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La Revolución de la Felicidad
Cómo encontrar tu Pasión, definir tu Propósito y construir un
Mundo Mejor
Los 15 hábitos de los Líderes que están Cambiando el Mundo
Smashwords Edition

Copyright © 2015 Guadalupe de la Mata


Primera edición electrónica
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arduo trabajo del autor.
El contenido de este libro es responsabilidad de la autora y no representa necesariamente la opinión
del Fondo Europeo de Inversiones.
 
Todos los beneficios que se obtengan con este libro se donarán a la ONG Acción contra el Hambre

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
*
Dedico este libro a mi madre, un ejemplo de cómo una sola persona puede
transformar su entorno y generar una espiral de bondad, generosidad y
altruismo. Gracias por ser un modelo para mí…
*
y…
… también a todos los que también creéis que juntos podemos construir un
mundo mejor.
Índice
 
Agradecimientos
Introducción
CAMBIA TÚ PARA CAMBIAR EL MUNDO
Una visión positiva del futuro
Mi experiencia personal: como he llegado hasta aquí
¿Por qué este libro?
Este libro es para ti si…
Lo que encontrarás aquí
 
Capítulo 1
ACEPTA: RECONOCE TU CAPACIDAD PARA SER FELIZ Y
COMPROMÉTETE A EJERCERLA
Lo que sí funciona
Decide ser feliz
Vigila y elige tus pensamientos
Entrena tu atención
Empieza a actuar para transformar tus actos en hábitos
Y ahora, ¿empezamos?
 
Capítulo 2
EXPLORA: LA FÓRMULA “DAS”, 15 HÁBITOS Y 45 PEQUEÑAS
ACCIONES PARA PRACTICARLOS
La fórmula de la felicidad con impacto: F=D+A+S
D = Disfruta del camino
HÁBITO 1: Practica la gratitud
HÁBITO 2: Vive el momento presente
HÁBITO 3: Cultiva una actitud optimista
HÁBITO 4: Dedica tiempo a lo que te apasiona
HÁBITO 5: Elige y cultiva tus relaciones
HÁBITO 6: Cuida tu posesión más valiosa: tu cuerpo
A = Auto-realízate a través de tus talentos
HÁBITO 7: Practica la amabilidad contigo mismo
HÁBITO 8: Fluye
HÁBITO 9: ¡Simplifica, simplifica y simplifica!
HÁBITO 10: Utiliza tus talentos todos los días
S = Sentido: Contribuye a cambiar el mundo
HÁBITO 11: Realiza pequeños actos altruistas
HÁBITO 12: Dale sentido a tu trabajo
HÁBITO 13: Encuentra tu misión
HÁBITO 14: Pon primero lo primero
HÁBITO 15: Adquiere perspectiva
 
Capítulo 3
¡ACTÚA!: CREA TU PROGRAMA PARA SER MÁS FELIZ Y
CAMBIAR EL MUNDO
¿Qué hacer para que esto dure para siempre?
1. Empieza por enfocarte en lo que quieres, no en lo que estás eliminando
2. Vincula el cambio con una motivación mayor
3. Identifícate con tu mejor versión
4. Empieza con una acción pequeña y ánclala
5. Registra tus progresos
6. Persevera
7. Finge lo que quieres ser hasta que lo consigas
8. Crea recordatorios visuales
9. Celebra tus pequeños (y grandes) logros
10. Transfórmalo en un juego
¡Empieza el programa!
 
Capítulo 4
COMPARTE: CONVIERTETE EN EL CAMBIO QUE QUIERES
VER EN EL MUNDO
Únete a aquellos que ya son parte del cambio
10 maneras de cambiar la economía
Organizaciones centradas en el bienestar de las personas
 
Epílogo
Sobre la autora
Apéndice 1: Frases para una vida mejor
Notas y referencias
Bibliografía
Agradecimientos
 
Este libro es el resultado de las interacciones, ideas y ejemplos de
comportamiento de muchas personas. No hay suficiente espacio aquí para
agradeceros a todos vuestro apoyo. Me siento muy afortunada de teneros en
mi vida o haber compartido parte de ella con vosotros.
Quiero darle las gracias a Iñaki por su ilusión y cariño, con el que me hace
sentir que todo lo bueno y bello es posible. Gracias por tu paciencia y apoyo
incondicional, este libro no habría sido posible sin ti.
A mi madre por creer siempre en mis posibilidades, ideas y proyectos.
A mi hermana Almudena por ser mi compañera de viaje desde la infancia y
mi mejor amiga. A Chris por su contagioso optimismo y a Max y Alex, que
me han permitido redescubrir el mundo a través de sus ojos de niño y
aprender a saborear las pequeñas cosas de la vida.
A Mely y Susan por ser un ejemplo de superación, constancia y actitud
positiva. A Carlos Muñoz por sus consejos.
A mis queridos amigos/as del alma, por acompañarme en el proceso de
escritura y ser mi fuente de inspiración. Gracias en particular al CCE, a mis
amistades de Luxemburgo: Rosa, Bea, Ana Lola, Christina, Pilar, Patrizia,
Gloria, Carlos, María, Kiko, Feli, Michael, Rania y Martihno… Al
maravilloso de grupo de Las Sabias, de las que tanto he aprendido en los
últimos años. A todos mis y compañeros/as del Impact Hub y a mis colegas
del Banco Europeo de Inversiones y Fondo Europeo de Inversiones.
A María Manzano y Jorge Salinas, fundadores de la Escuela Lider-haz-go,
por enseñarme muchas de las herramientas de coaching y liderazgo que tanto
me han ayudado en el proceso de escritura de este libro.
A mis colegas del claustro del Instituto de Empresa, y a todos los estudiantes
que han pasado por mis clases. Formar parte de una escuela que promueve el
liderazgo comprometido y el desarrollo personal de sus alumnos es todo un
privilegio. A Cynthia Fernández Lázaro, Directora de Publicaciones del IE
por su apoyo y sus consejos durante el proceso de edición y publicación.
 
También a Maicu Lacalle, Carlos Ballesteros, Eva Curto, Sandra Garrido y
José Luis Curbelo que desde la Universidad Autónoma de Madrid, la
Universidad Pontificia de Comillas, la Escuela de Organización Industrial, la
IEBS y la Universidad Camilo José Cela, están diseñando y apoyando
programas académicos para formar a los futuros agentes de cambio. Gracias
a todos por confiar en mí para enseñar en vuestras organizaciones. Os
admiro y sois mis maestros.
A Luisa Ferreira por darme la oportunidad de colaborar en el maravilloso
proyecto del Instituto BEI y ser jurado del Torneo Europeo de Innovación
Social. Gracias a él, todos los años descubro cientos de proyectos de
ciudadanos europeos que están transformando el mundo.
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Introducción
Una visión positiva del futuro
 
No preguntes qué necesita el mundo, pregúntate que te hace vibrar en la
vida. Luego ve y haz eso. Porque lo que el mundo necesita son más personas
que vibren con su vida.
Howard Thurman
 
Imagina que te levantas una mañana lleno de ganas de vivir y saltas de la
cama sonriendo al pensar en el día que tienes por delante. Eres una persona
feliz, en tu interior priman los pensamientos positivos, disfrutas del presente
evitando preocupaciones innecesarias y estás profundamente agradecido/a
por lo que tienes. Compartes tu tiempo con gente que te gusta, gente positiva
y también muy motivada.
Eres consciente de tus talentos y has aprendido a utilizarlos en la vida
cotidiana. Te levantas con ganas de seguir trabajando en tu proyecto u
organización porque sabes que, como cada día, podrás utilizar tus
capacidades, aprender cosas nuevas y superarte. En realidad, para ti no es
un trabajo, sino un placer, porque tu actividad no solo te permite utilizar tus
dones: es también tu pasión. El tiempo se te pasa volando y te olvidas de
todo mientras la realizas. Además de disfrutar de tu “trabajo”, tienes tiempo
para practicar tus aficiones y disfrutar de la compañía de tus seres queridos,
algo que te produce mucha satisfacción.
Y lo mejor de todo: te encanta sentir que con tus acciones y actitud estás
contribuyendo a mejorar tu entorno. Tus proyectos de alguna manera
forman parte de algo mayor que te trasciende y te has convertido en el
cambio que quieres ver en el mundo
En definitiva, te sientes completo y feliz…
Ahora imagínate que una gran parte de la población mundial siente lo
mismo cada día: grandes dosis de experiencias y emociones positivas,
oportunidades para utilizar sus talentos y pasiones y una alta motivación y
satisfacción interiores para cambiar el mundo, aportando su granito de
arena para hacerlo mejor.
Imagínate también que las organizaciones, empresas y sistemas económicos
se convierten en medios para cumplir las necesidades y las aspiraciones
humanas.
Cierra los ojos y visualiza ese mundo del que tú ya eres parte…
¿Te atreves a construirlo? ¿Te animas a ser parte de él?
Ese mundo es posible y este libro contiene algunas pautas y un plan para
lograrlo..
¿Qué tienes que hacer para contribuir a crear una sociedad donde primen el
bienestar, la empatía, la compasión y el amor? Empezar por ti. Cuando
consigas tener una vida de disfrute, de autorrealización y busques contribuir,
el efecto se expandirá a los demás y ya serás parte del cambio.
Como dice Lao Tzu:
“Si quieres despertar a toda la humanidad, despiértate a ti mismo. Si
quieres eliminar el sufrimiento del mundo, elimina todo lo que es oscuro
en ti mismo. En verdad, el mayor don que tienes para ofrecer es el de tu
propia transformación.”
Hay demasiado en juego como para no intentarlo. Es cuestión de creer que
es posible, confiar en que tienes capacidad para lograrlo, comprometiéndote
a aprender algunas cosas y a introducir una serie de hábitos en tu vida. Las
acciones no te llevarán mucho tiempo ni energía; eso sí, necesitarás mucha
perseverancia. El premio es enorme: esa sensación de felicidad, plenitud y
autorrealización que te acabo de describir.
Así es como me levanto cada día, con esa sensación y esa visión en mi
mente. Aunque no siempre fue así…
 
Mi experiencia personal: como he llegado hasta aquí.
Después de dedicar muchos años a la búsqueda del éxito en la vida personal
y laboral, un día me di cuenta de que algo no iba bien.
A pesar de haber conseguido todos los retos importantes que me había
propuesto y de haber cumplido la mayoría de mis sueños, seguía sintiendo
una extraña insatisfacción. No era algo nuevo, ya me había ocurrido otras
veces, pero siempre había encontrado una respuesta: un nuevo reto, un
nuevo viaje, un nuevo puesto en un país diferente, etc.
Pero un día algo cambió y comprendí que me estaba condenando al eterno
descontento si no empezaba a buscar la felicidad y la satisfacción en el lugar
correcto. Esta fábula ilustra perfectamente la situación en la que me
encontraba:
“Una anciana buscaba afanosamente algo que se le había perdido en la
calle, frente al portal de su casa. Un hombre que pasaba por allí se
detuvo a observar a la anciana.
- ¿Qué has perdido, que buscas con tanta ansia e interés?
- Hace más de una hora que perdí mi aguja de coser.
- ¿Y dónde la has perdido?
- Ahí, en el interior de mi casa.
- Entonces, ¿por qué la estás buscando aquí fuera?
- ¡Es que ahí dentro está muy oscuro!”.
Ese fue el primer paso: ¡darme cuenta de que estaba buscando en el lugar
equivocado! Eso me permitió empezar a investigar un camino diferente y
entender que el bienestar interior es una elección, algo que puede aprenderse
y, sobre todo, lograrse independientemente de las circunstancias externas. La
felicidad estaba, como en el cuento, en “el interior de mi casa”. De hecho,
siempre había estado allí.
Esta idea me pareció absolutamente liberadora. Tener el poder de decidir
cómo sentirme y experimentar mi vida se convirtió en mi principal objetivo.
El problema es que no sabía cómo conseguirlo. Es más, no tenía ni idea de
por dónde empezar. Tantos años “enganchada” a la búsqueda constante de
logros externos no podían cambiarse de un día para otro. Sin embargo,
estaba dispuesta a investigar y comprometerme con la práctica de una vida
más plena. Si había dedicado tanto esfuerzo a hacer carreras, masters y
estudios de todo tipo, a trabajar y avanzar en mi profesión, ¿cómo no iba a
estar dispuesta a hacer esfuerzos para aprender a ser feliz?
Al mismo tiempo, reflexionando sobre mi situación, me pareció muy
sorprendente la falta de conocimiento, conciencia y formación de la sociedad
occidental respecto a cómo llevar una vida plena y equilibrada. Y me
pregunté: ¿Cómo es posible que nadie me haya contado esto antes? Me sentí
muy afortunada por haberme dado cuenta a tiempo. Aún me quedaban
muchos años para aprender, así que emprendí un nuevo viaje: el viaje hacia
esa felicidad que ya estaba dentro de mí. Y el producto de esa búsqueda y
esa práctica es este libro. Es el resultado de más de quince años de
investigación, de formaciones con los mejores expertos del mundo, de
entrevistas a cientos de personas de distintas nacionalidades y, sobre todo, de
mi propio viaje.
También es el resultado de mis experiencias y encuentros en el ámbito
profesional. Gracias a mi trabajo en organizaciones internacionales de
desarrollo, he tenido la suerte de conocer a personas que están dedicando sus
vidas a mejorar su entorno. Gente de todo tipo y condición, desde grandes
líderes empresariales, políticos y financieros, a fundadores de ONGs,
emprendedores sociales, voluntarios en asociaciones sin ánimo de lucro y
también muchos ciudadanos que tratan de tener impacto positivo en la gente
que les rodea.
Sus historias me han motivado a escribir este libro. Por ejemplo Graca
Machel, viuda de Mandela y ex primera dama de Mozambique y de Sud
África, a quien conocí en el año 2014 en la Cumbre Económica de Mujeres
Africanas en Lusaka. Durante una de las mesas redondas en las que
participé, me impresionó su energía y compromiso con la defensa de los
derechos de las mujeres africanas; también su equilibrio y paz interior. O
Rodrigo Baggio, uno de los líderes sociales que más vidas ha cambiado en
Brasil y América Latina gracias a su iniciativa de inclusión digital (CDI).
Visitando con él sus programas para jóvenes en las Favelas de Rio, descubrí
el poder del emprendimiento social.
También me ha inspirado mi encuentro con el Dalai Lama durante su visita a
Luxemburgo en el año 2005; y por supuesto el profesor Muhammad Yunus,
ganador del Premio Nobel de la Paz y uno de los principales impulsores del
movimiento de microcréditos. Gracias a él y su trabajo y después de leer su
libro “Crear un mundo sin pobreza” decidí dedicar gran parte de mi carrera
a apoyar a emprendedores sin recursos a través de las microfinanzas.
Otra enorme fuente de inspiración han sido mis colegas del Banco Europeo
de Inversiones y el Fondo Europeo de Inversiones, por su entrega y
dedicación para seguir apoyando proyectos que generen nuevos puestos de
trabajo y mejores condiciones de vida dentro y fuera de Europa. O mis
amigos y compañeros de organizaciones en las que colaboro, como el Impact
HUB, Ashoka, Society for Organisational Learning, Presencing Institute y
muchos otros.
Y los miles de ciudadanos anónimos que cada día se involucran en proyectos
sociales o simplemente que construyen una sociedad más justa y pacífica
gracias a su altruismo, generosidad y empatía.
Hay mucha gente así, mucha más de la que nos quieren hacer creer. No
suelen salir en los telediarios, ni en los periódicos, pero son ellos los que
están cambiando el mundo.
Encontrarás algunas de sus historias a lo largo del libro.
Y lo que voy a contarte es que, según mi experiencia, las personas
comprometidas tienen una energía interior especial y un alto grado de auto-
conocimiento. Han desarrollado una serie de hábitos que les dan, no solo una
profunda sensación satisfacción, sino también la ilusión necesaria para
contribuir al bien común. Están convencidas de que pueden “dejar una
huella” y marcar la diferencia.
Tal vez te parezca que la acción de un solo individuo no cuenta, sin
embargo…
Érase una vez un escritor que vivía en una playa tranquila, junto a una
colonia de pescadores. Todas las mañanas, temprano, paseaba por la
costa para inspirarse. Un día vio en la playa una figura que parecía
bailar. Al aproximarse observó a un joven cogiendo estrellas de mar de la
arena y arrojándolas, una a una, de vuelta al océano. Se acercó.
- ¿Por qué haces esto? – preguntó al joven.
- La marea está baja y el sol quema. Si las dejo en la arena, se secarán y
morirán.
- Pero muchacho, ¿no ves que existen miles de kilómetros de playa en este
mundo y cientos de miles de estrellas de mar desparramadas a lo largo de
ellos? Tú devuelves algunas al mar, pero la mayoría morirá de todas
formas. ¿De qué sirve lo que estás haciendo?
El joven tomó una estrella más de la arena y la arrojó de vuelta al
océano. Miró al escritor y dijo:
- Para ésa, ya ha servido de algo.
Aquella tarde el escritor no pudo escribir. Por la noche tampoco logró
dormir.
A la mañana siguiente fue a la playa, aguardó al joven y junto con él
comenzó a devolver estrellas al mar.
Loren Eiseley
 
¿Por qué este libro?
El propósito de este libro es convencer al mayor número de ciudadanos
posible de que se puede aprender a ser feliz cultivando algunos hábitos y que
esa es, además, la mejor manera de transformar nuestro entorno y generar
cambios sistémicos.
Mi intención es simplemente provocar la chispa que encienda el fuego e
invitarte a dar el primer paso en tu camino hacia una vida mejor. Este
camino, que te llevará a lo que he bautizado como “felicidad con impacto” y
te servirá para ser parte del movimiento que lucha contra las dos grandes
crisis a las que nos enfrentamos.
La primera es la “crisis personal” que asola el mundo. Desde que el ser
humano pisa la faz de la Tierra ha tratado de un modo u otro de encontrar la
dicha. Dicen los científicos que de lo contrario no habríamos sobrevivido,
que si la mayoría de individuos de la especie no se hubieran sentido
satisfechos o no hubieran tratado de conseguirlo, habríamos perdido interés
por la procreación y probablemente nos habríamos extinguido. [1] Sin
embargo, en el sistema educativo occidental, desde el colegio a la
universidad, no nos enseñan a cultivar el bienestar interior. Y tampoco es
algo de lo que se hable demasiado en los medios de comunicación, ni se
considere que se pueda o deba practicar.
Los psicólogos y psiquiatras han investigado para encontrar maneras de
luchar contra la ansiedad y vencer la depresión, que cada día afecta a más
personas, pero hasta hace relativamente poco no existían estudios sobre
fórmulas prácticas para mejorar nuestra experiencia vital. Por supuesto, hay
muchos libros y recursos sobre la felicidad, pero no le estamos dando el
espacio que le corresponde en nuestro sistema de valores ni en nuestras
escuelas u organizaciones. Sobre todo si, como decía Aristóteles, la felicidad
es “el bien supremo”, el fin al cual están destinadas todas nuestras acciones.
Algunos dicen que no creen “en estas cosas”, que para ellos la felicidad es
algo que “llega” o que se consigue a través del logro de objetivos externos.
Otros ni siquiera piensan en ella o en cómo conseguirla. Pero todos
aspiramos en realidad ser felices y tener un propósito para sentirnos
realizados.
La segunda es la crisis social y medioambiental. El mundo afronta retos sin
precedentes, tanto sociales como ambientales, y parece evidente que las
respuestas y soluciones tradicionales propuestas por el mercado, el sector
público y la sociedad civil ya no son suficientes. Por eso, este es el momento
de fomentar el papel de las personas que se comprometen a vivir
intensamente y a generar valor. De cómo actúe cada uno de nosotros hoy
depende cómo será el planeta que dejaremos a nuestros hijos y a nuestros
nietos.
No podemos negar que estamos en un momento de profundo cambio en el
que muchas de las cosas que dábamos por hechas empiezan a tambalearse.
Esto genera inquietud, miedo e incertidumbre. Últimamente, a mí alrededor
oigo muchas quejas, incluso añoranza de un tiempo pasado en el que todo,
según dicen, iba mejor. Parece que somos víctimas de los errores de otros, de
la mala gestión de las instituciones, de los bancos, de los políticos, etc.
Sin embargo, también conozco a muchas personas que, en lugar de
paralizarse y quejarse, han decidido tomar una actitud proactiva y se han
movilizado para adaptarse a la nueva situación. Han aceptado la
incertidumbre y dedican su energía, tiempo y capacidades a adaptarse a los
cambios para vivirlos lo mejor posible. Han salido de su zona de confort
para buscar las nuevas oportunidades que la crisis les ofrece.
Hay un tercer grupo que, además de pensar en cómo adaptarse y sobrellevar
los cambios, se plantea qué pueden hacer para ser parte de la solución.
Y es que, ante cualquier situación, podemos quejarnos o asumir la
responsabilidad de nuestras vidas y del mundo que nos rodea.
Como dice el famoso psiquiatra y fundador de la logoterapia, Viktor Frankl:
“Todo puede serle arrebatado a un hombre menos la última de las libertades
humanas: elegir su actitud en una serie dada de circunstancias, elegir su
propio camino”.
He escrito este libro para todos los que han elegido la tercera actitud y
quieren pasar a la acción.
 
Este libro es para ti si…
• A veces te preguntas: “si tengo todo lo necesario para sentirme satisfecho
¿por qué no termino de sentirme bien?” Y estás decido a encontrar la
respuesta.
• Te parece que la vida que estás viviendo no la has elegido tú, que tiene que
haber algo más, pero no sabes muy bien qué puede ser. Y tienes ganas de
descubrirlo.
• Sientes que vives muy rápido y tu día a día está lleno de obligaciones que
no te dejan tiempo para experimentar momentos de paz, de disfrute o
gratitud por muchas de las cosas buenas que ya tienes. Y estás dispuesto/a a
hacer los cambios necesarios para lograrlo.
• Escuchas de vez en cuando una voz en tu interior que te dice que eres
capaz de grandes cosas y sientes la necesidad de progresar, aprender, crecer
y desarrollarte, pero no sabes utilizar tu potencial. Y quieres descubrir cómo
hacerlo.
• Ves muchos problemas sociales y medio ambientales a tu alrededor, hace
tiempo que sientes que deberías hacer algo, pero no encuentras el momento
o no sabes por dónde empezar y eso te crea frustración. Sin embargo, no has
tirado la toalla, sabes que hay una forma en la que puedes contribuir y estás
decidido a encontrarla.
• Quieres tener un propósito y dejar un legado, sentir que tu vida y tus
esfuerzos marcan la diferencia en tu trabajo, en tu vida o en la sociedad. Y
estás pensando en qué acciones puedes realizar para lograrlo.
• Deseas ayudar a otras personas y ser una fuente de inspiración en tu
entorno.
• Eres un emprendedor social, líder de una institución sin ánimo de lucro o
del sector público y sabes que para trabajar y marcar la diferencia en tu
equipo o en la relación con tus clientes o beneficiarios es importante
empezar por cultivar tu ecología personal.
• Eres un empleado y has decidido dejar huella a través de tu trabajo desde tu
organización.
• O simplemente, quieres vivir una vida más plena y feliz.
 
Lo que encontrarás aquí
En este libro comparto contigo un método con 3 claves, que se desdoblan en
una serie de hábitos, basados en más de quince años de investigación, para
que inicies tu propio proceso de cambio. No es ninguna fórmula mágica,
todo depende de tu grado de interés y de cuánta energía y tiempo le quieras
dedicar. Este camino, tiene cuatro etapas: aceptar, explorar, actuar y
compartir.
1. ACEPTA: RECONOCE TU CAPACIDAD PARA SER FELIZ Y
COMPROMÉTETE A EJERCERLA
Antes de empezar, es imprescindible que reconozcas que solo tú tienes el
poder de crear una vida plena. Es importante que creas en ello y que te
comprometas a ejercerlo. Por mi parte, te voy a dar todos los argumentos
científicamente probados, para que te convenzas. Los encontrarás en el
capítulo 1, en el que descubrirás también cómo utilizar el poder de la
decisión, la atención, el pensamiento positivo y las acciones deliberadas.
 
2. EXPLORA: LA FÓRMULA “DAS”, 15 HÁBITOS Y 45 PEQUEÑAS
ACCIONES PARA PRACTICARLOS
En el capítulo 2 te presento la fórmula que resume los tres pilares de esta
revolución: Disfrute, Auto-realización y Sentido. Su acrónimo “DAS” define
perfectamente mi mensaje: “Darse y cuidar de uno mismo para darnos a los
demás y dejar huella”.
La práctica de cada uno de los tres elementos se concreta en 15 hábitos
basados en mi experiencia y en las cientos de entrevistas con agentes de
cambio, líderes e innovadores sociales y ciudadanos comprometidos que he
conocido durante los últimos años. Lo interesante y valioso de esas
conversaciones es que provienen de personas de los cinco continentes y
diferentes culturas. Me ha resultado muy curioso comprobar cómo, en el
fondo, todos los seres humanos deseamos lo mismo, independientemente de
nuestro origen, cultura o religión. Y cómo las estrategias para lograrlo
también son muy parecidas.
Mis propuestas están fundamentadas en estudios empíricos llevados a cabo
por científicos, filósofos, psicólogos y otros expertos. Entre ellos, muchos
contemporáneos como Matthieu Ricard, Martin Seligman, Ben Sahar, Sonja
Lyubomirsky, K. Sheldon, Ken Robinson, Thich Nhat Hanh y Kabat Zinn,
por citar algunos de los que más me han inspirado. Y, por supuesto, los
clásicos occidentales, como Aristóteles o los estoicos y orientales, como Lao
Tzu o Confucio.
En cada sección encontrarás ejercicios y prácticas para que pruebes el efecto
de cada hábito en tu bienestar interior y su impacto en tu entorno. He elegido
cuidadosamente los 45 más efectivos y transformadores entre los cientos que
los expertos han compartido conmigo y que he probado y practicado.
 
3. ACTÚA: CREA TU PROGRAMA PARA SER MÁS FELIZ Y
CAMBIAR EL MUNDO
Transformar las acciones en hábitos requiere seguir un proceso y en el
capítulo 3 encontrarás las mejores pautas basadas en estudios de
programación neurolingüística, neurociencia y coaching. Se trata de añadir,
a tu propia energía, el poder transformador de los hábitos a largo plazo.
 
4. COMPARTE: MULTIPLICA TU FELICIDAD
En el capítulo 4 te propongo una “Revolución”, un cambio social basado en
el impulso de compartir el bienestar con otros y un nuevo paradigma para las
organizaciones y los países. Empieza presentando las 10 maneras a través de
las cuales los ciudadanos ya están cambiando la economía con pequeños
actos cotidianos. Desde el consumo responsable, las inversiones de impacto
y la participación en financiación colectiva (crowdfunding), el aumento del
trueque y la economía colaborativa, los bancos de tiempo o los
emprendedores sociales. No solo encontrarás ejemplos, si no también ideas
para que tú también puedas involucrarte.
Más concretamente cuando termines de leer el libro:
• Dominarás una serie de técnicas que te permitirán disfrutar más de tu
experiencia vital, estar más presente y sentirte agradecido de lo que ya
tienes evitando preocupaciones innecesarias.
• Conocerás herramientas para identificar tus “súper poderes”, esas
capacidades innatas con las que tanto disfrutas y cómo utilizarlas más en
el ámbito laboral y fuera de él.
• Sabrás la diferencia entre el trabajo como empleo, como carrera o como
contribución y métodos para empezar a darle un sentido diferente a tu
actividad laboral.
• Cada día, dejarás una huella positiva en tu entorno más cercano a través
de tu compromiso con la realización de pequeños actos altruistas.
• Habrás diseñado tu misión personal.
• Podrás utilizar la innovación social ciudadana para unirte a las miles de
personas que ya están cambiando la economía y disfrutando en el
proceso.
• Sabrás como utilizar el poder de los hábitos y las pequeñas acciones
para generar, poco a poco, grandes transformaciones en tu vida, en tu
trabajo y en tu entorno. Además de aportarte una enorme satisfacción,
estos hábitos tendrán un efecto significativo en las distintas áreas de tu
vida. De hecho, los psicólogos Sonja Lyubomirsky, Laura King y Ed
Diener han comprobado que la felicidad lleva a mejores relaciones,
ingresos más altos, mejores rendimientos y mayor salud física y mental.
• Por otro lado, si eres un líder o gestor de personas, estos hábitos te
ayudarán a mejorar el nivel de satisfacción de tu equipo u organización.
De hecho, innumerables investigaciones demuestran que, en las empresas,
las emociones positivas generan más compromiso y niveles más altos de
creatividad; mejoran las relaciones y el trabajo en equipo; incrementan la
productividad; reducen la rotación de empleados y el ausentismo. Porque,
como veremos más tarde, está demostrado que no es el éxito el que da la
felicidad si no la felicidad la que lleva al éxito.
He resumido los principales efectos de practicar los hábitos que te propongo
en la siguiente tabla:

¿Vamos allá?
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Capítulo 1
RECONOCE TU CAPACIDAD PARA TRANSFORMAR TU
VIDA Y TU ENTORNO Y COMPROMÉTETE A
EJERCERLA
 
“Recuerde que la felicidad no depende de lo que usted sea o de lo que
tenga; depende de lo que usted piense”.

Dale Carnegie
 
La sociedad occidental se basa en una falsa premisa: seremos felices cuando
ocurran determinadas cosas. Por ejemplo, cuando terminemos los estudios,
compremos nuestra primera casa, nos casemos o tengamos un hijo, logremos
una promoción en el trabajo, etc. Sin embargo, en cuanto ocurren estos
eventos, y tras un periodo inicial de satisfacción, nos acostumbramos a la
nueva situación y dejamos de apreciarla. Este efecto es debido, entre otras
cosas, a la capacidad que tenemos los humanos para adaptarnos con facilidad
a los cambios. Como resultado de ello, después de una mejora en nuestras
circunstancias vitales y del consecuente aumento de nuestro bienestar,
pronto volvemos a nuestro nivel de felicidad (o infelicidad) anterior.
Y es que, en el fondo, las circunstancias, tanto las positivas como las
negativas, influyen menos de lo que creemos en nuestra experiencia interior.
Numerosos estudios lo han demostrado. A continuación te presento uno de
los más sorprendentes y conocidos. Lo escuché por primera vez en una
charla TED de boca del psicólogo Daniel Gilbert: [2]
¿Quién crees que es más feliz, el ganador de la lotería un año después de
obtener el premio o un parapléjico un año después de su accidente?
Los doctores Brickman, Coates y Janoff decidieron responder a esa
pregunta y crearon tres grupos: uno estaba compuesto por individuos que
habían sufrido un accidente y habían quedado parapléjicos, otro por
personas a las que les había tocado la lotería y el tercero por un grupo de
gente que no había vivido ninguna de esas dos experiencias.
Se tomaron datos sobre los individuos justo después del evento relevante
(el sorteo de la lotería o el accidente). Pasado un año, los resultados
mostraron que, en el primer momento, el grado de satisfacción era
completamente antagónico: los ganadores de la lotería eran mucho más
felices y los accidentados que habían quedado parapléjicos mucho más
infelices. Sin embargo, un año después, el nivel de satisfacción era
sorprendentemente parecido entre los individuos de los tres grupos. El
nivel de felicidad de los “afortunados” de la lotería y de los
“desgraciados” del accidente era muy similar al que tenían antes de esos
eventos aparentemente tan importantes en sus vidas.
Sorprendente ¿verdad? Los psicólogos llaman a este efecto la “adaptación
hedónica”, que es la capacidad del individuo para adaptarse a una situación
nueva y recuperar el estado emocional anterior a la misma. Esta capacidad es
muy beneficiosa cuando nos enfrentamos a situaciones negativas. De esta
manera, podemos asimilar situaciones duras, como las de los presos que se
acostumbran a vivir en sus reducidas celdas; o las de los habitantes de los
suburbios de Bombay, que parecen tener vidas felices en un entorno limitado
y degradado; o las de aquellas personas que sufren la pérdida de un ser
querido. A todo eso acabamos adaptándonos.
Lo curioso es que la adaptación también actúa ante las circunstancias
positivas. Inicialmente, estas situaciones producen un aumento de la
felicidad, pero esa primera euforia se corrige de forma gradual, llevándonos
de nuevo a niveles normales de satisfacción.
Así que muchas de las cosas que pensamos que nos harán felices para toda la
vida solo lo conseguirán durante un tiempo. En Tropezar con la felicidad,
Dan Gilbert dice: “Pensamos que el dinero trae grandes dosis de felicidad
durante largo tiempo, pero en realidad proporciona escasa felicidad durante
poco tiempo”. [3]
Cuando descubrimos que no somos tan dichosos como habíamos previsto,
nuestro impulso natural es buscar una nueva fuente de satisfacción,
asumiendo que el problema está en un error de predicción. Eso es lo que nos
hace seguir comprando cosas y buscando el siguiente nivel de éxito externo,
y por tanto, repitiendo este ciclo indefinidamente.
La buena noticia es que podemos salir de esa rueda y utilizar la capacidad de
adaptación en nuestro beneficio, es decir, para asimilar el impacto de las
situaciones negativas y alargar el de las positivas. En el siguiente capítulo
veremos cómo lograrlo.
Otro mito o falsa creencia de nuestra sociedad es que ser feliz es una
cuestión genética, que nacemos con una cierta predisposición a un
determinado nivel de felicidad.
Sin embargo, recientes estudios sostienen que tanto nuestro cerebro como
nuestro ADN pueden transformarse a lo largo de la vida si ponemos nuestra
atención y nuestra intención en ello. Los neuro-científicos han descubierto
que el cerebro es más plástico de lo que se creía, y que sus circuitos pueden
modificarse por hechos tanto externos como internos. Esta facultad de
cambiar creando conexiones neuronales o reforzando las existentes se llama
neuroplasticidad. [4]
En su libro El cerebro de Buda, el profesor Hanson lo explica de la siguiente
manera: “Lo que fluye a través de tu mente esculpe tu cerebro”. Y añade:
“A medida que te conviertes en una persona más feliz, la región frontal
izquierda de tu cerebro se vuelve más activa”. El autor defiende que si te
esfuerzas voluntariamente en activar y utilizar con más frecuencia ciertas
partes de tu cerebro, esas partes se volverán más fuertes y tenderán a estar
más activas durante más tiempo. Si, por ejemplo, reproduces en tu mente
escenas de ira y resentimiento hacia los demás de forma continuada, estarás
activando y fortaleciendo las neuronas responsables de esos recuerdos y
emociones y poco a poco te irás convirtiendo en una persona cada vez más
iracunda y resentida. Pero si haces lo mismo con estados emocionales y
mentales más positivos, irás transformándote en una persona más feliz.
Neurocientíficos como Richard Davidson, de la Universidad de Wisconsin,
están buscando en los cerebros de los monjes budistas huellas para
comprender por qué distintas técnicas de meditación podrían ayudar a las
personas a alcanzar mayores cuotas de bienestar emocional. Entre ellos, el
más conocido es Matthieu Ricard, al que llaman “el hombre más feliz del
mundo” a raíz de los experimentos con Davidson. Ricard dejó hace más de
35 años una prometedora carrera en Francia como bioquímico para
convertirse en monje y colabora con el Mind and Life Institute (co-fundado
por el Dalai Lama) donde se estudian distintos aspectos de la plasticidad
cerebral y de la neuropsicología cognitiva para comprender la conexión entre
la meditación, el cerebro y el bienestar emocional.
En sí misma, la neuroplasticidad no es ni buena ni mala. Es simplemente un
mecanismo que nos ayuda a adaptarnos al medio y a sobrevivir a situaciones
cambiantes. El verdadero poder está en el concepto de “neuroplasticidad
auto dirigida”, porque es lo que nos da poder para cambiar nuestro cerebro.
[5] Igual que el músico que se dedica a tocar un instrumento desarrolla el
área del cerebro que controla el movimiento de los dedos, se está
comprobando que el entrenamiento mental dirigido a cultivar estados
mentales como el altruismo, la compasión o la paz interior puede producir
cambios en el área relacionada con el bienestar.
En su libro En defensa de la felicidad, Matthieu Ricard sostiene: “He
llegado a comprender que, aunque algunas personas son más felices por
naturaleza, su felicidad sigue siendo vulnerable e incompleta, y que
conseguir la felicidad como estado vital es una auténtica destreza. Requiere
un esfuerzo continuado en el entrenamiento de la mente y en el desarrollo de
una serie de cualidades humanas, como la paz interior, la autoconciencia y
el amor altruista”.
El factor genético es, por tanto, nuestro punto de partida en el camino hacia
la felicidad, pero no el punto de destino. Lo lejos que lleguemos dependerá
de la decisión de poner nuestra atención conscientemente en ello, así como
de nuestro entusiasmo y perseverancia.
 
Lo que sí funciona
Entonces, ¿de qué depende tu bienestar?
Pues esencialmente de tu decisión, tu voluntad y tus acciones. Es ahí donde
está tu margen de maniobra y donde reside la “palanca de la felicidad”.
Este libro trata precisamente de eso: de los actos y los pensamientos que
puedes elegir para construir una vida significativa y de cómo utilizarlos para
generar valor a tu alrededor.
Para ello, el punto de partida es sentir que mereces vivir intensa y plenamente.
Como escribe el experto Nathaniel Branden: “En su búsqueda de valores, el
hombre debe pensarse con derecho a disfrutar de ellos. En su esfuerzo por
hallar la felicidad, debe considerarse con derecho a tenerla”. Empieza a
apreciarte por lo que eres, al margen de tus logros externos y tangibles, a creer
que mereces ser feliz por ser lo que eres… porque naciste con la mente y el
corazón dispuestos a experimentar el placer, la autorrealización y el propósito.
Se trata de asumir la responsabilidad de tu propia vida y tomar las riendas,
ejerciendo los cuatro poderes con los que todos contamos: el poder de la
decisión, el poder de la atención consciente, el poder del pensamiento y el
poder del hábito o acción constante. Estos son tus principales poderes. Tuyos
y de nadie más. Y tú decidirás cómo los usas.
 
Decide ser feliz
Insisto: ser feliz no depende de lo que suceda a tu alrededor, sino de tu
estado interior y de tu actitud ante las circunstancias. No depende de que
consigas un trabajo nuevo, una pareja, un coche mejor o un millón de euros.
La satisfacción que aporta todo esto dura poco y no es profunda. Cuando lo
consigas, no tardarás en volver a ser tan infeliz como antes de conseguirlo.
Ser dichoso, en realidad, depende sobre todo de una decisión: la decisión de
alimentar una parte de ti, de poner tu atención en sentirte bien.
“En una noche estrellada un anciano de la tribu de los Cherokee estaba
con sus nietos. Les dijo:
- Hay una lucha dentro de mí, una lucha terrible entre dos lobos. Uno de
esos lobos es la Infelicidad. Representa el miedo, el tú no puedes, no lo
intentes. El otro lobo es la Felicidad. Representa la aceptación, la
confianza en uno mismo y el amor. ¿Cuál creéis que va a ganar?
Durante unos segundos, los nietos se quedaron en silencio. Finalmente,
uno de ellos preguntó:
- ¿Cuál, abuelo?
El anciano le sonrió calmadamente y respondió:
- Aquel que yo decida alimentar.”
Como dice este cuento, dentro de ti tienes dos “lobos”, o dicho de otra
forma, dos maneras de afrontar tu vida y tu día a día. El primero se fija en lo
positivo, lo bello y lo bueno de las personas y los acontecimientos. Cree que
es posible disfrutar, crecer, progresar y contribuir a mejorar las cosas. Otro
tiende a ver lo negativo, a quejarse por no tener suficiente, a comparase con
otros y sentirse frustrado. Cree que el mundo es un lugar hostil y que no es
posible cambiar nada o casi nada.
¿Cuál de los dos lobos o actitudes te hará más feliz? Claramente el primero. Y
solo de ti depende alimentarlo más que al segundo. Y esa es tu responsabilidad,
porque con tu decisión también mejorarás o empeorarás la vida de la gente que
te rodea y contribuirás a mejorar o empeorar tu entorno.
En mi caso, desde que tomé esa decisión, mi vida ha cambiado en todos los
sentidos. Tengo mucha más energía, me despierto con ilusión y me siento
plena. Mi relación con los demás ha cambiado. Y la gente que me rodea no
ha tardado en notarlo. No hace mucho un compañero de trabajo me dijo:
- La mayoría de nuestros colegas se pasan el día quejándose y sin
embargo tú siempre pareces estar contenta y disfrutar de tu trabajo y de
tu vida. ¡Y siempre con una sonrisa en los labios! ¿De dónde sacas la
positividad y la energía? ¿Cuál es tu secreto?
Sin pensarlo demasiado le conteste:
- Es muy fácil, simplemente he decido ser feliz y cada mañana me
comprometo a poner mi atención y mis acciones al servicio de esa
decisión.
Mi compañero me miró con ojos incrédulos. Se esperaba una respuesta más
complicada o elaborada. Yo, la verdad, también me sorprendí un poco,
porque me di cuenta de que mi “secreto” para estar bien era algo muy simple
y al mismo tiempo extremadamente poderoso. Desde entonces repito mucho
esta frase: “La única razón por la que soy feliz es porque he decidido serlo”.
 
Vigila y elige tus pensamientos
Como ya dejó escrito Epicteto hace casi dos mil años: “lo que en verdad nos
espanta y nos desalienta no son los acontecimientos exteriores por sí
mismos, sino la manera en que pensamos acerca de ellos”.
En última instancia siempre eres tú quien decide hacia dónde dirigir tus
pensamientos y cómo interpretar lo que te ocurre, independientemente de lo
que suceda a tu alrededor. En el siguiente capítulo veremos cómo utilizar el
poder de los pensamientos para crear estados de felicidad interior.
 
Entrena tu Atención
Si tomas la decisión de alimentar tu yo feliz, como espero que hagas,
necesitarás mantener tu nueva actitud presente durante el día, incluso en los
momentos más difíciles. La herramienta para lograrlo es la atención, que te
permitirá ser consciente de lo que pasa en tu interior, dueño/a de tus
pensamientos y capaz de cambiar la dirección de los mismos hacia algo más
constructivo y positivo.
Para empezar, puedes proponerte, cada vez que algo empiece a alterarte (una
crítica, una decepción, una frustración, etc.), pensar lo siguiente: “¿Qué me
importa más, esto o mi paz mental?”. Verás cómo tu malestar se reduce
automáticamente. Porque cualquier cosa que no te guste (lo que piensen de
ti, el inconveniente de perder un trabajo y tener que buscar otro, etc.) no es
tan importante como tu paz mental, tu alegría interior.
 
Empieza a actuar para transformar tus actos en hábitos
El simple hecho de haber comprado este libro y haber llegado hasta aquí ya
significa que tienes mucho interés por mejorar tu vida y tu entorno. Sin
embargo, para que el método que yo te propongo funcione, es necesario que
pases a la acción. Sin acción no hay cambio. Por eso, le he dedicado un
capítulo entero a cómo empezar a actuar y cómo transformar los pequeños
actos en hábitos. Tu salud, tus relaciones sociales y las demás áreas de tu
vida, hasta llegar finalmente a tu destino y tu felicidad están determinados
por tus hábitos.
En el capítulo 3 encontrarás algunas claves que he aprendido en mi viaje
hacia la construcción de hábitos y rituales para ser más feliz. Te aseguro que
mi vida ha cambiado completamente, y la de muchas personas que conozco
también. ¡Vale la pena leerlo y sobre todo practicarlo!
Para que no olvides tus cuatro poderes, los he agrupado en las siglas DAPA
y los he esquematizado de esta manera:

Los cuatro van en realidad ligados unos a otros, como revela esta genial cita
de Mahatma Gandhi:
“Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras.
Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos.
Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos.
Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino”.
 
Y ahora, ¿empezamos?
Acabas de empezar un proceso que tendrá efectos positivos no solo en tu
vida, sino también en la vida de las personas que tienes a tu alrededor.
Para seguir adelante te propongo que firmes la siguiente “hoja de
compromiso”, una especie de contrato personal contigo mismo/a que
activará tus cuatro poderes. Léelo con atención, porque los contratos hay que
cumplirlos, y firma con tu nombre al final.
Mi compromiso:
1. Reconozco y creo en mi poder para cambiar mi vida y ser más feliz.
2 Me comprometo a investigar y aprender, con la ayuda de este libro, las
herramientas que me ayudarán a lograrlo.
3. Me comprometo a practicar las prácticas del libro al menos una vez.
4. Me comprometo a elegir al menos tres de los que me hayan sido más
útiles y trabajarlos durante los próximos meses para que se conviertan en
nuevos hábitos.
Firma:
Fecha:
¿Ya lo has hecho? ¡Felicidades! Has dado un nuevo paso para ser más feliz.
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Capítulo 2
INVESTIGA: EXPERIMENTA CON LOS HÁBITOS DE LA
GENTE FELIZ
 
La fórmula D+A+S
Todos deseamos ser felices, pero muchos no nos paramos a pensar qué tipo
de existencia nos proporciona mayor bienestar interior. Solemos quedarnos
solo con aspectos concretos de nuestra vida profesional o personal: la carrera
que queremos estudiar, el tipo de familia que deseamos, el tipo de casa o
coche que queremos comprar, etc.
Existen infinidad de definiciones de felicidad, propuestas desde distintas
tradiciones y desde campos diversos como la psicología, la filosofía o la
sociología. En la antigua Grecia, la escuela de filósofos hedonistas
consideraba que la felicidad consistía en la acumulación de momentos
agradables y en la satisfacción de los deseos. Por su parte, Sócrates, Platón y
Aristóteles, que tuvieron una gran influencia en la filosofía de siglos
posteriores, superaron la concepción de la felicidad como bienestar hedónico
(obtención de placer) y la fundamentaron en un bienestar eudaimónico, en el
cual lo más relevante es el desarrollo armónico del potencial humano.
Una visión reciente, la de Sonja Lyubomirsky, une ambas concepciones. Su
definición me parece muy acertada: “La felicidad es la experiencia del gozo,
la satisfacción y el bienestar, combinados con la sensación de que la vida es
buena y merece la pena vivirla”.
Mi propia definición de “felicidad con impacto”, como me gusta llamarla, es
una sensación o estado interior de serenidad y plenitud que no depende de
las circunstancias ni de los logros exteriores y que consta de elementos o
instrucciones a seguir:
D = “Disfruta del camino”. Aprende a cultivar una actitud positiva ante
los acontecimientos, a disfrutar del presente y de los pequeños placeres de
la vida.
A = “Auto-realízate a través de tus talentos”. Identifica tus fortalezas y
talentos y utilízalos en tu trabajo, en el amor, en la paternidad o en el ocio.
S = “Siente tu misión”. Siente que contribuyes a algo más allá de ti
mismo/a, algo que te transciende. Ten un propósito y vívelo diariamente.
Esta definición combina las dos ideas de la Antigua Grecia, el bienestar
hedónico y el eudaimónico. De forma que, tener una misión y utilizar
nuestras capacidades contribuye a cubrir las necesidades de autorrealización,
así como las de transcendencia, mientras que el placer y el disfrute cubren
nuestras necesidades emocionales y nos alegran la vida.
En los próximos apartados te propondré una serie de hábitos que te
permitirán cultivar estos tres pilares de una vida feliz, esta “fórmula de la
felicidad” que he sintetizado como D+A+S.

Puedes ver un resumen en la siguiente tabla. Son hábitos que se aprenden


con muy poca dedicación diaria. Eso sí, hace falta mucha constancia y
perseverancia, pero una vez que los tengas integrados en tu vida, los harás
casi sin darte cuenta, igual que haces cuando todos los días te lavas los
dientes o comes o cenas a una determinada hora.
 

 
¿Te animas a empezar?
 
D = Disfruta del camino
 

LOS HÁBITOS PARA DISFRUTAR DEL CAMINO


 
La primera clave de la fórmula D+A+S es disfrutar del camino y de cada
momento.
Llevamos una vida acelerada en la que no dejamos de ir de un lado a otro sin
permitirnos disfrutar de pequeñas cosas, como tomarte un café con un
amigo, saborear una buena comida o simplemente sentarnos en algún lugar y
mirar un paisaje.
Nos han educado para que nos enfoquemos en alcanzar objetivos personales,
con la promesa de que seremos dichosos cuando acabemos la carrera o nos
casemos o tengamos una casa o…. Y así nos metemos en una rueda de
insatisfacción en la que creemos erróneamente que con el siguiente logro
seremos más felices. Sin embargo, cuando lo alcanzamos descubrimos que
no es así, o que esa felicidad es espuria o en todo caso fugaz.
Para cambiar tu enfoque, te propongo algunos de los hábitos que han
demostrado tener un gran impacto en el bienestar interior. Algunos te
ayudarán a apreciar más lo bueno que ya tienes, como la gratitud (hábito 1) o
el poder de estar presente (hábito 2). Otros te servirán para ser consciente de
tus patrones de pensamiento y diálogo interior y transformar los que te hagan
daño o te limiten por otros más positivos (hábito 3). Con los hábitos 4 y 5
conseguirás rodearte de gente positiva y realizar actividades que te hagan
feliz. Por último podrás experimentar la importancia de cuidar tu cuerpo para
aumentar tus niveles de satisfacción (hábito 6).
A continuación encontrarás una serie de prácticas para introducir hábitos de
Disfrute en tu vida cotidiana.
 
HÁBITO 1: Practica la gratitud
Hace tiempo que leo y oigo hablar de la importancia de la gratitud. Sin
embargo, no ha sido hasta hace relativamente poco cuando he entendido su
verdadero efecto en mi estado de ánimo y mi sensación de satisfacción y
felicidad.
En este mundo tan lleno de objetivos, de mensajes que nos incitan a
conseguir más y buscar la perfección, es fácil que nos olvidemos de valorar
lo que ya tenemos. El deseo de mejorar es positivo, por supuesto, y mensajes
como “vence tus miedos”, “todo es posible” o “sal de tu zona de confort”
pueden ayudarnos a soñar, avanzar y crecer. Sin embargo, también pueden
generar, si se malinterpretan, una actitud de eterno descontento y de
frustración, una amarga sensación de que “nada es suficiente”. Lo sé porque
me he sentido así, y he dejado de valorar en mi vida cotidiana cosas tan
importantes como la salud, tener un trabajo que me apasiona, tener cerca a
gente querida, etc.
A menudo no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Mientras
disfrutamos de salud y amor no somos realmente conscientes su importancia.
Por suerte, podemos aprender a estimar las cosas sin necesidad de sufrir
pérdidas o situaciones extremas, simplemente cultivando el hábito de
“darnos cuenta” de todo lo bueno que tenemos en nuestra vida cotidiana y
agradecerlo.
 
#1.- Diario de Gratitud
Te propongo un reto: durante el próximo mes escribe cada día tres cosas por
las que estás agradecido/a. Puedes hacerlo en un cuaderno o en un espacio
virtual, como prefieras. A mí me gustan los cuadernos tradicionales y
siempre llevo uno conmigo, otra opción es hacer anotaciones en el teléfono o
enviándote un email. Lo importante es que tengas un espacio para escribir
que puedas utilizar con facilidad. Busca un lugar tranquilo en algún
momento del día y piensa en tres cosas que valores o que te hayan hecho
disfrutar y por las que sientas agradecimiento. ¡Y apúntalas!
Si un día olvidas hacerlo, no te preocupes, retómalo al día siguiente. De
todos modos, te aconsejo hacerlo de forma continuada para que se convierta
en un hábito. Solo te llevará unos minutos y el efecto es increíble:
• Primero porque supone darnos la posibilidad de analizar nuestra
experiencia diaria desde una perspectiva positiva. Aunque haya sido un
día difícil siempre podremos encontrar algo que agradecer.
• Segundo porque nos hará fijarnos más en las cosas buenas que nos
ocurran para poderlas incluir en nuestra lista. Disfrutaremos mucho más
de nuestro día.
• Y finalmente porque nos permitirá darnos cuenta de cuánto nos estamos
quejando y cómo infravaloramos la parte positiva de los acontecimientos,
de manera que podremos transformar la queja en agradecimiento.
Hoy estoy agradecido por:
1.

2.

3.
 
#2.- La lista de los 100 agradecimientos
Otro ejercicio de efectos casi mágicos y probados por expertos es escribir
una lista de cien cosas por las que estar agradecido. Esto nos obliga a utilizar
nuestra creatividad. Yo empecé por agradecer lo que me iba bien en los
distintos ámbitos de mi vida, como tener buena salud, una familia
maravillosa, buenos amigos, un trabajo que me gusta, etc., pero al llegar al
número cincuenta empecé a pensar en cosas que no valoro en mí día a día y
que suponen una enorme suerte. Como, por ejemplo, vivir en un país en paz
(hay una gran parte de la población mundial que no puede decir lo mismo,
que sufre guerras, violencia o crimen generalizado), poder abrir un grifo y
disponer de agua o abrir la nevera y tener comida o poder tenerla. También
incluí todas las libertades con las que cuento y que muchas personas,
especialmente muchas mujeres en otros países, no pueden disfrutar. E
incluso me sentí muy agradecida por estar viva en ese momento.
Es una práctica extraordinaria. Llevo esa lista conmigo y en algunas
ocasiones, cuando me siento cansada, frustrada o con ganas de quejarme, la
releo e inmediatamente mi estado de ánimo cambia.
Lista de 100 Agradecimientos
1.

2.

3.

4.

5.

100.
 
#3.- Crea un collage que represente las cosas buenas de tu vida
También puedes transformar la lista en un collage de imágenes. Recorta
fotos de revistas que representen las cosas o personas que más agradeces
tener en tu vida. Por ejemplo, si se trata de tu familia o tu pareja, puedes
utilizar una foto de ellos o si agradeces tu salud, elige una foto que
represente tu excelente estado de salud. Pon el collage en casa, en algún
lugar visible, o guárdala en tu teléfono móvil. Lo importante es tenerlo a
mano para no olvidar todas esas cosas buenas que tienes en tu vida.
Es una práctica muy potente, ¡pura magia!
Tres prácticas más para expresar tu gratitud
Existen muchas otras maneras para cultivar la gratitud. Aquí algunas más:
 
#4.- Haz una lista de las personas que valoras mucho y escribe al lado de
cada nombre lo que te aporta.

 
#5.- Escribe una nota de agradecimiento a alguien y… ¡mándasela! Se trata
no solo de pensar en aquello que hacen los demás y que es digno de
agradecer, sino también de expresarlo, lo que refuerza nuestra gratitud y
genera felicidad a nuestro alrededor. Puede ser un e-mail, una carta, un
mensaje de texto, etc. Algo corto y simple. Un ejemplo: hace unos meses mi
padre estuvo ingresado en un hospital y cada mañana una enfermera muy
amable y cariñosa le despertaba con una sonrisa y una excelente actitud. Su
generosidad y su talante nos alegraban a todos en un momento muy difícil.
Así que mi madre escribió una nota de agradecimiento para ella, que envió
también al director del hospital. Le llevó solo unos minutos escribirla. Hace
poco nos encontramos con la enfermera. Se acordaba de nosotros y nos
agradeció el gesto, pues el director la había llamado a su despacho para
felicitarla por su trabajo.
 
#6.- Escribe una carta larga y detallada a alguien que realmente te importe de
la lista anterior. Esta vez coge el teléfono y léesela en voz alta. El contacto
directo aumentará el efecto de tu gratitud.
 
HÁBITO 2: Vive el momento presente
El segundo hábito para disfrutar (D) tiene que ver con la capacidad de vivir
con intensidad cada momento a través la atención plena (mindfulness).
Uno de los mayores expertos en meditación y reducción de estrés, el doctor
Jon Kabat-Zinn define el mindfulness como “prestar atención de manera
intencional al momento presente, sin juzgar”.
Es un estado que te ayuda a sentirte relajado, atento y en paz. Numerosos
estudios demuestran que además de reducir el estrés, hace que sea más fácil
soportar el dolor, disminuye la depresión y aumenta la auto-aceptación y el
autoconocimiento. Te ayuda a despegarte de tus propias reacciones, a verlas
desde fuera y con mayor claridad y perspectiva. Pero sobre todo te ayuda a
controlar tu mente y todo lo que sucede en ella: pensamientos, emociones,
recuerdos, imágenes mentales, etc.
La atención plena te ayuda, en definitiva, a tomar las riendas de tu mente.
En su libro Mindfulness en la vida cotidiana, Kabat-Zinn nos recuerda que
“con frecuencia nuestra mente no es consciente de las múltiples
posibilidades que encierra el momento presente y de su belleza única, ya que
nuestra naturaleza alberga una tendencia al automatismo que nos aleja del
contacto con el único tiempo que tenemos para vivir, crecer, sentir, amar,
aprender y darle forma a las cosas. Por fortuna nuestra mente también tiene
la profunda capacidad innata de ayudarnos a despertar a la atención plena
y así poder usar nuestros mejores momentos en nuestro propio beneficio, en
el de otros y en el del planeta en el que vivimos. Al cultivo de la mente que
conduce al despertar pleno se le denomina meditación”.
Este hábito es uno de los que más me cuesta practicar con regularidad.
Durante mucho tiempo intenté llegar a ese estado de atención plena
meditando de la forma tradicional, es decir, sentada y tratando de mantener
la mente “en blanco”. La mayoría de las veces me quedaba dormida o
terminaba pensando en algún tema que me preocupaba. De esta forma, más
que estar presente y disfrutar del momento, me estresaba.
Llegué a pensar que no era posible “dejar de pensar”. Hasta que un día probé
a “estar presente” mientras volvía a casa caminando, y luego a hacerlo
mientras nadaba, y entonces descubrí que estaba hecha para practicar la
atención plena “en movimiento”. Te cuento esto para que no te desanimes si
no consigues meditar fácilmente. Hay distintas maneras de conseguir ese
estado de paz interior, lo importante es encontrar la que te va bien a ti.
Te propongo algunos ejercicios para desarrollar la atención plena que te
llevarán poco tiempo.
 
#7.- Dedica unos minutos al día a meditar, es decir, a cerrar los ojos estando
despierto y concentrarte en la respiración.
Para ayudar a la meditación, te aconsejo lo siguiente:
• Crea un ambiente tranquilo. Apaga cualquier aparato que pueda hacer
ruido.
• Siéntate con la columna recta en una silla o sobre un cojín. No hace falta
que dobles las piernas en la llamada posición de loto, pero puedes hacerlo
si te resulta cómodo.
• Procura que tu posición te permita respirar con facilidad. Esto ocurrirá
naturalmente si tus rodillas están por debajo del nivel de tu cintura.
Intenta evitar tumbarte, porque es fácil que te quedes dormido/ a.
• Entrecierra o cierra los ojos.
• Elige un foco de atención. Normalmente se utiliza la respiración. Pon tu
atención en cómo entra y sale el aire por tus fosas nasales. No intentes
cambiar la forma en la que lo estás haciendo; solo deja que tu atención se
centre en cómo fluye el aire.
• Cuando aparezcan pensamientos, vuelve a centrar tu atención en la
respiración. No se trata de que pongas la mente en blanco, sino de que la
aquietes. De esta forma, poco a poco, disminuirá el número de
pensamientos y habrá más espacio entre ellos.
• Puedes utilizar “mantras” o frases que repetirás mentalmente y que te
ayudarán a mantener la tranquilidad. Por ejemplo, repite “estoy
completamente relajado”.
• Visualiza un lugar tranquilo para ti, puede ser real o imaginario. Este
paso puede reemplazar la repetición de palabras o ser omitido, según
prefieras.
 
#8.- También puedes elegir una tarea y realizarla poniendo toda tu atención
en ella. Observa los pensamientos que te van llegando (por ejemplo, sobre lo
que tienes que hacer después, sobre algo que te ha pasado durante el día,
sobre tu compañero o tu jefe, etc.), y vuelve a poner la atención en la tarea
que tienes entre manos. Tu día será mucho más sencillo y mucho más
agradable si consigues estar presente en las tareas que realizas en cada
momento.
 
#9.- Aquí te dejo algunas ideas más para llevar la atención plena a las
actividades más simples y cotidianas:
• Cuando te despiertes por la mañana, antes de levantarte, observa tu
respiración. Su calidad dice mucho de tu estado interior. Si tu respiración
es suave y constante estarás tranquilo/a y en paz mientras que si se
acelera, te tensarás.
• Antes de levantarte de la cama, observa tus pensamientos, ¿Qué es lo
primero que has pensado al despertar? Esta práctica te ayudará a ponerte
en contacto con lo que hay en tu mente y cuáles son tus preocupaciones o
motivaciones.
• Siempre que te sea posible, come en silencio y enfócate en masticar y
saborear cada bocado. Más adelante encontrarás más información sobre
la alimentación consciente.
• Observa tu entorno, el sol, la lluvia, el viento, los árboles, los paisajes
y sonidos en tu camino al trabajo, a la escuela o una cita. Al conducir, al
caminar o sentado en el metro sé consciente y al llegar a tu destino
observa tu estado de ánimo y tus pensamientos, ¿estás en el presente o
estás en el pasado o planeando tu futuro?
• Durante el día revisa y conecta con el presente. Practica la respiración
consciente, crea momentos para observar como entra y sale el aire: en el
trabajo, mientras estas sentado en tu despacho, frente a tu ordenador,
mientras hablas por teléfono, etc.
• Permítete unos momentos para estar tranquilo. Programa algún tipo de
recordatorio para conectar contigo mismo, por ejemplo: el timbre, el
teléfono, una campana, al encender tu ordenador o al dar la luz, etc.
• Cuando termines tus actividades diarias, tómate un tiempo para apreciar
lo que has logrado y pregúntate: ¿Cómo has interactuado con otros? ¿Les
hablaste amablemente y de forma apropiada? Solo sé consciente, no te
juzgues.
• Considera el viaje de vuelta a casa como un espacio de transición entre
tus actividades diarias y espacio personal.
• Cuando llegues casa entra con tranquilidad y amabilidad.
• Cuando te duches o bañes siente como el agua te limpia y refresca, es
una gran oportunidad para relajarte y conectar con las sensaciones en tu
cuerpo.
• Cuando vayas a la cama prepárate para dormir, respira profundamente,
toma consciencia de tu cuerpo, relájate, deja atrás las actividades y ya no
hagas planes para mañana. Conecta con tu corazón y quédate en ese
espacio.
 
HÁBITO 3: Cultiva una actitud optimista
Hay una cita de John Milton, autor de El paraíso perdido, que resume
perfectamente lo que significa para mí el poder de nuestros pensamientos:
“La mente es tu propio lugar y puede por sí misma hacer un paraíso del
infierno y un infierno del paraíso”.
Recuerda que cada uno de los pensamientos que pasan por tu cabeza a lo
largo del día depende únicamente de ti. Y esto es algo muy poderoso, porque
implica que, a través del proceso consciente de “cuidar” la clase de
pensamientos que te permites generar, puedes transformar tu actitud mental
de una forma increíble. Ser consciente de esto ya marcará una tremenda
diferencia positiva en tu vida.
A continuación, comparto contigo algunas estrategias y prácticas para
ejercitar el optimismo y convertirlo en un hábito. Es decir, para entrenar tu
mente y conseguir que vea lo bueno de cada situación.
 
#10.- Piensa que algo maravilloso está a punto de ocurrir.
Jack Canfield explica en su libro Principios de éxito: “Mi primer mentor, W.
Clement Stone, una vez fue descrito como un paranoico inverso. En lugar de
creer que el mundo estaba conspirando para hacerle daño, optó por creer que
estaba conspirando para hacerle bien. En lugar de ver todos los eventos
difíciles o desafiantes como algo negativo, los vio como lo que podrían ser,
algo que estaba destinado a enriquecerle, darle poder, o avanzar en su causa.
¡Qué creencia positiva más increíble! Imagina qué fácil sería tener éxito en
la vida si constantemente esperas que el mundo te apoye y te ofrezca
oportunidades. La gente exitosa hace eso”.
Me gusta mucho esta idea de convertirse en un “paranoico a la inversa”, es
decir, en alguien que siempre piensa que algo bueno va a ocurrir y que las
cosas van a salir bien, que es justo lo contrario de lo que haría un paranoico.
Si tienes mil dudas sobre si algo va a salir bien, sobre si vas a conseguir
realizar un cambio, mejorar tu vida, encontrar a alguien especial, etc., tu
actitud estará condicionada por pensamientos negativos y tu forma de luchar
por lo que quieres también. Creo en esto firmemente y lo he comprobado
muchas veces. Por eso, siempre que voy a una presentación, una entrevista o
una cita, o que empiezo un proyecto nuevo, suelo partir con la creencia
básica de que todo va a salir bien. Y, la verdad, casi siempre ha funcionado.
Y al contrario, las veces que he sentido dudas, miedo o no he creído en mi
capacidad, las cosas no han salido bien del todo. Algunos lo llaman “la ley
de la atracción”. Yo creo que es algo bastante intuitivo y lógico. Cuando
empiezas algo con la actitud adecuada, toda tu energía, tu mente y tu
esfuerzo se concentran en cómo conseguirlo, no en si es posible o no. Y
además disfrutas del proceso.
 
#11.- Extrae los beneficios y el aprendizaje de lo que te ocurre (intención
positiva) y ¡encuéntralos!
Las cosas no siempre salen como deseamos o como nos habíamos
imaginado. En esos casos podemos dejar que nos invada el desánimo o tratar
de encontrar sus posibles aspectos positivos y esperar que el tiempo decida
lo que es buena suerte y mala suerte, agradeciendo lo beneficioso de cada
situación y extrayendo los posibles aprendizajes, como hace el campesino
del siguiente cuento:
Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo
caballo para cultivar sus campos…
Un día, el caballo escapó a las montañas. Cuando sus vecinos se
acercaron para condolerse con él y lamentar su mala suerte, el labrador
les replicó:
“¿Mala suerte? ¿Buena suerte? … ¿Quién sabe?”
Una semana después, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo
una manada de caballos. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por
su buena suerte. Éste les respondió:
“¿Buena suerte? ¿Mala suerte? … ¿Quién sabe?”.
Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos
salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto
como una desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir:
“¿Mala suerte? ¿Buena suerte? … ¿Quién sabe?”
Una semana más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados
todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando
vieron al hijo del labrador con la pierna rota, le dejaron tranquilo.
¿Había sido buena suerte? ¿Mala suerte? … ¿Quién sabe?
Tomado del libro “Sadhana, un camino de oración”.
Anthony de Mello.
--
Se trata de adoptar el hábito de buscar la intención positiva de los
acontecimientos. Si quieres practicarlo, aquí tienes un ejercicio que propone
el experto Tal Ben-Shahar en su libro Even Happier.

 
Estrategias y ejercicios para pensar en positivo - Resumen
 
HÁBITO 4: Dedica tiempo a lo que te apasiona
A veces estamos tan ocupados con nuestras tareas habituales, nuestras
obligaciones y objetivos, que nos olvidamos de dedicar tiempo a lo que
realmente nos gusta. Y son precisamente esas actividades las que pueden
generar un mayor bienestar y felicidad.
Por eso, te propongo algo muy simple; haz una lista de las cosas que más te
hacen disfrutar y comprométete a introducir alguna de ellas en tu rutina
(#12.-).
Un ejemplo. En cierta ocasión propuse este ejercicio a un grupo de
directivos de organizaciones de microfinanzas en uno de mis cursos de
liderazgo transformador. Uno de ellos, Max, recordó que le encantaba pintar
y conocer a gente nueva. Sin embargo, hacía meses que no tocaba sus
pinceles y su vida social era casi inexistente. Tras hacer la lista, se
comprometió a recuperar el hábito de pintar. Y encontró la manera, no solo
de hacerlo todas las semanas, sino de compaginarlo con su necesidad de
conocer a gente nueva: se apuntó a un grupo que se reúne todos los
miércoles para dibujar en Madrid. Desde entonces es mucho más feliz. ¡Y
además, está preparando una exposición con todas sus pinturas!
En mi caso, hago este ejercicio con frecuencia, porque suelo olvidarme de
practicar algunas actividades que me encantan. Por ejemplo, bailar me llena
de energía positiva. Cada vez que bailo me pregunto: “¿Por qué no lo hago
más a menudo?”. La inercia y la rutina hacen que vaya desapareciendo de mi
agenda y a veces me paso meses sin bailar.
Así que, cada tres meses, hago la lista de las cosas que me gustan, me dan
alegría o me hacen sentir bien para comprobar si siguen estando presentes en
mi vida, y si no, hacer las correcciones necesarias para que tengan su lugar.
El detalle de colocarlas en la agenda es importante, pues les damos el
espacio y la importancia que merecen.
A veces nos resulta imposible dedicar tiempo a aquello que nos apasiona por
los motivos que sean: el trabajo, el cuidado de los hijos, los viajes, la falta de
dinero, etc. Pero está científicamente probado que podemos cultivar una
“vida de disfrute” realizando actividades que no nos llevarán más que unos
minutos. De nuevo lo importante es generar el hábito a base de repeticiones.
Te propongo ejemplos:
• Dedica al menos un minuto al día a algo que te haga reír. Puedes ver una
página de humor, de noticias curiosas, etc.
• Date un pequeño placer por lo menos una vez al día. Escucha una
canción que te guste, lee un poema, date un baño caliente o disfruta de un
café con un buen amigo o con tu pareja. ¡Cuídate aunque solo sea por
unos minutos!
• Siéntate al menos 20 minutos al lado de un río, lago o estanque, o bajo
un árbol en un parque. Disfruta de la naturaleza.
• Llévate una manta a tu parque o bosque más cercano y come al aire
libre.
• Visita un museo.
• Observa las estrellas.
• Observa una puesta de sol con un amigo o amiga.
• Sal a comer o cenar a un restaurante bonito.
• Encuentra los lugares secretos de tu pueblo o ciudad.
• Ve al teatro o al cine o a un concierto.
• Etc.
 
#13.- Gran proyecto de felicidad del Año
Además de reservar un tiempo en tu vida cotidiana a las actividades que te
gustan, te propongo que imagines algún proyecto de más entidad: por
ejemplo, unas vacaciones en un sitio especial, un concierto de un gran
músico al que hace tiempo que quieres ver, una comida en un restaurante
especial, un fin de semana en un balneario, una semana tranquila para
dedicársela a tu familia, etc. Algo que te haga mucha ilusión pero que no
puedas realizar inmediatamente. Lo llamaremos el Gran Proyecto de
Felicidad del Año.
Está demostrado que simplemente imaginando esas situaciones y actividades
y planificándolas, puedes disfrutar por adelantado. De hecho, parece que
durante la planificación de las vacaciones se puede experimentar más
satisfacción que durante el propio viaje. Este efecto está ligado al
sentimiento de anticipación. Como refiere también Shawn Achor en su libro
La Felicidad como ventaja, los niveles de endorfina se elevan un 27% en la
gente que piensa que va a ver su película favorita.
Almudena, una participante en mis seminarios, me contaba que solía hacer
viajes cortos, de fin de semana o de cuatro o cinco días, con sus amigas.
Desde hacía algún tiempo tenía el sueño de ir al Brasil con ellas y pasar allí
tres semanas. Finalmente, decidió cumplir su sueño y empezó a planificar el
viaje con varios meses de antelación leyendo información sobre la historia
del país, quedando con sus amigas una vez al mes para planificar los
recorridos, etc. También compró música brasileña y conoció a brasileños que
vivían en Madrid. Durante esos meses el “proyecto Brasil” le aportó mucha
alegría e ilusión, casi tanto como las tres semanas que finalmente pudo
disfrutar allí. Cuando volvió empezó a preparar el siguiente Gran Proyecto
de Felicidad del Año.
Te propongo el siguiente ejercicio:
Siéntate a escribir todas las cosas importantes que te gustaría hacer antes de
morir.
Planifica una que puedas hacer en los próximos 6 meses.
Programa fechas y empieza a dar los pasos y a realizar las primeras acciones
para cumplirlo.
 
HÁBITO 5: Elige y cultiva tus relaciones
En el mundo hay mucha gente interesante y positiva, muchas oportunidades,
actividades y momentos que disfrutar en buena compañía. Pero también hay
personas negativas que solo ven dificultades y problemas. Si quieres adquirir
hábitos positivos y ser más feliz, es importante que te rodees de la gente
adecuada. Gente que vea la parte positiva de la vida, que crea en tu potencial
y te anime a seguir adelante. ¡Gente FELIZ!
Imagínate compartir despacho con alguien que se está quejando
constantemente o con un jefe que tiene mal genio. Aunque te encante tu
trabajo, tus jornadas laborales pueden resultar una pesadilla… O imagina
viajar con una pareja a la que todo le parece mal. El viaje, por muy
paradisiaco que sea el destino, puede convertirse en un tormento.
Afortunadamente, hay personas que todo lo hacen fácil y agradable, que se
toman las cosas bien y no tienen la costumbre de quejarse. La vida es mucho
mejor compartida con gente así.
 
#14.- Elige bien con quien pasas tu tiempo
Te propongo un ejercicio delicado pero importante. Haz una lista de las 5-10
personas con quien más tiempo pasas. Piensa en el efecto que tiene cada una
de ellas en tu vida haciéndote las siguientes preguntas:
• ¿Cuáles sus principales características? ¿Te gustaría que te describieran
a ti de forma parecida? ____________________
• ¿Son personas que te motivan, te apoyan, creen en ti?
____________________
• ¿Tienen una actitud que te transmite felicidad o te inspira?
____________________
• ¿Sales lleno de energía después de pasar tiempo con ellas o, por el
contrario, su compañía te frena, te desmotiva o te pone triste?
____________________
Después plantéate:
• ¿A cuántas de esas personas elegiste de forma deliberada y cuantas están
en tu vida por casualidad e inercia? Si pudieras crear tu círculo social
ideal, ¿elegirías el mismo tipo de relaciones o te gustaría estar rodeado/a
de otro tipo de gente? ____________________
• ¿Describe el amigo ideal o la amistad ideal? ¿En quién te tienes que
convertir para merecer ese tipo de amistad? ____________________
En mi caso, tengo varios grupos de apoyo incondicional que son, además,
una increíble fuente de energía. Uno es un grupo de amigas de distintas
partes del mundo que conocí en Madrid cuando volví a España después de
haber vivido quince años en distintos países. Lo llamo el Club de las Chicas
Estupendas porque realmente son personas increíbles: positivas, generosas y
con muchas ganas de vivir. Nos reunimos con frecuencia para compartir
nuestros proyectos, apoyarnos y motivarnos. Por supuesto también
compartimos momentos de diversión, de relax y de ocio juntas. Su efecto en
mi vida ha sido y es muy positivo.
El otro es el Impact HUB, un espacio para emprendedores sociales donde
siempre encuentro inspiración, apoyo y grandes dosis de energía.
Si cuentas con el tipo de gente ideal a tu alrededor para la transformación
que estás realizando, siéntete muy agradecido/a. Trata de cuidar tu relación
con ellos y mantenerlos en tu vida. Pero si crees que puedes introducir
mejoras, plantéate lo siguiente:
• ¿Dónde puedo encontrar el tipo de gente que me inspire por su actitud y
sus intereses y me anime a introducir nuevos hábitos positivos? En mi
trabajo, por ejemplo, hay un grupo que se reúne una vez a la semana para
hacer yoga y otro para meditar. Como tengo serios problemas para
introducir el hábito de la meditación en mi rutina, he pensado que
seguramente encontrándome con ellos me será más fácil conseguirlo. Es
mi nuevo propósito para este año.
• Apóyate puntualmente en personas de tu círculo que admires por un
determinado aspecto en el que estés trabajando. Aunque no las veas con
frecuencia, busca la manera de acercarte más a ellas. Por ejemplo, cuando
empecé a escribir este libro pasé por momentos de desánimo y bloqueo.
Sabía que uno de mis colegas había publicado varios libros y le invité a
un café para que me contara cómo lo había logrado. Ahora nos vemos al
menos una vez al mes y se ha convertido en mi mentor. Coge tu agenda y
piensa en personas que han sido una buena influencia en tu vida en el
pasado y contacta con ellas; puede tratarse de un compañero de
universidad, un antiguo amigo, etc. Se trata de identificar el tipo de gente
a quien te quieres parecer o con quien crees que puedes compartir tu
proceso, y hacer algo para frecuentarlas más.
 
#15.- Pasa más tiempo con los amigos y la familia. Suena a tópico, pero no
haber pasado el tiempo suficiente con los amigos y la familia es uno de los
principales arrepentimientos que expresa la gente antes de morir. Interactuar
con aquellos que nos aprecian y a los que apreciamos revierte positivamente
en nuestro estado de ánimo. Así lo explica Daniel Gilbert, profesor de
psicología de la Universidad de Harvard: “Somos felices cuando tenemos
familia y somos felices cuando tenemos amigos, y casi todas las otras cosas
que creemos que nos hacen felices son, en realidad, vías para tener más
amigos y más familia”. En la misma línea, un estudio de Lewis Terman, de
la Universidad de Stanford, recogido en el libro The Longevity Project,
concluye que las relaciones con los demás son fundamentales para vivir una
vida larga y feliz: “El beneficio más claro de las relaciones sociales viene de
ayudar a los demás. Aquellos que ayudaban a sus amigos y vecinos,
aconsejando y cuidando de los demás, tendían a vivir más que el resto”.
 
Más ejercicios y prácticas
Hay otras pequeñas cosas que puedes hacer para mejorar tus relaciones y ser
más feliz:
• #16.- Dedica al menos 10 minutos al día a hablar con un amigo con el
que te guste hacerlo. Puede ser en persona, por teléfono o a través de las
redes sociales.
• #17.- Intercambia una frase con un extraño una vez al día. No es
necesario que abordes a alguien en mitad de la calle. Basta con que
aproveches cuando vas a comprar el pan o te subas al autobús, para
pronunciar una frase que sin proponértelo no habrías pronunciado.
• #18.- Haz al menos una acción al día para el bien de tu familia o tu
gente más querida. Te doy algunas ideas:
– Haz una llamada a un familiar que quieras mucho (padres, hermanos,
tíos…).
– Piensa en un detalle para tu pareja (escríbele un mensaje diciéndole
cuánto le/la quieres, compra algo especial para la cena, dale un abrazo
y un beso cuando llegues a casa).
Son cosas que a veces llevan solo un par de minutos, lo importante es tenerlo
presente y mantener la frecuencia. A veces hay que apuntárselo para
recordarlo, al menos hasta que lo convertimos en un hábito. En mi caso,
tengo un recordatorio en el teléfono que suena todos los días por la tarde y
dice: “Cuida a la gente que quieres”. Además, siempre que puedo dedico
encantada mi tiempo y energía a disfrutar de la compañía de mis seres
queridos. Desde que lo hago, mis relaciones han mejorado y soy mucho más
feliz.
 
HÁBITO 6: Cuida tu posesión más valiosa: tu cuerpo
Dice una cita de Buda: “Mantener nuestro cuerpo en buen estado de salud
es un deber, de lo contrario, no seremos capaces de mantener nuestra mente
fuerte y clara”.
Y es que el cuerpo es nuestra posesión más valiosa, por eso hay que
cuidarlo. Además, es más fácil ser feliz si tenemos salud y energía
suficiente.
Hay tres prácticas fundamentales que determinan nuestro bienestar físico:
comer bien, dormir lo suficiente y moverse. Empecemos por la alimentación.
La mayoría de nosotros vemos las dietas como un medio para mejorar
nuestro aspecto físico pero pocas veces pensamos en seguir una dieta que
nos proporcione bienestar. Sin embargo, está demostrado que lo que
comemos también influye en nuestro estado de ánimo.
Existen muchos libros, artículos y blogs dedicados exclusivamente a
ayudarnos a conseguir una dieta más saludable. De entre ellos, encuentro
especialmente interesantes los que proponen transformar la manera en la que
nos relacionamos con la comida a través de la alimentación consciente.
Según la experta Sonia Perel, “La alimentación consciente es el arte de
comer en estado de plena consciencia, prestando atención a las texturas,
olores y sabores tanto como al impacto de los alimentos en nuestro cuerpo,
en nuestro estado espiritual y emocional. También es el ser consciente del
impacto ecológico en el planeta que tiene los alimentos que consumimos. La
alimentación consciente tiene que considerarse tanto el camino hacia una
existencia en mayor armonía con uno mismo, como así también la expresión
de esa concordancia con el planeta”.
Muchas veces comemos rápidamente, por impulsos y sin saborear lo que
ingerimos. Nos dejamos llevar por las emociones o por el entorno, sin darnos
cuenta del efecto que tiene lo que comemos en nuestro organismo.
Este precioso relato del doctor Iñaki Vázquez, director de Mente en Positivo,
describe a la perfección lo que nos pasa cuando comemos sin prestar
atención: [6]
El primer y el último bocado: la vida en un plato de lentejas
Me acerco la cuchara y antes de metérmela en la boca ya estoy
disfrutando del aroma y el calor de las lentejas. ¡Qué hambre tengo! No
puedo esperar más. Un instante después disfruto de la primera cucharada
que explota en mi boca como una mezcla deliciosa de sabores.
Buenísimas, pienso. Todo un placer. Y sigo comiendo.
Pongo la televisión y buceo un rato entre sus canales sin prestar atención
a ninguno en concreto. Una noticia sobre los precios del petróleo llama
mi atención. ¿Bajará el precio de la gasolina?
Trasteo con el móvil, miro un momento el Whatsaap. Del petróleo hemos
pasado al pronóstico del tiempo. El presentador gesticula abrazándose el
cuerpo. Eso es que va a hacer frío. Ya tocaba: para estar en enero hemos
tenido un tiempo bastante bueno.
Mis pensamientos planean sobre las tareas que tengo que hacer esta
tarde. Saltan de una a otra mientras sigo comiendo. Y de pronto soy
consciente. Consciente de que solo me queda una cucharada para acabar
el plato.
Lo inclino ligeramente, recojo todas las lentejas y el caldo que puedo y
las paladeo de nuevo. ¡Ummmmm! Pero qué buenas están estas lentejas.
Y así, casi sin darme cuenta, se han terminado.
Y entonces pienso que he disfrutado muy poco de mi comida. La primera
cucharada sí. Es la novedad. Plena de nuevo sabor, colores, olores,
textura. Estimula mis sentidos casi sin esfuerzo.
Y cuando voy a terminar soy consciente de que se acaban, de que quizá
pase un tiempo hasta que pueda volver a comer algo tan rico, y fijo de
nuevo mi atención. Como por arte de magia los sabores destellan de
nuevo en mi paladar.
Pero ¿qué ha pasado en el medio? Entre esa primera cucharada
novedosa y estimulante y la última antes de la despedida. Hago memoria.
Sí, ha sido un rato agradable, algo mecánico quizá, pero me he fijado a
ratos al morder algún trozo de zanahoria o de patata, a la vez que mis
pensamientos vagaban en otras cosas.
Entonces pienso. Si ese plato lo hubiera preparado Ferrán Adrià, un
plato hecho especialmente para mí, con los ingredientes más exclusivos y
por el que hubiera pagado mil euros, ¿qué hubiera pasado?
Al meter en mi boca todas y cada una de las cucharadas hubiera puesto
mi máxima atención en ellas. Aguzando mis sentidos, extrayendo el
mayor placer posible al hecho de comerlas.
Fijándome en su textura, la forma en que se deshacen las lentejas bajo la
presión de los dientes y la lengua, en cómo varía la temperatura a lo
largo del tiempo y observando en qué forma lo hace también su sabor.
Hubiera extraído el máximo de esa experiencia.
Y entonces soy consciente de que disfrutamos siempre más el primer y el
último bocado. Como lo hacemos con el primer beso, y quizá el último, el
primer aliento, el último abrazo.
Y que muchas veces surcamos el camino intermedio de una manera
automática, sin darnos cuenta de que eso que está ahí una vez no estuvo y
que por seguro, en algún momento desaparecerá.
Y entonces pienso en mi plato de lentejas, en lo que me he perdido por no
prestarle atención. Y soy consciente de que yo y solo yo puedo dar el
valor a todas y cada una de las cosas que tengo, las cosas que me rodean.
Solo yo puedo hacer que los bocados sean a la vez el primero y el último.
Que todos los besos sean el primero y el último. Todas las caricias, las
reuniones de amigos, las cenas, los abrazos.
Cojo el móvil y le digo a mi novia que la quiero y que la echo de menos.
Me ducho y siento el calor del agua por todo el cuerpo. Miro por la
ventana. Hay colores distintos que antes ya estaban.
Y sonrío.
Si quieres alimentarte más conscientemente puedes considerar las siguientes
pautas básicas (#19):
• No comas si no tienes hambre: Cada vez que sientas el impulso de
comer algo, pregúntate de donde surge la motivación. Si la respuesta es
que te aburres, estás enfadado/a, agobiado/a, estresado/a o simplemente
necesitas una pausa, no comas. Trata de resolver estos problemas de otra
manera: date un paseo, llama a un amigo, escucha tu música favorita,
ponte a leer o a escribir, planifica tus vacaciones…
• Come sin distracciones: Enfócate en hacer tus comidas con atención.
Cuando comas solo come, no hagas nada más, no veas la televisión,
utilices el ordenador, conduzcas o trabajes.
• Gratitud: Antes de comer, piensa en todas las personas implicadas para
que tus alimentos estuvieran en tu plato: agricultores, camioneros, gente
en los supermercados, cocineros. Siente gratitud para todas esas personas.
• Silencio: Antes de comenzar a comer, guarda silencio durante treinta
segundos. Durante ese tiempo, observa los alimentos: su color, forma,
disposición en el plato…
• Aroma: Come como si fueras un catador de vinos, oliendo y saboreando
cada bocado. Acércate y descubre el aroma, céntrate en detectar todos los
ingredientes y especias. Disfruta lo que sientes. Mastica lentamente hasta
tragar, observa cuánto dura el sabor en tu boca.
• Saborea: Siente el sabor del alimento. Concéntrate en la sensación de
comer. Pon especial atención en los alimentos complejos, observa en
profundidad todos los sabores y asígnales una descripción: dulce, amargo,
agrio, salado, agridulce…
Probé esta técnica por primera vez en un taller de atención plena
organizado por Ana Arrabé, hace ya algunos años. En él, Ana nos
propuso degustar una pasa durante 20 minutos. Empezamos por mirarla,
reflexionar sobre ella, tenerla entre las manos para después llevarla a la
boca, masticar pacientemente y disfrutar de su sabor. La experiencia fue
increíble… ¡nunca una simple pasa me había sabido tan bien!
• Observación: Imagínate prestando atención a lo que comes. Cuando
lleves cada bocado a su boca hazlo más lentamente y registra tus
movimientos.
• Masticación: Mastica y presta atención al proceso. Concéntrate en el
sabor de la comida y el acto de comer. Sigue masticando hasta que el
alimento esté totalmente blando. Usa esta consistencia del alimento como
una señal para tragar.
 
Cuida tu sueño
Por otra parte, dormir es imprescindible para que el cuerpo se recupere de la
actividad diaria y tiene efectos muy positivos sobre nuestro estado anímico.
Lo confirman los autores Po Bronson y Ashley Merryman en su libro
NurtureShock, donde aluden al hecho de que los estímulos negativos y los
positivos se procesan en distintas zonas del cerebro (los primeros en la
amígdala cerebral y los segundos en el hipocampo). La falta de sueño afecta
más a este último, por lo que las personas que duermen mal tienen mayor
tendencia a recordar con intensidad los eventos negativos y a olvidar los
positivos. La afirmación se sustenta en un experimento curioso realizado por
Matthew Walker, un neurólogo y profesor de Berkeley especializado en la
relación entre las enfermedades psiquiátricas y la falta de sueño. En su
investigación, cuyos resultados han sido publicados en la revista 'Current
Biology', una serie de universitarios privados de sueño debían memorizar
una lista de palabras. Después de pasar tiempo sin dormir, los estudiantes
recordaban el 81% de las palabras negativas que habían leído, como cáncer
y solo el 31% de las palabras positivas o neutras, como sol o baloncesto.
Tras sus estudios, Matthew Walker asegura haber encontrado una nueva y
poderosa razón para dormir: “El sueño restaura los circuitos emocionales y
nos prepara para los retos y las interacciones sociales del día siguiente. La
falta de sueño, por el contrario, rompe los mecanismos que nos protegen de
las enfermedades mentales”. Además afirma que “cuando entramos en la
fase REM del sueño también entramos en una especie de terapia, un bálsamo
que elimina, o por lo menos va atenuando, los recuerdos dolorosos del día
anterior”.
A continuación encontrarás algunas pautas para mejorar tu sueño.
 
#20.- Claves para dormir mejor
• Desarrolla una rutina para acostarte. Por ejemplo, date un baño caliente
y luego lee durante 10 minutos antes de irte a la cama. De esta manera,
vincularás estas actividades con dormir y hacerlas te ayudará a tener
sueño. Ten en cuenta también que irse a dormir y despertarse a la misma
hora todos los días ayuda al cuerpo a desarrollar lo que podemos llamar
un “cronograma del sueño”.
• Evita o limita las siestas, ya que pueden perturbar tu ritmo normal de
sueño. Si te tomas una siesta, procura descansar durante no más de treinta
minutos y nunca después de las tres de la tarde.
• Haz ejercicio de forma regular, pero intenta evitarlo antes de irte a
dormir.
• Evita el consumo de cafeína y la nicotina de los cigarrillos, en especial,
durante las últimas horas del día, así como las comidas muy abundantes o
beber mucha agua por la tarde.
• Mantén tu dormitorio a la temperatura adecuada y tan oscura como sea
posible. Te dormirás más rápido y profundamente en una habitación
fresca cuando la temperatura corporal está bajando.
 
¡Muévete!
Está demostrado que practicar algún deporte o hacer ejercicio habitualmente
tiene un efecto profundo en nuestra felicidad y en nuestro bienestar. De
hecho se ha convertido en una estrategia eficaz incluso para combatir la
depresión. Así lo prueba un estudio descrito en el libro de Shawn, ya
mencionado, La Felicidad como ventaja y que escuché citar por primera vez
a profesor de Harvard, Ben Shahar. En el estudio, tres grupos de pacientes
deprimidos fueron tratados con medicación, con deporte o con una
combinación de ambos. Los resultados son verdaderamente sorprendentes.
Todos los grupos experimentaron una mejoría, pero cuando se les controló al
cabo de seis meses para comprobar si se habían producido recaídas, solo un
9% de los tratados solo con deporte había recaído frente a un 38% de los que
solo habían tomado medicación y un 31% de los que habían combinado
medicación y ejercicio.
Todos podemos disfrutar de los beneficios del deporte. En mi caso, nadar y
caminar me aportan mucho equilibrio y serenidad y me ayudan a afrontar
situaciones difíciles. Cuando vivía en Londres, por ejemplo, tenía un trabajo
muy exigente, con mucha responsabilidad y viajes constantes. En una misma
semana podía ir a Serbia, Bosnia y Macedonia (tenía muchos proyectos en
los Balcanes) y la siguiente estar diez días en Mongolia. Suena apasionante,
y lo es, pero a la larga me generó un poco de estrés, así que decidí hacer
algo. Empecé por comprometerme a practicar al menos diez minutos de
ejercicio al día: nadar, caminar rápido, correr, bailar, etc. Lo importante era
mantener la frecuencia. A pesar de los viajes y lo complicado de mi agenda,
me esforcé por encontrar los momentos: a la hora de comer, al final de la
tarde, levantándome media hora antes… La transformación fue increíble. Al
poco tiempo empecé a sentirme mucho mejor, con más energía y más
capacidad para afrontar los retos diarios. Este cambio fue la semilla, el
primer paso hacia a un cambio de vida y hacia la adopción del resto de
hábitos que te describo en este libro. Y es que un pequeño cambio, si parte
de un verdadero compromiso, puede transformar tu vida.
 
#21.- Incorpora a tu rutina el hábito de moverte
¿Qué forma de ejercicio disfrutas más haciendo? Elige algo que te guste y te
resulte fácil practicar. ____________________
Comprométete a incorporar en tu rutina tiempo para moverte. Por ejemplo,
si te gusta caminar, puedes empezar, por dar paseos de al menos diez
minutos al día tres veces a la semana. En el capítulo que dedico a los hábitos
aprenderás como convertir este compromiso en una costumbre y aumentar la
intensidad poco a poco en los próximos meses.
 
A = “Autorrealízate utilizando tus talentos”
 
“Nuestro miedo más profundo no es que seamos ineptos o incompetentes. A
lo que más tememos es al hecho de que nuestro poder supera cualquier
medida. Lo que más nos asusta no es nuestra oscuridad, sino nuestra luz.
Nos preguntamos qué derecho tenemos de ser brillantes, atractivos,
talentosos y maravillosos cuando, en realidad, ¿por qué no vamos a tener
ese derecho?”.

Extracto del libro Volver al amor de Marianne Williamson


 
En este capítulo encontrarás una serie de ejercicios relacionados con el
segundo elemento de la fórmula DAS, la auto-realización. Como verás te
ayudarán a cultivar una relación amable y benevolente contigo mismo/a y a
cultivar la auto-aceptación (hábito 7), simplificar tu vida y dejar tiempo para
lo realmente importante (hábito 8) y aprender a generar la experiencia de
fluir en tu vida cotidiana (hábito 9). Por último, te daré una serie de claves
para que identifiques tus fortalezas y aprendas a utilizarlas diariamente
(hábito 10).
 
HÁBITO 7: Practica la amabilidad contigo mismo
“No siempre podemos obtener lo que queremos. No siempre podemos ser la
persona que queremos ser. Cuando negamos o resistimos esta realidad, el
sufrimiento surge en forma de estrés, frustración, y auto-crítica. Sin
embargo, cuando esta realidad es aceptada con benevolencia, generamos
emociones positivas como la compasión y el cuidado, que nos ayudan a
enfrentar nuestra situación”.

Kristin Neff
 
No olvides que eres un ser humano, lo que significa que no siempre puedes
tener emociones positivas. Las emociones negativas forman parte de nuestra
vida y no siempre es posible evitarlas. Cumplen una función,
transmitiéndonos un mensaje de que algo no está bien. La tristeza, la ira, el
miedo forman parte del ser humano, y aceptar este hecho es liberador.
La primera vez que escuché que para ser feliz hay que aceptar la presencia
de “momentos de desánimo” y de emociones negativas fue en una
conferencia de Ben Shahar, profesor de la Universidad de Harvard y uno de
los mayores expertos en felicidad del mundo. Primero me chocó un poco,
pero luego me pareció muy tranquilizador. Antes solía sentirme culpable por
estar triste y por experimentar miedo ante los cambios o enfado ante ciertas
situaciones. Me enseñaron a aceptar y expresar las emociones positivas,
mientras que las negativas eran algo a evitar y, sobre todo, a esconder.
Darme cuenta y aceptar que es imposible mantener en todo momento y ante
toda circunstancia un estado de ánimo positivo me ha ayudado mucho. La
aceptación contribuye a que esas emociones negativas se desvanezcan. Por
ejemplo, ante una ruptura amorosa o la pérdida de un ser querido, saber que
hay un periodo de duelo y que estar triste nos lleva a una introspección
necesaria para nuestra reconstrucción, me ha ayudado en algunas
situaciones. Me sirve imaginar que estoy en el camino de mi vida y que, por
momentos, hay que pasar por un túnel oscuro y solitario, pero que los
túneles siempre acaban y al final el camino volverá a ser luminoso. Lo que
toca en esas etapas es simplemente poner toda la energía en salir de esa zona
oscura lo antes posible, pero sin sentirse culpable por no poder ver siempre
luz. Simplemente darse permiso y reconocer que somos humanos.
Investigando y leyendo sobre este tema descubrí los libros y prácticas que
propone la psicóloga Kristin Neff, profesora asociada de la Universidad de
Texas. Neff ha estudiado la importancia de la autoestima y la autocompasión
en el bienestar personal y propone una serie de prácticas para desarrollarlos.
[7] Para Neff, tener compasión por uno mismo no es muy diferente de
tenerla por los demás e incluye tres elementos.
El primero es la amabilidad, que en este contexto consiste en ser
comprensivo contigo mismo cuando te sientes inadecuado, incompetente,
inepto, poco atractivo, etc. En esos momentos puedes decirte a ti mismo algo
como: “Esto es realmente difícil en este momento, ¿cómo puedo consolarme
y cuidar de mí mismo/a? Es decir, en lugar de ignorarte, o lo que es peor,
juzgarte y criticarte sin piedad por tus deficiencias, la autocompasión
significa que serás amable y comprensivo con tus errores o debilidades”.
Después de todo, ¿quién ha dicho que tenemos que ser perfectos?
El segundo componente es lo que Neff llama la “común humanidad” y
consiste en revertir la tendencia a aislarnos cuando estamos sufriendo,
pensando que “solo a mí me pueden pasar estas cosas”. En la actitud auto-
compasiva hacemos lo contrario, tomando perspectiva y recordando que
nuestro sufrimiento es compartido por muchos, y más aún, que la
imperfección y el dolor son parte de la experiencia humana.
El tercero y último, es la capacidad de observar abiertamente nuestra
experiencia sin identificarnos con ella. Desde la actitud auto-compasiva
tomamos una perspectiva equilibrada hacia nuestras emociones, de manera
que nuestro dolor no es negado o reprimido pero tampoco nos identificamos
completamente con él.
 
#22.- Sé consciente de cómo te tratas
Para aprender a ser más “auto-benevolentes” lo primero es entender qué tipo
de relación tienes contigo mismo: ¿Te tratas igual que tratarías a un amigo o
familiar a quien quieres mucho?
Puedes comprobar si es así haciendo lo siguiente:
• En primer lugar, piensa en aquellos momentos en que un amigo cercano
se siente muy mal por cualquier motivo. ¿Cómo le tratarías?
Por favor, escribe lo que normalmente haces, lo que dices, y ten en cuenta
el tono con que sueles hablar con tus amigos cuando quieres animarles.
____________________
• Ahora piensa en los momentos en los que te sientes mal contigo mismo.
¿Qué haces normalmente, y cómo te tratas a ti mismo en esas situaciones?
Toma nota de lo que sueles hacer o decir y ten en cuenta el tono en el que
te hablas. ____________________
• ¿Notas alguna diferencia? Si es así, pregúntate por qué. ¿Qué factores o
miedos te llevan a tratarte a ti mismo y a los demás de manera tan
diferente? ____________________
• Por favor, escribe cómo crees que podrían cambiar las cosas si te trataras
de la misma manera en la que normalmente tratas a un amigo cercano
cuando está sufriendo. ____________________
 
#23.- Cambia tu diálogo interior
A continuación, te propongo una práctica que debe hacerse durante varias
semanas para lograr cambiar tu diálogo interior crítico y la forma en que te
relacionas contigo mismo/a. Si te gusta escribir, el diario puede ser una
excelente herramienta de transformación. Si no te gusta, o no logras ser
constante, puedes hablarte en voz alta o pensar en silencio.
Lo primero es darse cuenta de cuándo estás siendo demasiado duro contigo
mismo/a. Puede ser que estés tan acostumbrado/a a tu “voz auto-crítica” que
ni siquiera notes cuando está presente. Cada vez que te sientas mal por algo,
fíjate en lo que te dices:
• ¿Qué palabras utilizas cuando estás siendo auto-crítico?
• ¿Hay frases clave que te dices una y otra vez?
• ¿Cómo es tu tono de tu voz interior (áspero, frío, enfadado)?
• ¿La voz, te recuerda a alguien de tu pasado que fue muy crítico contigo?
Por ejemplo, si has cometido un error en el trabajo, ¿tu voz interior te dice
algo como “¡qué tonto eres!” o “¡has vuelto a cometer el mismo error!”? O si
no has cumplido con tu hábito de comer sano y te has comido una tableta de
chocolate, ¿te dices “¡ya he vuelto a caer!” o “¡no soy capaz de mantener mi
palabra!”?
Se trata de tener una idea clara de cómo te hablas a ti mismo.

El segundo paso consiste en hacer un esfuerzo consciente para suavizar tu


voz crítica. Utiliza la compasión y háblale a tu juez interior para decirle algo
como: “Sé que estás preocupado por mí y te sientes inseguro, pero me estás
causando un dolor innecesario. ¿Podrías dejar que mi yo interior compasivo
diga unas palabras ahora?”.
Por último debes reformular las observaciones de tu crítico interior de una
manera amistosa y positiva. Si tienes dificultad para pensar qué palabras
usar, piensa en lo que te diría un buen amigo o un miembro de tu familia que
te quiera mucho en esta situación. También puedes utilizar algún término
cariñoso que refuerce el mensaje positivo. Por ejemplo, puedes decir algo
como: “Sé que has comido demasiado chocolate porque te sientes muy triste
en este momento y piensas que esto te animará. Pero ahora estás aún más
desanimado y no te sientes bien con tu cuerpo. Quiero que seas feliz. ¿Por
qué no te das un largo paseo para sentirte mejor?”. Poco a poco irás
educando a tu voz auto-crítica para que te trate con cariño y de forma
constructiva.
Hay una tribu africana que tiene una costumbre que me gusta mucho:
Cuando alguien hace algo perjudicial y se equivoca, llevan a la persona al
centro de la aldea y toda la tribu se acerca y le rodea.
Durante dos días, los miembros de la tribu le dicen a la persona todas las
cosas buenas que hizo en el pasado.
La tribu cree que cada ser humano viene al mundo como un SER de Luz.
Cada uno de nosotros desea seguridad, amor, paz y felicidad. Pero a
veces, en la búsqueda de todas esas cosas, las personas cometen errores.
La comunidad percibe esos errores como un grito de auxilio.
Por ello, en esas ocasiones, la tribu se reúne para enderezarlo, para
reconectarlo con su verdadera naturaleza, para recordarle quién ES él
realmente… Y así, hasta que se acuerde totalmente de la verdad de la cual
se había desconectado temporalmente. ¡Sawbona Shikoba!
SAWBONA = es un agradecimiento utilizado en África del Sur y quiere
decir: “Yo te respeto, yo te valoro, eres importante para mí”. En
respuesta, las personas dicen:
SHIKOBA, que quiere decir: “Entonces yo existo para ti.”
Así que la próxima vez que te equivoques, comprométete a no enfadarte
contigo mismo/a ni a exigirte con rigor.
Al contrario, siguiendo la enseñanza de esta tribu africana, aprovecha para
darte amor, cuidarte, y decirte todas las cosas buenas que has hecho.
 
HÁBITO 8: ¡Simplifica, simplifica y simplifica!
“Un empresario estaba en el muelle de un pueblo costero cuando llegó un
bote pequeño con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunes
amarillos de buen tamaño.
- ¿Cuánto tiempo le ha llevado pescarlos? –preguntó el empresario al
pescador.
- Un par de horas.
- ¿Solo? Entonces, ¿por qué no trabajaba más tiempo y saca más
pescado?
- Con esto tengo suficiente para satisfacer las necesidades de mi familia.
- ¿Y qué hace usted con el resto de su tiempo?
- Bueno, suelo dormir hasta tarde, pesco un par de horas, juego con mis
hijos, duermo la siesta con mi esposa y por las noches voy al pueblo,
donde tomo ron y toco la guitarra con mis amigos.
El empresario sacudió la cabeza, como si no diera crédito a lo que estaba
oyendo. Y dijo:
- Verá, tengo un master en la Universidad de Harvard y podría ayudarle,
porque está desaprovechando una gran oportunidad. Debería dedicar
más tiempo a pescar y con los ingresos extra comprar un bote más
grande. Luego, con los ingresos del bote más grande podría comprar
otros botes, hasta tener su propia flota pesquera.
El pescador lo miraba tranquilo. El empresario siguió con su
explicación:
- Entonces, en vez de vender el pescado a un intermediario, podría
hacerlo directamente a un procesador de pescado, o incluso abrir su
propia empresa de procesado. Así controlaría la producción, el procesado
y la distribución. Tendría así una gran empresa. Y podría trasladarse a
vivir a una gran ciudad para controlar mejor los temas financieros.
- ¿Y cuánto tiempo se tarda en lograr eso?
- Entre 15 y 20 años.
- ¿Y luego?
- Luego viene la mejor parte. Cuando tenga una gran compañía deberá
anunciar una Oferta Inicial de Acciones y vender sus acciones en oferta
al público. ¡Se volverá rico, tendrás millones!
- Millones… –repitió, murmurando, el pescador-. ¿Y luego qué?
- ¿Luego? Pues luego se puede retirar. Se muda a un pueblo en la costa y
podrá dormir hasta tarde, pasear un poco, jugar con tus nietos, dormir
siesta con su mujer e ir todas las noches al pueblo a tomar ron con los
amigos y tocar la guitarra.”
Como en la fábula del empresario y el pescador, a menudo nos complicamos
la vida innecesariamente.
Tener una vida sencilla significa cosas distintas para cada uno de nosotros.
Para mí, tiene que ver con eliminar lo que no es esencial, transformar el caos
en paz y conseguir tiempo y energía para las cosas que me gustan y pasar
más tiempo con la gente que quiero. Significa también deshacerse de todas
las cosas materiales que ocupan mi espacio físico y mental y que no me
aportan valor, y quedarme solo con aquellas realmente importantes.
Si quieres simplificar tu vida plantéate durante un momento las siguientes
cuestiones:
• ¿Tienes una agenda llena de actividades y una sensación de “no llegar a
todo” y de no tener tiempo para lo que realmente te gusta?
• ¿Tienes un armario lleno de ropa que no te pones nunca o casi nunca?
¿Hay días en los que no encuentras las prendas que realmente te gustan y
te quedan bien porque están mezcladas con todas esas que guardas aunque
ya no te pones? ¿Cómo te sientes entonces?
• ¿Con quién pasas tu tiempo? ¿Son realmente las personas que más te
importan? ¿Tienes a menudo la impresión de que no llegas a atender a
todo el mundo?
Es fácil dejarse llevar por la inercia y terminar realizando actividades que no
nos gustan y nos estresan, pasar el tiempo con gente que no nos interesa o
seguir rodeándonos de cosas materiales inútiles que nos agobian. Y es difícil
salir de esta rueda, pues la sociedad nos incita constantemente a que
consumamos más, hagamos más y estemos conectados con mucha gente a
través de las redes sociales, el trabajo, las actividades de networking, etc. Por
eso, para salir de la inercia soy partidaria de practicar la simplificación hasta
convertirla en un hábito. Porque, como dice Leo Babauta, autor de El poder
de lo simple: [8]
“Simplificar es un viaje, no un destino. Una actitud que nos permite ir
corrigiendo nuestros actos y decisiones cuando empezamos a
complicarnos la vida”.
Convertir la simplificación en una actitud te proporcionará un mayor grado
de paz interior y felicidad, y te permitirá concentrarte en las cosas que
realmente amas. Se trata de hacer un ejercicio inicial para imaginarte tu día
ideal y así entender qué es lo esencial para ti y poder suprimir lo demás.
Después podrás transformar esa imagen en realidad, tomando decisiones que
te acerquen a ella en tu vida cotidiana.
 
#24.- Visualiza tu día perfecto
Para empezar, te sugiero el siguiente ejercicio:
Visualiza tu día perfecto
Imagina cómo sería un día perfecto para ti. No se trata de que se haga
realidad, sino de entender qué significa para ti un día simple y
satisfactorio. Para mí, por ejemplo, significa trabajar en mis proyectos,
comer con un buen amigo o un compañero de trabajo interesante y tener
una buena charla. Y por la tarde un poco de deporte o actividad cultural
en compañía de la gente que quiero, o simplemente leer un buen libro o
ver una buena película y relajarme. Y el fin de semana, un buen paseo por
Madrid, ver a mi familia y pasar tiempo con mis seres queridos y amigos.
Para otros puede ser meditar, escribir o bailar. Tómate unos minutos para
visualizar lo que significa para ti.
A continuación encontrarás algunas ideas que te ayudarán a simplificar tu
agenda y tus posesiones.
• Para ello, puedes empezar por eliminar obligaciones (#25). Escribe
en una lista con todos los compromisos que tienes en tu vida y elige uno
que puedas eliminar hoy. Manda un correo, haz una llamada o realiza las
acciones necesarias para liberarte de él (por ejemplo, cancela una reunión
improductiva, suspende un proyecto que no te aporte o que te quite
tiempo, etc.).
• #26.- Aprende a decir no. Cuando te propongan un nuevo compromiso,
antes de contestar, recuerda la imagen de tu día perfecto y esas
actividades que tanto placer te proporcionan. Con esa perspectiva en
mente, valora si al aceptarlo respetas tus prioridades y el pacto que has
hecho contigo mismo de ser más feliz. A mí me cuesta muchísimo decir
que no y me suelo embarcar en varias actividades a la vez. Así que lo que
hago ante la propuesta de un nuevo compromiso es contestar que necesito
pensarlo, y así me doy tiempo para reflexionar. Lo ideal es rechazar la
propuesta al momento para no posponer la decisión y dejar respuestas
pendientes. Pero si te resulta difícil, puedes utilizar este truco hasta que, a
través de la práctica, seas un “minimalista experimentado” y capaz de
decir que no sobre la marcha.
• #27.- Crea un espacio entre tus tareas. Asegúrate de que dejas huecos
en tu agenda y aprovéchalos para tomarte un descanso estirar, caminar,
tomar un vaso de agua o concentrarte en tu respiración durante un minuto
o dos. Disfruta de ese espacio de tranquilidad.
• #28.- Empieza a deshacerte de tus posesiones. Cada día dedica cinco
minutos a deshacerte de algunos de tus bienes materiales. Elige un par de
cosas que quieras donar o limpia una estantería para dejar solo lo que
utilizas de verdad. Si quieres ir más allá y te atreves a probar un estilo de
vida minimalista, puedes poner en práctica la regla de las 1oo cosas. Los
minimalistas sostienen que, como la acumulación de posesiones no nos
proporciona una felicidad permanente (debido a la adaptación hedónica
de la que hablábamos en el primer capítulo), es preferible tener solo “lo
justo”. Así que recomiendan limitar las pertenencias a 100 cosas,
contando todo: ropa, zapatos, cepillos de dientes. Yo no lo he conseguido
(todavía), pero estoy en ello. Si te interesa saber más sobre cómo
simplificar tu vida, te recomiendo el blog de Leo Babauta
(www.zenhabits.net) y sus libros, que puedes encontrar en Internet.
 
HÁBITO 9: Experimenta el Estado de Flujo (Flow)
En su libro Fluir: La psicología de las experiencias óptimas, el psicólogo
Csikszentmihalyi, cofundador de la psicología positiva, explica su teoría de
que las personas son más felices cuando están en estado de “fluir”, es decir,
completamente concentradas o absorbidas por lo que están haciendo o la
situación que están viviendo. En una entrevista para la revista Wired,
Csikszentmihalyi describió el fluir de la siguiente forma:
“El hecho de sentirse completamente comprometido con la actividad por
sí misma. El ego desaparece. El tiempo vuela. Toda acción, movimiento o
pensamiento surgen inevitablemente de la acción, del movimiento y de los
pensamientos previos, es como si estuviéramos tocando jazz. Todo tu ser
está allí, y estás aplicando tus facultades al máximo”.
También puede describirse como un estado en el que la atención, la
motivación y la situación se encuentran, dando como resultado una especie
de armonía productiva.
¿Alguna vez has hecho algo y estabas tan concentrado que el tiempo se te
pasó sin darte cuenta? ¡Eso es fluir! (traducido del inglés, flow). Se ha
observado que algunas prácticas como la meditación, el yoga y las artes
marciales pueden mejorar nuestra capacidad para fluir. Otras actividades
cotidianas, por ejemplo andar, estudiar, esperar o lavar los platos también
pueden acercarse a este tipo de estado. Es cuestión de enfocar tu atención y
disfrutar plenamente de la experiencia. Recuerdo, por ejemplo, lo que
contesta el personaje de Billy Elliot cuando le preguntan qué sentimientos
experimenta cuando baila:
“No sé… me siento muy bien. Al principio estoy cansado, pero cuando
empiezo a moverme lo olvido todo. Y es como si desapareciera… Como
si desapareciera… Y todo mi cuerpo cambia, como si tuviera fuego
dentro… Y me veo volando como un pájaro… Siento como electricidad.
¡Sí!, como electricidad”.
Muchas personas sienten que fluyen haciendo deporte o alguna otra
actividad física. En mi caso, experimento el estado de flow fácilmente
cuando nado, cuando escribo, y también durante mis clases. Entro en un
nivel de concentración profunda y pierdo la noción del tiempo.
Como Rosa, directora general de una organización sin ánimo de lucro a
quien conocí en uno de mis viajes a Zambia, que se sentía estresada y
preocupada por una situación profesional complicada hasta que un día
empezó a practicar la marcha nórdica. Así describe lo que siente cuando la
practica:
“Cuando empiezo a caminar mi mente se vacía de todos los pensamientos
de miedo y estrés que siento durante el resto del día. Poco a poco
empieza a inundarme una sensación de paz y tranquilidad y siento cómo
me fundo con el bosque, con la naturaleza que me rodea. Siento que
somos uno y me integro completamente en la experiencia. No hay
diferencia entre lo que pienso y lo que hago y camino sin ningún
esfuerzo”.
 
Ejercicio para aumentar los momentos de flow en tu vida o en el trabajo
(#29)
Seguro que tú también has experimentado esto en algún momento. Ahora
bien, ¿cómo puedes aumentar los momentos de flow?
• Primero identifica las tareas que te provocan esta sensación y selecciona
alguna que ames realmente para practicar con ella. Puede ser una tarea en
el trabajo, un hobby, estar con tus hijos o con tu pareja, etc.
____________________
• Asegúrate de que la tarea o actividad no sea ni demasiado fácil ni
demasiado difícil, pues si supera tus capacidades es posible que te
estreses o desanimes, mientras que si es demasiado fácil lo más probable
es que te aburras. Por ejemplo, cuando Rosa camina con el grupo de
principiantes de marcha nórdica que va demasiado despacio para su
capacidad, se aburre y pierde la sensación de flow. Y si lo hace con el
grupo de semi-profesionales que entrenan para competir, se estresa por no
poder seguir el ritmo.
• Encuentra la mejor hora del día y el mejor lugar para ti. Yo me
concentro muy bien por la mañana, sobre todo en lo relacionado con
actividades intelectuales o creativas, como escribir o preparar propuestas
de proyectos o mis clases. Justo después de tomarme un buen café y
darme una ducha voy a mi sitio favorito de la casa, un lugar tranquilo y
ordenado, con buena luz, que me ayuda a enfocarme solo en la tarea a
realizar. Otro lugar en el que me concentro fácilmente es en los aviones.
Durante los vuelos consigo escribir y trabajar de forma muy creativa y
productiva. Investiga cuál es tu mejor momento y lugar del día para entrar
en el estado de flujo.
• Evita las distracciones. Además de encontrar un momento y un lugar
tranquilos, tendrás que suprimir todas las distracciones potenciales. Eso
significa apagar los teléfonos, el correo electrónico, las notificaciones de
mensajería instantánea y cualquier cosa que pueda aparecer o hacer ruido
e interrumpir la sensación de fluir.
• Mantén la concentración en la tarea. Esto requiere práctica. Tienes que
empezar la tarea elegida y mantener el foco en ella durante todo el tiempo
que puedas. Al principio quizá te cueste, sobre todo si estás acostumbrado
a cambiar cada poco tiempo de actividad. Pero sigue intentándolo: si has
elegido bien la actividad (es decir, si te encanta, es importante para ti y
supone un desafío) y practicas la atención, conseguirás perderte en el
flow.
• Una vez que termines tu actividad, párate unos minutos para apreciar ese
momento.
Para comprobar si has conseguido fluir, hazte las siguientes preguntas:
• ¿Estabas totalmente concentrado? ¿Tenías toda tu atención y tu energía
puestas en la actividad?
• ¿Has perdido la noción del tiempo? ¿Has sentido que el tiempo se
alteraba, se transformaba, se distorsionaba?
• ¿Estabas completamente integrado en la experiencia? ¿No había
diferencia entre pensar y actuar?
• ¿Has realizado la acción sin demasiado esfuerzo?
• ¿Sentías que mantenías el control sobre ti mismo y sobre la actividad o
tarea que realizabas?
• ¿Has disfrutado?
Si la respuesta es sí, ¡felicidades! Has aprendido a introducir el flow en tu
vida. En el capítulo siguiente te daré algunas claves para que lo conviertas en
un hábito.
 
HÁBITO 10: Utiliza tus talentos todos los días
Según Martin Seligman, uno de los mayores expertos en psicología positiva,
un paso importante para incrementar nuestros niveles de felicidad y
satisfacción con la vida es conocer nuestras fortalezas y ponerlas en práctica.
A la misma conclusión llegaron los expertos de la empresa de investigación
Gallup después de estudiar durante 40 años el perfil de millones de personas:
que cuando hacemos alguna tarea relacionada con nuestros talentos casi
siempre nos sale bien y nos genera una mayor sensación de plenitud. Las
personas más exitosas y felices, según estos mismos expertos, “no pierden el
tiempo intentando mejorar sus aspectos más débiles, sino aprendiendo,
desarrollando y trabajando en tareas relacionadas con sus talentos”. Lo único
que estas personas hacen con sus debilidades es manejarlas para que no
interfieran con sus fortalezas.
A continuación encontrarás una serie de ejercicios prácticos para utilizar tus
fortalezas diariamente.
Lo primero, claro, es identificarlas (#30). Date unos minutos y piensa en tus
5 principales fortalezas. Si crees que ya las conoces puedes saltarte este
paso, pero si tienes dudas o quieres profundizar, te aconsejo que utilices
como guía la siguiente clasificación que recoge 34 talentos o fortalezas. Lee
la lista y selecciona aquellos perfiles con los que te sientas identificado. [9]
También puedes pedir a tus amigos, familia o compañeros que indiquen los
talentos que ven en ti:
• El currante (o realizador): El que tiene necesidad de hacer siempre
algo. Es hiperactivo en el sentido positivo del término.
• El iniciador (o activador): Es extremadamente bueno poniendo en
marcha cosas.
• El flexible: Es la persona que vive en el presente y acoge los
imprevistos con facilidad. Se siente bien con la idea de que las cosas
puedan ocurrir de forma distinta a la programada.
• El analítico: Aborda la vida de manera racional, ama los hechos, quiere
tener pruebas de que se avanza. Persona lógica y a veces distanciada de
sus emociones.
• El organizador (o director de orquesta): Sabe gestionar diversas
variables al mismo tiempo y las orquesta para optimizar el resultado.
• El íntegro: Tiene una fuerte conciencia de los valores y las
convicciones, es congruente con ellos y los defiende.
• El líder: Se hace cargo de las situaciones. Ordena y marca la dirección.
Para él/ella la confrontación no es un problema. Por el contrario, es el
comienzo de su resolución.
• El comunicador: Sabe transmitir los mensajes y hacerlos cautivadores.
No se limita a enunciar los hechos. Sabe animar, captar la atención.
• El competidor: Su incentivo es ser el mejor y necesita a los demás para
competir. Esa es la energía que necesita para motivarse.
• El espiritual: Se siente unido a los otros y al universo. Es consciente de
la globalidad, siente un profundo respeto por las interacciones y
promueve las alianzas.
• El historiador: Toma el pasado como referencia para abordar el
presente. Busca el origen de las cosas y situaciones para comprender
dónde se está y qué hay que hacer.
• El prudente: Pone especial atención en el lugar donde pone los pies.
Serio, prudente, se toma su tiempo, comprueba.
• El “cazatalentos”: Ve el potencial de los demás y lo respalda. Es un
revelador de talentos.
• El metódico: Necesita estructurar el mundo. Es detallista. Específico.
Descompone sus proyectos en etapas y en mini-objetivos.
• El empático: Tiene capacidad para ponerse en el lugar del otro y sentir
lo que siente.
• El justo: Lo más importante para esta persona es comportarse de
manera justa.
• El perseverante: Una vez tomada una decisión, no la abandona, no se
desvía y permanece centrado en el objetivo hasta alcanzarlo.
• El visionario: Detecta antes que los demás lo que va a suceder. Es
pionero, capta las tendencias.
• El equilibrado: Genera armonía a su alrededor.
• El creativo: Juega, maneja con destreza la generación de ideas; baraja
las hipótesis y se pregunta: qué pasaría si…, y si después…, y si… Es
capaz de abordar el mundo con nuevos ojos.
• El integrador: Sabe incluir a las personas en un grupo, generar un
sentimiento de pertenencia a un colectivo.
• El diplomático: Sabe detectar la forma de ser de cada uno y manejarlo
en función de esta especificidad.
• El documentalista: Le gusta ampliar información y acumularla, pues
cree que puede servir algún día.
• El intelectual: Disfruta con la actividad intelectual, le gusta profundizar
en las cuestiones, analizarlas y darles vueltas.
• El curioso: Tiene sed por aprender. Aprende por placer, sin buscar
necesariamente especializarse en un ámbito u otro.
• El optimizador: Sabe extraer lo mejor de un sistema o de una situación.
Hace aún mejor lo que ya funciona bien.
• El reparador: Tiene afición por reparar lo que está roto. Hace un
diagnóstico y encuentra soluciones para repararlo.
• El optimista: Siempre ve el vaso medio lleno. Su entusiasmo es
contagioso.
• El fiel: Alimenta y mantiene las relaciones y genera un elevado nivel de
confianza y fidelidad.
• El responsable: Tiene un fuerte sentido de la responsabilidad. Se
compromete con lo que dice y lo que hace. Es honesto y leal. Su
reputación va en ello.
• El seguro: Persona convencida de salir siempre adelante. Tiene
seguridad y confianza en sí misma. No se viene abajo por las críticas. Es
resistente.
• El original: Necesita distinguirse, ser oído, mirado, admirado. Quiere
destacar y para ello acostumbra a ser excéntrico.
• El estratega: Se anticipa y elige los mejores enfoques de partida.
• El seductor: Su talento es convencer a los demás, persuadirlos, unirlos
a su causa. Conquista, seduce y sabe vender.
Para comprobar que las habilidades que has identificado son tus verdaderas
fortalezas puedes responder las siguientes preguntas:
¿Cuáles son tus reacciones espontáneas? Permanece atento a ellas ante
distintas situaciones. Por ejemplo, ¿sueles reaccionar bromeando en
momentos difíciles o inmediatamente te pones a buscar una solución?
¿Sueles relacionarte con gente nueva cuando acudes a un evento o solo
charlas con la gente que ya conoces? Cada persona reacciona en función
de sus patrones de comportamiento o talentos dominantes.
¿Qué deseabas cuando eras pequeño? Recuerda cuáles eran tus anhelos
y deseos. Los anhelos revelan la presencia de un talento. Picasso ya
asistía a la escuela de arte con trece años y el arquitecto Frank Gehry
fabricaba maquetas complejas con solo cinco.
¿Qué aprendes rápidamente? Aquellas cosas que nos resultan fáciles de
aprender dan buenas pistas también sobre nuestros talentos. Puede que no
hayas sentido una vocación desde pequeño y que la encuentres de mayor.
Henri Matisse, por ejemplo, no sintió la urgencia de pintar hasta los 21
años, cuando estando deprimido en su trabajo como secretario, comenzó a
pintar para animarse. Casi instantáneamente su rumbo personal y
profesional cambió, y tan solo 4 años después entró en la más prestigiosa
escuela de arte de París.
¿Qué te hace sentirte bien? Cuando utilizamos nuestros talentos en
alguna tarea nos sentimos bien. Por eso, la satisfacción que
experimentamos a la hora de realizar determinadas tareas puede darnos
pistas sobre un talento oculto. ¿Disfrutas poniendo orden en medio del
caos? ¿Te encanta pensar en nuevas ideas? ¿Te gusta ser el anfitrión de
algún gran evento? ¿Te satisface ayudar a los demás? Si al pensar en una
actividad tienes inmediatamente ganas de acometerla, sin duda aquí tienes
una buena pista acerca de tus talentos.
Date unos momentos durante el día para prestar atención a estas señales y así
podrás identificar cuáles son tus fortalezas. Selecciona cinco para trabajar
con ellas.

 
#31.- Utiliza tus fortalezas en tu día a día
Una vez que has identificado las cinco más importantes para ti, debes crear
el hábito de utilizarlas en la vida diaria. Para cada una, pregúntate:
• ¿Cómo la estoy utilizando?
• ¿En qué áreas de mi vida la estoy aplicando?
• ¿En qué áreas podría utilizarla más?
• ¿De qué otras maneras podría utilizarla?
Dedica una semana a cada talento. Durante esa semana intenta utilizarlo de
una nueva manera. Por ejemplo, si tu mayor capacidad es la curiosidad
puedes probar lo siguiente:
• Tomar una ruta diferente para ir al trabajo.
• Leer un periódico que no sueles leer.
• Ir a una conferencia sobre algo de lo que no sepas nada.
• Probar comida de distintas culturas.
• Visitar museos no hayas visitado nunca.
• Etc.
Siempre es mejor poner la atención en los talentos que en los defectos o las
carencias.
Por ejemplo, imagina que tienes un hijo y a final de curso trae las siguientes
notas: Literatura, 10; Ciencias Sociales, 10; Biología, 7; Educación Física, 6;
Matemáticas, 3. ¿En qué materia crees que debería centrar más su atención?
En una encuesta realizada por la empresa Gallup, de la que te acabo de
hablar, el 77% de los padres respondió que las matemáticas. ¿Contestarías lo
mismo? Pues la respuesta… ¡no es correcta! Porque crecemos mucho más
cuando ponemos tiempo y esfuerzo en explotar nuestras áreas de fortaleza
natural que cuando ponemos la atención en aquellas para las cuales no
tenemos una inclinación. En nuestras áreas más débiles podemos crecer,
pero con muchísimo desgaste y esfuerzo. No se trata de ignorar que el chico
ha suspendido matemáticas, pues al menos tiene que aprobar, pero lo que
tendría que potenciar es la literatura o las ciencias sociales.
Por otro lado, las empresas más innovadoras crean equipos en los que todos
los miembros conocen sus talentos y los utilizan al máximo. ¡Y los
resultados son excelentes! Tanto para los empleados, que disfrutan mucho
más de su trabajo, como para los directivos y para la empresa, que suelen
obtener mucho mejores resultados. Los equipos funcionan mucho mejor y
todo el mundo es más feliz, incluidos los clientes, que reciben mejores
servicios. Es una cadena de excelencia. Es la felicidad con impacto que se
contagia.
 
S = Sentido: contribuye a cambiar el mundo
“Los dos días más importantes de tu vida son
el día en que naces y
el día en que entiendes por qué estás aquí.”
Mark Twain
El tercer elemento de la fórmula de la felicidad es la S de sentido de la vida,
que tiene que ver, por un lado, con la sensación de propósito en nuestras
actividades cotidianas y por otro con la convicción de que, con nuestra vida
y nuestras acciones, estamos contribuyendo a mejorar el entorno.
En relación con el “altruismo cotidiano”, expertos de la Universidad de
Stanford, en Estados Unidos, han revelado que ayudar a los demás
proporciona una enorme sensación de plenitud. Una serie de experimentos
demostraron que la amabilidad y la disposición a dar sin esperar nada a
cambio mejoran drásticamente la autoestima. Parece ser que, el altruismo,
incluso puede aumentar la esperanza de vida. De hecho, el estudio Terman
sobre las causas de la longevidad al que ya me he referido, sugiere que las
personas socialmente responsables y las que se involucran con otra gente y
con sus comunidades, viven más. [10] Lo mismo sucede cuando sentimos
que estamos “dejando un legado”. Así que si quieres ser más feliz, practica
el altruismo y encuentra una misión.
Existen muchas maneras de hacerlo y así contribuir a mejorar tu vida y la de
otras personas, a continuación encontrarás 4 hábitos y una serie de ejercicios
que te permitirán cultivar el Sentido en tu vida, desarrollar y definir tu
misión y tenerla presente.
 
HÁBITO 11: Realiza pequeños actos altruistas
“Miles de velas se pueden encender con una sola vela, y la vida de la vela
no se acortará. La felicidad nunca disminuye cuando se comparte”.

Buda
 
¿Cuándo fue la última vez que ayudaste a alguien? ¿Se trataba de un gran
gesto o quizá de algo pequeño que iluminó el día de otra persona? ¿Cómo te
hizo sentir?
Como te comentaba, numerosos estudios han demostrado que ser amable y
generoso con los demás genera una serie de efectos positivos en la felicidad
e incluso en la salud.
Uno de los más conocidos es el realizado por la psicóloga Sonja
Lyubomirsky en el que pidió a los participantes que “practicaran la
amabilidad” realizando pequeños actos altruistas durante 10 semanas, tanto
con personas que conocían personalmente como con extraños. Los actos de
bondad podían llevarse a cabo bien abiertamente o en secreto y podrían ser
espontáneos o planificados. El estudio demostró que los participantes
disfrutaron de un aumento significativo en su bienestar y que haciendo
varios de estos actos en un mismo día su satisfacción aumentaba todavía
más.
En el proceso de escritura de este libro he entrevistado a más de cien
personas. Una de ellas, María, me contó que acostumbraba a donar sangre y
eso le hacía sentirse muy bien. Sin embargo, durante un tiempo había estado
muy ocupada y “lo había ido dejando”, hasta que en las últimas Navidades
pasó con su familia por delante de un autobús de la Cruz Roja y decidió
donar. Ese día sintió una enorme alegría, que fue aún mayor cuando recibió
el siguiente correo de agradecimiento:
 
“GRACIAS POR SACAR AL HÉROE QUE HAY EN TI”
Fecha de tu donación: 28/12/2013
Estimada María:
En primer lugar, queremos comunicarte que todos los análisis realizados
a tu donación de acuerdo a la legalidad vigente han resultado correctos.
Y lo siguiente es transmitirte nuestro agradecimiento.
Por dar lo mejor que llevas dentro… ¡Gracias!
Por ayudar a 3 personas a
vivir o poder hacerlo en mejores condiciones… ¡Gracias!
Por hacerlo sin
esperar nada a cambio…
¡Gracias!
Aunque lo que de verdad nos gustaría es darte las gracias en
persona, cuando nos visites de nuevo en las unidades móviles o en el
Centro de Transfusión. Te recordamos que puedes volver a donar sangre
2 meses después de tu última donación (hasta un máximo de 4 veces al
año los hombres y 3 las mujeres).
Y como la solidaridad compartida sabe
mucho mejor, ¿por qué no vienes acompañada de un amigo o familiar en
tu próxima visita y donáis los dos?

Estamos a tu disposición en el teléfono gratuito 900 506 819 y en la web
www.donarsangre.org.

Gracias otra vez.

Atentamente, Centro de Transfusión de Cruz Roja Española.
Ahora María dona con regularidad y hacerlo le aporta una gran satisfacción.
Seguro que a ti también se te ocurren ideas de actividades altruistas que
puedas realizar en los próximos días. Recuerda que después experimentarás
un gran bienestar. Así que, ¿a qué esperas?
 
Ejercicios #32 y #33
Te propongo dos posibles ejercicios:
• Escoge un día de esta semana y realiza al menos 5 actos altruistas más
allá de lo que normalmente haces.
• Realiza cada día un acto de amabilidad. Puede ser una cosa pequeña,
como ceder un asiento, sujetar la puerta a una persona, etc.
¿No empiezas ya a sentirte mejor?
 
HÁBITO 12: Dale un sentido a tu trabajo o actividad
Darle un propósito a nuestros proyectos y ocupaciones nos brinda la
oportunidad de actuar con coherencia y establecer las prioridades y los
valores en base a las cuales deseamos vivir. En su libro El hombre en busca
de sentido, Viktor Frankl plantea que “lo que mueve al ser humano para
realizar una acción o un proyecto, lo que le motiva, es la búsqueda del
sentido de su existencia”. Según Frankl, esto se aplica a todos los aspectos
de su vida, desde su interés por aprender, por experimentar, por evolucionar,
hasta la necesidad de dar respuestas a los interrogantes que plantea la vida.
Puedes aprender a darle sentido a las actividades de tu vida cotidiana o
actuar proactivamente para añadírselo. De hecho, muchas de las cosas que
hacemos ya tienen impacto en otros o forman parte de algo mayor, pero
hemos dejado de ser conscientes de ello. Lo importante es recuperar ese
sentido y tomar conciencia del por qué hacemos las cosas. En realidad, a
menudo el sentido depende de nuestra perspectiva. El siguiente cuento
ilustra de maravilla lo que quiero decir.
“Tres canteros, sentados en una taberna, descansan de su jornada de
trabajo bebiendo una cerveza. El tabernero pregunta al primero qué hace
en la vida, y éste le responde: «Tallo piedras». Pregunta lo mismo al
segundo, y éste le dice: «Tallo piedras para levantar un muro». El
tercero, sin aguardar siquiera la pregunta del tabernero, se apresura a
declarar con orgullo: «Yo estoy construyendo un colegio para los niños
del pueblo para que todos puedan tener la educación que se merecen».”
¿Quién de los tres crees que era más feliz realizando su trabajo? ¿Quién
crees que ponía más cuidado, cariño y entusiasmo en su labor?
En este sentido, un grupo liderado por la investigadora Amy Wrzesniewski,
de la Universidad de Yale, postula que existen tres estilos de aproximación al
trabajo dependiendo del sentido que le damos:
• “Mi trabajo es un empleo”. Las personas en esta categoría trabajan
principalmente para ganar el dinero suficiente para financiar sus
actividades fuera del horario laboral. Para ellos, el trabajo es una
necesidad, una obligación que hay que cumplir; normalmente desean que
el tiempo pase rápido y están deseando que lleguen los fines de semana y
las vacaciones.
Si tuvieran suficiente dinero, no continuarían trabajando y preferirían
hacer algo distinto en su lugar. Esas personas por lo general no animarían
a sus amigos o familiares a realizar un trabajo similar y cuentan los días
que les quedan para retirarse.
• “Mi trabajo es una carrera”. Las personas en este grupo disfrutan de
su trabajo, pero esperan moverse a un puesto superior o de mejor nivel.
Su principal motivación para trabajar está asociada con estatus, poder y
prestigio y, aunque muestran mayor lealtad y trabajan más duro que los
del grupo anterior, también invierten gran cantidad de energía en
desarrollar estrategias para competir con los compañeros.
• “Mi trabajo es contribución”. Para las personas en este grupo, el
trabajo es uno de los aspectos más importantes de su vida. Por lo general,
están muy satisfechas con su actividad laboral y es una de las primeras
cosas que cuentan a otros sobre sí mismos. Trabajan porque aman lo que
hacen y no se imaginan retirándose pronto. Están convencidos de que, a
través de su trabajo, están construyendo un mundo mejor y, por lo
general, recomiendan a sus familiares y amigos trabajar en algo similar.
¿Y tú? ¿Por qué trabajas?
Si ya consideras que tu trabajo es contribución, ¡enhorabuena! Si no es así y
te interesa encontrarlo, te invito a seguir.
 
#34.- Dale un sentido a tu trabajo
Como ya sabes, no hace falta que realices grandes cambios para
experimentar el sentido de tu actividad. A veces es solo cuestión adoptar una
nueva perspectiva para darle un significado a lo que ya estás haciendo, o
quizá recuperarlo si lo has perdido. Para ello puedes hacerte las siguientes
preguntas:
• ¿Qué influencia tengo en el bienestar de otros con mi trabajo? ¿En
quiénes?
• ¿Dónde puedo tener influencia indirecta de la que no soy consciente?
• ¿A quién beneficia mi trabajo?
• ¿Puedo cambiar o reinterpretar mi ocupación actual para ayudar otros?
Y si es así, ¿cómo puedo hacerlo?
• ¿Podré mirar hacia atrás y ver mi experiencia profesional y sus
resultados con satisfacción? ¿Qué me gustaría contarles a mis nietos?
• ¿Haría este trabajo aunque no me pagaran o si mis necesidades
materiales ya estuvieran satisfechas?
• ¿Seguiría haciendo esto si supiera que voy a morir pronto?
Se trata de redefinir lo que piensas sobre lo que haces, enfocando la atención
en aquello que podría inspirar, motivar o mejorar la vida de otros, viendo el
contexto de su trabajo dentro de un marco más grande.
 
#35.- Job crafting: redefine tu trabajo
También puedes reflexionar sobre qué podrías cambiar en tu trabajo para que
tenga más sentido para ti y más efectos positivos en los demás. Algunos
expertos lo han llamado job crafting y consiste en redefinir las
características predeterminadas de tu puesto o actividad de manera que el
trabajo tenga más sentido y significado.
En 2001, Jane Dutton, profesor de la Universidad de Michigan, y un colega
de Yale, Amy Wrzesniewski, comenzaron a estudiar cómo las personas en
puestos de trabajo, aparentemente poco interesantes, eran capaces de hacer
frente a lo que podríamos llamar “tareas desvalorizadas” con positivismo y
satisfacción. Como primer ejemplo eligieron al personal del servicio de
limpieza de un hospital. Lo que aprendieron de sus estudios fue sorprendente
y cambió la trayectoria de su investigación durante toda una década. Durante
las entrevistas, descubrieron que algunos de ellos no se veían como personal
de mantenimiento, sino como parte del personal profesional del hospital y
del equipo terapéutico. Dedicaban parte de su tiempo a conocer a los
pacientes y sus familias, charlar con ellos para animarles y ofrecerles apoyo
teniendo pequeños detalles, siempre con el objetivo de mejorar su estado de
ánimo y su salud. Una de las empleadas explicó cómo había decidido
reordenar los cuadros en las paredes de la habitación de un paciente en
estado de coma, con la esperanza de que el cambio de escenario tuviera
algún efecto positivo en su curación.
Las personas que buscan reinventar su propio trabajo sin cambiar de
profesión o de puesto, hacen lo que se espera de ellas (porque lo exige su
trabajo) y además encuentran una manera de añadir algo nuevo que beneficie
a su equipo, a su empresa o a su cliente.
 
Ejercicios para redefinir tu trabajo o actividad
#36.- Elige ser feliz en el trabajo
Lo primero es decidir que eliges ser feliz en el trabajo y estar dispuesto a
hacer lo que sea necesario para conseguirlo.
No existe la felicidad laboral permanente, e incluso quienes adoran lo que
hacen, tienen malos días o pasan por temporadas difíciles. En todos los
trabajos hay tareas aburridas que realizar o personas desagradables con las
que tratar. Pero partiendo de esa elección inicial, se pueden poner en práctica
una serie de estrategias que, no solo te ayudarán a disfrutar de tu actividad
laboral, sino además a sacar el máximo provecho a tu día. Incluso a hacer
más amenas otras tareas o situaciones, como realizar la limpieza doméstica,
hacer la compra, levantarte temprano, etc.
Si quieres probarlo te propongo las siguientes prácticas:
 
#37.- Actúa como si fueras feliz
Piensa en un momento de tu vida en el que hayas sido feliz en el trabajo.
Pregúntate:
• ¿Qué pensabas? ____________________
• ¿Qué sentías? ____________________
• ¿Qué te decías a ti mismo? ____________________
• ¿Cómo te comportabas? Piensa en qué decías a los demás sobre tu
trabajo, cuál era tu postura, tu tono de voz, etc.
Todas las mañanas, comprométete a actuar como si te gustara mucho lo que
haces (desde tu “Yo entusiasmado por tu trabajo”). Al final del día, evalúa
tus avances en una escala del 1- 100%.

 
#38.- Redefine tus tareas.
Dentro de las tareas que tienes, ¿Cuáles son las que más te gustan, o más te
hacen crecer? ____________________
¿Cómo puedes enfatizar las que te inspiran más? ____________________
¿Cómo puedes dedicarles más tiempo? ____________________
¿Qué actividades no previstas pero que te gustan puedes añadir?
____________________
¿Cómo puedes redefinir tus tareas para que tengan más sentido?
____________________
Un ejemplo: ir a reuniones acompañado por un compañero sin experiencia
en tu área para formarle y apoyar su desarrollo profesional, aunque no sea tu
responsabilidad.
 
#39.- Redefine tus relaciones.
¿Qué nuevas relaciones puedes crear dentro de tu trabajo?
____________________
Puedes hacer como el personal de la limpieza del ejemplo anterior, que
interactuaba más con los pacientes y sus familiares, transformando su papel
dándole así un mayor sentido a su trabajo.
¿Cómo puedes cambiar el marco de la relación? ____________________
Por ejemplo, puedes interesarte no solo por los resultados del trabajo de tus
colaboradores, sino también por sus aspiraciones, impulsando así el job
crafting en otros.
En la siguiente tabla encontrarás un resumen de los distintos ejercicios y
prácticas que puedes realizar para darle más sentido a tu trabajo o actividad
actual.

 
HÁBITO 13: Encuentra tu misión y contribuye a algo más grande que tú
“¿Cuál es la clave para transformar la vida? ¿En qué medida el destino
está escrito? ¿Realmente podemos construir el futuro que deseamos?
“Se lo pregunté a uno de mis maestros cuando yo era adolescente. Su
respuesta, como no podía ser de otra manera, fue simple y vino a través
de una antigua leyenda. Hace muchos, muchos años, los hombres
conocían el secreto que permitía que anhelos y sueños se hicieran
realidad. Pero abusaron de él de tal manera que los sabios responsables
de cuidarlo decidieron esconderlo en un lugar al cual solo pudiera llegar
quien verdaderamente lo mereciera. Pero, ¿dónde ocultar el que
probablemente era el tesoro de mayor valor para la humanidad? Uno de
los miembros del consejo de sabios sugirió enterrarlo en lo más profundo
de la tierra, pero sus compañeros objetaron que tarde o temprano alguien
excavaría hasta los rincones más profundos del planeta para dar con él.
Otro de los sabios propuso llevarlo hasta la más alta de las cumbres y
enterrarlo allí, bajo la nieve eterna. Pero hubo quién objetó que llegaría
el día en que muchos hombres y mujeres serían capaces de escalar la más
alta de las cimas y descubrir el tesoro. El resto de sabios le dio la razón e
inquietos siguieron discutiendo.
Al cabo de un rato un tercero tomó la palabra y dijo que sin duda el
mejor escondite era el más profundo de los abismos del mayor de los
océanos.
“Tampoco ése será un buen lugar. Algún día habrá seres humanos que
aprenderán a navegar por los abismos del mar y, sin duda, lo hallarán”,
replicaron otros.
Desanimados y resignados, uno por uno, los miembros del consejo de
sabios se miraron con expresión de honda tristeza ya que no había lugar
en la tierra donde ocultar el secreto que convertía los sueños en realidad.
Tras un largo silencio, el más anciano y discreto de todos tomó la palabra
y casi en un susurro, dijo:
“Hay un lugar, solo un lugar, al que muy pocos serán capaces de llegar
para encontrar el tesoro”.
La expectación fue máxima. Hubo entonces un revuelo; murmullos,
exclamaciones y miradas de estupor se cruzaron entre el resto de
miembros del consejo.
“¡¿Cuál es ese lugar, maestro?!”, preguntó inquieto uno de los sabios al
anciano.
“El corazón……….. Lo ocultaremos en el corazón de cada hombre y cada
mujer que vive en este hermoso planeta. Cada corazón debe albergar este
extraordinario tesoro, ya que muy pocos tendrán el coraje, la
perseverancia, la fe, la humildad y la paciencia de mirar en su interior y
desvelar su secreto. Solo aquellos que sean capaces de descubrir que la
mayor de las riquezas y el mayor de los poderes y reside en su corazón
deben ser dignos de acceder al tesoro. “
Y así fue como en un pacto sagrado y a través de un encantamiento, hace
ya miles de años, el secreto que convierte en realidades los anhelos del
alma descansa en el corazón de cada uno de nosotros.
Espero que este cuento, o mejor, este viaje que ahora inicias te guie a tu
tesoro.
El destino final es, siempre, tu corazón. A él dirijo un cálido saludo.

Con profunda gratitud, respeto y afecto.


Alex Rovira
La mayoría de las personas intuimos que debe existir algún propósito para
estar vivos. Por eso, sentimos que nuestra existencia es más significativa y
satisfactoria si tiene un impacto en otras vidas o en la resolución de
problemas sociales o medioambientales (por ejemplo, la sostenibilidad, la
equidad, la mitigación del sufrimiento, la igualdad, etc.). De hecho, el
concepto de sentido se relaciona con la capacidad que tenemos las personas
de adherirnos a algo mayor que nosotros mismos, perteneciendo y/o
sirviendo a algo que va más allá de nuestra propia identidad y de nuestros
intereses individuales.
En este momento de crisis, tengo la impresión de que cada vez hay más
gente perdida, que se cuestiona cuál es su propósito. También encuentro
cada vez más personas que no están satisfechas con su trabajo o actividad,
pero que no se plantean cambiar porque “no saben a qué otra cosa se
podrían dedicar”. Creen que las personas con propósito nacen con una
especie de vocación y que ellos simplemente no la tienen.
Sin embargo, recuerda que, como en el cuento de Alex Rovira, eres
responsable de buscar en tu interior para encontrar tu tesoro y crear desde
allí tu misión personal. Esa misión se convertirá en la guía para diseñar un
proyecto de vida que te ayude a alcanzar tus objetivos de una forma
ordenada y congruente, a tomar las decisiones correctas y ser más feliz.
 
#40.- Crea tu misión personal
Para empezar a crear tu misión personal busca un lugar tranquilo, reserva un
tiempo para ti y escribe en un papel o cuaderno el título “Mi proyecto de
misión personal”. A continuación cierra los ojos e imagínate en los últimos
momentos de tu vida. Mira hacia atrás y observa la totalidad de tu existencia
¿Qué te gustaría ver en ese momento? ¿Qué huella te gustaría dejar en el
planeta? ¿Qué te gustaría que recordara de ti la gente que seguirá cuando tú
te vayas? Si no lo tienes claro, trata de responder a las siguientes preguntas.
 
¿Qué me gustaría cambiar?
Escribe una lista de cinco problemas sociales o medioambientales que te
indignen y que desearías cambiar. Trata de ser específico.
Por ejemplo:
• Cuando Noelia oye hablar de las desigualdades entre hombres y mujeres
siente una enorme necesidad de hacer algo al respecto.
• A Miguel le encantan los animales, tiene un perro al que está muy unido
y le he visto conmoverse al ver a animales sufriendo o siendo víctimas de
maltrato.
• Paco es homosexual y ha sufrido discriminación en algunos momentos
de su vida por ello, sobre todo en el colegio y la universidad. Gracias al
apoyo de sus padres y algunos amigos ha conseguido una gran seguridad
en sí mismo y ahora le gustaría contribuir a luchar contra las
discriminaciones de este tipo, sobre todo entre niños y adolescentes.
 
¿Cuáles son mis pasiones?
Si has hecho los ejercicios que propongo en los capítulos anteriores ya tienes
gran parte del trabajo hecho.
¿Qué actividades has identificado en el capítulo anterior como las que más te
gustan y con las que más disfrutas? (Acción #12). Recuérdalas y revísalas
como punto de partida para identificar tu propósito. Elige las cinco primeras.
 
¿Cuáles son mis fortalezas/talentos?
Recupera la lista de tus fortalezas, de tus talentos, de las cosas que se te dan
bien (acción #30). Elige las cinco primeras.

A continuación trata de buscar distintas maneras de combinar tus talentos,


tus pasiones y tus ganas de cambiar lo que no te gusta del mundo y
transfórmalo en un propósito positivo y coherente.
Puedes empezar por escribirlo en forma de misión personal utilizando esta
estructura:
“El propósito de mi vida es usar mis talentos para (tal cosa) y mi pasión
por (tal cosa) para (cambiar tal cosa)”.
Aquí tienes un par de ejemplos para que te inspires:
• “El propósito de mi vida es usar mi talento para la ingeniería y mi
pasión por las energías alternativas para ayudar a desarrollar soluciones a
la crisis climática”.
• “El propósito de mi vida es usar mi talento para la enseñanza y mi
pasión por los niños para ayudar a reducir el número de niños que sufren
de ansiedad y depresión”.
Te ofrezco también un cuadro-resumen para facilitarte la tarea:
No te preocupes ni te desanimes si te cuesta definir tu propósito o si te
resulta difícil transformarlo en una misión personal y concreta. Crea
borradores, dedica tiempo a pensar en ello y discutirlo con amigos de
confianza y familiares. Pregúntales y pregúntate: ¿Te define realmente este
propósito? ¿Refleja la forma en que vives tu vida en este momento, o
tendrías que hacer algunos cambios para conseguirlo?
 
Busca una manera de hacerlo posible: actúa (#41)
“- Mi corazón tiene miedo a sufrir - dijo el muchacho al alquimista, una
noche en que miraban el cielo sin luna.
- Dile que el miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento. Y que
ningún corazón sufrió jamás cuando fue en busca de sus sueños.”
Paulo Coelho
El siguiente paso consiste en buscar la manera de que ese propósito, esa
misión, sea viable y sostenible, es decir, de que puedas transformarlo en tu
trabajo y dedicarte a ello.
Muchas personas que están buscando o repensando su propósito de vida se
quedan atrapadas en la introspección. Lo hacen para evitar correr riesgos,
por miedo a salir de su zona de confort, para evitar la desaprobación o por
cualquier otro miedo.
A menudo, la mejor manera de encontrar un propósito en la vida es salir y
probar cosas nuevas, aunque no sepamos exactamente a dónde nos lleva ese
viaje. Así que empieza a experimentar posibles caminos para comprobar qué
es lo que verdaderamente te llena y te motiva.
Hasta hace algunos años, el objetivo de la mayoría de los ciudadanos era
conseguir un puesto seguro y quedarse en la misma empresa toda la vida. Lo
más frecuente era elegir una carrera a los 18 años y mantenerse en un
camino trazado hasta la jubilación. Recuerdo todavía ese miedo a tener
huecos en el currículum, a salirse de la línea tradicional o a abrirse a la
posibilidad de cambiar. ¿Cómo iba a explicar ese cambio en el recorrido
lineal de mi trayectoria profesional? Así que parecía que todos debíamos
saber, con total claridad desde nuestra adolescencia, qué íbamos a hacer con
el resto de nuestra vida… Sin tener ni idea de qué significaba esa elección en
la práctica.
Con el tiempo, muchos han descubierto que lo que hacen no les llena, no les
motiva o ni siquiera les interesa. Otros han identificado su verdadera pasión
en otros temas o sectores. Sin embargo, la idea de salirse del camino y
probar algo distinto es algo que no se plantean.
Lo cierto es que en estos momentos, esa seguridad por la que apostábamos
hace algunos años ya no parece tan viable, ni los planes a muy largo plazo
tan plausibles. De modo que, lo aconsejable es mantener una actitud abierta
a las posibilidades de cambio y considerar que el camino que recorremos es
un proceso iterativo en constante crecimiento y transformación. El reto es
cómo implementar esta nueva actitud y visión del mundo en nuestra vida.
En este sentido, he aprendido mucho sumergiéndome en el ámbito de los
emprendedores y de las metodologías ágiles que utilizan. Las ideas de
“prototipado” y de “fallar rápido para aprender rápido” que aplican han sido
uno de los descubrimientos que más me costó integrar en el día a día de mi
experiencia emprendedora, y al mismo tiempo el que más impacto ha
generado en mis objetivos, tanto personales como profesionales. Esa actitud
de lanzarse a probar las ideas o proyectos aunque no esté todo
completamente atado, planificado y detallado y la valentía de arriesgarse a
comunicarlas y presentarlas a pesar de no tener muchas respuestas definidas
me han cambiado la vida.
He sentido miedos muchas veces frente a situaciones para las que no me veía
completamente preparada. Algunos me parecen ridículos ahora, como las
dudas que me paralizaron durante meses ante la idea de crear un blog y
compartir mi primer post en la red. Llevaba mucho tiempo pensándolo pero
siempre me parecía que debía aprender algo más, definir mejor el nombre, o
tener más claridad sobre la plataforma a utilizar. Hasta que un día pensé en
lanzar una prueba y desde entonces no he dejado de escribir. O el “respeto”
que me producía crear formalmente una empresa… Solo cuando lo pensé
como un proyecto piloto que me permitiría aprender del proceso me lancé a
hacerlo, a pesar de no tener una total claridad sobre algunos detalles. Mi
gran aprendizaje es que la mayoría de las veces las cosas son mucho más
fáciles de lo que nos imaginamos.
Lo más interesante es que esta actitud se puede aplicar a la vida personal y
profesional. Supone abrirse a la posibilidad de definir una nueva forma de
vivir y de trabajar, e incluso una nueva versión de nosotros mismos, si la que
hemos vivido hasta ahora ya no nos llena.
Así que anímate a dar un primer paso para empezar a crear un boceto de tu
misión personal y compartirlo lo antes posible. Empieza a actuar, ¡no tienes
nada que perder!
Y para acabar de animarte, te cuento un caso real:
La historia de Javier, un ejecutivo de banca que descubrió su pasión
por el teatro
Conocí a Javier, un ejecutivo de banca, en un curso de improvisación en
el Impact HUB Madrid. Me contó que durante muchos años había
realizado su trabajo sin hacerse demasiadas preguntas. Le había ido
bastante bien en su carrera. Era inteligente y tenía mucho sentido de la
responsabilidad, así que había conseguido avanzar y llegar a uno de los
puestos más importantes de su organización.
Sin embargo, hacía ya algún tiempo que había empezado a encontrar su
trabajo rutinario y poco motivador. Me dijo: “No puedo quejarme, tengo
un buen trabajo, un buen salario y lo que hago no está mal, pero en los
últimos meses siento que cada vez estoy más apático y apagado y con
frecuencia me siento cansado. Tengo la impresión de que tiene que haber
algo más, que estoy viviendo una vida que no me corresponde”.
Durante un tiempo se puso mil excusas para no cambiar, para acallar esa
sensación de apatía y desmotivación. Se decía: “No sé hacer otra cosa,
me he preparado toda mi vida para esto y ahora tengo que aceptar que
esto es lo que hay, que la vida es así”.
Pero un día, Javier se encontró con un antiguo compañero que había
dejado el banco hacía ya algunos años. Su amigo le contó que él también
había sentido esa especie de tristeza interior y falta de interés por lo que
hacía, así que empezó a hacer cosas nuevas y rodearse de gente distinta.
Se hizo muchas preguntas sobre sus fortalezas, sus pasiones y cuál podría
ser el rol que diera sentido a su vida. En su búsqueda, encontró una
actividad que le apasionaba y en la que se sentía muy útil: el coaching.
Así que decidió formarse en ella. Primero hizo un curso introductorio y
luego decidió profundizar y conseguir las certificaciones necesarias para
ejercer como coach. Su intención inicial no era dejar su puesto en el
banco, sino seguir haciendo, en su tiempo libre, algo que realmente le
apasionaba y que le permitía ayudar a otras personas. Quería recuperar su
alegría y energía y sobre todo, sentirse útil. Le gustaba tanto el coaching
que empezó a dar charlas y talleres. Ponía tanta pasión en lo que hacía y
disfrutaba tanto, que sus cursos se llenaban y los participantes pedían
más. Después de un cierto tiempo decidió dejar su trabajo en el banco y
vivir de su nueva vocación, ejerciendo plenamente su misión personal.
“Así que no hace falta seguir en un trabajo, en una relación o en una
vida que no te llenan solo porque es lo único que conoces y te da miedo
salir de tu zona de confort”, le dijo el amigo. “Todos podemos cambiar y
experimentar y a veces, lo que vemos como limitaciones, son solo
nuestras creencias limitantes”.
A Javier esta historia le encantó. Después de aquel encuentro empezó a
explorar nuevas actividades, leer nuevos libros y conocer gente distinta.
Se preguntó: ¿Qué me encanta hacer? ¿Qué se me da bien? ¿En qué siento
que puedo contribuir a un bien mayor?
Al principio no se le ocurría nada, y luego empezó a probar, a hablar de
ello con su gente más cercana y a experimentar. Y así llegó al curso de
improvisación en el que lo conocí: explorando su pasión por el teatro. Allí
me contó que cuando actuaba entraba en ese estado de concentración y
flow en el que el mundo se para, sientes una enorme energía y una
sensación de felicidad. Le encantaba hacer disfrutar a los espectadores y
sobre todo hacerles reír.
Javier estaba pensando utilizar todo lo que había aprendido en sus cursos
de improvisación para organizar cursos para ejecutivos en su empresa.
Aún me acuerdo de cómo se le encendían los ojos al hablar de sus
proyectos.
Me encontré con Javier unos meses después, me contó feliz y emocionado
qué había montado un proyecto de liderazgo dentro de su banco
utilizando técnicas de teatro. Y ahora se dedicaba a enseñar cómo trabajar
en equipo, empatizar con los clientes y liderar a través del role play. Su
sueño se había hecho realidad, había encontrado su misión. Y ni siquiera
había tenido que dejar su empresa.
Lo importante de esta historia es que tanto Javier como su colega decidieron
actuar y asumir la responsabilidad de su propia felicidad y de encontrar un
nuevo propósito en sus vidas.
Como dice Joseph Campbell, profesor y filósofo estadounidense: “Debemos
estar dispuestos a librarnos de la vida que planeamos, para lograr tener la
vida que nos está esperando”.
 
HÁBITO 14. Pon primero lo primero
Seguro que ahora estás pensando: “Pero si no tengo tiempo para nada,
¿cómo voy a plantearme un cambio de vida?”. Durante muchos años fui
protagonista de esa frase o de una muy parecida. Si no encuentras tiempo
para tus prioridades, para actividades o tareas que te gustaría hacer, para
cumplir tus sueños o tu misión, te propongo que leas el siguiente cuento.
“Un día, un anciano profesor fue llamado como experto para hablar
sobre cómo planificar mejor el tiempo a los mandos superiores de
algunas importantes empresas norteamericanas. De pie ante ellos, sacó
de debajo de la mesa un gran vaso de cristal vacío. Tomó una docena de
piedras que colocó con delicadeza, una por una, en el vaso hasta
llenarlo. Cuando ya no se podían meter más, preguntó a los alumnos:
“¿Les parece que el vaso está lleno?”, y todos respondieron: “¡Sí!”. Se
inclinó de nuevo y sacó de debajo de la mesa una caja llena de gravilla
que echó con precisión encima de las grandes piedras, moviendo
levemente el vaso para que se colara entre ellas hasta el fondo. “¿Está
lleno esta vez el vaso?”, preguntó. Más prudentes, los alumnos
comenzaron a comprender y respondieron: “Tal vez aún no”. “¡Bien!”,
contestó el anciano profesor. Se inclinó de nuevo y sacó esta vez un
saquito de arena que, con cuidado, echó en el vaso. La arena rellenó
todos los espacios que había entre las piedras y la gravilla. Así que dijo
de nuevo: “¿Está lleno ahora el vaso?”. Y todos, sin dudar, respondieron:
“¡No!”. En efecto, respondió el anciano, y, tal como esperaban, tomó la
jarra que estaba en la mesa y echó agua en el vaso hasta el borde.
En ese momento, alzó la vista hacia el auditorio y preguntó: “¿Cuál es la
gran verdad que nos muestra ese experimento?”. El más audaz, pensando
en el tema del curso (la planificación del tiempo), respondió: “Demuestra
que también cuando nuestra agenda está completamente llena, con un
poco de buena voluntad, siempre se puede añadir algún compromiso más,
alguna otra cosa por hacer”.
“No –respondió el profesor–; no es eso. Lo que el experimento demuestra
es otra cosa: si no se introducen primero las piedras grandes en el vaso,
jamás se conseguirá que quepan después”. Tras un instante de silencio,
todos se percataron de la evidencia de la afirmación. Así que prosiguió:
“¿Cuáles son las piedras grandes, las prioridades, en su vida? ¿La
salud? ¿La familia? ¿Los amigos? ¿Defender una causa? ¿Llevar a cabo
algo que les importa mucho? Lo importante es meter estas piedras
grandes en primer lugar en su agenda. Si se da prioridad a miles de otras
cosas pequeñas (la gravilla, la arena), se llenará la vida de nimiedades y
nunca se hallará tiempo para dedicarse a lo verdaderamente importante.
Así que no olviden plantearse frecuentemente la pregunta: “¿Cuáles son
las piedras grandes en mi vida?”. Y situarlas en el primer lugar de la
agenda”. A continuación, con un gesto amistoso, el anciano profesor se
despidió del auditorio y abandonó la sala”.
Este cuento invita a tener presente algo que Steven Covey defiende en su
libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva: “Poner primero lo
primero”.
Conocí a Covey en una conferencia que dio en Londres hace unos siete años.
Ya era algo mayor y se notaba su falta de fuerza física, pero aun así seguía
viajando por el mundo dando charlas e inspirando a la gente. Uno de sus
mensajes más importante en la charla fue precisamente ese: “no dejes que las
cosas urgentes te desvíen de lo importante, y asume la responsabilidad de
mantener tu foco en lo esencial”. ¿Por qué es eso importante para tu
felicidad? Porque implica dirigir tu vida y tus prioridades a los temas y las
personas que tienen una verdadera influencia positiva en tu día a día.
 
Ejercicio para Priorizar (#42)
Te propongo ahora que dediques unos minutos a realizar el siguiente
ejercicio que te ayudará a desarrollar y mantener la capacidad de priorizar. Si
lo haces durante varios días hasta convertirlo en un hábito, te resultará fácil
identificar qué es lo verdaderamente importante para ti y actuar en
consecuencia.
Cada mañana, antes de empezar el día pregúntate:
¿Cuáles son las 5 cosas más importantes en mi vida (las “piedras
grandes”)?
1.

2.

3.

4.

5.
¿Cuáles son las 3 tareas más importantes que tengo que hacer hoy?
1.

2.

3.
Piensa en tus “piedras grandes”. ¿Están esas 3 tareas relacionadas con lo
que es más importante para ti?
¿Qué voy a hacer para asegurarme de que voy a dar prioridad a esas 3
tareas hoy?
 
HÁBITO 15: Adquiere perspectiva
Si sientes que la rutina o tus actividades diarias no te permiten tener la
perspectiva suficiente para encontrar tu verdadero camino y definir tu
propósito, te propongo que busques la manera de tomar distancia de tu vida
cotidiana.
Hay momentos en que sentimos que necesitamos parar y valorar si estamos
en el camino adecuado para, como dice Paulo Cohelo en la siguiente fábula,
“esperar a que tu alma te alcance”.
“Un explorador que viajaba por el corazón de África estaba ansioso por
llegar cuanto antes a su destino, así que ofreció una paga extra a sus
porteadores para que avanzaran más deprisa. Durante varios días, los
porteadores apuraron el paso. Una tarde, sin embargo, se sentaron todos
en el suelo y posaron su carga, negándose a continuar. Por más dinero
que el explorador les ofrecía, los nativos no se movían. Finalmente,
cuando pidió una explicación, le dijeron:
- Hemos andado demasiado deprisa y ya no sabemos ni lo que estamos
haciendo. Ahora tenemos que esperar a que nuestras almas nos
alcancen”
¿Cuántas veces en la vida hacemos las mismas cosas una y otra vez sin
tomar conciencia del por qué y para qué las estamos haciendo y hacia dónde
nos dirigimos? Por eso, tal vez es tiempo de parar tu marcha y preguntarte:
• ¿La vida que vivo, es la vida que quiero?
• ¿Disfruto con lo que hago?
• ¿Cuáles son mis más profundas aspiraciones?
• ¿Qué podría comenzar a pensar, decir y hacer para estar en contacto con
mis más profundas aspiraciones?
Para tomar perspectiva, prueba a tomar distancia en un lugar tranquilo. Una
opción es empezar con algo sencillo, como por ejemplo tomarte un fin de
semana para ti, irte a un hotel o albergue en algún lugar a las afueras de tu
ciudad o en algún pueblo cercano. Cada vez existen más espacios a los que
acudir para parar y tomar perspectiva, algunos ofrecen sesiones de
meditación por las mañanas o paseos por la naturaleza.
Una de las empresarias sociales más ocupadas que conozco a quien hice
coaching durante un tiempo me contó que para mantener su conexión y que
“su alma la alcanzara” se tomaba, cada tres meses, un fin de semana largo
para sí misma. Algunas veces iba a un monasterio pequeño y tranquilo en la
montaña y otras a un pequeño hotel cerca de la playa.
Si te lo puedes permitir, también puedes cogerte una semana de vacaciones y
así darte más espacio para desconectar y tomar perspectiva o acumular unas
cuantas semanas y tomarte un periodo algo más largo.
Si aun así no es suficiente, otra opción es tomarse un tiempo sabático para
reflexionar y para probar cosas nuevas. Cada vez más empresas ofrecen esta
posibilidad y más gente lo está considerando. Por ejemplo, cada 7 años, el
diseñador Stefan Sagmeister (puedes ver su conferencia TED: El poder de
tomarse un tiempo) [11] cierra su estudio de diseño en Nueva York para
tomarse un año sabático. En cada uno de ellos, lleva a cabo pequeños
experimentos, o como el mismo dice “proyectos que son difíciles de lograr
durante los días normales de trabajo”. El efecto que esto ha tenido en su
estudio ha sido profundo. “Básicamente, todo lo que he hecho en los siete
años después de mi año sabático tuvo su raíz en ese tiempo fuera que me
tomé”, afirma Sagmeister en su charla.
 
Resumen: ¿Cómo tomar perspectiva?

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Capítulo 3
ACTÚA: CREA TU PROGRAMA PARA SER MÁS FELIZ Y
CAMBIAR EL MUNDO
¿Qué hacer para que esto dure para siempre?
En el capítulo dos, te he propuesto 15 cambios y 45 pequeñas acciones para
que investigues y pruebes aquellas prácticas que caracterizan a la gente feliz
y comprometida. Ahora, si quieres que tu transformación sea perdurable y
que tu felicidad se extienda a tu familia, a tu comunidad, a tu país y al
mundo, debes empezar a actuar y escoger algunas de esas actividades para
convertirlas en hábitos.
Todos sabemos que los hábitos positivos son una herramienta poderosa para
el crecimiento personal y el éxito. Piensa tus rutinas y en cómo afectan a
todas las áreas de tu vida:
• Tu salud y tu peso, por ejemplo, están determinados por tus hábitos
de comida y el ejercicio: si sueles hacer deporte habitualmente y te gusta
la comida sana y ligera seguramente no tengas problemas de peso y estés
en forma. Pero si a diario comes demasiado y no te mueves, es más
probable que tengas sobrepeso y, a la larga, más problemas de salud.
• La calidad y el tipo de relaciones que tienes en tu vida está
determinada por tus hábitos sociales.
• Tus hábitos de trabajo o estudio condicionan tu éxito laboral o
escolar. Si eres proactivo y disciplinado y pones tu energía en hacer las
cosas bien, seguramente te irá mejor en el trabajo. Si estudias todos los
días aprenderás más.
Como ves tu carácter, salud, relaciones sociales y demás áreas de tu vida,
hasta llegar finalmente a tu destino y tu felicidad, están determinados por tus
hábitos.
En palabras de Aristóteles: “Somos lo que hacemos repetidamente La
excelencia no es un acto, es un hábito”. Esto también es aplicable a la
solidaridad. De forma que, si quieres mejorar tu entorno, los hábitos serán un
buen aliado. Puedes empezar por realizar algunos de los pequeños actos
altruistas que te he propuesto en el capítulo anterior y realizarlos durante un
mes. Cuando menos te lo esperes el esfuerzo se habrá convertido en un
hábito, y sin darte cuenta ya habrás cambiado muchas cosas a tu alrededor.
Es lo que pretende por ejemplo la campaña Humanity creada por Nicko
Nogués, que ha querido plasmar el poder de los hábitos diarios, en un
programa completo de acciones solidarias. En su página encontrarás más
ideas muy sencillas y concretas para que ejercites tu bondad.
En cualquier caso, los hábitos son una herramienta fundamental, porque,
para que cualquiera de las prácticas que he compartido contigo tenga efecto,
necesitan estar dentro de tu rutina. Y eso requiere un proceso definido,
además de motivación y perseverancia.
A continuación encontrarás algunas claves que te ayudarán a crear un
programa a tu medida para practicar los tres elementos de la fórmula DAS.
 
1. Enfócate en lo que quieres
En primer lugar, ten en cuenta que los hábitos no se cambian, se sustituyen.
Muchas veces nos enfocamos en lo que estamos tratando de eliminar en vez
de tener la mirada fija en lo que queremos lograr. No pienses en lo que la
dieta que escogiste te está prohibiendo comer, piensa en la persona en la que
te vas a convertir como resultado de desarrollar un hábito de comida
saludable. No te plantees que meditar te quitará el estrés, motívate
imaginando la serenidad que te va a aportar. No te enfoques en el sacrificio o
en lo que quieres evitar, enfócate en el logro y su impacto positivo en tu
vida. Formula el cambio en positivo, te hará el camino mucho más fácil.
 
2. Vincula el cambio con una motivación mayor
Para vencer la pereza, la duda o la desmotivación, también es esencial que
vincules el nuevo hábito con un propósito mayor, algo que sea muy
importante para ti. Por ejemplo, “simplificar y ser organizada” para mí tiene
que ver con la posibilidad de tener paz interior, vivir en el momento y ser
más creativa. Por eso me gustan los métodos de gestión de tiempo como
Getting Things Done (“Organízate con eficacia”) propuestos por David
Allen, porque vinculan la organización con la tranquilidad interior y con
vivir el momento presente sin preocupaciones.
En la siguiente tabla puedes ver un ejemplo de cómo transformar el hábito
en una motivación mayor:
El primer y mejor ejemplo que he conocido de cambio de hábitos me lo
contó mi padre cuando era pequeña. Él había empezado a fumar cuando era
un adolescente y después había intentado dejarlo muchas veces. Recuerdo
oírle decir “mañana lo dejo” casi todos los domingos y el lunes, o como
mucho el martes, volvía a fumar.
Yo pensaba que era algo imposible de cambiar y que nunca lo dejaría. Hasta
que en una de esas miles de veces que lo intentó… lo consiguió. Desde
entonces, y hace ya más de 30 años, mi padre no ha vuelto a probar un
cigarrillo.
Años después de dejarlo, hablando un día del tema de los hábitos, me contó
cómo lo había hecho: vinculó el hecho de no fumar con el bienestar de mi
hermana y el mío. Encontró la motivación, no en su salud, ni en un
compromiso personal, sino en nuestra salud y en el ejemplo que quería darnos.
Y lo consiguió.
Así, cuando tengas dudas o te entre la pereza, puedes pensar en el propósito
final de ese hábito y en lo que realmente te motiva. Vincúlalo con ser más
feliz, sentirte bien contigo mismo o vivir mejor. Ponle el nombre o la imagen
que más te movilice.
Si en algún momento piensas que no importa saltárselo un día, acuérdate de
lo esencial que es construir una vida plena y cuánto estarías dispuesto a
pagar por ello si alguien te lo garantizara. Si realmente te comprometes con
la realización de los hábitos “felices” que te he propuesto en el capítulo 2, tu
vida se transformará en una experiencia mucho más bonita y con sentido.
Una manera de reforzar el vínculo con un objetivo superior y aumentar así tu
motivación es crearte una imagen poderosa del resultado. Utiliza una
metáfora, un objeto, o crea un collage que lo represente y ponlo en un lugar
visible.
Por ejemplo, si lo que te has propuesto es llamar más a tus familiares o tener
detalles con tu pareja o tus hijos, pon una foto de un momento bonito que
hayáis pasado juntos en un lugar visible, o algún objeto que te recuerde a
ellos. Cuando no te apetezca tener ese detalle o llamarles, recuerda la imagen
o mírala si la tienes cerca.
Haz lo mismo con cada uno de los hábitos y luego con ese estado de
felicidad que lo “incluye todo”. Imagínate completamente feliz y tradúcelo
en algo que puedas visualizar.
 
3. Identifícate con tu mejor versión, con tu yo más feliz
Otro recurso para vencer la pereza o la resistencia al cambio es identificarte
con la mejor versión de ti mismo/a que puedas imaginar, es decir, con tu yo
más feliz.
Empieza por dedicar 20 minutos a describir tu “mejor yo futuro”. Visualiza
el mejor futuro que puedas imaginar en varias áreas de tu vida para el
próximo año, dos años, cinco, diez y hasta el final de tu vida. Puedes
encabezar las frases así:
Mi mejor yo futuro (mi mejor yo feliz) en el próximo año es:
____________________
Mi mejor yo futuro dentro de 2 años es: ____________________
Mi mejor yo futuro dentro de 5 años es: ____________________
Añade los lapsos temporales que más te sirvan y por último pregúntate:
Mi mejor yo futuro al final de mi vida es: ____________________
Ahora haz lo siguiente:
1. Elige uno de los “hábitos de la gente feliz” para trabajarlo durante el
próximo mes. Por ejemplo, “practicar la gratitud”.
2. Asegúrate que lo enuncias en positivo.
3. Vincúlalo con un propósito mayor.
4. Busca una imagen que represente ese nuevo estado.
5. Identifícate con tu mejor versión, con tu “mejor yo futuro”.
¿Ya lo has hecho? ¡Enhorabuena! Ahora sigue leyendo, ¡encontrarás más
claves para practicar la felicidad con impacto!
 
4. Empieza con una acción pequeña y ánclala
Recuerda que, la frecuencia y regularidad es mucho más importante que el
“volumen” del cambio. Digamos que es mejor frecuencia que cantidad. Por
ejemplo, es mucho más fácil y viable comprometerse a meditar 5 minutos al
día, o incluso 2, que pretender empezar a meditar una hora al día y acabar
dejándolo al tercer día. Se trata de insistir tanto como sea necesario para que
se convierta en un hábito. Si empiezas a meditar 5 minutos al día, poco a
poco podrás ir aumentando los minutos y llegarás a meditar sin mucho
esfuerzo una hora, si así lo deseas.
Ejercicio:
• Piensa en el hábito que elegiste en el punto anterior.
• Elige una acción pequeña que puedas introducir fácilmente en tu vida
(por ejemplo, enviar un mensaje de agradecimiento cada día).
Para “anclar” tu nueva acción, busca un momento o una actividad que te
recuerde ese hábito. Por ejemplo, si has decidido crear un diario de gratitud,
trata de escribir tus razones para estar agradecido/a en un momento
determinado del día: por la mañana después del desayuno, antes de irte a
dormir, cuando llegues a casa después del trabajo.
Haz lo mismo si has decidido pensar en tus prioridades para el día (tus
“piedras grandes”): fija una hora que corresponda con una actividad habitual
que ya hagas sin esfuerzo. Por ejemplo, piensa en tus prioridades y tu agenda
del día durante la ducha. Al vincular tu nuevo hábito con una actividad o
momento que ya repites sin esfuerzo, te será mucho más fácil que se
convierta en parte de tu rutina.
Otra forma de anclar tu nuevo hábito es compartirlo con otras personas.
Pueden ser compañeros de trabajo, amigos, familia o cualquier otra persona
de tu entorno. Pídeles que te ayuden, que te apoyen y que comprueben tu
progreso. O aún mejor: búscate un grupo con quien hacer un esfuerzo
colaborativo para crear el nuevo hábito. Por ejemplo, si lo que pretendes es
empezar a meditar, te ayudará mucho rodearte de un grupo que ya lo haga
habitualmente, que se interese por el tema, o con el que reunirte para meditar
juntos. Si lo que quieres es hacer más deporte, busca a alguien con quien
hacerlo: además de mejorar en tu hábito podrás socializar y encontrar gente
interesante.
Últimamente he probado equipos de apoyo virtuales con amigos o conocidos
con quien compartir los avances. Funciona muy bien, aunque el hecho de ver
a la gente y encontrarse en persona me sigue resultando más satisfactorio.
Ejercicio:
• Comparte tu hábito con tu gente más cercana: ¿A quién se lo vas a
contar? ¿Cuándo?
• Explora si en tu círculo ya existe gente que pueda estar practicando el
hábito y con quien puedas avanzar, o que te inspire para hacerlo.
• Si no lo encuentras, busca un poco más.
• Si sigues sin encontrarlo y eres alguien que utiliza la tecnología, busca
un App o una comunidad online para ese hábito.
• Y si no encuentras ninguno que te guste… ¡CRÉALO TÚ MISMO/A!
 
5. Registra tus progresos
Hace algún tiempo el actor y presentador Jerry Seinfeld explicó su truco de
productividad para motivarse a escribir:
“Toma un calendario grande y cuélgalo en una pared muy visible. Cada
día que hagas tu tarea de escribir marca todo este día con una X grande y
roja. Después de unos pocos días tendrás una cadena (o línea continua)
de X. Te gustará ver cómo crece esta cadena, especialmente cuando
llevas varias semanas sin romperla. Lo único que debes hacer ahora es
no romper la cadena”.
Puede parecer una idea muy simple pero es muy poderosa. A mí me resulta
muy útil visualizar mis progresos en un espacio donde pueda poner una cruz
o una pegatina cada vez que cumplo con lo que me he propuesto. Antes
también lo hacía en un calendario físico, pero últimamente estoy probando
aplicaciones de móvil. Por ejemplo, me gusta mucho la aplicación Lift
porque me permite apuntar y recibir informes de mis avances, así como
centralizar todos los hábitos, tanto personales como profesionales.
Hay otras aplicaciones para temas o hábitos específicos. Por ejemplo, para la
gente que hace deporte existe Sports-tracker o Endomondo. Para los que
escriben recomiendo 750words.com, y para meditar sin duda el Mindfulness
App, desarrollado por una gran experta en meditación, Ana Arrabe. También
me gusta mucho el proyecto Samastah.com que han puesto en marcha dos
grandes emprendedores y amigos: Bettina Gallego y Ángel María Herrera.
Se trata de una plataforma que ofrece planes de 21 días para, según explica
su propia misión, “apoyar a las personas a encontrar su equilibrio y felicidad
para contribuir al equilibrio y la felicidad universal”. La página cuenta con
foros, una comunidad y un área donde puedes registrar y compartir tus
progresos.
Una vez que hayas encontrado el espacio más adecuado para ti, comprométete
a mantener la cadena, es decir, a practicar con la regularidad que te hayas
marcado. Por ejemplo, si tu idea es dejar de fumar o empezar a meditar, piensa
en cada día como un avance más en la cadena y céntrate en no romperla. Para
ello, haz todos los días alguna acción, aunque sea mínima: si te has propuesto
hacer deporte pero has llegado a casa tarde y cansado, o te ha surgido un
imprevisto y no has podido ir al gimnasio, entonces muévete aunque sea 5
minutos, sube las escaleras de casa o vuelve del trabajo andando. Haz algo que
te permita tener presente ese hábito. El objetivo es llegar a un punto en el que
ya no te haga falta realizar ningún esfuerzo para hacer deporte: el hábito estará
instalado en tu vida y lo harás sin darte cuenta.
Un ejemplo:
El viaje hacia mi yo deportista
Hacer 10 minutos de deporte al día durante 30 días: marcar con una cruz
roja cada día que cumplas el objetivo. Si no lo consigues a la primera,
sigue adelante hasta que lo hagas durante 30 días seguidos

Si eres de los que quieres ir aumentando el nivel, puedes marcarte objetivos


progresivos. Para mí lo importante es el hábito, así que no necesito subir la
intensidad. Solo necesito saber que mantengo en mi vida esas actividades
que me hacen tan feliz de manera constante.
 
6. ¡Persevera!
Si rompes la cadena, no te preocupes: ¡sigue adelante, prueba e improvisa
sobre la marcha! Es normal romper el hábito de vez en cuando; nos pasa a
todos. Yo lo he experimentado algunas veces; al principio, me desanimaba
tanto que perdía la energía para seguir. Me sentía culpable y muchas veces lo
dejaba. Pero he aprendido que lo importante es seguir adelante y volver a
probar hasta conseguir incorporar a mi vida el hábito que deseo.
A veces, cuando no logramos inmediatamente nuestros objetivos nos
desanimamos y hasta los abandonamos, creyendo que no son para nosotros o
ponemos ansiosos. Sin embargo, muchas de nuestras metas requieren tiempo,
dedicación y perseverancia. No olvides que al hábito se llega por la rutina y a la
rutina por la repetición y que para lograr un cambio duradero y sólido es
imprescindible ser constante.
En general, tendemos a abandonar algo con la misma rapidez con la que nos
entusiasmamos, y los mejores propósitos se vienen abajo por la falta de
constancia.
Ser regular no es fácil, requiere motivación, disciplina y la iniciativa de
querer hacer las cosas. Pero el hecho de fijarte cambios pequeños que tú
mismo puedas palpar y ver realizados será determinante a la hora de facilitar
esa repetición tan necesaria a la hora de crear los hábitos que estás buscando
y que te llevarán a una mayor felicidad.
Tampoco olvides que, como decía Ralph Waldo Emerson, “toda vida es un
experimento”. Utiliza el método de prueba-error para aprender y volver a
probar. Piensa que, cuando empiezas a trabajar un hábito estás probando una
forma de adquirirlo que funcione para ti. Si no lo consigues
inmediatamente… ¡no te preocupes! Estás avanzando y ya tienes
información para ajustar tu planteamiento e intentarlo de nuevo lo antes
posible.
Cada error es un paso más, un aprendizaje.
 
7. Finge lo que quieres ser hasta que lo consigas
Otra manera de lograr convertir en un hábito lo que quieres cambiar es
utilizar tu lenguaje corporal. La psicóloga social Amy Cuddy ha estudiado
cómo hacerlo, es decir cómo cambiar nuestro comportamiento e incluso
nuestra identidad mediante el uso consciente del cuerpo. De hecho, suya es
la frase “fíngelo hasta que lo consigas”. Cuddy va incluso va más allá y
habla de simular un comportamiento “hasta que te conviertas en lo que
finges”. Su propuesta se basa en la idea de que no solo nuestro interior
determina cómo nos comportamos y actuamos, sino que podemos moldear
nuestro interior con algo tan simple como cambiar nuestra postura corporal.
“Nuestros cuerpos cambian nuestra mente, nuestra mente cambia nuestro
comportamiento, y nuestro comportamiento cambia los resultados”, asegura.
Amy Cuddy ha realizado un experimento con lo que denomina “posturas de
poder”, en las que el cuerpo se expande y se muestra más grande de lo que
aparece normalmente (por ejemplo abriendo los brazos hacia arriba) en
contraste con las posturas que adoptamos cuando nos sentimos intimidados o
inseguros, en las que nos encorvamos y encogemos, haciéndonos más
pequeños. Ha comprobado cómo los niveles de determinadas hormonas
cambian en individuos que adoptan estas posturas durante tan solo unos
minutos. En su experimento, dividió a un grupo de personas al azar. A unas
les pidió que adoptaran “posturas de poder” y a otras “posturas de
inseguridad y empequeñecimiento”. A continuación midió los niveles de
cortisol (hormona del estrés) y de testosterona (hormona de la masculinidad,
que aumenta la asertividad y la seguridad en uno mismo). Adoptando
posturas de poder durante solo 2 minutos los niveles de cortisol disminuían y
los de testosterona aumentaban; en el grupo que adoptó posturas de
inseguridad ocurrió justo lo contrario.
Cuddy explica, en una conmovedora conferencia TED que puedes ver en
Internet, [12] su propia experiencia cuando, durante su estancia en la
universidad de Harvard, decidió fingir una seguridad en sí misma que no
tenía. No solo consiguió cambiar su comportamiento y convencer a los demás
de sus capacidades, sino que al cabo del tiempo… ¡terminó creyéndoselas ella
misma! En la charla, nos anima a usar este recurso cada vez que tengamos
que enfrentarnos a alguna situación que nos asuste, como dar una charla en
público o hacer una entrevista de trabajo. Yo lo he probado muchas veces y
funciona; no solo para provocar una mayor sensación de seguridad en mí
misma cuando una situación o una persona me imponen, sino también para
cambiar mi estado de ánimo en los momentos difíciles.
Igual que las “posturas de poder” de las que habla Amy Cuddy generan un
cambio hormonal que a su vez produce cambios en nuestra actitud, otros
gestos nos ayudan a aumentar nuestros niveles de bienestar. Una de ellas es
sonreír. Existen muchos estudios que demuestran que mantener una sonrisa
durante cierto tiempo fomenta las emociones positivas. [13] El maestro zen y
activista de los derechos humanos Thich Nhât Hanh lo resume
magníficamente en su famosa frase: “A veces tu alegría es la fuente de tu
sonrisa pero a veces tu sonrisa puede ser la fuente de tu alegría”.
Si un día tienes un estado de ánimo más decaído prueba comportarte como si
estuvieras contento, sonríe delante del espejo durante unos minutos y adopta
una postura corporal de energía. Fíngelo hasta que te lo creas. O mejor,
¡fíngelo hasta que te conviertas en una persona feliz!
 
8. Crea recordatorios visuales
Uno de los mayores enemigos de los hábitos es olvidarse de practicarlos. Si
no los tienes presentes, no puedes crearlos, y es muy fácil olvidarse de ellos
cuando tienes muchas cosas que hacer. Mi solución más eficaz es utilizar
recordatorios visuales. Por ejemplo, dejar mi mochila con el bañador en un
lugar visible para no olvidarme de cogerlas por la mañana, y recordarme así
que quiero ir a nadar. O colocar el diario de gratitud en mi mesilla de noche
para que no se me pase escribir mis tres agradecimientos antes de ir a
dormir. O dejar notas en la nevera con mensajes motivantes que me
recuerden la importancia de meditar unos minutos cada mañana.
También utilizo recordatorios electrónicos que programo con antelación en mi
teléfono. Hay uno que me gusta especialmente. Es una alarma que suena
todos los días a las 2 de la tarde con una nota que me recuerda: “Disfruta del
momento”. A esa hora suelo estar comiendo o haciendo deporte. Parar un
momento y concentrarme en saborear lo que estoy comiendo o disfrutar
conscientemente de la compañía de la persona con la que esté o de la
actividad física que realizo, me provoca un gran placer.
Actividades:
• Piensa en el hábito que has elegido.
• Elige una manera de tenerlo presente (post-it, recordatorios electrónicos,
fotos, etc.).
• Prepara el recordatorio visual para mantenerlo durante el próximo mes.
 
9. Celebra tus pequeños (y grandes) logros
Conseguir lo que nos proponemos es una sensación maravillosa. Potencia
nuestra autoestima y nos hace sentir bien con nosotros mismos. Da igual de
qué tipo de tarea hablemos: solucionar un problema, organizar un plan de
acción, superar una prueba, mantener una rutina o simplemente terminar
algo que hemos empezado.
Todos los logros merecen ser celebrados. Con celebrar me refiero, sobre
todo, a pararnos y sentir la alegría que nos produce el haber terminado una
tarea. Cuando hacemos y hacemos sin parar es fácil olvidarnos de lo que
vamos logrando. Así, el hacer se convierte en una actividad sin fin que
nunca acaba, en vez de ser una fuente de felicidad. Adquirir el hábito de
contemplar lo que hemos terminado y felicitarnos por ello, es el paso más
sencillo para darnos cuenta de la gran cantidad de cosas que somos capaces
de realizar.
Así que hazte esta pregunta:
¿Cómo voy a celebrar mis logros hoy? ____________________
 
10. Transfórmalo en un juego
Otra buena forma de motivarse es convertir el programa de hábitos en un
reto con forma de juego. Imagina, por ejemplo, que si consigues mantener el
hábito todos los días durante un mes tendrás 100 puntos. Asígnate 10 puntos
solo por haber leído el libro, pensado en el hábito y empezado el proceso. Y
luego 3 puntos por cada día que lo cumplas. Asígnate un premio para cada
nivel de puntuación.

 
¡Empieza el programa!
Te propongo utilizar la tabla resumen que encontrarás a continuación y
trabajar con un hábito cada mes. El objetivo es que en un año logres integrar
distintos tipos de hábitos positivos en tu vida cotidiana que mejoren tu
bienestar e indirectamente el de aquellos que te rodean. Y, en última
instancia, no nos olvidemos, que transformen positivamente la sociedad.
Por tanto, te sugiero que tengas a mano el libro, elijas uno de los 15 hábitos
y lo practiques durante treinta días con los ejercicios que he elegido para ti.
Según un gran número de expertos, son necesarios al menos 21 días para
incorporar un nuevo hábito a nuestra vida diaria, [14] pero te recomiendo
que dediques un mes a cada hábito para asegurar que lo integras en tu rutina.
Puedes empezar por donde quieras:
• Si crees que en tu vida hay suficiente diversión y te sientes auto-
realizado pero te falta un propósito bien definido, puedes empezar por los
hábitos de Sentido.
• Si, por el contrario, en tu vida, lo que falta es Disfrute, entonces inicia el
programa con el primer elemento de la fórmula.
• Para aquellos, que sienten que no están utilizando sus talentos y
capacidades en el día a día, los hábitos de Autorrealización son los que
más impacto tendrán.
Por supuesto también puedes empezar por el principio y probar uno a uno,
todos los hábitos durante quince meses, bien en el orden que te propongo o
priorizándolos a tu gusto.
Al cabo de ese tiempo, probablemente habrás logrado integrar algunos
cambios y otros no. No dejes que eso te desanime, al contrario, celebra todos
tus logros y plantéate cómo mejorar tu práctica para mantener los cambios
conseguidos y adquirir los que todavía te faltan. Esto no es una competición,
sino un camino de mejora. Un camino para practicar la felicidad y disfrutarla
diariamente.
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Capítulo 4
COMPARTE: CONVIÉRTETE EN EL CAMBIO QUE
QUIERES VER EN EL MUNDO. LA REVOLUCIÓN DE LA
FELICIDAD
 
“A menos que haya una revolución universal en la esfera de la conciencia
del hombre, nada mejorará nuestra existencia humana, y la catástrofe a la
que se encamina este mundo […] será ineludible”.

Václav Havel
 
Únete a aquellos que ya son parte del cambio
En este capítulo te propongo una “Revolución de la felicidad”, un cambio
social basado en el impulso de compartir tu bienestar.
Este cambio parte de cada uno de nosotros y se expande por dos vías. Por un
lado, tu estado de felicidad, que directa e indirectamente beneficia a los que
te rodean. La segunda está relacionada con tus acciones de contribución
social y sentido, a través de tu misión personal que es, al mismo tiempo, una
fuente de felicidad personal. Veamos con detalle cada una de ellas.

 
Tu felicidad es contagiosa
“Cuando era joven, quería cambiar el mundo. Descubrí que era difícil,
así que intenté cambiar mi país. Cuando me di cuenta de que no podía
cambiar mi país, empecé a concentrarme en mi pueblo. No pude cambiar
mi pueblo e intenté cambiar a mi familia. Tampoco lo conseguí. Ahora, ya
de viejo, me he dado cuenta de que solo puedo cambiarme a mí mismo. Y
creo que si hace mucho tiempo hubiera empezado por cambiarme a mí
mismo, podría haber tenido un impacto en mi familia. Mi familia y yo
podríamos haber tenido un impacto en nuestro pueblo. Su impacto podría
haber cambiado nuestro país y así podría haber cambiado el mundo”.
Anónimo
Cada uno de los hábitos que he compartido contigo contribuye a tu bienestar
interior y al mismo tiempo genera, indirectamente, un impacto positivo en tu
entorno más cercano. De hecho, recientes investigaciones han demostrado
que la felicidad es contagiosa y que si nos enfocamos en ser más felices
podemos transmitirlo y beneficiar a nuestra pareja, familia, amigos,
compañeros de trabajo y, en general, a toda nuestra comunidad.
La posibilidad de contagiar y propagar la felicidad se extiende incluso hasta
tres grados de relación. Esta es la conclusión a la que llegaron dos
investigadores, James Fowler y Nicholas Christakis, el primero de la
Universidad de California y el segundo de la escuela de medicina de
Harvard, después de realizar una investigación de redes sociales durante
veinte años.
Así lo explican los autores en su libro “Conectados: El sorprendente poder
de las redes sociales y cómo nos afectan”: [15]
“Los análisis matemáticos de la red sugieren que una persona tiene
alrededor de un 15 por ciento más de probabilidades de ser feliz si está
conectada directamente (con un grado de separación) con una persona
feliz. Y la propagación de la felicidad no se detiene aquí. Las personas
que se encuentran a dos grados de separación (el amigo de un amigo) de
una persona que es feliz tienen un diez por ciento más de probabilidades
de ser felices, y las personas que están a tres grados de separación (el
amigo de un amigo de mi amigo) tienen alrededor de un seis por ciento
más de probabilidades de ser felices. A cuatro grados de separación, no
hay incidencia”.
La lección es que tomando el control de tu propia felicidad puedes influir
positivamente en la gente que quieres y además acabar extendiendo
inadvertidamente tu felicidad a alguien que ni siquiera conoces.
En el 4º Informe “La felicidad y la percepción de la salud”, realizado por el
Instituto Coca Cola de la Felicidad y la Facultad de Psicología de la
Universidad Complutense de Madrid, Josep María Serra Grabulosa asegura
que “aunque uno, a nivel individual, piense que está haciendo poca cosa,
está contribuyendo al bienestar de otras personas, y eso es algo que se
distribuye y acaba construyendo una sociedad más solidaria y, por tanto, más
feliz”.
Una motivación más para que lo intentes.
 
Tus acciones de contribución
Además, uno de los elementos clave para tu felicidad, la búsqueda de sentido
(S), contribuye a la construcción de una sociedad más justa, pacífica y
equitativa. Una sociedad en la que los ciudadanos cooperan, comparten y se
apoyan unos a otros.
Como hemos visto en el capítulo anterior, hay muchas maneras de encontrar
sentido y de canalizar tu voluntad de ayudar a otros y de construir esa
“sociedad feliz” o de bienestar. Desde hacer voluntariado en alguna ONG
relacionada con tu misión hasta cambiar algunos hábitos que beneficien al
planeta, pasando por mejorar la economía o crear tu propio proyecto
solidario, de innovación o emprendimiento social.
Ya hay mucha gente que está pensando en nuevas maneras de hacer las cosas
y de colaborar con otros para aumentar su impacto. Diferentes movimientos
ciudadanos están actuando para crear un planeta más justo, más accesible,
más sostenible y más solidario. Ya no se trata de cuestionar si se puede
cambiar el mundo. Se trata de saber si tú quieres ser parte de este mundo que
está cambiando.
Quiero compartir aquí contigo, para inspirarte, 10 de las más interesantes
tendencias actuales que se están dando en esta dirección. Antes, te invito a
leer una cita de Paul Hellyer Ex-Ministro de Defensa de Canadá
“Hay signos de esperanza.
Hay un espíritu de cooperación que se desarrolla en pequeña escala en
miles de lugares.
Y estos deben ser como semillas que necesitan ser regadas, multiplicadas
y propagadas.
Y con el espíritu de cooperación, abandonando el ego en favor de querer
servir a la humanidad, hacer la diferencia y ayudar a construir un
planeta mejor continuamente.
¡Hay esperanza! Esta es en realidad la razón por la que creo en los
milagros y creo que va a suceder.”
 
¿Qué puedes hacer tú? 10 maneras en que los ciudadanos están
cambiando la economía
1. Súmate al movimiento del consumo colaborativo
Gracias a la tecnología y a internet, los ciudadanos tenemos más poder que
nunca para participar e influir en la economía. Un ejemplo de ello es el
movimiento del “consumo colaborativo”, en el que un grupo o colectivo de
personas comparten el acceso a una serie de productos o servicios en lugar
de tener la propiedad individual. Se trata de un modelo económico basado en
el intercambio, en el alquiler, en el uso compartido, en el préstamo, en la re-
comercialización o en la donación.
Algunos de los ejemplos más conocidos son:
• Mercados virtuales en los que puedes comprar y vender libros y todo
tipo de objetos de segunda mano, como eBay y Craigslist.
• Páginas a través de las cuales puedes compartir tu casa o viajar
durmiendo en las de otras personas (Airbnb).
• Empresas sociales como BlablaCar que te permiten compartir coche.
 
2. Vuelve al trueque
También puedes participar en plataformas que están recuperando de idea del
trueque. Por ejemplo Freecycle (algo así como “gratisclaje”), que tiene como
premisa principal que lo inservible para unos puede ser un tesoro para otros.
Con esta idea, Freecycle ofrece la posibilidad de intercambiar todo tipo de
objetos de manera gratuita. Un sistema no solo altruista, sino también
ecológico: sus responsables estiman que gracias a él se evita que más de 300
toneladas de basura acaben diariamente en los vertederos. La idea es que los
artículos que pueden ser reutilizados caigan en buenas manos en vez de irse
directamente a la basura.
 
3. Participa en bancos de tiempo
Otra tendencia que crece cada día más son los bancos de tiempo, en los que
se intercambian habilidades entre los miembros sin utilizar dinero, por
ejemplo, “yo cuido a tu hija y tú me cortas el césped; o me enseñas a meditar
y te enseño francés”. Únicamente se contabilizan las horas de servicio
prestado y recibido.
Funcionan de forma similar a un banco convencional:
• El socio/a abre una cuenta de horas y especifica los servicios y
conocimientos que ofrece y espera recibir.
• Cada vez que presta un servicio acumula horas en su cuenta.
• El socio/a puede canjear esas horas por servicios cada vez que lo
necesite.
En España hay muchos bancos de tiempo y una asociación que los promueve
(Asociación para el Desarrollo de los Bancos de Tiempo).
 
4. Participa en la economía del regalo
Un movimiento que me gusta mucho es la economía del don o economía del
regalo, que va más allá de trueque, creando una especie de “cadena de
favores”. Recibes un servicio o producto como un regalo de alguien (a
menudo de forma anónima) y a continuación contribuyes lo que puedas para
ayudar a otra persona.
He participado y apoyado algunos proyectos que siguen esta filosofía. Un
excelente ejemplo es, The Good Chain (“Cadena de favores”), creada por
un grupo de amigos del Impact HUB Madrid hace unos años para promover
la realización de actos de amabilidad de forma anónima, formando cadenas
de gestos positivos. Cuando me propusieron unirme como socia fundadora
no me lo pensé dos veces.
El proyecto parte de la premisa de que las personas podemos tener impacto
en nuestro entorno y hacerlo mucho mejor si dedicamos tiempo a los demás.
El mecanismo es muy sencillo: alguien que no te conoce hace algo por ti y te
entrega una tarjeta con este texto:
“Ahora es tu turno. Tú haces un favor a otra persona y le entregas la
tarjeta: así se crea la cadena The Good Chain”.
Cada tarjeta tiene un código que permite ver cuál es la historia que hay
detrás de tu regalo y hacer un seguimiento de todos los favores que se han
ido haciendo desde que se puso en circulación a través de la página
www.thegoodchain.org. Además, puedes plasmar tu experiencia para seguir
“cargando de energía positiva esa tarjeta”.
Las 4 ideas de base son muy sencillas:
• Entre todos podemos cambiar el mundo
• Debemos empezar por cambiar nosotros
• Pequeñas acciones pueden tener un gran impacto
• Todos necesitamos una sonrisa que pueda cambiar o mejorar nuestro
día.
Otro ejemplo es Karma Kitchen, un café en el que, cuando llegas, tu comida
ha sido pagada por otra persona y tú, a su vez, puedes dejar pagada la
comida del siguiente cliente. En España existe una iniciativa similar llamada
“cafés pendientes”, que se está expandiendo rápidamente.
 
5. Vuelve a lo local y cercano
Cansadas del aislamiento, el anonimato y la falta de transparencia, cada vez
más personas están apoyando esta tendencia, depositando su dinero en
pequeños bancos cooperativos, comprando en negocios de barrio en lugar en
grandes superficies o adquiriendo alimentos en los mercados agrícolas
locales.
 
6. Consume responsablemente
Los ciudadanos tenemos a nuestro alcance una herramienta fundamental de
cambio social, el consumo. Como consumidores tenemos la oportunidad de
utilizar nuestro criterio de decisión de acuerdo a nuestras convicciones y
promover, a través de nuestros patrones de compra, la construcción de un
planeta más sostenible.
Tú también puedes influir en la economía consumiendo de forma consciente
e informándote sobre las condiciones ambientales y sociales en las que han
sido elaborados los productos que compras. Por ejemplo, antes de consumir
cualquier producto, puedes preguntarte:
• ¿Realmente lo necesito?
• ¿Quién lo ha producido?
• ¿La producción ha sido respetuosa con el medio ambiente?
• ¿Y con los derechos sociales de los trabajadores y de las poblaciones
locales?
 
7. Invierte con impacto
Muchos ahorradores también están pensando cómo invertir su dinero en
aquellas empresas que contribuyen positivamente a un desarrollo justo y
equilibrado sin renunciar a la rentabilidad. Al hacerlo, premian aquellas
organizaciones que tienen una política responsable hacia la sociedad. Este
tipo de inversiones utiliza instrumentos financieros convencionales para
canalizar recursos hacia iniciativas y proyectos en los que se conjugan
criterios de rentabilidad económica y social.
Cada vez existen más fondos de inversión sostenible, organizaciones que
promueven la inversión social o bancos con valores éticos que fomentan el
ahorro responsable.
Tú también puedes invertir y ahorrar promoviendo el bienestar social y…
además, siendo más feliz. A continuación comparto algunos ejemplos.
 
HAZTE CLIENTE DE LA BANCA ÉTICA [16]
• GLS Bank: www.gls.de
• Merkur Bank: www.merkur.dk
• Mi Banco: www.mibanco.com.pe
INVIERTE EN PERSONAS Y EN SUS PROYECTOS
• KIVA: www.kiva.org
• Next Billion – Development Through Enterprise: www.nextbillion.net
• AMK Cambodia: www.amkcambodia.com
• Acumen Fund: www.acumenfund.org
INVIERTE DE MANERA SOCIALMENTE RESPONSIBLE (FONDOS
DE INVERSIÓN)
• Foro Español de Inversión Socialmente Responsable: www.spainsif.es
• Ashoka – Innovators For the Public: www.ashoka.org
• Fondo CREAS: www.creas.org
• Vivergi- Social Impact Fund: www.vivergi.com
• Gawa Capital: www.gawacapital.com
PRACTICA EL SISTEMA BANCARIO ENTRE CIUDADANOS (PEER-
TO-PEER)
• Zopa: http://uk.zopa.com
• Prosper: www.prosper.com
• Comunitae: www.comunitae.com
EDUCAR A LOS MÁS PEQUEÑOS EN CÓMO EMPLEAR EL DINERO
• Teaching Kids Business: www.teachingkidsbusiness.com
• Money instructor: www.moneyinstructor.com/kids
• The Mint: www.themint.org
 
8. Conviértete en un emprendedor social
Si quieres tener tu propio negocio y producir un cambio social significativo,
te animo a que te conviertas en un emprendedor social. Según la Fundación
Skoll, los emprendedores sociales son “líderes cuyos enfoques y soluciones
a los problemas sociales están ayudando a mejorar las vidas y circunstancias
de incontables individuos desfavorecidos”. [17]
Su principal fuente de motivación es satisfacer necesidades sociales o
ambientales a través de modelos de negocio éticos y, al mismo tiempo,
sostenibles.
 
9. Prueba a actuar como un intra-emprendedor social
Gran parte de la apatía que parece existir frente a los grandes desafíos a los
que se enfrenta la sociedad se debe a la creencia generalizada de que nada de
lo que hagamos como individuos puede tener impacto. Parece que las
grandes empresas solo se interesan por maximizar sus beneficios y que las
actuaciones individuales no pueden provocar verdaderos cambios.
Sin embargo, existen algunas excepciones, los llamados intraemprendedores
sociales, que combinan seguridad en sí mismos, curiosidad, creatividad y
una visión altruista de la vida, y que buscan generar cambios positivos para
las organizaciones en la que trabajan que a la vez beneficien a la sociedad
Según el profesor David Grayson, las ideas innovadoras de los
intraemprendedores sociales tienen potencial para resolver problemas
globales. [18] Grayson ha estudiado las características, capacidades,
mentalidad y comportamientos de este tipo de personas y describe así el
modus operandi de los innovadores corporativos, que “saben lo que la gente
necesita y cómo responder a sus necesidades de manera económicamente
viable”:
• Son críticos constructivos. Se trata de personas que cuestionan el orden
establecido que suelen expresarse en positivo (actúan en lugar de
quejarse) para plantear ideas y propuestas que introduzcan mejoras
significativas fuera y dentro de la organización
• Apetito por la innovación. Son promotores innatos de ideas porque son
personas ocurrentes, creativas, cuya imaginación proyecta ideas
diferentes, no implantadas y no desarrolladas hasta ahora. Se transforman
así en generadores de alternativas de forma natural.
• Ven el fracaso como oportunidad de aprendizaje. No les intimida
cometer errores, para ellos éstos son simplemente experiencias sobre la
que seguir fundamentando su proceso de aprendizaje. Su velocidad de
“recuperación” ante un fracaso es su elemento diferenciador frente al
resto.
• Tienen una visión a medio-largo plazo. Aunque puedan tener un
objetivo a corto plazo como la mayoría de empleados, nunca perderá de
vista que lo que hace contribuye de algún modo en el largo plazo, a un
bien mayor. Necesitan marcarse un horizonte lejano para dar sentido a su
actividad diaria.
• Alta predisposición al aprendizaje. Siempre están dispuestos a
enriquecer su bagaje de conocimientos y seguir aprendiendo.
• Persistencia en su orientación a resultados. Para ellos no se trata
solamente de estar orientados a resultados. El rasgo diferencial es su
persistencia y constancia hacia la consecución de sus objetivos.
• Intra-líderes. No requieren de una supervisión cercana. Son líderes de
sí mismos y potenciales referentes organizativos, además de ser
autosuficientes en la manera en que gestionan y administran su tiempo.
• Proactividad como leitmotiv. Su lema es ocuparse en lugar de
preocuparse, por lo que siempre les encontraremos haciendo algo,
ocupados en todo tipo de actividades, no se permiten la licencia de
“perder el tiempo”. Su proactividad es dirigida y está conectada con todos
los rasgos anteriores.
 
10. Participa en la financiación colectiva
El crowdfunding (o micromecenazgo) es un novedoso sistema que permite
financiar proyectos o iniciativas gracias a pequeñas aportaciones realizadas
de forma colectiva a través de la red.
Actualmente, existen distintos modelos de micromecenazgo:‬‬ los basados en
donaciones (quienes hacen aportaciones monetarias sin esperar beneficios de
la transacción) y los basados en recompensas.‬‬
En cualquier caso, todas las modalidades funcionan de forma parecida:
• Se publica el proyecto en alguna de las plataformas existentes de
crowdfunding, explicando en qué consiste, la cantidad de dinero que se
necesita y de qué forma se recompensará en el caso de que haya un
beneficio.
• Existe un plazo determinado para recibir la financiación, en el que se
publicita el proyecto entre posibles interesados y promotores, redes
sociales o círculo de conocidos para conseguir que la gente lo conozca y
aporte el dinero.
• Una vez finalizado el plazo, y en función del tipo de proyecto y de
financiación elegidos previamente, se recibe el dinero para comenzar la
actividad.
A continuación enumero algunas plataformas de crowdfunding de habla
hispana:
• Goteo.org. Plataforma para proyectos que además de ofrecer
recompensas individuales generen retornos colectivos, esto es, que
fomenten el procomún, el código abierto y/o el conocimiento libre.
• Mynbest.com. Dirigido a proyectos sociales, culturales o empresariales.
• Lanzanos.com. Se trata de una de las plataformas más importantes del
territorio nacional, donde se ha ayudado a financiar toda clase de
proyectos. Sin embargo, son los proyectos musicales los que están
cosechando mejores resultados.
• Crowdthinking. Se definen como una plataforma de apoyo colectivo
para ideas. En ella puedes encontrar desde proyectos solidarios, de
creación empresas, tecnológicos, etc.
• Sport2Help. Una plataforma para hacer crecer proyectos solidarios a
través del deporte.
• Miaportación. Un proyecto sin ánimo de lucro que pretende comunicar y
cubrir las pequeñas necesidades de personas en situación socio-económica
desfavorable a través de entidades sociales.
• SociosInversores. Una red global de unión entre emprendedores o
empresarios que necesitan capital e inversores que buscan participar en
proyectos empresariales.
• Comproyecto. Una red social que conecta personas con instituciones.
• Seed&Click. Una plataforma online de colaboración y cooperación que
relaciona creadores y potenciales emprendedores con personas y empresas
que tienen voluntad de dar apoyo a proyectos en su fase inicial de
creación.
Si te interesa investigar más, en mi blog encontrarás más ideas y recursos
para implementar estas diez tendencias: www.innovationforsocialchange.org
 
Organizaciones centradas en el bienestar de las personas
Los conceptos de este libro pueden extenderse a otros ámbitos.
Por ejemplo, la fórmula D+A+S puede aplicarse para construir
organizaciones en las que los empleados y líderes de todos los niveles
disfruten de lo que hacen, conozcan sus talentos y dones especiales
utilizándolos en sus tareas y sientan que están contribuyendo a algo más
grande a través de su trabajo. De hecho, numerosas investigaciones muestran
que la felicidad en el trabajo está asociada con otros indicadores positivos.
Por ejemplo, con una mayor creatividad, con un mayor número de conductas
pro sociales con los compañeros y con los clientes y con menores tasas de
conductas contra productivas. Según Cropanzano y Wright [19] (2001) los
empleados menos felices son más sensibles ante las amenazas y están más
predispuestos a adoptar posturas defensivas y pesimistas. Por el contrario,
los empleados felices son más sensibles a las oportunidades, más confiados y
cooperativos con sus compañeros.
Y esto se puede aplicar a cualquier tipo de organización: las empresas con
ánimo de lucro, las ONGs, las empresas públicas, las empresas sociales, etc.
Por otro lado, la felicidad y el bienestar se han convertido en campos de
estudio prioritarios de muchos gobiernos de países occidentales y naciones
en vías de desarrollo. Se han hecho investigaciones para saber cómo medir la
felicidad y el bienestar, cuáles son los factores que contribuyen a alcanzarlos
y qué acciones repercuten sobre ambos, entre otras variables.
El pequeño reino del Bután fue el primero en utilizar la felicidad como una
medida de buen gobierno. Allí se desarrolló el concepto de Felicidad
Nacional Bruta (FNB), que mide no solo la producción económica, sino
también el bienestar subjetivo, la salud, la educación, la cultura, la vitalidad
en la comunidad, la diversidad ambiental, el nivel de vida y uso de tiempo,
el impacto ambiental, el crecimiento espiritual y cultural de los ciudadanos y
la fortaleza de los sistemas corporativos y políticos. Para llevarlo a la
práctica, en 2008 se creó una nueva estructura institucional al servicio de
esta filosofía, con una comisión nacional de la FNB.
Mientras que los modelos económicos convencionales observan el
crecimiento económico como objetivo principal y lo miden a través del
Producto Interior Bruto (PIB), el concepto de FNB se basa en la premisa de
que el verdadero desarrollo de la sociedad humana se encuentra en la
cooperación y en el refuerzo mutuo del desarrollo material y espiritual.
Otro ejemplo es el Índice de Desarrollo Humano (IDH), creado por las
Naciones Unidas como un instrumento para clasificar a los países con
criterios no meramente económicos y tener en cuenta cuestiones como
educación, salud o condiciones de vida digna
Además de desarrollar nuevos modelos de medición, los políticos de varios
países han comenzado a mostrar interés en las investigaciones sobre la
felicidad como un fundamento importante para la toma de decisiones. De
hecho, algunas de los estudios e investigaciones de científicos como Daniel
Kahneman, Richard Layard, Ed Diener, y Alan B. Krueger han aportado
conclusiones tan precisas que están siendo consideradas como una guía para
el diseño de políticas públicas.
Por ejemplo, en Gran Bretaña, el Partido Laborista creó el Grupo de Trabajo
Whitehall sobre el Bienestar, para desarrollar ideas sobre cómo orientar las
decisiones públicas hacia la construcción de una sociedad más feliz. El ex
presidente francés, Nicolas Sarkozy, encargo a un grupo de expertos un
informe científico sobre nuevas y mejores maneras de medir la felicidad de
la comunidad. El documento, escrito entre otros por los ganadores del
Premio Nobel de economía Joseph Stiglitz y Amartya Sen, llega a la
conclusión de que el enfoque económico como medida del bienestar es
incompleto y en algunos casos engañoso. [20] Los autores proponen que la
felicidad sea considerada uno de los factores claves del bienestar de la
comunidad junto a los indicadores económicos y sociales.
Al mismo tiempo, están apareciendo y tomando más importancia algunas
propuestas y ejemplos de modelos económicos y gubernativos centrados en
el bienestar de las personas, la sociedad y la sostenibilidad del planeta.
Algunos ejemplos conocidos son: la Economía del Bien Común, la
Economía Solidaria, la Economía Sagrada, el Decrecimiento, la Economía
Azul, la Economía Circular o las Ciudades en Transición. Encontrarás más
información sobre estos modelos en mi blog:
www.innovationforsocialchange.org
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Epílogo
¿Cuándo? ¡Ahora! ¿Dónde? !Aquí! ¿Quién? !Tú!
Anita Baggio
 
CAMBIA TÚ PARA CAMBIAR EL MUNDO
 
¿Cuándo? El momento ha llegado…
En plena crisis económica global, parece que todo el esfuerzo, los medios y
los recursos disponibles se estén empleando para reconstruir el mismo
sistema que nos ha hecho llegar hasta aquí. Ahora, con poblaciones cada vez
más descontentas, infelices y perdidas, escándalos en empresas y bancos en
medio mundo, países en quiebra y constantes casos de corrupción política, es
evidente que este sistema no funciona.
Quizá haya llegado el momento de reflexionar, empezar a hacernos las
preguntas adecuadas y decidir hacia dónde queremos dirigirnos como
individuos y como sociedad.
¿Qué podemos aprender de lo que ha ocurrido? ¿Cómo podemos evitar que
vuelva a repetirse? Esta crisis puede convertirse en una oportunidad para
crear entre todos un nuevo modelo centrado en lo verdaderamente
importante: el bienestar y la felicidad en nuestras propias vidas y la
construcción de organizaciones, comunidades y países donde impere la
prosperidad, la paz y la equidad.
Ese es el objetivo de la “Revolución” que propongo en este libro, provocar
una transformación positiva abriendo la puerta a la posibilidad de diseñar y
construir un futuro mejor para nosotros y para las nuevas generaciones. Se
trata de un proceso que requiere del compromiso de cada ciudadano de
asumir su responsabilidad e introducir cambios en su propia vida y en las
relaciones con su entorno.
Cuantas más personas se unan, antes lograremos transformar las
organizaciones y sociedades en las que vivimos. A continuación resumo los
principios de esta nueva forma de vivir.
Los principios de la Revolución de la Felicidad
• Tiene como objetivo el bienestar y la prosperidad de los ciudadanos.
• Está basada en valores de responsabilidad y compromiso, que cada uno
de nosotros puede y debe ejercer.
• Es positiva: propone una visión inspiradora de nuestro futuro.
• Está centrada en las personas: requiere un cambio interior, una
transformación de conciencia y la adquisición de nuevos hábitos
personales.
• Se construye con pequeños actos cotidianos. No requiere cambios
radicales pero si constancia.
• Propone una capacidad de liderazgo más consciente: Esta época requiere
una nueva conciencia y un nuevo tipo de liderazgo colectivo para
enfrentar los retos de manera consciente, intencional y estratégica.
• Es inclusiva y colaborativa: todos estamos llamados a participar y co-
crearla juntos
 
¿Dónde? ¡AQUÍ!
Según John Kotter, probablemente el mayor experto en gestión de cambio a
nivel internacional, uno de los elementos más importantes para provocar
transformaciones es contar con una visión inspiradora que, junto con un alto
sentido de urgencia, motive a un primer grupo o coalición de agentes o
líderes a empezar a actuar.
Hace más de 17 años que me dedico a temas relacionados con el impacto
social. He trabajado en tres organizaciones internacionales de desarrollo de
la Unión Europea, diseñando, financiando e implementando políticas y
proyectos de crecimiento económico y reducción de la pobreza en más de 40
países de los 5 continentes. Entre ellos, he visitado algunos de los más
desfavorecidos del planeta donde me he tenido que confrontar con
verdaderos dramas personales y comunitarios. Ha sido una experiencia
apasionante. En algunos momentos, ante la complejidad y dureza de las
situaciones he sentido una enorme sensación de impotencia y frustración.
Sin embargo, he luchado por mantener viva la convicción de que es posible
construir un modelo de sociedad alternativo en el que prime el Buen Vivir,
es decir en el que la mayoría de las personas tengan una vida en equilibrio,
en la que prevalezcan las relaciones armoniosas entre los individuos, la
comunidad, la sociedad y el planeta.
Porque… ¿Qué pasaría si en vez de imaginarnos un futuro lleno de desastres
y catástrofes le diésemos la vuelta y lo viésemos como un futuro lleno de
oportunidades? Un futuro de abundancia en tiempo, en salud y en
felicidad…
 
¿Quién? ¡Tú!
Mi propósito al escribir este libro es que cada vez más gente decida diseñar
una visión positiva para sus vidas, su trabajo y para el planeta, asumiendo la
responsabilidad de actuar para construirla.
Así, poco a poco, crearemos una espiral de bienestar que se extenderá, no
solo al mayor número de personas posibles, sino también a las
organizaciones y los poderes públicos.
¿Me ayudas?
Puedes hacerlo de muchas maneras:
• Como ya sabes, simplemente realizando el programa y aumentando tu
felicidad ya estarás contribuyendo a hacer crecer el movimiento y a
expandir tu energía positiva.
• Además puedes compartir lo que has aprendido o alguna práctica que te
haya resultado más interesante con tu familia, amigos o compañeros de
trabajo.
• E incluso crear un grupo con el que practicar conjuntamente los hábitos
DAS, entre amigos o dentro de tu empresa u organización.
• Si eres emprendedor o líder en una empresa, no olvides que los
empleados felices y las culturas que promueven el bienestar de sus
miembros son más eficientes y productivas y más innovadoras. Además,
retienen mejor el talento y tienen mejor reputación entre sus clientes,
inversores y proveedores.
• Puedes regalar o recomendar este libro o escribirme para contarme tu
experiencia.
Recuerda que “el simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo”.
Por supuesto, también hay algunos escépticos que creen que mejorar la vida
de otras personas o cuidar el planeta no es su responsabilidad y que, aunque
quisieran, su impacto sería muy reducido; que solo sería una pequeña gota
de agua en el océano. Piensan que el poder está en manos de otros y tildan a
los que se movilizan de “inocentes” o demasiado idealistas.
Hay una frase de Thomas Alva Edison que me gusta y que me digo cuando
me encuentro con las personas que intentan hacerme creer que no vale la
pena poner energía y tiempo en cambiar las cosas:
“Los que aseguran que es imposible no deberían molestar a los que lo
estamos intentando”.
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Sobre la autora
 
Mi principal motivación es apoyar empresas, ideas y proyectos
innovadores para generar cambio social positivo.
 
Cuando terminé mis estudios tenía una cosa clara: deseaba utilizar mis
conocimientos y capacidades para contribuir y dejar un legado.
Empecé con mucha ilusión, aunque no sabía cómo lo haría. Durante el
proceso tuve algunos momentos de duda y confusión que me ayudaron a
entender la importancia detenerme y reflexionar para ajustar mis acciones y
reconectar con mi sentido del propósito. También aprendí que con energía,
pasión y perseverancia, todo es posible y que todos los cambios externos,
empiezan por transformaciones en nuestro interior.
Ahora puedo decir que he cumplido mi sueño y cada día siento que lo que
hago me llena y me permite utilizar mis capacidades y fortalezas para
contribuir a mejorar la sociedad. También siento mucha energía positiva y
gran satisfacción.
Gracias a esa energía interior he logrado cosas que cuando empecé me
parecían imposibles: formar parte de los organismos internacionales más
prestigiosos y comprometidos con la promoción del desarrollo y la reducción
de pobreza; trabajar con gobiernos, empresas y asociaciones en los 5
continentes, apoyar a innovadores sociales con inversiones de impacto a
través de fondos y organizaciones de microcréditos, llegando a ser consejera
en los comités de administración de varias Instituciones y Bancos de
Microfinanzas.
Ahora deseo compartir todo lo que he aprendido en mi camino para apoyar a
personas y organizaciones que, como tú, desean ser felices, vivir su
propósito y tener impacto.
También quiero fomentar la construcción de comunidades transformadoras y
organizaciones donde agentes de cambio, creativos, emprendedores y
líderes, puedan crear una sociedad más innovadora, sostenible y compasiva.
Creo firmemente que solo si cada uno de nosotros se compromete a vivir con
sentido conseguiremos verdaderas transformaciones sociales.
¿Te animas a ser parte del cambio?
 
DONDE PUEDES ENCONTRARME
Si quieres saber más suscríbete a mi blog
www.innovationforsocialchange.org recibirás más material, herramientas e
inspiración para mejorar tu vida, cumplir tus sueños y tener impacto.
También puedes encontrarme:
promoviendo el crecimiento económico, la creación de empleo y la
reducción de la pobreza desde el grupo Banco Europeo, institución
financiera de la Unión Europea.
presidiendo el grupo de trabajo de Pequeñas y Medianas Empresas del
Banco Mundial (CGAP), en el que representantes de 34
organizaciones internacionales compartimos esfuerzos para desarrollar
soluciones innovadoras de apoyo a pequeños empresarios,
especialmente en los países más desfavorecidos.
fomentando el desarrollo económico, la prosperidad y la reducción de
la pobreza en África Sub-Sahariana a través de la provisión de
productos financieros innovadores a microempresarios, como miembro
ejecutivo del Comité de Inversiones de REGMIFA, uno de los mayores
fondos de impacto del mundo.
apoyando a innovadores sociales a través de mis proyectos: Innovation
for Change Institute, la plataforma colaborativa
www.planetforchange.org, la incubadora de emprendimiento social
Impact HUB Madrid, de la que soy socio-inversor o como miembro
del Venture Board de Ashoka, la mayor Red de emprendedores
sociales del mundo.
dando clases en universidades y escuelas de negocio como el Instituto
de Empresa, la Escuela de Organización Industrial o Universidad
Autónoma de Madrid entre otras;
apoyando a mujeres emprendedoras en Asia desde el equipo de
mentoras de la Cherie Blair Foundation.
como jurado de varios Torneos de Innovación Social a nivel nacional y
europeo
apoyando el liderazgo de agentes de cambio como miembro del
Comité de Administración de la Federación Internacional de Coaching
en Luxemburgo.
Y por supuesto en las redes sociales.
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TESTIMONIOS
“Este NO es uno de esos libros-aspirina que le ayudan a uno a sentirse mejor
durante unas horas, y después se olvidan.
Con La Revolución de la Felicidad, Guadalupe nos invita a embarcarnos en
el viaje más fascinante y urgente de esta época que nos ha tocado vivir: la
transformación de nuestras vidas en potentes motores de liderazgo y cambio
social.
Y lo hace sin sentimentalismos, ni trucos de cara a la galería. Leer a
Guadalupe es como sentarse con ella en una terraza de un café, y sumergirse
en una conversación profunda, emotiva y llena de sabiduría.
En estos tiempos en los que sobran cinismos y desánimos, nos toca celebrar
la llegada de un pequeño gran libro que nos muestra cómo podemos
convertir la inspiración, la gratitud y la ecología personal en armas de
felicidad masiva. Y de paso, crear un mundo mejor.”
Luis Morago, Director de Campañas de Avaaz
 
El libro que tienes entre las manos, cambiará tu vida.
Siempre he querido dejar una huella y sentido la necesidad de contribuir para
tener un impacto positivo en el mundo. También deseaba ser feliz.
Comprometerme a realizar las tareas que propone Guadalupe me ha
permitido empezar a cumplir ambos deseos. Como ella, ahora me levanto,
todas las mañanas lleno de ganas de vivir y con una enorme motivación para
mejorar mi entorno. Únete a la Revolución de la Felicidad. Vale la pena.
Carlos Serrano, Senior Manager. Banco Mundial
 
Creo que el mal triunfa si los buenos no hacen nada, y me siento orgullosa
de que personas como Guadalupe, guerreras que hacen que las cosas
cambien, comprometidas con la construcción de un mundo mejor; personas
que consideran que la felicidad es una conquista y no un derecho, se formen
en nuestra escuela, aprendiendo a expandir esa forma de vivir. Gracias
Guadalupe por hacer camino e invitarnos a compartirlo.
María Manzano. Co-fundadora y Directora General de Lider-Haz- Go
 
En las palabras de Guadalupe: “se esconde un bosque lleno de sorpresas que
me ha invitado a detenerme, respirar, sentir los aromas que me rodean,
observar las formas y colores de árboles, insectos, etc.”. Con esto retomo el
arte de contar moralejas que circulan por las líneas de este libro, donde estoy
seguro que cada enseñanza para cada lector, será una analogía de su propia
historia. Pero también estas líneas entregan caminos y consejos para
practicar las acciones que nos lleven a mejorar y aportar un grano de nuestra
felicidad al mundo.
Cristian Figueroa. Emprendedor Social y Fundador de Tejeredes
 
¿Para qué vinimos al mundo, si no es para ser felices y dejar nuestra huella?
Muchas veces nos acordamos del verdadero propósito solo después que
ocurran hechos traumáticos o cuando ya es demasiado tarde… Guadalupe
nos facilita este despertar para poder fortalecer la conexión autentica con
nosotros mismos que resultará en impactos positivos en todas las esferas de
nuestras vidas y de quienes nos rodean.
Mahatma Gandhi nos invitaba a ser el cambio que queremos ver en el
mundo. Además Gandhi nos decía otra frase quizá todavía más importante:
para que las cosas cambien, tú tienes que cambiar primero. ¡Gracias
Guadalupe por mostrarnos el camino a seguir!
Anita & Rodrigo Baggio
Especialista en transformaciones organizacionales de McKinsey &
Company EE.UU., Joven Emprendedora Social España 2011 y co-
fundadora del Impact Hub Madrid
Emprendedor social y Presidente del CDI “Change through Digital
Inclusion” que transformó la vida de 1,64 millones personas en 842
centros de empoderamiento digital en 15 países en los últimos 20 años
 
He conocido a Guadalupe de la Mata no solo en su trayectoria profesional
sino también la he podido acompañar como buena amiga en su vida
personal. Su pasión, curiosidad y brillantez por cómo crear un cambio social
en el mundo la hacen descubrir siempre nuevos horizontes. Sé que en
algunos momentos ha cambiado el mío. Enhorabuena Guadalupe por
compartir este gran tesoro con todos nosotros “El tesoro de saber que todos
podemos ser felices y convertirnos en el cambio que queremos ver en el
mundo”.
Maru Davila. Coach transformacional y socia de Cataliza
 
Guadalupe de la Mata es una profesional exitosa que se desenvuelve
laboralmente en el mundo altamente competitivo de las finanzas
internacionales para el desarrollo. Un mundo absorbente caracterizado por
ritmos de trabajo frenéticos en los que no es fácil disponer del sosiego
suficiente para concederse uno a sí mismo, y a los suyos, el tiempo y la
serenidad suficientes para realizarse en otros aspectos de la vida. Lejos de
lamentarse, Guadalupe tomó una decisión tan simple como que quería ser
feliz y con ello contribuir a mejorar la felicidad de quienes la rodean. En este
libro comparte con los lectores sus reflexiones sobre la felicidad y cómo sus
efectos transcienden al individuo que la busca para proyectarse en las
organizaciones, incluidas las empresas, y eventualmente en un mundo mejor.
De un modo ameno nos propone prácticas simples y saludables para,
partiendo de cada uno de nosotros, aportar nuestro imprescindible grano de
arena para la Revolución de la Felicidad.
José Luis Curbelo
Decano Universidad Camilo José Cela y Ex- Vicepresidente de
Estrategias de Desarrollo y Políticas Públicas del Banco de Desarrollo
de América Latina-CAF
 
“A veces pensamos que la felicidad es algo complejo, solo al alcance de los
iluminados, cuando realmente es un poder que todos llevamos dentro y que
solo necesitamos recordar. Con libros como éste se consigue liberar nuestro
potencial siempre que los pongamos en práctica”
Ángel María Herrera. Co-fundador de Samastah
 
Apéndice 1: Frases para una vida mejor
 
“Si quieres despertar a toda la humanidad, despiértate a ti mismo. Si
quieres eliminar el sufrimiento del mundo, elimina todo lo que es oscuro en
ti mismo. En verdad, el mayor don que tienes para ofrecer es el de tu propia
transformación.”

Lao Tzu
“El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de
la felicidad que pueda sin disminuir la felicidad de los demás”.

Aldous Huxley
“El hombre más feliz del mundo será aquel que sepa reconocer los méritos
de los demás y pueda alegrarse del bien ajeno como si fuera propio”.

Wolfgang Goethe
“El hombre más feliz es el que produce la dicha de un gran número de otros
hombres”.

Denis Diderot
“El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere, sino querer
siempre lo que se hace”.

Leon Tolstoi
“El secreto de mi felicidad está en no esforzarme por obtener placer, sino
encontrar placer en el esfuerzo”.

André Gide
“En el fondo, la felicidad no es otra cosa que ese esfuerzo continuo por
crear felicidad”.

André Maurois
“Es fácil ser feliz a condición de no querer ser más feliz que los demás,
porque siempre se cree que son más felices de lo que son realmente”.

Montesquieu
“He aprendido a buscar mi felicidad limitando mis deseos en vez de
satisfacerlos”.

John Stuart Mill


“He aprendido de la experiencia que la mejor parte de nuestra felicidad o
miseria depende de nuestra disposición y no de nuestras circunstancias”.

Martha Washington
“He cometido el peor pecado que un hombre puede cometer. No he sido
feliz”.

Jorge Luis Borges


“La felicidad a veces es una bendición, pero generalmente es una
conquista”.

Paulo Coelho
“La felicidad consiste en saber disfrutar de las cosas pequeñas”.

John Carbella R.
“La felicidad consiste en gozar de buena salud, en dormir sin miedo y
despertarme sin angustia”.

Françoise Sagan
“La felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante”.

Antonio Gala
“La gran preocupación y la única que debemos tener es ser felices”.

Voltaire
“La puerta de la felicidad se abre hacia dentro. Hay que retirarse un poco
para abrirla; si uno la empuja, la cierra cada vez más”.

Sören Kierkegaard
“La verdadera felicidad no consiste en tenerlo todo, sino en no desear
nada”.

Séneca
“Los que quieren lo que hacen son más felices que los que hacen lo que
quieren”.

Jean-Jacques Rousseau
“Muchas personas se pierden las grandes alegrías mientras aguardan la
gran felicidad”.

Pearl S. Buck
“Ningún hombre es feliz a menos que crea serlo”.

Publio Siro
“No busques nunca la felicidad: la hallarás en el camino”.

Isabelle Eberhardt
“No existe la felicidad, solo existen momentos felices”.

Jacinto Benavente
“No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices”.

Robert L. Stevenson
“No siempre la acción trae felicidad, pero no hay felicidad sin acción”.

Disraeli
“No son las riquezas ni el esplendor, sino la tranquilidad y el trabajo, los
que proporcionan la felicidad”.

Jefferson
“Un héroe es alguien que ha dado su vida a algo más grande que uno
mismo”.
Joseph Campbell
“Nuestro cerebro es el mejor juguete que se ha creado. En él están todos los
secretos, incluso el de la felicidad”.

Charles Chaplin
“¿Qué hace falta para ser feliz? Un poco de cielo azul encima de nuestras
cabezas, un vientecillo tibio, la paz del espíritu”.

André Maurois
“Quien busca el aplauso de los demás, pone su felicidad en ajenas manos”.

Cicerón
“Recuerde que la felicidad no depende de lo que usted sea o de lo que
tenga; depende de lo que usted piense”.

Dale Carnegie
“Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como
recompensa y no como fin”.

Antoine de Saint-Exupery
“Solamente haciendo el bien se puede ser realmente feliz”.

Aristóteles
“Después de haber recorrido el mundo entero en busca de la felicidad, te
das cuenta de que estaba en la puerta de tu casa”.

Proverbio africano
“Solo el que da es un hombre feliz”.

Wolfgang Goethe
“La felicidad en la vida nace de nuestra capacidad a transformar un
momento ordinario en un instante mágico”.

Lotfi El-Ghandouri
“Solo una persona feliz puede hacer feliz a otro”.

Phil Bosmans
“Todos los hombres hemos nacido con el derecho a ser felices”.

Dalai Lama
“Tú que tanto reclamas felicidad a la vida para tu vida, ¿has creado
felicidad para la vida de los demás?”.

Federico Steinberg
“Una persona feliz no es una persona en determinadas circunstancias, sino
una persona con determinadas actitudes”.

Hugh Downs
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Notas y Referencias
[1] http://www.lavanguardia.com/vida/20100710/53961629105/historia-de-
la-felicidad.html
[2] Puedes ver su charla TED en el siguiente vínculo:
https://www.youtube.com/watch?v=M92IQMfKTrk
[3] “Tropezar con la felicidad”, Dan Gilbert.
[4] En The Happiness Advantage, el profesor de Harvard Shawn Achor
describe numerosos estudios que demuestran que la neuroplasticidad no es
un mito y que puede utilizarse para cambiar nuestro cerebro y ser más
felices. Te recomiendo el vídeo de Shawn Achor:
https://www.youtube.com/watch?v=TBRy3QrRGFI
[5] El doctor Rick Hanson explica cómo podemos cambiar nuestro cerebro
para crear felicidad en nuestras vidas a largo plazo en el siguiente artículo:
http://greatergood.berkeley.edu/article/item/how_to_trick_your_brain_for_h
appiness, así como en sus libros: Buddha's Brain: The Practical
Neuroscience of Happiness, Love and Wisdom y Just One Thing: Developing
a Buddha’s Brain One Simple Practice at a Time.
[6] Si te ha gustado esta historia inspiradora, te recomiendo la página
www.menteenpositivo.com, donde encontrarás muchos más recursos para
mejorar tu vida.
[7] Puedes encontrar ejercicios para desarrollar la auto-compasión en la
página web de Kristin Neff: http://www.self-
compassion.org/self_compassion_exercise.pdf.
[8] El Poder de lo simple. Leo Babauta, (2012).
http://www.casadellibro.com/libro-el-poder-de-lo-
simple/9788408110552/1950402
[9] También puedes realizar el test desde la página de Gallup en el que se
presenta la herramienta Strenghtsfinder. En el siguiente vínculo encontrarás
todas las instrucciones: https://www.gallupstrengthscenter.com/Home/es-
AR/Index?gclid=CKDEhp63jMcCFUoCwwodn6AJbg
[10] Otros estudios han constatado asociaciones significativas entre el
sentido de la vida, y el bienestar subjetivo (Witmer y Sweeney, 1992; Burke
y Miranti, 1996) así́ como con la salud física y mental y la longevidad
(George, Ellison y Larson, 2002).
[11] Puedes ver su conferencia TED en el siguiente vínculo:
http://www.ted.com/talks/stefan_sagmeister_the_power_of_time_off?
language=es
[12] Puedes ver la charla TED aquí:
http://www.ted.com/talks/amy_cuddy_your_body_language_shapes_who_yo
u_are?language=es
[13] Puedes consultar un artículo sobre el efecto de sonreír en nuestra
felicidad en: http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=smile-it-
could-make-you-happier
[14] A principios del siglo XX William James, uno de los padres de la
psicología moderna, escribió su artículo “El hábito”, que luego incluyó en su
obra “Principios de Psicología”. En este texto se hacía un estudio sobre la
importancia de los hábitos en la vida humana, y lo crucial que resulta repetir
un comportamiento para que llegue a ser parte intrínseca de nuestras vidas.
A James se le atribuye también la idea de que son necesarios al menos 21
días para incorporar un nuevo hábito a nuestra vida diaria.
[15] “Conectados: El sorprendente poder de las redes sociales y cómo nos
afectan”. Fowler y Nicholas Christakis. Taurus (2010)
[16] “No somos hormigas”. http://nosomoshormigas.org
[17] Desde 1999, la Fundación Skoll -creada por Jeff Skoll, el primer
presidente del sitio de compras por Internet eBay-, financia iniciativas que
desarrollan Organizaciones de la Sociedad Civil en todo el mundo, con el fin
de fortalecer su trabajo.
En el marco del programa Concesiones al Emprendedor Social, la entidad
apoya acciones que promueven la sustentabilidad del medio ambiente, la
salud, los derechos humanos, la responsabilidad institucional, la equidad
económica y social, la paz y la seguridad.
Para la Fundación Skoll, los emprendedores sociales son “líderes
reconocidos” cuya tarea solidaria “ayuda a mejorar la calidad de vida de un
gran número de personas”. Por eso, busca identificarlos y colaborar en la
realización de cambios positivos en las comunidades postergadas donde
trabajan al extender el alcance de los programas y profundizar su impacto,
resume la entidad empresaria de origen norteamericano. Encontrarás más
información en el siguiente vínculo: http://www.skollfoundation.org
[18] David Grayson ha publicado sus conclusiones sobre el modus operandi
de los emprendedores sociales en el artículo Social Intrapreneurs – an Extra
Force for Sustainability al que puedes acceder en el siguiente vínculo:
https://www.som.cranfield.ac.uk/som/dinamic-content/media/social
intrapreneurs occasional paper.pdf
[19] When a “happy” worker is really a “productive” worker: A review and
further refinement of the happy-productive worker thesis. Cropanzano,
Russell; Wright, Thomas A. Consulting Psychology Journal: Practice and
Research, Vol 53(3), 2001, 182-199. http://dx.doi.org/10.1037/1061-
4087.53.3.182
[20] Puedes encontrar el Informe de la Comisión sobre la Medición del
Desarrollo en el siguiente vínculo: http://www.ambafrance-
es.org/IMG/pdf/Commission_Stiglitz_ES.pdf
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Bibliografía
 
Capítulo 1
“Tropezar con la felicidad”. Dan Gilbert. Destino. (2006)
“The How of Happiness”. Sonja Lyubomirsky. Penguin Press HC. (2007)
“El cerebro de buda: la neurociencia de la felicidad, el amor y la
sabiduría”. Rick Hanson y Richard Mendius
“La Felicidad como ventaja”. Shawn Achor . RBA LIBROS, (2011)
“En defensa de la felicidad”. Matthieu Ricard. URANO, (2011).
“El arte de la meditación”. Matthieu Ricard, Urano, (2009)
“El Proyecto de Longevidad” (The Longevity Project). Howard S. Friedman
y Leslie R. Martin. http://www.amazon.com/The-Longevity-Project-
Discoveries-Eight-Decade-ebook/dp/B004IYIUZ6
 
Capítulo 2
“Mindfulness en la vida cotidiana“. Kabat-Zin. PAIDOS IBERICA, (2009)
“The Compassionate mind: new approach to life´s challenges”. Paul
Gilbert. Amazon (2009)
“10-Minute Declutter: The Stress-Free Habit for Simplifying Your Home”.
.J. Scott (Author), Barrie Davenport (Author)
“Tao Te King“, Lao-Tsé,
“El paraíso perdido”. John Milton.
“Principios de éxito”. Jack Canfield. Harper Collins (2005)
“Even Happier”. Ben Shahar. Mc Graw Hill, (2009).
“Practicar la felicidad”. Ben Shahar. (Plataforma Editorial, 2011)
“NurtureShock: new thinking about children”. (2011) Bronson y Ashley
Merryman.
(http://www.amazon.com/gp/product/B0054U5ENY/ref=as_li_ss_tl?
ie=UTF8&camp=1789&creative=390957&creativeASIN=B0054U5ENY&li
nkCode=as2&tag=spacforrent-20)
“Saborear: Mindfulness para comer y vivir bien”. Biblioteca Thich Nhat
Hanh.
“Fluir: La psicología de las experiencias óptimas”. Csikszentmihalyi.
“Aprender a fluir”, Csikszentmihalyi, M.7ª ed. , Kairós, 2010.
“El viaje de Héctor o el secreto de la felicidad”, Lelord, F.;. Salamandra,
2001.
“Aprenda optimismo haga de la vida una experiencia maravillosa”,
Seligman, M.E.P.; Grijalbo, Barcelona, 1998.
“Un nuevo mundo ahora. Encuentra el propósito de tu vida”, Tolle, E.;
DeBolsillo, Barcelona, 2009.
Frankl, Viktor (1991), El hombre es busca de sentido, Herder.
“Los seis pilares de la autoestima”. Nathaniel Branden, Paidos Iberia,
(1995).
“Character Strengths and Virtues: A Handbook and Classification”.
Christopher Peterson, Martin Seligman. American Psychological
Association / Oxford University Press
“Sé amable contigo mismo: El arte de la compasión hacia uno mismo”.
Kristin Neff.
4º Informe “La felicidad y la percepción de la salud”. Instituto Coca Cola de
la Felicidad.
“Job Crafting - Amy Wrzesniewski on creating meaning in your own work”.
Amy Wrzesniewski: https://www.youtube.com/watch?v=C_igfnctYjA
“El Poder de lo simple”. Leo Babauta. (2012).
“The Power of Habit. Why we do what we do and how to change”, Charles
Duhigg (Random House 2013). La edición traducida es “El poder de los
hábitos” (Ediciones Urano 2012).
“El hombre en busca de sentido”. Viktor Frankl
“La buena suerte” Rovira, Alex y Trías de Bes, Fernando (2004), , Empresa
Activa.
“Los 7 poderes”, Alex Rovira (2006), Empresa Activa
 
Capítulo 3
“Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”. Steven Covey
“Organízate con eficacia: Llega más lejos de lo que nunca hubieras
imaginado” (Nuevos paradigmas). David Allen
 
Capítulo 4
“Conectados: El sorprendente poder de las redes sociales y cómo nos
afectan”. Fowler y Nicholas Christakis.
“Crear un mundo sin pobreza”
Los negocios sociales y el futuro del capitalismo
“El precio de la desigualdad“. Joseph E. Stiglitz, Taurus (2012)
“Cómo hacer que funcione la globalización“. Joseph E. Stiglitz. Taurus
(2006).
“Love, Fear and the Destiny of Nations: The Impact of the Evolution of
Human Consciousness on World Affairs”. Kindle Edition. Richard Barrett.
(2012)
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