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El poeta y la poesía en Azul… y Cantos de Vida y

Esperanza

(Informe de Lectura)

Carrera: Profesorado de Letras

Materia: Literatura Latinoamericana I

2018, primer cuatrimestre

Profesores:

Guillermo García/ Eliana Gallego

Estudiante: Gaitán, Lorena Celeste

DNI: 29.910.418

e-mail: lorenagaitan@hotmail.com
Índice

Introducción……………………………………………………………………………..3

El poeta en el autorretrato modernista ………………………………………………....4

El poeta y la poesía como personaje y motivo …………………………………………6

El poeta y la poesía en relación con la sociedad………………………………………...9

El poeta y el ideal………………………………………………………………………10

Conclusiones……………………………………………………………………………12

Biografía………………………………………………………………………………..13

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Introducción

El presente trabajo consiste en un recorrido de lectura por las obras del escritor
nicaragüense Rubén Darío: Azul… y Cantos de vida de vida y esperanza. Para ello,
nos interesó destacar, tanto en las narraciones como en las poesías la cuestión
recurrente del poeta y la poesía señalada por la crítica. Al atender a los distintos
autores que analizan la obra de Rubén Darío y realizar la propia lectura, observamos
que dicho par se manifiesta de distintas maneras en los textos. Algunas veces aparece
como figura “literaturizada” del autor, otras como personaje, como tema, motivo o voz.

Sin dudas, como afirma Silvia Molloy (1979) en el primer Darío (uso para
mencionar los primeros escritos), la voz poética del autor es inestable e indecisa. En
los textos posteriores que pertenecen a nuestro análisis, la autora afirma que la voz
del poeta se configura y se individualiza. De esta manera, es posible realizar un
análisis donde se distingue claramente al poeta en Azul… y en Cantos de vida y
esperanza, ya que pertenecen a la obra madura del escritor. Si en lo anterior, se
observan poses cambiantes, en la obra estudiada del presente trabajo se encontrará al
poeta de modo más identificable y definido. Por ejemplo, bajo la forma de autorretrato
modernista, como lo afirma María Salgado (1992) en su estudio sobre Cantos de Vida
y Esperanza, entre otros. Esta misma autora menciona el tratamiento que hace Darío
con el tema del arte.

Al pensar la noción de poeta y artista como sinónimo planteada por Paco


Mancebo Perales, podemos reconocer la misma sinonimia entre el concepto de arte y
poesía en la obra de Rubén Darío.

Además, la figura del poeta aparecerá en la mayoría de las narraciones de


Azul…, bajo la forma de personaje, como lo plantea Paco Mancebo Perales (2001)
quien analiza la aparición de pintores, escultores y otros artistas queRubén Darío
comprende como sinónimos de poeta. También el autor plantea que la manifestación
del poeta como figura en las narraciones de Rubén Darío pertenece a una tendencia a
la reflexión sobre el arte y el artista que se manifiesta en distintos autores.

.Así también, Laura Scarano considera que “La reflexión acerca del arte y del
artista en relación con la sociedad aparecerá como obsesiva indagación, a partir de

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una serie de núcleos argumentales y personajes” (1989). La metapoesía será un tema
recurrente en la obra del poeta, según la autora.

El poeta en el autorretrato modernista

Según María Salgado, el modernismo “tuvo la habilidad de transformar en


literatura los incidentes de la vida cotidiana” (1992, p. 959), es en este sentido que la
autora plantea un proceso de “literaturalización” donde el autor modernista se
manifiesta en el centro de su mundo poético. María Salgado afirma en su estudio que
el autor y su vida, aparecen como héroes de la literatura de dicho movimiento.

En este proceso de “literaturización” del poeta, puede incluirse el autorretrato


del autor modernista. Dicho autorretrato resalta el sentimiento poético ya que, según la
autora: “En estos textos modernistas, contrariamente a lo que se espera de un retrato
realista finisecular, no se va a subrayar la reproducción mimética de la persona y
personalidad del escritor, sino la imaginativa recreación de su temperamento artístico.”
(María Salgado; 1992, p. 960).

Si bien la autora en su análisis expone el autorretrato de Jiménez, nosotros nos


detendremos en el análisis de Rubén Darío.

El primer poema de Cantos de Vida y Esperanza puede ser visto como prólogo
donde el autor ejerce su autorretrato subjetivo, en la primera estrofa aparece
mencionándose como el autor de Azul… y Prosas profanas:

“Yo soy aquel que ayer no más decía

El verso azul y la canción profana”

(Rubén Darío., 1994; p. 187)

Según María Salgado, el autor literaturiza su ambiente en la poesía. Este lugar


que rodea al poeta se manifiesta en la segunda estrofa:

“El dueño fui de mi jardín de sueño”

(Rubén Darío., 1994; p. 187)

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Ese espacio está lleno de preciosismo y símbolos que aparecen como
característicos del modernismo: rosas y cisnes. El paisaje se presenta como un jardín
de estilo europeo, por ello la autora plantea que el poeta rechaza el ambiente
americano al describir un jardín con góndolas y líras, más cerca de un estilo francés.

Cabe destacar, en cuanto al tema central de nuestro trabajo, que en la tercera


estrofa se nombran a los dos poetas admirados por Rubén Darío: Victor Hugo y
Verlaine:

“Y muy siglo diez y ocho y muy antiguo

Y muy moderno; audaz, cosmopolita;

con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo,(…)”

(Rubén Darío., 1994; p. 187).

El poema continúa dando cuenta de la vida del poeta de manera consciente.


Sobre todo del temperamento del poeta. Según la autora: “Darío alegoriza sus
pasiones en un viaje a la «sagrada selva» y al «bosque ideal», dentro de cuyo recinto
«el cuerpo arde y vive y Psiquis vuela».” (María Salgado, 1992; p. 961).

Es importante resaltar como el poeta presenta su dualidad carne/ espíritu en el


poema. A partir de simbolizaciones del “sátiro” o las “patas de chivo”. En el estudio de
este poema se remarca la dualidad del sentimiento del poeta, la cual se desvanece
mostrando finalmente el triunfo celestial. De acuerdo con Salgado, pensamos que se
refleja una figura de poeta ascético, que a pesar de que la literatura se nombre como
“horror” en el poema, el arte se presenta como vehículo de ascenso, que le sirve al
poeta para ”Triunfar” gracias a su fe en dios y en el arte.

Así, en este procedimiento, el autor se literaturiza en un autorretrato que


muestra un camino donde el arte (la poesía), conduce al éxtasis del poeta que se
asemeja al arrobamiento de los místicos.

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El poeta y la poesía como personaje y motivo

Tal como adelantábamos en la introducción, la reflexión acerca del artista y el


arte se ve reflejada en la obra de Rubén Darío en relación a la participación del poeta
como personaje y motivo poético.

La aparición de distintos artistas-poetas y el poeta como tema en las


narraciones de Azul…, son analizadas por Paco Mancebo Perales (2001). Así en el
primer cuento del libro llamado “El rey Burgués” aparece, según el autor, el tópico
poeta/mundo. En este cuento, se ejemplifica el problema que tiene el poeta con el
mecenas encarnado en el burgués. En palabras de Paco Mancebo Perales refleja “el
conflicto entre el artista y su mecenas capitalista de mente obtusa” (2001; p. 188).

Por otro lado, los personajes artistas hacen aparición permanente en la


narrativa de Azul…. Por ejemplo, se destacan como artistas los personajes del cuento
“La ninfa”. Ya al principio, se menciona a Lesbia como una artista dramática:

“En el castillo que últimamente acaba de adquirir Lesbia, esta actriz caprichosa
y endiablada que tanto ha dado que decir al mundo por sus extravagancias (…)”
(Rubén Darío, 1968; p. 41).

Más adelante en el mismo cuento, como menciona Paco Mancebo Perales


(2001), los demás personajes amigos, también se caracterizan como artistas:

“Se hablaba con el entusiasmo de artistas de buena pasta tras una buena
comida. Éramos todos artistas, quién más quien menos, (…)” (Rubén Darío, 1968; p.
41).

Otro artista aparece como personaje en “La muerte de la emperatriz de China”.


Recaredo, quien tiene como profesión ser escultor:

“Era escultor. En la pequeña casa tenía su taller, con profusión de mármoles,


yesos, bronces y terracotas” (Rubén Darío, 1968; p. 106).

En el cuento “En busca de cuadros” el personaje de Ricardo se caracteriza


directamente como poeta: “Ricardo, poeta lírico incorregible” (Rubén Darío, 1968; p.
97).

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En este mismo relato, se observa la fusión de artes en la figura del poeta.
Ricardo, el poeta se presenta: “sin pinceles, sin paleta, sin papel sin lápiz” (Rubén
Darío, 1968; p.91).

Para Paco Mancebo Perales esta mezcla de artes en el poeta, contiene la


intención de Rubén Darío de elevar a la poesía y la prosa castellana hacia un arte total
que incluya todas artes.

Además, según Paco Mancebo Perales, la aparición insistente del poeta se


profundiza, si se tiene en cuenta la preferencia del uso de la primera persona en los
relatos. Esta voz narrativa, permite según el autor, varias interpretaciones.

En este sentido, nos parece interesante destacar una de ellas en la que se


advierte al poeta oculto. Paco Mancebo Perales plantea al respecto que “el yo
anónimo protagonista puede ser considerado como el personaje más importante de los
cuentos de Darío.”(2001; p. 187). La identificación de Rubén Darío en el pronombre
personal de la primera persona, por ejemplo en el cuento “Palomas blancas y Garzas
Morenas”: “Mi prima Inés” (Rubén Darío, 1968; p. 81), “mi voz tomó timbres aflautados
y roncos”, (Rubén Darío, 1968; p. 82) se comprueba, gracias a testimonios del autor
que resalta episodios autobiográficos en este cuento de Azul…

En esta línea de interpretación, los personajes artistas pueden ser pensados


como proyecciones del poeta autor, cuestión que según Paco Mancebo Perales: “Es
un rasgo característico del cuento modernista el hecho de que los personajes sean,
repetidamente, proyecciones muy diversas del yo narrador” (2001, p. 187).

Por otro lado, en Cantos de Vida y Esperanza, Paco Mancebo Perales, resalta
la presencia del poeta en el poema “¡Torres de Dios! ¡Poetas!”. Aquí, el poeta está
relacionado a una figura inmortal, ya que en la primera estrofa es caracterizado como:

(…)Rompeolas de las eternidades!

(Rubén Darío, 1994; p.204)

La poesía se presenta también en concomitancia con lo divino, al adjetivarla


como “sacra” en la tercera estrofa.

Siguiendo el análisis del autor y el tema de la poesía como línea de lectura,


otro poema que manifiesta la relación entre divinidad de la poesía y el poeta como
figura elevada y misión trascendente, es “Cyrano en España”:

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“¡Oh poeta! ¡Oh celeste poeta de la facha

grotesca ! (…)”(Rubén Darío,1994; p.197)

Otro poema que pertenece a Cantos de Vida y Esperanza y resalta la figura del
poeta como figura relacionada a dios, específicamente al mesías, es “Melancolía”. En
la segunda estrofa de este poema se plantea a la poesía del siguiente modo:

“Ese es mi mal. Soñar. La poesía

es la camisa férrea de mil puntas cruentas

que llevo sobre el alma. Las espinas sangrientas

dejan caer las gotas de mi melancolía”

(Rubén Darío, 1994; p. 244)

En coincidencia con Paco Mancebo Perales (2001), podemos interpretar al


poeta como un cristo en relación a la pasión, tema del que Rubén Darío pudo rescatar
de poetas trascendentalistas como W. Whitman o R. W. Emerson.

En “El fardo”, el poeta se menciona al final, en la voz del protagonista, el cual


después de haber escuchado la tragedia del Tío Lucas, se retira “Haciendo filosofía,
con toda la cachaza de un poeta” (Rubén Darío, 1968; p. 52). “La Cachaza”, esa
tranquilidad puede ser interpretada como la misma virtud que brinda la poesía en los
primeros versos de última estrofa del primer poema de Cantos de Vida y Esperanza:

“La virtud está en ser tranquilo y fuerte;

con el fuego interior todo se abrasa;(…)

(Rubén Darío, 1994; p. 187)

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El poeta y la poesía en relación con la sociedad

En relación al estudio de la obra de Rubén Darío que hace Laura Scarano


(1989), podemos interpretar en la narrativa de Azul… aspectos sobre la reflexión
acerca de la poesía que son desarrollados, según la autora en su lírica. Así, la
metapoesía de Rubén Darío comprende la reflexión del arte y del artista en relación
con la sociedad.

En Azul…el primer cuento “El rey burgués”, según Laura Scarano (1989),
presenta una relación conflictiva entre el poeta y la sociedad, reflejada en los valores y
antivalores. Por un lado, se haya la sociedad burguesa que encarna los valores
materialistas y utilitarios Por el otro, el valor espiritual del poeta marginado que
rechaza la mezquindad.

Los personajes que aparecen en el cuento, el rey y el poeta, representan uno el


valor del materalismo y el otro el valor elevado del arte.

Por un lado, el rey disfruta del dinero y arte como objeto, como lujo: “El rey
tenía un palacio soberbio donde había acumulado riquezas y objetos de arte
maravilloso” (Rubén Darío, 1968; p. 30).

Por otro lado, el poeta se presenta en este cuento como figura novedosa y
diferente “un día le llevaron una rara especie de hombre ante su trono”(…) un poeta
era algo nuevo y extraño” (Rubén Darío, 1968, p. 31).

En la trama del cuento, al poeta se lo obliga a repetir la misma música, se lo


reduce al entretenimiento y al adorno del mesenas. “Dareís vuelta a un manubrio.
Cerrareís la boca. Hareís sonar una caja de música que toca valses, cuadrillas y
galopas, como no prefiraís morir de hambre” (Rubén Darío, 1968; p.33). En esta cita,
se observa también al poeta pobre- mendigo. Al respecto, afirma Laura Scarano que
esto contribuye a formular el binomio poeta- victimario. También permite remarcar,
según la autora, la confrontación de dos visiones opuestas: una concentrada en el
dinero y el poder, la “otra en el ideal y el despojamiento espiritual” (1989, p. 281).

Otra narración de Azul…que menciona la autora es “El velo de la reina Mab”,


donde se destaca la relación poeta-pobre en rechazo a la sociedad. Este vínculo se
refleja en los personajes artistas: “Los cuatro artistas se quejaban. Al uno le había
tocado en suerte una cantera, al otro el iris, al otro el ritmo, al otro el cielo azul” (Rubén
Darío, 1968; p. 53). En concordancia con lo planteado por Laura Scarano (1989), los
cuatro artistas encerrados expresan su indigencia y amargura:

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El escultor dice “Porque tiemblo ante las miradas de hoy. Porque contemplo el
ideal inmenso y las fuerzas exhaustas (…) me ataraza el desaliento” (Rubén Darío,
1968; p. 54). El pintor: “Lo que es hoy romperé mis pinceles (…) ¡El porvenir! ¡Vender
una Cleopatra en dos pesetas para poder almorzar!” (Rubén Darío, 1968; p. 54- 55). El
músico se queja: “Perdida mi alma en la gran ilusión de mis sinfonías, temo todas las
decepciones (…), no diviso sino la muchedumbre que befa y la celda del manicomio”
(Rubén Darío, 1968; p. 55). Y el poeta más adelante dice “Yo escribiría algo inmortal,
más me abruma un porvenir de miseria y de hambre”, (Rubén Darío, 1968; p. 56). De
esta manera, se ejemplifica como los cuatro artistas son pesimistas ante el porvenir y
se muestran desanimados frente a la sociedad.

También la autora menciona la narración “El sátiro sordo” que simboliza el


aislamiento del poeta y la incomprensión del arte por parte de la sociedad,
representada esta última por la sordera del personaje del sátiro que está imposibilitado
frente a la música de Orfeo.

El poeta y el ideal

Laura Scarano (1989) vuelve sobre el cuento “El rey burgués” para señalar que
en el relato, además de resaltar el binomio de valores y antivalores de la sociedad
burguesa frente al artista, el cuento señala la muerte del ideal encarnada en la muerte
del poeta frente a la vista del poderoso.

Sin embargo, frente a la aparente muerte, según la autora, Rubén Darío pone
en palabras del personaje poeta su certeza del triunfo de la “espiritualidad sobre la
sociedad tecnicista” (Laura Scarano, 1989; p. 284). Es, según la autora, en el
monologo del poeta mendigo donde Rubén Darío expresa una serie de afirmaciones
que corresponden con lo que él piensa acerca del arte y que es desarrollado en su
lírica.

En el monologo, el poeta dice acerca de la poesía lo siguiente: “Yo canto el


verbo del porvenir” (…) Porque viene el tiempo de las grandes revoluciones, con un
Mesías todo luz” (Rubén Darío, 1968; p. 32). Respecto de estos dichos, la autora
plantea que el poeta se dirige al futuro y proyecta de manera apocalíptica, al tiempo
que reconoce el cambio que debe hacer la poesía dando la espalda al mundo de lo
material y artificial, a “la voluptuosidad de los sentidos” (Laura Scarano, 1989; p. 284)

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En función del ideal superior es que se debe renunciar a “la musa de carne” (Rubén
Darío, 1968; p. 32).

En el mismo repertorio, el poeta se plantea a la altura de: “ángel soberbio” y


“semidiós olímpico” que apela a un auditorio acorde a su medida de realeza: “Busco la
raza escogida que debe esperar, con el himno en el boca y la lira en la mano, la salida
del gran sol” (Rubén Darío, 1968; p. 32). El claro rechazo del arte utilitario, va de la
mano de una exaltación del arte purificador representado como luz y fuego. También,
el poeta denuncia la prostitución del arte en su época, reflejada en la siguiente frase:
“Los ritmos se prostituyen, se cantan los lunares de las mujeres y se fabrican jarabes
poéticos” (Rubén Darío, 1968, p. 33).

Por otro lado, el poeta y el ideal, según la autora se ve representado en el


relato “Pájaro Azul” donde el personaje de Garcín representa al poeta que tiene en su
cabeza encerrado un pájaro azul. Este último, simbolizaría al ideal que es liberado por
decisión del poeta mediante el suicidio. Dicha acción representa la muerte del poeta
romántico frente a la hostilidad del mundo. Finalmente, el pájaro se eleva al cielo
liberado.Ese espacio, según Laura Scarano (1989) es “edénico” y le pertenece al ideal.
La enfermedad mental que padece el poeta se plantea como “noble enfermedad”,
como redención.

Otro escrito que menciona la autora y refleja el ideal es el texto titulado. “El
ideal” que se encuentra en Azul…, en el apartado llamado “En Chile”.

En este poema en prosa el hablante lírico dice que es: “el pobre pintor de la
Naturaleza y de Psyquis, hacedor de ritmos y castillos aéreos” (Rubén Darío, 1968; p.
104). Su interlocutor es el ideal, identificado a través de una serie de símbolos
femeninos: flor mística, estrella y alba. Según Laura Scarano (1989), los atributos
corresponden a las letanías de la virgen María. Esta última representación católica ,
coincide con la figura de mediación entre el hombre y dios. Las metáforas “Torre de
marfil” o de “cristal” de Rubén Darío, podrían haber representado en principio a lo
femenino que posteriormente se desplazó a la poesía. Esto último pondría en relación
a las esferas poética-erótica.

Al finalizar el texto la visión de esta “hada” quedaría como un recuerdo “fugaz”


en tensión, dentro del cerebro del poeta. Se menciona como “un rostro de mujer, un
sueño azul” (Rubén Darío, 1968; p. 104). El ideal es representado como belleza,
femenina, fugaz, misteriosa, inalcanzable, perteneciente al ensueño.

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En “La cabeza”, otro texto que se encuentra en el apartado “En Chile” de
Azul…, según Laura Scarano, Rubén Darío representa el proceso creativo de la
poesía. La cabeza del poeta que protagoniza el relato contiene “orgía de colores y de
sonidos” (Rubén Darío, 1968; p. 97). Según la autora, esta representación simboliza la
unidad de artes. Al tiempo que en la cabeza del poeta resuenan “himnos”, “colores
agrupados”, “ritmos locos”,” gorgojeos”,”martilleos” etc.

La autora explica que en este texto, se refleja la idea que quiere transmitir el
poeta: la experiencia estética es una. El color, el sonido y las formas pueden ser
entendidos como una sola cosa. En lo tanto, la poesía puede interpretar y objetivar la
realidad.

Conclusiones

A lo largo de nuestro trabajo, hemos querido realizar un recorrido de lectura


por la obra de Rubén Darío, profundizando en la cuestión del poeta y la poesía.

El recorte de lectura que incluía Azul…y Cantos de Vida y Esperanza,


guardaba el interés de observar cómo se manifestaban poeta y poesía, a partir de
distintos géneros como la narración y la lírica. Concluimos en que la visión de Rubén
Darío acerca del poeta y la poesía se presenta con una complejidad que engloba al
arte en su totalidad.

Nos resultó sumamente enriquecedor comprobar, a través de este recorrido de


lectura que el pensamiento del autor entendía a la poesía como arte complejo, capaz
de interpretar y sintetizar la pintura, la escultura y la música en una única experiencia
artística.

El poeta, no solo se entiende como compositor de lírica, sino como figura que
se proyecta en los distintos artistas que aparecen a lo largo de la obra. Bajo la forma
de personajes, como voz narrativa, como innumerables nombres propios de poetas
que se hacen presentes en las narraciones y en las poesías del autor.

El recorte seleccionado, lejos de agotar el tema, nos ha permitido en este


informe reconocer el poeta y la poesía en el aspecto formal y también como
metapoesía presente en la reflexión del propio Rubén Darío acerca del arte y el
artista.

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Bibliografía

Ficción

- Darío, Rubén, (1968), Azul…, Madrid, ed. Espasa-Calpe, décimo quinta


edición.

-Darío, Rubén (1994), “Cantos de vida y esperanza”, en Azul…/ Cantos de


Vida y Esperanza, Madrid, ed. Espasa-calpe,.Álvaro Salvador, tercera
edición.

Critica
-Molloy S. (1979) “Conciencia del público y conciencia del yo en el primer
Darío”. Revista Iberoamericana; Vol. XLV, Núm. 108-109, Julio-
Diciembre 1979; 443-457.

-Salgado M. (1992) “El autorretrato modernista y la «literaturización» de la


persona poética”.

-Perales, P. M. (2001) “El poeta como personaje y como motivo poético en la


obra de Rubén Darío”, Anales de Literatura Hispanoamericana.

-Scarano, Laura R, (1989), “El binomio modernista «poeta-poesía» en los


cuentos de Darío”, Anales de Literatura Hispanoamericana, pp. 279-
292.

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