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EL Matrimonio sobrevivió el Paraíso

Genesis 3:
La importancia del matrimonio

 Hablar del matrimonio bíblico y tradicional no es visto positivamente en nuestros


días. Es algo que se considera controversial y políticamente cargado.

 Si hablásemos sobre un tema poco común, con pocos expertos, sería bastante
más sencillo; por ejemplo: el cultivo de los vegetales o la reparación de
automóviles.

 Parece que al hablar sobre tema del matrimonio salen expertos de debajo de las
piedras. Tenemos más consejeros, abogados y Doctores en la materia y todos
tienen algo que decir.

 Todo el mundo tiene su propia opinión, su filosofía de cómo hacer las cosas, su
forma de arreglar los problemas.

 Si el concepto o idea opinión acerca del matrimonio y se basa en tu opinión,


experiencia o vivencia personal, probablemente no estas en acuerdo con lo que
dice Dios en su Palabra.

Esto es verdad para aquellos que no son creyentes, pero tristemente también lo es
para muchos que se congregan en iglesias cristianas.

Los matrimonios son la base sobre la que se construyen las comunidades, las
sociedades, y en última instancia, las civilizaciones. La Palabra de Dios declara que “el
que haya esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia del Eterno”
(Proverbios 18:22)

La divina institución del matrimonio está registrada en Génesis. “Dijo entonces Adán.
Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona,
porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y
se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:23-24). Dios creó al hombre y
después hizo a la mujer para complementarlo. En la biblia, el matrimonio es la
"solución" de Dios para el hecho de que "no es bueno que el hombre esté solo"
(Génesis 2:18).

Así como la biblia describe el primer matrimonio, usa la palabra "ayuda" para
identificar a Eva (Génesis 2:20). “Ayudar” en este contexto significa “rodear, proteger,
ayudar, auxiliar, socorrer”. Eva fue creada para estar al lado de Adán como su “otra
mitad”, para ser su auxilio y ayuda. Un hombre y una mujer cuando se casan, se
convierten en “una sola carne”. Esta unidad se manifiesta más plenamente en la unión
física de la intimidad sexual. El Nuevo Testamento añade una advertencia a esta
“unidad”. “Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios
juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19:6).

Hay muchas epístolas escritas por el apóstol Pablo que hablan de los aspectos que
determinan el punto de vista bíblico sobre el matrimonio, y cómo los creyentes nacidos
de nuevo deben conducirse dentro de sus relaciones matrimoniales. Uno de estos
pasajes es Efesios 5:22-33. Al estudiar este pasaje, el creyente adquiere ciertos
principios bíblicos claves acerca de lo que la biblia dice que debe ser el matrimonio.

El pasaje que se encuentra en Efesios es especialmente profundo en su área referente


a un exitoso matrimonio bíblico. “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos,
como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de
la iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es su Salvador” (Efesios 5:22-23). “Maridos, amad
a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”
(Efesios 5:25). “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus
mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció
jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la
iglesia” (Efesios 5:28-29). “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se
unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne” (Efesios 5:31).

Cuando estos principios son elegidos por el esposo y la esposa en armonía con su
relación como creyentes nacidos de nuevo, esto trae como consecuencia un
matrimonio bíblico, sólido y saludable. Un matrimonio bíblicamente establecido,
mantiene a Cristo como la cabeza del hombre y la mujer juntamente. Por lo tanto, el
concepto bíblico del matrimonio es la unidad entre dos individuos que es una
ilustración de la relación de unidad que existe entre Cristo con Su iglesia.

Nuestra pregunta como introducción debiera ser, no qué opinan los hombres, sino
¿qué opina Dios sobre el matrimonio? ¿Cuál fue su propósito al crearlo? Este artículo
inicia una serie de escritos sobre el matrimonio, donde iremos respondiendo a muchas
otras preguntas que seguramente están en tu mente: ¿Cuál es el papel del esposo y el
de la esposa? ¿Cómo comunicarse de forma correcta? ¿Cómo solventar los conflictos
que puedan venir a nuestras vidas? Para todas estas preguntas encontramos respuesta
en la Palabra de Dios.

Hemos de empezar diciendo que  Dios inventó el matrimonio, y lo diseñó como el


fundamento de la familia, la sociedad y la humanidad. Aunque “matrimonio” es una
palabra que mucha gente usa y de muchas maneras, el matrimonio no es un invento
humano, sino divino. Por tanto, no es el hombre quien puede definirlo, sino Dios. Las
palabras se devalúan con el tiempo hasta tal punto que para algunos hoy día
“matrimonio” es sinónimo de “contrato temporal”, o para otros es sinónimo de “unión
con alguien del mismo sexo”.

Es por eso que necesitamos volver a los orígenes. Necesitamos regresar al Edén para
comprender qué es el matrimonio y con qué finalidad fue diseñado por el Creador.
Otra verdad fundamental que hemos de tener en mente es que el diablo está deseoso
de deshacer todo lo que Dios hace. Esa ha sido siempre su única estrategia: intentar
destruir lo que Dios construye. Como un niño malvado que espera a que el niño del
lado acabe su torre de bloques de madera para correr a derribarla.

Satanás no tiene más estrategia que la de plagiar lo que Dios hace o destruir lo que
Dios construye. Desde el Edén así ha sido, y Satanás sigue intentando buscar la mejor
estrategia para obtener una iglesia débil y una familia débil atacando a los
matrimonios, uno por uno. Necesitamos recordar cuál es el diseño y el propósito de
Dios para el matrimonio, y necesitamos que el Señor nos dé fuerzas para ser los
matrimonios que Él quiere que seamos, útiles en sus Manos.

El tema del matrimonio va más allá de la relación entre un hombre y una mujer. En él
hay intereses celestiales y eternos. Otro principio elemental sobre este tema es que
necesitamos ser eminentemente prácticos. Si las verdades de Dios se quedan flotando
en el aire no vamos a ser capaces de vivir como Dios quiere que vivamos. Los
principios bíblicos deben llegar a nuestro corazón y correr por nuestras venas.

Tal como Charles Spurgeon decía de John Bunyan, por nuestras venas debiera de
correr también una extraña sustancia llamada “biblina”. La Biblia es como la sangre. Si
la tienes fuera, estás muerto. Sin embargo, si está dentro de ti, estás vivo. Muy vivo.
Eso procuraremos con esta serie de artículos. Que corra la “biblina” por nuestras venas
y por cada uno de los rincones de nuestro hogar y nuestros matrimonios. Que el Señor
te bendiga.

Los 11 sistemas del cuerpo humano

circulatorios, respiratorios, digestivos, excretorios, esqueléticos,


musculosos, nerviosos, endocrinos, inmunes, reproductivos e
integumentarios.

Cada sistema tiene una función o grupo específico de funciones que contribuyen a la
homeostasis general del cuerpo.

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