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La base del pensar sistémico

¿de dónde viene el pensamiento sistémico? de lejos. de la historia. de tu abuela. siempre estuvo
ahí, hasta que -como siempre- unas cuantas personas se dieron cuenta de que estaba y lo
enunciaron, lo tradujeron desde la práctica a la teoría y ahora usted debe traducirlo de la teoría a
la práctica.

A parte de esto te cito varios nombres de personas que en mi opinión intentaron explicarlo mejor
y con algo más de intríngulis: Homero, Esopo, Samaniego, Gracián, Kant, Schopenhauer,
Carroll, los hermanos Grimm, Hegel, Spinoza, santo Tomás, Weiss y Bertalanffy, y aplicado
al mundo mundano a partir del trabajo de estos dos últimos destaco a tres impenitentes:
Gunthard Weber (desde la terapia a la organización), Bert Hellinger (que formuló la terapia
sistémica y su pedagogía y es inspiración fundacional) y Peter Senge (que formuló la sistémica
del desarrollo organizacional y ha evolucionado desde el dramatismo al zen). más allá de todos
estos, hay muchísimos otros y en tu propia vida tienes innumerables experiencias y ejemplos a
diario que muestran la importancia del pensar sistémico.
Pero para explicar qué es el pensar sistémico y cuál es su utilidad, se empleará una parábola de
la que hago uso a menudo en las sesiones. en mi vida he leído y escuchado muchos relatos y
experiencias que podrían ayudarme a explicar que es el pensar sistémico. pero ninguno más útil
que el del gran maestro:

“cuenta Parry que en su viaje polar avanzó un día entero en dirección norte, haciendo galopar
valientemente los perros de su trineo. a la noche verificó las observaciones para determinar la
altura a la que se hallaba y, con gran sorpresa, notó que se encontraba mucho más al sur que de
mañana. durante todo el día se había afanado hacia el norte corriendo por un inmenso témpano
al que una corriente oceánica arrastraba hacia el sur”

José Ortega y Gasset. (meditaciones del quijote, 1914. meditación 14: parábola)

Qué es pensar
pensar es formarse ideas en la mente con dos posibles objetivos: comprender o asimilar
la realidad; o resolver problemas.

desde el punto de vista sistémico, aquello que no tiene solución, no es un problema. por lo que
es importante ser conscientes de que la mente humana puede atarearse en grandes y
ambiciosos proyectos pero que, si estos no nos ayudan a comprender la realidad o resolver
problemas, son algo así como papel mojado a la hora de encender y alumbrarnos con la hoguera
de nuestro crecimiento.

Qué es un sistema

imposible saberlo, al menos imposible alcanzar un acuerdo que nos sirva a todos: filósofos, ingenieros,
sociólogos, matemáticos, químicos, astrofísicos, lingüistas, entre otros; así de rudamente somos. quedo
con esta, ahí va:

“una definición muy general de ‘sistema’ es: «conjunto de elementos relacionados entre sí
funcionalmente, de modo que cada elemento del sistema es función de algún otro elemento, no
habiendo ningún elemento aislado»

José Ferrater Mora (diccionario de filosofía, alianza, 1979)

La interdependencia
Trabajar el pensamiento sistémico con equipos y que en cierto sentido la ventaja de pensar y actuar a
través de la perspectiva relacional. llamo a esta herramienta triadas y en ella uno de los vértices hace
referencia a los diferentes estadios de relación personal, a saber, la dependencia, la independencia y la
interdependencia.

las sesiones con equipos de diferentes grados formativos y sectores me han enseñado que la propia
pronunciación de y que los tres tipos tienen sus condicionantes, ventajas e inconvenientes si bien es sobre
el tipo de relaciones interdependientes sobre las que recomiendo construir equipos saludables.
Utilización del concepto
Este término fue usado por primera vez en 1929 por Mahatma Gandhi, este afirmó que la
interdependencia era y debía ser el ideal de la persona, entendiéndola como autosuficiencia. Las
personas, al conformarse como seres sociales, sin la interrelación con la sociedad no pueden
notar su unicidad con el universo ni suprimir su egoísmo. En ese sentido, su interdependencia
social les permite poner a prueba su fe.

Interdependencia positiva
Todos los países (estado-naciones) son dependientes en diferentes grados, en cada una de las
siguientes áreas: comercio, tecnología, comunicaciones, migración, entre otras. Todo esto, en el
contexto de la globalización, que obliga a los países a mantenerse en una constante
interdependencia al relacionarse en distintas aristas, como las anteriores.
La interdependencia económica es una consecuencia de la especialización, o de la Antoine
Augustin Cournot, conocido por sus estudios sobre la oferta y la demanda, quien escribió que
el sistema económico era en realidad un todo, cuyas partes están conectadas y reaccionan con
cada una de las otras. La interdependencia no es rígida, porque las organizaciones,
los individuos y las naciones pueden cambiar su producción desde un conjunto de productos a
otro.
Por otro lado, las relaciones que se establecen entre las naciones imperialistas y las colonias no
son unilaterales, es decir, no solo las colonias necesitan a las potencias para su desarrollo, pues
las potencias también necesitan a las colonias para obtener materia prima y
como mercados para colocar sus mercancías y/o exportar sus capitales.

Interdependencia negativa
Propicia la inequidad y la injusticia. También perjudica a las personas de una sociedad. Viola los
derechos humanos al privilegiar el derecho a la cooperación internacional sobre el derecho a la
autodeterminación de los pueblos.

interdependencia: dependencia recíproca.

El tiempo, el espacio y las personas


Osho suele contarnos una historia que ilustra muy bien que la verdadera sabiduría del ‘pensar
sistémico’ consiste en ser conscientes de la importancia que tiene todo lo que ocurre,
cuando ocurre y a todos los que nos ocurre.
es decir, dar un paso atrás y escapar de la urgencia (atropello del tiempo), del ego (atropello de
las personas) y la ceguera (atropello del espacio) .
el cuento es el siguiente:

Desgracia o Suerte
Autor: Osho

Esta historia ocurrió en los días de Lao-Tzu en China, y a Lao-Tzu le gusta mucho.
En una aldea había un anciano muy pobre, pero hasta los reyes lo envidiaban
porque poseía un hermoso caballo blanco... Los reyes le ofrecieron cantidades
fabulosas por ese caballo, pero el hombre decía: “Para mí, él no es un caballo, es
una persona. ¿Y cómo se puede vender a una persona a un amigo?”. Era un hombre
pobre, pero nunca vendió su caballo.
Una mañana descubrió que el caballo ya no estaba en el establo. Todo el pueblo
se reunió diciendo:
- Viejo estúpido. Sabíamos que algún día te robarían el caballo. Hubiera sido
mejor que lo vendieras ¡Qué desgracia!
- No vayáis tan lejos –dijo el viejo-. Simplemente decid que el caballo no está
en el establo. Este es el hecho, todo lo demás es vuestro juicio. Si es una desgracia
o una suerte, yo no lo sé, porque esto es apenas un fragmento. ¿Quién sabe lo que
va a suceder mañana?
La gente se rió del viejo. Ellos siempre habían sabido que estaba un poco loco.
Pero después de quince días, una noche el caballo regresó. No había sido robado, se
había escapado. Y no solo esto, sino que trajo consigo una docena de caballos
salvajes.
De nuevo se reunió la gente diciendo:
- Tenías razón, viejo. No fue una desgracia, sino una verdadera suerte.
- De nuevo estáis yendo demasiado lejos –dijo el viejo-. Decid sólo que el
caballo ha vuelto... ¿Quién sabe si es una suerte o no? Es sólo un fragmento. Estáis
leyendo apenas una palabra en una oración ¿Cómo podéis juzgar el libro entero?
Esta vez la gente no pudo decir mucho más, pero por dentro sabían que estaba
equivocado. Habían llegado doce caballos hermosos...
El viejo tenía un único hijo que comenzó a entrenar los caballos. Una semana más
tarde se cayó de uno de ellos y se rompió las dos piernas. La gente volvió a
reunirse y a juzgar.
- De nuevo tuviste razón –dijeron-. Era una desgracia. Tu único hijo ha perdido
el uso de sus piernas y a tu edad él era tu único sostén. Ahora estás más pobre que
nunca.
- Estáis obsesionados con juzgar –dijo el viejo-. No vayáis tan lejos. Sólo decid
que mi hijo se ha roto las piernas. Nadie sabe si es una desgracia o una fortuna. La
vida viene en fragmentos, y nunca se nos da más que esto.
Sucedió que pocas semanas después el país entró en guerra y todos los jóvenes
del pueblo fueron llevados por la fuerza al ejército. Sólo se salvó el hijo del viejo
porque estaba lisiado. El pueblo entero lloraba y se quejaba porque esa una guerra
perdida de antemano y sabían que la mayoría de los jóvenes no volverían. Fueron a
ver al viejo y le dijeron:
- Tenías razón viejo, era una fortuna. Aunque tullido, tu hijo está contigo. Los
nuestros se han ido para siempre.
- Seguís juzgando –dijo el viejo-. Nadie sabe. Sólo decid que vuestros hijos
han sido obligados a unirse al ejército y que mi hijo no ha sido obligado. Sólo Dios,
el Todo, sabe si es una desgracia o una suerte que así suceda.

No juzgues, o jamás serás uno con el Todo. Te quedarás obsesionado con


fragmentos, sacarás conclusiones de pequeñas cosas. Una vez que juzgas,
has dejado de crecer. El juicio implica una mente decaída. Y la mente
siempre quiere juzgar, porque estar en un proceso es siempre incómodo y
peligroso.

El viaje jamás termina. Un camino concluye y otro comienza: se cierra


una puerta y se abre otra. Alcanzas una cumbre, pero siempre hay otra aún
más alta. Dios es un viaje; un viaje sin fin. Sólo los que son tan valientes
como para no preocuparse de la meta y contentarse con el viaje, con vivir
el momento y crecer en él, sólo ésos son capaces de caminar con el Todo.
-Osho

Ruidos de carretas
Autor anónimo

Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de


un pequeño silencio me preguntó:
"Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?"
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:
"Estoy escuchando el ruido de una carreta."
"Eso es",dijo mi padre,"es una carreta vacía."
Pregunté a mi padre:
"¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?"
Entonces mi padre respondió:
"Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido.
Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace."
Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando
demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o
violenta, presumiendo lo que tiene, sintiéndose prepotente y subestimando
a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
"Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace".
La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás
descubrirlas. Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único
que tienen es dinero. Y nadie está mas vacío que aquel que está lleno de sí
mismo.

Anónimo

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