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Combate con cuchillo

Un combate con cuchillos no es un juego, en realidad ningún combate real lo es,


pero el combatir con cuchillos implica unos enlaces mentales y psicológicos que
ninguna otra arma posee. Se combate muy cerca, extremadamente cerca, viendo,
sintiendo y oliendo al adversario. Captando con todo lujo de detalles a ese
adversario.

Un arma de fuego puede alcanzarte o no, provoca miedo evidentemente, pero es un


miedo menos definido y normalmente más distante. Requiere una habilidad específica
y el estar en línea con la misma. La mayoría de las veces ni se ve la cara de quien
dispara, incluso en distancias muy cortas. Y no es raro el caso de quien dispara un
arma más al tuntún que con precisión.

Por el contrario, un cuchillo implica cercanía extrema por definición. Puede dañar
tanto con el filo como con la punta, y en múltiples direcciones y sentidos. El que
emplea un cuchillo debe hacer uso de una voluntad y decisión clara y definida de
ataque. En general, el combate con armas punzo-cortantes siempre es más
atemorizador. Y si a ello le añadimos que más del 60% de los alcanzados por armas
de fuego sobreviven, mientras más del 60% de los atacados por armas blancas
fallecen, el efecto total es bastante claro

“prepárate para lo peor, lo sencillo se soluciona al momento”.

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