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INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo se estudia el origen del estructuralismo, y las respuestas que


ofrece a las deficiencias de crecimiento económico de la teoría Ortodoxa en América
Latina.

Desde esta perspectiva, Octavio Rodríguez nos dice que en los años cuarenta del
siglo XX, en América Latina nació un pensamiento que cuestiona la teoría
neoclásica en su interpretación del comercio y desarrollo económico. Esta nueva
corriente del pensamiento recibió el nombre de estructuralismo latinoamericano o
escuela estructuralista del desarrollo, la cual se comprende a partir de dos
acontecimientos; primeramente las variaciones en la estructura económica mundial,
que trajo como consecuencia La Gran Depresión, que es también conocida como la
crisis de 1929 y posteriormente la Segunda Guerra Mundial.

Objetivo de Investigación

El presente ensayo tiene como objetivo analizar el contraste de la teoría


ortodoxa y la teoría estructuralista en América Latina y sus deficiencias de desarrollo
económico en el comercio internacional.

Justificación

Es un hecho que América Latina se ha enfrentado a diversos obstáculos de


crecimiento en su economía comparando a las economías de diversos países
Europeos y Norteamericanos, por ello, este trabajo se enfocará en analizar las
afectaciones de estas barreras desde la perspectiva de la Teoría Ortodoxa y las
respuestas que ofrece el estructuralismo a dichas deficiencias.

Preguntas de investigación

● ¿Cuáles fueron las aportaciones de la Teoría Ortodoxa al Comercio


Internacional?
● ¿Cómo surge la Teoría Estructuralista Latinoamericana?
● ¿Qué aportaciones de la escuela Estructuralista Latinoamericana
permanecen vigentes en el mundo globalizado actual.

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SECCIÓN I. Teoría Ortodoxa del Comercio Internacional

La economía ortodoxa, según lo definió el Seminario de Economía Crítica (TAIFA)


en su libro “Crítica a la economía Ortodoxa”, es la corriente que fundamenta sus
teorías en base a la doctrina económica tradicional, la cual desde hace 20 años es
el pensamiento Neoclásico o Liberal, y que además se ha convertido en el
pensamiento único de la economía, una única visión ortodoxa, englobando a toda la
ciencia económica convencional.

Esta visión ortodoxa estuvo cimentada en un principio en los economistas


neoclásicos que fueron: Alfred Marshall, León Walras, Vilfredo Pareto y Arthut
Pigou, y luego tuvo un acercamiento a otras escuelas económicas. Sin embargo, la
relación ortodoxia-neoclásicos es fundamental en cualquier análisis por todo el
constructo histórico que representa para el desarrollo.

En esta lógica, los neoclásicos contaban con unos dictámenes rectores como la
relevancia del dinero, y veían la idea del desarrollo como beneficio colectivo, camino
al pleno empleo, puente para el aumento de los salarios y los adelantos técnicos y
tecnológicos; en otros términos, los neoclásicos pensaban que "el desarrollo
beneficia a todos, aumenta la ocupación hasta el nivel de pleno empleo, hace crecer
los salarios, la producción y la renta, se incrementan las rentas del capital y la tierra,
y genera adelantos técnicos"

1.1 Características de la economía ortodoxa

➔ Los agentes económicos son racionales. Asume que las personas toman
decisiones racionales basándose en unos criterios de utilidad.
➔ Maximización de utilidad. No solo escogen aquella opción más racional sino
que maximizan su utilidad. Esto quiere decir que escogen el punto que más
satisfacción les ofrece dados unos supuestos.
➔ Equilibrio. La economía siempre se encuentra en equilibrio. Sea este óptimo
o no.
1.2 Especialización comercial

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en el cual se encuentran.
Espero no vuelva a suceder para las
próximas entregas. 3
Derivado de ello no procede continuar
revisando el documento.
En la teoría ortodoxa o clásica del comercio internacional, se señalaba que la
especialización y apertura comercial de los países termina generando bienestar a la
población y que cada país debería producir aquel producto en el cual tuviese una
“ventaja comparativa”, es decir, aquel cuyo costo de oportunidad por producir un
bien fuese mejor. Esto debería acompañarse por la decisión racional de producir
aquellos bienes en los cuales un país tuviese una mejor dotación de factores. El
optar por el libre comercio significaba un incremento en el bienestar tanto de cada
país como del mundo en su conjunto, en el marco de una lógica de ganar-ganar,
que tendría efectos incluso en el sistema político internacional, pues lo países que
promueven el libre comercio lograrían alcanzar elevados niveles de
interdependencia que haría que el conflicto o la guerra entre ellos fuese poco
probable.

SECCIÓN II. Estructuralismo histórico latinoamericano y su teoría


de los mercados
Los efectos de la gran depresión de los años treinta y las dos guerras mundiales
tuvieron un impacto considerable sobre América Latina. Por un lado, la teoría
económica vigente no fue capaz de explicar ni de resolver la problemática existente;
por otro lado, en la región se derrumbó el modelo de desarrollo hacia afuera que se
venía impulsando.
2.1 Comisión Económica Para América Latina
Con el objetivo de reactivar la economía y superar ciertas limitaciones que surgieron
después de la depresión es como la Comisión Económica Para América Latina
(CEPAL) de las Naciones Unidas, asignó a uno de los economistas más
destacados, gracias a uno de sus trabajos que llamó: "El desarrollo económico de la
América Latina y algunos de sus principales problemas" en 1949, este economista
tan reconocido y destacado fue Raúl Prebisch; aunque en sus escritos, el
estructuralismo no estaba desarrollado completamente, en la modalidad del
"enfoque de la CEPAL" se fue evolucionando en función al carácter estructuralista,
con un enfoque que figuraba una ruptura con la metodología de la economía "pura".
Según Mallorquín (1998), Celso Furtado y Juan Noyola, avanzaron hacia una
conceptualización que era propiamente estructuralista, fue entonces que en 1961 se
empezó a denominar "estructuralismo".

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2.2 Sistema centro-periferia

Es importante analizar también otro tema, el cual es el punto de partida, que era
el análisis del sistema centro-periferia, por el cual la economía mundial estaba
conformada por dos grandes polos que interactuaban entre sí.

1. El centro. Constituido por aquellas economías en las cuales penetraron


primero las técnicas capitalistas de producción
2. Periferia. Estaba constituida por aquellas que permanecían rezagadas en
términos tecnológicos y organizativos

Las economías de la periferia tenían estructuras productivas especializadas y


heterogéneas, mientras que las del centro eran diversificadas y homogéneas. Esto
consolidaba a los países de la periferia como productores y exportadores de
materias primas y a los del centro como productores y exportadores de bienes
industriales (Casas Gragea, 2005).

La especialización existente indica que la oferta exportadora de la periferia se


compone de materias primas, por ende, esto ocasionaría que la industrialización
comenzase con la producción de bienes de consumo tecnológicamente sencillos y
que, posteriormente, se debía avanzar gradualmente hacia la producción de bienes
de consumo o intermedios de mayor complejidad tecnológica. El problema es que
un patrón de desarrollo industrial de este tipo genera una escasa diversificación
horizontal, complementariedad intersectorial e integración vertical de los sectores
productivos, lo que simplemente no permite una rápida diversificación de la oferta
exportadora de la periferia, que tiende a conservar su carácter primario por períodos
más o menos prolongados (Rodríguez, 2006).

De acuerdo con los estructuralistas, la especialización en bienes primarios


constituye un problema para las economías periféricas, debido a que los frutos del
progreso técnico se han concentrado en la industria. Sin embargo, el progreso
técnico, que se expresa en una mayor productividad y en una caída de los precios,
no causó una reducción de los precios de los bienes industriales que fuera mayor a
la de los bienes primarios. En otras palabras, señala el autor, si los frutos del
progreso técnico se hubiesen propagado de forma semejante en el centro y la
periferia, se hubiese confirmado la validez del sistema clásico de división del trabajo

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planteado por la teoría clásica del comercio internacional y, en consecuencia,
“América Latina no tendría ventaja económica alguna en su industrialización”
(Prebisch, 1986).

Sin embargo, observaba Prebisch que desde los años sesenta del siglo XIX
hasta los años anteriores a la segunda guerra mundial, la relación de precios se
movió constantemente en contra de la producción primaria. Este fenómeno sería
conocido como el deterioro de los términos de intercambio, expresión que describe
un menoscabo en la relación de precios entre las manufacturas y los bienes
primarios.

Esto tenía consecuencias sociales en las sociedades de la periferia, pues


existía un amplio sector precapitalista o semi-capitalista de baja productividad y
generador permanente de mano de obra que mantenía los salarios bajos e impedía
que la periferia retuviera los frutos del progreso técnico. En vez de ello, los
incrementos en la productividad del sector exportador eran transferidos al centro
debido al deterioro de los términos de intercambio (Kay, 1991). Esta polarización
entre centro y periferia se agudizaba debido al diverso grado de organización del
sector obrero y el poder oligopólico de las empresas.

En cambio, uno de los grandes obstáculos con los que se encuentra la


Restricción externa, es que América Latina cuenta con productos y materias primas
para exportar pero no cuenta con el capital suficiente para importar bienes de
capital, es decir, bienes que producen otros bienes, ya que para el funcionamiento
de una industria regional latinoamericana se necesitan insumos de manufactura
externos, y en gran medida un mercado al cual vender la producción, por esto los
países latinoamericanos contraen deuda externa para obtener la divisa
internacional, las exportaciones de materia prima no alcanza para hacer frente a la
industria de bienes industrializados, para combatir esto los estructuralistas plantean
que este obstáculo se puede superar con el fomento de comercio entre países
latinoamericanos y así poder enfrentar la dependencia externa y el problema de la
restricción.

Ante esta situación, los países de la periferia estaban en desventaja con


respecto a los países del centro en materia de reciprocidad en el intercambio,

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porque estos últimos exportaban manufacturas cuya demanda tendía a aumentar
con el crecimiento del ingreso en la periferia; en tanto que los primeros exportaban
productos primarios que tendían a crecer lentamente con el ingreso de los centros.
Por otra parte, existía la tendencia al desequilibrio comercial de la periferia, es decir,
había un exceso de importaciones. Esta tendencia al desequilibrio en los países
periféricos, les imponía la necesidad de aplicar una estrategia de sustitución de
importaciones para evitar el déficit en la balanza de pagos (Prebisch, 1996).

De esta manera, la división centro-periferia había causado una repartición


inequitativa de las ganancias del comercio, generando un cuestionamiento sobre la
vigencia de la teoría ortodoxa del comercio internacional, basada en los supuestos
de la ventaja comparativa.

Fuente: Elaboración propia

Como se observa en el gráfico 1 La estratificación periférica la podemos ilustrar de


varias maneras, de acuerdo de las múltiples variables que se pueden utilizar.
Ajustandonos al PIB en dólares constantes de 1990, obtenidos de las databases de
NN.UU., podemos argüir que la relación entre la Semiperiferia escogida y el resto de
la Periferia ha pasado del ser de 147 en 1980 a alcanzar 214 en 2007

SECCIÓN III. El fracaso del Modelo Desarrollista

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Los bienes industrializados provenientes de América Latina no logran competir con
productos manufacturados producidos por las grandes corporaciones mundiales,
debido a esto, se provoca una gran inflación en los países latinoamericanos por
stock acumulado de productos.

Una de las grandes contribuciones del pensamiento estructuralista de la CEPAL


fue la vinculación de la estrategia de industrialización con la integración económica
regional. Este enfoque significó una ruptura con el pensamiento clásico, cuya
máxima expresión fue la obra de Jacob Viner sobre la teoría de las uniones
aduaneras.

3.1 Jacob Viner y su enfoque vineriano

En el centro de la explicación vineriana estaba la idea que la integración económica,


entendida como una unión aduanera, no siempre tenía efectos positivos sobre el
bienestar. Para determinar si una unión aduanera tenía efectos positivos o
negativos, se requería evaluar si en ella predominaba el efecto de creación de
comercio o desvío de comercio. La creación de comercio ocurría cuando
productores ineficientes eran sustituidos por productores eficientes debido a la
creación de una unión aduanera. En este caso, se produciría un incremento en el
bienestar. En cambio, si una unión aduanera conllevaba a desplazar productores
eficientes por productores menos eficientes, se generaba un efecto de desvío de
comercio. Cuando en una unión aduanera predominaba este efecto de desvío de
comercio, ocurría una pérdida del bienestar (Viner, 1950).

Como señala (Borges, 2009), el pensamiento estructuralista cepalista buscaba


apartarse de la teoría económica neoclásica según la cual los países no debían
“establecer restricciones arancelarias si tienen abierta la opción del libre comercio y,
en caso de tener aranceles, no deben ingresar a las uniones aduaneras sino optar
por una eliminación arancelaria unilateral.”

La integración era concebida inicialmente por la CEPAL como un factor


estratégico para romper el contexto prevaleciente en aquel momento de insuficiente
dinamismo y baja productividad de la economía latinoamericana, que se proyectaba
en tres dimensiones interdependientes: la aceleración del crecimiento, la expansión
y diversificación de las exportaciones y el avance de la industrialización. En este

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sentido, la ampliación del mercado y de la base de recursos productivos, que
generaría la integración, permitiría aprovechar las economías de escala y las
ventajas de la especialización y complementación industrial, creando las
condiciones para aumentar la productividad y dinamizar el proceso de
industrialización en el conjunto de los países de la región (Tavares y Gomes,1998).
En palabras de Alfredo Guerra Borges (2004), “…los países latinoamericanos
debían abrir entre sí sus mercados (integrándose) y proteger la industria naciente
con una adecuada protección arancelaria.”

3.2 Relación entre industrialización e integración

Esta relación es crucial para comprender el enfoque del estructuralismo cepalista


sobre el tema. Ante la necesidad de pasar a una producción industrial técnicamente
más compleja, que exigía mercados mucho más amplios que los compartimentos
estancos de los diferentes países, surgió la idea del mercado común
latinoamericano. Para Mayobre, Herrera, Sanz de Santamaría y Prebisch (1965), el
mercado común era indispensable para lograr eficiencia productiva y bajos costos
en la producción. La técnica a la que se referían los autores antes mencionados
exigía plantas de gran dimensión, división del trabajo y especialización que no era
posible conseguir en los mercados nacionales. La estrecha comunicación de estos
últimos permitiría un mayor estímulo para la industria ante la competencia recíproca
de los países latinoamericanos. Los efectos desde el punto de vista económico
llevarían a un acuerdo sectorial de complementación o integración, principalmente
en las industrias sustitutivas de importaciones, por cuanto podrían sustituirse bienes
provenientes del resto del mundo por aquellos de procedencia latinoamericana en el
comercio intrarregional.

En el modelo propuesto por la CEPAL, la dinámica del desarrollo pasaría al


Estado. Por lo tanto, la planificación se imponía para que el Estado, con sentido de
previsión, determinase ciertos cambios en la estructura productiva, mediante la
industrialización por sustitución de importaciones (ISI). Este modelo se basó
principalmente en el reemplazo de bienes importados previamente, por los
producidos en el ámbito nacional. Entre las razones para adelantar este modelo, se
encontraban la transferencia más rápida de innovación tecnológica en la industria
que en la agricultura, la mayor absorción de mano de obra en una etapa de

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crecimiento rápido de la población, y aún más la rápida urbanización y el
movimiento de los factores de producción hacia la industria desde la exportación
(Mayobre, Herrera, Sanz de Santamaría y Prebisch, 1965).

Estas ideas se plasmaron en una estrategia de integración compuesta de varios


elementos. Los mismos, tenían como objetivo el desarrollo de nuevas industrias
integradas o la racionalización de las actividades existentes de más importancia.
(Salgado, 1979: 46).

En segundo lugar, la estrategia se basaba en la gradualidad. Según Germánico


Salgado, la tesis más importante de la CEPAL fue “la conveniencia de avanzar, poco
a poco, de acuerdo con las condiciones de los países participantes y la flexibilidad
de los instrumentos” (Salgado, 1979). Se esperaba en una primera etapa apoyar la
propuesta con la creación de una zona preferencial comercial, con el mayor número
posible de países de la región y con la apertura suficiente para facilitar la
incorporación de los que no participasen desde el principio. Los objetivos, eran
conseguir en 10 años una reducción apreciable del nivel medio de los derechos
arancelarios con la eliminación de muchos de ellos, así como la supresión de todas
las restricciones arancelarias, gracias a un régimen adecuado de crédito y pagos
(Salgado, 1979).

Finalmente, el otro componente de la estrategia era la flexibilidad. Para la CEPAL


cada país podría distinguir entre productos según su conveniencia y establecer
niveles distintos de reducción según el desarrollo entre países, con la aplicación
plena de la cláusula de la nación más favorecida. En este sentido, se proponía, por
una parte, la consagración del principio de reciprocidad, por la otra, el tratamiento
diferente según el grado de desarrollo de los países, es decir, sin reciprocidad y
exclusivas para los países que se hallaban en la misma condición, serían el eje del
sistema preferencial y constituían una innovación en las teorías prevalecientes
entonces sobre la integración económica (Salgado, 1979).

Contraste entre Teoría Ortodoxa y Teoría Estructuralista Latinoamericana

Tabla 1.1 Contraste entre Teoría Estructuralista y Teoría Ortodoxa

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Teoría Estructuralista Teoría Ortodoxa

Exponentes Exponentes
Raul Prebisch Alfred Marshall
Celso Furtado Leon Walras
Anibal Pinto Santa Cruz Vilfredo Pareto
Arthut Pigou

Plantea superar el formalismo del Individualismo metodológico


mercado neoclásico en donde las Neoclásicos
decisiones de los agentes económicos Racionalidad económica en donde
se reducen a una sola decisión que existía un mercado autorregulador.
lleva a un equilibrio donde se crea un Primera generación
crecimiento cuantitativo de las Se presentan las etapas del crecimiento
variables. económico.
El estructuralismo latinoamericano Segunda generación
extendió el concepto del agente Se presentaban los papeles de las
neoclásico. Se prevaleció la manera instituciones por medio de Douglas
keynesiana (efecto ingreso sobre el North.
efecto precio). Tercera generación
Existían libertades individuales a las
cuales se presentaron a través de
Amartya.
El Estado debe regular el mercado y a
su vez se propone proteger la banca
central y el abandono de la utilización
del oro.

Fuente: Elaboración propia

Consideraciones generales

Durante la elaboración de este trabajo, fue posible analizar la evolución del


estructuralismo lationoamericano, tomando en cuenta la orientación que éste ha
tenido desde su inicio, hasta el presente. Es indiscutible que en la participación de la

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teoría ortodoxa y el estructuralismo, ambas han brindado grandes aportaciones al
comercio internacional, por consiguiente uno de las factores más importantes que se
tomó a consideración para optar por una postura es la razón que tenía la teoría
estructuralista, debido a que ésta menciona que cada nación se desarrolla de una
manera distinta. Así pues, se sabe que cada teoría tiene sus deficiencias al
aplicarse a ciertos países, sin embargo, por algunas de las imperfecciones de la
teoría ortodoxa surge la estructuralista; cabe mencionar que la teoría más actual
también tenía defectos que no le permitían ser óptima en su totalidad es por ello que
se propuso homogeneizar ambas teorías para optimizarlas. Por un lado, se
encuentra la teoría ortodoxa, es una corriente económica, que gracias a grandes
economistas que la basaron en el racionalismo económico del individuo, la
maximización de la utilidad y sobretodo, en los modelos económicos del equilibrio;
convirtiéndose así en el pensamiento único de la economía. Por otro lado, el
estructuralismo, tiene por objeto analizar y estudiar las relaciones recíprocas, ya que
debido a las crisis como lo fue La Gran Depresión y la Guerra Munidal, los países
que no eran partícipes de esas crisis, tenían que abastecer la demanda de los
productos que la población requería, estableciendo así la lógica de la manera
cultural de cada sociedad. Así pues, asumir el proceso de integración en la
economía mundial tomando en cuenta, no sólo el plano de las estructuras
productivas, sino también, el pensamiento sobre el desarrollo económico
latinoamericano. Asimismo el estructuralismo lationoamericano, permitió una mayor
integración con las principales corrientes teóricas de nivel internacional, al igual que
las economías de la periferia que tenían estructuras productivas, especializadas y
heterogéneas desde los dos puntos de partida de estas economías que era el centro
y la periferia, con ello se consolidaba a los países de la periferia como productores y
exportadores de materias primas y a los del centro como productores y
exportadores de bienes industriales, puesto que cada país, con el producto con el
producto en el que tenían una mayor ventaja y especialización, pudiera intercambiar
los productos y bienes con otro u otros países que tienen mayor especialización en
otro bien o producto, para que así, la economía de ambos países pudiera crecer y
mejorar.

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Referencias

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