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Martín

Olvidarte ha sido un proceso difícil, porque cada vez que siento que puedo continuar, una
mínima cosa me recuerda a ti.

Nunca quise alejarme de ti, al contrario, mientras más me presionaba por dejar de pensarte
más te pensaba.

Espero que entiendas la razón por la cual decidí que ya no siguiéramos juntos, y es que, si
continuábamos así, ni tu ni yo hubiéramos sido felices. No fue la falta de amor la que nos
separó, simplemente necesitábamos crecer por separado.

Existieron cosas con las que no me sentía a gusto, y apuesto que para ti también existían
esas cosas, sin embargo, gracias por todos los buenos momentos (y por los malos también)
que me hiciste pasar.

Gracias por ser la primera persona de la que me enamoré realmente, aquella que me hizo
darme cuenta de que el amor no es necesariamente malo y por la cual aprendí a expresar lo
que siento sin temor a ser cursi o sensible.

Poco a poco he ido sanando, dándome cuenta de que no todo es malo, que también
existieron cosas muy buenas.

Por el momento no puedo asegurarte mi amistad, porque es sumamente reciente para mi


toda la situación, pero te puedo ofrecer mi existencia. No hacer como si no nos
conociéramos, no ignorarnos, no olvidarnos, no bloquearnos (aunque nunca lo hice). ¿Quién
sabe? a lo mejor en un futuro podamos ser buenos amigos.

Te escribo esto porque siento la inmensa necesidad de decir aquello que en esa ocasión no
pude decir por estar cegado por el dolor, plus, un poema que hice inspirado en todo el duelo
que se lleva al terminar una relación, porque fuiste la inspiración que me hizo volver a escribir
(como el cuento que te dedique “El Pintor Y El Duque”, en donde expresaba todo lo que
sentía por ti, o el poema “He De Confesar”, en el cual los detalles que expresa Aurelio Borja
sobre Alonso De Mier eran las cosas que me encantaban de ti, en fin creo que ese último
nunca lo leíste) y es que lo que escribí para ti, son de las mejores cosas que he escrito,
porque salieron de mi corazón.

Te deseo lo mejor, eres una persona asombrosa que tiene tantas cualidades y áreas de
oportunidad para mejorar. Mi consejo: no te guardes lo que sientes solo para no herir a las
personas, piensa primero en ti, y como te lo dije: ¡EN LO QUE TÚ QUIERES!

Perdón por hacer que te sintieras culpable (intuición, nadie me quiso decir lo que te pasaba
por mi seguridad jajaj) o por hacerte sentir obligado a estar junto a mí, o cualquier cosa con la
que te pude herir. Igual te perdono por haberme lastimado (no más remordimiento por favor,
no te odio, iba a pasar en algún momento y ambos lo sabíamos).

Lamento muchísimo que el Duque y el Pintor no tuvieran un final feliz.

Hablamos en un futuro no lejano Martín, disfruta el poema.

-Angel
“Duelo”

NEGACIÓN

¡Te he vuelto a imaginar!

Esa es la idea abstracta que rodea mis sueños,

acompañada del más cruel de las memorias:

los vagos de los detalles de ti.

Durante las madrugadas de insomnio,

abrazo la almohada firmemente,

deseado que no me falte,

tu anhelado amor mío.

IRA

No me es posible razonar,

las cuestiones por las cuales me has dejado de amar.

¿Fue culpa mía por saber que querer?

¿O fue culpa tuya por no saberme leer?

Independientemente del motivo por el cual lo tuvimos que dejar,

es de suma importancia iniciar el fuego y comenzar a quemar,

las tiernas palabras de promesa,

aquellas de las que fui presa,

para poderte pronto olvidar,

y una persona nueva encontrar.

NEGOCIACIÓN

Después de tanto reflexionar,

una propuesta puedo plantear:

¿Te parece bien que te quiera de lunes a viernes?


Asi podremos descansar los fines de semana,

para sanar individualmente el corazón.

El contacto sobra en este trato,

estar en la misma habitación sin entablar ninguna conversación,

u observarte a escondidas ignorando las penas.

Infortunadamente para mí, a pesar de mi madurar,

De ti me volvería a enamorar.

DEPRESIÓN

A veces te recuerdo a las 11 de la noche,

para poder pensarte solamente una hora al día,

pero casi siempre arruino la media,

teniendo un desenfrenado encapriche.

Créeme cuando te digo que intente odiarte,

subyugar los recuerdos absurdos de tu ser.

desterrarte de la asociación de las cosas,

limitar mis pensamientos a lo justo y necesario.

Sin embargo, en contradicción a los consejos de amor

te he vuelto a imaginar.

ACEPTACIÓN

Al final pude entender,

la causa de nuestra falla al corazón.

que no fue la inestabilidad de tu querer,

ni la enorme insistencia de mi ser,

sino aquel tiempo que me pediste para poder crecer.

No toca más que aceptar,

la inexistencia de este amor fatal

que, si bien, nos detuvo vida,


también debemos darle una buena despedida.

Angel Reyes Aguilera

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