La devoción hacia Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá es una de las más
importantes en nuestro país y se remonta a casi 500 años de historia. El lienzo de
algodón, que había sido olvidado y dejado en mal estado, se encontraba en la capilla de Chiquinquirá, cuando la imagen de la Virgen se le apareció milagrosamente a una humilde mujer, llamada María Ramos. La desgastada imagen ahora tenía unos colores muy vivos y despedía de sí grandes resplandores que llenaba de claridad toda la capilla. Tenía el rostro muy encendido. Toda la pintura estaba renovada completamente, aunque, quedaron en el lienzo algunos agujeros. A partir del milagro de su restauración, la devoción hacia Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá se extendió rápidamente por todo el territorio nacional. Cada 9 de julio, se celebra su festividad, en la cual miles de personas se congregan en la Basílica para expresar su fe y agradecer los milagros realizados por la Virgen. Durante esta fecha, se realizan procesiones, misas y eventos religiosos en honor a la patrona de Colombia. La imagen es considerada un símbolo de identidad nacional y unificador de la comunidad colombiana. Además, se le atribuyen numerosos milagros y favores concedidos a sus devotos, por lo que es ampliamente venerada y aclamada en todo el país. Asimismo, se han construido numerosos santuarios y capillas en su honor en distintas partes de Colombia, donde miles de peregrinos acuden para rezar y buscar intercesión ante la Virgen María. El Papa Pio VII la declaró patrona de Colombia en 1829 y fue coronada canónicamente en 1919. Desde el 9 de julio de 2021 una réplica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá fue entronizada en los Jardines del Vaticano, en conmemoración de los 102 años de la coronación canónica de la patrona de Colombia. La devoción hacia la Virgen de Chiquinquirá es un componente esencial de la fe y la cultura colombiana. Su importancia radica en su papel de patrona de Colombia, su perdurante presencia en la historia del país y los milagros atribuidos a su intercesión. Con el pasar de los años, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá continúa siendo una fuente de esperanza, un mensaje divino de paz y reconciliación y un símbolo de unión para los colombianos.