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UNIVERSIDAD CENTRAL DE CHILE

FACULTAD DE EDUCACIÓN Y CIENCIAS SOCIALES

Violencia escolar en estudiantes de enseñanza básica de un


colegio municipal de La Serena.

Jonathan Amigo
Belén Cuello
Andrea Mondaca
Allan Rojas
Aracelly Rodríguez
Valeria Varas

PROFESOR GUÍA: ALEXIS ARAYA CORTÉS

LICENCIATURA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

LA SERENA - CHILE
2023

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1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1 Contextualización del problema de investigación

Desde los primeros años de vida de un individuo, al interior de la familia se dan los primeros
pasos en el proceso de socialización e inmersión en la cultura, los cuales van a continuar al momento
de iniciar el proceso escolar normativo. Socialización que no está exenta de dificultades durante el
desarrollo escolar de cada persona y que al mismo tiempo pueden tomar distintas formas. No
obstante, el presente trabajo se direcciona hacia el problema de la violencia escolar. Un tema que
según datos del instituto nacional de derechos humanos (2022) ha presentado un aumento indicando
que, la Superintendencia de Educación, en los primeros seis meses de 2022, ingresaron 2 mil 968
denuncias sobre violencia al interior de colegios: alrededor de 6% más que el mismo período en
2019, y mil 700 denuncias más que las realizadas en dos años de cuarentenas. Al considerar las
implicancias en el desarrollo personal y social de los efectos de la violencia escolar en los niños,
niñas y adolescentes. Se torna importante generar un acercamiento a este tema como una forma de
adquirir conocimientos que brinden un apoyo en la prevención de la violencia escolar.

La violencia escolar es definida por el Ministerio de educación (MINEDUC 2019) como un


fenómeno relacional, cultural y multicausal, se trata de aquellos modos de relación que se
caracterizan por el uso ilegítimo de la fuerza y poder, que tienen como consecuencia el daño a la otra
persona, a nivel físico o psicológico, esta puede ser gatillada por múltiples factores. En diversos
países se ha observado que la tasa de violencia en las escuelas de Latinoamérica ha ido en aumento,
existiendo cifras alarmantes que no dejan indiferentes a la sociedad, es un fenómeno preocupante que
afecta a estudiantes, docentes y comunidades, pese a que se ha hecho un esfuerzo por contrastar los
altos índices de violencia, a través de programas y estrategias, las cifras siguen en aumento. Un
informe sobre la “Violencia escolar en América Latina y el Caribe; Superficie y Fondo de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO 2011), en
el que se analiza la violencia entre los estudiantes y de los docentes hacia los estudiantes, reveló que
en Centroamérica el 22.8 % de los estudiantes fueron víctimas de acoso, un 25.6%
estuvieron involucrados en peleas físicas y el 20.5 % sufrieron abuso físico o sexual, por su parte, en
Sudamérica, estas cifras son más elevadas, con un 30.2% acoso, 31.3% en peleas físicas y un 25.6%
acoso físico o sexual.

En Chile, se ha visualizado un aumento en las cifras de violencia escolar, en las últimas


décadas según la Superintendencia de educación (2023) en el año 2014 existieron 11.425 denuncias,
para el año 2022 esta cifra siguió en aumento con 16.160 denuncias de violencia escolar. Si bien es
un tema que está presente en las escuelas y se ha hecho una concientización a nivel colectivo, debido
a que la violencia como tal, tiene consecuencias negativas en los educandos, el Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF 2018) destaca, los niños expuestos a la violencia en las

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escuelas sufren daños físicos y trastornos psicológicos que pueden tener efectos negativos a largo
plazo, dificultar su aprendizaje y dar lugar a la deserción escolar. Por ende, los programas y
estrategias implementadas aún están en vías de desarrollo, más aún en el contexto municipal donde
los ingresos para capacitar a los docentes son escasos y entre la misma comunidad se hacen esfuerzos
para que la violencia escolar disminuya. Ante la presente realidad se ha tornado un desafío social y
educativo que requiere una atención urgente, si bien afecta a estudiantes de diferentes edades y
géneros, es en el contexto de la educación básica donde este fenómeno adquiere una importancia
significativa, ya que los estudiantes se encuentran en una etapa crucial de su desarrollo personal y
social. Es por ello, que en Chile se instauró una nueva perspectiva en las escuelas donde se lleva a
cabo la orientación emocional, reconociendo en las aulas que la violencia no es solo un problema
individual, sino que tiene raíces sociales y emocionales que deben abordarse de manera integral.

Por consiguiente, el 17 de septiembre de 2011, se promulgó la Ley de Violencia Escolar (Ley


N°20.536). Esta ley considera prevenir y abordar situaciones de violencia, discriminación o acoso
escolar en el ámbito educativo, a través de la promoción de una cultura de respeto, tolerancia y
diálogo en la comunidad escolar. Desde que se estableció esta ley, se ha hecho un mayor énfasis en la
prevención y detección temprana de la violencia en las escuelas chilenas, además, se han creado
protocolos para abordar y manejar los casos que se presenten, a través del programa de convivencia
escolar. A pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades y los centros educativos, los índices
de violencia en las escuelas chilenas continúan creciendo, en base a los datos de la Superintendencia
de educación en la región de Coquimbo para el año 2014 se reportaron 372 casos denunciados donde
se podía observar que primaba la violencia entre docentes a alumnos, para el año 2022 existieron 730
casos evidenciando que el patrón de violencia ha cambiado, ahora es la violencia entre alumnos la
que está dando mayor énfasis en la educación, afectando gravemente el ambiente de aprendizaje,
generando un impacto negativo en el rendimiento académico y la calidad de vida de los actores
involucrados.

Cabe señalar que este fenómeno no es una problemática específica de algún país o localidad,
sino que se puede presentar con diferentes frecuencias, factores o variables. “En Centroamérica, el
22.8% ha sido acosado, el 25.6% se ha visto envuelto en peleas físicas y el 20.5% ha sido atacado
físicamente. En Sudamérica, las cifras de acoso, peleas y ataques son más elevadas, con 30.2%,
31.3% y 25.6% respectivamente. En el Caribe también hay altas cifras con respecto a Centroamérica
y Europa, con un total de 25%, 38.3% y 33.8% por estas tres problemáticas que sugiere la
UNESCO”. Frente a esta situación, es necesario realizar una investigación exhaustiva que pretenda
determinar de manera precisa y confiable las diferentes dimensiones de la violencia escolar en
escuelas municipales de primer ciclo educativo, igualmente identificar los factores asociados a este
fenómeno.

La violencia escolar es un problema que afecta a muchas comunidades educativas en todo el


mundo, incluido Chile. Se trata de una preocupación significativa, ya que tiene consecuencias
negativas tanto para las víctimas como para los agresores y para el ambiente escolar en general. La
violencia escolar puede manifestarse de diversas formas, como el acoso verbal o físico, la exclusión
social, el ciberacoso, entre otros comportamientos perjudiciales.

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La violencia escolar puede afectar el rendimiento académico, la salud mental y emocional de los
estudiantes, y contribuir a un ambiente escolar poco seguro y propicio para el aprendizaje.
La contextualización del problema de investigación sobre la violencia escolar en Chile se centra en
identificar las variables sociodemográficas que pueden estar relacionadas con la percepción de la
violencia escolar entre estudiantes de 4° a 8° básico en colegios municipales de la ciudad de La
Serena. Esta investigación busca comprender los factores como la edad, el género y otros elementos
sociodemográficos pueden influir en la percepción que tienen los estudiantes sobre la violencia en
sus entornos escolares.

La relevancia de esta investigación radica en que una comprensión más profunda de las
variables sociodemográficas relacionadas con la percepción de la violencia escolar puede
proporcionar información valiosa para el desarrollo de estrategias de prevención y mitigación de la
violencia en los colegios. Al identificar factores específicos que puedan estar asociados con la
percepción de violencia, se pueden implementar intervenciones más efectivas, promoviendo un clima
escolar más seguro y propicio para el aprendizaje y el bienestar de todos los estudiantes.

1.2 Preguntas de investigación

1.2.1 Pregunta central

-¿Cuáles son las variables que se relacionan con una mayor presencia de violencia escolar?

1.2.2 Preguntas derivadas

-¿Existen diferencias en la visualización de violencia escolar entre las variables de sexo y curso?

-¿Se logra identificar la presencia de violencia escolar que incluya a docentes?

1.3 Objetivos de investigación

1.3.1 Objetivo general

-Identificar las variables sociodemográficas que presentan una mayor correlación con la percepción
de violencia escolar entre estudiantes de 4° a 8° básico de un colegio municipal de la ciudad de La
Serena.

1.3.2 Objetivos específicos

-Identificar frecuencias de violencia escolar entre la variable de sexo.


-Describir las frecuencias de violencia escolar entre las variables de curso.
-Analizar la correlación de las diferentes frecuencias de violencia escolar asociadas a las variables de
sexo y curso.
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1.4 Hipótesis del estudio
1.4.1 Hipótesis del trabajo

-Existen diferencias estadísticas de percepción de violencia escolar observadas entre niños y niñas.

-A mayor nivel de estudio, mayor percepción de violencia escolar.

1.4.2 Hipótesis nula

- No existen diferencias estadísticas de la percepción de violencia escolar observadas entre niños y


niñas.
-A menor nivel de estudio, menor percepción de violencia escolar.

1.5 Justificación de la investigación

La violencia escolar es un fenómeno complejo y preocupante que afecta a estudiantes,


docentes y la comunidad educativa en general. La justificación para realizar la investigación sobre
violencia escolar radica en la necesidad de abordar en profundidad este problema y proporcionar una
visión integral que contribuya a su comprensión y prevención. En esta investigación se abordará
desde la aportación práctico y social. Dentro de la implicación práctica, permitirá identificar los
grupos mayormente vulnerados, con un enfoque específico, lo que facilita el diseño de estrategias de
prevención de los daños más personalizado, habilitando así, un buen uso de los recursos.
Adaptándose a las necesidades de estos grupos específicos, lo que permite así implementar acciones
precisas y dirigidas.

A continuación, se presentan varias razones para realizar esta investigación:

Objetividad y Rigor Científico: la investigación se basa en la recopilación y análisis de datos


numéricos, lo que proporciona un enfoque objetivo y riguroso para abordar el problema de la
violencia escolar. Al utilizar métodos estandarizados y técnicas estadísticas, se puede obtener una
visión más precisa y generalizable de la magnitud y características de la violencia en el entorno
escolar.

Amplitud y representatividad: permitirá ampliar el alcance del estudio y obtener una muestra
representativa de la población estudiantil del fenómeno de la violencia escolar.

Identificación de patrones y tendencias: también podremos identificar patrones y tendencias en la


violencia escolar a través del análisis sistemático de datos. Se pueden explorar relaciones estadísticas
entre variables, como el curso, el sexo y otros factores asociados.

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Información para la formulación de políticas educativas: los resultados de la investigación pueden
proporcionar información clave para la formulación de políticas educativas y programas de
prevención de la violencia escolar. Los responsables de la toma de decisiones pueden utilizar los
datos numéricos para fundamentar sus acciones y destinar recursos de manera efectiva.

Contribución al conocimiento científico: la investigación sobre violencia escolar puede enriquecer a la


literatura científica con nuevos hallazgos y análisis estadísticos, lo que contribuye al avance del
conocimiento en el campo de la educación.

1.6 Viabilidad del estudio

La investigación científica juega un papel fundamental en el avance del conocimiento y la


comprensión de diversos fenómenos en la sociedad. Sin embargo, llevar a cabo esta investigación
requiere una planificación rigurosa y la evaluación de diversos factores que determinarán su
viabilidad. En esta introducción, se abordará la importancia de la viabilidad de la investigación,
considerando aspectos como el acceso a la muestra, los recursos disponibles y humanos, el tiempo
necesario y los recursos teóricos que se describen a continuación.

El tiempo para la investigación es posible llevarlo a cabo, ya que hay 4 meses para realizarlo
a través de análisis y recogida de datos, lo que da cumplimiento al proyecto. También se requieren
recursos financieros para costear el transporte e imprimir el cuestionario. Por otra parte, dentro de los
recursos humanos se consideran seis estudiantes de la carrera de licenciatura en ciencias de la
educación, profesores y alumnos, asimismo los recursos materiales que se necesitan son una
impresora, dispositivos electrónicos como notebook o computadora.

Para el acceso a la muestra necesitaremos la autorización del establecimiento, de los padres y


apoderados. Además, firmar el documento para la confidencialidad. Igualmente se debe aplicar el
instrumento a estudiantes de la comuna de La Serena de una escuela municipal ya que es una zona
geográfica accesible y por último contamos con material de revistas digitales como redalyc, scielo,
dialnet y google académico donde se encuentran artículos que puedan ayudar en la investigación,
diferentes leyes y políticas que aborden la violencia escolar en Chile.

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2. MARCO TEÓRICO

2.1 El fenómeno de la violencia escolar.

2.2 Conceptos

La violencia escolar es un fenómeno social con múltiples aristas que atañen a muchos
estudiantes de diferentes niveles y de variados estratos sociales. La cual se puede presentar de
diferentes formas, tales como violencia física, psicológica, sexual, social o inmobiliaria. Haciendo
referencia de igual forma a los distintos actores que se vinculan con este fenómeno el cual también
suele caracterizarse con el término de Bullying. Término ligado al psicólogo Dan Olweus. Con
relación a los actores involucrados, entre ellos encontramos “cuatro categorías: “agresor” (bully),
"víctima", "víctima-agresor”, y el “neutro” (compañero no implicado en el fenómeno de acoso)”
(Edurne Hagne Alfonso Loret de Mola et al. Bullying O Acoso Escolar. Creatividad Frente Al Rol
De Adolescentes, 2019). Los cuales en sí mismo se pueden diferencian en: edad, sexo, factor socio
económico y contextos donde el NNA está inserto, incorporando también variables individuales
como, lo psicológico, biológico o relacionado con los genes. Es importante recordar que este tipo de
interacción, contiene en sí misma una desigualdad entre sus actores y una intencionalidad. La cual se
puede dar por una predominancia en la fuerza física, posición social, intelectual o de poder simbólico
entre uno u otro. Sin olvidar al actor observador que no participa activamente en el fenómeno del
acoso, pero indirectamente puede contribuir a su mantenimiento. Al continuar con la misma línea de
ideas, se debe considerar las influencias de la tecnología, la cual genera nuevos escenarios y formas
de violencia escolar, los cuales se manifiestan principalmente a través de internet y el uso de las redes
sociales (Cyberbullying).

Ya sea por la Organización Mundial de la Salud (OMS 2003) entiende la violencia escolar
como, toda aquella acción incluida dentro del ámbito de influencia de la escuela que, por acto directo
u omisión, ya sea en grado de amenaza o efectivo, tiene la intencionalidad de dañar al otro, además
causa muchas probabilidades de lesiones, muerte o daños psicológicos, trastornos del desarrollo y
privaciones. Para el precursor del bullying “es una forma de violencia que se da entre compañeros y
por tanto frecuente en contexto escolar” Dan Olweus (1999). UNICEF (2014) considera que “la
violencia como tal, es una forma propia del ser humano al sentirse amenazado por su entorno, es un
acto que es casi imposible de eliminar en las escuelas debido a que los factores provienen de
diferentes índoles”. Para Varela (2009) La violencia escolar es una temática que no está alejada de la
realidad chilena, puesto que es en las salas de clases donde se van construyendo las normas de
convivencia y se adquiere mayor socialización, es aquí donde se deben poner reglas para que los
alumnos generen un ambiente de respeto y empatía hacia el otro.

La Organización Mundial de la Educación (2015) señala que, es un fenómeno de carácter


reiterado que causa daño tanto a docentes, alumnos y estamento educativo, esta puede tener múltiples
causas y factores. Por consiguiente, en Chile, los pioneros en investigar la violencia escolar son
Varela et, al. (2009) los cuales definen la violencia como un fenómeno complejo y multicausal, que

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tiene consecuencias negativas para todos los actores que están involucrados es un fenómeno que
aparece en edades tempranas, con un fuerte componente biológico y que determina la conducta
posterior.

2.3 Tipos de violencia

Al analizar la violencia escolar y profundizar en las diferentes variables que confluyen en la


misma, se torna importante y necesario ampliar el alcance de este fenómeno, incorporando “Tres
formas posibles de relación: violencia en la escuela, hacia la escuela y de la escuela.” (Varela T.,
2010). Esto nos sitúa en la integración de nuevos actores a los ya mencionados, tales como la figura
docente y la propia institución escolar. Donde se puede presentar distintos tipos de violencia, los
cuales pueden ser desde los docentes o hacia los docentes, o desde la institución o hacía la misma.

El Mineduc (2019) distingue 6 tipos de violencia escolar:

Agresividad: se refiere a un comportamiento defensivo natural que se utiliza como una manera de
enfrentar situaciones del ambiente o de la convivencia que son percibidas como riesgosas o
amenazantes. Agresiones físicas: se refiere a aquellas peleas que incluyen contacto físico entre los
participantes y que surgen debido a alguna diferencia, descontrol o conflicto mal resuelto.

Violencia psicológica o emocional: se refiere al uso de descalificaciones, amenazas, insultos o


burlas hacia algún miembro de la comunidad, ocurridas en ocasiones puntuales, de manera presencial
y directa, de manera indirecta (por ejemplo, a través de rayados en el baño o en murallas), o de
manera virtual (por ejemplo, a través de redes sociales).

Violencia social: consiste en la manipulación de la relación o de la participación de la víctima en la


convivencia cotidiana. Se produce a través de los rumores malintencionados, revelar secretos o
aspectos de la vida íntima de las personas, aislar a un miembro del grupo, hablar mal de otras
personas.

Violencia contra la infraestructura o los espacios escolares: se trata de aquellos actos en que se
produce un daño deliberado al edificio, el mobiliario, materiales, recursos u otros elementos que
forman parte del espacio escolar.

Acoso escolar: una de las formas de violencia que más impacto causa en la actualidad es el acoso,
conocido también como bullying o matonaje. Ha sido definido en el marco legal como “toda acción u
omisión constitutiva de agresión y hostigamiento reiterado, realizada dentro o fuera del
establecimiento educacional por estudiantes que, en forma individual o colectiva, atenten en contra
de otro estudiante, valiéndose para ello de una situación de superioridad o indefensión del estudiante
afectado, que provoque en este último, maltrato, humillación o fundado temor de verse expuesto a un
mal de carácter grave, ya sea por medios tecnológicos o cualquier otro medio”.

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Ciberacoso: conocido también como ciberbullying, consiste en una forma de violencia similar al
acoso escolar, pero que utiliza medios tecnológicos como redes sociales, internet u otros espacios
virtuales por lo que su difusión e impacto en todos los involucrados y en la convivencia general de la
comunidad es mucho mayor.

2.4 Diferencias en función del sexo y curso

Se ha evidenciado que las variables de sexo y curso desempeñan un papel importante en la


manifestación y experiencia de la violencia en el entorno escolar. Pellegrini y Long (2002) señalan
que las diferencias de género en la violencia escolar son notables, tanto en la manifestación física
como en la relacional. Los estudios han mostrado que los niños tienden a participar más en conductas
físicamente agresivas, como peleas o golpes directos, mientras que las niñas tienden a involucrarse en
formas más sutiles de agresión, como la exclusión social y la manipulación emocional. Esto puede
deberse a la socialización de género ya las expectativas culturales que influyen en los roles que
desempeñan tanto niños como niñas en situaciones conflictivas.

Farrington (1993) señaló que los hombres participan en ofensas asociadas al bullying más que
las mujeres, sin embargo, ambos son victimizados en igual medida. Esto se puede explicar debido a
la manera en que se ha conceptualizado la agresividad desde lo físico y verbal. Sin embargo, algunos
estudios y teorías han intentado comprender las diferencias de género en la participación en ofensas
asociadas al bullying. Esencialmente, hay varios factores que pueden influir en estas diferencias
aparentes. Uno de ellos es la socialización de género: desde una edad temprana, los niños y las niñas
pueden ser socializados de manera diferente en términos de roles de género, expectativas y normas
sociales. A menudo, a los niños se les enseña a expresar su dominio y fuerza como una forma de
afirmar su masculinidad, lo que puede contribuir a la aparición de comportamientos más agresivos o
intimidatorios.

Igualmente, algunos estudios han señalado diferencias en los estilos de agresión entre los
géneros. Bettencourt, Miller y Byrnes (2010) encontraron que los hombres tienden a mostrar una
mayor inclinación hacia la agresión física, mientras que las mujeres pueden emplear más estrategias
de agresión relacional, como la exclusión social y la manipulación de relaciones.

Además de las diferencias de género, la edad también juega un papel significativo en la


manifestación de la violencia escolar. Pellegrini y Long (2002) encontraron que la agresión física
tiende a disminuir con la edad, mientras que la agresión relacional puede aumentar. En los primeros
años de la escuela primaria, es común ver peleas físicas entre niños más pequeños debido a la falta de
habilidades para resolver conflictos de manera pacífica. Sin embargo, a medida que los niños crecen,
pueden desarrollar estrategias más sutiles de agresión para lograr sus objetivos o resolver disputas.

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2.5 Aumento de las denuncias vinculadas a la violencia escolar entre estudiantes en
Chile

Al visualizar los datos entregados por la Superintendencia de educación en materia de


violencia entre estudiantes, se puede apreciar un incremento en estas denuncias. En el año 2019 las
estadísticas representan el maltrato en dos áreas; maltrato psicológico y maltrato físico. Mientras en
el año 2022 las cifras solo las categorizan en maltrato entre alumnos. Al compartir estos resultados,
se puede conocer que el maltrato físico entre estudiantes durante el año 2019, tuvo un total 1.740,
mientras el maltrato psicológico entre los mismo actores, evidenció un total de 1.366, entregando un
total de 3.106 denuncias por maltrato. No obstante, al observar los datos de la Superintendencia en el
año 2022, se entregaron un total de 5.108 denuncias por maltrato general entre alumnos excluyendo
al nivel de párvulo. Estas cifras nos hablan de un fenómeno que cada vez requiere más atención, tanto
en los distintos tipos de violencia, como en las formas o procedimientos que se utilizan para la
prevención, abordaje y resolución de situaciones de violencia.

2.6 Ley de convivencia escolar en Chile

En relación al marco normativo de la convivencia escolar en Chile (ley 20.536) encontramos


dos dimensiones que se relacionan con este fenómeno, una vinculada con una buena convivencia
escolar, y otra con el acoso escolar. La primera expresa que es necesario contar con relaciones
positivas y armónicas que permitan que todos los integrantes de la comunidad educativa puedan,
dentro de un clima propicio cumplir con los objetivos y metas educativas de cada institución escolar,
junto con contribuir al desarrollo integral de los estudiantes. La segunda dimensión contiene toda
acción u omisión que se relacionen con conductas agresivas, violentas o revestidas de hostigamiento
insistente que afecten o atenten contra otro estudiante y que presente una desigualdad, factor de
superioridad e igualmente una indefensión de otro estudiante agredido, desencadenando hechos de
humillaciones, maltratos o temor dentro o fuera del establecimiento educacional, incorporando
también los de medios tecnológicos. Considerando que estos estudiantes pueden agredir de forma
individual o colectiva, tomando en cuenta factores como la edad o condición.

2.7 Violencia escolar como factor de riesgo

Cuando se aborda la violencia o el acoso escolar, se torna importante considerar los efectos o
consecuencias a nivel personal y social de los y las estudiantes. Los cuales se pueden vincular con
depresión, ansiedad o ideación suicida. Aspectos significativos pensando en las etapas del desarrollo
(infancia, adolescencia) y en la configuración de la personalidad, identidad y los tipos de vínculos o
relaciones que se estructuran a raíz de situaciones de maltrato. Incorporando también en estas
interacciones a todos los actores de la comunidad educativa, tales como docentes, apoderados,
asistentes de la educación o directivos. Según datos entregados por la Superintendencia de educación,
existen denuncias de maltrato hacia funcionarios del establecimiento escolar, tanto de apoderados
como de estudiantes. Según estos datos en el año 2019, los maltratos de estudiantes y apoderados
hacia el docente y/o asistente de la educación presentó un total de casos denunciados de 206.
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Mientras en el 2022 se evidenció un total de 115. A pesar de ver una disminución en las denuncias
realizadas en este punto, no deja de ser preocupante el punto donde se involucran adultos y muestran
actos de violencia en presencia de NNA.

2.8 El rol de la violencia escolar

Dentro de las diferentes situaciones de violencias que pueden surgir dentro de los
establecimientos educacionales, o las diferentes direcciones que puede tomar una situación de
violencia particular, también puede visualizarse el rol que puede surgir entre los actores involucrados.
Entre ellos podemos mencionar como, víctima, victimario y observador. Involucrando no solo a los
alumnos, también a toda una comunidad escolar. El papel del observador es crucial, ya que puede
influir significativamente en la prevención y la mitigación de la violencia en el entorno educativo. A
continuación, se destacarán algunas características de la persona que observa la violencia y la
importancia de su intervención. Desde esta visión, los observadores, son simples espectadores que
no son capaces ni de prevenir ni de actuar ante la violencia escolar. Es decir, poseen cierta tolerancia
ante la violencia, aunque se pueden llegar a sentir culpables e indefensos ante tales hechos. Y ya sea
por el hecho de no conocer a la víctima, por no saber cómo ayudarle, o por motivos relacionados con
su autoimagen, deciden no intervenir (Gini, Albiero, Berreli y Altoé, 2008; Quintana et al., 2009;
Sánchez-Lacasa y Cerezo, 2011).

Elisabet Sanchez (2016) Menciona que desde la visión de la prevención de la violencia escolar, el
tratamiento y la intervención de esta; se debe indagar en los distintos tipos de observadores frente a
las situaciones de violencia escolar, refiriéndose a tres subtipos de ellos, tales como:
1. Observador activo: son aquellos que pertenecen al círculo cercano del agresor, es decir, los
amigos, los que incentivan esa actitud. Por ejemplo: cuando su amigo está acosando a otro, él o ella
se anima y se burla de la víctima.
2. Observador pasivo: son aquellos que se encuentran fuera del contexto de acoso, pero con su
silencio lo que logran es dar una aprobación malinterpretada a los agresores y no hacen nada para
evitar ese comportamiento.
3. Observador proactivo: cumple el papel del defensor, de aquel o aquella persona que pide ayuda a
un maestro/a, e incluso brinda su ayuda a la víctima. Es el que minimiza los daños emocionales que
el agresor puede ocasionar a la víctima.

Hemos de matizar que estas personas, más que observadores, simple y meros observadores son
personas que cumplen una función muy importante pues de ellos y ellas depende el que sea mayor o
menor el daño que sufre la víctima, lo cual debemos intentar manejar y saber conducir para el
tratamiento (y sobre todo para la prevención) de estas conductas.

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3. MARCO METODOLÓGICO

3.1 Enfoque de investigación

La presente investigación presenta un enfoque cuantitativo, el cual apunta hacia generar


conocimientos de carácter objetivo mediante la recopilación y análisis de datos cuantificables a través
de métodos estructurados, los cuales le otorgan un valor a la variable o variables de investigación.

3.2 Alcance del estudio

El alcance del proyecto de investigación será de tipo correlacional, debido a que asocia
variables de curso y sexo en un contexto de violencia escolar en la ciudad de La Serena, todo visto
desde la mirada del observador, del cómo se percibe este fenómeno en estos sujetos de estudio y sus
resultados cuantitativos del test de violencia escolar. Este alcance es considerado por el autor
Hernández et al., (2018) como Investigaciones que pretenden asociar conceptos, fenómenos, hechos
o variables que miden las variables y su relación en términos estadísticos”.

3.3 Diseño de investigación

El diseño de investigación es cuantitativa no experimental, de tipo transversal y correlacional.


La elección de un diseño no experimental permite observar y medir dos variables sin intervenir en el
entorno de los participantes. El enfoque transversal facilitó la recopilación de datos en un sólo
momento, proporcionando información sobre la percepción de la violencia escolar en estudiantes de
4° a 8° básico. La metodología correlacional se utilizó para examinar las relaciones entre las
variables sexo y curso, su propósito es describir variables y analizar su incidencia e interrelación en
un momento dado, según Liu et al,. (2008) indica que, los diseños de investigación transversal
recolectan datos en un sólo momento, en un tiempo único.

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3.4 Variables
Cuadro 1
Variables asociadas al observador.

Definición conceptual Definición operacional


1. Violencia general: incluyó 10 preguntas que Encuesta sobre convivencia escolar para
indagan acerca de haber observado violencia física alumnos de enseñanza básica, compuesta por
y/o verbal en el colegio entre los alumnos. 25 preguntas.
La consistencia interna de la escala es de 0,83.

2. Violencia adultos: incluyó 5 preguntas de


violencia ejercida por adultos.
La consistencia interna de la escala es de 0,75.

3. Relación: consideró 5 preguntas, todas relativas


a la percepción del alumno respecto de la relación
entre distintos actores de la comunidad escolar.
La consistencia interna de la escala es de 0,73.

4. Conductas graves: incluyó 5 preguntas que


abordan temas como la posesión de armas y el
consumo de drogas en el establecimiento
educacional. La consistencia interna es de 0,72.

3.5 Muestra

El presente estudio consiste en una muestra de estudiantes de 4° a 8° básico de un colegio


municipal de la ciudad de La Serena. El cual se vincula con un tipo de muestreo probabilístico, donde
se seleccionó a los participantes de estos cursos en relación a un criterio de representatividad de
estudiantes de enseñanza básica, los cuales comparten una etapa del desarrollo con una viabilidad
para responder a las preguntas de investigación considerado los factores del cansancio y
concentración. Se trabajará con todos los estudiantes de cada curso, los cuales tienen un promedio de
cuarenta estudiantes por sala.

3.6 Instrumento

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El instrumento que se utilizará para realizar el estudio es la Encuesta de violencia escolar en
Educación básica de la Fundación Paz Ciudadana, et al, (2010) se trata de una escala de tipo Likert
para la evaluación de la Violencia Escolar.

La encuesta de violencia escolar incluye a la víctima, el victimario y observador, pero en esta


investigación se evaluarán sólo las preguntas y respuesta del observador, la que incluye 25 preguntas
que integran cinco categorías de respuesta que son (a) nunca, (b) 1 vez, (c) 2 o 3 veces, (d) 4 o 5
veces, (e) 6 o más veces, para estás preguntas evalúa las situaciones de violencia entre menores que
se producen en el Establecimiento Educacional de La Serena, preguntando a los menores por la
frecuencia con que han observado conductas violentas durante el primer semestre escolar.

El instrumento original presenta una consistencia interna para 1) Violencia General de 0.83, 2)
Violencia Adulto 0.75, 3) Relación 0.73 y 4) Conductas Graves 0.72.

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4. Cronograma

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5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bettencourt, BA, Miller, N. y Byrnes, JP (2010). Diferencias de género en la agresión en función de la provocación:
un metanálisis. Boletín Psicológico, 135(5), 856-874.
https://drive.google.com/drive/u/0/folders/1si5gX3uNr3gKEqeED6KjdC3drM2JWeUt-4ZI

Las alarmantes cifras de bullying en América Latina y el Caribe. (2018, October 22).
LatinAmerican,https://latinamericanpost.com/es/24049-las-alarmantes-cifras-de-bullying-en-america-latina-y-el-
caribe)

Bullying o acoso escolar. Creatividad frente al rol de los adolescentes. (n.d.). SciELO Cuba.
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1028-48182019000601202

Estadísticas – Superintendencia de Educación. (n.d.). Superintendencia de Educación.


https://www.supereduc.cl/categoria-estudios-estadisticas/estadisticas/

Guerra, P. (2022, abril). Marco normativo de la convivencia escolar en Chile - Conceptos y aspectos críticos. BCN.
https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=repositorio/10221/33123/1/
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Elisabet Sanchez Venteo (2016). El bullying y la violencia escolar.


file:///C:/Users/Carlos/Downloads/Dialnet-ElBullyingYLaViolenciaEscolar-6941041%20(1).pdf

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6.
ANEXOS

- Instrumento de recogida de datos.


- Encuesta sobre Convivencia Escolar para Alumnos. Item de observación.

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