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B. Pérez de Arce V.

AYUDANTÍA 6 “Lo inconsciente, la represión, el desvío de pulsiones (N. Cea y B. Pérez de


Arce, 18/04)

I. Lo inconsciente

- Supuesto: “existen procesos anímicos inconscientes”. Sin esto, a Freud le resultaba imposible
explicar o describir una gran variedad de fenómenos. Por esto, formulando este supuesto, se habría
paso a nuevos conocimientos (p. 156).
- Proceso de represión: no consiste en cancelar, o en aniquilar una representación representante de
la pulsión, sino en impedirle que devenga consciente. Por tanto, lo reprimido estaría en el
inconsciente, es una parte de este (p. 161).
- ¿De qué modo llegamos a conocer lo inconsciente?  lo conocemos sólo como consciente,
después de que ha experimentado una trasposición o traducción a lo consciente (p. 161).

1. Justificación del concepto de lo inconsciente:


- El supuesto del inconsciente es:
 Necesario  los datos de la conciencia son lagunosos, la explicación de ellos
presupone otros actos psíquicos de los cuales la conciencia no es testigo. No todo lo
psíquico, o no todos los procesos anímicos, son conscientes. Si bien lo inconsciente no
deja un rastro fisiológico, se comprueba que mantiene contacto con los procesos
anímicos conscientes (p. 164).
 Legítimo  la conciencia nos procura solamente el conocimiento de nuestros propios
estados anímicos, y esto se puede llevar por analogía a todos los seres humanos (p.
165). Existirían muchos de estados de conciencia.

2. La multivocidad de lo inconsciente, y el punto de vista tópico:


- Lo inconsciente abarca actos que son apenas latentes, inconscientes por algún tiempo,
pero en lo demás en nada se diferencian de los conscientes, y también procesos como los
reprimidos, que si devinieran conscientes, contrastarían mucho con los procesos
conscientes (p. 168).
- En un sentido sistemático  Cc: conciencia / Icc: inconsciente.
- Como resultado del psicoanálisis: un acto psíquico en general atraviesa por dos fases de
estado, entre las cuales opera como un selector una suerte de examen (censura) (p. 169).
 Primera fase: el acto psíquico es inconsciente, por lo que pertenece al sistema Icc; si a
raíz del examen es rechazo por la censura, se le deniega el paso a la segunda fase;
entonces se llama reprimido y tiene que permanecer inconsciente.
 Segunda fase: si sale airoso de este examen entra en esta fase y pasa a pertenecer al
segundo sistema, al Cc. Pero no es consciente, sino que susceptible de conciencia.
 Por lo anterior, el Cc también puede ser llamado preconsciente.
 Entonces, el sistema Prcc participa de las propiedades del sistema Cc. La censura
rigurosa está en funciones del paso de Icc al Prcc (o Cc).
- Lo anterior no refiere a localidades anatómicas, sino a regiones del aparato psíquico que no
se sabe su ubicación.

3. Sentimientos inconscientes:
- ¿Existen las mociones pulsiones, sentimientos, sensaciones inconscientes? (p. 173).
 Una pulsión nunca puede pasar a ser objeto de la conciencia. Por esto, siempre
permanecerá en lo Icc.
 La representación de una pulsión (su representante) si puede pasar a la conciencia,
pero necesita adherirse.
B. Pérez de Arce V.
 Un sentimiento es sentido, por lo que es parte de su esencia que la conciencia tenga
noticia de él. Aún así, en el psicoanálisis se habla de amor inconsciente, odio
inconsciente, etc. Esto podría ser porque efectivamente lo que sale a la conciencia son
representaciones.
 El uso de las expresiones como afecto inconsciente y sentimiento inconsciente remite a
los destinos del factor cuantitativo de la moción pulsión, que son consecuencia de la
represión. Estos destinos pueden ser: el afecto persiste como tal, o es mudado en un
monto de afecto cualitativamente diverso, o es sofocado, es decir, se estorba por
completo su desarrollo (esta sería la meta genuina de la represión).
 La representación inconsciente tras la represión, sigue existiendo en el interior del Icc
como formación real.
 Toda la diferencia estriba en que las representaciones son investiduras – en el fondo,
de huellas mnémicas – mientras que los afectos y sentimientos corresponden a
procesos de descarga cuyas exteriorizaciones últimas se perciben como sensaciones
(p. 174).
 La represión puede llegar a inhibir la trasposición de la moción pulsional en una
exteriorización de afecto. Esto nos muestra que el sistema Cc normalmente gobierna la
afectividad así como el acceso a la motilidad, y realza el valor de la represión, por
cuanto revela que no sólo coarta la conciencia, sino el desarrollo del afecto y la puesta
en marcha de la actividad musculas.
 Es decir, mientras el sistema Cc gobierna la afectividad y la motilidad, llamamos normal
al estado psíquico del individuo (p. 175).

4. Tópica y dinámica de la represión:


- La represión es en lo esencial un proceso que se cumple sobre representaciones en la
frontera de los sistemas Icc y Prcc (Cc). Se trata de una sustracción de investidura (o de
libido), pero nos resta averiguar el sistema dentro del cual se realiza esa sustracción y aquel
al cual pertenece la investidura sustraída (p. 177).
- La represión reprimida sigue teniendo capacidad de acción dentro del Icc; por tanto, debe de
haber conservado su investidura.
- En el caso del esfuerzo de dar caza; la represión sólo puede consistir en que a la
representación se le sustraiga la investidura preconsciente que pertenece al sistema Prcc,
quedando así desinvestida, o recibiendo investidura del Icc, o conservando la investidura icc
que ya tenía. Entonces, hay sustracción de la investidura preconsciente, conservación de la
investidura inconsciente o sustitución de la investidura preconsciente por una inconsciente.
 El paso desde el sistema Icc a uno contiguo no acontece mediante una transcripción
nueva, sino mediante un cambio de estado, una mudanza en la investidura  proceso
de sustracción de libido.
- En el caso de una representación primordial, como esta es inconsciente necesitaría recibir
investidura del Prcc para ser sustraída (p. 178).
- Se necesitaría un nuevo proceso que:
 En el del esfuerzo de dar caza: mantenga la represión
 En el de la represión primordial: cuide su producción y su permanencia. Contra-
investidura.
- Este proceso se puede tomar como una contra-investidura mediante la cual el sistema Prcc
se protege contra el asedio de la representación consciente. Esto representa el gasto de
energía permanente de una represión primordial, pero a la vez, garantiza su permanencia.
- Investidura = libido = destino de las pulsiones sexuales (*p. 179).
- Descripción metapsicológica del proceso de la represión en las tres neurosis de
transferencia conocidas:
B. Pérez de Arce V.
a) Histeria de angustia: dentro del Icc existió una moción de amor que quería trasponerse
al sistema Prcc  se rechazo por lo que la investidura se retiró a modo de intento de
huida, descargándose como angustia  la investidura (prcc) fugada se volcó a una
representación sustitutiva que, a su vez, se entramó por vía asociativa con la
representación rechazada, y se sustrajo de la represión por su distanciamiento respecto
de aquella (sustituto por desplazamiento), permitiendo una racionalización del desarrollo
de angustia todavía no inhibible. Ahora, la representación sustitutiva juega para el Cc
(Prcc) el papel de una contra-investidura; lo asegura contra la emergencia en la Cc de la
representación reprimida.
* La representación sustitutiva se comporta, en un caso, como el lugar de una
trasmisión desde el sistema Icc al interior del sistema Cc, y en el otro, como una fuente
autónoma de desprendimiento de angustia.
b) Histeria de conversión: La contra-investidura en este caso sale como un síntoma. El
gasto represivo del sistema Cc no necesita ser tan grande como la energía de
investidura del síntoma; en efecto, la fuerza de la represión se mide por la contra-
investidura gastada, y el síntoma no se apoya sólo en esta, sino, además, en la
investidura pulsional condensada en el que le viene del sistema Icc.
c) Neurosis obsesiva: contra-investidura  formación reactiva.

5. Las propiedades particulares del sistema Icc:


- El núcleo del Icc consiste en agencias representantes de pulsión que quieren descargar su
investidura; por tanto, en mociones de deseo. Estas mociones subsisten sin contradecirse.
De hecho, muchas veces confluyen en la formación de una meta intermedia, por más que se
piense que son inconciliables.
- En el Icc no existe negación, ni duda ni grado de certeza. Todo esto es introducido sólo por el
trabajo de la censura entre Icc y Prcc. La negación es un sustituto de represión.
- Dentro del Icc hay contenidos investidos con distintas intensidades. Además, prevalece una
movilidad de las intensidades de investidura.
 Por desplazamiento (proceso psíquico primario)  una representación puede
entregar a otra todo el momento de su investidura.
 Por condensación (proceso psíquico primario)  puede tomar sobre sí la investidura
íntegra de muchas otras.
- En cambio, en el Prcc rige el proceso psíquico secundario; toda vez que a un tal proceso
primario le es permitido jugar con elementos del sistema Prcc, aparece como cómico y mueve
a risa.
- Características del Icc: ausencia de contradicción, proceso primario (movilidad de
investiduras), carácter atemporal y sustitución de la realidad exterior por la psíquica (sometidos
por el principios del placer, dependen de la fuerza que poseen y de que cumplan los requisitos
de regulación placer / displacer). A este sistema también pertenecen las huellas mnémicas.
- Los procesos del sistema Prcc exhiben una inhibición de la proclividad a la descarga,
característica de las representaciones investidas. Al sistema Prcc le competen el
establecimiento de una capacidad de comercio entre los contenidos de las representaciones, la
introducción de una censura, el examen de realidad, y el principio de realidad. Además, la
memoria consciente también depende de este sistema (distinta a las huellas mnémicas).

6. El comercio entre los dos sistemas:


- El Icc es un sistema “vivo”, susceptible de desarrollo que mantiene con el Prcc toda una serie
de relaciones, como por ejemplo de cooperación (p. 187).
- El Icc influye de continuo sobre el Prcc, y a la vez está sometido a influencias de parte de
éste.
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- Retoños del Icc (fantasías)  no se podría hacer una separación esquemática entre estos
dos sistemas psíquicos. Estos retoños tienen una alta organización, están exentos de
contradicción y a penas se distinguen de las formaciones del Cc. Aún así, son inconscientes e
insusceptibles de devenir conscientes.
- En el paso de cada nivel existiría la censura.
- Queda desechado el supuesto de una renovación continuada de las transcripciones (p. 188).
- Los retoños del Icc devienen conscientes como formaciones sustitutivas y como síntomas,
por lo regular tras grandes desfiguraciones de lo inconsciente. Permanecen inconscientes
muchas formaciones preconscientes que, por su naturaleza, creíamos plenamente autorizadas
a devenir conscientes. Lo Icc es rechazo por la censura en la frontera de lo Prcc; sus retoños
pueden sortear esa censura, organizarse en un nivel alto, crecer dentro del Prcc hasta una
cierta intensidad de investidura, pero después cuando la han rebasado y quieren imponerse a
la conciencia, pueden ser individualizados como retoños del Icc y reprimidos otra vez en la
nueva frontera de censura situada entre Prcc y Cc.
- La primera frontera funciona contra el Icc mismo, la segunda (situada entre Prcc y Cc), contra
los retoños prcc de él (p. 190).
- La existencia de la censura entre Prcc y Cc nos advierte que el devenir-consciente no es un
mero acto de percepción, sino que se trata también de una sobre-investidura.
- Algunos procesos pasan por Icc como por una etapa preparatoria, alcanzando en la Cc una
conformación psíquica más alta; otros procesos siguen retenidos en el Icc. El Icc también es
alcanzado por vivencias que provienen de la percepción exterior (p. 191).
- El contenido del Prcc proviene de la vida pulsional (mediación del Icc) y de la percepción.
- La cura psicoanalítica se edifica en la influencia del Icc sobre la Cc. Los retoños del Icc hacen
de mediadores entre los dos sistemas nos facilitan el camino para lograrlo.

7. El discernimiento de lo inconsciente:
- Para analizar con mayor profundidad el Icc, se estudiarán las psiconeurosis narcisistas
[¿esquizofrenia?] (p. 193). Resignación de las investiduras de objeto.
- En la esquizofrenia se produce una alteración del lenguaje  desorganización sintáctica
acompañada por inervaciones del cuerpo  lenguaje de órgano o hipocondríaco.
- En la esquizofrenia las palabras son sometidas al mismo proceso que desde los
pensamientos oníricos latentes crea las imágenes del sueño; el proceso psíquico primario.
- Lo extraño está cuando las personas son capaces de comunicar sin resistencia alguna el
significado de sus inhibiciones, algo que por ejemplo, no podrían hacer los histéricos (p. 197).
Lo que le daría esta característica extraña a la esquizofrenia sería el predominio de la
referencia a la palabra sobre la referencia a la cosa. Es decir, el sustituto es prescrito por la
semejanza de la expresión lingüística, no por el parecido de la cosa designada.
- Por esto, la investidura de las representaciones – palabra de los objetos se mantiene. La
representación objeto pasa a ser representación palabra y representación cosa (investidura,
huella mnémica de la cosa).
- Representación consciente: representación cosa + representación palabra (enlace). Estos
dos tipos de representaciones provienen de la percepción sensorial (p. 199).
- Representación inconsciente: representación cosa.
- Entonces, la representación no aprehendida, o el acto psíquico no sobre investido, se queda
atrás, en el interior del Icc.
- La fórmula de represión antes expuesta (para las neurosis de transferencia) no es la misma
para las esquizofrenias.
- Nuestra actividad anímica se mueve siguiendo dos circuitos contrapuestos:
 Avanza desde las pulsiones, a través del sistema Icc, hasta el trabajo del pensamiento
consciente.
B. Pérez de Arce V.
 Una incitación de afuera le hace atravesar el sistema Cc y del Prcc hasta alcanzar las
investiduras icc del yo y de los objetos.

8. Apéndice C. Palabra y Cosa:


- Lenguaje  unidad: palabra (tiene elementos acústicos, visuales y kinésicos)  la ausencia
de uno de estos elementos de la representación palabra habrá de resultar la marca más
esencial que nos permitirá inferir la localización del proceso patológico (p. 208).
- Etapas del lenguaje (p. 208 – 211).
- La palabra cobra su significado por su enlace con la representación objeto (representación
cosa).
- La representación objeto nos aparece entonces como algo no cerrado y que difícilmente
podría serlo, mientras que la representación palabra nos aparece como algo cerrado, aunque
susceptible de ampliación.
- La representación palabra se anuda por su extremo sensible (por medio de las imágenes de
sonido) con la representación objeto. Dos trastornos lingüísticos:
 Afasia de primer orden; afasia verbal  solo están perturbadas las asociaciones entre
los elementos singulares de la representación palabra.
 Afasia de segundo orden; afasia asimbólica  está perturbada la asociación entre
representación palabra y representación objeto.

II. La represión

- “La doctrina de la represión es el pilar fundamental sobre el que descansa el edificio del
psicoanálisis” (p. 137).
- Huida (de nada vale en el caso de la pulsión, pues el yo no puede escapar de sí mismo) 
REPRESIÓN  Juicio adverso.
- Lo imperativo del dolor (pseudo-pulsión); sólo puede ser vencido por la acción de una droga o una
distracción psíquica. El hambre (estímulo pulsional) también sería imperativo, pues únicamente su
satisfacción puede aplacar el estímulo pulsional.
- Una satisfacción pulsional es siempre placentera, de hecho, sometida a la represión es placentera
en sí misma. Sin embargo, a la vez es inconciliable con otras exigencias. Por esto, la satisfacción
pulsional produciría placer en un lugar y displacer en otro (p. 142).
- La condición para la represión es que el motivo de displacer cobre un poder mayor que el placer de
la satisfacción  displacer > placer.
- Por lo anterior, el motivo de la represión es evitar el displacer (p. 148).
- La represión no es un mecanismo de defensa presente desde el origen, se establece una vez que
se produce una separación nítida entre la actividad consciente y la inconsciente; y su esencia
consiste en rechazar algo de la conciencia y mantenerlo alejado de ella. Además, represión e
inconsciente son correlativos. Existirían dos etapas en cuanto a la represión (p. 143):
 Represión primordial (primera fase): consiste en que a la agencia representante psíquica de
la pulsión se le deniega la admisión en lo consciente. Así se establece una fijación; la agencia
representante en cuestión persiste inmutable y la pulsión sigue ligada a ella.
 Represión propiamente dicha (segunda fase): recae sobre retoños psíquicos de la
agencia representante reprimida o sobre unos itinerarios de pensamiento que procedentes de
alguna otra parte han entrado en un vínculo asociativo con ella. A causa de este vínculo,
tales representaciones experimentan el mismo destino que lo reprimido primordial. Entonces,
la represión propiamente dicha es un “esfuerzo de dar caza”.
- Cabe tener en cuenta la atracción que lo reprimido primordial ejerce sobre todo aquello con lo cual
puede ponerse en conexión  Atracción y repulsión (p. 143).
- La represión sólo perturba el vínculo con el sistema psíquico de lo consciente.
B. Pérez de Arce V.
- La represión no mantiene apartados de lo consciente a todos los retoños de lo reprimido primordial.
Si estos se han distanciado lo suficiente del representante reprimido, o sea por las desfiguraciones
que adoptaron o por el número de eslabones intermedios que se intercalaron, tienen, sin más,
expedito el acceso a lo consciente (p. 144)  función de distanciamiento; “es como si la resistencia
que lo consciente les opone fuese una función de su distanciamiento respecto a lo originalmente
reprimido”.
- Características de le represión:
 La represión trabaja de manera individual; cada uno de los retoños de lo reprimido puede
tener su destino particular. Éstos pueden pasar del placer / displacer, etc.
 Por regla general la cancelación de la represión es solo provisional, enseguida se restablece
(p. 146).
 La represión es móvil. La represión exige un gasto de fuerza constante; si cejara, peligraría su
resultado haciéndose necesario un nuevo acto represivo. “Lo reprimido ejerce una presión
continua en dirección a lo consciente, a raíz de lo cual el equilibrio tiene que mantenerse por
medio de una contrapresión incesante (p. 146)”.
 La cancelación de la represión implicaría un ahorro, pues existe un gasto de fuerza constante.
- Moción pulsional: puede estar en diversos estados: puede estar inactiva (escasamente investida
con energía psíquica) o investida en grado variable, habilitada para la actividad. Su activación no
tendrá la consecuencia de cancelar directamente la represión, sino que pondrá en movimiento todos
los procesos que se cierran con la irrupción en la conciencia a través de los rodeos.
- El factor cuantitativo resulta decisivo para el conflicto (p. 147)  mientras un retoño es
representante de una energía baja, no será reprimido. Un aumento de la investidura energética actúa
en el mismo sentido que el acercamiento a lo inconsciente, y una disminución, en el mismo
distanciamiento respecto de lo inconsciente que una desfiguración. Este factor cuantitativo tiene tres
destinos posibles:
a) La pulsión es sofocada por completo, de suerte que nada se descubre de ella.
b) La pulsión sale a la luz como un afecto coloreado cualitativamente de algún modo.
c) La pulsión se muda en angustia.
* La opción b y c dan cuenta de una trasposición de las energías psíquicas de las pulsiones
en afectos, muy particularmente en angustia.
- La represión de una agencia representante de pulsión tendría dos “componentes”:
 Representación
 Monto de afecto (energía pulsional): representa a la pulsión y puede experimentar un
destino totalmente diferente al de la representación. Corresponde a la pulsión en la medida en
que esta se ha desasido de la representación y ha encontrado una expresión proporcionada a
su cantidad en procesos que devienen registrables para la sensación como afectos. Es decir,
corresponde a una pulsión que ya no está conectada con la representación, sino que se
expresa a través de afectos.
* El objetivo sería desaparecer de lo consciente si antes fue consciente, o seguir coartada de la
conciencia si antes estaba en vías de devenir consciente.
- Si una represión no consigue impedir que nazcan sensaciones de displacer o de angustia, ello nos
autoriza a decir que ha fracasado, aunque el componente de la representación haya alcanzado su
meta.
- Mecanismo del proceso represivo: la represión crea por regla general una formación sustitutiva y,
además, deja síntomas como secuelas (p. 149).
 El mecanismo de la represión de hecho no coincide con el o los mecanismos de la formación
sustitutiva.
 Existen muy diversos mecanismos de la formación sustitutiva.
 Los mecanismos de la represión tienen al menos algo en común, la sustracción de
investidura energética (o libido si se habla de una pulsión sexual).
- Ejemplos:
B. Pérez de Arce V.
 Histeria de angustia: fobia a los animales. Ejemplo: la moción pulsional sometida a la
represión es una actitud libidinosa hacia al padre, acompañada con angustia frente a él.
Después de la represión, esta moción ha desaparecido de la conciencia, y el padre ya no se
presenta en ella como objeto de la libido. Como sustituto se encuentra en su posición un
animal. Esta formación sustitutiva se logró por vía de desplazamiento; el factor cuantitativo no
ha desaparecido, sino que se ha traspuesto en angustia, pues el resultado es la angustia frente
al lobo en lugar de un requerimiento de amor al padre. Esta represión sería fracasada, pues
sólo logró eliminar y sustituir la representación, pero el ahorro de displacer no se consiguió en
modo alguno.
 Histeria de conversión: consigue hacer desaparecer por completo el monto de afecto. Aquí
se hace alusión a la indiferencia de los histéricos. El contenido de representación de la agencia
representante de pulsión [monto de afecto] se ha sustraído radicalmente de la conciencia;
como formación sustitutiva y como síntoma se encuentra una inervación híper-intensa (de
naturaleza sensorial o motriz, como excitación o inhibición). Esto se logra por vía de
condensación. La represión de la histeria puede juzgarse fracasada en la medida en que sólo
ha vuelto posible mediante unas extensas formaciones sustitutivas, pero en cuanto a su monto
de afecto finiquitado es un éxito total.
 Neurosis obsesiva: esta descansa en la premisa de que una regresión por la cual una
aspiración sádica reemplaza a una tierna. Este impulso hostil hacia una persona amada cae
bajo represión. Primero alcanza un éxito pleno: el contenido de representación es rechazado y
hace desaparecer el afecto. Como formación sustitutiva se da una alteración del yo,
divergiendo tanto la formación sustitutiva como la formación de síntomas (p. 152).

III. Pulsiones y destinos de pulsión:

- En un comienzo para Freud tanto pulsión como agencia representante de pulsión significan lo
mismo. Aquí define pulsión como un concepto fronterizo, que está entre lo anímico y lo somático;
como un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el
alma. Sin embargo, posteriormente Freud comenzó a realizar un distinción entre estos dos conceptos,
por ejemplo, señalando que “una pulsión nunca puede pasar a ser objeto de la conciencia, solo puede
serlo la representación que es su representante” (p. 108). Entonces, una agencia representante de
pulsión sería una representación o grupo de representaciones investidas desde la pulsión con un
determinado monto de energía psíquica (libido, interés) (p. 109). Así, la pulsión pasa a ser
considerada como no psíquica en sí misma, que siempre actúa con una fuerza constate (p. 110). De
acuerdo a esto, un organismo puede eludir los estímulos externos, pero no sus necesidades
pulsionales.
- Pulsiones de autoconservación, pulsiones yoicas, libido yoica, libido de objeto, libido narcisista,
pulsión de muerte (p. 111).
- Desde la fisiología (pulsión vs estímulo):
 La pulsión sería como un estímulo para lo psíquico, pero estos dos términos no deben ser
equiparados, pues para lo psíquico existen otros estímulos además de los pulsiones, como por
ejemplo, los fisiológicos.
 El estímulo pulsional no proviene del mundo exterior, sino del interior del propio organismo.
 El estímulo opera de golpe, como una fuerza de choque momentánea, en cambio, la pulsión
actúa como una fuerza constante.
 La pulsión no ataca desde afuera, sino desde el interior del cuerpo, por lo que una huida de
nada puede valer contra ella (p. 114).
 Necesidad  estímulo pulsional, la satisfacción es lo cancela esta necesidad, que solo puede
ser lograda mediante una modificación de la fuente interior de estímulo.
B. Pérez de Arce V.
- Primero, hallamos la esencia de la pulsión en su proveniencia de fuentes de estímulo situadas en el
interior del organismo y su emergencia como fuerza constante. De esto, derivamos uno de sus
caracteres secundarios; su incoercibilidad por acciones de huida.
- En este punto, el sistema nervioso se entiende como un aparato que tiene por objetivo librarse de
los estímulos que le llegan, de rebajarlos al nivel mínimo posible, es decir, este aparato buscaría
conservarse exento de todo estímulo (p. 115). El sistema nervioso domina los estímulos.
- Un organismo se puede librar de los estímulos exteriores sustrayéndose de ellos mediante
movimientos musculares. Sin embargo, los estímulos pulsionales, generados internamente, no
pueden usar este mismo organismo. De hecho, los estímulos pulsionales obligan al sistema nervioso
a renunciar a su propósito de mantener alejados los estímulos puesto que producen un aflujo
continuado e inevitable de éstos.
- Por todo lo anterior, se puede considerar que tanto las pulsiones como los estímulos externos han
llevado al sistema nervioso a su actual nivel de desarrollo.
- La actividad del aparato psíquico está sometida al principio del placer; es regulada de manera
automática por sensaciones de la serie placer / displacer, estas sensaciones reflejan el modo en que
se cumple el dominio de los estímulos. El sentimiento de displacer tiene que ver con un aumento de
estímulo, y el de placer con su disminución.
- Desde lo biológico:
 Pulsión  concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante psíquico
de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma.
- Esfuerzo de una pulsión: tiene que ver con el factor motor de una pulsión; la suma de la fuerza o la
medida de exigencia de trabajo que ella representa. Esta característica es universal. Toda pulsión es
un fragmento de actividad.
- Meta de una pulsión: es la satisfacción que sólo puede alcanzarse cancelando el estado de
estimulación en la fuente de la pulsión. A pesar de que la meta última permanece invariable para toda
pulsión, los caminos para llegar a esta son diversas, además, pueden darse metas intermediaras en
el camino.
 Pulsiones de meta inhibida: procesos a los que se les permite avanzar un trecho en el
sentido de la satisfacción pulsión pero después experimentan una inhibición o desviación (p.
118). Se supone que se logra una satisfacción parcial.
- Objeto de la pulsión: es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Este es el componente
más variable de la pulsión, pues no está enlazado originalmente a ella (como en textos anteriores se
dijo es una “soldadura”). Tiene una aptitud para posibilitar la satisfacción.
- Fuente de la pulsión: es aquel proceso somático, interior a un órgano o a una parte del cuerpo,
cuyo estímulo es representado en la vida anímica por la pulsión. Las fuentes de la pulsión solo
pueden ser inferidas por las metas de ésta.
- Todas las pulsiones son cualitativamente de la misma índole, y sólo deben su efecto a las
magnitudes de excitación que conducen, o quizás aun a ciertas funciones de esa cantidad (p. 119).
- Dos grupos de pulsiones primordiales, esto es solo un supuesto que proviene del análisis de la
neurosis de transferencia, en donde se hallaba un conflicto entre los reclamos de lo sexual y los del
yo:
a) Pulsiones yoicas o de autoconservación.
b) Pulsiones sexuales: son numerosas, brotan de múltiples fuentes orgánicas, al comienzo
actúan con independencia unas de otras, y sólo después se reúnen en una síntesis más o
menos acabada (p. 121). Estas pulsiones aspiran al logro del placer del órgano; solo tras haber
alcanzado una síntesis cumplida entran al servicio de la función de reproducción. En un
comienzo, las pulsiones sexuales se apuntalan en las pulsiones de conservación. Destinos de
las pulsiones sexuales (o variedades de la defensa contra las pulsiones):
 El trastorno hacia lo contrario: se resuelve en dos procesos diversos:
B. Pérez de Arce V.
 La vuelta de una pulsión de la actividad a la pasividad: sadismo/masoquismo,
placer de ver/exhibición. Aquí el trastorno sólo atañe a las metas de la pulsión; la
meta activa es reemplaza por la pasiva.
 El trastorno en cuanto al contenido: mudanza del amor en odio. Es el mejor
ejemplo de la ambivalencia de sentimientos, pues tanto el amor como el odio
generalmente van dirigidos al mismo objeto.
 La vuelta hacia la persona propia: aquí es importante entender que el masoquismo es
sin duda un sadismo vuelto hacia el yo propio. Lo esencial en este proceso es el cambio
de vía del objeto, manteniéndose inalterada la meta.
 El sadismo consiste en una acción violenta, en una afirmación de poder dirigida a
otra persona como objeto.
 Este objeto es resignado y sustituido por la persona propia. Con esta vuelta hacia
la persona se ha consumado también la mudanza de la meta pulsional activa en
una pasiva.
 Se busca de nuevo como objeto a una persona ajena que, a consecuencia de la
mudanza sobrevenida en la meta, tiene que tomar sobre sí el papel de sujeto
(masoquismo).
 El gozar del dolor sería una meta originariamente masoquista, pero que sólo
puede devenir meta pulsional en quien es originariamente sádico.
 Compasión  formación reactiva contra la pulsión.
 Esquema del placer de ver / exhibición (p. 125).
 La mudanza pulsional mediante trastorno de la actividad en pasividad y mediante
vuelta sobre la persona propia nunca afecta a todo el monto de la moción
pulsional.
 Ambivalencia (p. 126)  moción pulsional junto a su opuesto (pasivo). Una
extensa ambivalencia pulsional en un ser vivo actual puede concebirse como una
herencia arcaica, pues se cree que la proporción de las mociones activas, no
mudadas, ha sido mayor en la vida pulsional de épocas pasadas que hoy.
 La represión.
 La sublimación.
- Narcicismo: se entiende como cuando las pulsiones sexuales se satisfacen de manera autoerótica.
Desde el narcicismo se formaría la pulsión de ver. Luego, el sujeto narcisista es permutado por
identificación con un yo otro, ajeno (p. 127).
- Tanto el trastorno de lo contrario como la vuelta hacia el yo dependen de la organización narcisista
del yo.
- La vida anímica generalmente está gobernada por tres polaridades, las oposiciones entre:
 Sujeto (yo) – Objeto (mundo exterior): esta oposición se impone tempranamente al individuo.
 Placer – displacer
 Activo – pasivo  masculino – femenino
- El yo se comporta pasivamente hacia el mundo exterior en la medida en que recibe estímulos de él,
y activamente cuando reacciona frente a estos. Sus pulsiones lo compelen a una actividad hacia el
mundo exterior.
- El yo sujeto es pasivo hacia los estímulos exteriores, y activo por sus pulsiones propias (p. 129).
- El yo se encuentra originariamente, al comienzo de la vida anímica, investido por pulsiones, y es en
parte capaz de satisfacer sus pulsiones en sí mismo  Este estado se llama narcisismo, donde es
autoerótica la posibilidad de satisfacción. En este “momento”, el yo sujeto coincide con lo placentero,
y el mundo exterior con lo indiferente, y en cuanto a fuente de estímulos, coincide con lo
displacentero. En la medida en que es autoerótico, el yo no necesita del mundo exterior, pero recibe
de el objetos a consecuencias de las vivencias derivadas de las pulsiones de autoconservación del
B. Pérez de Arce V.
yo, y por tanto no puede menos que sentir como displacenteros ciertos estímulos pulsiones interiores
(al menos por un tiempo).
- Se establece la coincidencia de las dos polaridades (p. 131):
 Yo – sujeto coincide con placer.
 Mundo exterior coincide con displacer (desde una indiferencia anterior).
- 1º antítesis de amar: amarse a sí mismo y ser indiferente al resto (p.130).
- 2º antítesis de amar: el odiar (p. 131). Etapa narcisista  etapa del objeto.
- La palabra amar se instala en la esfera del puro vínculo del placer del yo con el objeto, y se fija en
definitiva en los objetos sexuales en sentido estricto y en aquellos objetos que satisfacen las
necesidades de las pulsiones sexuales sublimadas.
- El yo odia a lo que le trae sensaciones displacenteras (p. 132). El odio no provendría de la vida
sexual, sino de la lucha del yo por conservarse y afirmarse.
- Amor y odio no son originalmente opuestos, sino que los dos presentan orígenes distintos, y sólo
después de su desarrollo han logrado constituirse como opuestos bajo la influencia de la relación
placer / displacer.
- El amor proviene de la capacidad del yo para satisfacer de manera autoerótica, por la ganancia de
un placer de órgano, una parte de sus mociones pulsionales. Es decir, el amor es originariamente
narcisista, después pasa a los objetos que se incorporaron al yo ampliado, y expresa el intento motor
del yo por alcanzar esos objetos en cuanto fuentes de placer. Por último, coincide con la aspiración
sexual total.
- El odio es más antiguo que el amor, brota de la repulsa primordial que el yo narcisista opone en el
comienzo al mundo exterior prodigador de estímulos. Como exteriorización de la reacción
displacentera provocada por objetos, mantiene siempre un estrecho vínculo con las pulsiones de
conservación del yo, de suerte que pulsiones yoicas y pulsiones sexuales con facilidad pueden entrar
en una oposición que repite la oposición entre odiar y amar. Cuando las pulsiones yoicas gobiernan a
la función sexual, como en la etapa sádico-anal prestan también a la meta pulsional los caracteres del
odio.
- En conclusión, las mociones pulsionales son sometidas a las influencias de las tres grandes
polaridades que gobiernan la vida anímica.
 Actividad – pasividad; biológica.
 Yo – mundo exterior; real.
 Placer – displacer; económica.

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