Está en la página 1de 6

Sobre la Modernidad y sus incómodos disfraces.

06/06/2023
Agustina Saubidet B.

Cansa cuando de frases se hacen conceptos que se repiten y se repiten justificando vaya
a saber uno qué. ¿Ausencia de deseo por incomodarse en decir algo propio? Es eso, no
se animan a volver extranjera la propia lengua, crear otra forma de decir que diga algo
de eso que aún no tiene forma.
Crear en nombre propio, no en nombre del padre, no utilizando la obra ajena para de
eso hacerse un nombre propio. Falsas copias de guantes perfumados.
Modos comunes de lo político.
De cierta forma de hacer política.
También.
La mentira que se cree porque uno se sabe ignorante en la materia. Y el canalla hace de
esa ignorancia la oportunidad para ejercer su poder.
Una de las frases que siempre me dijeron: “Vos, chiquita, cállate, y no preguntes, ni
sepas tanto”. “Las mujeres estamos para recordarles a los hombres lo que se olvidan”.
Tardé mucho tiempo en salir de tal ignorancia y una vez que salí, es poco habitual que
no gruña.
Me da la sensación que desde hace un buen tiempo “el” psicoanálisis se cansó de pensar
y la Pandemia les vino bien para renovar la agenda de temas sin tener que moverse
mucho.
Lo real siempre llega antes.
¿En qué se parece una muerte a otra?
Una muerte no se parece a nada

A las analistas, en general, las noto bastante dormidas, muchas ya acomodadas. Otras,
las rebeldes de siempre, las inteligentes, sensibles y lectoras que no se cansan de decir
lo que se les canta, y yo las aplaudo de pie, parada arriba de una silla.
Al resto, que son casi todas, las noto muy reactivas a reconocerse oprimidas, al mundo
triste que nos toca vivir, al igual que la mayoría de las masculinidades proletarias, que
siguen a sus jefes para garantizarse un lugar que si no, no tendrían. Claro también está la
población gay masculina hegemónica que sigue inflando sus músculos y siendo cada
vez más misógina y resentida. A veces se acercan más a niñxs burgueses caprichosxs o
a esposas sometidas o madres perversas.
¿qué mecanismos discursivos y culturales hacen que se produzca el sometimiento y una
relación de poder se establezca entre dos cuerpos, entre dos seres vivos, determinando
lugares muy particulares, en donde se puede ser gozado al mismo tiempo que de eso se
goza?
¡En qué locura nos metimos!
¿Por qué una mujer se enamoraría de un facho? ¿por qué alguien “amaría” a quien le
hace mal? ¿qué beneficio saca de ahí y cuál es su costo?
Trabajar para Dios nunca fue un buen negocio y eso lo supimos gracias a la modernidad
nietzscheana. Pero el medioevo subsiste en sus formas más extrañas, ¿por qué el
psicoanálisis estaría exento de esto?
Recuerdo la conferencia de Preciado de Paris, en la École de la Cause Freudienne, el
tema para ese año Mujeres en Psicoanálisis, allí dice.
“Ustedes organizan un encuentro para hablar de las mujeres en psicoanálisis en 2019
como si todavía estuviéramos en 1917, y como si ese tipo particular de animal, que
ustedes llaman de forma condescendiente y naturalizada “mujer”, no tuviera siempre un
reconocimiento pleno en tanto que sujeto político; como si ella fuera un anexo o una
nota en pie de página, una criatura extraña y exótica entre las flores, sobre la cual hay
que reflexionar de tanto en tanto, en un coloquio en mesa redonda. Más bien, habría que
organizar un encuentro sobre hombres blancos heterosexuales y burgueses, en
psicoanálisis.”

Un alegre feminismo, bien acompañado, se acerca a lo machirulo para develarlo en sus


formas más sutiles. Se lo puede querer de todas formas, no siempre es tan fácil vivir
fuera del patriarcado pues eso implicaría poner en riesgo ciertas herencias y privilegios,
que también sostienen identidades. “Las ventajas de pertenecer a alguien”. Lo cual no
deja de ser un problema.
¿Quién conserva el poder sobre los
cuerpos cuando la exogamia no se habilita?

Cuando una mujer se encuentra libre, sin padre, ni patrón, ni marido, ni hermano mayor
el mundo se presenta mucho más hostil, la violencia y el abuso están más a la mano y
las mujeres pares no siempre tienden una mano, sobre todo sin son burguesas. Sobre
todo si están resentidas, sobre todo cuando no quieren saber nada con lo real del
sistema.

¿quién lleva esto a un análisis?


¿Quién piensa esto como una política de goce?

Lo matriarcal no es el reverso del patriarcado, ni su reservo y eso también vuelve al


tejido social en lo que respecta a las relaciones de poder, mucho más complejo y por
eso, a veces, invisible, sobre todo, gracias al capitalismo.
Toda mujer adora a un fascista, decía Sylvia Plath. Tenemos, entonces, que pensar, ¿qué
de lo masculino, que se inscribe vía el discurso, hay en nosotras, sobre todo en los
modos burgueses de usufructuar de los privilegios masculinos, lo que nos adormece, lo
que nos acomoda, lo que nos silencia, lo que nos olvida, porque eso es lo que nos
entrampa mucho.
Del mismo modo, habría que preguntarse, porqué un joven proletario vota la derecha
más reaccionaria. ¿Por qué frente a la desesperanza elegimos una nueva tiranía? Desde
Sócrates no se inventó mejor opción.
La hegemonía, los privilegios, las herencias, los bienes no vienen solos, no se sostienen
en mármoles eternos, entonces hay que estar dispuestas a hacer del busto también una
cabeza.
Las escuelas de psicoanálisis cargan algunas herencias, y cual griegas y platónicas,
sostienen al padre de la verdad bíblica y alrededor de ellos montones de altares que
rezan femeninos…

Cuando hablan de la verdad me hacen reír, y me vuelvo nietzscheana en esa carcajada,


¿dale, en serio?
Hablar de capitalismo queda bien, en ciertos sectores y en ciertos momentos, aunque de
análisis de la plusvalía, poco.
La plusvalía capitalista se inscribe vía los discursos y las prácticas, los discursos son
significantes ordenados de determinada manera, lo que modifica sus modos, sus efectos
y sus prácticas. Una cosa es el efecto de un fonema, otra cosa es el efecto del
significante y otra cosa es el del discurso.
Sutilezas clínicas, me dirás.
Esenciales, te contentaré.
Todos generan plusvalía, pero de diferentes formas.
¡Yo acá estoy hablando de los modos del plus de gozar
que se ligan al capitalismo!
Bueno, no te enojes.
Me indigno, que es distinto
“La indignación es un odio hacia alguno que hace mal a otro” Spinoza

Un fenómeno de época que noto en el consultorio es que la neurosis obsesiva en las


mujeres heterocis cobra el valor de duplicadora de espacio. La pérdida no se inscribe y
con esto, la duda-deuda, se eterniza. El otro debe ser como yo mando. Una tiranía
caprichosa. ¿por qué un hombre se enamoraría de la niña caprichosa?
Bueno, también está Tirano Doméstico de Neurosis Obsesiva, cuadro clínico que nació
a la par de la histeria, es decir con la consolidación del capitalismo y de estos hay un
montón. El patrón que le exige a la mujer.
Lo interesante es que esta relación de explotación también se repite en los
homosexuales y en las lesbianas, en la población trans., en todos, no siempre, no en
todas.
En lo que a su fuerza respecta, ¿en qué repercuten las formas de nominaciones de los
cuerpos?

El problema no está ni las nominaciones, ni la identidad, ni la elección, el problema


está en las relaciones de poder que establece.
Es que no lo ven ¿o se hacen los giles?
¿Qué quiere una mujer?

Dale, en serio
¿y qué quiere un hombre?

Lo mismo.
Hacerse los giles

“Ser libre es no tener miedo”


NINA SIMONE

Una de las cosas que el capitalismo produce es la enajenación no solo del sujeto que
produce, sino de la necesidad y con esto, posiblemente la desorientación del deseo.
El deseo es un paisaje, no una cosa, por eso se maneja componiendo con objetos
parciales. De ahí el carácter mitopoiético.
¿Mito qué?
Mitocondrias

El problema es que ahora es el mercado el que determina la necesidad, o al menos eso


vende.
Y nos compramos
En las clases altas, semantizadas altas, se observan en las masculinidades heterocis o
más bien en los cuerpos semantizados como varones, que el deseo queda dividido entre
la necesidad de sostener al sistema (hombres y mujeres) y por el otro, lo artístico,
aunque oculto, aunque de entre casa. Claro, ser artista no da dinero, salvo que seas muy
talentoso y trabajes un montón en eso. A veces creen que lo artístico implica hacerse un
nombre en el mercado por imposición de marca y no por laburo. El apellido es una
marca vuelta bien de herencia a usufructuar.
Esto, muchas veces, produce una clara desorientación en el deseo y una duplicación
imaginaria, es decir, corporal de muchos aspectos de la vida. Pero el cuerpo no se
predispone igual para cada rol.
Seamos honestos, lo artístico pierde frente al deber de mantener una familia y
mantenerse económicamente en cierto status social. A veces esto también ocurre con las
madres que mantienen sus hogares. A veces eso ocurre con los profesores universitarios,
hasta que en un momento decidimos dejar de sostener al sistema porque sí.
A veces hay madres que no dejan que sus hijos se vayan. Son esas mujeres que “le dan
todo” para que “no le falte nada” y el hijo, hija, hije queda ahí retenido ya sea como
tirano, como sacerdote o como esclavo, da igual. Está encerradx.
El deseo no acompaña un movimiento que no quiere darse.
Bajo esta línea de comodidad burguesa, están los varones, entre 21 y 50 años, que viven
del dinero de sus padres. Es decir, abandona su lugar activo para producir plusvalía para
el sistema, pero vive de la plata de la familia. Es decir, no termina de abandonar sus
privilegios ni de ser consciente de su lugar social. “Gusta de la libertad, pero sin costo”.
No paga ningún costo por la castración, diría San Lacan. Versículo n-1.
Nadie se pregunta por los modos masculinos de hacer política. Prefieren hablar de Dora
cómo la histérica.
Claro que las mujeres tampoco estamos exentas, de los modos masculinos y femeninos
de autoexplotación para formar parte del sistema, como tampoco estamos eximidas del
ejercicio del poder y su mayor crueldad.

Cuando los psicoanálisis hegemónicos caen en la trampa de hablar de lo identitario y


pelearse eternamente con lo queer, lo trans, lo no binario, como si las nominaciones
fueran abstracciones caprichosas que no formaran parte del capitalismo, evitan pensarse.
Evitan siempre encarar el problema de las relaciones de poder.
Para conocer la propia lengua hay que habitar otros poisajes
Ay, si lográramos virar la pregunta…

se ampliaría la lectura clínica del goce y del plus-de-gozar.


Sí, pero eso implicaría desarmar las políticas de goce masculinas que pueblan las líneas
hegemónicas de las escuelas de psicoanálisis, y de las universidades, y de los ejércitos y
de la familia, y de los patrones… y de soltar privilegios ni noticias,
de ningún género.
Tristeza não tem fim

PD: He advertido que el sonido de las palabras comunes contiene líneas semióticas que
invisibilizan lo que considero necesario visibilizar. De aquí en más llamaré entonces a
las políticas de goce masculinas: modos papa (como el tubérculo, conservadores,
reservantes) y a los modos femeninos los llamaré modos mandarina (por lo expansivo
de sus gajos y semillas). Aunque siendo nietzscheana por naturaleza y opción, diría:
modos reactivos (tiranos, sacerdotes y esclavos conservadores) y modos activos
(creadores, diseminadores, deshilachados, mitocondrióticos)
Pero eso será para otro momento, cuando tenga más tiempo, cuando no tenga que
atender pacientes, ni corregir parciales, ni armar supervisiones ni escribir la tesis, ni ir a
la verdulería y lavar la ropa y ordenar la casa, y dar un curso virtual para Manila porque
no llego a fin de mes, y la inflación y la UBA que no pagó…y…

Quelle pomme de merde


06/08/2023

También podría gustarte