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DILIGENCIAS PREPARATORIAS DEL PROCESO CIVIL

I.- CONCEPTO.

Etimológicamente derivan del latín antiguo “praeparatorius a um” y del latín clásico
“praeparo” que significan, “preparar de antemano”.

Según Couture son aquellas de carácter probatorio o cautelar solicitadas por el


demandante antes de la iniciación de juicio, con el objeto de asegurar la
demostración de sus derechos o el resultado del proceso. Son actos procesales que
acciona la parte para preparar y asegurar el éxito de la demanda.

Cuando se inicia un proceso no siempre se tienen a mano todos los elementos para
asegurar el éxito del mismo, por eso todos los códigos de procedimiento civil
establecen medidas preparatorias de demanda. Hay varias situaciones que pueden
ser resueltas antes de iniciar un proceso para evitar una nulidad, por ejemplo,
cuando no se conoce la edad del demandado, cuando el documento privado no lleva
el reconocimiento de firma y rúbrica, tampoco puede iniciarse proceso ejecutivo,
para estos casos se deben tramitar previamente, medidas preparatorias de
demanda.

II.- FUNDAMENTO.

En todo proceso podrá sustanciarse una etapa preliminar por iniciativa de quien
pretendiere demandar o por quien supusiere fundadamente que será demandado,
ante la autoridad judicial.

El art. 305 del actual Código Procesal Civil, señala que su finalidad es la siguiente:

1. Determinar o completar la legitimación activa o pasiva de las partes en el


futuro proceso. 
2. Anticipar el diligenciamiento de la prueba que pudiera perderse. 
3. Practicar las diligencias que correspondan para verificar la mora del deudor y
obtener elementos probatorios que sirvan de fundamento al proceso posterior,
como datos contables y otros documentos de naturaleza similar. 
4. Ejercitar cualquier otra medida cautelar que otorgue mérito al proceso
posterior.

III.- CARACTERÍSTICAS.

Se encuentran autorizadas en función a una posterior demanda que determine el


nacimiento del proceso, sin embargo, no obsta a que se cumplan dentro de éste.

La enumeración no es de carácter limitativo, porque permiten a los jueces un


razonable margen de arbitrio para acceder a la práctica de diligencias no previstas
expresamente, cuando concurran situaciones análogas a las contempladas por la
ley.

Con respeto a la admisibilidad no cabe discusión y con respecto a la negativa solo


procede recurso de apelación sin recurso ulterior.

IV.- ENUNCIACION DE MEDIDAS PREPARATORIAS.


I. Además de otras de la misma naturaleza, podrán solicitarse como medidas
preparatorias:
1. La declaración jurada que podrá prestar la persona contra quien se propusiere
dirigir la demanda sobre algún hecho relativo a su personalidad, comprobación sin la
cual no pudiera iniciarse eficazmente el proceso. En ningún caso esta medida será
admisible cuando su contenido sea una confesión provocada, bajo pena de nulidad.
2. El reconocimiento de firmas y rúbricas será judicial y notarial, esta última se regirá
por su Ley especializada. El reconocimiento de firmas y rúbrica, judicial en
documento privado estará sujeto a las siguientes reglas: a) Cuando se trate de
personas naturales, aquella a quien se opone un documento privado está obligada a
reconocer o negar formalmente si es de su letra o firma. b) Emplazada la persona, si
no concurriere, se tendrá por reconocidas la firma y rúbrica y la efectividad del
documento; lo mismo ocurrirá, si concurriendo, diere respuestas evasivas. c) Si el
otorgante del documento hubiere fallecido, se emplazará a sus, herederos. Si éstos
manifestaren que no les consta la firma o la letra de su causante, la autoridad judicial
a solicitud de parte, ordenará la comprobación pericial observando el procedimiento
previsto en los incisos que siguen. Si no concurrieren al emplazamiento, la firma y la
efectividad del documento se tendrán por reconocidos. d) Si la persona emplazada
negare su firma y rúbrica, la autoridad judicial, a pedido de parte, dispondrá se
practique pericia en la vía incidental. e) El dictamen pericial será valorado por la
autoridad judicial, a los efectos de determinar lo que corresponda. Si el dictamen
señalare la imposibilidad de determinar la autoría, la parte interesada podrá acudir a
la vía ordinaria. f) Si las firmas y rúbricas fueren declaradas auténticas, el falsario
será condenado al pago de las costas de la pericia. g) En el caso de las personas
jurídicas, la efectividad del documento será reconocida por su personero. Si éste
hubiere dejado de serlo o por cualquier circunstancia se encontrare impedido, la
efectividad del documento será reconocida por quien lo reemplace o supla. h)
Tratándose de documentos privados otorgados por personas que no puedan firmar o
por analfabetos en los que consten sus impresiones digitales puestas en presencia
de tres personas de los cuales uno será a ruego y dos testigos que sepan leer y
escribir, estos últimos suscriban al pie. El otorgante reconocerá el contenido del
documento y el hecho de haber estampado sus impresiones, los testigos
reconocerán sus firmas y rúbricas. Si no fuere posible esta forma de reconocimiento,
la autoridad judicial, a solicitud de parte, ordenará la comprobación que corresponda
en la vía incidental.
3. La exhibición de: a) Bien mueble que será objeto de la pretensión. b) Los
testamentos, a petición de quien se creyere heredero, legatario u otro tercero que
justifique un interés legítimo. c) Los títulos u otros documentos que, en el caso de la
evicción, justifiquen derecho de propiedad del bien vendido. d) El título que, en el
caso de saneamiento, justifique la posesión actual de la persona que tenga que ser
demandada de reivindicación u otra acción real. e) Los documentos de la sociedad o
comunidad, por el socio o comunero o por quien los tuviere en su poder, para que el
interesado pueda fundar la acción correspondiente o asumir defensa en juicios
promovidos por terceros.
4. El nombramiento de un defensor que lo represente en el proceso en los casos de
desaparición.
5. La designación de un tutor para el litigio, en el caso del incapaz que, habiendo
sido demandado, careciere de tutor o representante legal.
6. El diligenciamiento de inspección judicial, pericia o testifical anticipados cuando: a)
Pudiere alterarse o perecer el bien. b) Pudieren modificarse las circunstancias
necesarias para el juicio. c) Se tratare de testigos de edad avanzada o, gravemente
enfermos o próximos a ausentarse de os de edad avanzada o, gravemente enfermos
o próximos a ausentarse del país.
7. La citación de quien hubiere de ser demandado por reivindicación u otra acción
para la que fuere necesario conocer el carácter en virtud del cual ocupa el bien
objeto del juicio a promoverse y, exprese a qué título lo tiene. II. No procederá la
exhibición de documentos privados anulados, documentos accesibles en archivos
públicos y medios de prueba que debieran ser exhibidos por el tenedor de los
mismos. (306 CPC)

V.- PROCEDIMIENTO.

I. La parte que demandare las diligencias preparatorias indicará con claridad


aquella que pretende y su finalidad concreta en la futura demanda principal.
II. La autoridad judicial calificará la pretensión y dispondrá su admisión o su
rechazo. En el primer caso, se tramitará unilateralmente o bilateralmente,
según corresponda. La intimación destinada a comprobar la mora se tramitará
en forma unilateral.
III. Las diligencias se dispondrán con citación personal de la parte contra quien
se pretendan, salvo si la citación pudiere frustrar la finalidad y eficacia de las
medidas cautelares; en este último caso, diligenciadas las medidas, se dará
conocimiento de ellas a la contraparte. Si se tratare del diligenciamiento de
medios de prueba, la otra parte podrá completarla o en su caso acreditar
prueba en contrario.
IV. Las diligencias se verificarán en audiencia que la autoridad judicial señalará al
efecto; sólo si resultare indispensable por la naturaleza de las mismas, se
diligenciarán fuera de la audiencia.
V. Si la parte citada para reconocimiento de firmas y rúbricas concurriere fuera
de la hora señalada en el emplazamiento, pero dentro del horario de labores
judiciales del día señalado, la autoridad judicial estará obligada a llevar a cabo
la audiencia correspondiente. (art. 307 CPC).

VI.- OPOSICION.

El art. 308 señala que la parte contra quien se pidiere la medida, podrá oponerse en
el plazo de cinco días de la citación o bien solicitar su aclaración, modificación o
ampliación, lo que se resolverá sin ulterior recurso, sin embargo, de ello no podrá
plantear excepciones ni incidentes, las que deberán reservarse para el proceso
principal.

VII.- RECURSOS.

El Código Procesal Civil, señala que la resolución que rechace la diligencia admitirá
recurso de apelación en el efecto devolutivo. (Art. 309 CPC)

VIII.- LA CONCILIACIÓN.

El actual Código Procesal Civil en sus arts. 234 al 238 admite la conciliación de
derechos susceptibles de disposición por su titular, así como los transigibles, señala
que ésta podrá ser instada por la autoridad judicial o por las partes, así también que
las partes de mutuo acuerdo podrán acudir directamente al conciliador judicial. La
autoridad judicial, a tiempo de la audiencia preliminar (conciliación intraprocesal),
tiene el deber de instar a las partes a conciliación, bajo pena de nulidad. Puede
darse también en forma previa en Diligencia preliminar.

Asimismo, en el actual Código Procesal Civil, tratándose de proceso de


conocimiento ordinario, en su art. 362 señala que éste procede en todos los casos
en que la Ley no señala otro especializado para su trámite y respecto a la
conciliación indica en forma coercitiva que la demanda será precedida
necesariamente de la conciliación, sin perjuicio de las medidas preparatorias y
cautelares que se hubieren solicitado.

IX.- VALOR DE LA CONCILIACIÓN.

El artículo 236 del actual Código Procesal Civil señala que, si la conciliación sólo
recayere sobre parte del litigio o se relacionare con alguno de los sujetos procesales,
la causa continuará respecto de los puntos no conciliados o de las personas no
comprendidas por aquella, porque se la considera conciliación parcial. Asimismo, el
art. 237 del CPC, prescribe que, si es aprobada, tiene efectos de Cosa Juzgada
entre las partes y sus sucesores a título universal. Las opiniones vertidas por la
autoridad judicial en la audiencia de conciliación, no son causales de excusa ni
recusación porque no importan prejuzgamiento.

MEDIDAS CAUTELARES

I.- CONCEPTO.

Martínez Botos señala que Medida Cautelar, es aquella que tiende a impedir que el
derecho cuyo reconocimiento o actuación se pretende obtener a través del proceso
en el que se dicta la providencia cautelar, pierda su virtualidad o eficacia durante el
tiempo que transcurra entre la iniciación de ese proceso y el pronunciamiento de la
sentencia definitiva.

II.- REQUISITOS DE LA PRETENSIÓN CAUTELAR.

Presupuestos.

Para la adopción de las medidas cautelares se hace necesario que concurran una
serie de elementos fundamentales que la doctrina denomina "presupuestos". Son
aquellos fundamentos que permiten mantener una probabilidad o posibilidad de que
pueda, al finalizar el proceso, estimarse la pretensión del actor, y por ello, y ante la
probabilidad, que no seguridad, de esta situación, se adoptan medidas como
garantía de la efectividad de esa posible sentencia estimatoria de la pretensión. Son
los que se regulan en el art. 311 CPC y a los que la doctrina procesal ha venido
denominando:

a)  La situación jurídica cautelable y la apariencia de buen derecho (fumus boni


iuris);
b)  El peligro por la mora procesal (periculum in mora); c) La contracautela (con
carácter general) y con la posibilidad de medidas sin contracautela (art. 320).

a) Verosimilitud del derecho. - (Fomus bonis iuris) Fundado motivo para temer que
durante el inicio del juicio hasta el dictado de la sentencia sus derechos puedan sufrir
menoscabo o perjuicio irreparable, extremo que da lugar a la solicitud de la medida
precautoria correspondiente. Su aplicación se obtiene analizando los hechos
relatados por el peticionante y la documentación acompañada a cuyo efecto el
procedimiento probatorio es meramente informativo y sin intervención de la persona
contra la que se pide la medida.
b) Peligro en la demora. - (Peliculón in mora) Toda medida precautoria se halla
condicionada a la circunstancia de que exista un peligro en la demora, ya que en
caso de no adoptarse sobrevenga un perjuicio o daño inminente que transformará en
tardío el eventual reconocimiento del derecho invocado como fundamento de la
pretensión. Este temor del daño inminente es el interés jurídico que hace viable la
adopción de la medida.

c) Contra cautela. - (Garantía, caución por costas, daños y perjuicios) que pudiera
ocasionarse en caso de haberse solicitado la medida precautoria sin derecho. La
medida precautoria solo podrá decretarse bajo responsabilidad de la parte solicitante
quien deberá dar caución por las costas, daños y perjuicios que pudiere ocasionar
en caso de haberla pedido sin derecho. Sin embargo, de ello el Código Procesal Civil
señala en su art. 320 que las medidas cautelares podrán ordenarse bajo
responsabilidad de la parte solicitante, sin necesidad de dar caución. La autoridad
judicial deberá fundar su decisión en consideración a la verosimilitud del derecho, el
peligro en la demora, la posibilidad jurídica y la proporcionalidad de la medida.

Se requerirá contracautela cuando se trate de intervención judicial y en los casos


señalados por Ley.

En los hechos se exige la prestación de contra cautela suficiente, salvo los casos
exceptuados, garantizando que si, llegado el momento final del proceso, la sentencia
es desestimatoria de la pretensión y se hubieren generado daños y perjuicios al
soportante de la medida, se podrán sufragar esos daños y perjuicios. Lo
recomendable es entonces la exigencia de la misma, suficiente para evitar daños
mayores tras el alzamiento de la medida cautelar por innecesaria.

III.- PARTES Y COMPETENCIA EN SU CONOCIMIENTO.

1. PARTES.

Sólo es posible adoptar la tutela cautelar a instancia de parte (art. 310.III CPC); el
tribunal no podrá hacerlo de oficio, lo que responde a los principios esenciales del
proceso civil, y especialmente al de oportunidad y dispositivo.

En relación con quienes deban ser consideradas partes en el proceso habrá que
estar al proceso civil declarativo del que pende. No existe especialidad respecto de
la capacidad de las partes, dado que quien tiene capacidad en el proceso
declarativo, la tiene para solicitar la tutela cautelar. Lo mismo sucede con la
legitimación, en cuanto son legitimados activos el demandante, o futuro demandante
del proceso declarativo o demandante reconvencional, y pasivo, quien lo es o lo será
en el proceso de declaración.

2. TRIBUNAL.

Asumido que la función cautelar es función jurisdiccional, deben delimitarse las


normas que configuran la atribución competencial a los tribunales. En esencia debe
tenerse en cuenta:
1o) Las medidas cautelares civiles son competencia de los órganos que la tienen en
el orden civil.
2o) Criterios de atribución de la competencia cautelar. Atenderá al momento en que
la misma se solicite y sea adoptada. Es por ello que habrá que tener en cuenta lo
siguiente:

a)  Si la medida se solicita antes de la iniciación del proceso principal (cautelares


ante causam) será competente el juez del proceso principal; en este caso, los
Juzgados Públicos Civil y Comercial (que sustituyen a los Juzgados de Instrucción y
Partido en lo Civil y Comercial) (art. 69-5) Ley 025 del Órgano judicial). El art. 312 del
Código Procesal Civil así lo corrobora.

No obstante, se establece una salvedad curiosa en el Art. 313 del citado procesal
civil, referida a la validación de las medidas si hubiere sido ordenada de conformidad
con las disposiciones contenidas en el capítulo de cautelares, sin perjuicio de no
prorrogar la competencia para el conocimiento de la causa principal. Esta
"convalidación" se justifica en el equilibrio existente en el Código entre la seguridad
jurídica y la justicia. No obstante, la autoridad judicial que decreta la medida siendo
incompetente "inmediatamente después de ser requerido por parte interesada,
remitirá los antecedentes a la autoridad que sea competente".

b) Si se solicita con la demanda o con posterioridad, pero antes de la finalización del
proceso, será competente el mismo órgano que conoce del asunto en la primera
instancia.

c) Si se solicita durante la sustanciación de la segunda instancia o fase de recurso,


será competente el tribunal que conozca de la segunda instancia o de dichos
recursos (competencia funcional). Así serán competentes las Salas de Apelación
Civil de los Tribunales Departamentales de Justicia (art. 56 L. Nº 025); y será
competente la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo de Justicia (art. 42 L. Nº 025)
cuando, conociendo de la casación, le pidan una medida cautelar.

d)  Finalmente el Código Procesal Civil, incorpora Normas de Cooperación Judicial


Internacional que permiten abrigar la idea de que pueden ejecutarse en Bolivia
medidas cautelares que se hubieren adoptado por Tribunales Extranjeros, siempre
que no sean contrarias a la legislación boliviana o al orden público internacional, art.
497 CPC, e igualmente pueden adoptarse en Bolivia por los tribunales civiles
bolivianos medidas cautelares respecto de personas o bienes que deberán
incorporarse a procesos no seguidos en Bolivia o que deban ejecutarse fuera del
territorio boliviano (art. 500 CPC).

El art. 314 del CPC, señala bajo el título "Facultades de la autoridad judicial",
atribuciones al juez civil que deben interpretarse cuidadosamente y desde los
principios de oportunidad y dispositivo que conforman los cimientos del proceso civil,
podrá limitar la medida cautelar solicitada o disponer otra diferente o menos rigurosa
si lo estimare suficiente para la protección de los derechos. En consecuencia, las
interpretaciones judiciales deben ser restrictivas y basadas en la proporcionalidad
entre lo solicitado y lo que pretende garantizarse. Podrá disponer la modificación de
la medida, sustitución o cese, en razón de la protección de los derechos, bien de
oficio o a petición de parte. Si bien los presupuestos pueden cambiar y provocar la
variabilidad de la medida, lo normal debe ser que estos cambios se efectúen a
instancia de parte y solo excepcionalmente se adopten de oficio.

Dispondrá el levantamiento de la medida, condenando al demandante, si hubiere


lugar, al pago de daños, perjuicios y costas cuando la medida se hubiere adoptado
ante causam y no se presenta la demanda principal dentro de los 30 días siguientes
de su ejecución (art. 310.II CPC). Se produce la caducidad de la medida que es
reconocida de oficio por el juez.

IV.- MODIFICACION.

El acreedor podrá pedir la ampliación, mejora o sustitución de la medida cautelar


decretada, justificando que ella no cumple adecuadamente la función de garantía.
De igual modo el deudor podrá solicitar el cambio de una medida cautelar por otra
que le resulte menos perjudicial, siempre que ésta garantizare suficientemente el
derecho del acreedor. De la misma manera, podrá pedir la sustitución por otros
bienes del mismo valor o la reducción del monto por el cual la medida cautelar
hubiere sido dispuesta, siempre que corresponda. (Art. 321 Código Procesal Civil)

V.- RESOLUCIÓN.

Las medidas cautelares se decretarán sin audiencia de la otra parte. Ningún


incidente ni observación planteados por la o el cautelado con la medida podrá
impedir su ejecución.

De la valoración de la prueba ofrecida, la autoridad judicial resolverá fundadamente


la admisión o rechazo de la medida, inclusive si el afectado con las medidas
cautelares no hubiere tenido conocimiento de ellas a tiempo de su ejecución, será
notificado dentro del plazo de tres días computables desde su ejecución. (Art. 315
CPC)

VI.- RECURSO.

La resolución que admitiere o denegare una medida cautelar u ordenare su


sustitución o modificación por otra, podrá ser impugnada por vía de apelación en
efecto devolutivo. (Art. 322 CPC).

VII.- MEDIDAS CAUTELARES ESPECIFICAS.

Arts. 325 al 337 del nuevo Código Procesal Civil

1.- ANOTACIÓN PREVENTIVA

Esta medida es conocida en otras legislaciones como “anotación de litis”.

Procede sobre bienes inmuebles y muebles sujetos a registro.

Se dirige a asegurar la publicidad de los procesos relativos a bienes inmuebles y


bienes muebles sujetos a registro. A diferencia de lo que sucede con el embargo
preventivo, la anotación de litis no impide la libre disposición del bien litigado, el que
por lo tanto puede ser enajenado o gravado por la parte demandada, sin cometer
ningún delito de estelionato.

 ARTÍCULO 325. (PROCEDENCIA).  

I. La anotación preventiva de la demanda contenciosa, procederá sobre derechos de


propiedad de bienes inmuebles o muebles sujetos a registro cuando la pretensión
tenga por finalidad la constitución, modificación o extinción de un derecho real, o
cualquier forma de desmembración del derecho mediante sentencia.
 
II. La anotación preventiva en un registro público constituye un acto de publicidad y no
impide a su titular el ejercicio del contenido de su derecho, ni otorga al que obtuvo la
preferencia.
 
III. La orden de la autoridad judicial contendrá los siguientes datos:
 
1. Nombre de las partes del proceso.
 
2. El objeto.
 
3. Naturaleza de la causa.
 
4. Situación de los bienes.
 
5. El número de la matrícula o datos de registros si aquella no existiera.
 
IV. Si la sentencia de primera instancia es favorable a la parte que solicitó la medida, a
petición de ésta, la autoridad judicial ordenará el embargo o secuestro de los bienes
afectados con la anotación.

2.- EMBARGO PREVENTIVO Y SECUESTRO

El embargo preventivo Es la medida cautelar en cuya virtud se afectan e inmovilizan


uno o varios bienes de quien es o ha de ser demandado en un proceso de
conocimiento, especial o en un proceso de ejecución, a fin de asegurar la eficacia
práctica de la sentencia que en tales procesos se dicte.

El Secuestro es la Medida cautelar en cuya virtud se desapodera a una persona de


un bien sobre el cual se litiga o se ha de litigar, o de un documento necesario para
deducir una pretensión procesal.

326. CPC. (PROCEDENCIA). I. El acreedor de una obligación en dinero o en


especie podrá pedir embargo preventivo cuando: 1. El deudor no tuviere domicilio en
el territorio del Estado Plurinacional. 2. El crédito constare en documento público o
privado reconocido y no contare con una garantía suficiente. 3. El coheredero, el
condómino o el socio con respecto a los bienes de la herencia del condominio o de
la sociedad, respectivamente, acreditaren la verosimilitud del derecho y el peligro de
la demora. 4. La persona que tuviere que demandar reivindicación, división de
herencia, nulidad de testamento o simulación, u otras acciones reales respecto del
bien demandado mientras dure el juicio, presentará prueba documental que haga
verosímil su pretensión. 5. Se demandare el cumplimiento de un contrato de
compraventa, si el derecho fuere verosímil. II. El secuestro de bienes muebles y
semovientes, procederá cuando: 1. El embargo no asegure por sí solo el derecho
pretendido por la parte solicitante, siempre que se presente documento que hiciere
verosímil el crédito cuya efectividad se trata de garantizar. 2. Fuere necesaria la
guarda o conservación de bienes para asegurar el resultado de la sentencia. 3. El
deudor ofreciere bienes para su descargo. III. La autoridad judicial al disponer el
embargo preventivo o el secuestro, designará depositario a quien advertirá las
responsabilidades que conforme a Ley asume. IV. El secuestro no procede cuando
el demandado tenga título de propiedad o posesión del bien por más de un año.

BIENES INEMBARGABLES.
(Art. 318 nuevo Código Procesal Civil). Son bienes inembargables:
1. Los sueldos y salarios, salvo que se trate de pensiones de asistencia familiar.
2. Las pensiones, jubilaciones, montepíos, rentas de vejez o invalidez y demás
beneficios sociales establecidos legalmente, excepto el caso de asistencia
familiar.
3. Las prendas de uso personal y los muebles imprescindibles que guarnecen la
vivienda del deudor y de su familia, salvo que la deuda provenga de la
adquisición de los mismos muebles o de alquileres de la casa. Son
embargables los bienes suntuarios.
4. Los libros relativos a la actividad laboral del deudor.
5. Las máquinas, herramientas, instrumentos y otros objetos de trabajo de que
se sirve el deudor indispensable para el ejercicio de su profesión u oficio o
para la enseñanza de alguna ciencia, profesión, arte u oficio, de manera
individual, salvo el caso de bienes prendados o cuando la deuda provenga de
la adquisición de esos bienes.
6. Los artículos de consumo y subsistencia personal y familiar por un período de
seis meses.
7. Los mausoleos, sarcófagos y nichos perpetuos.
8. Aquellos que señale expresamente la Ley.
 

3.- INTERVENCIÓN JUDICIAL

Es la medida cautelar en cuya virtud una persona designada por el juez, en calidad
de auxiliar externo de éste, interfiere en la actividad económica de una persona
física, sea para asegurar la ejecución forzada o para impedir que se produzcan
alteraciones en el estado de los bienes. La intervención judicial podrá ordenarse a
falta de otra medida precautoria eficaz o como complemento de otra ya dispuesta.

ARTÍCULO 329. (INTERVENTOR ADMINISTRADOR).


 
I. La intervención con facultades de administración o sin ellas, a falta de otra medida
cautelar o complementaria de una anteriormente dispuesta, podrá ordenarse a
pedido de un socio o copropietario, si los actos u omisiones de los administradores o
poseedores de los bienes de la sociedad o de la copropiedad, pudieren ocasionar
grave perjuicio o pusieren en peligro las actividades propias de la sociedad o de la
copropiedad.
 
II. El interventor administrador tendrá la facultad de coadministrar con el administrador
natural o sustituirlo.

La autoridad judicial a solicitud de cualquier interesado legítimo, aunque no


fuere socio o copropietario, podrá designar: 
1. Un interventor informante para que haga conocer el estado de los bienes,
objeto del proceso o las operaciones o actividades desarrolladas por el
interventor administrador a quien alude el Artículo anterior, con la periodicidad
dispuesta en la resolución pertinente.
 
2. Un interventor recaudador, cuando la medida recayere sobre bienes
productores de frutos civiles o naturales. Su función se limitará
exclusivamente a la recaudación de la parte embargada, sin injerencia alguna
en la administración. La autoridad judicial determinará el monto de la
recaudación, que no podrá exceder del cincuenta por ciento de las entradas
brutas, debiendo el importe ser depositado a la orden del juzgado dentro del
plazo que se determine. (art. 330)
 
ARTÍCULO 331. (ATRIBUCIONES DE LA AUTORIDAD JUDICIAL). Para
designar interventor, la autoridad judicial tendrá en cuenta que:
 
1. La designación recaiga en persona idónea para desempeñar la función y sea
ajena a la sociedad intervenida.
 
2. La resolución que disponga la medida señalará las funciones del interventor y
el plazo de ella, que podrá prorrogarse únicamente cuando la autoridad
judicial lo disponga.
 
3. La contracautela será fijada teniendo en cuenta la clase de intervención y los
perjuicios, costas y costos que la medida pudiere irrogar. Tratándose de
interventor informante, no requerirá contracautela, salvo mejor criterio de la
autoridad judicial.
 
Los arts. 332, 333 y 334 CPC, señalan las obligaciones y responsabilidades del
interventor, así como su honorario y casos de remoción. 

4.- INHIBICIÓN DE BIENES.

Se opera en todos los casos en que hubiere lugar al embargo y este no pudiere
hacerse efectivo por no conocerse los bienes del deudor o por no cubrir el monto de
la deuda, surte sus efectos desde la fecha de su anotación en el registro
correspondiente.

La inhibición general de bienes es una medida cautelar que afecta a todos los bienes
inmuebles y muebles registrables del deudor, por lo que se la considera una medida
general, de la que se deja constancia con una anotación en el Registro de la
Propiedad e impide al deudor enajenar sus inmuebles o gravarlos, a fin de garantizar
el pago de sus deudas.

A diferencia del embargo que afecta a una parte determinada del patrimonio o del
ingreso de una persona por un monto también determinado, y que deja a salvo el
resto del patrimonio o ingresos, la inhibición, cuyo nombre completo es “Inhibición
General de Bienes”, le impide a la persona vender o gravar sus bienes (“gravar” aquí
sería hipotecar una propiedad o prendar un auto). Como se puede ver, no
se “embargan personas”, sino que el embargo es sobre “bienes” determinados. El
embargo, es por un monto determinado y sobre una parte determinada, sin afectar
otras partes del patrimonio del deudor y sin impedirle vender. Muy por el contrario, la
inhibición se dicta respecto a las personas. Por eso, al revés que, con el
embargo, “se inhiben personas” y no se inhiben bienes. Por ello no se inhibe una
casa o un auto, sino que se inhibe a su titular.

Lógicamente, la medida es más dura, ya que afecta todo el patrimonio del deudor, y
no sólo una parte como en el embargo.

Lamentablemente, existe en la actualidad un abuso de la inhibición, ya que nuestra


ley la permite solamente en casos en que el acreedor demuestra que el deudor no
tiene bienes o los que tiene son insuficientes, aunque en la práctica se suele pedir
de entrada y se concede en forma casi automática.
Personalmente podría entender esa postura en casos en que el acreedor es un
particular, ya que exigirle que investigue el patrimonio del deudor puede ser
engorroso y relativamente caro, pero creo que debe tomarse una postura distinta
respecto a acreedores de reconocida solvencia económica.

Concretamente, consideramos que, a los bancos, tarjetas de crédito, fideicomisos y


empresas de cobranzas, entre otros, se les debería exigir ni más ni menos que lo
que pida la ley, es decir, que demuestren que investigaron el patrimonio del deudor y
recién en el caso en que sea inexistente o insuficiente, se ordene la inhibición.

ARTÍCULO 335. (ADMISIBILIDAD).


 
I. En todos los casos en que hubiere lugar al embargo y éste no pudiere hacerse
efectivo por no conocerse los bienes del deudor o por no cubrir ellos el monto de la
deuda, el acreedor podrá solicitar la inhibición de vender o gravar los bienes del
deudor. La medida se dejará sin efecto siempre que el deudor consintiere en el
embargo de sus bienes hasta el monto de lo debido o alternativamente ofreciere
garantías suficientes.
 
II. La inhibición surtirá efectos desde la fecha de su anotación en el registro
correspondiente y concederá preferencia sobre las medidas de inhibición ordenadas
con posterioridad.
 

5.- PROHIBICIÓN DE INNOVAR.

Se opera ante verosimilitud del derecho y peligro en la demora cuyas notas y


características son:

1o) Es una medida cautelar que en principio y con carácter general se podrá disponer
en toda clase de procesos, siempre que concurran los presupuestos. Es una medida
conservativa, que mantiene el statu quo o la situación de hecho establecida antes de
que se procediere a su adopción. Su situación jurídica cautelable viene referida a las
pretensiones de condena a una obligación de no hacer específica; no se trata de
cualquier obligación de no hacer, ni a la consideración de una genéricamente
enunciada, sino a la específica de no innovar.

2o) El legislador ha querido consagrar de forma explícita los presupuestos para


adoptar esta medida cautelar, que son:

a)   En primer lugar, el presupuesto del fumus boni iuris ("el derecho fuere
verosímil"). Debe existir probabilidad o verosimilitud de reconocimiento del derecho
en la futura sentencia que se dicte. Como en el resto de medidas estamos en todo
caso no en supuestos de absoluta certeza o convicción del acto sino en la
probabilidad de su realización.

b)  En segundo lugar, el periculum in mora ("existiere peligro de que, si se altera la


situación de hecho o de derecho, la modificación pudiere influir en la sentencia o
hacer ineficaz o imposible su ejecución") (art. 336.1 CPC). Esto no es sino la
denominada irreparabilidad que se deriva de la realización de una conducta ilícita o
lícita, pero que existe la adopción de medidas cautelares que, de no adoptarse,
podrían hacer ineficaz la sentencia o de imposible ejecución.
ARTÍCULO 336. (PROHIBICIÓN DE INNOVAR).
 
I. La prohibición de innovar se podrá disponer en toda clase de procesos, siempre
que:
 
1. El derecho fuere verosímil.
 
2. Existiere peligro de que, si se altera la situación de hecho o de derecho, la
modificación pudiere influir en la sentencia o hacer ineficaz o imposible su
ejecución.
 
II. Excepcionalmente, cuando no sea aplicable otra medida prevista por la Ley y ante la
inminencia de un perjuicio irreparable, la autoridad judicial puede ordenar medidas
destinadas a reponer un estado de hecho o de derecho cuya alteración vaya a ser o
es el sustento de la demanda, en los siguientes casos:
 
1. Procesos interdictos. La autoridad judicial a petición de parte o
excepcionalmente de oficio, puede dictar en el proceso la medida cautelar
que exija la naturaleza y alcances de la situación presentada.
 
2. Obra nueva perjudicial y daño temido. Cuando la demanda persiga la
demolición de una obra en ejecución que daña la propiedad o la posesión del
demandante, la autoridad judicial podrá disponer la paralización de los
trabajos de edificación. De igual manera puede ordenar las medidas de
seguridad tendientes a evitar el daño que pudiera causar la caída de un bien
en ruina o en situación de inestabilidad.
 
3. Abuso de derecho. Cuando la demanda versa sobre el ejercicio abusivo de
un derecho, la autoridad judicial podrá dictar las medidas indispensables para
evitar la consumación de un perjuicio irreparable.
 
4. Derecho a la intimidad, a la imagen y a la voz. Cuando la demanda de
reconocimiento o restablecimiento del derecho a la intimidad de la vida
personal o familiar, así como la preservación y debido aprovechamiento de la
imagen o la voz de una persona, la autoridad judicial podrá dictar la medida
que exija la naturaleza y circunstancias de la situación presentada.
 
6.- PROHIBICION DE CONTRATAR.

En virtud de esta medida precautoria el Juez está facultado para ordenar que los
eventuales interesados se abstengan de celebrar el contrato y para acordar
publicidad a la prohibición.
Es una medida conservativa, en cuanto pretende garantizar el statu quo,
favoreciendo con ello el aseguramiento de la ejecución forzada de los bienes objeto
del litigio, aun cuando también puede ser anticipatoria, al evitar a priori, mediante la
adopción de la medida, que se realice una conducta sobre la que gira el proceso y
es precisamente una obligación de no hacer.

El objeto de esta medida sea precisamente la prohibición de contratar sobre


determinados bienes (tipo de pretensión -de condena a un no hacer- que se ejercita
o si se quiere, situación jurídica cautelable). El objeto a que se refiere el contrato son
bienes, que no servicios, porque así se ha establecido específicamente en la ley.
Ello nos lleva a excluir esta medida respecto de aquellas pretensiones que versen
sobre servicios contratados (telefonía, construcción, gas, luz, etc.), porque a ellos no
se refiere el art. 337 CPC.

A esta situación jurídica cautelable deberá unirse la verosimilitud del derecho que se
ejercita en cuanto a los bienes objeto el contrato, amén del peligro que conllevaría
de no adoptarse la misma, dado que durante la pendencia del proceso (peligro
genérico) podría hacerse imposible la ejecución de la sentencia que versare sobre
dichos bienes; impedir cautelarmente que se contrate sobre esos bienes es y ofrece
una garantía jurídica, siquiera cautelar, que favorece la efectividad de la tutela que
se está planteando en el proceso principal.

Obviamente no se trata de una prohibición en abstracto, que sería prohibición de


contratar, sino que debe limitarse y así recogerse en la medida, la prohibición de
contratar sobre qué tipo de bienes es sobre lo que se produce la prohibición de
contratar. Es por ello que deberá individualizarse, como dice la ley, lo que es objeto
de prohibición. El art. 337.I así lo dispone: “.la autoridad judicial ordenará la medida,
individualizando el objeto de la misma..." (no es sino la determinación del alcance de
la medida exigido por la ley).
Se inscribirá la medida en los registros correspondientes, con el fin de dar publicidad
a terceros que pudieren de buena fe intentar mantener una relación jurídica con la
parte.

Asimismo, se procederá a notificar a los interesados y a cuantos terceros sea


necesario por mención del solicitante, para que de forma preferente tengan
conocimiento de la medida. Así, tanto el registro como la notificación son formas de
dar parte de la existencia de la medida, bien a la sociedad en general a través del
registro, o bien a partes e interesados, por medio de la notificación.

Es especialmente curiosa la referencia en el art. 337.II, regulador de la prohibición


de contratar, a una cuestión que no solo debería ser considerada de manera
privilegiada en esta medida, sino que entendemos es posible respecto de
cualesquiera medidas que pueda adoptarse cautelarmente. Reza este apartado: "La
prohibición quedará sin efecto si quien la obtuvo no dedujere la demanda dentro del
plazo de treinta días de haber sido dispuesta, y en cualquier momento en que se
demostrare su improcedencia".

Se trata del supuesto de que se hubiere adoptado la medida con carácter previo a la
interposición de la demanda en el proceso principal.

ARTÍCULO 337. (PROHIBICIÓN DE CONTRATAR).


 
I. Cuando por disposición de la Ley o lo acordado en el contrato, o para asegurar la
ejecución forzada de los bienes, objeto del litigio, fuere procedente la prohibición de
contratar sobre determinados bienes, la autoridad judicial ordenará la medida,
individualizando el objeto de la misma y disponiendo su inscripción en los registros
correspondientes, así como la notificación a los interesados y terceros que señale el
solicitante.
 
II. La prohibición quedará sin efecto si quien la obtuvo no dedujere la demanda dentro
del plazo de treinta días de haber sido dispuesta, y en cualquier momento en que se
demostrare su improcedencia.

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