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Luciano Serrani Lecturas de La angustia Una introduccién al psicoandlisis que inaugura el Seminario 10 de Lacan ‘ Usa inten scan si quinn jeacan bakoen Indice isnvarearossnorss 1 Pecans To Agvaeciniontos 7 coo i018 Parra Penge lecture y pe qué intedtoia n CAPITULO 1 La angustiay ol dso del Otro ” {0210 ttr Vos, ora» Boil CaPiTULo 2 ‘Coa in 148 AS ene Arent Eau: Jetraviva.editi@gmail.com / wes rack: www letravivalibeos.com El objeto del deseo - q Apindice A a 52099, Sera ‘Bfototo causa yt signicanta " ‘eam: Lucianoserrani@hotmail.com ~ oe Director str: Leandro aldo CaPiTULO 3 Correccidn: Nicolds Cerruti ‘Los niveles del objeto. . = AvéadicoB Primera dn Spite de 2020 Unfit, a falta doef, yl agujero. Sobre In insistente ‘nunca del todo resulta ambiguedad entre castracion y privacion 175 Iimprso en Argentina - Printed in Argontna y nunca del todo resuclta ambiguedad entre ve ud haha dept que areal Lay 11.728, 7 CapiTULo 4 Prohibida ls repreducrién tal o parcial de esta obra bajo cualquier método, poe . pore La ee ers Suse ce ca Sra a arate Prefacio Por qué lectura y por qué introductoria Se trata verdaderamente de lecturas sobre la angustia, y no de otra cosa. No perseguiremos para este trabajo la finalidad propia del resumen ni tampoco la del comentario, cuyas exigencias y condiciones tampoco podriamos ni querriamos asumir. Para decirlo sencillamente, mientras que el resumen de un texto cualquiera aspira a “reducir” (tal vez no solamente en el aspecto cuantitativo, pero la cantidad es ciertamente un factor), el comentario se inclina més bien hacia una suerte de valoracién de la obra, del tipo que sea, en si misma. Nuestra pretensién es sensiblemente distinta. Lectura significa (al menos en la definicién que elegimos darle aqui) algo que no estaria entera- mente del lado del texto, ni tampoco del lado del sujeto lector. No hay pretensién de acceso a una supuesta esencia del texto, que se trataria de extraer, ni tampoco valdria para el caso cualquier interpretacién. Una lectura se apoya en el texto sobre el que opera y le imprime sus marcas previas; pero a la inversa, el texto produce las suya propias, y hasta se podria decir que se inventa un cierto lector. El texto produce cambios en el lector, puesto que de otro modo, gpara qué serviria leer? En suma, se trata de algo que consideramos un encuentro. Silo hemos Mamado “lectura”, es en este sentido preciso: una lectura singular (por ende, ni autorizada ni desautorizada) del texto de Lacan, transferencia mediante. El resultado podré juzgarlo el propio lector, reiniciando para sila posibilidad de nuevos encuentros y/o desencuentros. Ademas hemos adjetivado esa lectura como introductoria. Se trata para nosotros de poder explicitar el éngulo mismo bajo el cual hemos decidido encarar la transmisién enseiiante. Cudl es este éngulo? Simplemente, el deno dar por sentadas algunas cuestiones previas necesarias para el enten- dimiento de los problemas cruciales de este seminario. En tal sentido, se 11 arce onde at evn en van eabmre as asnt ue hactn dl seminar de La ALGUNAS cURSTIONES DE MErODO. problema de la trans el fin del andlisisy Hay euestiones que podemos Hamar metodolégi ‘medida en que apuntarian a delimitar el marco mist y también a esclarecer nuestro modo de avanzar en 6, ‘menos en Ia stro trabajo, En primer término, entonees, aquellas cuestiones que refieren al ‘objeto del que se trata aqui: a angustia, Objeto bien particular en este 13 2 Tered significant ‘ste elem en eat do progresvamente: oun texto escrito, sino también y sobre todo, fu ensetianra (una ensefanza que es einen sus fallidos, sus vids y hasta. ous ret el te serra, radu, revision, ete Su ‘Bebe As laren ai, pdemos ha eno es mise cera reso og Capiruzo 1 La angustia y el deseo del Otro Luciano Serrani de otras tantas cosas (en particular dos que serdin retrabajadas aqui: por un lado el estadio del espejo como instancia de la formacién del yo, y por otro la instancia de la letra, 0 lo que podriamos llamar la doctrina Gel significante). ‘Pero Lacan menciona algo atin més especifico que es el fantasma. Ya en sus primeros sefialamientos, en la primera sesién del seminario, menciona unas Jornadas Provinciales (y el eco que qued6 de ellas) donde la cuestién del fantasma habria tomado el lugar de la angustia en las concepciones de los analistas. Lacan responde que no hay por qué sorprenderse de ello, puesto que al fin y al cabo se trata del mismo lugar. ‘As{, ya podriamos extender una primera conclusién y decir que la cuestion del fantasma (del que fue necesario decir algunas cosas antes) se completa ahora con la introduccién de la angustia. Se entender4, sin embargo, que dicha completud no puede ser mds que metaforica, puesto que la cuestidn de la angustia no completa nada, sino que, casi por el contrario, abre a mayores y més interesantes planteos. No obstante, podemos suscribir al postulado de Lacan, de que la angustia posee un lugar central, tanto en la doctrina como en la prdctica analitica, por cuanto inaugura wna dimensién del deseo del sujeto en su diferencia, digamos, mas radical, respecto del deseo del Otro‘. Esto sélo ya es una afirmacién de mucho peso, y deberemos, en lo sucesivo, intentar argumentarlo con la mayor exhaustividad que nos sea posible. Por el momento, baste con decir que entre la angustia y el fantasma se juega una relacién muy estrecha, tanto que Lacan llega al punto de homologar sus respectivos lugares. Pero, gqué puede querer decir que el lugar de la angustia sea el mismo que el del fantasma? La pregunta en sf misma posee una serie de impli- caciones que bien se podrian objetar. Por ejemplo, {desde cuando se supone que debemos concebir al fantasma como algo que viene a inscri- birse en un lugar? Objecién tanto més pertinente atin si se trata de la 4. En efecto, consideramos que abordar la diada angustia-fantasma_ plantea dificul- tades que sélo se iluminan con la introduccién del tercer término, el deseo. Dicha necesidad se observa por doquier. “El fantasma es el sostén del deseo”, “el deseo es eldeseo del Otro”, “la angustia surge ante el deseo del Otro”. Este pequetio cireuito, al que podrian agregarsele innumerables rutas, merece recorrerse tanto como sea necesario para poder escandir sus igualmente innumerables implicancias, 5. Hay efectivamente un lugar del fantasma en el “grafo (o grama) del deseo”. Sin ‘embargo, este es un lugar que de ningtin modo podriamos considerar unificado o Uunificante, puesto que se trata de un punto de articulacién de los lugares del sujeto y el objeto. Diferente seria considerar (lo cual es mucho mas habitual en la ensefianza Jacaniana) que hay wna escritura del fantasma, en el sentido de un matema, Soa, Mirado mas de cerca, se puede captar ripidamente obstante se desarro- lard en capitulos posteriores, a saber, que la eseritura form nae implies Neceslareny mayor para amoldar mictas enone ia angstia pose sin embargo lugar ques ns gan ya acum es rat als Lc ous enn ka Tree al iad ann de a i numa es ile y un limite a la relaci6n naret He aqtun ponto impostble yun limite icista, que enerems retomar mas adelante a a ‘moda entre angusiayfantasme. ‘me quiere”, Traduce luego Laca c, para haoernos peribir algunos de! los gramitiens a los obsesos ent,yenpaticularenese momento, nobay mo tres instancias soparadas y plena 1 papas ¢ canon waCA D0 AEOTOS LACAN LEELA FAMOSA Tan, Faun apenas ti doa yogurts eee eect en D6 oats parents podetos mancion £)EET coma os Hevado hacia 6 por ou bisa ‘a al ez, tt wie precio delinear major eta suerte de araqaia de Dificultad Inhibicién a Sintoma Angustia ‘redominio del componente ardssta empl asa de un deseo que, la pose, lo excuye en tanto bite al primec desc de excribit ge ee saaree 'OnsiSenn del 14 de novembre dep ae Ata 168 Op it Sek 1 devant 1B Lecturas de La angustia delembarazo, cuyas manifestaciones deserin Ln experiencia echo deno saber detrés de qué escondersa"® de l Ot, que se torna cada vez mas fing amas arresgar un poco: la causa del emba 20 | te Y ige tn ‘peembarazarse Es por esto que el afecto ligado al embarazg sempre lo que se expresa como ruborizacién, mancha en el rostyy cerige como un iltimo velo, detrés del cual el sujeto se refugiaria, del og % Vilveremos a eneontrarnos con este término en la lectura que hara lo” del eato de Lucy Tower en un momento muy particular de ese andi *Sidesozndemns ahora por el eje del movimiento, d primer término de la emocién, + debernos hablar “Lémotion, de hecho etimelégicamente, se refere al : eto, efiere al movimiento, salvo Seberros dares un paquetoretoque al poner allel sentido golive, ‘Bano de arrojar fuera! jeer hora,e, fuera dela linea del movimients fento que se desagrega, de la reaccién que se llama catastrificg® ec cieeanen timo piso ena linea dem: on nePatiGn oconmociin. El emt esti ued consid aguas erarse una instanci i es een cea os emg eeelutiva del movimiento de 2s la peng I etimologia get tas PIR. Pero lo que interest, ‘ovimiento. El término aqui turbacién {trouble}, caida de Eslo que veney on a oe ida n ne acan destaca, €3 Ba gee a eee 4 lfilica, agregaremos nosotros). aes ta su limite, oon ia pea del sujeto, donde algo iz ida, el desprendimiento, x0 oe Luciano Serrani incluso el efecto de donacién de una plantearnos Lacan observacionesq de la escena sexual primaria; en del cuerpo al Otro. Liegaré a tuna parte del cuerpo: anal, puesto que lo qu ‘Lo fundamental de la turbacién es que, cuando no puede mantenerse lapotencia filica, eso cae, y algo viene en su lugar como un sustituto, como tun don. Nueva Iinea de argumentacién que abrimos y que deberemos Tetomar mucho més adelante, cuando hablemos de las relaciones entre el falo y las diversas formas del objeto a. exige de falo, se dona como exeremento™ PASAJE AL ACTO ¥ ACTING-OUT ‘Tales son los vérminos que Lacan esconde al inicio, que deja pendientes, 1y que luego retomaré y develaré, més avanzado su seminario. Ello no responde solamente a una cu que tratar el asunto, tanto de abordar algunas cuestiones previas,en particular, el cancepta de escena. ‘Lacan plantea un modo de abordar el convepta de escena, concebido en tres tiempos: + Elmundo. + Laescena. + Laescena sobre Ia escena. 2Qué es esta extrafia divisién? {Son éstos (como en el caso del cuadro ‘matricial de los afectos) simples lugares, o, por el contrario,instancias que debemos pensarlas como dentro de un registro temporal? Como siempre en Lacan, esto no es del todo claro. Por un lado, habria que tomar al pie de la letra la indicacién lacaniana de que se trataria de tres “tiempos”. Por otro lado, es preciso admitir que dichos tiempos no constituyen estadios evolutivos, o instancias supera- doras que harian de la emergencia de una de ellas Ia anulacién de su anterior, ni siquiera en el sentido de un “sepultamiento” (para usar un término freudiano). ‘Veamos el modo emplear estas categorias: “primer tiempo ~hay el mundo", Casi como si se tratara de una deseripcién alegérica de la estruc- turacidn subjetiva, Lacan postula una sucesin légica de momentos por los que atraviesa el sujeto, que a su vez tiene consecuencias sobre la forma 39, Lacan, Jacques, La Angustia (1962-1963), Op cit. Sesi6n del 25 de Junio de 1963. 40: Lacan, Jacques, La Angtustia (1962-1963), Op. ci. Sesién del 28 Noviembre de 1962, 31 Lectures de La angustia é ‘Tratemos de di sqte se as area con su dese0 limens, cate jesarolo. Pareciera ser que existe una solider ce el ue “nae” Chabria que AEFEERE Para comp en at leap cel Otro) las diversas Maneras en las que elas on as dstntas escenas del fantasma), fo cual in, serene la transerenca, y por supuesto al andlisis* ‘oe vemos que dichos tres tiempos son también tres pisos, y yy To que nos referimos cotidianamente como siendo el “objota ‘Atvatros deseos”, no puede ser sino un objeto montado sobre la esceng del mundo, Pro jqué hay entonces del mundo en su pureza despojad, por asi decir? Absolutamente nada, Para Lacan, aquello que sin Tlamamos “el mundo” y que ereemos es lo real, no puede ser otra cms que una realidad hecha de lenguaje, es decir, una escena®®. De aqui ye ‘su proximidad con la cuestién del fantasma sea tan inmediata. ee ENB 2° dbemos sobretimensonar el efeeto del longue unde: porque el mundo noes un cosmos at cuir dei et La = de 28 de Noviembre del 62, titulada a. vrs de Seu ‘Del cosmos al unheinlihikel, se esfrza en tar la coneepcidn (més bien antropoldgica, levistrossiana) de que id cerrada y ordenada légicamente, tal come concebiant enlaque cosmos. La any =e antables leyes, deja avizoraren oe snc a opera eens eal mamntee sistent Luciane Serrant 1s un rasgo de alteridad, de trastorno, algo que ina desposesién siibita de todo aquello que ocasiones menta como vi ‘entonees familia En determina’ Jo designamos asi yr en el mundo. da Ifnea que abordaremos en el siguiente c: heimlichkeit jtulo, a ello nocién de undo silo acude a decirse ene! marco de unaescen eal loes sujeto en sujeto no puede ser abordada desde otro lugar E Siguna escena. Y también podriamos dec aig yjeto (aunque se trate de Ia escena ta bcha escena no eonstituye un orden cerrada, implica neces ar sar la nociOn de resto: hay algo que no pasa, que no entra [Que es este algo, y qué consecuencias posee dicha imposibilidad? era ver He aqut que nos vemos Ilevados a hablar por prim« Retengamos, por el momento, sélo este rasgo. Se trat tible, un objeto irrepresental montado en la estructura escénica del fantasmea. de este objeto a no hay imagen posible, ni tampoco ‘objeto es el resto en lo imaginarizable, y el resto en lo significantizable. Resulta claro que esta definicién no nos satisface del todo, pues es provisoria, y no tiene otro sentido que el de introducirnos en proble- méticas que luego deberemos desarrollar y argumentar. Se trata de un primer paso que sin embargo resulta ineludible. Ahora podemos dar el paso siguiente, y preguntarnos: {cémo interviene aqui el tercer tiempo, el de la escena sobre la escena? Precisamente, en el mencionado “punto de imposibilidad” en que hemos situado a nuestro objeto a. Aquello que del mundo no pasa al campo de la escena, fuerza al sujeto a un n redoblado; el sujeto erige sobre la escena del mundo un segundo representacién, donde aquello que qued6 por fuera en primera instancia acudiré a decirse. Pero, gedmo representar un objeto irrepresentable? «Basta con agregarle un segundo nivel de representacién?™ He aqui el callején sin salida al que nos conduce esta pequeiia estructura. 4Cémo vamos a definir entonces un acting out? Todo el mundo sabe © al menos intuye que el acting out es una mostracién al Otro. Pero la ‘uestién es: zmostracién de qué? Y a qué versién del Otro nos referimos? En rigor, para dar tratamiento a la cuestién del acting out, tal como 45. Bsté claro que con un anillo no se tapa una botella, pero jse tapard con dos, con diez? Este planteo, més bien apologético y grafic, es susceptible de plantearse topolégieamente, Lacan lo hard mas adelante cuando trabaje los eireulos reduc- {ables e irreductibles en la superficie del toro. 33 A. oe. - we 1 aude tases area publi eon tabayo anterior de del oro conv dual, Precio es intr dnciralli también un tere snaltca™y la drecin de la cura, Bl seritoe sino sobre todo porgot i donde hey restaurantes extra nto condimentadas~y base cont to que me gusta patil Pnean habla aquide unsinterpretacén ecuencia la respuesta del implica wun determina ae mzentio ukimo,en derta n= “on tanto coafusa dela meas ‘tizads nada at, nun so ae ol La end ie ae <8 ore taverns Ot Se Pie 35 Lecturas de La angustia wnalista habla en nombre de dicha reali ee epee alla a yg rio de intervenir deja por fuera el problen, arden simbolio. Ese “plagiario” no es ninguna realidad, de hech, emés que un sigificante que representa al sujeto; por lo tanto jntervenein, apresurada, no hace otra cosa que despojar al sujet 4 envaltra siifcants,empuéndol, en definitiva,ahacerse repre ‘en unactng ot: no e solo comer los ses0s frescos; sino comer los ct {frescos y hablarle de elloa su analista “ Enel Seminario 10 Lacan vuelve a traer el caso de los sesos fry 4 propésita del problema del acting out, sefalando precisamente eat que se trata de una mostracién dirigida al Otro y que, si el sujeta ay en andlisis ese Otro es el analista. Bl acting out es un mensaje pares] analista, para que se ubique en su lugar. Cull lugar es ese? Es lo qu ey ne de acting ‘out ae puede saber. = Yee Lacan que el acting out del sujeto llama a la inter retacion, permet aed que interpretarlo? ;Debe interpretarse, aca? Seleucia Veron ale Foren aa scl tagatcsn emn te sneered candela nea un acting out para. ner init - Si debe esas fe Ageia Ae modo su posicién deseante. Si debe 20 ha sido obturado Por la intervencién del Otro, La is fl realidad deja reason de Keis, aunque eorrecta en el plano de la absolutamente nada de lt cada la euestidn del ‘Posicién des i6n del objeto; Teescena anaes Sut2 8 develada con dcha interpretacios Sob Seto debe volver planteate on eecuentta lugar en dicha escenae analista haga lugar a su objeto wi" Out. Bs un llamado a que el Cuando Lacan abo 23 deBary ath Sborda el caso de ajo ia: manipulseg oe lohace apropssite fa homosexual, en la clase del analitica de | Problema muy preciso: el de mente, tanto la transfore Considerar a eta out 20 pasaje al acta eq YS dijo anterior Sesesper aos, del eee: BUCS significan po reer ueturas cruciales & deramos eng uieto, para dete Tecursos uiltimos, Paper a eda pgge nO Ta angi, A con ase canta onan iio rastorog ede Mel progresy de core condicién un : 181 joven homoge oo 8 a tranatorne e 8 m0 ests poster, comencen * Passie al acto ng qaPet otar que tanto ton ° fueron inducidos por la Luciano Serrani intervencién del analista, Ello marea una diferencia con el caso de Kris. Lacan no confiere en dichos episodios ningin valor al proble analista, lo cual es l6gico, pues ambos se dieron en un momento a fl del inicio del andlisis. Sin embargo, como veremos luego, no es es0 10 ‘inico, ni lo que més le importa destacar a Lacan, pues existe también lun pasaje al acto espeeifico de la escena analitica, y es donde el deseo de Freud se pone en juego. ‘No podemos desarrollar el caso en su totalidad. Por nuestra parte, s6lo procuraremos ir hacia las escenas que retoma Lacan, que son aquellas traidas a propésito del problema mencionado. “:Dende ubjca Lacan el acting out dela joven homosexual? En este punto no hay ningtin secreto: en el cortejo ampuloso de la joven homosexual f la dama, quien se dejaba acompafiar por las calles de Viena, a la luz ia y ala vista de todo el mundo (en especial la del padre de ella). Se trata de un acting out porque muestra algo; muestra algo al Otro, pero ese algo que muestra es distinto de lo que es. Este punto es clave. Lo que se muestra es distinto de lo que es; lo que es, nadie lo sabe, pero la cuestion es mostrarlo de alguna manera. Se observa entonces la estricta equiva- Jencia con lo que planteabamos anteriormente al respecto de Ia escena, el mundo, y la escena sobre la escona: Jo que se muestra en el acting out, como distinto de lo que es, es aquello que en el nivel de la escena no puede ser nombrado, vale decir, el objeto, La joven homosexual, a ese objeto, no lo tiene™, pero de todos modos, para mostrar que lo tiene, lo muestrat*, lo da®®. {Qué hace ella con su dama? No el acto sexual, sino el acting out. Lo que no tiene, muestra que lo tiene al donarlo: lo dona como falo, dice Lacan, pero como falo que no desfallece, falo absoluto, o* 50. Hay aqui algo evidentemente eapciaso. Se dice que Ia joven homosexual no tiene 1 objeto. Pero, ;no lo tione en tanto homosexual”, no Estos planteos son justificados, y habria mas, Diremos sim fen la medida en que es sujeto. Bl aspeeto que aqui se seal, y que especifica el hhecho clinica, no es que no lo tenga, sino qué hace con eno tenerlo, Ese no fenerto se aborda en este caso con un acting out, cuyo leit moti es precisamente mostrar in embargo lo tiene (la prueba es que lo dona). He aqui el aspecto rio del asunto, que hace reconsiderar todo el campo abierto de la 53, Observemos de pasada que algocomoun wente del orden fa ‘salvo on el rogitro esespi abordaremes, entre el phi Lecturas de La angustia ‘Todo el acting out va dirigido a alguien que no es precisament dame Se ta de una representacién escénica que apuntaenunas® de juego vertiginoso a una mirada, {cudl?, la del padre, Se 4 ato quo es aestoalo que refiere Lacan cuando dice que rma a interpretecin. Bl acting out exige ser mirado po, urate cose encarndo bien puede neta nada vesin del Otroque se exigeen el acting out: fog dGienon Mel Oto ‘Ahora bien, sabemos cul es el desenlace de este acting: efevamene ave ye dige una mirada fariosa una mirada cue ct cselpnse al ac a joven homosexual se deja car en ls vine dl sguntémonos: jes por la cualidad, es por el tono, por la adjs ‘acién de la mirada que esto se produce? {Bs por el hecho de haber sib farioeay no mas bien cote » més bien contemplativa, bnévola, melanedlica, o de sim perlidad? La conse tarnan an mis eonfusas reenramas tudor ana, ao habia doer sone ae nenaeenegs ine de tener nada de benévola. Perone Cuestidn e& ques bien un su opr Ben un ating ou ama al Otro de a mire Sino mds "ria tram dl més recursos a TUEoe el de ete al ing, y deja al sujeto desnudo y sit sultado? Bl sujeto se evade de acto no es sinénimo 31 existiera algunt tt bon ache. Bsa Oto gat 885, dex Bde in ye Met ma a sp ei late miedo hee No respuesta a Kerry Ey Argentina 196793 Pzones 1997, Py" “toy arg Luciano Sorrani tenece a un trabajo de Allow desde el punto de vista cl ‘nosotros nos ilumina la p | abrimos al sujeto un campo de la transfere dee acaso pueda alojar como pregunta aquello que hasta entonces solo (juisodara ver. Dar aver en este punto es el contrario exactod arse: y el interrogarse por eso, por la causa de eso, es lo que como tal al stntoma. Dijimos que wg out da a ver como falo, @ (phi mayt quello que ho tiene imagen (el objeto a) en el orden de Ia escena. Por ot fo esencial del pasaje al acto es que el swjeto se deja caer de la *,identiica por lo tanto con aquello que de la escena es excluido, 0 sea, el resto, a. Velviendo al caso de la joven homosexual, tengamos en cuenta que fue tevada por su padre con Freud tras estos mismos acontecimientos. La omanda primera® es entonces la del padre, y es tan conocida por todos nosotros que casi no merece ser recordada aqui: “pongamela en el buen camino”, le dice, y todo el interrogante que se nos plantea es el de saber si dicha demanda fue efectivamente puesta en cuestién (como cualquier demanda que se le dirige a un analista),0 si, por el contrario, fue suscrita, ‘sin miramiento alguno, lo eval habria consistido en una identificacién de Freud con el padre de la joven. {Por qué? No resulta dificil argumen- tarlo. Una demanda a la cual se suscribe sin interrogarla, es decir, sin plantear en ella el desnivel entre el objeto demandado y el objeto del ‘deseo; esa es una demanda en la que el demandado se encuentra identi- ficado con el demandante. ‘Podemos decir que en este punto, tanto el padre de la joven como Freud, ~ Discurso lesbiano. [57 Allouch, Jean: La sombra de tu pero, Discurso psicoan Editorial el cuenco de Plata, Buenos Aires, 2004. P31, 58, {Que deseo podra ser este? Azoma apenas la punta dea cola,el problema del deseo ‘ol analista, Por el momento, recrdemes simplemente que cuando hablames de ‘desea también hablamos de eastracin. 59, Sin descartar quebien pudieran surgiro as, De hecho, es lo que acontece rados a un analista bajo protesta, ‘cual no impide que, en el trayecto de un andlisis,y bajo los modos acomod transferencia, pueda surgi, efecti ‘una demanda propia del sujeto (asf no sea ms que fade que lo constiluir su neurosis en paz", como se suele deci) vale para aq) casos de gravedad ode urgencia en sujetos adultos, qu de presentacién deseripto. ‘ i compart el miso dsearso, pens cept aio dso eean que ay tl an Lecturas de La angustia rehusrse a ser bjt del enga, Se engaia a s{ mismo en gy “oy aquel a quien nadie engatiar, parece querer dee se dejrta cer Tay ain otra diferencia que Lacan sefiala. En el a veladwecin de ls cosas “hasta el final” destiompo un poco demasiado tarde, yno lograr impedir que e aleanza er ino supopio deseo se encuentra implicadoen ede En deficitva, eomprobamos que la posicin de uno y oie cleuro del andi, quello que no marcha desde e incisor et intocado. Mientras que la wen que sabe (puesto que sabe a cémo no dejarse engaitar nen ‘puede haber dos maestros fans lens, Beaty 20 Dir n, deri oes Alaura desus pene Resa Aelsaerenelanding, om objeto, ung een Se omits enema "Famos) que nos apo: Luciano Serran ‘Via UI: SOBRE EL DESEO DEL. OTRO Y SONRE FL, ANALISIS TERMINABLE (0 INTERMINABLE Enel apartado anterior intentamos ordenar los problemas planteados por Lacan en este Seminario 10, 0l menos una parte de ellos, siguiendo ‘un recorrido (uno de entre los tantos posibles) que podriamos resumir del siguiente modo: endo del terreno del fantasma, y en el lamado movimiento hacia el goce, ubieamos los trastornos propios que involueran el afecto del sujeto, aquellos que sefialan un punto terminal en la angustia, La plantear la iherente a la dimensién de la escena, en particular la ‘complejidad escena analitica, llevindonos a precisar la funcién del objeto. jantearemos ahora toma como punto de partida la ceuestién del deseo, ,Cémo se constituye un sujeto deseante para Lacan? an qué medida su deseo se sostiene por o en el Otro? 2A qué apunta el andlisis en cuanto a dicho deseo? ;Qué deseo eabe atri en su funcidn en la transferencia? Y, qué ocurre con de andlisis? ‘Todas estas preguntas, que elegimos formular aqui de manera un tanto aglutinada, trazan para nosotros una segunda via para aproxi- marnos y cercar el problema del objeto a EL DESEO CoMo DESEO DEL OTRO Qué amerita que volvamos a traer este enunciado de Lacan, a la altura de nuestro Seminario 10? Digamos que varias razones: 1.La primera de ellas es que, tratandose del asunto del que se trata, la angusti 0 Si, por el contrario, hay que consider ‘veces, un tanto vetusta. Si este fuera el caso, habi ‘itarlo, Recordemos que uno de los modos en que decidimos leer a Lacan es el “Lacan lector de Freud”, pero también lector de sf mismo. En defini volver a plantear la formula sobre el deseo, no es mas que reconocer el propio trabajo interpretativo que hace Lacan con su propia obra, conti- huamente; reconocer, ademas, que dicha reinterpretacion es solidaria espeeto del modo de discurso que suponemos al andlisis: nunea nada 43 across sear dtise roi tab analiane egy, os ws at ceo Vasa fon tml eenparent con un sfrs Supa como tl anne tne nemdeneaseredece gos come estutara mii densa, a reduc wna comple hiciramos feto alo quese apunts GR nis pcan tei ep de ev qtr aan essen TS vroee gan” tera preci pe ie pec San mcm ene? me ncn nn Tre COTS en edo eSeminar 1 En otras pba, 8 Ee es a a emda amon sets 2+ Lecturas de La angustia ‘ora bie, todo ello nos pone en la via de investigar si gcayy afectivamente (tanto en Hegel como en Lacan), una posibinae Gireneia masque deidenicacin, entre el deseo "a seen it # "Yel dew del otro, lamar qustenealprobema del genitvoque aig, Desde el puntode vista gramatical el ual no va a tener aqui, na ‘itima palabra), podemos discernir all menos des alten del genitive, Una es a llamada subjtiva, mientras que la otre tietio -Anticipemos desde ya que, en nuestra Jectura, Lacan ean renal fis. deo gueuegncn elas deliberadamente, dependieni, cxsoes rita una de as posible interpretacin eer dos nveles ferent) 9 no contra ‘Veamos de qué se trata, an * Enel sentido objetivo del genitivo, ‘gus que es deseado vor ee, 2° 48800 al otz0, El oto w * Enel sentido su betve del enitivo: es el otro quien desea. . Si decimos que en ese “el deseo ‘rencia es al otro como Jo deseado, Ode tablecer la ‘cualidad especi- sien apunta al otro (y ia); vale decir, anhela al $588! ode os puntan ae eens del tren ° SDE, podnamos ey eal esablecer Katee Hegel oz * éPor qué el hombre estaria impedido octet Seema atone Cece rence malignant peda “deseo del suena Pat Aelerminacion gon eee Sraceinatanraceiomann te teu iénen nEUStHA, Para que podames nivel de sentido eade el punta ‘Se encuent te ligadce cae ran etree on. Por Goal toe roe Mansanan te iP rae gt trie Luciano Serrani LACAN SB DISTINGUE DE HEGEL. ‘Acabamos de ver que el abordaje gramatical” de la formula arroja algunas lees sobre el problema del deseo del Otro, Dijimos, no obstante, jue las alternativas en cuanto a la eleccién del genitivo (subjetivo w Sretive) no pueden ser excluyentes entre sf, quedando por comprobar ‘nin si no es que son complementarias. Para dar aleance sufciente al problema, que nos estimule verdade- yamente a explorarlo, podemos comenzar recordando que desde siempre Lacan sostuvo que el sujeto no es una instancia original, natural, dada desde el nacimiento 0 desde el primer latido de la vida en el cuerpo {el cachorro humano; sino que el sujeto es mas bien una suerte de producto, el efecto de una determinacidn, algo que debe constituirse th el campo del Otro, para lo cual hacen falta operaciones y tiempos. ‘Ahora bien, sies cierto que el sujeto sélo puede constituirse en relacién {las determinaciones del Otro, no es menos cierto que este deseo del sujeto) apunta, en ultima instancia, al otro, al cuerpo del otro que ligar aqui ambas modalidades del .guna, y hasta podrfamos lograr con Pero, gacaso el sujeto desea segun ismo en que fue deseado? Si es verdad que el deseo del sujeto lente al deseo del Otro, no se ve en qué podriamos diferir jples “maquinas deseantes” (parafraseando la expresién de Lacan).’Todos estos planteos, que de algtin modo trenzan las dos cuerdas del genitivo, pueden llevarnos a un vastisimo campo de especulacién filoséfica acerca de “lo que est determinado y lo que es libre”. El punto {que nos interesa, sin embargo, es otro: el de verificar la insuficiencia de Ja formula hegeliana para dar cuenta del problema del deseo”. sin tener que descartar: Ellector algo exigente habré notado que hasta aqui hemos analizado tan ssélo un aspecto de la formula sobre el deseo del Otro; aquel que concierne a.ubicar el agente, por un lado, y el objeto sobre el que actiia, por el otro. Dicho aspecto, si bien de importancia crucial, nos ha permitido postergar Jucha, a sublevacion de un deseo por sobre el oto, al punto incluso de morir por leseo del otro eonsttuye a mi deseo, también por ello fo onua, al conde- ser més que una sombra del suyo; lo cua es de algtin modo la posicion 49 de impase, ue motoriza toda I ‘Dir a pode ser nna ek peed arse Luciano Serrani J ta tet spserimas que Lacan acensia que, en la versién hegelian,g oe dete aguequeme ve Ahora bien, 046 pasaies seauscontere am desc es un obetoa, es decir, un objeto que can ooo eala no pone imagen, y que Por 10 tanto no se puede ver ate pregunta, lejos de poscer un eardeter meramente retérey, apinta a ubicar ni més ni menos que una salida posible al impasy Fegeliano,aquel que nos condena ala muerte oa la servidumbre eterna campo del otro, sin que este otro que vea af came eto inmodiatament, al eselareeérnoso la formula de La En efecto, cserd posible salirse de la mirada del Otro? {Cémo? ¢¥ edmy se sale de una transferencia? ;Y e6mo de un anélisis? El deseo coma deseo del Otro, en Lacan, si admite una abertura, una via de paso ‘Trataremos de ver eu FORMALIZACION DE LA FORMULA sintentado recorrer el problema enorme del deseo del Otro, bajo rs08 modos en que Lacan se ha servido de Hegel, de su formu. sé, para asbar ss al problema de e6mo se diferencia de él, en nto que analista. Bjerzamos por un instante la virtud de la simpleza ‘tadferenci, Lacan lee, seine ue la escriba no quiere decir, simplemente, 2 simplemente, que la haya puesto en su [afr tambien pode haber excita palabras significantes, exactaments Noes rden de aquellos que pudo haber referido de manera oral Sather n3 10 due apuntamos al decir: escritura, Decir que la eseribe, ‘Aue se apoya en una funcién propia de lo escrito, o sea, a letra" ‘Veamos émo Lacan formaliza la formula de Hegel: dla) :d(A)

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