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Los Conmemorantes

Esta obra expone las implicaciones sociales e individuales sobre la represión ejercida en el
Movimiento Estudiantil de 1968, al mostrarnos como se ven afectadas las vidas de distintas
personas que acuden a conmemorar este trágico día, principalmente la vida de una madre la cual,
no ha dejado de buscar a su hijo.

La madre menciona “Sus amigos dijeron que no murió. Que estaba lastimado. ¡Lo secuestraron
vivo! Y lo he buscado desde entonces...” (Carballido, 1981), por está razón tiene la esperanza de
encontrarlo vivo, de vez en cuando coincide con otras mujeres que también se encuentran en la
misma búsqueda, a pesar de ello, evitan mirarse a los ojos, para no ver la desilusión que las aflije.

En su búsqueda, asiste a la plaza en la que todo paso, a observar como personas de todo tipo
llegan a dejar veladoras y flores, entre estas se encuentran, viudas con hijos huérfanos, jóvenes
que asistieron al mitin ese mismo día y lograron escapar del trágico suceso, estudiantes jóvenes,
que por su edad, le recuerdan a esa madre como eran los amigos de su hijo, es tan vivido el
recuerdo que, en su desesperacion, les pregunta si saben algo de el, sin embargo se percata que
para ese entonces, ese hijo secuestrado ya sería mucho mayor a los adolescentes con los que
platicaba, no obstante, ellos se encuentran en ese lugar para no olvidar.

La madre se resiste a la idea de que su hijo ya no se encuentre con vida, por esta razón no quiere
prender una veladora, pues nos da a entender que prenderla sería aceptar lo peor, la muerte de su
hijo, pese a esto, termina ofreciéndole una flama, conmemorando “tu ausencia, que es la de
todos. Tu vida, que es la de muchos...” (Carballido, 1981), haciendo las paces con su lucha,
aceptando que su hijo es “una llamita entre las sombras” (Carballido, 1981) que fue apagada.

Finalmente, en su delirio, mantiene la ultima conversación con su hijo, dándole sentido a su


búsqueda, respondiéndole que fue lo que paso aquel catastrófico día, dejándole en claro que deje
de buscarlo y siga con su vida, con aquella vida que dejo abandonada.

La matanza y desaparición masiva sucitada el 2 de octubre de 1968 no solo dejo bancas vacías,
también dejo familias rotas, sobre todo madres en busca de sus hijos, porque para una madre no
hay dolor más grande en esta vida que la incertidumbre causada por la desaparición de un hijo.

Bibliografía
Carballido, E. (1981). Conmemorantes.

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