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UNIVERSIDAD DEL CARIBE

Asignatura
Derecho Internacional Privado I
Tema
Estudio Comparativo De Las Normativas Del Derecho Internacional
Privado

Estudiantes
Carlos Daniel Vasquez Cuevas ID-A00133245
Evinson Lebrón Chaer ID-A00140943
Alvaro De Oleo ID-A00136008
Maestra
Erika Altagracia Eusebio Germán

SANTO DOMINGO, D.N. REPÚBLICA DOMINICANA


2023
“ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS NORMATIVAS DEL DERECHO
INTERNACIONAL PRIVADO”
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 1

JUSTIFICACIÓN 2

REALIZARÁ UN ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE LA LEY VIGENTE 544-14

DEL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO Y EL CÓDIGO BUSTAMANTE. 3

COMPARACIÓN. 4

EL CÓDIGO BUSTAMANTE 8

LEY 544-14 Y LOS DOCTRINARIOS DOMINICANOS. 9

CONCLUSIÓN 11

BIBLIOGRAFÍA 12

ANEXOS 13
INTRODUCCIÓN
En la presente investigación que se está realizando trata sobre un Estudio
Comparativo de las Normativas del Derecho Internacional Privado, en lo que la
comparación será entre la Ley vigente 544-14 del Derecho Internacional Privado y
el Código Bustamante.

Nosotros tenemos como concepto fundamental que el derecho internacional


privado es aquella rama del derecho que tiene como objeto los conflictos de
competencia internacionales, los conflictos de leyes internacionales, la
cooperación procesal y determinar la condición jurídica de los extranjeros, por
razones como esas surgen las normativas.

Mientras tanto la ley 544-14 sobre derecho internacional privado, surge con la
necesidad de organizar y regir las relaciones privadas internacionales vinculadas a
la República Dominicana, ya que en el contexto anterior la República Dominicana
se regla a una seria de artículos del código civil y otras leyes especiales
elaboradas por el congreso nacional, todo esto se hizo preciso, ya que se veía que
dichas normas, leyes y decreto se veía atrasado con lo tiempo actuales, ya que las
mayorías de dichas normas, leyes y decreto tenía una vigencia de muchos años
atrás.

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JUSTIFICACIÓN
La importancia de este trabajo se basa en describir una breve comparación entre
la Ley vigente 544-14 del Derecho Internacional Privado y el Código Bustamante.

Los beneficiados de esta investigación son todos los abogados, porque en ella
podemos aprender nuevas cosas y saber un poco más sobre el derecho
internacional privado como la ley 544-14 y el código Bustamante.

Este análisis está dirigido en primer lugar está dirigido a mí y mis compañeros de
trabajo, como al profesor y al curso, es una bella investigación por esa razón no la
estoy dedicando a nosotros y también a la personas que se ven con la necesidad
de aprender más sobre la ley 544-14 y el código Bustamante.

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Realizará un estudio comparativo entre la Ley vigente 544-14 del
Derecho Internacional Privado y el Código Bustamante.
El objeto de la Ley No. 544-14 es la regulación de las Relaciones Privadas
Internacionales, que son aquellas vinculadas a un sistema jurídico extranjero, ya
sea por sus elementos objetivos o bien por los elementos personales de quiénes
conforman la relación jurídica de que se trate. A estos fines, la ley de marras se
enfoca en delimitar tres puntos neurálgicos en materia de conflictos de leyes: (i) la
competencia de los tribunales locales; (ii) el derecho aplicable a una situación
jurídica internacional; y, (iii) el reconocimiento y ejecución de decisiones
extranjeras en nuestro país. Han sido excluidos del alcance de ésta ley las
materias administrativa, arbitral y el procedimiento de quiebra.

Esta ley entró en vigor el diecinueve (19) de diciembre del año dos mil catorce
(2014) y se considera aplicable a todos los procesos iniciados después de la fecha
de su entrada en vigor, sin perjuicio de cualquier derecho adquirido con
anterioridad.

Mientras que El Código de Derecho Internacional Privado (también conocido como


Código de Bustamante) es un tratado que pretendió establecer una normativa
común para América sobre el derecho internacional privado. La idea de dicha
normativa común fue promovida por Antonio Sánchez de Bustamante y se
concretó durante el 6° Congreso Panamericano celebrado en Cuba en 1928,
específicamente en el documento final, el Tratado de La Habana, se adjunta en el
anexo el Código de Derecho Internacional Privado.

El código en cuestión no tuvo gran aceptación; los Estados Unidos se retiraron a


mitad de las negociaciones, México y Colombia no firmaron dicho tratado,
Argentina, Uruguay y Paraguay decidieron regirse por las normas de los Tratados
de Montevideo sobre Derecho Internacional Privado, y el resto de los países
ratificaron con grandes reservas. Es meramente un conjunto de normas las cuales

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pretenden regular las relaciones jurídicas de tráfico externo entre los países partes
del tratado.

Las reservas mencionadas previamente se refieren a varios de los Estados


direccionando el uso de este código en los casos que contradiga la legislación
interna del país, por lo cual el propósito en sí del mismo se ve ciertamente
desvirtuado.

Comparación
El 15 de octubre del pasado año, mediante la Ley No. 544-14, República
Dominicana aprobó una importantísima ley que regula las relaciones privadas
entre dominicanos y extranjeros en materia civil y comercial. Se trata de la
denominada ¨Ley de Derecho Internacional Privado¨, la cual, en noventa y ocho
artículos, regula diferentes aspectos ligados al Derecho Privado.

La Ley de Derecho Internacional Privado se extiende hacia temas procesales,


contractuales, laborales, Derechos del Consumidor, ámbito probatorio, entre otros.
No es un instrumento que haya sido concebido sobre la base de regular
específicamente una determinada área con preponderancia sobre otra, aunque, es
preciso señalar que el aspecto procesal sobresale de las restantes.

Anteriormente, las relaciones privadas de carácter internacional entre dominicanos


y extranjeros, con vinculaciones civiles y/o comerciales en territorio dominicano,
básicamente, se regulaban mediante el Código Civil vigente y del Código de
Bustamante del 13 de diciembre de 1928, el cual se conformó en el Sexto
Congreso Panamericano efectuado en Cuba el 13 de febrero de 1928, siendo
adoptado por la mayoría de los países participantes.

Resultando obsoleta, por el paso del tiempo, estas regulaciones jurídicas Inter
partes entre nuestros nacionales y extranjeros en materia civil y comercial, se

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tornaba imperativo la adquisición por República Dominicana de un nuevo, fresco y
eficaz instrumento que actualizara estas regulaciones.

Esta Ley se corresponde con la realidad internacional que nuestro país viene
viviendo desde hace, digamos, al menos quince años. De manera afianzada,
República Dominicana aumenta día tras día la cantidad de comercio internacional
que establece con socios empresarios en aguas extranjeras, no solo en materia de
exportación e importación de bienes, sino, en la captación de inversión extranjera
en territorio dominicano. Las bondades del crecimiento dominicano se han
sucedido gracias a esta dualidad, que ha permitido consolidarnos como principal
economía de Centroamérica y el Caribe. Por ello, una regulación jurídica de la
mano con esta realidad, era precisa.

Del ámbito procesal existen dos artículos que merecen nuestra atención.

El artículo nueve destaca una importancia vital para el ejercicio pleno de los
derechos de los extranjeros, el hecho de que se estableciera, claramente, que los
mismos tendrán acceso a los tribunales dominicanos en condiciones de igualdad
con los nacionales y gozarán del derecho a una tutela judicial efectiva.
Ciertamente, se trata de puntualizar sobre la debatida fianza judicatum solvi, que
se refiere a la fianza que deberán presentar los extranjeros accionantes
principales en justicia o intervinientes voluntarios.

Dicha fianza es improcedente hoy día, por lo siguiente: en primer orden, esta
fianza, establecida mediante los artículos 166 y 167 del Código de Procedimiento
Civil, y posteriormente en el artículo 4 de la ley 845 de 1978, que enmienda el
artículo 16 del Código Civil, una vez firmado y ratificado el Código de Bustamante,
quedaron derogadas, ya que el artículo 383 reza: ¨No se hará distinción entre
nacionales y extranjeros en los Estados contratantes en cuanto a la prestación de
la fianza para comparecer en juicio¨. Al tratarse de un Tratado Internacional, posee

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un rango paralelo al de la Constitución, por lo que cualquier ley adjetiva que le
adverse es nula. En segundo lugar, y habiendo sido siempre un principio
constitucional la tutela judicial efectiva, tras la entrada en vigencia de la
Constitución del 26 de enero de 2010, el artículo 69 en toda su extensión no deja
lugar a dudas de que dicho derecho alcanza a los extranjeros.

Así, no solamente proviene en improcedente, sino, además, en inconstitucional.


Recordemos, además, que por vía adjetiva el criterio de la fianza judicatum solvi,
incluso antes de la entrada en vigencia de la Constitución del 2010, ya demostraba
dejar atrás esta malsana limitación en nuestro sistema de justicia, cuando la Ley
479-08, denominada Ley General de Sociedades Comerciales y Empresas
Individuales de Responsabilidad Limitada, incluyó la eliminación de esta fianza. Y
no es casualidad, que una ley con carácter comercial sea la que iniciara esta
rectificación legislativa, hoy confirmada.

Llama la atención, por otro lado, cierta ambigüedad en el artículo nueve de la Ley
de Derecho Internacional Privado. Este artículo o ¨foro de competencia no
conveniente, forum non conveniens¨, establece dos excepciones donde los
tribunales dominicanos pueden abstenerse de conocer o de continuar conociendo
de un proceso por causas que surjan fuera del territorio dominicano, cuando
(citamos): ¨deban practicarse pruebas testimoniales y los testigos residan en el
extranjero, y sea altamente oneroso para cada una de las partes la práctica de
tales pruebas en el extranjero, o la comparecencia de los mismos ante los
tribunales dominicanos; y 2) Cuando sea necesario una inspección judicial para
una mejor apreciación de los hechos y dichas diligencias deban ser efectuadas en
el extranjero.¨ Resulta sorprendente que este mismo articulado, establezca dos
excepciones para la abstención del conocimiento de un juicio, sin establecerse y
se abandone, sin más, la búsqueda de una solución justa para el caso en tales
casos. ¿De manera que la búsqueda de la verdad de los hechos, principal tarea
del sistema judicial, simplemente, se abandona a la mejor de las suertes de las
partes? Es un artículo que da apertura a la abstención de los procesos bajo
alegatos no muy robustos.
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Un carácter mucho más restrictivo y limitante del mismo se hubiese deseado. Es
cierto que existen imposibilidades financieras y materiales para obtener pruebas
dentro de los procesos, pero no debe constituirse esta imposibilidad en una
apertura a que los jueces puedan abstenerse de conocer el fondo, bajo la
sombrilla de la incompetencia territorial.

En realidad, no se trata de la incompetencia de los tribunales dominicanos en este


caso, como se titula el capítulo al que pertenece el articulado, sino de la facultad
otorgada al juez, de que, ante la onerosidad de las pruebas, éste pueda
abstenerse de dilucidar el fondo.

En sentido general, es un valioso avance que contemos con esta nueva Ley de
Derecho Internacional Privado. República Dominicana avanza en materia
legislativa con ella, y nos posiciona a la vanguardia en materia civil y comercial. En
una siguiente entrega nos referiremos sobre otros aspectos de esta nueva ley.

Como resultado de un largo proceso de discusiones en torno a la necesidad de


que nuestro país se dotara de una normativa que le permitiera regular
eficientemente las relaciones privadas internacionales de carácter civil y comercial,
unificando los criterios del mundo jurídico internacional aplicables a la realidad
dominicana, el día 15 de octubre de 2014 fue promulgada la Ley No. 544-14 de
Derecho Internacional Privado de la República Dominicana. Con esta nueva ley,
nuestro país se coloca a la vanguardia de las tendencias internacionales en la
materia.

Ciertamente, esta es la primera vez que la República Dominicana se dota de un


sistema moderno y unificado de disposiciones legales para regular las situaciones
privadas internacionales que tienen lugar dentro del Estado y proteger el
intercambio, la interrelación y la interdependencia internacional que caracteriza a
las sociedades y economías globalizadas del mundo contemporáneo.

La necesidad de tal normativa se derivaba de los grandes cambios sociales,


institucionales y jurídicos que han tenido lugar en las últimas décadas en la
República Dominicana, como consecuencia de los trabajos realizados para
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intensificar y diversificar sus relaciones a través de la inversión extranjera; el flujo
migratorio propio de la inmigración y emigración nacional por mejores condiciones
económicas y el turismo creciente; el aumento económico dinámico dentro de la
crisis global internacional, y el régimen de apertura e integración continua en
distintas esferas de la cooperación internacional propio de las últimas décadas.

Esto hacia insostenible la ausencia en nuestro país de un sistema de derecho


internacional privado unificado y actualizado, elaborado sobre las bases de una
planificación estratégica. Además de que ponía en riesgo el crecimiento
económico y el progreso social de la nación dominicana, toda vez que cercenaba
el crecimiento de la seguridad jurídica en nuestro país.

El Código Bustamante

El Código Bustamante no es la ley que rige al país, es un tratado internacional que


regía entre muy pocos Estados, por lo tanto, es un elemento de referencia. He
tenido la oportunidad de leer la jurisprudencia dominicana, he pasado varios
meses leyéndola y básicamente nunca se utilizó el Código Bustamante. Los
jueces la citan, como lo hacen con la Declaración Universal de los Derechos
Humanos; era un punto de referencia, pero no era una norma de aplicación.

Lógicamente, la aprobación de la Ley de Derecho Internacional Privado implica la


denuncia del Código de Bustamante con lo cual no habría una doble regulación.
La comisión que redactó el proyecto lo que buscó fue que cuando se produzca eso
-que será inevitable- se rindiera un homenaje al Código de Bustamante, porque es
un elemento que ha condicionado la reflexión científica durante muchos años, por
lo menos en América Latina, pero que ya no tiene sentido seguir manteniendo. Se
denuncia el Código diciendo que ha cumplido su papel.

Un alemán estudió la aplicación del Código de Bustamante en un instituto donde


estaban todas las fuentes y se dio cuenta que este tuvo una incidencia relativa. Ya
es una norma a superar, lo ha superado Argentina, Panamá, Venezuela, etc., no

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pasa nada por sobrepasar una norma obsoleta, aunque importante en su
momento.

Ley 544-14 y los doctrinarios dominicanos

La disyuntiva sobre la nueva Ley de Derecho Internacional Privado Dominicana,


surge con dos corrientes de pensamientos jurídicos.

La primera, es una corriente de abogados que consideran que el articulo 15.3


deroga la famosa Ley No.142-71, que permite a extranjeros y dominicanos no
radicados en el territorio dominicano, a solicitar, mediante un previo acuerdo de
estipulaciones a un tribunal dominicano, en atribuciones de jurisdicción graciosa,
el reconocimiento de su acuerdo y la disolución de su matrimonio, mediante un
divorcio por mutuo acuerdo; y la segunda, es la corriente de abogados que
consideran que el artículo 47.4, no deroga dicha Ley No.142-71.

Los abogados de la primera corriente, quieren realizar una interpretación


restrictiva del artículo 15.3 de la Ley No.544-14, por ende, considerar que todos
los diferentes tipos de divorcios que se pueden realizar en la Republica
Dominicana, como un mismo tipo de divorcio, sujetándolos a una de las tres
condiciones sobre residencia habitual de los cónyuges:

a) cuando ambos cónyuges posean residencia habitual en la República


Dominicana al tiempo de la demanda;

b) cuando los cónyuges hayan tenido su última residencia habitual común en la


República Dominicana y el demandante continúe residiendo en la República
Dominicana al tiempo de la demanda; o

c) así como cuando ambos cónyuges tengan la nacionalidad dominicana.

Pero nos preguntamos: Que sucede si existe uno de estos escenarios legales: i) si
los cónyuges son extranjeros que contrajeron matrimonio en la Republica
Dominicana, y nunca han tenido residencia habitual en la Republica Dominicana?;
ii) si los cónyuges son dominicanos que contrajeron matrimonio en el extranjero,

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pero no tienen residencia habitual en la Republica Dominicana?; iii) si los
cónyuges no pueden disolver su matrimonio ante el foro extranjero donde tienen
su residencia habitual común?; iv) si los cónyuges se encuentran radicados en
diferentes jurisdicciones y los tribunales de dichas jurisdicciones no tienen
competencia?; iv) si no existe demandante o demandado, porque los cónyuges
quieren divorciarse mediante un mutuo acuerdo?

Es ahí, cuando se presenta uno de esos cinco escenarios, al igual puede surgir
otros escenarios legales, cuando el abogado debe continuar leyendo la nueva Ley
No.544-14, más allá del artículo 15.3, y comience a atar cabos, con el
considerando número seis, y los artículos 12, 14, 18, 21 y 47.4, para encontrar el
verdadero espíritu del legislador . Pues el considerando seis de la Ley No.544-14,
busca la eficiencia de las relaciones civiles, como lo es el divorcio entre
extranjeros, respetando la autonomía de la voluntad; que precisamente, mejor
ejemplo de la autonomía de la voluntad, es el hecho que cuando un cónyuge
quiere divorciarse en la Republica Dominicana, tiene la opción de procurar un
divorcio, de manera litigiosa, por incompatibilidad de caracteres, actuando como
demandante; o llegar a un acuerdo, y disolver su matrimonio sin un litigio, sin
demandante o demandado, ante una jurisdicción graciosa.

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CONCLUSIÓN
Con los conocimientos necesarios y adquiridos de esta investigación podemos
llegar a la conclusión del análisis y comparación de la siguiente manera:

Como observamos el Código de Bustamante es un tratado cuyo objetivo era


establecer normas comunes para América en materia de Derecho Internacional
Privado y fue concretado en 1928 en Cuba durante el 6º. Congreso
Panamericano.

En lo que también nos dice que se rige bajo la primicia que al igual que los
nacionales, lo extranjeros gozan de los mismos derechos civiles, así como las
demás garantías individuales en el territorio de los Estados contratantes.

Pero la ley 544-14 sobre derecho internacional privado, surge con la necesidad de
organizar y regir las relaciones privadas internacionales vinculadas a la República
Dominicana, ya que en el contexto anterior la República Dominicana se regla a
una seria de artículos del código civil y otras leyes especiales elaboradas por el
congreso nacional, todo esto se hizo preciso, ya que se veía que dichas normas,
leyes y decreto se veía atrasado con lo tiempo actuales, ya que las mayorías de
dichas normas, leyes y decreto tenía una vigencia de muchos años atrás.

Ósea esta ley surge para organizar prácticamente el código de Bustamante y otras
relaciones privada internacionales que tienen relación con la republica dominicana.

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BIBLIOGRAFÍA
FERNÁNDEZ ROZAS, José Carlos y SÁNCHEZ LORENZO, Sixto: "Curso de
Derecho Internacional Privado", Editorial Civitas, 1996, p. 314, 315 y 381.

GONZÁLEZ CAMPOS, Julio D. y FERNÁNDEZ ROZAS, José Carlos: "Orden


Público como correctivo funcional: artículo 12, apartado 3, del Código Civil", en
"Comentarios al Código Civil y Compilaciones Forales", Volumen 2, Editado por
Manuel Albaladejo y Silvia Díaz Alabart, Editorial Revista de Derecho Privado,
1995, , p. 898.

SÁNCHEZ LORENZO, Sixto A.: "Introducción al Derecho de los contratos


internacionales", Editorial Funglode, Instituto Global de Altos Estudios en Ciencias
Sociales, 2013, Santo Domingo, República Dominicana, p. 186 y ss.

DE MIGUEL ASENSIO, Pedro A.: "Contratación comercial internacional", extraído


de "Derecho de los Negocios Internacionales" de FERNÁNDEZ ROZAS, José
Carlos; ARENAS GARCÍA, Rafael y DE MIGUEL ASENSIO, Pedro Alberto, Editora
Iustel, 2013, p. 343.

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ANEXOS

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