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Predica; 30 Julio 2023

“INTRODUCCIÓN” ¿CUÁL ES TU ACTITUD CUANDO DIOS TE HABLA?
La actitud es muy importante en nuestras vidas como cristianos, porque podemos
venir a la congregación todos los domingos, cumplir con los deberes de la iglesia,
y traer nuestra Biblia bajo el brazo y cantar de memoria alabanzas conocidas,
pero aun así podemos tener resentimientos contra las personas que nos han
causado algún daño. Un buen ejemplo de actitud, la tenemos en la vida del
apóstol Pablo cuando desde una celda de prisión en Roma, escribió acerca de la
actitud que un cristiano debe tener: (Filipenses 1:27) “Solamente que os comportéis
como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté
ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes
por la fe del evangelio”.

Nuestro Padre Celestial nos ha dado esta instrucción sin importar qué
perturbaciones inesperadas, frustraciones y dificultades se crucen en nuestro
camino, debemos responder con una actitud como la de Jesucristo. Pablo escribe
más adelante, (Filipenses 2:5) “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también
en Cristo Jesús”. El apóstol Pablo está hablando de demostrar humildad y
generosidad en las relaciones.

También nos invita a imita a Dios: (Efesios 5:1) “Sed, pues, imitadores de Dios
como hijos amados”. Así como a los niños les encanta imitar lo que ven y repetir
lo que oyen, también se nos encomienda a imitar y a ser un ejemplo del
comportamiento de nuestro Padre Celestial por medio del ejemplo que nos dejó
Jesús: (Juan 14:8-10) “8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9
Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido,
Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos
el Padre? 10 ¿No crees que YO Soy en el Padre, y el Padre en mí? Las Palabras que YO
os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, ÉL
hace las obras”. Jesús es el claro reflejo de nuestro Padre Celestial: (Mateo 5:16)
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

ILUSTRACIÓN: ¿Se acuerdan del Dr. Joaquín…?, en una ocasión tubo un paciente,
entre los 50 años, que en la consulta le preguntó: «Doctor», se quejó, «en todo
lugar que me toco parece dolerme últimamente. ¿Me estoy volviendo viejo o solo
senil? Si aprieto mis rodillas, duelen. ¡Si presiono mi estómago, duele! ¡Aprieto
aquí en mi cabeza justo al lado de la sien y eso duele también! ¡Qué está
pasando?» El Dr. Joaquín…, pidió rayos X de todo el cuerpo. Luego de evaluar
cuidadosamente las radiografías, el Dr. Joaquín…, volvió. Tomándose el mentón,
el Dr. Joaquín…, lentamente empezó: «Me parece haber encontrado la razón por
la que todo lo que toca le duele». «¡Bien, dígame!» contestó ansiosamente el
hombre. El Dr. Joaquín…, señaló las radiografías. «Su cuerpo está bien, pero su dedo
está astillado que se considera fracturado». Si lo analizamos, ese dedo se parece
mucho a nuestra actitud. Cuando nuestra actitud está fracturada, todo nos duele
en esta vida. Por consiguiente, no podemos lidiar con las dificultades, pues hasta
los problemas más insignificantes nos resultan insoportables.

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Existen dos palabras muy parecidas, pero que son muy diferentes un de la otra,
estas palabras son actitud, aptitud. La actitud, es más importante que la aptitud,
porque esta determinará el resultado: (Juan 15:8) “En esto es glorificado mi
Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”. Se denomina aptitud a
las condiciones que hacen a una persona especialmente idónea para llevar a cabo
una tarea, como loaría nuestro Señor Jesucristo: (Filipenses 2:5) “Haya, pues, en
vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”. Por esta razón, la actitud
es como hacemos las cosas, y el comportamiento que empleamos frente a la vida.
Lo bueno de la Palabra de Dios es que podemos ser continuamente
transformados por la renovación de nuestra mente (Romanos 12:2) “No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta”.

Vamos a ver ocho actitudes correctas cuando Dios nos está hablando, y lo que
vamos a leer es un buen ejemplo para que podamos ser guiados por el Espíritu
Santo usando las Sagradas Escrituras, porque lo que está Escrito se escribió para
nuestro ejemplo: (Nehemías 8:1-9) “1 y se juntó todo el pueblo como un solo
hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el
escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel. 2 Y el
sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de
mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo. 3 Y leyó
en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba
hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían
entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley. 4 Y el
escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello, y junto a él
estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías a su mano derecha; y a su mano
izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam. 5 Abrió,
pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo;
y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento. 6 Bendijo entonces Esdras a
Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus
manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra. 7 Y los levitas
Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed,
Hanán y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar.
8 Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo
que entendiesen la lectura. 9 Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba,
y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a
Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba
oyendo las palabras de la ley”.

1. DEBEMOS ESTAR ATENTOS A LA PALABRA DE DIOS: (Nehemías 8:3) “Y leyó en

el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba
hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían
entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley”. La
pregunta sería, ¿Cuántas personas estaban allí? (Nehemías 8:1) “y se juntó todo el
pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y
dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había

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dado a Israel”. Otra pregunta muy importante es ¿Cómo estaban ellos? Dice el
versículo tres “…estuvieron atentos…”. ATENTO: Es fijar la atención en algo. Es
estar pendiente de algo y mostrar interés por lo que se está enseñando. Aunque
era mucha gente nada les interrumpió, nada los saco de concentración. Otra
pregunta que les hago, como ministro de Dios: ¿Tenemos nosotros esta misma
actitud a la Palabra de Dios? La pregunta es porque muchos desprecian la Palabra
de Dios, porque también muchos tienen cero interés en lo que Dios está
hablando, muchos tienen la Biblia pero no la leen, esta empolvada en alguna parte de la
casa.

2. DEBEMOS DEDICARLE TIEMPO: Siguiendo en este Versículo tres que dice:

(Nehemías 8:3) “Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de
las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y
de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos
al libro de la ley”. Nosotros permanecemos alrededor de dos horas y media y
terminamos exhaustos, pero este ejemplo en el Libro de Nehemías preguntamos
cuanto tiempo ellos permanecían atentos: ¿Cuánto tiempo ellos permanecían atentos
oyendo la Palabra de Dios? La verdad es que estuvieron como 6 horas. Aquí nos
encontramos con la aptitud y la actitud, porque es muy fácil tener la aptitud pero
en cuanto a la actitud de cómo lo estamos haciendo, es precisamente lo que a
nuestro Padre Celestial no le agrada de nuestro servicio a ÉL.

3. DEBEMOS RECIBIRLA CON GOZO: (Nehemías 8:12) “Y todo el pueblo se fue a

comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían
entendido las palabras que les habían enseñado”. La Enseñanza en este Versículo
es que también nosotros debemos tener el mismo gozo, la misma alegría cuando
comprendemos la Palabra de Dios. Les pregunto: ¿Cómo salimos después de oír una
predicación enseñanza que Dios nos está dando por medio de su siervo? Se produce
alegría o tristeza, dicen las Sagradas Escrituras que un joven se fue triste
después de haber es oído la Palabra de Jesús (Mateo 19:22) “Oyendo el joven esta
palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones”. También la predica enseñanza
puede producir enojo, porque Escrito Está, que muchos se escandalizan por oír la
Palabra de Dios que a veces es dura (Juan 6:60-61,66) “60 Al oírlas, muchos de sus
discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? 61 Sabiendo Jesús en sí
mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? 66 Desde
entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con ÉL”. Pero la
buena actitud es que uno salga bien edificado, y que la Palabra haya producido
que nos maravillemos al oír la Palabra de Dios.

4. DEBEMOS DE CREER EN LA PALABRA EXPUESTA QUE ESTÁ ESCRITA: Siempre

debemos de tener una buena actitud, siempre que se mencione la Palabra de
Dios: (Juan 2:22) “Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se
acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la Palabra que Jesús había
dicho”. Una buena actitud es nunca desconfiar, de lo que se nos muestra en las
Sagradas Escrituras, una buena actitud es nunca estar criticando, es mejor
preguntar para no caer en la murmuración y no desvirtuar la Palabra de Dios,
porque muchos no creen en: En el diluvio. Muchos no creen en: En el éxodo.

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Muchos no creen en: El nacimiento de Jesús por una virgen. Muchos no creen en:
En la resurrección. Muchos no creen en: En los milagros. (Mateo 22:29) “Entonces
respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”.
5. DEBEMOS HONRARLA: Cuando tenemos una buena actitud, cuando Dios nos
está hablando por medio de la predicación, entonces estamos agradando a
nuestro Padre Celestial (Job 23:12) “Del mandamiento de sus labios nunca me separé;
Guardé las Palabras de su boca más que mi comida”. La Palabra de Dios debe
tener en nuestra vida un lugar de honor (enaltecerla, mostrar respeto,
admiración y estima) (Salmos 138:2) “Me postraré hacia Tu Santo Templo, y
alabaré Tu Nombre por tu misericordia y tu fidelidad; Porque has engrandecido tu
nombre, y tu Palabra sobre todas las cosas”. Si no escatimó a su propio Hijo, ¿no nos
dará con Él generosamente todas las cosas? Si Dios nos da fortaleza en nuestra
alma para soportar las cargas, resistir las tentaciones y cumplir los deberes de
un estado de aflicción, si nos fortalece para aferrarnos a Él por fe, y esperar con
paciencia los acontecimientos, estamos obligados a ser agradecidos.

6. DEBEMOS AMARLA: Sólo por esta razón es que debemos de prestar mucha
atención cuando Dios nos está hablando porque, no podrán amar algo que no
entienden y no conocen. (Salmos 119:97) ¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día
es ella mi meditación”. La actitud nuestra es que debemos de valorar la palabra
de Dios. Dos preguntas muy importantes que tenemos que hacernos son estas: ¿Cómo
logro amar la Palabra de Dios? ¿Cómo puedo alcanzar sabiduría y discernimiento? En
estos días tan convulsionados tenemos que ser muy intencionales para meditar,
no esperar tener el escenario perfecto, sin ruido ni distracciones. Anota en una
tarjeta este versículo esta promesa, este texto que habla del Carácter de Dios,
quizás aquello que te confronta con tu pecado y llévalo contigo durante el día,
léelo, memorízalo, conviértelo en tu oración y tu adoración.

7. DEBEMOS DE OBEDECERLA: Ésta es la excelente actitud, veamos lo que

nuestro Padre Celestial quiere de ti y de mi: (Salmo 51:16-18) “16 Porque no
quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. 17 Los sacrificios de
Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás
tú, oh Dios. 18 Haz bien con tu benevolencia a Sion; Edifica los muros de Jerusalén”.
(Oseas 6:6-7) “6 Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y CONOCIMIENTO de
Dios más que holocaustos. 7 Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí
prevaricaron contra mí”. (Hebreos 10:8-10) “8 Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda
y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales
cosas se ofrecen según la ley), 9 y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios,
para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. 10 En esa
voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha
una vez para siempre”. (Santiago 1:22) “Pero sed hacedores de la Palabra, y no
tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”. (Mateo 7:24-27) “24
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un
hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25 Descendió lluvia, y vinieron ríos,
y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada
sobre la roca. 26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a
un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron

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ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su
ruina”. (Lucas 11:28) “Y ÉL dijo: Antes bienaventurados los que oyen la Palabra de
Dios, y la guardan”. En conclusión y teniendo una buena actitud cuando Dios nos
esta hablando, es que pongamos en práctica, lo que sabemos y que además
hemos leído en las Sagradas Escrituras, porque Escrito Está: (Isaías 55:10-11)
“10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que
riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que
come, 11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo
que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. Cuando no obedecemos
la Palabra de Dios esto traerá a nuestra vida y a la iglesia repercusiones
negativas.

8. DEBEMOS DE PREDICARLA: Es muy importante siempre buscar a quienes

podemos decirles que sólo prediquen la Palabra de Dios: (2 Timoteo 4:1-2) “1 Te
encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos
en su manifestación y en su reino, 2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y
fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina”.

En nuestras vidas cristianas sin excepción hay peligros que nos quieren evitar
correr con libertad. (Romanos 10:14) “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual
no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán
sin haber quien les predique?”.

Peligros, obstáculos que se interponen para poder tener una vida cristiana
victoriosa. (Hechos 15:35) “Y Pablo y Bernabé continuaron en Antioquia, enseñando la
Palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos”. Para terminar, es
nuestro Padre Celestial por medio de Jesucristo, que está formando una buena
actitud, cada vez que Dios nos hable con el propósito de que cada uno de
nosotros hablemos de la Palabra de Dios, además es porque es nuestro propósito
ante nuestro Creador y Padre amado…

Jehová Dios nos estimula a que cambiemos de actitud, y por medio del profeta
Isaías, nos dice: (Isaías 28:16) “por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo
he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de
cimiento estable; el que creyere, no se apresure”. Hoy en nuestros días de la gente
confía en una paz y seguridad falsa. Si ejercemos fe seremos firmes, y no nos
sacudirán las dudas. Fe firme aunada a “actos santos de conducta y hechos de
devoción piadosa” nos asegurarán la salvación. Así estaremos aprobados delante
del Trono de nuestro Señor Jesucristo, cuando llegue el “día” ardiente de Jehová
Dios.

Predicador de la Doctrina de Cristo: Víctor R. Preciado Balderrama. Si usted no tiene la intención

de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra persona interesada. Para la
difusión gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar esta hoja (por favor no cambiar el texto).

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