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El texto de la Declaración de Lambeth 2015 se reproduce a

continuación:

Lambeth 2015 declaración sobre cambio climático


Como líderes de comunidades de fe reconocemos la urgente necesidad
de acción sobre el cambio climático. Desde la perspectiva de los
distintos credos vemos la tierra como un regalo hermoso. Todos
estamos llamados a cuidar la tierra y tenemos la responsabilidad de
vivir de forma creativa y sustentable en un mundo de recursos finitos.
El cambio climático está afectando ya desproporcionadamente a los
más pobres del mundo. Las exigencias de la justicia, así como de la
creación requieren con urgencia que las Naciones del mundo limiten el
aumento global de las temperaturas medias hasta un máximo de 2ºC,
según lo acordado por las Naciones Unidas en Cancún. Tenemos la
responsabilidad de actuar ahora, por nosotros, nuestros vecinos y por
las generaciones futuras.

La magnitud del cambio necesario para hacer la transición a una


economía baja en carbono es considerable y la tarea urgente. Tenemos
que aplicar lo mejor de nuestros recursos intelectuales, económicos y
políticos. La espiritualidad es un poderoso agente de cambio. La fe
tiene un papel crucial en el cambio individual y colectivo.

Hacemos un llamamiento a nuestras comunidades de fe para:

• Reconocer la urgencia de las tareas involucradas en la transición a


una economía baja en carbono.
• Desarrollar los recursos espirituales y teológicos que nos fortalecerán
individualmente y juntos entre sí y las generaciones futuras, en nuestro
cuidado de la tierra.
• Alentar y orar por quienes se dedican al esfuerzo intelectual,
económico, político y espiritual para afrontar esta crisis.
• Trabajar con nuestras comunidades y pares en el Reino Unido e
internacionalmente para mitigar los efectos del cambio climático en las
comunidades más pobres y más vulnerables del mundo.
• Basarse en los ejemplos de acciones locales e internacionales para
vivir y trabajar juntos de forma sostenible.
• Redoblar nuestros esfuerzos para reducir las emisiones que resultan
de nuestras propias actividades institucionales e individuales.

Como representantes de una gran cantidad de personas de fe en todo el


mundo instamos a nuestros gobiernos a utilizar su influencia para
lograr un compromiso jurídicamente vinculante en las negociaciones
internacionales de cambio climático en París y más allá con el
programa continuo. A través de nuestras diversas tradiciones oramos
por el éxito de las negociaciones.

Pedimos con humildad, con una determinación amenizada por nuestra


fe y con la conciencia de la necesidad de valentía, justicia y esperanza.
Nos enfrentamos a un reto enorme. Pero confiamos en que los cambios
necesarios se pueden hacer – por el bien de todos los que compartimos
este mundo hoy – y quienes lo compartirán mañana”.

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