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Derecho Empresarial 1 - 5 - Lectura Obligatoria
Derecho Empresarial 1 - 5 - Lectura Obligatoria
Para todos aquellos que Inician su camino por el estudio del derecho este material
pretende entregarle los conocimientos de conceptos básicos con los que van a
comenzar a relacionarse durante todo este semestre.
La RAE define norma como aquella regla que se debe seguir o a que se deben
ajustar las conductas, tareas, actividades, etc.
A partir de este concepto que nos entrega la real academia de la lengua española
podemos inferir que existen distintos tipos de normas, a continuación
analizaremos brevemente las normas de trato social, moral y las normas jurídicas.
Tal y como señala Squella, 1999, los principales criterios distintivos de cada una
de las normas antes mencionadas son la exterioridad/interioridad;
autonomía/heteronomía; unilateralidad/bilateralidad; coercibilidad/incoercibilidad.
Para Kelsen (1982) Derecho es aquel el conjunto de normas positivas que regulan
la conducta humana estableciendo unas reglas de Derecho en las que une dos
hechos, los cuales son la conducta ilícita y la sanción por medio de la imputación.
Podemos definir las fuentes del Derecho como todas aquellas desde las cuales se
origina o nace el Derecho. De esto podemos inferir que son variadas las fuentes
desde donde nace este Derecho y para comprenderlas mejor las podemos
clasificar en:
i. Principios generales del Derecho: Son fuentes supletorias, las cuales pueden ser
utilizadas por los jueces cuando la ley o leyes que resuelven el asunto en el caso
concreto no son posibles de aplicar.
iv. Doctrina: Se trata de una actividad que realizan ciertas personas (los
estudiosos del derecho o juristas) y que se plasma en documentos, informes,
libros, tratados, etc.; es una interpretación que no tiene fuerza obligatoria por sí
misma.
vi. Actos de las personas jurídicas (estatutos).Son aquellos actos que ejecutan las
corporaciones e instituciones, en general personas jurídicas colectivas, que tienen
por finalidad crear o producir normas jurídicas generales, aunque circunscritas en
su ámbito de validez únicamente a los socios o asociados de la institución que se
trate. Narducci, S. (2000).
viii. Equidad: Se utilizará como fuente cuando falte una ley que complemente o
regule el caso concreto o lo existiendo esta ley lo haga de un modo vago, el juez
puede administrar una solución construida sobre la base de la idea que se forja en
conciencia sobre lo que sea justo de resolver. Narducci, S. (2000)
ix. Ley o legislación: Según el artículo 1 del Código Civil: “La ley es una
declaración de la voluntad soberana que, manifestada en la forma prescrita por la
Constitución, manda, prohíbe o permite”
La relación jurídica
Adquiere el carácter de jurídica por cuanto tiene por contenido una relación
social que el ordenamiento jurídico hace relevante, dada su necesidad de tutela
jurídica (por ejemplo, la relación entre comprador y vendedor). Fuentealba, 2001.
A) Una norma jurídica positiva. Sin ella, un hecho no podría jamás dar
margen a una relación de carácter jurídico.
B) Dos o más sujetos de derecho, ya sean personas jurídicas individuales
(personas naturales) o colectivas (personas jurídicas)- contenido que se
analizará más adelante-.
C) Un hecho jurídico o conjunto de hechos a cuya realización la norma
asocia con una determinada consecuencia jurídica. Este hecho por lo
tanto debe producir efectos jurídicos, puede ser un hecho de la naturaleza
(que se producen de manera natural, como el nacimiento) o un hecho del
hombre (no se producen de manera natural pero pueden ser con
intención o sin intención) y puede estar compuesto por una o varias
circunstancias.
D) Por regla general contiene una correlatividad entre el Derecho y el Deber,
esto significa que en la medida que una de las partes se obligue a algo la
otra parte tendrá el derecho a exigirlo.
E) El Objeto puede ser una prestación o una cosa.
F) Debe contener una consecuencia jurídica en caso de incumplimiento.
Ducci, 1980, analiza y clasifica las relaciones jurídicas desde distintos puntos de
vista:
Son aquellas por las que se atribuye al sujeto la tutela de un interés relativo
a la persona, encontrando aquí los derechos y los atributos de la
personalidad. Se originan al constituirse un estado civil al que la ley le
asigna determinadas consecuencias jurídicas.
Son las referidas a las relaciones complejas entre una persona jurídica y
sus miembros y los derechos y obligaciones que de ellas dependen.
▪ HOEHN, M., Jara, F., Parada, C., Álamos, W. (2018). Guía de formación
cívica. Santiago, Chile: Biblioteca del congreso nacional.
El Art. 74º del código civil nos indica que la existencia Natural de estas
personas comienza con la concepción y se extiende hasta el nacimiento,
momento que marca el comienzo de la existencia legal. La ley toma en
cuenta la existencia natural con el propósito de proteger la vida y los
derechos del que está por nacer.
Para reforzar el conocimiento respecto a la existencia legal de las
personas es necesario tener presente que existen requisitos para que el
nacimiento constituya un principio de existencia (Claro, 1980):
Orrego, 2017, nos aclara los elementos esenciales que deben tener las
personas jurídicas, es así como encontramos:
1.- Elemento material, esto es, un conjunto de personas o bienes con
una finalidad común.
2.- Elemento Ideal, reconocimiento explícito por parte de la autoridad de
su individualidad, de su capacidad de actuar en el mundo jurídico.
Las personas jurídicas con fines de lucro son las sociedades. Estas
pueden ser:
▪ Podemos rescatar y recordar que tanto las personas naturales como las
jurídicas son sujetos de derecho.
▪ Estudiamos que tanto las personas naturales como las jurídicas tienen
atributos distintivos y que las personas jurídicas admiten una
clasificación que nos da atisbos del Derecho empresarial.
▪ De acuerdo al contenido entregado ya nos encontramos en condiciones
de poder distinguir entre corporaciones, fundaciones y sociedades,
temas de gran relevancia para el desarrollo de este curso por cuanto
serán tratados también en otra unidad.
▪ Finalmente y a groso modo señalamos las responsabilidades que
podrían caber sobre una persona jurídica, no debemos olvidar que al ser
un sujeto de derecho es titular tanto de derechos como de obligaciones.
Bibliografía
▪ Hoehn, M., Jara, F., Parada, C., Álamos, W. (2018). Guía de formación
cívica. Santiago, Chile: Biblioteca del congreso nacional.
Con el objeto de hacer más fluidas las relaciones jurídicas el sistema jurídico se ve
en la necesidad de crear la existencia de las denominadas personas Jurídicas.
PUEDEN SER:
Las sociedades
Jesús Herrera (2005), nos señala que uno de los fenómenos jurídicos más
relevantes en el tráfico jurídico actual es la unión de personas para el ejercicio de
actividades mercantiles mediante la constitución de sociedades, esto porque cada
vez se ha vuelto más común que sean los empresarios sociales los que se ocupen
de la actividad empresarial, sobre todo cuando se trata de grandes compañías
cuyas dimensiones, requerimientos financieros u organizativos dificultan que su
titularidad esté en manos de personas físicas.
Desde el punto de vista comercial “Son organizaciones con personalidad jurídica
distinta a la de los socios y que persiguen fines de lucro. Aquí quedan afuera las
corporaciones y fundaciones”.
El artículo 2053 del Código Civil define el contrato de sociedad como: “…un
contrato en el que dos o más personas estipulan poner algo en común con la mira
de repartir entre sí los beneficios que de ello provengan. La sociedad forma una
persona jurídica distinta de los socios individualmente considerados”.
Siguiendo la línea del profesor Herrera (2015), las sociedades se asientan en la
promoción en común del fin social, o lo que también se llama comunidad de
contribución, en la que todos los socios deberán obligarse a realizar algún tipo de
aporte para alcanzar el fin esperado.
Como veremos más adelante hay varios tipos de sociedades, no obstante,
Cualquiera sea la sociedad, la ley contempla menciones esenciales o básicas
(requisitos) que deben de contener sus estatutos o escritura de constitución de
acuerdo al artículo 352 del Código de Comercio, ellas son:
✓ Los nombre, apellidos y domicilios de los socios.
✓ La razón o firma social.
✓ Los socios encargados de la administración y del uso de la razón social.
✓ El capital que introduce cada uno de los socios, sea que consista en dinero,
en crédito o en cualquiera otra clase de bienes, el valor que se asigne a los
aportes que consistan en muebles o en inmuebles. La forma en que debe
hacerse el justiprecio, es decir, el valor o tasación concreta, de los mismos
aportes en caso que no se les haya asignado valor alguno.
✓ Las negociaciones sobre que deba versar el giro de la sociedad.
✓ La época en que la sociedad deba comenzar y disolverse.
✓ La cantidad que puede tomar anualmente cada socio para los gastos
particulares.
✓ La forma en que ha de verificarse la liquidación y división para sus gastos
particulares.
✓ La forma en que ha de verificarse la liquidación y división del haber social.
✓ Si las diferencias que les ocurren durante la sociedad deberán ser o no
sometidas a la resolución de arbitradores, y en el primer caso, la forma en
que deba hacerse el nombramiento.
✓ El domicilio de la sociedad
✓ Los demás pactos que establezcan los socios.
Sociedades civiles
De acuerdo a lo informado por tupyme.cl Sociedades Colectivas Civiles son
aquellas cuyos contratos de constitución son consensuales (no requieren de
ninguna solemnidad, solo basta con la voluntad de las partes), en este tipo de
sociedades los socios responden hasta con su patrimonio personal, la cuota
del insolvente grava a los demás socios y los acuerdos por regla general se
toman por unanimidad.
En las Sociedades en Comanditas Civiles, los socios gestores o
administradores responden hasta con su patrimonio personal y los
comanditarios por su aporte.
La disolución de estas sociedades, al igual que su constitución, es consensual
y por consiguiente basta con el consentimiento de las partes que no deben
cumplir con ninguna solemnidad.
Sociedades comerciales
Es aquella que se forma para negocios que la ley califica de actos de comercio,
como por ejemplo, la compra y permuta de bienes muebles con el objeto de
venderlos, permutarlos o arrendarlos (Bustos, 2019).
Las sociedades comerciales se clasifican en Sociedades colectivas
comerciales, Sociedades de responsabilidad limitada, Sociedades en
comanditas, Sociedades anónimas.
Representación de la sociedad
Los administradores delegados representan a la sociedad judicial y
extrajudicialmente; pero si no estuvieren investidos de un poder especial, no
podrán vender ni hipotecar los bienes inmuebles por su naturaleza o su
destino, ni alterar su forma, ni transigir ni comprometer los negocios sociales
de cualquiera naturaleza que fueren.
Escuela de Auditoría
Introducción
En el siguiente apunte continuaremos con la profundización del estudio de las
sociedades, en específico abordaremos las empresas individuales de
responsabilidad limitada y las sociedades anónimas, sus características, forma de
constitución, administración, funcionamiento, responsabilidad y disolución.
Dividiremos este apunte en dos, primero realizaremos un análisis de la ley 19.857
que regula las empresas individuales de responsabilidad limitada y posteriormente
analizaremos la ley 18.046 que regula las sociedades anónimas.
En el año 2003 se publica la ley 19.857 que regula este tipo de empresas, y es en
base a esta ley especial analizaremos cada uno de los elementos que veremos a
continuación.
La ley en su Art.2º define a las Empresas individuales de responsabilidad limitadas
como: “Una persona jurídica con patrimonio propio distinto al del titular, es siempre
comercial y está sometida al Código de Comercio cualquiera que sea su objeto;
podrá realizar toda clase de operaciones civiles y comerciales, excepto las
reservadas por la ley a las sociedades anónimas.”
• No es necesario contar con otra persona o socio para iniciar una actividad
mercantil.
¿Pueden los acreedores personales del titular accionar sobre los bienes de
la empresa?
La respuesta la entrega el Art 13º de la ley, la que señala que: “Los acreedores
personales del titular no tendrán acción sobre los bienes de la empresa. En caso
de liquidación, tales acreedores sólo podrán accionar contra los beneficios o
utilidades que en la empresa correspondan al titular y sobre el remanente una vez
satisfechos los acreedores de la empresa”.
Termino de la E.I.R.L (Art.15º)
La empresa individual de responsabilidad limitada terminará:
a) por voluntad del empresario;
b) por la llegada del plazo previsto en el acto constitutivo;
c) por el aporte del capital de la empresa individual a una sociedad.
d) por dictarse la resolución de liquidación, o Ley 20720
e) por la muerte del titular. Los herederos podrán designar un gerente común
para la continuación del giro de la empresa hasta por el plazo de un año, al
cabo del cual terminará la responsabilidad limitada.
Cualquiera que sea la causa de la terminación, ésta deberá declararse por
escritura pública, inscribirse y publicarse de la misma manera que la constitución
de la empresa.
Sociedad anónima
Esta sociedad está regulada completamente en la ley 18.046, la que analizaremos
para el estudio de la misma.
La Sociedad Anónima es definida en la ley en su Art.1º como “una persona jurídica
formada por la reunión de un fondo común, suministrado por accionistas
responsables sólo por sus respectivos aportes y administrada por un directorio
integrado por miembros esencialmente revocables. La sociedad anónima es
siempre mercantil, aun cuando se forme para la realización de negocios de
carácter civil.”
Este tipo de sociedades, admite una subclasificación, las sociedades anónimas
pueden ser: abiertas, cerradas o especiales.
Son sociedades anónimas abiertas Aquellas que pueden ofrecer públicamente sus
acciones, para lo cual deben inscribirse en el Registro de Valores dentro de los 60
días desde su formación, quedando sujetas a la fiscalización de la
Superintendencia de Valores y Seguros (SVS). Tratándose de entidades
bancarias, éstas son fiscalizadas por la Superintendencia de Bancos e
Instituciones Financieras.
Son sociedades anónimas cerradas las que no pueden hacer oferta pública de sus
acciones, salvo que se sometan voluntariamente a la fiscalización de la SVS. En
cualquier caso, las sociedades anónimas abiertas podrán pasar a ser cerradas por
acuerdo de la junta de accionistas, dejando de estar inscritas en el registro de
Valores y no quedando sometidas a la Fiscalización de Superintendencia de
Valores y Seguros.
Son sociedades anónimas especiales las compañías aseguradoras y
reaseguradoras, las sociedades anónimas administradoras de fondos mutuos, las
bolsas de valores y otras sociedades que la ley expresamente someta tramitación
especial. Estas se forman, existen y aprueban por escritura pública, obtención de
una resolución de la Superintendencia que autorice su existencia e inscripción y
publicación del certificado especial que otorgue dicha Superintendencia.
Las sociedades anónimas abiertas y las sociedades anónimas especiales
quedarán sometidas a la fiscalización de la Superintendencia de Valores y
Seguros
La ley contempla 3 situaciones para considerar una S.A. como abierta:
1) Cuando tienen 500 o más accionistas. Podría ocurrir que una S.A. nazca
como una sociedad cerrada y con el tiempo aumente su número de
accionistas y se transforme en una sociedad abierta. De forma contraria,
una S.A. originalmente abierta puede tomar el carácter de cerrada si reduce
su número de accionistas a menos de 500.
En resumen:
La sociedad anónima tiene las mismas características que las otras sociedades:
− Persigue fines de lucro, las pérdidas las soporta el fondo constituido por los
accionistas.
Sociedad colectiva
Constitución Escritura Disolución Causales
Administración Uno
pública. Responsabilidad genéricas.
o más socios o en
Art. 352 Código de Solidaria. Art 2098 al 2115 del
silencio, todos.
Comercio. código civil.
Sociedad Anónima
Responsabilidad
Constitución Administración Disolución Causales
Hasta el monto de
Escritura Pública. Directorio. especiales.
sus aportes.
Art. 8º Ley 18.046. Art. 31. Art 103.
Art.133 y 133 bis.
Recurso de protección
Siguiendo la línea del Maldonado (1995), “La acción de amparo fue creada con el
objeto de cautelar la garantía constitucional de la libertad económica que
consagra el artículo 19 de la Constitución Política en ambos incisos de su
número 21 (…) Del tenor literal claramente manifestado en el texto de la ley
18.971, aparece que el recurso ampara la garantía constitucional estableciendo
acción popular para denunciar todas las infracciones a dicha norma
constitucional, ya que no hace distinción entre sus dos incisos”.
En definitiva de todo lo señalado anteriormente podemos desprender para el
resguardo del derecho a desarrollar cualquier actividad económica contenido en
el Art 19 N°21 existen tres vías de protección, establecidas por el Legislador (las
2 primeras estudiadas en esta clase); una de ellas es el recurso de amparo
económico(regulado en la Ley Orgánica Constitucional Nº 18.971); la segunda es
el recurso de protección establecido en el artículo 20 de la Constitución Política
de la República y por último las acciones contempladas en el Decreto Nº 511 que
fijó el texto refundido, coordinado y sistematizado del Decreto Ley Nº 211 de
1973, las que fueron creadas por el legislador para proteger la libre competencia
(estas últimas no han sido analizadas por ser propiamente estudio de Derecho
Económico más que empresarial)
“Que la ley 18.971 estableció el recurso especial de amparo, para denunciar las
infracciones al artículo 19 Nº 21, de la Constitución de la República de Chile, sin
hacer distinción alguna entre las diversas situaciones planteadas en ambos
incisos del señalado Nº 21; que (…) las argumentaciones vertidas por la recurrida
para concluir que el amparo económico sólo es procedente cuando se ha
producido una infracción al inciso segundo del artículo 19 Nº 21 de la Carta
Fundamental, no llevan al convencimiento de esta Corte que así deba resolverlo,
variando por lo demás con ello la jurisprudencia establecida por esta sala
especializada, cuando el resolvió el recurso de amparo económico Nº 24.513, el
28 de marzo último”.( Corte Suprema Rol 35.502-95)
En uno de sus fallos, la Sala Constitucional señala sobre el punto:
“Como puede apreciarse, esta acción es mucho más amplia que el
recurso de protección; así, la referencia al Nº 21 de la norma
constitucional tantas veces mencionada debe entenderse a todo su
contenido, ello porque la ley no distinguió respecto de los dos incisos que
contempla, es decir, tanto al derecho a desarrollar actividades económicas
como a la limitación impuesta al Estado para desarrollar actividades
empresariales, consistente esta última en la necesidad de una
autorización, otorgada al efecto por ley de quórum calificado”( Corte de
Apelaciones de Santiago, Rol 3899-94).
.
Clase 5: Protección de la actividad del empresario: recursos de protección y de amparo económico
Plazo de 30 días
-. Cualquier persona que haya sufrido una desde la privación,
privación, perturbación o amenaza (P.P.A). perturbación o
-. Se interpone ante la Corte de amenaza.
Apelaciones del lugar en el que se incurrió
en la P.P.A.
-. Se debe presentar por escrito,
fundamentando las alegaciones. Interposición
del Recurso
Revisión del
recurso por la
RECURSO DE
corte
APELACIÓN
Estas alegaciones pueden
consistir en una acción o una
omisión que de lugar a la
Sentencia
P.P.A
a) La persona natural
Corresponde a los hombres y mujeres, al ser humano. Es, por regla general, sinónimo de la palabra “persona”. Según
el artículo 55 del Código Civil, son personas:
“Todos los individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe
o condición”.
Se distingue entre existencia natural y existencia legal de la persona. La primera alude a la criatura de la especie
humana concebida y no nacida, la cual es protegida por el Derecho. El artículo 19 Nº 1 de la Constitución dispone que “La
ley protege la vida del que está por nacer.”. Ejemplo de lo anterior son los artículos 75 inciso primero y 77 del Código Civil.
La existencia legal de la persona natural comienza al nacer y termina con la muerte (artículo 78 del Código Civil), entendida
como la cesación de las funciones naturales del individuo.
Biblioteca del Congreso Nacional de Chile Guía de Formación Cívica
Los requisitos para la existencia legal (artículo 74 del Código Civil) son:
Atributos de la personalidad: La personalidad es entendida como la aptitud para ser titular de derechos y
obligaciones, y, por atributo de personalidad, la cualidad que poseen los seres humanos y que los diferencian de los demás 35
seres, siendo esencial e inherente a cada persona. Los atributo de la personalidad no coinciden necesariamente con derechos
fundamentales, puesto que su principal finalidad es la individualización de la persona en la vida social y el tráfico comercial,
y así han sido concebidos por el Derecho Civil del siglo XIX. Solo con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, han sido
interpretados también a la luz de los derechos fundamentales, dando origen a la idea de “derechos de la personalidad” (Peña,
1996).
Los atributos de personalidad de las personas físicas o naturales son:
Nombre: denominación que individualiza a una persona en la vida social y jurídica. Está
formado por el nombre propio (“nombre de pila”) y el apellido (nombre patronímico o de
familia). El primero es determinado por los padres a su libre voluntad, sin embargo, el
apellido está ligado a la filiación y revela los orígenes del individuo.
El nombre de cada persona se inscribe en el Registro Civil e Identificación correspondiente,
por uno de los padres, dando origen a su partida de nacimiento. En algunos casos, el
nombre de pila se puede cambiar, previa autorización de un juez alegando menoscabo moral o material.
27 Es importante destacar que esto se refiere al derecho privado. En materia penal debe distinguirse la protección a la vida humana
dependiente y la independiente. La separación es marcada por el nacimiento. El sujeto no nacido es protegido por delitos como el aborto, que
castiga los atentados a la vida humana dependiente. Una vez nacido el sujeto, será sujeto pasivo de delitos como el homicidio (y aquellos que
corresponden al mismo género, como el parricidio, el infanticidio, o el femicidio, etc.).
Guía de Formación Cívica Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
El sobrenombre que se usa para denominar a una persona no tiene valor jurídico, sin
embargo, el seudónimo sí se encuentra amparado por la Ley de Propiedad Intelectual.
El nombre hoy se concibe también como un derecho fundamental de la persona, especialmente
en la Convención sobre los Derechos del Niño (artículos 7.1 y 8.1) y en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 24.2).
Domicilio: lugar de permanencia del individuo. La ley lo define como “la residencia,
acompañada, real o presuntivamente, del ánimo de permanecer en ella” (artículo 59 del
Código Civil). Es un atributo de carácter libre y ayuda a la identificación de la persona.
Existen diversas distinciones relativas al domicilio:
Estado civil: calidad permanente que un individuo ocupa en la sociedad y que se deriva
de sus relaciones de familia (Manuel Somarriva). Corresponde a una situación particular
de las personas en relación, principalmente, con la institución del matrimonio (soltero,
casada, divorciado, viuda, etc.), con el parentesco (padre, madre, hijo, hermano, abuelo,
etc.) y, últimamente, con el Acuerdo de Unión Civil (que introduce el estado de conviviente
civil).
El estado civil tiene las siguientes características: toda persona tiene un estado civil,
uno e indivisible, atendiendo a su fuente (matrimonio o Acuerdo de Unión Civil) o bien
filiación (madre, hijo, abuelo), permanente (ya que no se pierde mientras no se obtenga
otro), de orden público y personalísimo, pues no puede transmitirse, transferirse o tran-
sarse, imprescriptible e irrenunciable.
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38 Nacionalidad: vínculo jurídico que une a una persona con un Estado determinado. Este
vínculo establece obligaciones y derechos tanto al sujeto como el Estado. La nacionalidad
es la que determina si una persona es nacional o extranjera, de allí se desprenderá
también su calidad de ciudadano o no. La nacionalidad por su importancia se encuentra en
la Constitución Política. Así, el Código Civil, desde 1855, remite a la Carta Fundamental:
“Son chilenos los que la Constitución declara tales”.
El artículo 10 de la Constitución dispone:
“Son chilenos:
1º.- Los nacidos en el territorio de Chile, con excepción de los hijos de extranjeros
que se encuentren en Chile en servicio de su Gobierno, y de los hijos de extranjeros
transeúntes, todos los que, sin embargo, podrán optar por la nacionalidad chilena;
2º.- Los hijos de padre o madre chilenos, nacidos en territorio extranjero. Con todo, se
requerirá que alguno de sus ascendientes en línea recta de primer o segundo grado, haya
adquirido la nacionalidad chilena en virtud de lo establecido en los números 1º, 3º ó 4º;
3º.- Los extranjeros que obtuvieren carta de nacionalización en conformidad a la ley,
4º.- Los que obtuvieren especial gracia de nacionalización por ley”.
aquella que no es reconocida por ningún país como ciudadano. En efecto, muchos millones
de personas en el mundo están atrapadas en este limbo legal, disfrutando solamente de
un acceso mínimo a la protección legal o internacional o a derechos básicos tales como
salud y educación” (ACNUR, Apátridas).
extranjero en cuanto a la adquisición y goce de los derechos civiles que regla el Código
Civil, de acuerdo a su artículo 57.
b) La persona jurídica
El Código Civil la define como “una persona ficticia, capaz de ejercer derechos y contraer obligaciones civiles, y de
ser representada judicial y extrajudicialmente” (artículo 545).
Como hemos visto, la asociatividad es un rasgo de las personas naturales, quienes se unen con otras con miras
a progresar, lograr fines específicos y aspirar al bien común. Así, el Derecho permite que un conjunto de personas puedan
40 formar un ente distinto de ellas mismas, que adquiere su propia individualidad, capaz de ejercer derechos y contraer
obligaciones, llamado persona jurídica o moral.
El requisito para la creación de una persona jurídica es que surja como una entidad independiente y distinta de los
miembros individuales que la forman y que a esta entidad le sean reconocidos por el Estado sus derechos y obligaciones.
Entre las tipologías encontramos:
• Personas jurídicas de derecho internacional: los Estados, y las organizaciones
internacionales.
• Personas jurídicas de derecho público: el Estado, los Gobiernos Regionales, las
municipalidades, las iglesias reconocidas, entre otros.
• Personas jurídicas de derecho privado: aquellas que dependen de la iniciativa
particular, siendo de dos tipos:
a. Las que persiguen fines de lucro, llamadas “sociedades civiles y comerciales”.
b. Las que no persiguen ganancias o sin fines de lucro, como las corporaciones o
asociaciones y las fundaciones.
28 En los tratados en general, el patrimonio, tal como la capacidad, son presupuestos de la personalidad, por lo que la palabra se emplea
como sinónimo de “propiedad”. Este último derecho sí se encuentra protegido expresamente contra privaciones arbitrarias en: la Declaración
Universal de los Derechos Humanos (artículo 17), la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer
(artículo 16, 1, h), la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares
(artículo 15).
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Las corporaciones son personas jurídicas formadas por una reunión de personas asociadas
para conseguir la realización de un fin o interés común.
Las fundaciones realizan su finalidad mediante la afectación de bienes a un fin deter-
minado de interés general.
Ambas tienen en común la persecución de fines lícitos, no lucrativos y determinados, así como
la autorización del poder público. La diferencia radica en que la reunión de personas determina
a la corporación, y en ésta la existencia de bienes no es imprescindible, como sí lo es respecto
de las fundaciones. Cabe de que hay personas jurídicas que participan de uno y otro carácter.
La formación de las personas jurídicas sin fines de lucro estuvo regulada por el Código
Civil desde 1855, pero con una profunda desconfianza. El liberalismo del siglo XIX des-
confiaba de estas agrupaciones benéficas o altruistas, porque podían ser antiguos resa-
bios de las corporaciones o gremios medievales. Así las cosas, existía un procedimiento
muy engorroso de constitución, el cual pasaba incluso por la aprobación del Presidente
de la República. Sin embargo, esta materia fue objeto de una importante reforma, la Ley
Nº 20.500 de 2011, que entró a regir en febrero de 2012, flexibilizando enormemente la
forma de constituir corporaciones y fundaciones.
41
Atributos de la personalidad de las personas jurídicas
Las personas jurídicas no poseen estado civil, ya que este está relacionado con atributos extra patrimoniales.
Históricamente, las personas jurídicas (con y sin fines de lucro) han podido ser res-
ponsables civil y administrativamente, pero no criminalmente, bajo el tradicional dogma
”societas delinquere non potest” (las sociedades no pueden delinquir). Sin embargo, pro-
ducto de la incorporación de Chile a la OCDE, se introdujo la responsabilidad penal de
las personas jurídicas, por medio de la Ley Nº 20.393, como forma de cumplir compromisos
internacionales (Hernández, 2010). Esta ley se aplica tanto a personas jurídicas de dere-
cho privado, así como a las empresas del Estado (artículo 2º, sin distinción de tamaño.
La ley, en su artículo 1º, contempla un catálogo reducido de tipos penales, que son:
I. Introducción
Desde su entrada en vigencia, en el ámbito de los tribunales se discutió si el
Recurso de Amparo Económico (RAE) procedía para denunciar las infracciones
cometidas respecto de cualquiera de los dos incisos del artículo 19 N° 21 de
la Carta Fundamental, o si era procedente sólo para denunciar infracciones al
inciso segundo de dicho precepto constitucional.
En una primera etapa, las Cortes consideraron que este recurso sólo garan-
tizaba el inciso 2° del artículo 19 N° 21, dándole un alcance restringido, para
este enfoque el RAE procedía únicamente en aquellos casos en que el Estado
intervenía en la economía, infringiendo las normas contenidas en el inciso
segundo del artículo 19 Nº 21 de la Constitución, pudiendo ser sujeto pasivo
del recurso solamente el Estado.
Sin embargo, en 1992, a poco más de dos años de la entrada en vigencia de
la Ley Nº 18.971, se produjo un “giro” o cambio jurisprudencial, abandonando
nuestras Cortes el criterio restrictivo que había imperado acerca del ámbito de
procedencia del RAE. Así desde el conocido fallo “Pullinque con Endesa” en
adelante, las Cortes de Apelaciones y la Corte Suprema de Justicia comenzaron
a sostener, invariablemente, que el RAE procedía para denunciar las infracciones
cometidas a cualquiera de los dos incisos del artículo 19 Nº 21 de la Constitu-
ción, línea jurisprudencial mantenida hasta marzo de 2009.
En la sentencia “Pullinque contra Endesa”, la Corte precisó:
“Que el artículo único de la Ley N° 18.971 consagra una acción especial
destinada a cautelar la libertad económica señalando que cualquier persona
1
Sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, “Empresa Hidroeléctrica Pullinque S.A. contra
Empresa Nacional de Electricidad S.A. Endesa”, de 19 de marzo de 1992, considerandos 3º y 4º.
2
Cea Egaña, José Luis, Derecho Constitucional Chileno, Tomo II: Derechos, deberes y garantías. Edi-
ciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 2004, p. 496.
3
Evans de la Cuadra, Enrique, Derechos Constitucionales, 2ª Edición, Tomo III, Editorial Jurídica de
Chile, Santiago, 1999.
4
Errázuriz, Juan Manuel, “Recurso de Amparo Económico ante la jurisprudencia: ¿carácter declarativo?”,
Revista de Derecho, Universidad Finis Terrae Año VI Nº 6, 2002, p. 446.
5
Navarro Beltrán, Enrique, “El recurso de amparo económico y su práctica jurisprudencial”, Revista
Estudios Constitucionales Año 5 Nº 2, Centro de Estudios Constitucionales de Chile, 2005, p. 117.
Navarro, Enrique, “Protección y amparo de la libertad económica (notas sobre su surgimiento, declinar
10
Sentencia de Corte Suprema de Justicia, Rol 35.502-95, de fecha 10 de enero de 1996, Revista
Gaceta Jurídica Nº 187, 1996, p. 49.
11
Sentencia de Corte Suprema de Justicia, Rol 2837-98, de 3 de septiembre de 1998.
12
Otros fallos con la mismas consideraciones “Celcon S.A. con Instituto Nacional de Normalización”, Rol
1.188-09, Ministros Sres. Oyarzún, Carreño, Pierry, Brito y A.I. Sr. Ruiz P., con prevención del Sr. Brito;
“Rojas Alarcón, Claudio con Ministerio Público”, Rol 739-09, Ministros Sres. Oyarzún, Carreño, Pierry,
Araneda y Brito, con prevención de este último y voto en contra de la Sra. Araneda; “Felipe González
Wodehouse con Municipalidad de Antuco”, Rol 2.537-09, Ministros Sres. Oyarzún, Carreño, Araneda
y A.I. Sres. Chaigneau y Ruiz P., con prevención del Sr. Brito; “Elementos Industriales y Tecnológicos
Limitada con Inspección Provincial de Trabajo de Calama”, Rol 6.125-09, Ministros Sres. Oyarzún,
Dolmetsch, Carreño, Araneda y A.I. Sr. Ruiz P., con voto en contra de la Sra. Araneda; “Agrícola Magalys
Werner con Juez del 2° Juzgado de Osorno y otro”, Rol 1.655-09, Ministros Sres. Oyarzún, Carreño,
Araneda, Brito y A.I. Sr. Gorziglia, con la disidencia de la Sra. Araneda y prevención del Sr. Brito.
ella resulte afectada por la actividad del Estado llevada a efecto con infracción
a las regulaciones que sobre la materia se establecen en el artículo 19 Nº 21
inciso 2º de la Constitución Política; determinación que, de seguro, obedeció
al convencimiento de quienes propiciaron el establecimiento de dicho cuerpo
normativo en orden a que el recurso de protección contemplado en el artículo
20 de la misma Carta carecía de la aptitud requerida para constituir un resguardo
con la eficacia suficiente respecto de la intangibilidad que debe ostentar dicha
garantía esencial;
Decimoprimero: Que a la misma conclusión se arriba interpretando siste-
máticamente la Ley Nº 18.971 y el artículo 20 de la Constitución Política de
la República.
Mientras este último precepto, en efecto, establece una acción –el llamado
recurso de protección– a favor de quien, como consecuencia de acciones u
omisiones ilegales o arbitrarias de terceros, sufra privación, perturbación o ame-
naza en el legítimo ejercicio de determinados derechos o garantías esenciales
–entre las que se incluye la señalada en el artículo 19 Nº 21 de la Carta–, el
artículo único de la Ley Nº 18.971, en que se regula el denominado amparo
económico, prescribe que cualquiera persona puede denunciar las infracciones
al recién aludido artículo 19 Nº 21, sin que el actor necesite tener interés actual
en los hechos a que se refiere la denuncia.
Crea así la Ley Nº 18.971 una acción popular, que trasunta el designio del
legislador en orden a amparar por su intermedio el derecho a la libertad eco-
nómica no en cuanto a transgresiones a la misma que afecten en general a los
individuos particulares en su interés personal, sino cuando tales vulneraciones
provengan de la actividad empresarial del Estado quebrantando las normas de
Orden Público Económico consagradas en el tantas veces mencionado artículo
19 Nº 21 inciso 2º de la Constitución Política.
La generación de un instrumento jurídico específico en defensa de esta
garantía, sin duda, se hizo patente para el legislador –según antes se hizo no-
tar– frente a la insuficiente eficacia del recurso de protección para asumir ese
rol en diversos aspectos, tales como la explicable falta de motivación de las
personas, individualmente consideradas, para deducir un recurso de protección
en resguardo del derecho a la libertad económica como un derecho de carácter
general, al no sentirse afectadas en un derecho subjetivo que les concierna en
lo particular;
Decimosegundo: Que, por otra parte, existen fundadas razones que condu-
cen a descartar el amparo económico como instrumento idóneo para dispensar
protección al derecho a desarrollar una actividad económica lícita contemplada
en el artículo 19 Nº 21 inciso 1º de la Carta Fundamental.
La primera de ellas estriba en la imposibilidad de estimar como criterio
racional que una persona directamente afectada por la vulneración de dicha
13
Hesse, Konrad, Escritos de derecho constitucional, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid,
1992, p. 35.
14
Sentencia del Tribunal Constitucional de fecha veintiséis de junio del año dos mil uno, Rol
Nº 325.
15
Pérez Luño, Antonio, Derechos humanos, Estado de Derecho y Constitución, Tecnos, Madrid, 1986,
p. 278.
16
Bernal Pulido, Carlos, El derecho de los derechos, Ed. Universidad Externado de Colombia, Bogotá,
20055, p. 65.
17
Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol 740-07, de dieciocho de abril de dos mil ocho, conside-
rando 69°. Lo destacado es nuestro.
18
Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol 1361-09, de trece de mayo de dos mil nueve, conside-
rando 73°.
19
Pérez Trems, Pablo, “La interpretación de los Derechos Fundamentales”, en López Guerra, Luis (Coord.),
Estudios de Derecho Constitucional. Homenaje al prof. Joaquín García Morillo, Ed. Tirant lo Blanch,
Sevilla, 2001, p. 126.
20
Sentencia de la Corte Suprema de Justicia, Rol 3.496-03, de fecha 23 de septiembre de 2003, como
muchas otras del período.
Por otra parte, en el caso que hubiera ambigüedad del texto el intérprete
debe optar en derecho procesal constitucional por aquella interpretación “pro
acción” y no por una interpretación restrictiva de la tutela judicial efectiva de
los derechos fundamentales, como lo hace la nueva línea jurisprudencial de la
Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.
Asimismo, en el razonamiento de la Sala Constitucional de la Corte Suprema
se hace un uso incorrecto de la historia del precepto legal analizado, cuando
se invoca en el considerando quinto “el enfoque histórico”, ya que no hay una
posición inequívoca de que el precepto sólo protege el inciso 2º del artículo 19
Nº 21 de la Constitución, ya que esta acción fue planteada siempre como una
acción cautelar protectora de los contenidos del artículo 19 Nº 21 en general,
sin que haya ningún acuerdo en el proceso legislativo que determinara que
fuere procedente únicamente para el inciso 2º de la disposición constitucional.
A su vez, el legislador al debatir y aprobar la norma legal que crea el amparo
económico, tampoco se refirió a una interpretación restrictiva de la protección
del derecho contenido en el artículo 19 Nº 21 a uno sólo de sus incisos. La
historia fidedigna está dada por los acuerdos formales adoptados en el proceso
legislativo y no por las opiniones sueltas de algunos de sus miembros o asesores.
El texto legal aprobado establece el amparo económico para la protección de
todo el artículo 19 Nº 21, éste no hace distingo alguno entre el inciso 1º y el
2º, el texto es claro en proteger el conjunto de los derechos asegurados por la
disposición constitucional.
El considerando noveno del fallo de la Sala Tercera de la Corte Suprema, en
la sentencia analizada, intenta apoyar su razonamiento en el hecho de que el
derecho asegurado por el artículo 19 Nº 21 de la Carta Fundamental también es
garantizado por la acción constitucional de protección (“recurso de protección”),
establecido por el artículo 20 de la Carta Fundamental, reflexión de “lege feren-
da”, cuestionando el mérito de que el legislador haya establecido seis meses de
plazo para realizar la denuncia en el caso del recurso de amparo económico,
mientras en el caso del recurso de protección se haya fijado por el Auto Acor-
dado un plazo de sólo treinta días. En efecto, el considerando décimo del fallo
determina “la imposibilidad de estimar como criterio racional que una persona
directamente afectada por la vulneración de dicha garantía constitucional dis-
ponga –conforme a lo establecido en el Auto Acordado de esta Corte que regula
su tramitación y fallo– de treinta días para deducir el recurso de protección, en
tanto que un tercero sin interés actual alguno en la materia, según lo prescribe
la Ley N° 18.971, cuente para ello con un plazo de seis meses”.
En primer lugar, debe dejarse establecido que el plazo de seis meses del
recurso de amparo económico lo fijó el legislador, mientras que el plazo de
treinta días del recurso de protección lo fijó un auto acordado de la propia
Corte Suprema, extendiendo el plazo fijado por otro auto acordado de la Corte
21
Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol 1.340-09, de fecha 29 de septiembre de 2009, conside-
rando 27º.
que el precepto normativo admita. Esta línea interpretativa elimina toda inter-
pretación del precepto que conduzca a un resultado contrastante o contrario
con la efectiva y real protección de los derechos fundamentales, de cada uno
y de todos ellos.
Este postulado no sólo constituye un enfoque interpretativo, sino que en la
práctica constituye una forma implícita de control de constitucionalidad en la
medida que desecha por ilegítima una lectura de la norma jurídica infraconsti-
tucional que se considere contraria a la Constitución o que prive de eficacia a
los derechos asegurados por ella.
La interpretación conforme a la Constitución posibilita una renuncia al
formalismo jurídico y a las interpretaciones convencionales de orientación
privatista en nombre de la justicia sustantiva, de la protección de la tutela ju-
dicial efectiva exigida por la Constitución y los tratados vigentes de derechos
humanos, en especial, los artículos 8 y 25 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, y de la seguridad jurídica que debe brindarse para el ejer-
cicio y disfrute de los derechos fundamentales, que los tribunales de justicia,
como órganos estatales deben asegurar y promover, como exige el artículo 5º
inciso 2º de la Constitución.
Por último, el fallo desconoce la aplicación del artículo 25 de la Conven-
ción Americana sobre Derechos Humanos, norma jurídica de plena vigencia
en Chile y de aplicación preferente a las leyes, de acuerdo a lo que dispone
el artículo 54 inciso 5º de la Constitución, introducido por la reforma consti-
tucional de 2005, que establece:“Las disposiciones de un tratado sólo podrán
ser derogadas, modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios
tratados o de acuerdo a las normas generales del derecho internacional”, la cual
da cumplimiento de buena fe, en nuestro ordenamiento jurídico al artículo 27
de la Convención sobre Derecho de los Tratados de Viena de 1969.
Es conveniente, por tanto, tener presente las decisiones jurisdiccionales de
la Corte Interamericana sobre el artículo 25 de la Convención Americana en
materia de recursos jurisdiccionales protectores de derechos fundamentales
asegurados por las constituciones de los Estados parte, sean que ellos estén
contenidos en la Constitución o en las leyes internas:
“El artículo 25.1 de la Convención ha establecido, en términos amplios, la
obligación a cargo de los Estados de ofrecer, a todas las personas sometidas a su
jurisdicción, un recurso judicial efectivo contra actos violatorios de sus derechos
fundamentales. Dispone, además, que la garantía allí consagrada se aplica no
sólo respecto de los derechos contenidos en la Convención, sino también de
aquellos que estén reconocidos por la Constitución o por la ley”.
A su vez, la Corte Interamericana ha precisado:
“Este Tribunal ha establecido que la salvaguarda de la persona frente al
ejercicio arbitrario del poder público es el objeto primordial de la protección
22
Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Tibi vs. Ecuador, de 7 de septiembre
de 2004, Serie C Nº 114, párrafo 131.
23
Sentencia “Qimsal con Super Sal Lobos”, de 27 de diciembre de 2001.
24
Cea, Derecho Constitucional, cit. nota n. 2, p. 498.
25
Sentencia de la Corte Suprema de Justicia, Sala Constitucional, Rol 2896-2002, de fecha 22 de agosto
de 2002, considerando 5º, como ejemplo de otras sentencias similares.
26
Cançado Trindade, Antonio, “Reflexiones sobre la interacción entre el Derecho Internacional y el
Derecho interno en la protección de los Derechos Humanos”, en VV.AA., V Congreso Iberoamericano
de Derecho Constitucional, Ed. UNAM, México, 1998, pp. 317 y ss.
de otro tipo que permitan cumplir las obligaciones contraídas, por lo cual los
tribunales deben aplicar preferentemente el derecho internacional sobre la ley
interna, como lo exige, además, el artículo 27 de la Convención de Viena sobre
Derecho de los Tratados.
Como ya lo ha sostenido la Corte Interamericana de Derechos Humanos
respecto de una sentencia aplicada Chile:
“117. Esta Corte ha afirmado en varias oportunidades que
[e]n el derecho de gentes, una norma consuetudinaria prescribe que un
Estado que ha celebrado un convenio internacional, debe introducir en su
derecho interno las modificaciones necesarias para asegurar la ejecución de
las obligaciones asumidas. Esta norma aparece como válida universalmente y
ha sido calificada por la jurisprudencia como un principio evidente (’principe
allant de soi‘; Echange des populations grecques et turques, avis consultatif,
1925, C.P.J.I., serie B, N° 10, p. 20). En este orden de ideas, la Convención
Americana establece la obligación de cada Estado Parte de adecuar su derecho
interno a las disposiciones de dicha Convención, para garantizar los derechos
en ella consagrados.
118. A la luz del artículo 2 de la Convención, tal adecuación implica la
adopción de medidas en dos vertientes, a saber: i) la supresión de las normas y
prácticas de cualquier naturaleza que entrañen violación a las garantías previstas
en la Convención, y ii) la expedición de normas y el desarrollo de prácticas
conducentes a la efectiva observancia de dichas garantías. Es necesario reafirmar
que la obligación de la primera vertiente sólo se satisface cuando efectivamente
se realiza la reforma”.
“124. La Corte es consciente que los jueces y tribunales internos están su-
jetos al imperio de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las disposiciones
vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado un
tratado internacional como la Convención Americana, sus jueces, como parte
del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar
porque los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermadas
por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio
carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer
una especie de ’control de convencionalidad‘ entre las normas jurídicas internas
que aplican en los casos concretos y la Convención Americana sobre Derechos
Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente
el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte
Interamericana, intérprete última de la Convención Americana.
125. En esta misma línea de ideas, esta Corte ha establecido que ’[s]egún el
derecho internacional las obligaciones que éste impone deben ser cumplidas
de buena fe y no puede invocarse para su incumplimiento el derecho interno‘.
27
Sentencia de la CIDH, caso “Almonacid Arellano y otros v/s. Chile”, de fecha 26 de septiembre de
2006, párrafos 124-125.
28
Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Durant y Ugarte vs. Perú, de 16
de agosto de 2000, Serie C Nº 68, párrafos 101-102.
29
Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Claude Reyes y otros vs. Chile,
de fecha 19 de septiembre de 2006, serie C Nº 151, párrafos 128–131.