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Algunos pensadores, a lo largo de la historia, han entendido que la creencia en

Dios impide al ser humano realizarse plenamente. Para ellos, la creencia en Dios
envenena la conciencia personal y las estructuras sociales, y lo convierten en un
obstáculo que eliminar para conseguir que el ser humano ocupe el lugar que le
corresponde. El creyente, sin embargo, ha experimentado que sin Dios es imposible ser
plenamente humano.

PUNTO DE VISTA
El fundamento de la crítica religiosa es: el hombre hace la religión, y no ya, la
religión hace al hombre. [...] La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria
real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida,
el sentimiento de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin alma. Es
el opio del pueblo. Se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad
ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real. La exigencia de renunciar a las
ilusiones sobre su condición es la exigencia de renunciar a una condición que necesita de
ilusiones. La crítica a la religión es, por tanto, en germen, la crítica del valle de lágrimas,
cuyo halo lo constituye la religión. [...]
La crítica no arranca de las cadenas las flores imaginarias para que el hombre
soporte las sombrías y escuetas cadenas, sino para que se las sacuda y puedan brotar las
flores vivas. La crítica de la religión desengaña al hombre para que piense, para que
actúe y organice su realidad como un hombre desengañado y que ha entrado en razón,
para que gire en torno a sí mismo y a su sol real. La religión es solamente el sol ilusorio
que gira en torno al hombre mientras este no gira en torno a sí mismo.
La misión de la historia consiste, pues, una vez que ha desaparecido el más allá de
la verdad, en averiguar la verdad del más acá. Y, en primer término, la misión de la
filosofía, que se halla al servicio de la historia, consiste, una vez que se ha desenmas-
carado la forma de santidad de la autoenajenación humana, en desenmascarar la
autoenajenación en sus formas no santas. La crítica del cielo se convierte con ello en la
crítica de la tierra, la crítica de la religión en la crítica del derecho, la crítica de la
teología en la crítica de la política.
K. MARX, Contribución a la crítica de la filosofía de Hegel

 ¿Es la religión un engaño para que el ser humano no


piense?
 En tu opinión, ¿sería mejor un mundo sin religión?,
¿por qué?

HABLAMOS
¿Qué argumentos esgrimen los que afirman que Dios es un impedimento para la
realización del ser humano? ¿Estás de acuerdo con ellos?

1 EL HUMANISMO

Origen de la expresión
La palabra humanismo es todavía joven: la usó por
vez primera vez el pedagogo bávaro Friedrich
Niethammer en 1808, quien entendía por humanismo el
estudio de las lenguas y autores clásicos (latín y griego).
Con ese mismo sentido venía usándose ya la palabra
humanista desde 1538, para designar con ella a quienes
durante el Renacimiento propugnaban la vuelta a los
modelos de la Antigüedad clásica (Grecia y Roma) como
arquetipos. Los humanistas idealizaron la cultura clásica
para liberarla del corsé escolástico y la pusieron al
servicio de la educación del individuo. El proyecto
didáctico del humanismo contribuyó a cambiar el concepto que el ser humano tenía de sí
mismo. Redescubierto el valor de la individualidad, el ser humano se proyecta a sí mismo
desde la libertad, y comienza a considerar a la propia razón, en lugar de la tradición o la
autoridad, como guía de interpretación de la naturaleza o de la realidad política. Se
trata de un humanismo cristiano en el que, además de constantes referencias a Dios y a
la fe cristiana, el ser humano se percibirá a sí mismo como copula mundi, lugar de
encuentro entre Dios y la realidad.
El humanismo de los siglos XIX y XX
El pensamiento humanista modificará su rumbo
en el siglo XIX. Los avances científicos y la confianza
en la razón humana generaron una conciencia de
progreso ilimitado, que solo será posible cuando se
desenmascare lo que limita la completa realización del
ser humano. Surgirá así un humanismo ateo en el que la
mayoría de los pensadores, aunque- provenientes de
diferentes campos de conocimiento, coincidieron en que
solo prescindiendo de Dios era posible engrandecer al
ser humano.
Hoy es comúnmente aceptada la definición de
humanismo dada por Heidegger en su famosa Carta
sobre el humanismo (1946): "Eso es el humanismo:
meditar y cuidarse de que el hombre sea humano en
lugar de no humano, inhumano, esto es, ajeno a su
esencia".

CUESTIONES
 ¿Qué diferencias podríamos establecer entre el humanismo
renacentista y el que surge en el siglo XIX?
 ¿Os parece que el ser humano del siglo XXI ha olvidado la pregunta
por Dios?
2
LUDWIG FEUERBACH. PADRE DEL HUMANISMO ATEO

Su pensamiento
En el epitafio de
Feuerbach (1804-1872)
figura una inscripción que
resume lo esencial de su
crítica religiosa: "El
hombre crea a Dios a su
imagen". En su opinión, las
cualidades que la
humanidad ha atribuido a
Dios desde los tiempos más remotos —un ser sabio, omnipotente, moralmente perfecto,
en posesión de la plenitud del amor, etc.— son tan solo las cualidades que debería tener
el propio ser humano y no tiene.
El objetivo de Feuerbach no era tanto negar la
existencia de Dios como abrir los ojos al ser humano,
logrando de este modo que reclame para él todos esos
atributos de los que se privó a sí mismo para adornar a
Dios. Para Feuerbach el hombre se aliena en Dios, se
enajena y anula su humanidad en un ser que se le
contrapone y al que obedientemente se somete.
El mecanismo que lleva a la fabricación de Dios
por los seres humanos es sencillo para Feuerbach: las
personas pobres, aplastadas por su penuria, anhelan un
Dios rico que les colmará de bienes; las personas
ignorantes se imaginan un Dios que sabe todo y
remediará su ignorancia; y así sucesivamente. Tanto
Dios como el cielo, donde saciaremos nuestra sed, no
serían otra cosa que una proyección de los deseos
humanos. El hombre proyecta fuera de sí las
propiedades de su esencia humana en un ser imaginario
al que llama "Dios". La religión convierte todo lo que son aspiraciones del ser humano
concreto y que definen al hombre en cuanto hombre (creatividad, amor, libertad,
justicia) en atributos de Dios y lo desarraigan del ser humano. Esa es, para él, la esencia
del cristianismo, como tituló su principal obra. Estaríamos, en definitiva, ante el
fenómeno del espejismo: caminando por el desierto tengo tanta sed que "veo" un oasis,
las palmeras, una fuente de agua cristalina...
Respuesta desde la fe
Es verdad, desde luego, que el mensaje
cristiano "está de acuerdo con los deseos más
profundos del corazón humano" (GS 21). Y es
verdad también que solo por el hecho de que yo
desee intensamente una fuente no tiene por qué
existir, pero desde luego tampoco implica que no
pueda existir. De la misma manera, una sed
intensa no garantiza la existencia de una fuente
concreta, pero sí prueba la existencia de eso que
llamamos agua. Puede ocurrir que no la encuentre
y muera de sed, pero solo puede morir por
deshidratación un organismo del que el agua es un
constitutivo esencial. El pensamiento de
Feuerbach nos advierte de una tentación siempre
presente en la fe: fabricarse un dios a la medida
de los propios deseos e intereses.

CUESTIONES
 ¿Qué significa que Dios es una proyección de los deseos humanos?
 ¿Sería un Dios auténtico el que solo respondiese a nuestros deseos e
intereses?
3 KARL MARX. LA ALIENACIÓN RELIGIOSA
Su pensamiento
Karl Marx, tras leer
La esencia del
cristianismo, se propuso
extraer las consecuencias
sociales que allí estaban
implícitas. En la cuarta de
sus once tesis sobre
Feuerbach sostiene que,

concluida felizmente la crítica de la religión, "queda


por hacer lo principal": preguntarse por qué creen en
Dios y en la otra vida no los seres humanos abstractos
—como hacía Feuerbach—, sino quienes aquí y ahora
están oprimidos.
Para Marx toda sociedad se explica y se
sostiene sobre una estructura básica compuesta de
dos elementos: la base económica (cómo se organiza la
generación, producción y reparto de los productos) y la
superestructura, que es el conjunto de leyes, ideas y
costumbres (la cultura), que surge de dicha forma de
producción. La base económica y la superestructura se
influyen una y otra. Mantienen una relación dialéctica;
es decir, cuando se cae en la cuenta de que la base
económica, la estructura, es injusta y anula al ser al
ser humano que trabaja, la superestructura genera un
mecanismo de defensa al que Marx llama ideología. La
ideología es una falsa conciencia, un conjunto de ideas,
que justifica y busca mantener la realidad tal y como
es haciendo que los individuos formen teorías falsas
sobre sí mismos y sobre el mundo, de manera que el ser humano vive desrealizado,
alienado.
Una parte importante de esa ideología que aliena al
ser humano la conforma la religión. Se produce, según
Marx, una alienación religiosa cuando el hombre pone en
Dios, un ser inventado, aquello que él mismo podría llegar a
ser buscando así consuelo para su vida y no cambiando el
mundo. La religión nace por la necesidad de la ideología de
enmascarar las injusticias; incluso para justificar las
desigualdades y opresiones e impedir la rebelión de las
clases explotadas. Su famosa respuesta está en la Crítica de la filosofía del derecho de
Hegel: la religión "es el opio del pueblo".

Respuesta desde la fe
El humanismo marxista, para afirmar la existencia plena del ser humano, niega a
Dios y desenmascara el papel de las ideologías como creadoras y cómplices de un
sistema económico que consagra la desigualdad entre seres humanos. Marx entiende que
para conseguir revertir la situación es necesaria una praxis revolucionaria que modifique
el orden establecido. El comunismo ha supuesto un desafío para el cristianismo a la hora
de expresar su compromiso con los más necesitados, pero difieren en que el cristianismo
afirma que el Dios que se revela en Jesús de Nazaret es un Dios liberador que no anula
al ser humano, y en la relación entre medios y fines no acepta la violencia como praxis
para revertir el orden social.

CUESTIONES
 Cómo afecta la ideología a la imagen que el ser humano tiene
de sí mismo?
 ¿Se puede ignorar al prójimo y ser cristiano?
FRIEDRICH NIETZSCHE. EL SUPERHOMBRE
Su pensamiento

Para Friedrich
Nietzsche, como para el
evolucionismo de Darwin,
el hombre sigue también
en la moral un proceso
evolutivo. La cultura de
Occidente ha estado
marcada por la metafísica y la moral cristiana. Según él, se trata de una moral de los
esclavos donde lo fundamental es la resignación y el rechazo a la vida. Al estar fundada
en la idea de un único Dios —a diferencia del politeísmo griego y romano— ha
transmitido la idea de que solo existe una verdad, un único modo de comportarse, y la
idea de que esta vida ha de sacrificarse en aras a una vida futura. Esa moral es, para
Nietzsche, antinatural, y es la que está impidiendo el surgimiento de un nuevo modelo de
ser humano, el superhombre, destructor del modo de vida anterior y marcado por otros
valores que le harán fuerte, instintivo, creador constante que acepta lo trágico de la
vida —lo dionisíaco—, su devenir, multiplicidad y sus diversas perspectivas.

Frente a la voluntad de verdad del hombre


anterior —apolíneo— se impondrá la voluntad de poder
que caracteriza al superhombre —dionisíaco—. Para
llegar al superhombre, para afirmar la vida como valor
absoluto, es necesario anunciar la muerte de Dios. Con la
muerte de Dios desaparecerán los valores tradicionales,
serán nada, de manera que Nietzsche anuncia una nueva
época: el nihilismo. El nihilismo es el tiempo de
destrucción de lo que ha sido y de la transmutación de
los valores para facilitar el surgimiento del
superhombre. Nietzsche nunca se preocupó de
demostrar teóricamente la inexistencia de Dios. "Es
nuestro gusto el que decide contra el cristianismo; no
son ya los argumentos" (La gaya ciencia). El superhombre
añorado no conoce ninguna esperanza supraterrena. Para
cerrar de una vez por todas las puertas del más allá,
Nietzsche enunció, en La gaya ciencia, la doctrina del
"eterno retorno de lo mismo". De ahí la siguiente
exhortación: "¡Os insto, hermanos, a que permanezcáis
fieles a la tierra y no creáis a los que os hablan de
esperanzas supra-terrenales!" (Así habló Zaratustra).

Respuesta desde la fe
La crítica que hace Nietzsche parte de una forma desviada de entender la
humillación de Jesús y la humildad del creyente: una religión que no potencia las
energías vitales de la persona, sino que crea
seres apocados y frustrados. Denuncia a aquellos
que entienden el amor cristiano como una
debilidad y refugio de débiles, sin captar toda la
fuerza que hay en la entrega libre y soberana de
Jesús. El sentido de la vida que propugna es, en
el fondo, un sinsentido, una falta de orientación.
Adoptarlo dificultaría, por un lado, la
construcción de una personalidad estructurada
coherentemente, puesto que la persona quedaría
a merced de sus instintos vitales; y por otro, la
integración solidaria de una colectividad, porque
el superhombre, liberado de toda moral, tiende al individualismo y a la imposición de su
voluntad.

CUESTIONES
 ¿Es necesaria la transmutación de valores para que
surja el superhombre? ¿Qué valores eliminaría
Nietzsche?
 ¿Hasta qué punto nuestras decisiones morales
configuran nuestra identidad?
5 SIGMUND FREUD. FILOSOFÍA DE LA SOSPECHA

SIGMUND FREUD
Para Sigmund Freud
las ideas religiosas son una
ilusión. Como todos los
demás fenómenos psíquicos,
su origen se encuentra en
las profundidades del
psiquismo. De hecho, constata Freud, todos experimentamos deseos de trascendencia,
de inmortalidad, pero la realidad frustra esos deseos. Frente a esta situación se
desatan ciertos mecanismos defensivos: la religión como consuelo, como narcótico. Las
oraciones y ritos religiosos solo persiguen calmar la ansiedad. Para Freud la necesidad
psicológica de sentir que vivimos en un mundo protegido, seguro, nos lleva a crear la
imagen de una figura paterna: Dios.

Respuesta de la fe
La crítica que hace Freud pone en guardia contra los
infantilismos con los que, en ocasiones, se vive la fe:
refugiarse en ella para no tener que afrontar la
maduración personal o las dificultades de la vida.
También desenmascara falsas imágenes de Dios: un dios
autoritario y represor de los deseos humanos, que oprime
a las personas con normas y castigos. Esta idea de Dios
no se corresponde en absoluto con el Padre que presenta
Jesús en el evangelio.
FILOSOFÍA DE LA SOSPECHA
Paul Ricoeur, filósofo francés del siglo XX, llamó a Marx, Nietzsche y Freud
filósofos de la sospecha. El pensamiento de estos autores pone en cuestión la religión, la
política, la sociedad y la ética como encubridoras de ideologías que anulan al ser humano.
Los humanismos que acabamos de ver eran muy distintos entre sí, pero coincidían en que,
prescindiendo de Dios y cuestionando de raíz la organización social, de la moral, de la
psicología, llegarían las deslumbradoras luces de la utopía.

Respuesta de la fe
La experiencia cristiana muestra que Dios, lejos de ser un obstáculo para el
desarrollo de la vida de las personas, potencia e introduce a las personas en un camino
progresivo de liberación. El misterio de nuestra propia vida se ve iluminado por el
misterio de Dios, que se ha hecho uno de nosotros en Jesús. El Dios cristiano se ha
acercado a la vida humana para compartirla y, así, mostrar cómo se puede vivir con
sentido.

CUESTIONES
 Sintetiza las coincidencias y las diferencias entre el
pensamiento de los filósofos de la sospecha.
 ¿En qué sentido la fe en Jesús de Nazaret introduce a
las personas en un camino progresivo de liberación?

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