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Universidad Tecnológica de Pereira

Economía y sociedad
Angie Katherine Giraldo Parra

¿Qué impacto tiene la globalización en la vida privada?

Con este pequeño texto pretendo indagar sobre el posible impacto de la economía
global en la vida cotidiana del ser humano. Es un cometido muy ambicioso, pero la idea es
presentar los argumentos de algunas lecturas realizadas. Lo primero que se hará, es una
aproximación al término de globalización. Para ello, expondré un poco las ideas de Conway
en su texto 50 cosas sobre economía, específicamente en el capítulo 40. Luego, a partir de la
idea presentada en este mismo texto de que una de las desventajas de la globalización es la
difusión de la identidad, expondré los argumentos de un artículo llamado “Identidad y
Globalización” de Jose Antonio Mac Gregor. Allí, el autor expone que la economía global
obliga a los pueblos a reivindicar su identidad y su sentido de pertenencia. Por otro lado,
explicaré que la globalización no sólo ha disuelto la identidad de los pueblos, sino que
también ha reivindicado la forma de vida de los más pobres. Para esto me basaré en el
informe final hallazgos y recomendaciones de la Comisión para el Esclarecimiento de la
Verdad, la Convivencia y la No Repetición en el capítulo 12 titulado “Efectos de la apertura
económica en la reconfiguración territorial”. A partir de este texto se comprenderá qué
impacto tuvo la apertura a la globalización en el contexto colombiano. Finalmente, a modo de
delimitación, me basaré en el texto “sociología interpretativa: globalización y vida cotidiana”
de Maria Teresa Urreiztieta y en algunos apartados del libro Teoría de la acción comunicativa
de Habermas en su tomo I, con la finalidad de presentar de qué manera los cambios
económicos e institucionales de la sociedad afectan y moldean hacia nuevas subjetividades.
Cabe mencionar que no pretendo con el texto dar una conclusión final e indiscutible, ni
mucho menos demostrar que la globalización sea perjudicial, no me interesa llegar a esa idea,
pues el fenómeno de lo global es una realidad que habita con y en nosotros. Simplemente
quiero aventurarme a mostrar un poco cuál ha sido la experiencia de los sujetos,
especialmente del sujeto latinoameriacno, con la globalización.

1. Acercamiento a la globalización
Conway nos explica en su texto que el fenómeno de la globalización tiene dos eras.
La primera de ellas se logra evidenciar desde 1492 cuando Europa y Oriente comercializaban
entre sí. A primera vista entendemos al concepto como la comercialización entre países
rompiendo barreras y discordias y abriendo paso a comunicaciones entre países. La segunda
era del fenómeno fue más o menos en el 1980 con la reapertura de las economías luego de la
segunda guerra en donde los países habían tomado medidas proteccionistas para proteger sus
economías. Esta nueva era de la globalización se vino cargada en diferentes ámbitos. Por un
lado, el libre comercio posibilitó que muchos países rompieron barreras para la exportación e
importación de productos. Por otro lado, gracias a la comunicación entre economías, se ha
posibilitado la externalización en donde las grandes empresas pueden posicionarse en otros
lugares en donde sea más rentable la productividad. Este aspecto resulta muy problemático
porque muchas empresas multinacionales se trasladan a otros países en donde sale más
económica la mano de obra y han explotado laboralmente a muchas personas. Por ejemplo,
compañías como ZARA han generado controversias porque sus fábricas ubicadas en Asia han
sido expuestas y amenazadas como violación del derecho al trabajo digno. También, la nueva
economía globalizada tiene de su lado la revolución de las comunicaciones. Estos tres
aspectos son los más importantes dentro de la nueva era de la globalización.
Ahora bien, la globalización tiene unos efectos positivos. El primero de ellos es que
ha potencializado las economías. Gracias a la exportación y a la importación los países
compiten libremente e impulsan su economía de forma positiva y se disminuyen las
discordias entre países. Sin embargo, son muchas las críticas al fenómeno. La primera de
ellas reclama que la globalización, sí aumenta la riqueza de las economías pero ésta a su vez
no se ha repartido de forma equitativa. Hay riqueza entonces de las élites. La otra
problemática es que las empresas multinacionales violan los derechos laborales, caso que ya
he ilustrado antes. Finalmente, se reprocha que este fenómeno tiene dominio del mercado
local y hace que los grupos locales pierdan cada día más la identidad adoptando conductas
globalizadas.
Los críticos sostienen que la creciente influencia de las corporaciones multinacionales,
sumada al dominio cada vez mayor de las marcas occidentales, ha hecho que sea más difícil
para las culturas indígenas mantener sus identidades y provocado la marginación de las
tiendas y productores independientes.(Conway, 2009., p.233)

2. La globalización reivindica la identidad de los pueblos


La globalización se nos presenta como aquello que de forma inevitable habita en
nuestro hogar y en nuestra forma de ser. Las nuevas conductas del mercado que se globalizan
y se expanden por todo el mundo son acogidas en nuestra subjetividad y adaptadas a nuestra
vida diaria. Las empresas que se van posicionando en diferentes países del mundo van
llevando a cada lugar, no solo productos sino nuevas formas de comportamiento. El mercado
y el producto local cada día más se reemplaza por productos foráneos y así, paulatinamente,
nuestra forma de consumir cambia. Los pueblo locales se ven violentamente forzados a
reivindicar en medio de lo global la esencia de la tradición. Las nuevas formas de consumir
que nos son presentadas por nuevas economías y nuevos mercados que habitan en nuestro
entorno, cambian e impactan en nuestra forma de apetecer algún producto. Somos llamados
al consumo de lo global, pero al mismo tiempo somos llamados a mantener nuestras
tradiciones, comprendiendo que éstas hacen parte de nuestra esencia y nuestra identidad
como pueblo que ha sido globalizado. Así mismo entonces, Mac Gregor nos explica que la
identidad cultural no es vista desde el pasado, sino desde lo que somos en el presente. Somos
lo que estamos haciendo, no lo que ya hicimos. De esta manera entonces, la globalización nos
obliga a reivindicación como territorio, pero esto no significa que nos haya arrebatado la
identidad, sino que la ha hegemonizado.
La globalización no desaparece a las identidades locales, pues si las homogeneiza al
mismo tiempo exacerba lo que se ha denominado “dinámica autoidentificadora”, que
se expresa en el estallido de nacionalismos y en la revitalización de pueblos indios y
otros grupos sociales que encuentran en esa identificación una afirmación local, ya
que necesitan raíces en una sociedad cada vez más transnacionalizada: requieren un
sitio donde todo les resulte familiar, es decir, un sentido de pertenencia. (Mac Gregor,
P. 112)
El fenómeno de lo global no solo ha transnacionalizado productos, sino que a su vez, existen
valores que se han globalizado. Derechos humanos fundamentales que se han expandido en
todo el mundo. Y de esta manera, la globalización no ha eliminado la identidad local, sino
que ha puesto a los pueblos en lucha para que en medio de lo global se halle lo que no se ha
perdido. Diferentes pueblos por ejemplo, han conservado costumbres en cuanto el vestir o el
comer, pero han erradicado costumbres que se oponen a los derechos globales.

3. La economía global en el territorio colombiano


En cuanto al territorio colombiano, la apertura económica tuvo impactos negativos. Por un
lado, el país buscaba ser llamativo para que diferentes países se interesaron por sus productos.
Hasta 1989 la productividad colombiana estaba a manos agrícolas especialmente a manos de
caficultores, pues el café representaba el 50% del PIB y el 20% era representado por otros
productos agrícolas. De manera que hasta entonces el campesino era parte importante de la
economía colombiana. Sin embargo, la apertura hacia la globalización hizo que el país se
enfocara más en la minería y en el combustible, pues éstos productos eran los más apetecidos
en el momento, y podemos decir que hoy por hoy también. El campesino se vio gravemente
afectado y muchas personas se vieron obligadas a trabajar con productos ilegales como la
siembra de coca pues ésta tiene demasiada rentabilidad. Lo dice así el informe:
La crisis del sector agrícola durante los noventa, profundizada por medidas asociadas al
modelo de globalización, excluyó a una base social campesina que, al quedar por fuera de los
mercados de alimentos y productos agrícolas, buscó alternativas en el cultivo de la coca,
marihuana y amapola, actividad que ya estaba presente en los territorios y en las que
encontraron protección y asociación con los actores de la guerra. (P. 509)

Por otro lado, hubo incremento de grupos armados que desplazaron y asesinaron campesinos
con la finalidad de quedarse con las tierras productivas por el cultivo de coca o de productos
apetecidos por el mercado global. Así, de esa manera, la economía global afectó mucho al
campesinado del territorio colombiano, que incluso hoy por hoy no ha erradicado la violencia
en el campo.

4. Globalización y el sujeto
El sujeto globalizado entonces cambia su conducta y su forma de relacionarse, pues la
economía global se ha incluso entrometido en el ámbito de la vida privada. En la forma de ser
con nuestra familia, en la manera en que buscamos y elegimos a nuestros amigos o a nuestra
pareja. Son todas unas relaciones de utilidad y ganancia. Habermas retoma el concepto de
mundo de la vida, que es utilizado por Husserl, para reiterar la idea de Max Weber sobre la
racionalización de la vida. La modernidad, incluyendo el movimiento económico actual,
coloniza la vida privada. El mundo de la vida son los horizontes, las experiencias y las
vivencias de la vida diaria del hombre. Habermas reitera que la ciencia llega al punto de
controlar la vida de los sujetos. La economía no es caso de excepción, y la globalización que
responde a conductas mercantiles, hace a su vez que el comportamiento humano cambie y se
configure de acuerdo con las leyes mercantiles. El flujo con el que se mueve la economía
impacta en la vida particular y así como se mueve rápidamente el mercado, nos movemos
rápidamente nosotros mismos. Compramos productos de tendencia global que se esfuman en
un día, y así mismo, se esfuman nuestras relaciones interpersonales y nuestros proyectos
individuales.
La realidad social actual se desmorona en manos de los individuos y escapa a su
comprensión: se presenta incoherente, fluida y elusiva. Esto está generando grandes
incertidumbres y riesgos en nuestras vidas, lo que trae consigo incómodas consecuencias
psicológicas, emociones y vivencias que denotan el malestar posmoderno: incertidumbre,
ambigüedad, ansiedad, falta de seguridad, horizonte de vida incierto, dependencia: Carencia
de control y predecibilidad. (Urreiztieta, p.461)

Referencias

Mac Gregor, “Identidad y globalización”patrimonio cultural y turismo.


https://www.cultura.gob.mx/turismocultural/cuadernos/pdf11/articulo7.pdf

T., Urreiztieta. (2004), “Sociología interpretativa: Globalización y vida cotidiana” Espacio Abierto.

“Informe Final” Hallazgos y recomendaciones (2022) Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad,


la Convivencia y la No Repetición.

J., Habermas Teoría de la acción comunicativa I, Tauras.

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