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Segunda clase: el delito de homicidio


Fecha @20/07/2023

Se entiende que una persona comete un hecho punible en este caso de homicidio, actuando con
ánimo de matar. Es importante destacar que el artículo 128 describe una conducta prohibida por
la norma y en ella se subsumen dos tipos de comportamiento: un comportamiento activo que
conocemos como comisivo, y un comportamiento comisivo omisivo.
En el contexto del homicidio, analizamos diferentes posibilidades dogmáticas, donde la
prevención general busca evitar que los miembros de la comunidad infrinjan las normas del
derecho penal. Sin embargo, cuando alguien comete el delito a pesar de la prevención general, se
aplica la prevención especial, que implica la imposición de la pena para evitar futuros delitos por
parte del delincuente.
Es importante que el delincuente comprenda el mensaje prescriptivo de la sociedad y respete la
norma establecida. Si el delito se comete de forma imprudente, es decir, sin intención de causar
daño, también se aplica una pena.
En el proceso de juzgar y condenar a un delincuente, la prevención especial juega un papel
crucial. Si el delincuente se resocializa y comprende las normas sociales, puede ser reintegrado a
la sociedad después de cumplir su pena. Sin embargo, si reincide en su comportamiento
delictivo, se considera peligroso y no puede ser reintegrado.
En relación con el tema del homicidio, mencionamos diferentes tipos de homicidio, como el
homicidio doloso y el homicidio culposo. Además, discutimos cómo la imprudencia y la
culpa pueden conducir a la comisión de un homicidio.
Ejemplo: en un barrio tranquilo, un niño vecino encontró un tabuco (un arma de fuego grande)
que pertenecía a su padre. El niño manipuló el arma sin observar el deber objetivo de cuidado y
sin darse cuenta de que estaba cargada con pólvora. Trágicamente, un disparo se oyó, y el niño
murió a causa de la explosión. La madre, desesperada por la pérdida de su hijo, decidió amarrar
al padre y llevarlo a la cárcel para condenarlo por su negligencia. En este caso, se considera que
la pena natural, es decir, la pérdida de su hijo, es suficiente castigo.

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En cuanto al homicidio, existen conductas dolosas, imprudentes o culposas. Estas últimas
pueden realizarse por acción o por omisión. Los elementos del homicidio son la conducta
(acción), la relación de causalidad y el resultado (la muerte de una persona).

‼Si no se puede demostrar la relación de causalidad, se aplica la teoría de


la imputación objetiva, que considera la alteración del riesgo como criterio
para atribuir responsabilidad.
Cuando alguien altera el riesgo y provoca un daño, se le puede atribuir responsabilidad.
Sin embargo, en ciertas situaciones, si el hecho sale del ámbito de protección de la norma, no
se le atribuye a otro. Por ejemplo, si alguien comunica una noticia sobre la muerte de una
persona y esto causa el fallecimiento de otro debido a la impresión recibida, el criterio de
imputación objetiva se aplica para determinar la responsabilidad.
Es esencial distinguir entre conductas dolosas e imprudentes, evaluar la relación de
causalidad y considerar la alteración del riesgo para atribuir responsabilidad en casos de
homicidio.

Errores.
En el contexto de un delito de homicidio simple (Artículo 128), es importante considerar los
errores que pueden surgir en este tipo de casos. Los errores se dividen en error de tipo y error
de prohibición.

❗El error de tipo: se refiere a situaciones donde ❗Error de prohibición: se refiere al


el autor comete el delito sin tener plena desconocimiento de que una
conciencia de lo que está haciendo. Puede ser conducta está prohibida por la ley. Si
invencible (inevitable) o vencible (evitable). Si el el error de prohibición es invencible,
error de tipo es invencible, desaparece el dolo, no hay responsabilidad penal. En
pero la imprudencia puede subsistir si se cambio, si es vencible, hay
cumplen ciertos requisitos legales. Y si el error es responsabilidad, pero esta se atenúa.
vencible, existe responsabilidad pero de forma
atenuada.

También se presentan diferentes tipos de errores en el delito de homicidio, como el error en el


golpe, que ocurre cuando el autor quería matar a una persona específica, pero mata a otra
debido a un error en la identificación. En este caso, el error es relevante, ya que la intención
de matar estaba presente, aunque se cometiera el error.

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Otro tipo de error es el error en persona, que es irrelevante, pues la intención de matar está
presente, aunque el autor no alcance a la persona deseada. Sin embargo, si el error es en el
curso causal o el dolus generalis, donde el autor creía haber matado a alguien y luego resulta
que la persona muere por otra causa, el error es relevante para determinar la responsabilidad
penal. Por ejemplo, Fernando creyó haber matado a Hugo a golpes, por lo que se quiere deshacer
de su cadáver arrojándolo al mar, pero resulta y acontece que Hugo no había muerto por los
golpes de Fernando, porque realmente pierde la vida ahogado en el mar. En este caso ocurre dos
situaciones: la tentativa de homicidio doloso por parte de Fernando hacia Hugo, y segundo, el
homicidio imprudente porque murió por una causa externa del agente, (ahogado en el mar).

El tipo penal en el delito de homicidio.


En el contexto del delito de homicidio, es esencial considerar tanto la parte objetiva como la
parte subjetiva del tipo penal. ❗ En la parte objetiva se encuentran elementos como la
acción, la relación de causalidad, el resultado, la imputación objetiva, el medio, el tiempo, el
lugar y el bien jurídico. Estos son elementos esenciales que siempre están presentes en el tipo
penal.

❗La parte subjetiva del tipo, por otro lado, se refiere al aspecto anímico y espiritual del
autor del delito. Aquí encontramos el dolo y la culpa como las dos principales conductas. El
dolo se divide en dolo directo, dolo indirecto y dolo eventual. En el dolo directo, el autor
quiere cometer un hecho específico y lo realiza con plena conciencia. En el dolo indirecto, el
autor quiere realizar un hecho, pero sabe que puede tener consecuencias necesarias
adicionales. En el dolo eventual, el autor prevé el hecho como probable, pero no le importa si
sucede o no.
Por otro lado, la culpa se refiere a la inobservancia del deber objetivo de cuidado. La culpa
es el límite mínimo para imputar un hecho delictivo y se valora a través de un juicio de valor. Es

importante distinguir entre los tipos dolosos y los tipos culposos, ya que en los primeros se
encuentran presentes el dolo, mientras que en los segundos la culpa es el elemento subjetivo
relevante.

Delito de homicidio imprudente.


En el delito imprudente, no se busca cometer un delito, sino que el fin es lícito. La persona
realiza una conducta lícita, pero debido a su descuido o negligencia, comete un hecho
delictivo. Por ejemplo, al conducir a exceso de velocidad o sin observar las normas de cuidado,

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se pueden causar accidentes o atropellar a alguien sin intención de hacerlo. En este caso, el
conocimiento está presente, pero no existe el querer cometer un delito.

Tentativa en el delito de homicidio.


La tentativa también puede estar presente en el delito de homicidio. Puede ser tentativa de
homicidio acabada o inacabada. La tentativa acabada se da cuando el sujeto realiza todos
los actos pendientes para cometer el homicidio, mientras que la tentativa inacabada ocurre
cuando no se han llevado a cabo todos los actos necesarios para la consumación del
homicidio. Un ejemplo de tentativa podría ser alguien que intenta disparar a otra persona, pero
falla en el intento.
Un caso real de tentativa de homicidio podría ser una situación de violencia intrafamiliar. Una
pareja que ha tenido conflictos se separa, pero el sujeto violento busca a la pareja para
convencerla de regresar. Sin embargo, el plan del sujeto es matarla. Se acerca sigilosamente con
un arma de fuego, pero ella se da cuenta y lo enfrenta. La policía interviene y lo captura. En este
caso, la tentativa está presente, ya que el sujeto se propuso cometer el homicidio, seleccionó
medios, valoró los efectos concomitantes y puso en marcha el curso causal, pero no logró
consumar el delito debido a la intervención de la víctima y la policía.

Sus acciones eran contrarias al ordenamiento jurídico y prohibidas por la ley. Tenía
conocimiento de que sus acciones eran ilícitas y podía haber dirigido su conducta de
manera diferente, por lo que era imputable y consciente de la ilegalidad.

La exigibilidad de actuar conforme a la ley se le aplicaba a él, ya que se consideraba que actuaba
bajo una acción típica, antijurídica y culpable. Sin embargo, hubo una causa extraña que
interrumpió el curso causal de su delito. La policía lo capturó antes de que pudiera llevar a
cabo sus intenciones.

❗Las tentativas de cometer un delito pueden ser acabadas o inacabadas. Si alguien toma la
resolución de cometer un delito y realiza todos los actos preparatorios, pero el delito no se
consuma debido a causas ajenas a su voluntad, se considera una tentativa acabada.

En otro escenario, si una persona decide cometer un delito, pero se le olvida poner municiones en
su arma y planea matar a alguien, esto sería una tentativa inacabada, ya que no ha realizado
todos los actos preparatorios necesarios para consumar el delito.

La comisión de un delito puede comenzar con la ideación, la deliberación y la resolución.


Luego, pueden surgir resoluciones manifestadas cuando una persona incita a otros a

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cometer un delito. Si esto no está expresamente establecido en la ley, la proposición y la
conspiración no son punibles.

Sin embargo, si alguien públicamente hace apología de un delito doloso, será sancionado según
lo establecido en el artículo 20.
En el proceso del delito, después de la ideación, las resoluciones manifestadas y los actos
preparatorios, se pueden llevar a cabo los actos punibles y, finalmente, cometer el delito.

❗Es importante distinguir entre los actos preparatorios punibles y no punibles. Los actos
preparatorios punibles implican responsabilidad legal, mientras que los no punibles no
conllevan consecuencias legales.

El camino del delito implica varias etapas: después de los actos preparatorios, vienen los actos de
ejecución. Los actos preparatorios pueden ser punibles o no punibles, dependiendo de su
naturaleza y finalidad. Por ejemplo, comprar un arma con la intención de cometer un homicidio
es punible, mientras que otras acciones, como comprar un machete para uso común, no lo son.

Los actos de ejecución dan comienzo al delito. Se trata de la fase en la que se intenta llevar a
cabo la acción delictiva planificada. Sin embargo, puede haber tentativas acabadas o

inacabadas. Una tentativa acabada ocurre cuando una persona realiza todos los actos
necesarios para cometer el delito, pero este no se consuma por causas ajenas a su voluntad.
Por otro lado, una tentativa inacabada sucede cuando no se llevan a cabo todos los actos
necesarios o hay una intervención externa que impide la consumación.

Además, existen situaciones en las que: ❗


el delito se vuelve imposible de cometer debido a
la falta de idoneidad del medio empleado, la inexistencia del objeto o la falta de
circunstancias necesarias. En estos casos, no se incurre en responsabilidad penal por el delito
intentado. También hay casos en los que se autoriza a realizar actos de provocación o
inducción para llevar a cabo operaciones policiales, y estas no son punibles, ya que están
respaldadas por autorización oficial.

Desistimiento.
En cuanto al desistimiento, si una persona voluntariamente se retira de la comisión del delito
antes de que este se produzca, no se le impondrá responsabilidad penal, siempre que los
actos de ejecución realizados previamente no constituyan otro delito consumado.
Es importante recordar que el desistimiento debe ser voluntario y autónomo. Si una persona
planeaba cometer una violación pero decide detenerse antes de consumar el acto por razones
ajenas a su voluntad, como la llegada de la policía, esto no se consideraría un desistimiento

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voluntario. Para que sea válido, el desistimiento debe ser una decisión consciente y
autónoma del individuo.

En el ejemplo de recibir un chocolate de alguien y sentir el deseo de comérselo, pero decidir


resistir la tentación, la voluntad del individuo es clave para evitar que el deseo lo domine. La
voluntad debe poder dirigir el curso causal, evitando ser manipulado por factores externos como
gustos, olores o sabores.

El desistimiento voluntario implica una elección consciente y autónoma del individuo para
detener una acción delictiva antes de que se produzca, sin ser influenciado por factores externos
que pudieran alterar su voluntad. La autonomía y el control sobre la propia voluntad son
fundamentales para que el desistimiento sea válido.

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