Mi catequesis la realice en una vereda donde viven mis abuelos, allí asistíamos todos los sábados mi primo y yo siempre con el librito de la primera comunión, nuestra catequesis fue distinta ya que teníamos la naturaleza a nuestro alrededor y podíamos respirar aire fresco.
En la confesión estaba algo nerviosa pero al final me confesé y estuvo
bien, aprendí a decir lo malo y lo bueno que hacía a esa edad, cuando termine de confesarme el Padre me dijo que rezara y que pidiera perdón a mis padres por ser un poco grosera algunas veces con ellos.
El día anterior de mi ceremonia me peinaron con tubos para hacerme los
crespos más definidos por que mi mama quería que estuviera bien guapa, se llegó el día de la ceremonia y tenía un hermoso vestido y unos taconcitos de color blanco, recibí la primera comunión al lado de mi familia.
De regreso a la casa, nos recibieron con una celebración en familia donde
hicieron un almuerzo muy rico para que compartiéramos y la pasáramos bien todos, también hubo torta muy buena de vainilla y chocolate, en familia dimos las gracias a Dios por permitirnos estar todos reunidos.
Aun no terminaban de sorprendernos, continuaban los regalos, me
regalaron un viaje a Pereira con mi papá para ir a visitar a mis otros familiares, me dieron dinero, también una cadenita de oro y unos aretes, el mejor regalo fueron las sonrisas de mi mamá en la ceremonia.