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Caso - Cristián Hijo Es El Nuevo Líder
Caso - Cristián Hijo Es El Nuevo Líder
En efecto, tras cinco años como Gerente Comercial, Cristián había sido elegido por su
padre, don Cristián Uribe, con apoyo unánime del Directorio (o Consejo de
Administración), como nuevo Gerente General de Alimentos Uribe S.A., empresa
productora de salsas y condimentos. Con 35 años recién cumplidos, había sucedido a
su padre cuando éste cumplió 65 años. Don Cristián siempre tuvo claro que debía
retirarse de la gestión a esa edad, con lo cual su sucesión no fue difícil ni traumática,
como suele ocurrir con otros fundadores. Por otra parte, consideraba que su hijo
mayor estaba bien preparado para asumir, luego de estudiar ingeniería civil, trabajar
en una multinacional de alimentos por seis años y luego integrarse a la e mpresa familiar
a cargo del área comercial.
La Gestión de Cristián
Cristián se fue consolidando poco a poco como el líder que todos deseaban. Su padre,
ingeniero en alimentos, se concentró en el área de investigación y desarrollo de nuevos
productos, además de presidir el Directorio, que él mismo había creado tres años
antes del cambio de Gerente General.
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Caso escrito por Jon Martínez, Profesor Titular de la Cátedra de Empresas de Familia Jorge Yarur Banna en el ESE, la Escuela de
Negocios de l a Universidad de los Andes, en base a una historia real, cuyos nombres y algunos detalles han sido cambiados. Este caso
ha sido preparado para servir de base para la discusión en clase, y no como ilustración de l a gestión adecuada o inadecuada de una
situación determinada. Primer borrador, no reproducir.
Copyright 2019 ESE Business School, Universidad de los Andes. Prohibida la reproducción total o parcial, sin autorización escrita del
ESE, Universidad de los Andes. Para ordenar copias o solicitar permisos de reproducción, por favor contáctese con el ESE.
Cristián hijo formó gradualmente su equipo de profesionales que lo acompañarían en la
segunda línea de la empresa, al mando de las diferentes áreas funcionales. Poco a poco
fue desprendiéndose de los antiguos g erentes que tenía su padre y se rodeó d e gente más
joven y p rofesional, con experiencia e n e mpresas más grandes q ue la de su familia.
Los resultados no tardaron en llegar. Al tercer año de gestión al mando de Alimentos
Uribe, las ventas habían crecido un 30% respecto del primer año de gestión, y la última
línea mostraba un incremento de un 40%. Sin embargo, entre 2008 y 2009 los resultados
se resintieron y aunque las ventas cayeron levemente, las ganancias después de
impuestos alcanzaron u n 60% de las del a ño 2007. La crisis mundial, el alza en el precio d e
los commodities alimenticios, con el consecuente impacto en el costo de los inventarios,
habían sido los principales responsables d el d eterioro en los resultados.
Seis años después
En 2011, tras seis a ños al mando d e la e mpresa, los n úmeros volvían a ser muy buenos. Se
proyectaban ventas de US$34 millones, superiores en un 15% al presupuesto y la última
línea crecía en u n 24%. El 2010 había sido un b uen año, pero el 2011 sería todavía mejor.
Cristián hijo había introducido un nuevo ERP, cambiado completamente el equipo de
gerentes, modificado el enfoque comercial de la empresa introduciendo marcas nuevas,
llegando a nuevos clientes, etc. El Directorio, integrado por su padre, su hermana y tres
directores externos independientes, también había jugado un papel importante en la
modernización de la e mpresa.
Sin embargo, Cristián y su padre se habían distanciado. Este se quejaba de que su hijo no
ponía atención en los detalles, no cumplía el presupuesto en todas las partidas, con lo cual
generaba grandes quiebres de stock en algunos productos, que compensaban ventas
flojas en otros, si bien la suma total era positiva. El estilo de don Cristián, quien en sus
años de gerente general solía pasearse mucho por la planta y conversar con los o perarios,
visitar personalmente en terreno a los clientes, etc., no era el estilo de su hijo, quien
delegaba todas estas funciones en el gerente de producción, de ventas, etc.,
respectivamente. Cristián hijo era “más d e o ficina”, a juicio d e su padre, y “pasaba muchas
horas frente a l computador a nalizando los n úmeros y reportes de sus gerentes”.
Su hermana y tres hermanos menores -ninguno de los cuales trabajaba en la empresa-
también echaban de menos la mayor cercanía y transparencia que tenían antes con su
hermano mayor. Todos eran accionistas en partes iguales, dado que el papá les había
traspasado (vendido) la empresa cuando se retiró de la gestión. Sin embargo, Cristián
podría elegir tres de cinco directores cuando su padre dejara de presidir el Directorio al
cumplir 80 años. La familia no contaba con un Consejo d e Familia ni con un Protocolo.