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FEDERICO BARRETO

Su padre, Federico María Barreto, fue coronel de infantería del ejército peruano.


Federico Barreto nació el 8 de febrero de 1868, 1 según se comprueba con su partida de bautismo, y vivió
en Tacna durante la ocupación chilena que siguió a la Guerra del Pacífico. En esta ciudad llevó a cabo
una intensa vida intelectual y periodística, abogando por la peruanidad de los territorios ocupados
por Chile y oponiéndose a la chilenización.
Fue miembro fundador del semanario El Progresista (1886) y del Círculo Vigil (1888).1 Con su hermano
José María, integró el grupo literario llamado "La Bohemia Tacneña", en cuya revista
literaria Letras colaboraron, entre 1896 y 1898, escritores como Rubén Darío, Clemente Palma, José
Enrique Rodó y José Santos Chocano.
Con su hermano Federico María Barreto fue codirector del diario “La Voz del Sur”. En 1911 una turba
chilena destruyó las imprentas que publicaban los dos diarios peruanos de Tacna: “La Voz del Sur” y “El
Tacora” (dirigido por Andrés Freyre Fernández),1
En 1912, publicó el poemario Algo mío,1 el cual le ganó gran popularidad en el público, que agotó la
edición. Fue reeditado en 1925 con igual éxito.
En 1921, publicó el relato La Procesión de la Bandera.- Episodio histórico del cautiverio de Tacna.
En 1925, habiéndose planteado la realización de un plebiscito (que nunca se llevó a cabo) para que las
ciudades de Tacna y Arica decidan a qué país integrarse, integró la Comisión de Propaganda de la
Delegación Peruana. Basado en esta experiencia, escribió Frente al morro, un diario de la vida a bordo
del navío "Ucayali", en el cual se estableció la delegación peruana frente al puerto de Arica.
En 1927, publicó el poemario Aroma de mujer.
Federico Barreto murió en Marsella, Francia, el 30 de octubre de 1929, el mismo año en que Tacna volvió
a suelo peruano.
En 1968, sus restos fueron repatriados desde Marsella e inhumados en el Cementerio General de Tacna.

La poesía de Federico Barreto[editar]


Desde el punto de vista temático, la poesía de Federico Barreto muestra dos grandes vertientes.
La primera es la poesía que canta a su ciudad natal, Tacna, en la época de la ocupación chilena después
de la Guerra del Pacífico. Observamos aquí la influencia del romanticismo en el amor al suelo patrio y la
concepción de la poesía como la expresión de un pueblo. El crítico Ricardo González Vigil menciona la
influencia de poetas como Manuel José Quintana y José Joaquín de Olmedo, en su reivindicación de los
valores cívico-patrióticos.2 Esta faceta de su producción literaria es la que le ganó el apelativo de "El
cantor del cautiverio".
La segunda es la poesía amorosa, a la cual imprimió una sensualidad marcadamente intensa para la
época. El ser amado en la poesía de Federico Barreto no es un objeto idealizado, sino un ser de carne y
hueso. En esta vertiente se aprecia la influencia del modernismo, por su exaltación de lo sensorial y lo
pasional. Sus poemas amorosos gozaron de gran popularidad.
Poemas:
Más allá de la muerte El beso El nido vacío
Antes que tú Último ruego

JOSE MARIA BARRETO


 (16 de noviembre de 1875 - 11 de agosto de 1948) fue Cónsul General
del Perú en Ginebra, Suiza, y fundó la revista Letras, en la que colaboraron Rubén
Darío y José Enrique Rodó, entre otros notables escritores; en 1899 dirigió La voz del sur,
fue cofundador de Talia Tacneña, integrante de la Bohemia Tacneña y del Círculo Vigil.1
Fue distinguido con el reconocimiento de Justos entre las Naciones por su contribución a
la salvación de varios judíos víctimas de la persecución nazi.

Biografía
Su hermano fue el poeta Federico Barreto conocido como «El cantor del
cautiverio».1
Vida intelectual y periodística
José María Barreto vivió en Tacna durante la ocupación chilena que siguió a la Guerra del
Pacífico. En esta ciudad llevó a cabo una intensa vida intelectual y periodística, abogando
por la peruanidad de los territorios ocupados por Chile y oponiéndose a
la chilenización junto a su hermano.
Obligado por los chilenos a abandonar Tacna es nombrado, en Lima, director del diario
oficial El Peruano, en 1911. Quienes lo conocieron afirmaban que era de carácter muy
reservado, tanto es así que su apodo era “el lúgubre”. 4 Sus escritos, en la prensa, los firmó
con los seudónimos Joseph Marius, René Tupic y Ramón Román.
Fue miembro de la Real Academia de Historia y de la Real Academia Geográfica de
Madrid, y de academias de historia y geografía de Brasil y Bolivia, y de la Asociación de
Derecho Internacional de Washington. Recibió condecoraciones y honores de países
extranjeros.
Carrera como diplomático
Al inicio de su carrera fue nombrado secretario general de la delegación peruana
al plebiscito de Tacna y Arica, en 1925.
Barreto representó al Perú en misiones diplomáticas en México, Bolivia, Venezuela,
Francia, Panamá, Alemania, Suiza, en la delegación peruana ante la Liga de las Naciones,
predecesora de las Naciones Unidas y, siendo su integrante, sirvió en el Comité encargado
de resolver el conflicto chino-japonés por la Manchuria.
El caso de las visas a judíos[editar]
José María Barreto, desempeñándose como cónsul general del Perú en Ginebra, Suiza,
expidió 27 pasaportes peruanos para 58 judíos, entre los cuales se encontraban 4 niños,
prisioneros en el campo de concentración de Vittel, en Francia, a raíz de una gestión que
ante él hiciera un representante de una célula de asistencia a los judíos. Esos prisioneros
iban ser enviados por los nazis a Auschwitz, en Polonia. En 1938 el Gobierno peruano
había dado instrucciones explícitas a todos sus consulados en Europa de no emitir visas a
inmigrantes extranjeros, con particular énfasis a los de origen judío, 3 pero el diplomático
peruano no acató la prohibición.2 Por esa razón fue destituido.5

Premios y reconocimientos
Fue homenajeado el jueves 12 de junio de 2014 en el memorial Yad
Vashem de Israel como justo entre las Naciones por su participación en salvar la
vida de 58 judíos —incluyendo 4 niños— en Francia. 23
Las obras de misericordia corporales  
Las obras de misericordia corporales son actos de amor que abordan
las necesidades físicas y materiales de los demás. Las obras de
misericordia corporales son las siguientes:
 Dar de comer al hambriento.
 Dar de beber al sediento.
 Vestir al desnudo.
 Visitar a los encarcelados.
 Proteger a las personas sin hogar.
 Visitar a los enfermos.
 Enterrar a los muertos.

Las obras de misericordia espirituales


Las obras de misericordia espirituales abordan las necesidades
mentales, del corazón y del alma de las personas. Las obras de
misericordia espirituales son las siguientes:
 Amonestar al pecador. (Corrija a quienes lo necesiten).
 Educar al ignorante. (Comparta nuestro conocimiento con los demás).
 Aconsejar a quien duda. (Dé consejos a quienes lo necesiten).
 Consolar al triste. (Consuele a los que sufren).
 Tolerar los errores con paciencia. (Tenga paciencia con los demás).
 Perdonar todas las heridas. (Perdone a quienes nos lastiman).
 Orar por los vivos y los muertos.

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