Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Control de La Ira en El Lugar de Trabajo
El Control de La Ira en El Lugar de Trabajo
Recomendado para:
1. Personas que se enfadan en el trabajo.
2. Personas que quieren promocionarse en su empresa.
No hay ninguna duda. La incapacidad para controlar la ira en el trabajo supone
un grave riesgo de descarrilamiento en la vía hacia el éxito. Este ejercicio 18 le
ayudará a controlar su ira mostrándole cómo manipular la ira para mejorar su
actividad. De manera concreta, le proporcionará algunas estrategias de eficacia
demostrada para afrontar las cinco provocaciones de la ira más corrientes que
tienen lugar en cualquier trabajo.
Información
He aquí algunos comentarios que suele hacer la gente cuando se enfadan en el
trabajo:
"Así son las cosas". "No puedo hacer nada al respecto". "Tengo que aceptarlo". "No
es tan terrible". Todas ellas son afirmaciones muy influyentes para manejar la ira
en el ambiente laboral. Sin embargo, aunque en principio pueden impedirla
liberación de la ira, no le ayudan a controlarla, pues también implican su
impotencia, lo cual, paradójicamente, aumenta la ira que usted desea reducir, y el
resultado puede ser una ira crónica. El ejercicio 18 utiliza la suposición de que no
tiene usted que aceptar lo que le irrita, sino más bien que quiere aceptarlo porque
desea conservar su empleo. Reconocer esto le permite experimentar ira y, no
obstante, mantener las cosas en perspectiva, como gajes del oficio. "No me gusta,
pero aprenderé a habérmelas con eso" es mucho más productivo que "No puedo
hacer nada al respecto; a fin de cuentas, no es tan malo". Esta última afirmación
niega la ira, mientras que la anterior se orienta hacia la tarea: "Puesto que estoy
enfadado y quiero mantener mi empleo, ¿qué puedo hacer al respecto para que eso
no vuelva a ocurrir?" Esta actitud proporciona el impulso necesario para convertir
su activación airada en energía, de modo que pueda elaborar una estrategia de
control.
La puesta en práctica
Estar orientado hacia la acción significa esperar que, en la mayor parte de los
casos, la provocación no se resolverá por sí sola. Se requiere una acción basada en
un plan para resolver la provocación y evitar que vuelva a producirse. Al estar
orientado hacia la acción, es usted quien acepta la responsabilidad de controlar la
provocación.
NOTA
La mayoría de la gente elige las tres maneras de responder, sin sacar de ello
más que resentimiento, celos y quizá la futura pérdida de promoción. ¿Qué haría
usted?
He aquí algunas estrategias directas de eficacia probada para el control de las
provocaciones indicadas. Preste atención a la manera en que los objetivos producen
las estrategias.
1. Recalcar verbalmente las experiencias importantes que comparte con ellos. Por
ejemplo, si a una enfermera la postergan las demás enfermeras de su planta,
puede lograr la asimilación por parte del grupo haciendo hincapié en los estudios y
las experiencias laborales comunes. Las experiencias compartidas nutren la
cohesión. Esto contrasta vivamente con la actitud de quejarse a la supervisora de
que nadie le hace caso, o decir airadamente a los miembros del grupo que no le
gusta su manera de tratarle. Esta última táctica no hará más que aumentar la
resistencia del grupo a aceptarle.
2. Haga un esfuerzo directo para integrarse en el grupo. Sea amistoso. Por
ejemplo, si el grupo sale a almorzar, no espere a que le inviten a acompañarles.
Usted puede tomar la iniciativa y decir: "~,Os importaría que hoy vaya con
vosotros?" Aunque su compañía no guste a todo el grupo, quizá haya una o dos
personas que le aceptarán.
Si aun siendo agradable, servicial y amistoso el grupo sigue sin aceptarle, ello
puede ser señal de que el mismo grupo está alterado. Tal vez falta equipo o
personal en el departamento, y eso puede ocasionar presión, tensión e ira. Tal vez
el gerente o los miembros de grupo están "atascados", atrapados en puestos de
trabajo que son callejones sin salida, con pocas perspectivas de progreso. Estas
situaciones engendran inquietud, celos, fricción y chismorreo. El grupo "atascado"
tiende a convertirse en una camarilla, leal a sus miembros y hostil a los de fuera.
Sustituyen con la satisfacción social las oportunidades de trabajo que no tienen y
definen el éxito como la pertenencia a la camarilla; pueden ejercer el único poder
que tienen manteniéndole a usted al margen o desairándole al negarse a compartir
información o pericia. Ésta puede ser la ocasión para efectuar un movimiento
lateral, haciéndose transferit a otro departamento o cambiando de empleo.
NOTA
Dígale a su jefe que valora las críticas que le hace y pregúntele sí podrían
reunirse periódicamente en privado para examinar su trabajo. Es posible que en las
dos primeras reuniones su jefe tenga una larga lista de cosas que usted hace mal,
pero a medida que se vayan reuniendo empezará a observar las muchas cosas que
hace bien y es muy probable que tome conciencia de su hábito contraproducente.
o Llame la atención a su jefe sobre sus aspectos positivos. Prepare una lista
cuidadosa de sus cualificaciones. Comente estos aspectos y entregue la lista a su
jefe. La próxima vez que haya oportunidad, es muy probable que el jefe le tenga
presente como candidato. Si ha obrado con tacto y ha presentado una buena lista,
incluso es posible que su jefe sienta que está en deuda con usted por no haberle
promocionando antes, y quizá le aumente el sueldo, le dé un cargo mejor o tenga
con usted alguna otra consideración.
Si sigue estos pasos, utiliza su ira como una fuente de energía positiva para
lograr la promoción, en vez de serlo de energía negativa que no sólo empeora las
cosas sino que le impide también promocionarse en el futuro. Actuar
productivamente crea una actitud positiva, y el resultado suele ser una sensación
de bienestar.
Estrategia de control: Tiene dos opciones. Primera, hacer caso omiso de los
rumores, lo cual será una estrategia eficaz si realmente no le importa lo que
piensen los demás y si los rumores no afectan a su rendimiento laboral, sus
progresos y su satisfacción en el trabajo. No obstante, si cualquiera de estos tres
aspectos del trabajo está amenazado (cosa que ocurre casi siempre), la segunda
estrategia de eliminar el rumor es más apropiada. Su objetivo aquí es utilizar la ira
productivamente para defenderse. He aquí lo que ha de hacer para eliminar un
rumor:
Buque el origen del rumor. Pregunte a cada persona dónde lo ha oído, empezando
por quién se lo haya dicho primero. Antes de separarse de cada uno, dígale: "Te
agradeceré que no extiendas este rumor, sobre todo porque sabes que no es cierto.
Sé que no eres la clase de persona que propagaría un rumor falso. Gracias."
Enfréntese al rumor. Hágalo en el caso de que llegue a la fuente del rumor:
1. Exprese su sentimiento. Utilice afirmaciones personales y su RR.
2. Trate de averiguar lo que motivó el rumor. ¿Fue algo que usted dijo o hizo? No
discuta.
3. Demuestre su comprensión e interés parafraseando lo que ha oído y expresando
de nuevo sus sentimientos.
4. Pregúntele cómo se sentiría él si estuviera en su lugar.
5. Déle la mano y muéstrese optimista.
Al final la gente dirá lo que quiera a quien sea. Quizá su mejor estrategia sea
esforzarse por tener unas buenas relaciones con todo el mundo.
NOTA
NOTA
PRÁCTICA
1. lndique dos actividades laborales que puede hacer al experimentar la activación
de la ira.
2. Haga una lista de lo que hacen su jefe, sus compañeros o sus subordinados y
que causan su ira. A continuación, elabore una estrategia de control para cada una.