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1.

Diabetes
1.1. Concepto
La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la
cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o
no es capaz de utilizarla con eficacia.
La insulina es una hormona producida por el páncreas. Su principal función es
el mantenimiento de los valores adecuados de glucosa en sangre. Permite que la
glucosa entre en el organismo y sea transportada al interior de las células, en donde se
transforma en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además, ayuda a que
las células almacenen la glucosa hasta que su utilización sea necesaria.
En las personas con diabetes hay un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia), ya que
no se distribuye de la forma adecuada. Noemí González, secretaria de la Sociedad Española
de Diabetes (SED) y especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital La Paz, explica
que la glucosa elevada puede ser perjudicial "para todo el organismo, pero
principalmente para el corazón, el riñón y las arterias, por lo que las personas que tienen
diabetes y no lo saben o no la tratan tienen más riesgo de problemas renales, infartos,
pérdida de visión y amputaciones de miembros inferiores".
Asimismo, el Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS) estima que en Bolivia la
prevalencia de diabetes es de 6.6 % lo que quiere decir que 362.000 personas vivirían
con la enfermedad, lo que significaría que cada año mueren cerca de 5.260 personas
entre 20 y 79 años por causa de la diabetes.

1.2. Causas
No se conoce la causa exacta de la diabetes, entre otras cosas porque hay muchos
tipos diferentes". De hecho, el momento de aparición de la enfermedad, las causas y los
síntomas que presentan los pacientes dependen del tipo de diabetes:

 Diabetes tipo 1
 Diabetes tipo 2
 Diabetes gestacional

1.3. Síntomas
Los síntomas de la diabetes pueden ocurrir repentinamente. En la diabetes de tipo 2,
los síntomas pueden ser leves y tardar muchos años en notarse.

Los síntomas de la diabetes son:

 Sensación de mucha sed;


 Necesidad de orinar con más frecuencia de lo habitual;
 Visión borrosa;
 Cansancio;
 Perder peso sin querer.

Con el tiempo, la diabetes puede dañar los vasos sanguíneos del corazón, los ojos, los
riñones y los nervios.
Las personas con diabetes corren más riesgo de sufrir problemas de salud, como
infartos de miocardio, derrames cerebrales e insuficiencia renal.
La diabetes puede causar pérdida permanente de la visión por daño de los vasos
sanguíneos de los ojos.
Muchas personas con diabetes presentan problemas en los pies debido al daño
causado a los nervios y al flujo sanguíneo insuficiente. Esto puede causar úlceras en
los pies y llevar a la amputación.

1.4. Prevención
La mejor manera de prevenir o retrasar eficazmente la aparición de la diabetes de tipo 2
es cambiar de hábitos.
Para ayudar a prevenir este tipo de diabetes y sus complicaciones, conviene:

 Alcanzar y mantener un peso corporal saludable;


 Mantenerse físicamente activo con al menos 30 minutos de ejercicio moderado
cada día
 Seguir un régimen alimentario saludable, sin azúcar ni grasas saturadas;
 no fumar tabaco.

1.5. Diagnóstico y tratamiento


Se puede hacer un diagnóstico temprano determinando la glucemia con pruebas
relativamente baratas. Las personas con diabetes de tipo 1 necesitan insulina para vivir.
Una de las formas más eficaces de tratar la diabetes es mantener unos hábitos
saludables.
Algunas personas con diabetes de tipo 2 necesitan tomar medicamentos para ayudar a
controlar los niveles de azúcar en la sangre. Estos medicamentos se administran en
forma de inyección o por otras vías. Algunos de estos medicamentos son:

 metformina;
 sulfonilureas;
 inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2.

Además de tomar medicamentos que reducen el azúcar en la sangre, las personas con
diabetes a menudo necesitan medicamentos para bajar la tensión arterial y estatinas
para reducir el riesgo de complicaciones.
A veces se necesitan otras intervenciones para tratar los efectos de la diabetes, por
ejemplo:

 tratamiento de las úlceras en los pies;


 pruebas de detección y tratamiento de la insuficiencia renal;
 exámenes oculares para detectar la retinopatía (que causa ceguera).

2. Tipos de Diabetes
Existen tres tipos principales de diabetes: diabetes tipo 1, diabetes tipo 2 y diabetes
gestacional (diabetes durante el embarazo).

2.1. Diabetes Tipo 1


La diabetes tipo 1, antes conocida como diabetes juvenil o diabetes
insulinodependiente, es una afección crónica. En esta afección, el páncreas produce
poca insulina o no la produce. La insulina es una hormona que el cuerpo usa para
permitir que el azúcar (glucosa) ingrese a las células para producir energía.
Existen diferentes factores, como la genética y algunos virus, que pueden causar
diabetes tipo 1. Si bien la diabetes tipo 1 suele aparecer durante la infancia o la
adolescencia, puede manifestarse en la adultez.
Incluso después de mucha investigación, la diabetes tipo 1 no tiene cura. El tratamiento
se enfoca en controlar la cantidad de glucosa en la sangre mediante el uso de insulina,
y una dieta y un estilo de vida saludables para evitar complicaciones.

2.2. Síntomas
Los síntomas de la diabetes tipo 1 pueden aparecer de forma repentina, e incluyen los
siguientes:

 Tener más sed de lo habitual.


 Orinar demasiado.
 En el caso de los niños, mojar la cama de noche cuando nunca les sucedió
antes.
 Tener mucha hambre.
 Bajar de peso sin intención.
 Sentirse irritable o tener cambios en el estado de ánimo.
 Sentirse cansado y débil.
 Tener visión borrosa.

2.3. Causas
La diabetes mellitus tipo 1 es una enfermedad autoinmune debida a factores genéticos
y ambientales.
La diabetes mellitus tipo 1 es una enfermedad autoinmune, en la que las células
productoras de insulina son atacadas y destruidas: las células beta del páncreas. Al
carecer de insulina no se puede realizar correctamente el metabolismo de los hidratos
de carbono, grasas y proteínas.
El desencadenamiento de este ataque autoinmune se produce por una combinación de
factores genéticos y ambientales. Entre los factores ambientales, los virus parecen los
candidatos más probables.
Hasta el momento, no se han identificado causas específicas (incluyendo vacunas y
elementos de la dieta) que puedan desencadenar esta enfermedad en personas que
deben tener previamente una susceptibilidad genéticamente condicionada.
Los factores hereditarios parecen tener un papel importante, pero la enfermedad
prácticamente nunca se adquiere directamente por herencia., otras posibles causas
incluyen:

 Genética
 Exposición a virus y a otros factores ambientales

2.4. Consecuencias
La diabetes tipo 1 puede tener graves consecuencias si no se mantienen los niveles de
glucosa adecuados. Por un lado, un mal control de los niveles de glucosa puede
conducir a la hipoglucemia y la hiperglucemia.

2.4.1Consecuencias de la diabetes Tipo 1: hipoglucemia


En el primero de los casos -la hipoglucemia– los niveles de glucosa son muy bajos, por
debajo de los 70 mg/dl y el paciente sentirá síntomas como debilidad, temblores,
palidez, ansiedad y nerviosismo, mareo o vértigo, hambre extrema, sudoración,
palpitaciones y convulsiones y hasta pérdida de conocimiento entre otros.
Estas bajadas pueden deberse a haber administrado dosis incorrectas de insulina, a
una baja ingesta de hidratos de carbono, retrasar el horario de las comidas o
saltárselas, haber practicado ejercicio físico de forma excesiva o como consecuencia de
una diarrea o vómitos. En caso de detectar los primeros síntomas, lo primero que
tendrá que hacer el paciente es comprobar cuáles son sus niveles de glucosa con su
medidor habitual y, tras comprobar que se encuentra por debajo del objetivo establecido
por su especialista, consumir glucosa o carbohidratos de acción rápida en forma de
tabletas, geles, zumos, sobres de azúcar o miel.
El chocolate no entra dentro de estas posibilidades ya que la grasa que contiene
retarda la digestión e impide que la glucosa entre de forma rápida al torrente sanguíneo.
Tras unos 15 minutos, habrá que repetir la prueba para comprobar si los niveles de
glucosa han vuelto a la normalidad. En caso de que no sea así, se deberá tomar una
ración pequeña de hidratos de carbono de acción lenta, como, por ejemplo, pan,
galletas, leche o yogurt.

2.4.2 Síntomas graves de la hipoglucemia en la diabetes Tipo 1: glucagón


En caso de síntomas graves como la pérdida de conocimiento, otra persona deberá
administrar al paciente un inyectable de glucagón, una hormona que estimula el hígado
para que este expulse la glucosa que reserva al torrente sanguíneo.
Consecuencias de la diabetes Tipo 1: hiperglucemia
La hiperglucemia se produce por una acumulación de glucosa en el torrente sanguíneo,
por encima de los 250 mg/dl, aunque depende de cada persona, algo que puede
suceder tras una comida con una cantidad alta de hidratos de carbono. También puede
deberse a una administración deficiente de insulina, saltarse alguna inyección, realizar
menos ejercicio físico de lo habitual o por alguna infección como la gripe, por ejemplo.
Puede no causar síntomas, pero si los niveles de glucosa llegan a ser muy altos, se
pueden producir cetonas, que provocan náuseas y vómitos, cansancio, orinar más de lo
habitual, sed y hambre extremas, pérdida de peso, dolor abdominal o visión borrosa. En
caso de somnolencia, respiración profunda y latido rápido, el paciente deberá acudir de
forma inmediata a urgencias, pues se podría sufrir una cetoacidosis, que puede derivar
en el coma diabético. La forma más inmediata de tratar estas subidas de glucosa será
la administración de insulina.
Por otro lado, pueden surgir una serie de complicaciones que pueden afectar a distintos
órganos del cuerpo y pueden comprometer de tal manera la salud que incluso pueden
provocar una muerte prematura. Por ello, los pacientes con diabetes tipo 1 deben
mantener un control exhaustivo de su enfermedad y prevenir las subidas y bajadas de
glucosa.

2.4.3. Consecuencias de la diabetes Tipo 1: cardiovasculares


El aumento de los niveles de glucosa de forma constante en la sangre puede provocar
un taponamiento de los vasos sanguíneos y dificultar el paso de la sangre a otros
órganos como los riñones, los ojos o el corazón. Estas complicaciones pueden aparecer
cuando la persona lleva años con la enfermedad y, sobre todo, si no existe un buen
control de la misma.
Así, con el tiempo, puede dañar el corazón y causar un infarto y puede provocar
también un infarto cerebral. Las complicaciones cardiovasculares son las más
habituales y la principal causa de muerte en las personas con diabetes tipo 1.
Además, como consecuencia de la disminución del flujo sanguíneo y la mala irrigación
de la sangre a las extremidades inferiores, si se producen úlceras o infecciones en los
pies pueden no ser detectadas a tiempo por la falta de sensibilidad, pudiendo derivar en
el llamado pié diabético, con el consiguiente riesgo de amputación.

2.4.4. Retinopatía y nefropatía diabética en la diabetes Tipo 1


Los niveles altos de glucosa pueden afectar a los ojos y causar retinopatía diabética,
como resultado de una afectación prolongada y acumulada en los vasos de la retina, lo
que puede conducir a ceguera. Los daños en los riñones, la nefropatía diabética,
pueden desembocar en insuficiencia renal y reducir la función de los riñones.

2.5. Tratamiento
El tratamiento de la diabetes tipo 1 tiene como objetivo principal controlar los niveles de
glucosa en sangre mediante la administración de insulina para evitar las hipoglucemias
e hiperglucemias. El tratamiento variará de una persona a otra en función de sus
necesidades y circunstancias.

2.5.1 Tratamiento convencional se basa en la inyección diaria de insulina


Existen diferentes tipos de tratamiento para la diabetes tipo 1. El tratamiento
convencional se basa en la inyección diaria de insulina, hasta tres o cuatro veces al día,
para controlar los niveles de glucosa en sangre y reducir complicaciones, combinando
las de acción rápida con lenta.
La insulina se inyecta en el tejido subcutáneo, entre la piel y el músculo, para ser
absorbida de forma lenta. Hay que escoger una zona que no tenga bultos, hematomas,
heridas o fisuras y deberá estar limpia. Lo normal es realizarlas en brazos, muslos,
abdomen o glúteos y conviene ir alternándolas para evitar lesiones locales.
Se pellizcará de forma suave la piel, para levantar un pliegue sobre el que se inyectará
la jeringuilla o la pluma con la insulina entera y en ángulo recto. Después de introducirla
se soltará el pliegue y se esperarán 10 segundos antes de retirar la aguja de la piel.

2.5.2. Múltiples inyecciones de insulina (MDI)


Otra posibilidad son las múltiples inyecciones de insulina (MDI), que consiste en
inyectar tres o más veces al día insulina rápida y una o dos veces al día insulina de
acción lenta.
Bomba de insulina: insulina al organismo las 24 horas del día
Finalmente, existe la opción de emplear una bomba de insulina, que realice la infusión
subcutánea continua que proporciona insulina al organismo las 24 horas del día, a
través de un catéter bajo la piel. Las bombas de insulina pueden dar mayor flexibilidad y
comodidad al paciente pero debe cumplir una serie de requisitos para su uso.

2.5.3. Células beta en la diabetes tipo 1


La diabetes tipo 1 no tiene cura aunque los científicos están investigando en ello. Así
los últimos avances pasan por interrumpir, con inmunoterapia, la reacción del sistema
inmunológico que provoca la destrucción de células beta en el páncreas, encargadas de
la producción de insulina. Otra alternativa es el trasplante de células beta creadas a
partir de células madre.
2.6. Prevención
Aunque no es posible prevenir la diabetes tipo 1 al ser una enfermedad autoinmune, de
la cual se desconoce su origen, si es posible controlarla y actuar para evitar las
complicaciones que puedan derivarse de ella.
Así, la prevención en este caso consiste en mantener un control de la glucosa en
sangre, evitando en la medida de lo posible las situaciones de hiperglucemia e
hipoglucemia. En la actualidad, este control se realiza mediante el uso de tiras reactivas
que se introducen en un medidor de glucemia capilar, llamado glucómetro; o con
sistemas de monitorización continua, como el sistema flash y el sistema de
monitorización continua.
También será fundamental mantener un control de la diabetes tipo 1 de forma trimestral
mediante la prueba de medición de la hemoglobina glicosilada (HbA1c).
Estas mediciones de la glucosa deben llevarse a cabo siempre para asegurar un
adecuado control de la diabetes tipo 1. Será preciso que, los familiares, en caso de la
población infantil, o los propios pacientes anoten los datos que aportan estas
mediciones para favorecer un correcto control.

2.6.1. Sistemas de monitorización continua en el control de la diabetes tipo 1


Los sistemas de monitorización continua facilitan el control de la diabetes tipo 1, sobre
todo en niños, adolescentes y personas que tengan una diabetes de difícil control, pues,
al hacerse en tiempo real, se pueden evitar o detectar los síntomas de hipoglucemia o
hiperglucemia.
Los niveles de glucosa adecuados en sangre serán diferentes para cada persona y
dependen de factores como el tiempo que lleva con la enfermedad diagnosticada, la
edad, los trastornos o enfermedades que puedan sufrir derivados de ella, riesgos o
enfermedades cardiovasculares, y otras consideraciones individuales de cada paciente.
El objetivo es alcanzar un valor de hemoglobina glicosilada (HbA1c) adecuado, evitar la
hipoglucemia y mejorar su calidad de vida. No obstante, lo deseable es conseguir los
siguientes objetivos:

 En ayunas y antes de las comidas lo recomendable es entre 70 y 130 mg/dl;


 El objetivo post-prandial, tras las comidas, es de 90 a 180 mg/dl; y antes de irse
a dormir entre 80 y 140 mg/dl.

Por su parte, el objetivo para la hemoglobina glicosilada (HbA1c), que surge de la unión
de la hemoglobina con la glucosa, variará en función de la edad, los años que llevan
con la enfermedad, los riesgos de complicaciones e hipoglucemias y las
comorbilidades, la esperanza de vida o las preferencias de los pacientes.

3. Diabetes Tipo 2
La diabetes mellitus tipo 2 es una enfermedad crónica que actúa de forma progresiva y
que constituye el tipo más común de diabetes. De hecho, es diez veces más frecuente
que la diabetes tipo 1. Se trata de una afección grave caracterizada, generalmente, por
una resistencia a la insulina. Esto hace que, a pesar de que el organismo libere mucha
insulina, esta no puede actuar como debería. Por lo tanto, la insulina que produce el
páncreas no puede funcionar de forma correcta o el páncreas no produce la suficiente
insulina para permitir que la glucosa pase de la sangre a las células y se convierta en
energía.
3.1. Síntomas
La fisiopatología de la diabetes tipo 2 se explica por tres tipos de alteraciones, la
resistencia a la insulina en tejidos como el hígado, el músculo esquelético o el riñón; la
disfunción de las células del páncreas en respuesta a la glucosa y un aumento de la
producción de glucosa por parte del hígado. Como consecuencia de ello, se producen
unos niveles altos de glucosa en sangre que el organismo intentará expulsar mediante
los riñones. Los síntomas que puede provocar la diabetes tipo 2 como consecuencia de
estas alteraciones son similares en algunos casos a los de tipo 1, aunque aparecen de
forma más lenta, por lo que pueden pasar desapercibidos al no darles la importancia
suficiente o confundirlos con otros trastornos de la vida cotidiana.
Los síntomas más destacados de la diabetes tipo 2 son:

3.1.1 Cansancio
El síntoma más característico de las personas con diabetes tipo 2 es la sensación de
cansancio debido a que las células del organismo no pueden obtener la suficiente
glucosa para convertirse en energía. Esto conduce también a fatiga e irritabilidad.

3.1.2. Infecciones frecuentes


las personas con diabetes tipo 2 pueden contraer infecciones de repetición, sobre todo
de la zona genitourinaria o de los aparatos respiratorio y urinario. También pueden
suceder en las encías o la piel..

3.1.3. Hormigueo o entumecimiento en manos y pies


La mala circulación repercute en los nervios causando una neuropatía. Los pacientes
con diabetes tipo 2 pueden notar una pérdida de sensibilidad o entumecimiento en pies
o manos.

3.1.4. Visión borrosa


Los altos niveles de glucosa en sangre modifican el líquido intraocular causando una
inflamación de la retina que provoca dificultades para ver de forma nítida.

3.1.5. Cortes y hematomas


Los cortes y las heridas pueden tardar más en curarse como consecuencia de los
niveles altos de glucosa en la sangre.

3.1.6. Necesidad de orinar de forma frecuente


El exceso de glucosa hace que el cuerpo intente eliminarla a través de la orina, de ahí
que aumente la necesidad de ir al baño. Estas ganas de orinar aumentan sobre todo
por la noche.

3.1.7. Sed extrema o polidipsia


La sed extrema se debe a la necesidad del organismo de expulsar el exceso de glucosa
en sangre mediante la orina, lo que origina un efecto de deshidratación que hará a la
persona tener una mayor sensación de sed.

3.1.8. Hambre extrema o polifagia


Al eliminarse la glucosa a través de la orina, la persona sentirá la necesidad de comer
más para aportar a su organismo las calorías y energía que le faltan.
3.2. Causas
La diabetes tipo 2 es debida a una combinación de una serie de factores genéticos y
metabólicos. Estos factores son los que intervienen en la insuficiente producción de
insulina o en el mal funcionamiento de la misma que provoca el incremento de los
niveles de azúcar en sangre, con el consiguiente riesgo de complicaciones.
El riesgo de diabetes mellitus tipo 2 se ve aumentado cuando en la misma persona
intervienen aspectos como la etnia, antecedentes familiares de diabetes, diabetes
gestacional, la presencia de edad avanzada, exceso de peso u obesidad, una mala
alimentación, la falta de ejercicio físico y el tabaquismo. De hecho, se calcula que la
obesidad y el sobrepeso, además del sedentarismo, son el origen de una gran parte de
la carga mundial de la diabetes, debido al exceso de grasa corporal.

3.3. Consecuencias
La diabetes tipo 2 afecta muchos de los órganos principales, como el corazón, los
vasos sanguíneos, los nervios, los ojos y los riñones. Además, los factores que
aumentan el riesgo de diabetes son factores de riesgo para otras enfermedades graves.
El control de la diabetes y de los niveles de glucosa en la sangre pueden disminuir el
riesgo de tener estas complicaciones y otras enfermedades, como las siguientes:

3.3.1. Enfermedades cardíacas y de los vasos sanguíneos


La diabetes está asociada a un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, accidente
cerebrovascular, presión arterial alta y ateroesclerosis, que es una afección que causa
el estrechamiento de los vasos sanguíneos.

3.3.2. Daño en los nervios de las extremidades


Esta afección se llama neuropatía. Los niveles elevados de glucosa en la sangre
pueden dañar o destruir los nervios. Esto puede causar hormigueo, entumecimiento,
ardor, dolor o, a la larga, pérdida de la sensibilidad, que generalmente comienza en las
puntas de los dedos de los pies o las manos y se extiende progresivamente hacia
arriba.

3.3.3. Otro daño en los nervios


Los daños en los nervios del corazón pueden ocasionar ritmos cardíacos irregulares. El
daño en los nervios relacionado con el sistema digestivo puede causar problemas como
náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. También puede causar disfunción eréctil.

3.3.4. Enfermedad renal


La diabetes puede derivar en enfermedad renal crónica o enfermedad renal en etapa
terminal irreversible. Esto puede requerir diálisis o trasplante de riñón.

3.3.5. Daño ocular


La diabetes aumenta el riesgo de enfermedades oculares graves, como cataratas y
glaucoma, y puede dañar los vasos sanguíneos de la retina, y posiblemente derive en
ceguera.

3.3.6. Afecciones cutáneas


La diabetes puede aumentar el riesgo de tener algunos problemas de la piel, como
infecciones bacterianas y micóticas.
3.3.7. Cicatrización lenta
Si no se tratan, los cortes y las ampollas pueden dar lugar a infecciones graves, que tal
vez no cicatricen como corresponde. El daño grave podría requerir la amputación del
dedo del pie, del pie o de la pierna.

3.3.8. Deterioro de la audición


Los problemas de audición son más frecuentes en las personas que padecen diabetes.
Apnea del sueño. La apnea obstructiva del sueño es común en las personas con
diabetes tipo 2. La obesidad puede ser el principal factor que contribuye a ambas
afecciones.

3.3.9. Demencia
La diabetes tipo 2 parece aumentar el riesgo de enfermedad de Alzheimer y otros
trastornos que causan demencia. Un control deficiente de la glucosa en la sangre está
asociado a un deterioro más rápido de la memoria y otras habilidades del pensamiento.

3.3. Tratamiento
La diabetes tipo 2 a día de hoy no tiene cura aunque los investigadores están
trabajando en el estudio de fórmulas que permitan al paciente remitir los niveles altos
de glucosa y que vuelvan a ser normales. Sin embargo, no es curable, es decir, no
significa que la diabetes tipo 2 pueda desaparecer o sea reversible.
El tratamiento deberá ser lo más individualizado posible y para ello se deberán tener en
cuenta diferentes aspectos del paciente como la edad, el peso, el tiempo de evolución
de la patología, el estilo de vida o el entorno social, entre otros.
Los pacientes con diabetes tipo 2 pueden ser tratados de forma inicial con un cambio
en la alimentación y la práctica de ejercicio físico de forma regular. Un estilo de vida
saludable puede servir por tanto para controlar la diabetes tipo 2.

3.3.1. Tratamiento de la Diabetes Tipo 2 con antidiabéticos orales


Si con esto no resulta suficiente, el médico valorará la opción de indicar medicamentos
que ayuden a controlar esos niveles, como es el caso de los antidiabéticos orales, que
se escogerán en función de cada paciente. Lo normal es que se indiquen en aquellos
pacientes que hayan recibido un diagnóstico reciente, que necesiten poca insulina o no
la hayan necesitado para mantener unos niveles de glucosa adecuados. También puede
haber pacientes que necesiten combinar medicamentos orales con la administración de
insulina.

3.3.2. Administración de insulina en la Diabetes Tipo 2


Si con dieta, ejercicio y medicamentos antidiabéticos el paciente no logra mantener
unos niveles adecuados de glucosa en sangre, se evaluará la conveniencia de indicar la
administración de insulina. La insulina se puede inyectar con jeringuilla, boli o pen y a
través de una bomba, que administra esta hormona durante 24 horas a través de un
catéter en la piel del paciente. El médico indicará la conveniencia o no de administrarla
y qué tipo utilizar. En función de las circunstancias de cada paciente esta insulina se
indicará de forma permanente o transitoria, ya que los pacientes con diabetes tipo 2
suelen tener unas necesidades de insulina con intervalos más amplios en función del
peso, la reserva de insulina que tenga en el páncreas, el grado de resistencia a la
misma o la ingesta de calorías.
3.3.3. Medicamentos para la Diabetes Tipo 2
Entre los medicamentos para la diabetes tipo 2 se encuentran

3.3.3.1. Metformina
Es el medicamento oral de primera línea para la diabetes tipo 2, del grupo de las
biguanidas. Se trata de un fármaco que ayuda a reducir la glucosa en plasma
postprandial y basal, ya que reduce la producción de glucosa por parte del hígado;
incrementa la sensibilidad del tejido muscular a la insulina, mejorando su capacidad
para absorber la glucosa; y retrasa la absorción intestinal de la glucosa. Está indicada
sobre todo en pacientes con sobrepeso, cuando no logran controlar los niveles de
glucosa con alimentación y ejercicio físico. En cualquier caso, los pacientes con
diabetes tipo 2 que deban tomar medicamentos orales para reducir los niveles de
glucosa deberán seguir igualmente un plan de alimentación y ejercicio adecuados a su
patología.

3.3.3.2. Sulfonilureas
Estas estimulan las células del páncreas encargadas de la producción de insulina y
consiguen reducir la glucemia basal, aunque uno de sus principales efectos
secundarios es el posible desarrollo de hipoglucemia.

3.3.3.3. Metiglinidas
Tienen un efecto similar a las sulfonilureas pero con un mejor control de la
hiperglucemia postprandial.

3.3.3.4. Inhibidores de las alfaglucosidasas


Favorecen una disminución de la absorción de los hidratos de carbono complejos y
disminuyen el pico glucémico postprandial.

3.3.3.5. Tiazolidindionas
Mejoran la sensibilidad a la insulina ya que incrementa la captación de glucosa por
parte del tejido muscular liso y el graso, y reducen la lipólisis, al movilizar la grasa del
músculo y el hígado. Su combinación con la metformina contribuye a reducir la
hemoglobina glicosilada (HbA1c).

3.3.3.6. Inhibidores de la enzima DPP-4


Inhiben la producción de glucosa por parte del hígado, mejoran la sensibilidad a la
insulina, producen saciedad y el consiguiente efecto beneficioso para reducir el peso.
Tienen un bajo riesgo de hipoglucemias.

3.3.3.7. Antagonistas de SGLT-2


Se trata de un fármaco con efectos sobre los niveles de glucemia y cardioprotectores.
Inhiben la absorción de glucosa y favorecen la pérdida de peso y tensión arterial, con
efectos metabólicos interesantes para el paciente con hipertensión y obesidad.

3.3.3.8. Análogos de GLP-1


Se administran por vía subcutánea y actúan como agonistas del receptor de GLP-1.
Ayudan a mejorar los niveles glucémicos con un efecto duradero sobre la hormona
glicosilada (HbA1c). Tienen un riesgo bajo de hipoglucemia y ayudan también a bajar
de peso y controlar la presión arterial alta.
La insulina se puede inyectar con jeringuilla, boli o pen y a través de una bomba, que
administra esta hormona durante las 24 horas del día, a través de un catéter en la piel
del paciente.

3.3.4. Insulina en función del tiempo de absorción


La insulina que se inyecta suele ser la humana o los análogos de insulina. En función
del tiempo de absorción será:

3.3.4.1. Insulina de acción rápida


Tiene un inicio de acción rápido y también un tiempo de acción más corto. Por ello se
administra antes de las comidas para regular el aumento de azúcar en sangre que se
producirá tras la ingesta. Es importante ajustar bien las dosis para evitar una bajada de
azúcar (hipoglucemia).

3.3.4.2. Insulina de acción corta o regular


Su inicio de acción es más lento, por lo que no actúa tan rápido como la anterior y se
suele escoger en situaciones agudas.

3.3.4.3. Insulina de acción intermedia


El inicio de su acción ocurre durante la primera hora después de su administración y
tendrá un periodo máximo de acción de siete horas.

3.3.4.4. Insulina de larga duración o acción prolongada


Tiene un inicio de acción más tardío y se libera de forma constante durante un tiempo
prolongado que puede llegar incluso a las 24 horas, por lo que suele permitir una dosis
única diaria.
En algunos casos, también se ha demostrado que la cirugía de obesidad o del intestino
con el objetivo de perder peso puede ayudar a remitir los niveles de glucosa elevados
en sangre.

3.4. Prevención
Un estilo de vida saludable puede ayudar a prevenir la diabetes tipo 2. Si te
diagnosticaron prediabetes, los cambios en el estilo de vida pueden retrasar o detener
la progresión de la diabetes.

3.4.1. Un estilo de vida saludable


Consumir alimentos saludables. Elige alimentos ricos en fibra, con bajo contenido graso
y pocas calorías. Concéntrate en las frutas, los vegetales y los granos o cereales
integrales.

3.4.2. Mantenerse activo


Intenta hacer 150 minutos o más a la semana de actividad aeróbica moderada o
intensa, como caminar a paso ligero, andar en bicicleta, correr o nadar.

3.4.3. Bajar de peso


Si tienes sobrepeso, bajar una cantidad moderada de peso y mantenerse así puede
retrasar la progresión de prediabetes a diabetes tipo 2. Si tienes prediabetes, perder del
7 % al 10 % de tu peso corporal puede reducir el riesgo de diabetes.
3.4.4. Evitar períodos largos de inactividad
Mantenerse inactivo por períodos largos puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2.
Intenta levantarte cada 30 minutos y moverte al menos durante algunos minutos.

Para las personas con prediabetes, la metformina (Fortamet, Glumetza, otros), un


medicamento para la diabetes, puede recetarse para reducir el riesgo de diabetes tipo
2. Generalmente se receta para adultos mayores con obesidad que no logran reducir
los niveles de glucosa sanguínea con cambios en el estilo de vida.

4. Diabetes Gestacional
La diabetes gestacional es la diabetes que se diagnostica por primera vez durante el
embarazo (gestación). Al igual que con otros tipos de diabetes, la diabetes gestacional
afecta la forma en que las células utilizan el azúcar (glucosa). La diabetes gestacional
causa un nivel alto de glucosa sanguínea que puede afectar tu embarazo y la salud de
tu bebé.
Si bien cualquier complicación del embarazo es preocupante, hay buenas noticias.
Durante el embarazo, puedes ayudar a controlar la diabetes gestacional con una
alimentación saludable, ejercicio y, si es necesario, con medicamentos. Controlar la
glucosa sanguínea puede mantenerte a ti y a tu bebé sanos y evitar un parto difícil.
Si tienes diabetes gestacional durante el embarazo, por lo general, los niveles de
glucosa sanguínea vuelven a sus valores normales poco después del parto. Sin
embargo, si tuviste diabetes gestacional, el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 es
mayor. Necesitarás que te hagan pruebas más a menudo para detectar cambios en la
glucosa sanguínea.

4.1. Síntomas
a mayor parte del tiempo, la diabetes gestacional no causa signos ni síntomas
perceptibles. El aumento de la sed y la micción más frecuente son síntomas posibles.

4.1.1. Cuando debes consultar a un médico


Siempre que sea posible, busca atención médica lo antes posible (en cuanto pienses
que quieres quedar embarazada) para que el proveedor de atención médica pueda
evaluar el riesgo de diabetes gestacional y tu bienestar general. Cuando estés
embarazada, el proveedor de atención médica te hará pruebas de diabetes gestacional
como parte de la atención médica prenatal.
Si presentas diabetes gestacional, es posible que necesites exámenes más frecuentes.
Lo más probable es que estos se hagan en los últimos tres meses del embarazo,
cuando el proveedor de atención médica controle tu nivel de glucosa en la sangre y la
salud del bebé.

4.2. Causas
La diabetes gestacional ocurre cuando el cuerpo no puede producir la insulina adicional
que necesita durante el embarazo. La insulina, una hormona producida en el páncreas,
ayuda al cuerpo a convertir la glucosa en energía ya controlar los niveles de glucosa en
la sangre.
Durante el embarazo, el cuerpo produce hormonas especiales y pasa por otros
cambios, como el aumento de peso. Debido a estos cambios, las células del cuerpo no
usan bien la insulina, lo que se conoce como resistencia a la insulina (en inglés). Todas
las mujeres embarazadas tienen cierta resistencia a la insulina al final del embarazo. La
mayoría de las mujeres embarazadas pueden producir suficiente insulina para vencer la
resistencia a la insulina, pero otras no. Estas mujeres desarrollan diabetes gestacional.
Tener exceso de peso u obesidad está relacionado con la diabetes gestacional. Es
posible que las mujeres con sobrepeso u obesidad ya tengan resistencia a la insulina
cuando quedan embarazadas. Subir mucho de peso durante el embarazo también
puede ser un factor. Tener antecedentes familiares de diabetes aumenta la probabilidad
de que una mujer tenga diabetes gestacional, lo que sugiere que los genes
desempeñan un papel.

4.3. Consecuencias
La diabetes gestacional que no se controla cuidadosamente puede llevar a altos niveles
de glucosa sanguínea. El alto nivel de glucosa en la sangre puede causar problemas
para ti y tu bebé, incluida una mayor probabilidad de necesitar una cirugía para el parto
(cesárea).

4.3.1. Complicaciones que pueden afectar al bebé


Si tienes diabetes gestacional, tu bebé podría tener un mayor riesgo de lo siguiente:

4.3.1.1. Sobrepeso al nacer


Un nivel de glucosa sanguínea más alto que el valor estándar puede hacer que el bebé
crezca demasiado. Los bebés muy grandes (los que pesan 9 libras [4 kg] o más) tienen
más probabilidades de quedar encajados en el conducto de parto, tener lesiones de
nacimiento o necesitar un parto por cesárea.

4.3.1.2. Nacimiento temprano (prematuro)


Un nivel alto de glucosa sanguínea puede aumentar el riesgo de tener un trabajo de
parto prematuro y dar a luz antes de la fecha prevista. También es posible que se
recomiende adelantar el parto porque el bebé es grande.

4.3.1.3. Dificultades respiratorias graves


Los bebés prematuros podrían tener el síndrome de dificultad respiratoria, una afección
que dificulta la respiración.
Bajo nivel de glucosa sanguínea (hipoglucemia). A veces, los bebés tienen un nivel bajo
de glucosa sanguínea (hipoglucemia) poco después del nacimiento. Los episodios
graves de hipoglucemia pueden causar convulsiones en el bebé. Alimentar al bebé
inmediatamente cuando tenga hambre y, a veces, una solución de glucosa intravenosa
puede hacer que el nivel de glucosa sanguínea del bebé vuelva a la normalidad.

4.3.1.4. Obesidad y diabetes tipo 2 con el tiempo


Los bebés tienen un mayor riesgo de tener obesidad y diabetes tipo 2 en el futuro.
Muerte fetal intraútero. La diabetes gestacional sin tratar puede provocar la muerte del
bebé antes o poco después del nacimiento.

4.3.2. Complicaciones que pueden afectarte


La diabetes gestacional también puede aumentar el riesgo de lo siguiente:
4.3.2.1. Presión arterial alta y preeclampsia
La diabetes gestacional aumenta el riesgo de tener presión arterial alta y preeclampsia,
una complicación grave del embarazo que provoca presión arterial alta y otros síntomas
que pueden poner en riesgo tu vida y la del bebé.

4.3.2.2. Tener un parto quirúrgico (cesárea)


Si tienes diabetes gestacional, es más probable que te hagan una cesárea.

4.3.2.3. Diabetes en el futuro


Si tienes diabetes gestacional, las posibilidades de que vuelvas a desarrollarla en un
futuro embarazo son mayores. También tienes un mayor riesgo de desarrollar diabetes
tipo 2 a medida que envejeces.

5. Tratamiento
El tratamiento de la diabetes gestacional incluye lo siguiente:

 Cambios en el estilo de vida


 Control de la glucosa sanguínea
 Medicamentos, si es necesario

El control de los niveles de glucosa sanguínea ayuda a mantenerlos a ti y a tu bebé


sanos. El control minucioso también puede ayudarte a evitar complicaciones durante el
embarazo y el parto.

5.1. Cambios en el estilo de vida


Tu estilo de vida (qué comes y cuánto te mueves) es una parte importante para
mantener los niveles de glucosa sanguínea dentro de un rango saludable. Por lo
general, los proveedores de atención médica no recomiendan bajar de peso durante el
embarazo, ya que el cuerpo hace un gran esfuerzo para que el bebé crezca. Sin
embargo, el proveedor de atención médica puede ayudarte a establecer metas en
materia de aumento de peso sobre la base del peso que tenías antes del embarazo.

Los cambios en el estilo de vida pueden incluir lo siguiente:

 Alimentación saludable. Una alimentación saludable se centra en frutas,


verduras, granos integrales y proteínas magras (alimentos que son altos en
nutrición y fibra y bajos en grasa y calorías) y limita los carbohidratos altamente
refinados, incluidos los dulces. Un dietista diplomado o un especialista en
cuidado y educación para la diabetes pueden ayudarte a crear un plan de
comidas basado en el peso actual, las metas de aumento de peso durante el
embarazo, el nivel de glucosa sanguínea, los hábitos de ejercicio, tus
preferencias alimenticias y tu presupuesto.
 Mantenerse activo. La actividad física regular desempeña un papel fundamental
en todos los planes de bienestar antes, durante y después del embarazo. El
ejercicio disminuye el nivel de glucosa sanguínea. Como ventaja adicional, el
ejercicio regular puede contribuir al alivio de algunas molestias comunes del
embarazo, como el dolor de espalda, los calambres musculares, la hinchazón, el
estreñimiento y la dificultad para dormir.
Con el visto bueno del proveedor de atención médica, intenta hacer 30 minutos de
ejercicio moderado la mayoría de los días de la semana. Si hace mucho que no haces
ejercicio de forma activa, comienza despacio y aumenta la intensidad progresivamente.
Caminar, andar en bicicleta y nadar son buenas opciones durante el embarazo. Las
actividades cotidianas, como las tareas domésticas y la jardinería, también cuentan.

5.2. Control de la glucosa sanguínea


Durante el embarazo, es posible que el equipo de atención médica te pida que
controles tu nivel de glucosa sanguínea cuatro o más veces al día (a primera hora de la
mañana y después de las comidas), para asegurarse de que tu nivel se mantenga
dentro de un rango saludable.

5.3. Medicamentos
Si la dieta y el ejercicio no son suficientes para controlar tus niveles de glucosa en la
sangre, es posible que necesites inyecciones de insulina para bajar dichos niveles. Un
número reducido de mujeres con diabetes gestacional necesitan insulina para alcanzar
sus objetivos de glucosa en la sangre.
Para controlar los niveles de glucosa en la sangre, algunos proveedores de atención
médica recetan un medicamento por vía oral. Otros creen que se necesitan más
investigaciones para confirmar que los medicamentos por vía oral son tan seguros y
eficaces como la insulina inyectable para controlar la diabetes gestacional.

5.4. Control minucioso de tu bebé


Una parte importante de tu plan de tratamiento es la observación minuciosa de tu bebé.
El proveedor de atención médica puede controlar el crecimiento y el desarrollo de tu
bebé con repetidas ecografías u otras pruebas. Si no entras en trabajo de parto en la
fecha prevista, o, en algunos casos, antes, puede que el proveedor de atención médica
lo induzca. Dar a luz después de la fecha prevista puede aumentar el riesgo de que
haya complicaciones para ti y para tu bebé.

5.5. Seguimiento después del parto


El proveedor de atención médica verificará tu nivel de glucosa sanguínea después del
parto y nuevamente de 6 a 12 semanas después para asegurarse de que haya
regresado al rango normal. Si los resultados de las pruebas vuelven a estar dentro de
este rango (y en la mayoría de los casos, lo están), se deberá evaluar tu riesgo de
diabetes, al menos, cada tres años.
Si en el futuro se realizan pruebas que indican diabetes tipo 2 o prediabetes, habla con
el proveedor de atención médica sobre la posibilidad de aumentar tus esfuerzos de
prevención o iniciar un plan de control de la diabetes.

6. Prevención
No hay garantías a la hora de prevenir la diabetes gestacional, pero cuantos más
hábitos saludables puedas adoptar antes del embarazo, mejor. Si tuviste diabetes
gestacional, estas opciones saludables también podrían reducir el riesgo de volver a
tenerla en futuros embarazos o de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.

6.1.1. Come alimentos saludables


Elige alimentos ricos en fibra, con bajo contenido en grasa y pocas calorías. Céntrate
en las frutas, las verduras y los granos integrales. Intenta consumir alimentos variados
para alcanzar tus metas sin renunciar al gusto ni a la nutrición. Presta atención a los
tamaños de las porciones.

6.1.2. Haz actividad física


Hacer ejercicio antes del embarazo y durante este puede ayudar a evitar que
desarrolles diabetes gestacional. Trata de hacer 30 minutos de actividad moderada la
mayoría de los días de la semana. Da un paseo diario a paso ligero. Anda en bicicleta.
Ve a nadar y haz algunos largos. Las pequeñas dosis de actividad física, como aparcar
más lejos de la tienda cuando haces los recados o dar un paseo como descanso,
contribuyen a mejorar la situación.

6.1.3. Comienza el embarazo con un peso saludable


Si planeas quedar embarazada, perder el peso extra de antemano puede ayudarte a
tener un embarazo más saludable. Céntrate en hacer cambios duraderos en tus hábitos
alimenticios que puedan ayudarte durante el embarazo, como comer más verduras y
frutas.

6.1.4. No ganes más peso del recomendado


Ganar algo de peso durante el embarazo es habitual y saludable. Sin embargo, subir
mucho de peso muy rápidamente puede aumentar el riesgo de diabetes gestacional.
Pregúntale al proveedor de atención médica cuánto peso sería razonable aumentar en
tu caso.

7. Bibliografía

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https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/diabetes

https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/type-1-diabetes/symptoms-
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