum meum"... cias inferiores y malas...
En las manos que han roto y vivificado el pan, que El Espíritu, mediante la práctica social de la Ca-
han bendecido y acariciado a los niños pequeños, ridad, la única que puede reducir a la multitud a
que han sido perforadas, en esas manos que son co- un alma única...
mo las nuestras, de las que nunca se podrá decir qué Promover, por poco que sea, el despertar del Es-
es lo que van a hacer del objeto que tienen en ellas, píritu en el Mundo, supone ofrecer al Verbo Encar-
si le van a romper o a acariciar, pero cuyos capri- nado un crecimiento de realidad y de consistencia;
chos, estamos seguros de ello, están llenos de bondad es permitir que su influencia sea más densa a nues-
y nunca harán Otra cosa que abrazarnos celosamente; tro alrededor.
142 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 143

miento, en parcela viviente del Cuerpo de Cristo, todo


cuanto influye en mí sirve, finalmente, para desarro-
LXI llar a Cristo. Cristo me invade a mí y a mi Cosmos.
¡Oh, Señor!, yo lo deseo así.
Tú, SEÑOR, ME ESTÁS TRABAJANDO por medio de ¡Que mi aceptación sea cada vez más completa,
todo lo que subsiste y resuena en mí, por medio de más amplia, más intensa!
lo que me dilata por dentro, por medio de lo que ¡Que mi ser se presente cada vez más abierto, más
me excita, me atrae o me hiere desde fuera; Tú mo- transparente a tu influencia!
delas y espiritualizas mi arcilla informe; Tú me cam- Y que de esa manera sienta tu acción cada vez más
bias en Ti... cercana, tu presencia cada vez más densa, por todas
Para adueñarte de mí, Dios mío, Tú que estás más partes a mi alrededor.
lejos que todo y más profundo que todo, Tú te apo- Fiat, fiat.
deras y asocias la inmensidad del Mundo y la intimi-
dad de mí mismo.
Siento que abrigo en lo más secreto de mi ser el LXII
esfuerzo total del Universo.
Señor, yo no me dejo llevar pasivamente a esas VISTO COMO UNA MIRADA al mismo tiempo evolu-
benditas pasividades; pero me ofrezco a ellas y las cionista y espiritualista, no sólo en el Mundo se car-
favorezco con todo mi poder. ga, como hemos dicho, de una responsabilidad for-
Sé perfectamente que la potencia vivificante de la midable, sino que se ilumina desde los estudios más
Hostia tropieza con nuestro libre albedrío. Aunque humildes de la creencia en Dios con un atractivo
yo cierre la puerta de mi corazón y me quede en las irresistible. En efecto, no es un pequeño número de
tinieblas, no sólo mi alma individual, sino también criaturas privilegiadas las que se revelan entonces
el Universo entero, en cuanto este Universo actúa como susceptibles de satisfacer en cada hombre su
para sostener mi organismo y despertar mi conoci- necesidad esencial de complemento y de amor. Es,
miento, siempre que también yo reactúe sobre él para al amparo, y como reflejo de estas extrañas criatu-
aprovechar sus sensaciones, sus ideas, la moralidad ras, la totalidad de los seres comprometidos al mismo
de sus actos, la santidad de su vida. Aunque por el tiempo que el hombre en la obra unificadora del
contrario, quiera: inmediatamente lo Divino inunda Cosmos. Cada elemento no puede hallar, finalmente,
el Universo, a través de mi intención pura, en la me- su beatitud más que en su unión con el conjunto y
dida en que el Universo está centrado sobre mí. Por con el Centro trascendente requerido para mover el
cuanto yo me he convertido, gracias a mi consenti- conjunto. Por consiguiente, si no puede, psicológica-
144 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 145
mente, rodear a cada ser del efecto distinto y pleno más legítimas no pueden llegar sino a catástrofes
que caracteriza a los amores humanos, al menos para —desgraciadamente, lo estamos comprobando en es-
todo cuanto existe puede alimentar esta pasión gene- tos instantes—. Inversamente, en esta atmósfera, si
ral (confuso, pero cierta), que le hará querer al pro- se creara, casi toda solución parece ser tan buena
pio ser en cada objeto, sobre y allende toda cualidad como todas las demás; cualquier esfuerzo tendría
experimental; el Ser, es decir, esta porción indefi- éxito, al menos inicialmente. El problema de las
nible y elegida en cada cosa que poco a poco se razas, seguido a partir de sus raíces más biológicas,
convierte en la carne de su carne bajo la influencia en cuanto a su aparición, su despertar, su futuro,
de Dios. nos lleva de este modo a reconocer que el solo cli-
Semejante amor no es comparable exactamente a ma en que el hombre puede seguir creciendo es
ninguno de los lazos que tienen un nombre en las el de la entrega y la renuncia en un sentimiento de
relaciones sociales corrientes. Su "objeto material", fraternidad. En verdad, a la velocidad en que su con-
como dirían los Escolásticos, es de tal manera in- ciencia y sus ambiciones crecen, el mundo explo-
menso y su "objeto formal" es de tal manera pro- tará si no aprende a amar. El porvenir de la tierra
fundo, que sólo es traducible en los términos com- pensante se halla ligado orgánicamente al trueque de
plejos de bodas y adoración. En este amor tiende a las fuerzas de odio en fuerzas de caridad.
borrarse toda distinción entre egoísmo y desinterés.
Cada cual se ama y se continúa en la consumación
de todos los demás, y el menor gesto de posesión se LXIV
prolonga en esfuerzo por alcanzar, en el más lejano
futuro, lo que será lo mismo en todos. COMO TODAS LAS APARIENCIAS del Mundo infe-
rior siguen siendo las mismas (los determinismos
materiales, las vicisitudes del azar, la ley del traba-
LXIII jo, la agitación de los hombres, el paso de la muer-
te...), quien ose creer penetra en una esfera de lo
PERO YA DESDE AHORA sabemos lo bastante (¡y creado en que las Cosas, aun conservando su con-
esto es ya mucho!) para afirmar que este tanteo de textura habitual, parecen hechas de otra Sustancia.
la vida sólo tendrá resultados positivos a condición Todo sigue invariable en los fenómenos, y todo se
de que el trabajo entero venga realizado bajo el sig- hace, sin embargo, luminoso, animado, amante...
no de la unidad. Así lo quiere la naturaleza misma Mediante la operación de la Fe, es Cristo quien
del proceso biológico en curso. Fuera de esta atmós- aparece, naciente, sin violentar nada, en el corazón
fera de unión entrevista y deseada, las exigencias del Mundo.
10
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 147
146 HIMNO DEL UNIVERSO

LXVI
LXV
ABANDONEMOS LA SUPERFICIE. Y sin dejar el Mun-
A MEDIDA QUE VAN PASANDO LOS AÑOS, S e ñ o r , m á s do, hundámonos en Dios. Allí, y desde allí, en él y
creo reconocer que, en mí y en mi alrededor, la gran- por él todo lo tendremos y mandaremos en todo. De
de y secreta preocupación del Hombre moderno ra- todas las flores y las luces que hayamos de abando-
dica mucho más en disputarse la posesión del Mundo nar para ser fieles a la vida, allí un día hallaremos
que en encontrar el medio de evadirse de él. ¡La su esencia y su fulgor. Los seres que desesperamos
angustia de encontrarse cerrado en la Ampolla cós- poder alcanzar e influenciar, allí están reunidos por
mica, no tanto espacial como ontológicamente! ¡La el vértice más vulnerable, el más receptivo, el más
búsqueda ansiosa de una salida, o, más exactamente, enriquecedor de su sustancia. En este lugar se recoge
de un foco, a la Evolución! He aquí el castigo que el menor de nuestros deseos y de nuestros esfuerzos,
pesa oscuramente sobre el alma tanto de los Cris- se conserva, y puede hacer vibrar instantáneamente a
tianos como de los Gentiles en el mundo de hoy, en todas las médulas del Universo.
pago de una Reflexión planetaria que va creciendo. Establezcámonos en el Medio Divino. Nos en-
Por delante y por encima de sí, la Humanidad, contraremos allá en lo más íntimo de las almas y en
emergida a la conciencia del movimiento que la arras- lo más consistente de la Materia. Descubriremos en
tra, tiene cada vez mayor necesidad de un Sentido él, con la confluencia de todas las bellezas, el punto
y de una Solución, a las que, al fin, le sea posible ultravivo, el punto ultrasensible, el punto ultraactivo
entregarse plenamente. del Universo. Y, al mismo tiempo, sentiremos que se
Pues bien, ese Dios, no sólo del viejo Cosmos, ordena, sin esfuerzo, en el fondo de nosotros mismos
sino de la nueva Cosmogénesis (en la medida mis- la plenitud de nuestras fuerzas de acción y de ado-
ma en que el efecto de un trabajo místico dos veces ración.
milenario consiste en hacer que aparezca en Ti,
Porque no lo es todo el hecho de que en este lu-
tras el Niño de Belén y el Crucificado, el Principio
gar privilegiado se agrupen y armonicen todos los
motor y el Núcleo colector del Mundo mismo), ese
resortes exteriores del mundo. Por una maravilla
Dios tan esperado por nuestra generación, ¿no eres
complementaria, el Hombre que se entrega al Medio
precisamente Tú quien le representa y quien nos lo
Divino se siente por él orientado y dilatado en sus
trae, Jesús?
fuerzas interiores con una seguridad que le hace evi-
tar como si fuera un juego, los escollos demasiado
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 149
148 HIMNO DEL UNIVERSO tar, es decir, la realidad de los condenados, quiero
hacer que pase a mi visión habitual y práctica del
abundantes en donde tantas veces han tropezado los Mundo la gravedad siempre amenazadora de la con-
intentos místicos. denación; no tanto para temeros, Jesús, sino para ser
más apasionadamente vuestro.
Yo os lo he clamado ahora mismo: no seáis para
LXVII mí, Jesús, tan sólo un hermano, ¡sed también un
Dios! Ahora, revestido de la potencia formidable de
D E NUEVO, SEÑOR, ¿cuál es la más preciosa de es- selección que os sitúa en la cima del Mundo como
tas dos beatitudes: que todas las cosas sean para mí el principio de atracción universal y de universal
un contacto contigo o que seas tan "universal" que repulsión, me aparecéis, en verdad, como la Fuerza
pueda sentirte y aprehenderte en toda criatura? inmensa y viviente que buscaba por todas partes,
A veces, imaginamos que resultas, Señor, más para poder adorarlas: los fuegos del infierno y los
atractivo a los ojos si se exaltan de un modo casi fuegos del cielo no son dos fuerzas diferentes, sino
exclusivo los encantos, las bondades de tu figura las manifestaciones contrarias de la misma energía.
humana de antaño. En verdad, Señor, si tan sólo Que no me alcancen las llamas del infierno, Se-
quisiera amar a un hombre, ¿no me volvería, acaso, ñor, ni a ninguno de los que yo quiero..., que no
hacia esos que me has dado en la seducción de su alcancen a nadie, Dios mío (¡ya sé que me perdona-
florecer actual? Madres, hermanos, amigos, herma- réis esta plegaria insensata!). Mas que, para cada uno
nas, ¿no los tenemos irresistiblemente amables en de nosotros, sus sombríos reflejos vengan a sumarse
torno a nosotros? ¿Qué iríamos a pedir a la Judea con todos los abismos que descubren a la ardiente
de hace dos mil años?... No; por lo que clamo, como plenitud del Medio Divino.
todos los demás seres, con el grito de toda mi vida,
y aun con toda mi pasión terrena, es algo muy distin-
to a un semejante a quien amar: es por un Dios a
quien adorar. LXIX

JERUSALÉN, ALZA LA CABEZA. Contempla la inmen-


sa muchedumbre de los que construyen y de los que
LXVIII investigan. En los laboratorios, en los estudios, en
los desiertos, en las fábricas, en el enorme foso so-
JESÚS, DUEÑO tremendamente bello y celoso, ce- cial, ¿no ves a todos estos hombres que padecen?
rrando los ojos sobre lo que mi debilidad humana
todavía no puede comprender ni, por tanto sopor-
150 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAM1ENTOS ESCOGIDOS 151

¡Pues bien, todo cuanto por ellos fermenta—arte, mente un poder físico nuevo para actuar sobre nues-
ciencia, pensamiento—todo es para ti! Abre ya los tro Mundo temporal.
brazos, abre el corazón y recibe, como a tu Señor, Por no comprender la naturaleza exacta de ese
Jesús, la marea, la inundación de la savia humana. poder nuevamente concedido a nuestra confianza
Recibe esta savia, porque, sin su bautismo, te agos- en Dios, por indecisión ante lo que nos parece in-
tarías sin deseos, como una flor sin agua, y sálvala, verosímil o por temor de caer en el iluminismo,
porque sin tu sol se dispersaría locamente en ramas muchos cristianos desestiman este aspecto terres-
estériles. tre de las promesas del Maestro; o, por lo menos, no
¿Dónde están, pues, ahora la tentación excesiva se abandonan a él con la plenitud de osadía que el
del Mundo, la seducción de un Mundo demasiado Maestro, sin embargo, no se ha cansado nunca de
hermoso? pedirnos, cuando podíamos oírlo.
Ya no existen. Sin embargo, no convendría que nuestra timidez
Bien puede la Tierra asirme ya con sus brazos o nuestra modestia nos convirtiesen en unos malos
gigantes. Puede hincharme con su vida o volverme operarios. Si realmente podemos influir con nuestra
a coger en su polvo. Puede ante mis ojos ordenarse Fe en Jesús en el desarrollo del Mundo, no tenemos
de todos encantos,, de todos horrores, de todos mis- perdón al dejar dormir en nosotros ese poder.
terios. Puede embriagarme por su perfume de tan-
gibilidad y de unidad. Puede hacerme arrodillar en
la espera de lo que madura en su seno.
Ya no me perturban los encantos de la Tierra LXXI
desde que, para mí, se ha hecho allende ella mis-
ma Cuerpo de Aquel que es y de Aquel que viene. "INCAPAZ DE MEZCLARSE y de confundirse en nada
con el ser participado que sostiene, anima y religa,
Dios se halla en el nacimiento, en el crecimiento, al
término de todas las cosas (...)."
LXX
"El único Asunto del Mundo es la incorporación
física de los fíeles a Cristo, que es de Dios. Ahora
CUANDO SE LEE EL EVANGELIO sin una idea pre-
bien, esta obra capital se prosigue con el rigor y la
concebida, se advierte, sin lugar a dudas, que Jesús armonía de una evolución natural."
vino a traer verdades nuevas sobre nuestro Destino, "En el origen de sus desarrollos, era necesario
no sólo una vida nueva, superior a aquella de que una operación de orden trascendente que injertara,
nosotros tenemos conciencia, sino también y real- siguiendo unas condiciones misteriosas, pero física-
152 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 153

mente reguladas, la Persona de un Dios en el Cosmos


humano (...)." "Et Verbum caro factum est." Fue la
Encarnación. De este primer y fundamental contacto LXXII
de Dios con nuestra raza, en virtud incluso de la pe-
netración de lo Divino en nuestra naturaleza, ha na- SÓLO EL AMOR, por la sencilla razón de ser el
cido una Vida nueva, engrandecimiento inesperado y único que toma y reúne a los seres por el fondo de
prolongación "obedencial" de nuestras capacidades sí mismos, es capaz—y este es un hecho de la coti-
naturales: la Gracia. Ahora bien, la Gracia (...) "es diana experiencia—de dar plenitud a los seres, como
la savia única que sube a las ramas a partir del mismo tales, al unirlos. Y, en efecto, ¿en qué momento lle-
tronco, la Sangre que corre por las venas bajo la im- gan a adquirir dos amantes la más completa posesión
pulsión de un mismo Corazón, el influjo nervioso que de sí mismos, sino aquel en que se proclaman per-
atraviesa los miembros con anuencia de una misma didos el uno en el otro? Y, en verdad, el gesto mági-
Cabeza; y la Cabeza radiante, y el Corazón fuerte, y co, el gesto, considerado como contradictorio, de
la Rama fecunda, inevitablemente son Cristo (...)." "personalizar" totalizando, ¿no lo realiza el amor en
"La Encarnación es una renovación, una restau- cada momento y a nuestro alrededor, en la pareja y
ración de todas las Fuerzas y las Potencias del Uni- en el equipo? Y lo que ahora realiza de una manera
verso; Cristo es el instrumento, el Centro, el Fin de así cotidianamente a una escala reducida, ¿por qué no
toda la Creación animada material; por Él todo está lo repitiría un día a la de las dimensiones de la Tierra?
creado, santificado, vivificado. He aquí la enseñanza La Humanidad, el Espíritu de la Tierra, la Sín-
constante y corriente de San Juan y de San Pablo tesis de los individuos y de los pueblos, la parado
(el más "cósmico" de los escritores sagrados), ense- jica Conciliación del Elemento y el Todo, de la
ñanza que ha pasado a las frases más solemnes de Unidad y de la Multitud: para que estas cosas, con-
la Liturgia..., pero que repetimos y que repetirán sideradas utópicas y, no obstante, biológicamente
las generaciones hasta el fin, sin poder dominar ni necesarias, lleguen a adquirir cuerpo en este Mundo,
mensurar en ello su significado profundo y misterio- ¿no sería suficiente que imagináramos que nuestro
so, porque se halla ligado a la comprensión del Uni- poder de amar se desarrolla hasta abrazar a la tota-
verso." lidad de los hombres y de la Tierra?
154 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 155

ensanchada nuestra alma hasta el límite extremo de


sus latencias.
LXXIII Bajo tu influencia, y en fin sólo bajo tu influencia,
la envoltura de aislamiento orgánico y de egoísmo
Tú ERES, JESÚS, el resumen y la cima de toda voluntario que separa las mónadas se funde y es-
perfección humana y cósmica. No hay una brizna talla, y la muchedumbre de las almas se precipita
de hermosura, ni un encanto de bondad, ni un ele- hacia la unión necesaria a la madurez del Mundo.
mento de fuerza que no encuentre en Ti su expresión De esa forma, al sumarse una tercera plenitud a
más pura y su coronación... Cuando te poseo, tengo las dos primeras, Tú eres, Jesús, en un sentido com-
realmente concentrado en un solo objeto la suma pletamente verdadero, el conjunto de todos los seres,
ideal de todo lo que el Universo puede dar y deja que se cobijan y se encuentran de nuevo, unidos ya
entrever. El sabor único de tu Ser admirable ha ex- para siempre, en las redes místicas de tu organismo
traído y sintetizado tan bien los gustos más exquisi- (Plenitudo entium). En tu seno, Dios mío, mejor que
tos que la Tierra contiene y sugiere, que ahora pode- en ningún otro recinto, poseo yo a todos cuantos amo,
mos, siguiendo nuestros deseos, encontrarlos uno tras iluminados por tu bondad e iluminándote a Ti a su
otro, indefinidamente, en Ti, ¡oh, Pan que encierras vez con unos rayos (tan activos sobre nuestros cora-
toda delectación! zones) que han recibido de Ti y que te devuelven.
Plenitud Tú mismo del ser creado (plenitudo entis La multitud descorazonadora de los seres sobre los
creati) eres también, Jesús, la plenitud de mi ser per- que yo querría actuar para ilustrarles y conducirles,
sonal {plenitudo entis meí) y la de todos los seres está ahí, agrupada en Ti, Señor. Por mediación de
vivientes que aceptan tu dominación. En Ti, y sólo Ti yo puedo llegar hasta la intimidad de cada ser
en Ti, como en un abismo sin límites, pueden lanzarse —y trasladar a él lo que deseo—, si yo sé pedírtelo
y sosegarse nuestras potencias, dar su plena medida, y si Tú lo permites.
sin tropezar con ninguna limitación; sumergirse en
el amor y en el abandono, con la certidumbre de no
encontrar en tus profundidades el escollo de ningún
defecto, el fondo de ninguna pequenez, la corriente LXXIV
de ninguna perversión.
Por Ti, y sólo por Ti, Objeto total y apropiado EL PRINCIPIO DE UNIDAD que salva a la Creación
de nuestros afectos, Energía creadora que sondeas culpable en vías de convertirse en polvo es Cristo.
el secreto de nuestros corazones y el misterio de nues- Mediante la fuerza de su atractivo, mediante la luz
tros acrecentamientos, es despertada, sensibilizada, de su moral, mediante el fundamento de su mismo
156 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 157
ser, Jesús viene a restablecer, en el seno del Mundo, vor del Universo entero, me tocas, Señor, en la
la armonía de los esfuerzos y la convergencia de los medida en que este Universo refluye e influye sobre
seres. Leamos con osadía el Evangelio, y encontra- mí bajo tu influencia primera. En un sentido verda-
remos que ninguna idea traduce mejor para nuestras dero, los brazos y el Corazón que abres son nada
mentes la función redentora del Verbo que la de uni- menos que todas las fuerzas del Mundo juntas, las
ficación de toda carne en un mismo Espíritu... cuales, penetradas hasta el fondo de ellas mismas
Jesús... ha revestido su Persona con los encantos por tu voluntad, tus gustos, tu temperamento, se re-
más palpables y más íntimos de la individualidad hu- pliegan sobre mi ser para formarlo, alimentarlo,
mana. Ha adornado esa humanidad con los esplen- arrastrarlo hasta los ardores centrales de tu Fuego.
dores más fascinantes y más dominadores del Uni- En la Hostia, Jesús, lo que me ofreces es mi propia
verso. Y se ha situado entre nosotros como la síntesis vida.
inesperada de toda perfección, de tal forma que todos
deben forzosamente verle y sentir su Presencia para
odiarle o para amarle...
LXXVI

No. No DEBEMOS VACILAR nosotros, los discípu-


LXXV los de Cristo, en captar esta fuerza que nos necesita
y que nos es necesaria. Por el contrario, si no que-
Dios MÍO, CUANDO me acerque al altar para co- remos que se pierda y mustiarnos nosotros mismos,
mulgar, haz que discierna desde ahora las infinitas debemos participar de las aspiraciones, de esencia au-
perspectivas ocultas bajo la pequenez y la proximidad ténticamente religiosa, que hacen sentir a los Hom-
de la Hostia, en donte te disimulas. Ya me he acos- bres de hoy tan fuertemente la inmensidad del Mun-
tumbrado a reconocer bajo la inercia de este pedazo do, la magnitud del espíritu, el valor sagrado de toda
de pan una potencia devoradora que, siguiendo la nueva verdad. Bajo esta directriz, nuestra generación
expresión de tus grandes Doctores, me asimila, lejos cristiana sabrá de nuevo esperar.
de dejarse asimilar por mí. Ayúdame a superar el Nos hemos penetrado largamente de estas pers-
resto de ilusión que tendería a hacerme creer que tu pectivas: el progreso del Universo, y especialmente
contacto es circunscrito y momentáneo. del Universo humano, no está en competencia con
Empiezo a comprenderlo: bajo las especies sa- Dios, ni es tampoco el desperdicio vano de las ener-
cramentales, primeramente a través de los "acciden- gías que le debemos. Cuanto mayor sea el Hombre,
tes" de la Materia, pero también, de rechazo, en fa- cuanto más unida se halle la Humanidad, consciente
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 159
158 HIMNO DEL UNIVERSO

y dueña de su fuerza, la Creación también será tanto


más bella, la adoración más perfecta, y para las LXXVIII
extensiones místicas Cristo hallará mejor Cuerpo dig-
no de Resurrección. En el Mundo no puede haber SEÑOR, ya que nunca he dejado de buscarte y de
dos cimas, como en un círculo no caben dos centros. colocarte en el corazón de la Materia universal con
El Astro que el Mundo espera, sin saber todavía todo el instinto y en todas las circunstancias de mi
pronunciar su nombre, sin apreciar exactamente su vida, tendré la satisfacción de cerrar mis ojos en el
auténtica trascendencia, sin poder siquiera distinguir deslumbramiento de una Transparencia universal y
los más espirituales, los más divinos de sus rayos, es de un Abrazo universal...
por fuerza el mismo Cristo que esperamos nosotros. Como si el haber acercado y puesto en contacto
Para desear la Parusía basta con que dejemos que los dos polos: tangible e intangible, externo e inter-
lata en nosotros, cristianizándolo, el propio Corazón no del Mundo que nos soporta lo hubiese inflamado
de la Tierra. todo, lo hubiese desencadenado todo...
Jesús, has penetrado en mi alma de niño bajo la
forma de un "Pequeñín" entre los brazos de su Ma-
dre, conforme a la gran Ley de Nacimiento. Y he aquí
LXXVII que, reproduciendo y ampliando en mí el círculo de
tu crecimiento a través de la Iglesia; he aquí que tu
CON LA MUERTE no penetramos en la gran co- humanidad palestiniana se ha ido extendiendo poco
rriente de las cosas, según la beatitud panteísta, pero, a poco por todas partes, como un arco iris innume-
sin embargo, somos recobrados, invadidos, domina- rable en el que tu Presencia, sin destruir nada, pe-
dos por la potencia divina encerrada en las fuerzas netraba, superanimándola, cualquier otra presencia a
de desorganización íntima—presente, sobre todo, en mi alrededor...
la aspiración irresistible que conducirá a nuestra al- ¡Y todo eso porqiv ;n un Universo que se me
ma separada por el camino ulterior de su destino—tan descubría en estad"' ^ convergencia, Tú has ocu-
necesariamente como el sol hace subir el vapor que pado, por derecho de Resurrección, el punto clave
se desprende al agua iluminada por él. La muerte del Centro total en el que todo se concentra!
nos entrega totalmente a Dios, nos traspasa a Él. En
correspondencia, hemos de entregarnos a ella con un
gran amor y abandono, ya que no nos queda otra
cosa que hacer, cuando se presenta, que dejarnos
dominar enteramente y conducir por Dios.
PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 161
160 HIMNO DEL UNIVERSO
Comprendo que toda perfección, incluso natural,
es la base necesaria del organismo místico y defi-
LXXIX nitivo que Tú edificas por medio de todas las cosas.
Tú, Señor, no destruyes los seres a quienes adoptas,
¡SON INNUMERABLES, DIOS MÍO, los matices de tu sino que los transformas, conservando todo lo que
llamada! ¡Y las vocaciones esencialmente diversas!... siglos enteros de reación han elaborado de bueno
Cada una de las regiones, de las naciones, de las en ellos.
categorías sociales tiene sus Apóstoles. El Mundo entero está concentrado y pendiente
Yo quisiera ser, Señor, con mi modesta aporta- de la espera de la unión divina. Y, sin embargo, el
ción, el apóstol, y (así puedo decirlo) el evange- Mundo choca contra una barrera infranqueable. Na-
lista de tu Cristo en el Universo... da llega hasta Cristo si Él no lo toma y lo pone
Me has concedido, Dios mío, el don de sentir, en Sí.
bajo esa incoherencia aparente, la unidad viva y pro- Todas las mónadas inmortales convergen hacia
funda que tu Gracia ha desparramado misericordio- Cristo.
samente sobre nuestra desesperante pluralidad... No hay ni un átomo, por insignificante y vicioso
Universalidad de tu Atracción divina y valor in- que sea, que no deba cooperar, al menos mediante
trínseco de tu operar humano, ardo en deseos, Dios su repulsa o su reflejo, al perfeccionamiento de Je-
mío, de propagar esa doble revelación que Tú me sucristo.
haces y de realizarla... Sólo el pecado queda excluido del Pleroma. Mas,
Si me juzgas digno de ello, Señor, descubriré a puesto que el condenado no es reducido a la nada,
quienes la vida resulta banal y carente de interés ¿quién podrá decir el misterioso complemento que
los horizontes ilimitados del esfuerzo humilde e igno- procura al Cuerpo de Cristo el inmortal desecho?...
rado que puede, si la intención es pura, añadir a A fuerza de disminuir in Christo Jesu, quienes se
la proyección del Verbo encarnado un elemento nue- mortifican, sufren, envejecen con paciencia, fran-
vo, elemento sentido por Cristo y asociado a su quean el límite crítico en que la muerte se transforma
inmortalidad. en vida. A fuerza de olvidarse, vuelven a encontrar-
Me has descubierto la vocación esencial del Mundo se, para no perderse ya más...
a terminarse, por medio de una parte elegida de El Universo adquiere la forma de Jesús; pero,
todo su ser, en la plenitud de tu Verbo encarnado. ¡oh, misterio, Quien se descubre es Jesús crucifi-
Para adueñarte de mí, Dios mío, Tú que estás más cado!...
lejos que todo y eres más profundo que todo, te Cristo se ama como una Persona, y se impone
apoderas y combinas la inmensidad del Mundo y como un Mundo.
la intimidad de mí mismo. 11
162 HIMNO DEL UNIVERSO PENSAMIENTOS ESCOGIDOS 163

LXXX LXXXI

CUANDO ME FUE DADO VER hacia dónde tendía el EL AMOR CRISTIANO, LA CARIDAD CRISTIANA...
deslumbrador reguero de las hermosuras individua- Sé muy bien, por experiencia, lo que esta expre-
les y de las armonías parciales, descubrí que todo sión despierta, la mayoría de las veces, cuando se
eso volvía a centrarse en un solo Punto, en una Per- la pronuncia delante de no cristianos, una amable
sona, ¡la tuya..., Jesús!... Toda Presencia me hace o maligna incredulidad. "Amar a Dios y al Mundo
sentir que Tú estás cerca de mí; todo contacto es el —oímos objetar— ¿no es un acto psicológicamen-
de tu mano; toda necesidad me transmite una pul- te absurdo? ¿Cómo amar, en efecto, lo Intangible
sación de tu Voluntad... y lo Universal? Y, además, en la medida en que,
Tú, Señor, por quien brilla siempre en mí el más o menos metafóricamente, puede considerarse
Espíritu, para que no sucumba a la tentación que ace- posible un amor de todo y del Todo, ¿este gesto
cha en cada osadía, para que no olvide que sólo Tú interior no es familiar a los Bhaktas hindúes, a
debes ser buscado a través de todo, Tú me enviarás, los Babaístas persas y a muchos otros también, lejos
en los momentos que Tú sabes, la privación, las de- de ser específicamente cristiano?..."
cepciones, el dolor... Y, sin embargo, ¿no están ahí, al alcance de nues-
Más que una simple unión, es una transformación tra vista, los hechos para probar materialmente—bru-
lo que quiere operarse, en el curso de la cual todo talmente casi—lo contrario?
lo que la actividad humana puede hacer es disponerse Por una parte, dígase lo que se diga, es perfec-
y aceptar humildemente... tamente posible un amor (un verdadero amor) de
Tal vez, al ver al místico inmóvil, crucificado u Dios. Porque si no lo fuese, se vaciarían de la noche
orante, más de uno pensará que su actividad está a la mañana todos los monasterios y todas las igle-
adormecida o que ha abandonado la Tierra... Es un sias de la Tierra, y el Cristianismo, a pesar de su
error. No hay nada en el mundo que viva y actúe marco de ritos, de preceptos y de jerarquía, quedaría
con más intensidad que la Pureza y la Oración, sus- reducido inevitablemente a cero.
pendidas como una luz impasible entre el Universo
y Dios. La onda creadora se despliega, cargada de Y este amor, por otra parte, posee ciertamente
virtud natural y de gracia, a través de su serena algo más fuerte en el Cristianismo que en cualquier
transparencia. ¿Qué otra cosa es la Virgen María? otra parte. Porque, de lo contrario, a pesar de todas
las virtudes y de todos los atractivos de la dulzura
evangélica, hace ya mucho tiempo que la doctrina
164 HIMNO DEL UNIVERSO

de las Bienaventuranzas y de la Cruz habría cedido


su puesto a cualquier otro Credo (y más especialmen- REFERENCIAS DE LOS PENSAMIENTOS
te a cualquier humanismo o terrenismo) más con-
quistador.
Cualesquiera que sean los méritos de las demás PRESENCIA DE DIOS EN EL MUNDO
religiones y cualquiera que sea la explicación que
I: La Vie cosmique, 23 de marzo de 1916 (inédito).—II: Mon
se dé, es innegable que el más abrasador hogar Univers, 25 de marzo de 1924 (inédito).—III: La Aparición
colectivo de amor jamás conocido en el Mundo del Hombre.—IV: Le Milieu Mystique, 1917 (inédito).—V:
arde hic et nunc en el corazón de la Iglesia de Le Milieu Mystique, 1917 (inédito).—VI: La Visión del Pa-
sado.—VII: La Visión del Pasado.—VIH: El Fenómeno Hu-
Dios. mano.—IX: El Medio Divino.—X: El Medio Divino.—XI:
Le Milieu Mystiqque, 1917 (inédito).—XII: El Porvenir del
Hombre.—XIII: El Fenómeno Humano.-—XIV: El Medio
Divino.—XV: El Medio Divino.—XVI: El Porvenir del
Hombre.—XVII: El Medio Divino.—XVIII: Le Milieu Mys-
tique, 1917 (inédito).—XIX: El Medio Divino.

LA HUMANIDAD EN MARCHA
XX: "La Signification et la Valeur «mtructrices de la
Souffrance", L'Union Catholique des Malades, 1933.—XXI:
"La Signification et la Vdeur constructrices de la Souf-
france", L'Union Catholique des Malades, 1933.—XXII: Le
Milieu Mystique, 1917 (inédito).—XXIII: La Foi qui Opere,
1918 (inédito).—XXIV: El Porvenir del Hombre.—XXV: Le
Milieu Mystique, 1917 (inédito).— XXVI: Notes de retraites,
1944-1955 (inédito).—XXVII: La Visión del Pasado.—
XXVIII: El Fenómeno Humano.—XXIX: El Fenómeno
Humano.—XXX: El Medio Divino.—XXXI: El Porvenir
del Hombre.—XXXII: La Visión del Pasado.—XXXIII:
La Visión del Pasado.—XXXIV: El Fenómeno Humano.—
XXXV: El Porvenir del Hombre.—XXXVI: Le Milieu
Mystique, 1917 (inédito).—XXXVII: El Medio Divino.—
XXXVIII: El Medio Divino.—XXXIX: El Medio Divino.

SENTIDO DEL ESFUERZO HUMANO


XL: Carta a M. T.-C, del 13 de noviembre de 1916.—XLI:
Le Préte, 1918 (inédito).—XLII: "La Signification et la
166 PENSAMIENTOS ESCOGIDOS

Valeur constructrices de la Souffrance", L'Vnion Catho-


lique des Malades, 1933.—XLIII: Le Milieu Mystique, 1917
(inédito).—XLIV: La Aparición del Hombre.—XLV: Le
Milieu Mystique, 1917 (inédito).—XLVI: La Lutte contre la NOTAS
Multitude, 1917 (inédito).—XLVII: El Fenómeno Humano.
XLVI1I: Le Prétre, 1918 (inédito).—XLIX: La Lutte contre
la Multitude, 1917 (inédito).—L: El Fenómeno Humano.—
LI: El Fenómeno Humano.—LII: Le Prétre, 1918 (inédito).
Lili: El Medio Divino. —LIV: El Medio Divino.—LV: El
Medio Divino.—LVI: La Foi qui Opere, 1918 (inédito).— 1
LVII: El Medio Divino. El Padre Teilhard de Chardin no pudo escribir La
Misa sobre el Mundo en la Semana Santa de 1923, como
relataron unos amigos de Pekín, ya que no llego a Ordos
EN EL CRISTO TOTAL hasta agosto del mismo año. Tuvo que haber una confusión
entre dos fechas de la gloria de Cristo. En varias ocasio-
LVIII: La Vie Cosmique, 24 de marzo de 1916 (inédito).— nes, el Padre ha expresado su atracción espiritual por la fiesta
LIX: Carta a M. T.-C, 23 de noviembre de 1916 (inédito). de la Transfiguración. (N. de los Editores.)
LX: Le Prétre, 1918 (inédito).-LXI: Le Prétre, 1918 (inédi-
to).—LXII: La Visión del Pasado.—LXIII: La Visión del 2
Pasado.—LXIV: La Foi qui Opere, 1918 (inédito).—LXV: Tal como advierte la Introducción, el autor no confun-
Le Coeur de la Matiére, 1950 (inédito).—LXVI: El Medio de la Transustanciación propiamente dicha con la presencia
Divino.—LXVII: El Medio Divino.—LXVIII: El Medio Di- universal del Verbo. Como puntualiza en Le Prétre: "La
vino.—LXIX: El Medio Divino.—LXX: La Foi qui Opere, Transustanciación se aureola de una divinización real, si
1918 (inédito).—LXXI: La Vie Cosmique, 24 de marzo bien atenuada, de todo el Universo." Mediante el elemento
de 1916, y El Porvenir del Hombre.—LXXII: El Fenóme- cósmico en que, por la Encarnación, Él se ha introducido y
no Humano.—LXXIII: Le Prétre, 1918 (inédito).—LXXIV: en el que reside eucarísticamente, "el Verbo actúa para sub-
La Lutte contre la Multitude, 1917 (inédito).—LXXV: El
Medio Divino.—LXXVI: El Medio Divino.—LXXVII: Car- yugar y asimilar todo lo demás". (N. de los Editores.)
ta a M. T.-C, 13 de noviembre de 1916.—LXXVIII: Le 3
Coeur de la Matiére, 1950 (inédito).—LXXIX: Le Prétre, "... Por medio del contacto físico y dominador de
1918 (inédito): passim.—LXXX: Le Milieu Mystique, 1917 Aquel cuyo patrimonio es el de poder omnia sibi subjicere."
(inédito): passim.—LXXXI: Le Christique, 1955 (inédito). El Medio divino, 3. a edición española, p. 131. (N. de los
Editores.)
4
El P. Teilhard escribe unas veces "Historias" y otras
"Cuentos", a la manera de Benson. R. H. BENSON, autor
inglés había publicado un cuento místico que había impre-
sionado al Padre. Cf. El Medio divino, 3. a edición española,
página 143. (N. de los Editores.)
5
En estos cuentos, demasiado íntimos, el autor ha experi-
mentado la necesidad de permanecer oculto; pero "el Ami-
go" es, evidentemente, él mismo (N. de los Editores.)
168 NOTAS NOTAS 169
6
"Panteísmo" muy real (en el sentido etimológico de la Ha sido necesario este largo y heroico caminar a través
palabra: En pási panta Théos, es decir, según la expresión de la Noche mística, acompañado de un desarrollo excep-
de san Pablo: Dios todo en todos), pero panteísmo absolu- cional de la Fe, de la Esperanza y de la Caridad teologales,
tamente legítimo, puesto que si, en fin de cuentas, los cris- para que la Materia haya resultado "diáfana" a la mirada
tianos no constituyen efectivamente más que "uno con del P. Teilhard y le haya revelado, en sí, con la santificación
Dios", este estado se obtiene no por identificación (Dios última dimanante de la Encarnación y de la Eucaristía, la
convirtiéndose en todo), sino por acción diferenciante y co- presencia irradiante de Cristo.
municante del amor (Dios todo en todos), lo que es esen- Para comprender exactamente El Himno a la Materia
cialmente ortodoxo. (Nota posterior del Autor.) hay que situarlo, pues, al final de las vías purificativas,
frente a la cumbre desde donde irradia la Jerusalén ce-
7
Thiaumont, granja cercana a Douaumont. (N. de los lestial.
Editores.) De ahí se sigue que el cristtiano todavía no experimen-
tado cometería un error peligroso si creyera poder seguir
8
El alma del "Pleroma". Cf. p. 379 de la 2. a edición es- al P. Teilhard sin adentrarse previamente, lo mismo que él,
pañola de: El porvenir del Hombre. (N. de los Editores.) por los caminos de la ascesis tradicional. (N. de los Edi-
tores.)
9
En una Creación de forma evolutiva ha sido precisa 11
la Materia para que haya podido aparecer el espíritu sobre "Quédate con nosotros, Señor, está anocheciendo."
la tierra—"Materia, matriz del espíritu", precisará el P. Teil- 12
hard de Chardin—, Matriz que es, pues, soporte y no prin- Ad Majorem Dei Gloriam (para la mayor gloria de
cipio. (N. de los Editores.) Dios).
13
10
¡Que nadie se lleve a engaño! Quien, no de una ma- "Espantos conscientes de una eterna descomposición",
nera marginal, sino como consumación de la mística tradi- escribe después el autor respecto a este antípoda de Dios.
cional, había podido entablar, sin imprudencia, ese tremendo (N. de los Editores.)
combate contra la Materia, se había preparado a él me-
diante la ascesis más rigurosa: ascesis de una infancia y de
una juventud indefectiblemente fieles al ideal cristiano; as-
cesis, más adelante, de una correspondencia atenta y cons-
tante a las exigencias de una vocación que debía arrastrarle,
sin tregua, por las vías ascendentes de la perfección, hasta
esa soledad de la cual escribía: "...sería desde entonces un
extranjero..., hablaría en adelante, sin poderlo evitar, una
lengua incomprensible, él sobre quien el Señor había decidido
hacerle tomar el camino del Fuego..." "Me parece poder
colocar—escribe el Padre—en el origen de esa inundación y
de ese envolvimiento la importancia rápidamente creciente,
adquirida en mi vida espiritual, por el sentido de la Voluntad
de Dios" {Le Coeur de la Matiére. Inédito.)
ÍNDICE

Carta prefacio de Su Majestad la Reina María-José. 9


LA MISA SOBRE EL MUNDO 11
Introducción del R. P. Wildiers 13
La ofrenda 17
El fuego por encima del mundo 19
El fuego en el mundo 21
Comunión 27
Oración 31
CRISTO EN LA MATERIA
(Tres historias a la manera de Benson) 37
El Cuadro 40
El Ostensorio 46
La Custodia 50
LA POTENCIA ESPIRITUAL DE LA MATERIA 57

PENSAMIENTOS ESCOGIDOS POR FERNANDE TARDIVEL . . . 73


La presencia de Dios en el mundo 75
La Humanidad en marcha 95
Sentido del esfuerzo humano 118
En el Cristo total 140
REFERENCIA DE LOS PENSAMIENTOS 165

NOTAS 167
Se terminó de imprimir
el día 14 de julio,
SAN BUENAVENTURA,
en
GRÁFICAS COLOR,
María de Zayas, 15.
Madrid.

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