Está en la página 1de 4

El abc de la recuperación de las adicciones y la gestión emocional

Estimado marinero:
Cuando decidas dejar de consumir, un inmenso y desconocido mar se abrirá ante tí.
Una vez que hayas zarpado, llegará un momento en el que mirarás atrás y dejarás de ver tierra.
En tu viaje habrá tiempo para la calma y la serenidad, pero también habrá tormentas, que azotarán la
estructura de tu barco con fuerza, una y otra vez.
Esas tormentas se llamarán miedo, ira, asco o tristeza, y será a tí a quien le toque enfrentarse a ellas con las
herramientas que encuentres en tu barco.
Será inevitable, iniciarás tu proceso de recuperación y cientos de pensamientos te asaltarán:
¿Por qué consumía yo?
¿Cuándo empezó todo?
¿Cómo empecé?
Serán pensamientos que aparecerán al iniciar tu proceso, y se trata de una forma de justificación de la
adicción. Tu nueva relación con las emociones (en ocasiones tormentosas) habrá dado comienzo.
Vivimos en la época de las emociones
¿Qué es una emoción?
¿Cuántas emociones básicas existen?
¿Cómo podemos gestionar nuestras emociones?
Parece que las emociones han acaparado muchos espacios de nuestras discusiones en los últimos años.
Libros, cursos, y un sinfín de personas que desarrollan sus actividades profesionales, de una u otra forma,
con más o menos rigor, en relación a este apasionante campo.
En todo caso, la intención de este artículo no es “abrir más melones” y sumar aún más sobre lo mucho
escrito últimamente en relación a las emociones.
La realidad es que cuando una persona inicia un proceso para dejar de consumir alguna sustancia, entran en
juego algunos factores que diferencian esta situación y a esta persona de cualquier otra.
La relación con las emociones que vivirás, si estas en esta circunstancia, estará completamente condicionada
por tu adicción.
Conocer el ABC de la recuperación de las adicciones y la gestión emocional puede que te sea de ayuda para
saber dónde es más conveniente que pongas el foco.
A- Abstinencia
Esto ha de ser casi un mantra; al comienzo de tu proceso, la clave es la abstinencia.
A estas alturas puede que ya lo sepas, y es que en este artículo ya hacíamos hincapié en ello, argumentando
que la clave en este periodo está en utilizar las herramientas aprendidas para no recaer, como el establecerse
una rutina.
Como es un proceso difícilmente controlable, es evidente que en esta primera fase de tu recuperación
aparecerán multitud de emociones, que al trabajar con un profesional se trabajan adecuadamente.
Tan solo se trata de tener muy presente que tu foco ahora mismo debe estar dirigido a una tarea mayor; no
consumir. Cuando la consigas, esta será la base de todo el trabajo que puedas hacer de aquí en adelante.
En resumen, un clásico aplica, comienza la casa por los cimientos y no por el tejado.
B- Respeto de los tiempos
Al dejar de consumir el respeto de los tiempos es importante, porque existen situaciones que se repiten de
forma sistemática en muchas personas.
Aunque no para todo el mundo es igual, hay un momento a partir de los seis meses, en el que parece que has
dado un paso atrás. Los recuerdos negativos te asaltan, recuerdos que además creías haber superado en tu
proceso de recuperación.
Esto ocurre porque el tiempo ha pasado, y comienzan a aparecer emociones que estaban tapadas por el
consumo. Sin darte cuenta, has llegado al punto en el que puedes empezar a afrontar y gestionar esas
emociones, pero esta vez sin ansiedad, depresión, rabia o culpa.
Sin embargo, el respeto de los tiempos sigue siendo clave aquí.
Si intentas llegar al fondo de esos recuerdos negativos que han aparecido y todavía no estás preparado,
puede que te dañes a ti mismo, o lo que es peor, puede que la situación te “remueva” tanto que te haga
incluso recaer.
Tranquilo, probablemente podrás gestionar esos pensamientos más adelante tú solo.
Otro clásico que aplica…dale tiempo al tiempo.
C- Crecimiento personal
A partir de aquí, cuando has sentado las bases de tu proceso de recuperación sobre la abstinencia, y ha
pasado un tiempo prudencial, comienzas a trabajar en tu crecimiento personal.
Tu visión de la realidad ya no es la misma que cuando consumías, y has de aprender a no cubrir los
problemas sino a afrontarlos, como posiblemente nunca habías hecho, partiendo de la aceptación y la
humildad, que es básica para tu recuperación.
La recuperación en este punto pasa a ser un proceso de crecimiento personal, a través del cual reconfiguras
tu visión de los hechos, que estaba tan condicionada por el consumo.
En resumen, comienza la casa por los cimientos (la abstinencia), dale tiempo al tiempo, y más adelante
si existe algún tema que crees que queda pendiente de solucionar, los profesionales siempre estaremos
allí para ayudarte.

Las 5 señales que pueden sugerir que tienes un problema de adicción


Te escuchas decir durante mucho tiempo “yo controlo” y casi en un pestañeo te descubres a ti mismo
afirmando “tengo un problema”.
Es un proceso, desde luego.
El paso del tiempo puede hacerte ver claramente que era una la consecuencia inevitable del tipo de vida que
estabas llevando, pero te has esforzado tanto en normalizar una situación que no lo es, que incluso en algún
momento te lo habías creído.
Como en la gran mayoría de las circunstancias de la vida, la clave es la consciencia, es decir, parar un
momento, reflexionar, y quizás darte cuenta de que puede que tengas un problema.
Quizás es momento de cambiar algo, y hay varias señales que lo evidencian, señales que en muchos
momentos quizás no hayas querido ver.
1- Cada vez necesitas consumir más para notar el efecto de la sustancia
Piénsalo por un momento, antes salías con los amigos y con un par de copas, un par de rayas o media
pastilla tenías suficiente. Te sentías como querías.
Pero poco a poco esto ha ido cambiando, ahora para “sentirte cómo quieres” ya no te basta con aquello, la
dosis ha ido aumentando.
Esto tiene una sencilla explicación; tu cuerpo se ha ido habituando a la sustancia y a misma cantidad de
consumo ya no percibes lo mismo, es decir, ya no hay recompensa.
¿La consecuencia?
Acabas consumiendo más para sentir lo mismo.
2- Te dices a ti mismo que controlas pero cuando empiezas a consumir es difícil parar
Piensa que por un momento eres capaz de “escuchar a tu cerebro” mientras consumes.
Lo siguiente es lo que podría estar diciendo sobre ti:
Me está dando esta sustancia que tanto me estimula mucho más de lo que necesito. Dejaré de producirla yo
mismo
Si empieza a consumir no podrá parar, tan solo me aseguraré de engañarle y que siga pensando que puede
controlar el consumo
¿Un ejemplo de esto en tu vida diaria?
Un día, por cualquier circunstancia, acabas no saliendo y no consumiendo, lo cual asocias directamente a tu
capacidad de controlar el consumo.
Otra fiesta, un mal día o cualquier situación difícil y vuelves a consumir, seguido de cualquier justificación
que si piensas fríamente carece de fundamento.
Tu cerebro se ha salido con la suya, has presionado el botón de reinicio y tu próximo consumo puede que
sea solo cuestión de tiempo.
3- Prefieres estar solo para consumir que atender a obligaciones familiares, sociales o actividades de
ocio
Solo, pero eso sí, consumiendo.
Si prefieres mantenerte alejado de amigos, familia y cualquier tipo de actividad, y en realidad lo que te
apetece es solamente consumir, puede que no se trate de introversión ni soledad, sino de adicción.
Las razones del consumo han comenzado a cambiar, ya casi ni te acuerdas de cuando lo hacías por diversión
o para relajarte, y muchas veces pasa a ser simplemente un carrera desesperada hasta… “acabarme todo lo
que tengo”.
4- Empiezas a padecer problemas personales o sociales
Las adicciones antes o después van haciendo mella en las personas, y evidentemente, no solo sus efectos son
los físicos y mentales que padece el adicto.
Revisar las relaciones con tu entorno puede suponer una señal de alerta.
Quizás:
Te hayas distanciado de tu familia porque ahora “tienes algo que esconderles”.
Hayas encontrado otras amistades, y ahora busques aquellos que consuman como tú
Te hayas distanciado de tu pareja porque no quieres salir con él/ella y que se dé cuenta de que empiezas a
pasarte consumiendo
5- Has pensado en dejarlo por ti mismo alguna vez pero no lo has podido conseguir
Probablemente se te ha pasado por la cabeza dejarlo. Puede que incluso lo hayas intentado sin éxito en más
de una ocasión.
Si eres honesto, realmente tú ya te has dado cuenta de todo lo mencionado anteriormente, simplemente no
quieres verlo o no te sientes con fuerzas para afrontarlo.
Cada día sin consumir o cada buen propósito que te planteas termina en el punto de partida y contigo
volviendo al nivel de consumo de la última vez.
Los momentos de resaca y arrepentimiento son los que te hacen darte cuenta de la realidad:
No lo puedes controlar y muy probablemente necesitas ayuda.
Estos son solo algunos de los indicadores que pueden sugerir que tienes algún problema, y todos ellos van
deteriorándose a medida que pasa el tiempo y sigues consumiendo.
No esperes a que todo ello afecte aún más en tu vida y ponte en manos de quien puede ayudarte.

También podría gustarte