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El licenciado de Antropología física, Carlos Serrano Sánchez (1993) escribe un

apartado titulado “500 años de la Historia: La conquista y el mestizaje bilógico en


México”, el cual se encuentra dentro del libro llamado “Antropología breve de
México”; en este apartado escribe como como fue la fusión con los grupos
humanos que entraron en contacto con el resultado de la conquista y colonización
de América. Plantea como “el mestizaje ha sido un fenómeno actuante, de
importancia fundamental para la integración de los pueblos Iberoamericanos”
(Serrano 1993), divide su escrito en cuatro apartados, titulados “Mestizaje y
biología de población”, “Mestizaje e historia”, “El mestizaje en la sociedad” y el
ultimo “Mestizaje e identidad social”.

En el primer apartado empieza por dar en que consiste el término de mestizaje


definiéndolo como “mezcla racial, en el sentido de la genética de poblaciones […]”
(Serrano 1993), por consiguiente precisa el concepto de raza donde especifica
que este surgió en las ciencias antes la necesidad de manejar las variaciones que
presentan las especies dando así la definición concreta como: “conjunto de
individuos en el seno de una especie que poseen características físicas comunes”
(serrano 1993), además explica cómo se produjeron las tipologías así como las
taxonomías raciales y su gran utilidad para designar los grandes segmentos de la
humanidad.

Menciona que existe un proceso de mestizaje el cual se puede definir como la


“incorporación, en una población con cierto patrimonio hereditario, de elementos
genéticos de una población diferente” (Serrano 1993), y muestra el resultado de
dicho proceso.

En el segundo apartado titulado “Mestizaje e historia” presenta a los fenómenos


biológicos y como es que se manifiestan junto con una diversidad física, la cual
refiere a que debe considerarse como una riqueza de la humanidad ya que es un
resultado del buen éxito adaptativo. Segundo es to manifiesta como las
poblaciones humanas se han diferenciado geográficamente, Serrano resalta las
dos grandes migraciones en América, mencionando que la primera fue llevada a
cabo en tiempos prehistóricos donde se gestó un proceso de diferenciación
somática que dio lugar a la amplia variabilidad física.

Menciona que la segunda migración se produce a raíz de la empresa colombiana,


y que este es un evento plenamente histórico.

En el siguiente apartado llamado “El mestizaje en la sociedad novohispana”


expone la base humana sobre la que se operó el mestizaje debe recordarse y
como de Nueva España la base de la mezcla racial así desarrollando ampliamente
como fue esta mezcla, concluyendo pues que este proceso de mestizaje produjo
un amplio espectro de variaciones físicas al incorporar también al elemento
africano. Menciona que este mestizaje novohispano fue un flujo genético europeo-
amerindio.

En la última parte llamada “Mestizaje e identidad nacional” escribe acerca de cómo


gracias a la influencia del pensamiento positivista, el mestizaje fue considerado
vehículo de atraso e impedimento para la civilización y el progreso apareciendo un
declarado racismo; menciona a los estereotipos regionales que reflejan los perfiles
fenotípicos gracias a una cultura popular.

El objetivo del autor es exponer como el mestizaje es una diversa mezcla de


poblaciones, en donde se encuentran presentes los fenómenos biológicos.

Serrano lo hace a través de diversas indagaciones profundas en la historia, sobre


todo de América.

A la conclusión que llega este autor es que el reconocimiento del mestizaje puede
servir para fortalecer la autoconciencia nacional como un elemento importante de
la configuración histórica del país y que es una necesidad obligada de respetar las
múltiples caras del México actual que permitan la tolerancia y convivencia
democrática.
Lingüista, historiador, investigador y especialista en lenguas indígenas Leopoldo
Valiñas C. (1993) escribe un apartado titulado “Las lenguas indígenas mexicanas:
entre la comunidad y la nación” el cual se encuentra dentro del libro llamado
“Antropología breve de México”; en este apartado escribe sobre las lenguas
indígenas o etnias y su historia y situaciones durante la actualidad, además da
detalles específicos sobre lo que es la lengua, idioma, etc. Plantea como “la
lengua es un complejo sistema de signos orales mediante el cual nos
comunicamos, aprendemos del mundo, nos identificamos e interactuamos”
(Valiñas1993), para esto divide su artículo en cuatro grandes apartados llamados:
“Relación lengua-cultura sociedad”, “Las lenguas indígenas mexicanas”, “Políticas
de lenguaje en México” y por último “Perspectivas de las lenguas indígenas”.

Comenzando con su primera sección “Relación lengua-cultura sociedad”, escribe


acerca de las funciones del lenguaje: Como medio vital de conocimiento, Como
efectivo instrumento de transmisión, como vehículo de reproducción social, como
factor de cohesión social; en ellos abarca los hechos de en qué toda lengua existe
necesariamente en situaciones comunicativas interpersonales y afirma que “el
hecho el habla y comunica no solo transmite saberes y conocimientos; también
sentimientos, creencias, ideas y deseos” (Valiñas 1933). Menciona que las cuatro
funciones se reproducen cuando se habla y que la importancia de la lengua es
incuestionable e innegable

Además argumenta sobre que la lengua es básica y fundamentalmente hablada y


existe otra manera de ser reproducidos como lo es la escritura, “sin embargo
aunque una lengua no tenga escritura no representa ni un grado inferior de
desarrollo ni una desventaja o una negativa característica para sus usuarios”
(Valiñas 1993).

Posteriormente pasa a la sección “Las lenguas indígenas mexicanas”, escribiendo


acerca de que existen 62 lenguas indígenas en México aunque las no todas las
Instituciones oficiales mexicanas coinciden el número de idiomas o grupos étnicos
existentes en México. Subraya los factores del problema principal para determinar
el número de idiomas existente en México, los cuales son: las características
lingüísticas de los idiomas y por otro lado el nombre que se le a las lenguas; los va
desarrollando más a fondo sobre las características y de a dónde se origina cada
uno de ellos.

Detrás de esto hace un recuentro sobre la situación de las lenguas antes del
contacto europeo pues su problema radicaba en que el nombre que se les daba
era un gentilicio y en otras era un genérico, así como en algunas un grupo
determinado se asignaba el nombre y en otras los europeos lo asignaba, Valiñas a
estos caso les llama pluralidad, pues existe una diversidad sociolingüística donde
toda la sociedad se manifiesta, pues justamente se basa en lo social.

Habla sobre el encuentro de las culturas de dos continentes durante la colonia,


donde se enfrentaron cuatro políticas del lenguaje: la del clero, la del gobierno
judicial y militar, la llamada sociedad civil colonial y por último la de cada grupo o
comunidad indígena; Valiñas resume en general este periodo por tres hechos
lingüísticos importantes los cuales desarrolla y explica. También aborda la
situación de las mismas en el siglo XXI, y lo propone en cuatro momentos
significativos y conocidos como la revolución, el cardenismo, pos cardenista, y
echeverrista.

Pasa a su tercer apartado, “Políticas del lenguaje en México, donde desarrolla la


relación lengua-cultura-sociedad, manifestando que estás políticas se dan a
conocer en tres acciones: inoperancia de las instituciones, falta de control estatal,
y finalmente por que no existe ningún programa de enseñanza del español como
segunda lengua.

Finalmente escribe “Perspectivas de las lenguas indígenas”, desarrollando como


la incorporación de la población indígena a la sociedad nacional no la ha sacado
de su situación de dominación, ni de su pobreza ni de la explotación de la que es
objeto.

El objetivo del autor es mostrar como las lenguas indígenas mexicanas y sus
lenguajes son indispensables para obtener un conocimiento y una transmisión de
saberes, creencias, etc. Así mismo ver cómo han cambiado y el encuentro entre
ellas.

Valiñas lo escribe a través de una indagación exhaustiva sobe las les lenguas
indígenas mexicas, su importancia y su confrontación con otras culturas en el
tiempo. }

A la conclusión que llega el autor es que las perspectivas, son parte de las
perspectivas de las culturas étnicas. Son los propios grupos los que están
determinando su futuro, futuro que está arrinconado entre tres ámbitos: el
comunal, el étnico y el nacional.
Etnóloga e historiadora mexicana, Noemí Quezada (1993) escribe un apartado
titulado “Sexualidad, religión y magia” el cual se encuentra dentro del libro llamado
“Antropología breve de México”; en el plantea a la religión como un “sistema de
creencias, en un proceso dialectico, modela a la sociedad y recibe de ella una
gran influencia” (Quezada 1993), redacta como es una ideología dominante y que
se impone como norma de vida determinando las relaciones de poder entre las
clases y los sexos. De igual forma la relaciona con la sexualidad poniéndola sobre
la base de una normatividad religiosa y moral; también abarca sobre la magia
amorosa la cual define como “Conjunto de prácticas que tienen como finalidad
atraer y retener al ser amado sin tomar en cuenta su voluntad” (Quezada 1993).
Para esto divide su artículo en cinco apartados, “La sexualidad en la sociedad
mexica”, “Magia amorosa”, La sexualidad en la sociedad novohispana”, “El poder y
la magia” y por último “La práctica”.

Comenzando con su primer apartado “La sexualidad en la sociedad mexica”,


aborda como en esta sociedad lo masculino y femenino guarda el equilibrio
cósmico y mantiene un orden social, narra como todo acto estaba ligado a un ritual
y toda explicación para cualquier hecho social le la dio la religión. Describe como
las relaciones de poder que se establecieron, sexos, mítica y simbólicamente eran
de igualdad, el control del poder político y religiosos estuvo en mano masculinas,
Igualmente también aborda los mitos mencionando algunos ejemplos y señalando
que a partir de la creación de estos se puede derivar el origen y función de la
sexualidad, define a el mito como “conjunto de representaciones religiosas
colectivas,, trata de explicar los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad,
relatándolo como hechos que tuvieron lugar en el tiempo primordial” (Quezada
1993).

Consecuentemente aborda como fue la relación hombre-mujer recibe la


legitimación divina, declara como los Dioses respetaban la división genérica,
ratificando así la concepción de la pareja heterosexual como el modelo a seguir,
así fue como se dio origen al matrimonio como un institución sacralizada para unir
al hombre y a la mujer con fines de procreación, pues habrá sexualidad y por lo
tanto placer erótico, pues este era considerado como un regalo de los Dioses. Sin
embargo declara Quezada, que la templanza en el hombre y la virginidad en la
mujer eran altamente valoradas pues se destaca el respeto mutuo, una sexualidad
con expresión abierta al amor y al placer pero sin excesos.

Detrás de esto Noemí redacta acerca del prestigio y reconocimiento social, pues la
actividad principal y de mayor valor social y simbólico, aunque el mayor prestigio y
reconocimiento era para los hombres y su clase social no importaba, subraya
como el parto era visto como un combate que libraba a la mujer- guerrera contra el
enemigo representado por el hijo.

Pasando a la siguiente sección “Magia amorosa”, esboza como esta fue parte de
la religión, se practicaba una terapia sexual, con la finalidad de preservar las
actividades relacionadas con el ciclo reproductivo y tener el recurso del parto
donde se utilizaban plantas consideradas “calientes”.

En el siguiente apartado “La sexualidad en la sociedad novohispana”, comienza


por escribir como la oposición entre lo masculino y femenino trascendía a lo social
y en las relaciones de control y dominio siempre fue el hombre sobre la mujer, y
esto es lo que estructura a la sociedad novohispana, además esclarece como los
indios adoptaron parte de las normas transmitidas por los misioneros, con lo cual
se inició un proceso de mestizaje biológico y cultural.

Desarrolla como dentro de la tradición de relaciones asimétricas la sexualidad se


reglamentó en función del matrimonio en dos tipos de relación: la conyugal y las
extraconyugales.

Escribe desarrolla acerca del prestigio femenino y masculino. Donde el del hombre
se basa en el ejerció y la reafirmación cotidiana de su virilidad, la mujer en cambio
antes de obtener prestigio debía contar con el reconocimiento y existencia social
que le proporcionaba el hombre con el que cohabitaba y el prestigio llegaba con el
buen desempeño del papel social de procreadora.
Mencionar como eran estas sociedades patriarcales donde el varón primogénito
era considerado sucesor del nombre y del prestigio paterno y familiar, las mujeres
eran educadas y cuidadas para el beneficio de otro, y que no solo a los conventos
llegaban mujeres que por su educación experimentaban la vocación de sacrificio y
dedicaban su ayuda a la ayuda del prójimo.

En su cuarto a apartado “El poder y la magia” aborda como el padre ejercía su


autoridad en la familia y como la desobediencia era la peor de todas las
transgresiones. En Nueva España la magia se encontraba al margen de la religión,
esboza como todas las practicas que recurrían a la magia, eran consideradas
supersticiosas y sujetas al a ser denunciadas ante el tribunal del Santo Oficio de la
Inquisición, señala las dos alternativas para el ejercicio de la magia amorosa: Los
especialistas y la otra alternativa de carácter envidiar, ambas las explica.

Consecuentemente expone los objetivos de hombres y mujeres que recurrían a la


magia amorosa como solución a sus deseos y problemas, escribe primero y
desarrolla como la magia funcionaba como apoyo y dar seguridad a los hombres
para cumplir con su papel de ser fuerte, viril, galante, soporte económico y
autoridad en la familia. En el caso de la mujer, Noemí esboza como tiene una
situación de franca inferioridad y la negación de su capacidad amorosa y erótica
que la obligaron a buscar recursos como mecanismos de equilibrio social, la magia
fue un mecanismo de resistencia al poder establecido.

Quezada, redacta como las mujeres fue la población mayoritaria que recurrió a las
prácticas de magia amorosa con fines de un desempeño de papel social de mujer-
esposa procreadora-madre, estos objetivos se vieron atravesadas por el de seo de
amar y ser amada, además desarrolla la competencia que era sometida la mujer
para conquistar a un hombre y le diera existencia social, aunque el poder del
hombre daba para amonestar a la mujer con castigos corporales, sin embargo la
autora señala que existían mujeres valientes, consideradas transgresoras por
atentar contra el hombre y su poder.
Pasando a su última sección “La práctica”, donde escribe los procesos de
continuidad en las prácticas de magia amorosa, durante los tres siglos de la
colonia narra como en el siglo XVI se le otorgó todo poder de la palabra, la palabra
mágica, oraciones y conjuros; posteriormente pasa al siglo XVII donde se cobraron
importancia los polvos amatorios que, se confeccionaban con diversas plantas
medicinales de origen indígena; tras esto cierra con el siglo XVII, exponiendo
como la palabra mágica expresada en oraciones perdió importancia pues los
novohispanos se inclinaron por prácticas más concretas.

El objetivo de la autora es conocer los aspectos entre los mexicas y los


novohispanos, con el interés de delimitar la persistencia y continuidad en las
concepciones y prácticas relacionadas con la sexualidad y la magia.

Noemí Quezada lo escribe a través de investigaciones exhaustivas de gran


importancia en la categoría de género, indagando a fondo sobre los sujetos de
estudio, analizando las relaciones sociales entre los sexos en el marco de las
relaciones de poder.

A la conclusión que llega la autora en que en el México contemporáneo, se vive


najo la concepción judeocristiana patriarcal impuesta desde el siglo XVI. En
momentos de crisis, la religión y las practicas mágicas se revitalizan, los creyentes
en lo sobrenatural seguridad para explicar una realidad que, muchas veces, es
adversa y en la cual están obligados a participar.
Bibliografía

Quezada, Noemí
1993 Sexualidad, religión y magia. En Antropología breve de México. Lourdes
Arizpe (coordinadora). AIC/CRIM/UNAM. Cuernavaca, Morelos. pp. 121-
146.

Serrano S. Carlos
1993 Bioantropología de la población mexicana. En Antropología breve de
México. Lourdes Arizpe (coordinadora). AIC/CRIM/UNAM. Cuernavaca,
Morelos. pp. 147-164.

Valiñas C. Leopoldo
1993 Las lenguas indígenas en México. Entre la comunidad y la nación. En
Antropología breve de México. Lourdes Arizpe (coordinadora).
AIC/CRIM/UNAM. Cuernavaca, Morelos. pp. 121-165-187.

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