Somos el pueblo de Dios

1°Pedro 2:9 “Pero ustedes son linaje escogido, nación santa, pueblo que pertenece a
Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas
a su luz admirable.”
Quiere decir que si conocemos a Dios tenemos la responsabilidad de compartir lo que
ha hecho en nuestra vida.
Todos tenemos el mismo acceso directo a Dios y al poder de su Espíritu Santo. Tanto
ustedes como yo.
Muchas veces se cree que el pastor tiene un acceso especial a Dios que las demás
personas no tienen.
Todos estamos en igualdad de condiciones delante de Dios, llamados a reflejarlo al
mundo, seamos ministros profesionales o no.
Yo no tengo una conexión especial por ser pastor. No existe una conexión A y una B de
quienes sirven a Dios y a su pueblo. Cada rol es importante. Sólo estoy usando mis
dones como Dios me ha llamado a hacerlo; y a ustedes también les llama a hacer lo
mismo con los dones que le ha dado.
No existe tal cosa como un participante pequeño a los ojos de Dios. Todos somos
compañeros de equipo. Todos somos necesario, lo cual significa que, si alguno de no
contribuye, todos sufrimos.
Conclusión:
Cada tarea es vital para trabajar en extender el Reino de Dios: la Biblia nos recuerda en
1°Corintios 12: 27 NTV, “todos ustedes en conjunto son el cuerpo de Cristo, y cada uno
de ustedes es parte de ese cuerpo.”