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El Planeta de los Simios: La guerra

Dos años después de que los humanos de la colonia de San Francisco pidiesen ayuda a una
base militar en el norte durante el ataque de Koba en Dawn of the Planet of the Apes, el clan
de simios dirigido por César es atacado en el bosque por la facción militar Alfa-Omega,
compuesta por militares de las fuerzas especiales, a la que se han aliado algunos simios que en
su día apoyaron a Koba, el simio que intentó dar un "golpe de estado" contra César. Los simios
tienden una emboscada a la unidad militar, tomando algunos prisioneros, incluido el gorila
"Rojo", apodado "Asno". Los militares capturados revelan que su jefe es un coronel y que lo
llevaban buscando durante mucho tiempo. César decide liberar a los prisioneros con un
mensaje para el coronel: "Yo no empecé esta guerra", y como una oferta de paz para los
humanos. Aunque César decide hacer planes para trasladar al clan a través del desierto, para
no sufrir más bajas, esa noche son atacados por un comando militar liderado por el coronel,
quien mata a la esposa de César, Cornelia, y a su hijo mayor, Ojos Azules, dejando vivo
únicamente a su hijo menor, Cornelius, quien alcanza a esconderse. Durante la lucha, un gorila
albino llamado Winter traiciona a César por miedo a los soldados, y escapa para luchar con
Alpha-Omega.

César parte para vengarse del coronel, acompañado de sus aliados más cercanos, el orangután
Maurice, el chimpancé Rocket y el gorila Luca, mientras que los otros simios se dirigen al
desierto. Más tarde, llegan a un campamento de Alfa-Omega, donde César interroga al gorila
albino, Winter, el cual, antes de morir accidentalmente asfixiado por César, le revela que el
coronel se ha ido a un lugar llamado Frontera. Ese acto le hace preocuparse por estar
convirtiéndose en Koba. Durante su viaje, encuentran a un hombre que vive en una aldea
abandonada y lo matan cuando intenta alcanzar su rifle. Tras descubrir a su hija, que
aparentemente no puede hablar, Maurice insiste en llevarla con ellos. Al llegar a las montañas,
encuentran los cadáveres de tres soldados de Alfa-Omega, semienterrados en la nieve, uno de
los cuales aún está agonizando. César le pregunta quién le hizo eso, pero el soldado, al igual
que la niña, no puede hablar y César lo mata para ahorrarle la agonía por sus heridas. Más
tarde, el grupo es acechado por un extraño. Al perseguirlo y alcanzarlo, descubren que se trata
de un chimpancé que se hace llamar "Simio Malo". Este les revela que había estado viviendo
en un zoológico antes de la pandemia de gripe simia y a diferencia de otros simios (que se
comunican con lenguaje de señas) aprendió a hablar al oír a los humanos. Simio Malo, antes
reticente, les guía hasta una instalación militar que se convirtió en una zona de cuarentena
durante la pandemia, y que actualmente es el cuartel general de Alfa-Omega.

Cuando el grupo llega hasta la instalación, Luca es asesinado por los paramilitares mientras
protegía a César, el cual, decidido a ir sólo, es capturado por el gorila llamado Rojo, tras
presenciar cómo los simios prisioneros trabajan en condiciones de esclavitud, sin agua o
comida, construyendo un muro y los rebeldes colgados a modo de espantapájaros luego de ser
torturados. El clan de César había sido capturado por la facción Alfa-Omega y César al notar las
duras condiciones en las que los simios construyen el muro exige dar comida y agua para
poder terminar el muro a lo que el Coronel se niega y los simios liderados por su nuera Lake
deciden seguir trabajando ante la amenaza del Coronel de matar a César. Esa misma noche
César es llevado ante el coronel quien le revela que el virus de la gripe simia ha mutado y
ahora hace que los seres humanos a los que infecta se vuelvan mudos y vuelvan a un estado
primitivo. También le dice que se está protegiendo de otras facciones militares que quieren
derrocarle, ya que él está a favor de matar a todos los seres humanos infectados (incluyendo a
su propio hijo, a quien ya mató) y destruir sus pertenencias contaminadas a fin de evitar la
propagación del virus. El coronel, pese a ser un admirador de generales y otros héroes de
guerra, accede a la petición de César de dar comida y agua a los simios para poder terminar el
muro.

Mientras César es torturado por el hambre, la niña muda, a la que Maurice llama Nova,
inspirado en el logo de un Chevy Nova regalado a ella por Simio Malo, (quizá sea la Nova de El
planeta de los simios o quizás solo una referencia) se cuela en la base para darle comida y
agua. Cuando un soldado está a punto de descubrirla, Rocket se hace capturar como
distracción pero la muñeca de Nova es descubierta por el coronel. Juntos, César y Rocket
trazan un plan para escapar de la instalación utilizando un túnel que Maurice y Simio Malo
utilizan para sacar a los simios, mientras César va a enfrentarse al coronel.

Justo en ese momento la base es atacada por las facciones militares que quieren matar al
coronel mientras los simios escapan. César encuentra al coronel en su despacho y descubre
que ha sucumbido al virus gracias a la muñeca de Nova y está empezando a mostrar signos de
comportamiento primitivo, pero pese a esto el coronel intenta convencer a César de que lo
mate. César lo deja donde está abandonando sus planes de venganza y el coronel se suicida
para evitar vivir el resto de su vida como un primitivo. Durante la batalla entre Alfa-Omega y
las otras facciones militares, los simios son atacados por la primera. César les ataca desde
dentro, causándoles varias bajas, pero "Predicador", unos de los militares que había sido
capturado y dejado en libertad al principio de la cinta, le dispara. Rojo, en un acto de
redención hacia sus congéneres, se sacrifica para que César pueda destruir los depósitos de
combustible. La explosión mata a los soldados de Alfa-Omega, permitiendo la victoria a las
fuerzas militares rivales. Cesar se detiene en su huida, ya que nota un comportamiento
extraño en los soldados vencedores, mientras estos al percatarse de su presencia, lo observan
fijamente sin decir algo. Apenas un soldado se dispone a apuntarle con su arma, son
alcanzados y enterrados por la avalancha provocada por la explosión previa. César, Nova y los
otros simios, sobreviven escalando unos árboles cercanos.

Los simios salen de la instalación y cruzan el desierto para encontrar un oasis paradisíaco.
Mientras los otros simios celebran haber encontrado su nuevo hogar, Maurice descubre la
herida de César y le dice que él se encargará de contarle a Cornelius quien fue su padre y por
lo que creyó y luchó. César muere silenciosamente, y Maurice mira hacia adelante, vigilando a
los otros simios.

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