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El papel de la escuela en los últimos tiempos ha ido cambiando.

La emergencia
de los espacios no fórmales su aprendizaje, como extensión y alternativa a las
formas tradicionales de enseñanza, ha reconfigurado de algún modo las formas
de entender el aprendizaje de las personas.
Actualmente la escuela ha dejado de ser el único lugar donde ocurre el
aprendizaje y tampoco puede pretender asumir por eso es donde aquí cobra
importancia el aprendizaje que se desarrolla.
Aguirre y Vázquez (2004) en uno de sus escritos hablan de “situaciones
educativas”. Y distinguen tres tipos: formales, no formales e informales.
A través del primer criterio se pueden diferenciar contextos formales de
contexto no formales; el segundo criterio permite hacer una diferenciación entre
los contextos formales y no formales, por un lado, y contextos informales por
otro.
Desde un criterio metodológico, lo formal seria lo escolar y lo no formal seria lo
no escolar. (Ávila, 2007; Trilla et al. 2003; es decir, que los contextos no
formales se desarrollarían mediante procedimientos o instancias que se
aparten en mayor o menor medida de las formas canónicas o convencionales
de la escuela. De acuerdo al criterio estructural, se extiende por contexto formal
a un sistema educativo altamente institucionalizado, cronológicamente
graduado y jerárquicamente estructurados que se extiende desde la Educación
inicial hasta la Educación superior. Mientras que los contextos no formales de
aprendizaje se definen como actividades educativas organizadas. Estos
contextos se consideran importantes para facilitar los aprendizajes en grupo
particulares de la población. Sintetizando, se puede decir que este criterio -
estructural- considera a la escuela, con sus niveles, grados, docentes y
actividades como un contexto formal de aprendizaje; estas escuelas continúan
con sus formas y algunas fueron variando. En cambio, los contextos informales
refieren al proceso educativo que acontece indiferenciada y subordinadamente
a otros procesos sociales; es decir, cuando está inmerso en otras realidades
culturales.
Existen criterios que permiten delimitar cada tipo de contexto, ya que cada
contexto de aprendizaje posee características que permiten diferenciarlo entre
sí.
Vázquez (1998) considera que los tres tipos de contextos -formal, no formal e
informal- suponen relaciones, de semejanzas y diferencias, de acuerdo a
cuatro criterios: estructuración, universidad, duración e institución.
Estructuración: se vincula a la organización de las practicas educativas.
Universidad: refiere a los destinatarios de las acciones educativas.
El contexto no formal incluye a todas las personas, pero cada una de las
acciones o propuestas de aprendizaje están concebidas y van dirigidas a un
grupo de personas con características comunes (por ejemplo, un taller de
costura, entre su publico de afluencia y destinatarios encuentra en su mayoría
a mujeres)
La belle (1982) considera que la expresión “educación no formal” se acuña
para satisfacer a la necesidad de las respuestas extraescolares, a nuevas y
diferentes demandas a las que debía atender el sistema educativo. El sistema
escolar ha dejado de ser el único recurso para atender a las expectativas
sociales de formación y aprendizaje. En cuanto a la escolarización a
poblaciones con problemáticas particulares, “surgen formas escolares que,
abiertas al encuentro de otras lógicas institucionales, logran acoger a los niños
adecuándose a sus necesidades y situaciones particulares”.
Dentro de este panorama, el conceso se expresa en el reconocimiento de los
contextos no formales, como cualquiera tipo de actividad organizada y
sistemática llevada a cabo fuera del sistema educativo formal y diseñados para
satisfacer necesidades especificas de aprendizaje. El panorama de los
contextos no formales es de vasta amplitud, comunes a que presentan estos
contextos refieren.
Finalidades, objetivos y funciones: desde los contextos no formales se puede
atender a cualquier objetivo educativo.
Educados: en general los contextos no formales no están exclusivamente
dirigidos a determinados sectores de la población de acuerdo a la edad, sexo,
clase social, etc.
Educadores: existe en estos ambientes personales pedagógicos personalizado,
semi profesionalizado o amateur, sin ninguna experiencia o personas que han
recibido una pequeña preparación a modo de cursillos o seminarios de corta
duración.
Contenidos: los contenidos abordados desde estos contextos son diversos y
dispares como objetivos a alcanzar.
Métodos: no existe una metodología especifica, los contenidos, el contexto, los
educados y el resto de los elementos que conforman el proceso de enseñanza-
aprendizaje, intervienen a su manera para generar nuevas situaciones de
aprendizaje.
Ubicación por lo general las actividades de aprendizaje se realizan en lugares
fijos, no necesariamente son edificios o espacios creados exclusivamente para
la función pedagógica, suelen utilizarse instalaciones ya existentes.
Tiempo: en su mayoría este tipo de contexto se realizan en un tiempo parcial y
duran menos que los cursos académicos en contextos formales.
Gestión: en general las propuestas de contexto no formales se hallan dispersas
y coordinadas entre sí.
Financiación y costos: proviene de entidades publicas o privadas, suelen ser
organismos de gestión local o municipal los que promueven este tipo de
actividades o medios no formales.
Controles, evaluación y título: las exigencias para acceder a estos contextos
son más reducida que el sistema educativo formal.
A partir de los expuesto, se puede decir que los contextos de aprendizaje se
van construyendo a lo largo de la vida de las personas; la escuela, la familia,
las actividades extracurriculares son fuentes de variados aprendizajes.
Hacia fines de los años sesenta empezó a ser frecuente en la literatura
pedagógica el uso de las expresiones “educación informal” y “educación no
formal”.
Si admitimos con Durkheim que “la educación es la acción que ejerce las
generaciones adultas sobre las que no están maduras para la vida social. Tiene
por objeto su citar y desarrollar en el niño un cierto número de estado físico
intelectuales y morales.
Según Mouriño Mosquera “la necesidad de nuevas formas de educación se
advierte en los deseos de las personas para poder continuar de algún modo
sus estudios y obtener conocimientos. Mouriño Mosquera sostiene el punto de
vista de que la educación formal, por sí sola, no está dando actualmente la
respuesta a problemas verdaderamente esenciales.
La educación se fue dando como proceso naturalmente integrado al conjunto
de la vida social; de ahí que su primera forma responde al o que hoy la ciencia
pedagógica denomina educación.
Según Selva Artigas, al analizar la evolución de los conceptos sobre los tipos o
formas de educación, no se trata de poner en discusión la importancia de la
escuela, o de la educación escolarizada en general, sino de reconocer que
constituye uno de los tres sectores del universo educativo, más allá de su
relevancia y pertinencia”
En “Democracia y Educación”, Dewey identifica la existencia de dos formas de
educación: la educación incidental y la educación sistemática. La primera,
como propia de las sociedades primitivas que no determinan un ambiente
específicamente educativo; la última, como una necesidad social cuando la
civilización se ha complejizado de tal forma que ya no puede transmitirse el
cuerpo cultural en forma incidental, a través de las vivencias cotidianas del
grupo, desarrollada por el maestro puede utilizar como recursos didácticos
prácticas de animación social o medios masivos de comunicación propia de la
educación informal. Por último, en la educación propia de las sociedades
primitivas, cuyo modo predominante sería el informal.
Hasta principios del siglo XX la educación era dispensada principalmente por la
familia, las instituciones religiosas, las escuelas subvencionadas, las escuelas
de aprendizaje profesionales y los establecimientos de enseñanzas superior.
En la actualidad, en la mayoría de los países del mundo estas
responsabilidades incumben principalmente a los poderes públicos, al Estado,
y ello por tres razones principales: tendencia general a contar con organismos
públicos para satisfacer necesidades sociales, se considera al estado – aún
cuando se admita y estimule la iniciativa privada -, como quien debe asumir la
responsabilidad global de la política educacional. Numerosos gobiernos,
conscientes de la importancia de papel político de la escuela. A través de la
acción mediadora de la cultura, la educación institucional cumple con dos
funciones básicos es reproductora: asegurándose la continuidad cultural,
transmitiendo los valores las realizaciones del pasado y del presente, es
renovadora: en la medida en que, en el conjunto de los factores sociales,
puede concurrir a las trasformaciones sociales.
Tres cuestiones han de tenerse en cuenta – en el enfoque de Gimeno
Sacristán – cuando se considera al currículo como expresión del proyecto
cultural de una sociedad.
El echo de las personas ingresa cada vez más tempranamente al sistema
educativo, implica de éste se haga cargo de facetas que en otro tiempo no
fuera de competencia de instituciones educativas, existe una tendencia a
reconocer la necesidad de aplicar y diversificar los competentes que deben
contener los planes, integrando la contemporaneidad de los desafíos culturales
y su proyección. La educación institucionalizada recoge las tendencias de
señalan la importancia de atender y orientar el desarrollo global de la persona,
y no solamente alguna faceta parcial (intelectual, manual) perdiendo la
perspectiva del desenvolvimiento de la persona como totalidad indisociable.
En el reconocimiento de la dimensión de la educación formal reconocer dos
tendencias: tendencia tradicional, asimila el concepto de educación = escuela,
entiende la educación como proceso orientado fundamentalmente a niños y
jóvenes, el adulto, a través de la educación que recibió en la institución
educativa en su niñez y juventud, queda habilitado para desempeñarse
eficazmente en la vida. Cuando las exigencias de la vida social obligan a una
renovación del saber, la institucione educativa elabora una serie de nuevos
títulos y certificaciones dentro del ámbito institucional. Las tendencias actuales
desde diferentes campos se han ido cuestionando la validez de ese enfoque
tradicional. Citemos tres grandes campos: la realidad social, la psicología y a la
pedagogía, consecuentemente con los planteos anteriores señalando la
educación como un proceso permanente.
El centro de gravedad educacional de nuestra sociedad va alejándose de los
establecimientos educacionales y orientándose hacia el aprendizaje informal, la
educación permanente fuera de la escuela comunitaria y la autodidaxia sin
estructuras formales ni maestros convencionales, en segundo lugar, se
considera que educación equivale a escolaridad. Por tanto, se prolonga la
duración del periodo de escolaridad convencional. La educación formal tiene
que dilucidar en cada contexto y situación histórica, de acuerdo a sus autores
la educación no formal es considerada hoy un “subsistema”, paralelo al de la
educación formal, con sus propios ámbitos y técnicas de trabajo.
La educación no formal es la manifestación de modalidades y actitudes
educativas diferentes de las implicadas en la educación escolarizada, pero ha
ido encontrando objetivos y elementos que le dan rasgos propios y una nueva
calidad, como ocurre con la alfabetización funcional y la educación de adultos.
La educación formal constituye la primera forma de educación, tanto en la
perspectiva del desarrollo individual, como en el desarrollo histórico – social de
los pueblos.
Asimismo, fue la forma imperante hasta que las complejidades de la vida social
hicieron necesaria la presencia de agentes educativos especiales. En algunos
casos la educación formal y la informal chocan. Por ejemplo, podemos
preguntarnos cómo incide la familia en los resultados del aprendizaje en el
sistema educativo.
Normalmente, las madres no sólo tienen a los hijos, sino que están a cargo de
ellos desde el nacimiento hasta la edad escolar y, sin desmedro de un creciente
papel de los padres en el proceso de crianza.
La madre es el agente socializado fundamental. Desde el comienzo de la vida
se comunica con el bebé, comienza a transmitir – vía lenguaje – su nivel
cultural y, con los actores cotidianos ilustra sobre normas y valores que serán
los referentes de la conducta del niño.
En la medida en que los sistemas educativos se encuentran próximos de la
frontera del conocimiento y de la cultura, el proceso de socialización
institucional constituye una forma eficaz de transmisión de los códigos de
pensamiento de mayor validez social y de aproximación de dichos códigos de
los niños provenientes de niveles culturales muy heterogéneos.
La educación institucionalizada no puede, en ningún caso, neutralizar la
estratificación social y cultural de una sociedad, pero logra introducir
elementos. “el dominio del lenguaje escolar se vincula en forma directa con el
capital lingüístico y cultural de la madre, mientras que la medida de ingreso es
un indicador de los recursos materiales y una aproximación al fenómeno de la
transformación de recursos y usos culturales de la familia. El objetivo explicito
no es específicamente educativo sino de promoción y estimulo, el personal que
actúa como agente educador no es profesional; está compuesto por
especialista, animadores, etc.
La pedagogía de la “ciencia ficción” ya esta entre nosotros y debemos
encontrar caminos alternativos si queremos que sobreviva la libertad del ser
humano, la tradición genuina y la cultura de la especie humana. Son conocidas
las criticas que se formulan a nivel internacional sobre los sistemas educativos
formales en general. Siendo muy diversas, señalaremos algunas de las más
destacadas: la crisis educacional formal se debe a la imposibilidad del Estado
de seguir financiando sus costos; los servicios educativos son altamente
onerosos y tienden a serlo cada vez más. En la mayoría de los 20% termina
secundaria y nunca más del 4% accede a nivel universitario, las metodologías
de enseñanza continúan siendo verbalistas, memorísticas, no se entienden las
diferencias individuales, la evaluación es selectiva de la población. Los
programas son “centralistas”, de apreciable rigidez, sin participación del usuario
en la elaboración y dentro de una relación pedagógica autoritaria.
El tema es mucho mas amplio de lo expuesto y no queda agotado con el
presente ensayo. La educación institucionalizada constituye un integrante muy
particular del todo social cumpliendo bien o mal un papel que es necesario
recordar en la discusión alternativa. En tanto, la educación informal. Tan
cercana a la propaganda y la creación de falsos hábitos de necesidad, también
debe de ser estudiada y atendida por los pedagogos para transmutar los
valores negativos que muchas veces conlleva, en valores positivos, parece
imprescindible y necesario que la educación no formal y la informal se
transformen en instrumentos de cambio y socialización, así como la influencia
superadora en el sistema formal, dirigidas por los educadores y pedagogos y
no por fuerzas contrarías a la dignidad humana.

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