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Durante más de tres décadas me he dejado la piel para investigar y exponer criaturas de la oscuridad

ante la purificadora luz de la verdad y el saber.

incontables ataques sobrenaturales es visto como una maravilla entre mis pares; mi nombres es pronunciaro
con miedo y odio entre mis enemigos.

asesinó a mi hijo, y se ha convertido en una vida lúgubre y tediosa. Incluso cuando comenzó mi vida de
cazar monstruos sentí el peso del tiempo sobre sis cansados hombros. En estos días soy simplemente un
hombre que ha vivido demasiado tiempo. Como un lich vengativo, me encuentro atado de forma inexorable a
una existencia que busqué en mitad de la locura y que, aparentemente, debor soportar por toda la
eternidad. Por supuesto que al final moriré, pero si alguna vez descansaré en mi tumba es algo que me
atormenta en mis momentos de descanso, y que también me persigue en mis sueños.
Espero que aquellos que me créan un héroe cambien de opinión cuando sepan la verdad al completo acerca
de mi vida como cazador de lo sobrenatural. Sin embargo, debo revelar, aquí y ahora, que he sido el
causante indirecto, aunque verdadero causante de muchas muertes, y de ka pérdida de muchos y buenos
amigos.
No me malentendais!. No solo siento lastima de mi mismo. En verdad he llegado a aceptar una
devastadora revelación: ahora veo que soy el objeto de una terrible maldición Vistano. Lo que es más
trágico, la naturaleza de este hechizo es tal que no soy yo el que ha sufrido los peores efectos de esta, son
los que me rodéan los que han caído víctimas de ella!
He relatado la trágica historia del como mi hijo único Erasmus fue secuestrado por los Vistani y vendido
a un vampiro.- He explicado como Erasmus fue convertido en un lacayo del acechador nocturno y de como
fue mi miserable deber el de liberarlo de ese cruel destino con la punta de una estaca.Lo que nohe querido
revelar antes es como rastreé a los secuestradores de Erasmus a través de esas tierras, o de como

De hecho, los Vistani se llevaron a Erasmus con mi propio e involuntario permiso.


Habían traído a un miembro de su tribu extremadamente enfermo ante mi una noche
E insistieron en que lo tratara, pero fui incapaz de salvar la vida del joven. Por miedo a su retribución,
le pedí a los Vistani que se llevaran cualquiera de mis cosas si a cambio no usaban sus terroríficos
poderes, de los cuales no conocía nada. Para mi sorpresa, escogieron llevarse subrepticiamente a mi hijo a
cambio de su pérdisa. Para cuando me di cuenta de lo que había sucedido, ya hacía una hora que habían
partido.
Iracundo sin medida, até el cuerpo del joven muerto a mi caballo e incnsable perseguí a la caravana
Vistani a través de los bosques, dejando, imprudentemente, que el sol se pusiera sin buscar refugio
durante la noche. Poco después de la caída de la oscuridad, fui asediado por no muertos que habrían
acabado conmigo si no hubiera sido porque su amo, un lich, intervino y me perdonó la vida, por razones
que nunca he llegado a comprender completamente. De alguna forma me detectó y , con su poderosa
magia, tomó el control de un grupo de combis que vagabundeaba por el bosque. Me habló a través de las
bocas de esas cosas muertas y colocó sobre mi una salvaguarda mágica contra los muertos vivientes, luego
reanimó al Vistana muerto y le ordenó que me revelara donde podía encontrar a los suyos.
Desafortunadamente (lo digo mirando la situación en retrospectiva) el plan funcionó. Encontré a los
secuestradores de niños, y mi inesperado séquito incluyó a una creciente horda de voraces no muertos que no
podían tocarme, gracias a la salvaguarda del liche.
Cuando encontré la caravana, amenazé con liberar a los sombis sobre los Vistani a no ser que me
devolvieran a mi querido hijo. Replicaron que había sido vendido al vampiro, el Barón Metuus. Algo
dentro de mi se rompió. Liberé a los zombis y la tribu entera fue devorada viva.
Y sin embargo la historia no acaba aquí. Antes de morir, la líder de los Vistani me maldijo, diciendo

ahora, después de tantos años, puedo escuchar sus palabras con una dolorosa claridad. Poco tiempo
después, encontré a mi querido Erasmus, convertido en un vampiro. Me rogó que acabara con su
maldición, lo cual hice con pesar en el corazón. La oscuridad lo había alejado de mis amorosos brazos
para siempre, y estúpidamente creí que la maldición se había cobrado su mortal precio. Lloré hasta que
un insaciable deseo de venganza llenó el abismo sin fondo que había en mi corazón.

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