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Forma y textura:
La forma de los agregados puede ser angular, redondeada o mixta. Los agregados
angulares se intertraban entre sí, lo que mejora la resistencia mecánica del concreto.
Por otro lado, los agregados redondeados facilitan la trabajabilidad y reducen la
cantidad de pasta de cemento necesaria para obtener una mezcla cohesiva. La
textura superficial de los agregados también es importante, ya que una textura rugosa
mejora la adherencia entre los agregados y la pasta de cemento.
Resistencia y durabilidad:
Los agregados deben ser lo suficientemente fuertes como para resistir las fuerzas
aplicadas al concreto. La resistencia de los agregados se evalúa mediante pruebas de
resistencia a la compresión, la abrasión y el impacto. Además de la resistencia, los
agregados también deben ser duraderos y capaces de resistir los efectos adversos
del ambiente, como la exposición a ciclos de congelación y descongelación, la acción
química de los agentes agresivos y la abrasión. Los agregados duraderos ayudan a
mantener la integridad estructural y prolongar la vida útil del concreto.
La resistencia y durabilidad de los agregados de uso en el concreto son aspectos
cruciales que influyen directamente en la calidad y el desempeño a largo plazo del
material. Estas características son fundamentales para garantizar la integridad
estructural, la resistencia a los agentes agresivos y la vida útil del concreto en
diversas aplicaciones de construcción. A continuación, algunas características
relevantes en relación con la resistencia y la durabilidad de los agregados en el
concreto.
- Resistencia a la compresión: es una medida de la capacidad de los agregados para
soportar cargas compresivas. Los agregados más resistentes son capaces de resistir
mayores fuerzas de compresión, lo que resulta en una mayor resistencia del concreto
en general. Esta resistencia es particularmente importante en aplicaciones donde el
concreto está sometido a cargas pesadas, como en estructuras de edificios, puentes y
pavimentos.
- Resistencia a la abrasión: es una medida de la capacidad de los agregados para
resistir el desgaste causado por la fricción y la abrasión. Los agregados expuestos a
condiciones de alto tráfico, como pavimentos de carreteras, deben ser capaces de
resistir la abrasión para mantener su integridad y durabilidad a lo largo del tiempo. La
resistencia a la abrasión está relacionada con la dureza y la resistencia al desgaste de
los agregados.
- Resistencia al impacto: es una medida de la capacidad de los agregados para
resistir los golpes o impactos repentinos. En aplicaciones donde el concreto puede
estar sujeto a cargas de impacto, como en estructuras expuestas a vibraciones o en
elementos sometidos a cargas dinámicas, es crucial utilizar agregados con buena
resistencia al impacto para evitar daños o fallas prematuras.
- Durabilidad de los agregados: se refiere a su capacidad para resistir los efectos
adversos del entorno y mantener su integridad y rendimiento a largo plazo. Los
agregados duraderos son esenciales para garantizar la vida útil y el rendimiento
satisfactorio del concreto en condiciones ambientales desafiantes.
Uno de los principales desafíos ambientales que los agregados deben enfrentar es
la exposición a ciclos de congelación y descongelación. Cuando el concreto está
expuesto a ciclos repetidos de congelación y descongelación, el agua presente en los
poros de los agregados puede congelarse y expandirse, lo que resulta en tensiones
internas y posibles daños. Los agregados con baja absorción de agua y una
estructura interna resistente son más adecuados para resistir los efectos de los ciclos
de congelación y descongelación.
Los agregados también deben ser capaces de resistir la acción química de los
agentes agresivos presentes en el entorno. Algunos ejemplos de agentes agresivos
son los sulfatos presentes en el agua subterránea, los cloruros utilizados para el
deshielo de carreteras y los ácidos presentes en ambientes industriales. Los
agregados que contienen minerales susceptibles a la reacción álcali-sílice (RAS)
también pueden verse afectados por la expansión y el deterioro del concreto. La
selección de agregados resistentes a la acción química y la aplicación de medidas de
protección adecuadas son esenciales para preservar la durabilidad del concreto.