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Los acuerdos de paz de 1996 pusieron fin al conflicto armado interno en Guatemala, pero el país aún enfrenta desafíos en áreas como la justicia social, el desarrollo económico sostenible y el cumplimiento de los compromisos establecidos en los acuerdos de paz. A pesar de los esfuerzos, la sociedad guatemalteca sigue enfrentando problemas económicos y sociales, y la cultura ha experimentado cambios como resultado de la transculturación y la reescritura de la historia para beneficiar a los poder
Los acuerdos de paz de 1996 pusieron fin al conflicto armado interno en Guatemala, pero el país aún enfrenta desafíos en áreas como la justicia social, el desarrollo económico sostenible y el cumplimiento de los compromisos establecidos en los acuerdos de paz. A pesar de los esfuerzos, la sociedad guatemalteca sigue enfrentando problemas económicos y sociales, y la cultura ha experimentado cambios como resultado de la transculturación y la reescritura de la historia para beneficiar a los poder
Los acuerdos de paz de 1996 pusieron fin al conflicto armado interno en Guatemala, pero el país aún enfrenta desafíos en áreas como la justicia social, el desarrollo económico sostenible y el cumplimiento de los compromisos establecidos en los acuerdos de paz. A pesar de los esfuerzos, la sociedad guatemalteca sigue enfrentando problemas económicos y sociales, y la cultura ha experimentado cambios como resultado de la transculturación y la reescritura de la historia para beneficiar a los poder
¿Cómo ha variado la cultura y la sociedad guatemalteca desde la
firma de los acuerdos de paz, hasta la fecha? Durante las firmas de los Acuerdos de Paz en Guatemala, ha sido un tema relevante y congruente en la sociedad y los fundamentos de los mismos. El período del conflicto armado interno cerró su ciclo el 29 de diciembre de 1996, pero un número significativo de los compromisos establecidos en los Acuerdos de Paz aún mantiene rezagos en materia de cumplimiento por parte del Estado.
En 1996 el Acuerdo de Paz Firme y Duradera señaló un conjunto de
condiciones de diferentes tipos que era necesario superar para alcanzar una paz real y verdadera, cimentada sobre un desarrollo socioeconómico participativo orientado al bien común.
Ese desarrollo requiere de justicia social como uno de los pilares de la
unidad y solidaridad nacional, y de crecimiento económico con sostenibilidad, como condición para atender las demandas sociales de la población, anota el documento.
Durante los convenios establecidos se ha regido los parámetros el cual
nada ha cambiado, la sociedad sigue con la problemática, la económica sigue dependiendo de los demás países, sus vínculos que determinan la vida de nosotros, y la sociedad sigue entrelazada por un criterio sociológico. Desde otro panorama u otra perspectiva de vida, la cultura misma ha tomado un punto de transculturación por la manera de reconocer la historia, llegando a tal punto que la misma sociedad y su legislación ha trasfigurado las leyes por conveniencia de los mismos poderes que gobiernan el país, el cual básicamente ha sido la misma historia con diferente visualización.