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IES PROFESOR GONZALO HUESA

CFGS Imagen para el Diagnostico y Medicina Nuclear Atención al Paciente

TEMA 4: OBSERVACIÓN, SEGÚN PROTOCOLO DE LA


UNIDAD, DE PARÁMETROS FÍSICO-CLÍNICOS

1. Protocolo y plan de emergencias de la unidad.


2. Criterios de urgencia y prioridad. Registro de la información.
3. Valoración del nivel de consciencia.
4. Observación, vigilancia y exploración del enfermo. Somatometría.
5. Toma y registro gráfico de constantes vitales.
6. Actuaciones específicas.
7. Asistencia a pacientes con necesidades especiales.

1.- PROTOCOLO Y PLAN DE EMERGENCIAS DE LA UNIDAD

PROTOCOLOS

Un protocolo es el procedimiento o conjunto de procedimientos destinados a estandarizar un


comportamiento humano frente a una situación específica.

El uso de protocolos de trabajo (PNT) traerá consigo, entre otras cosas:

a) Mejorará la calidad de la intervención de los técnicos.


b) Garantizará que cualquier actuación esté dentro del marco legislativo.
c) Facilitará las rotaciones e incorporación de nuevo personal.
d) Garantizará una asistencia de calidad.

Existirá un protocolo de funcionamiento general de la UATDI y protocolos de funcionamiento


específico de cada unidad y equipo.

El protocolo de funcionamiento general debe recoger:

a) El organigrama del personal del servicio.


b) Los equipos con los que se trabaja.
c) Normas de funcionamiento general.
d) La estructura física del servicio.
e) Línea de autoridad y responsabilidad en materia de protección radiológica
f) Licencias y acreditaciones del personal con responsabilidad en materia de protección
radiológica.
g) Clasificación del personal profesional expuesto según el riesgo de radiación
h) Controles y verificaciones de las instalaciones.
i) Vigilancia radiológica del personal y de los pacientes.
j) Normas de acceso a las instalaciones.

Protocolos de funcionamiento propios de cada unidad

Se deben recoger las normas generales de funcionamiento de cada equipo con las instrucciones
generales de actuación del personal sanitario en los diferentes tratamientos y unidades, etc. También las
verificaciones y controles específicos de cada fabricante, los controles periódicos relacionados con la
calidad, las normas de actuación en caso de averías, etc.
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Se incluirán entre otros los siguientes protocolos de funcionamiento específicos:

Protocolos de funcionamiento  Unidades de telecolbaltoterapia.


en oncología radioterápica  Equipos de braquiterapia.
 Equipos de simulación y sus inmovilizadores.
 Aceleradores lineales y sus sistemas de imagen acoplados: Portal visión,
ecografía, tubos de Kv o Cone Beam CT para IGRT.
 Equipos de planificación de dosimetría.
 Equipos de de realización de moldes de protección.
Radiología
 Radiología convencional.
 Mamografía.
 Tomografía computarizada.
Diagnóstico por la imagen

 Ortopantomografía y radiología dental.


 Equipos móviles para plantas y quirófanos (arcos quirúrgicos).
 Resonancia magnética.
 Ultrasonidos.
Medicina Nuclear
 PET/TC.
 Cámara Gamma.
 Activímetros. calibrador de dosis, instrumento básico para medir las actividades de los
radiofármacos que han de administrarse a los pacientes
 Manejo de residuos radiactivos e isótopos empleados en terapia
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metabólica: I, Sr o el Ra.
 Otro equipamiento auxiliar.

El personal debe cumplir todos estos protocolos, que en muchos casos son muy específicos, por
ejemplo en las instalaciones de medicina nuclear que dispongan de equipos PET/TC requieren de
condiciones especiales como que el personal que manipule material radiactivo portará, además de
dosímetro de solapa, dosímetro de anillo para estimar la dosis en las manos o que incorporen protocolos
específicos para reducir las dosis en las manos durante la preparación e inyección de radiofármacos.

EMERGENCIAS Y PLAN DE EMERGENCIAS

Una emergencia es una situación no deseada e imprevisible que puede poner en peligro la integridad
física de las personas, dañar gravemente las instalaciones y afectar al medio ambiente.
Un Plan de Emergencia es un conjunto de medidas destinadas a hacer frente a estas situaciones de
riesgo minimizando los efectos que puedan derivar sobre las personas, equipos e instalaciones,
garantizando la seguridad de los pacientes y su evacuación segura si fuera necesario.

Debemos pensar que un plan de emergencia para las instalaciones, donde desarrolla su actividad
profesional un Técnico en Imagen para el Diagnóstico, debe tener presente:

1. Cualquier tipo de incidente que se pueda producir en instalaciones generales donde se ven
involucradas numerosas personas.
2. Las características especiales de los centros hospitalarios y por lo tanto las de las personas que
en ellos se encuentran con sus posibles singularidades: dificultad para movilizarse,
dependencia de aparatos, etc.
3. Las propias particularidades de las unidades de diagnóstico por la imagen y de radioterapia
entre las que se incluyen el trabajo con fuentes de radiación o directamente con isótopos
radiactivos. Incluso habrá emergencias que sean específicas de las secciones de radioterapia o
de alguna de las secciones de radiodiagnóstico.

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Las emergencias de tipo general son las que pueden darse en cualquier zona del hospital sin estar
vinculadas a un tratamiento o prueba diagnóstica en concreto, por ejemplo incendios, escapes, amenazas
de bombas, derrumbamientos, etc.

En las emergencias de tipo general se recogerá por ejemplo como actuar ante una parada
cardiorrespiratoria de un paciente o ante un incendio.

El incendio es una emergencia que se escapa del ámbito de actuación del personal sanitario. Los
protocolos de emergencia para incendio disponen de una serie de medidas:

o De prevención (detectores de humos, etc.)


o De actuación (extintores para diferentes tipos de fuego, mangueras y sistemas
automáticos de extinción).
o Estructurales (Puertas antiincendios con sistemas de cerrado automático, etc.)
o De formación específica de personal.

Es fundamental el papel que el personal del Centro sanitario ha de jugar ante este tipo de situaciones, ya
que, además de actuar coordinadamente y ejecutar una misión determinada con arreglo a lo que indique el
Plan de Emergencia de su Centro, ha de transmitir seguridad y tranquilidad a los usuarios. En consecuencia
cada Plan de Emergencia contemplará la actuación específica de cada uno de los trabajadores, y cada
actuación específica debe quedar ensamblada en el conjunto de acciones coordinadas por una serie de
equipos y de responsables que han de quedar igualmente claros.

A este respecto conviene recordar que, según la legislación vigente, todos los trabajadores están
obligados a participar en los Planes de Catástrofes de su centro de trabajo, obligación que es innata a todos
los ciudadanos (Ley 2/85 de 21-1, sobre protección Civil).

La organización de los primeros equipos de actuación no tiene por objeto sustituir a los Servicios Públicos
(Bomberos, Policía, etc.) sino solamente tomar las medidas más inmediatas hasta que lleguen los mismos.

Es difícil definir las situaciones de emergencia, en primer lugar por la subjetividad de las personas al
catalogarlas, y en segundo lugar porque un accidente que en origen es sólo una Emergencia Parcial o
controlada, por múltiples e imprevisibles factores puede pasar a ser General.

En todo caso, parece oportuno dar una definición por cuanto ello determina una serie de acciones a tomar.
 Conato de emergencia: Es el accidente o posibilidad de riesgo que pueda ser valorado, controlado y
dominado de forma sencilla y rápida por el personal y medios del propio Centro. En un conato de
emergencia actuará el E.P.I. correspondiente a la zona y la Brigada General que si lo considera necesario
solicitará la ayuda exterior (Bomberos, policia, etc). La característica fundamental del Conato de
Emergencia es que su resolución se hace con los medios disponibles en el lugar donde se produce

 Emergencia parcial: Es el accidente que para ser dominado requiere la actuación de los equipos
especiales del Centro y medios de los Servicios Públicos. Para ser tal, los efectos de la Emergencia Parcial
quedarán limitados a un área o zona fácilmente controlable y que, previsiblemente, no afectarán a otras
colindantes. Supuestamente habrá que trasladar pacientes del sector de riesgo a otra zona protegida,
por posible efecto de humo o llamas.

 Emergencia general: Es el accidente que precisa de la actuación de todos los equipos y medios de
protección del Centro sanitario y de la ayuda exterior. La Emergencia General podrá comportar la
evacuación o aislamiento de determinadas áreas del Hospital y el traslado de pacientes.

En las instalaciones médicas que utilizan radiaciones ionizantes, el plan de emergencia establece el
conjunto de actuaciones a desarrollar para el caso en que se produzca un incremento del riesgo
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radiológico para los trabajadores expuestos, los pacientes, o el público en general. En él se incluye la
descripción de las situaciones de emergencia previsibles, las medidas a tomar en cada caso, los datos e
informes correspondientes y los responsables de ejecutar cada actuación.

SITUACIONES DE EMERGENCIA Un accidente es todo suceso

a) Accidentes e incidentes.

Clasificamos como accidente todo suceso no planificado durante el cual es probable que se superen los
límites de dosis reglamentados y como incidente aquel durante el cual es probable que se superen las dosis
recibidas normalmente.
Si tomamos como referencia las personas objeto de diagnóstico o tratamiento con radiaciones, tales
sucesos se producen cuando la dosis recibida no concuerda con la planificada, dentro del margen de
tolerancia prefijado. Su clasificación como incidente o accidente resulta más compleja y deberá efectuarse
para cada caso particular. La consecuencia inmediata de estos sucesos son las situaciones de emergencia.
En dichas situaciones se seguirán los planes de emergencia propios de cada instalación y si las
consecuencias lo requieren o en situación de catástrofe el Plan de Emergencia general del Centro.

Ante un caso de incendio, inundación u otra catástrofe se dará prioridad a la seguridad de las
personas. Una vez dominada la situación, el SPR procederá a la evaluación de sus consecuencias sobre la
seguridad radiológica de la instalación y actuará en consecuencia.

EMERGENCIAS EN MEDICINA NUCLEAR Y LABORATORIOS

Accidentes e incidentes previsibles

Los accidentes e incidentes previsibles en estas instalaciones, el lugar donde es más factible se
produzcan y sus causas son los siguientes:
 Escape de gases radiactivos: genera inhalación y consecuente contaminación interna. Es muy
improbable por las características de las fuentes, el diseño de la instalación y los procedimientos
establecidos.
 Derrame de líquidos: se puede dar en las distintas zonas de manipulación y movimiento de las
monodosis, siendo su consecuencia la contaminación y la irradiación externa.
 Incendio de la instalación: es la situación de mayor riesgo potencial ya que provoca la liberación de
gases y líquidos que pueden conducir a exposiciones y/o contaminaciones.
 Robo o pérdida de sustancias radiactivas: origen de cualquiera de los riesgos anteriormente
indicados, potenciados por el desconocimiento de los afectados.
 Error en la administración de los radiofármacos a los pacientes: Puede suponer una irradiación
interna no justificada.
 Inundación: pudiendo provocar una contaminación de suelo y superficies.

Medidas a tomar.

o Actuaciones ante la contaminación


a. Descontaminación de superficies de trabajo y pavimentos.
b. Delimitación de la zona contaminada.
c. Absorción de líquidos con material absorbente.
d. Limpieza con agua y jabón o detergente.
e. Si es necesario se separará el trozo contaminado que será tratado como residuo radiactivo y se
repondrá con nuevo.

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o Descontaminación de equipos materiales.

a. Antes de decidir la descontaminación de materiales se tendrá en cuenta el costo de la misma


frente al propio material.
b. Los materiales fungibles contaminados se considerarán como residuos sólidos y recibirán el
tratamiento de tales.
c. Si la descontaminación de instrumentos y material no es factible y sobre todo si el periodo de
semidesintegración del contaminante es corto, los instrumentos y material contaminado
pueden ser retirados de su uso y confinados en condiciones de seguridad hasta quedar
descontaminados por decaimiento o eliminados como residuos.
d. El material de vidrio se descontaminará preferentemente con mezcla crómica. Los elementos
metálicos se lavarán con un detergente, frotando después con un cepillo.

o Ropa de trabajo:
a. La ropa contaminada será sustituida inmediatamente por otra limpia, una vez comprobada la
ausencia de contaminación corporal. Si su descontaminación no es viable o así se considera, las
prendas contaminadas serán consideradas residuos.
b. La manipulación y limpieza de ropa y lencería contaminadas se hará siempre con medios
anticontaminación para el personal que las realice y en instalaciones previstas para ello.

o Descontaminación de personas:

a. La contaminación de personas puede ser externa o interna por inhalación, ingestión o filtrado a
través de heridas.
b. En contaminación externa la primera actuación irá encaminada a eliminarla y a impedir que se
incorpore al organismo por difusión o a través de cavidades o heridas. Para ello se quitará la
ropa y se lavarán las zonas contaminadas sucesivas veces con mediciones intermedias usando
jabón neutro o cepillo. Estas operaciones se harán con suavidad para evitar la irritación de la
piel.
c. Si la contaminación de heridas se equipara a la administración intravenosa por lo que se actuará
lo antes posible, efectuando una compresión venosa, lavando la herida y aplicándole un apósito
estéril para evitar infección y dispersión de la contaminación.

o Actuaciones ante la administración errónea de radionucleidos:

a. Se actuará de manera que se reduzca la absorción y se facilite la eliminación.

o Ante un incendio las prioridades son la protección del personal y el confinamiento del material
radiactivo. Por ello el Supervisor responsable evaluará la situación y si es necesario dispondrá:

a. La interrupción de la actividad.
b. La evacuación inmediata de enfermos, familiares y personal; tendrá en cuenta si los primeros
son portadores de material radiactivo o no.
c. El uso de barreras de contención mediante el cierre de puertas y la compartimentación.
d. La desconexión de los sistemas de ventilación.
e. La desconexión de las fuentes de alta tensión.
f. Asimismo y para minimizar el riesgo de dispersión de material radiactivo procurará confinar de
forma adecuada todas las fuentes radiactivas.

El SPR o en su defecto el propio Supervisor, instruirá a los servicios de extinción sobre las
particularidades, naturaleza y nivel de riesgo que implican las fuentes existentes. Tras la extinción el SPR

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evaluará el estado de las diferentes dependencias, equipos y material respecto del riesgo radiológico y
actuará en el sentido de devolver a la normalidad la instalación.
Todas las personas afectadas serán sometidas a estudio y convenientemente informadas; y en caso
necesario atendidas de acuerdo con su estado. En cualquier otra situación de catástrofe, se tendrán las
mismas prioridades.

o Normas específicas para terapia metabólica:

Si por motivos clínicos los pacientes ingresados en tratamiento metabólico han de ser atendidos por
personas no consideradas como trabajadores expuestos, éstas serán instruidas en las normas básicas de
Protección Radiológica, incidiendo sobre las destinadas a prevenir la contaminación con sustancias
radiactivas se les dotará de elementos de protección frente a la exposición y frente a la contaminación, así
como de dosímetro que permita evaluar la dosis recibida.
Los pacientes sólo podrán abandonar la Unidad en situaciones imprevisibles de carácter grave y urgente
en que pueda peligrar su vida por motivos clínicos o en caso de siniestro. Cuando se precise practicar una
intervención quirúrgica con carácter de urgencia a un paciente en tratamiento con radionucleidos, se
llevará a cabo bajo las premisas de minimizar los riesgos de irradiación y contaminación
En unapara las personas
intervención quirurgica urgente a
participantes y de contaminación para el área quirúrgica y el instrumental. Para ello: un oaciente en tratamineto con
radionucleidos, se tendra en cuenta:
 Se limitará al mínimo el número de personas a intervenir y el material quirúrgico a usar.
 Las personas que intervengan serán instruidas en la medida de lo posible, utilizarán guantes dobles,
mascarillas y protectores de calzado y se colocará material absorbente sobre mesas y suelo; todo
ello será recogido y considerado como residuo radiactivo.
 Eventualmente se usará material de protección como: delantales o gafas
 Las ropas y prendas personales de protección, al igual que el instrumental usado, serán confinados
hasta su clasificación y/o descontaminación, si procede, por el SRPR.
 Las dosis al personal serán evaluadas mediante dosimetría personal o de área.

EMERGENCIAS EN RADIODIAGNÓSTICO

Accidentes e incidentes previsibles.

Entre las circunstancias que pueden quebrantar la seguridad radiológica de una instalación de
radiodiagnóstico, o ser sintomáticas de ello, se encuentran:
 Error de funcionamiento en modo “fluoroscopia”: Fallo en el circuito de fluoroscopia, normalmente a
nivel del pedal del operador, que supusiera irradiación no deseada del equipo.
 Error de funcionamiento en el modo “grafía”: Fallo del disparador. El temporizador corta en tiempo
de máxima exposición autorizada por el generador.
 Fallo en el sistema de alimentación del tubo o indicador de exposición que dé lugar a “dobles
disparos”.
 Fallo en el dispositivo que carga los chasis con películas vírgenes, en las procesadoras que trabajan “a
la luz del día” y que provocarían la exposición del paciente y el chasis sin película que registre la
imagen.
 Falta de coincidencia inadmisible entre los campos luminoso, de radiación y de registro, que provoca
la falta de colimación sistemática del haz de radiación por parte del operador.
 Falta de mantenimiento en las procesadoras, que exige una innecesariamente elevada exposición a la
radiación de la película, y por tanto del paciente.
 Falta de correspondencia entre películas y hojas de refuerzo, o mal estado de conservación de alguna
de ellas o ambas, con las mismas consecuencias.
 Falta de formación e información de los operadores, que puede redundar en la utilización de técnicas
radiográficas inapropiadas y excesiva irradiación al paciente. Esto cobra especial importancia en
radiología digital, por su rápida y generalizada implantación, su amplio rango dinámico y la relación
directa existente entre dosis al detector y mejora de la relación señal-ruido.

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El técnico, ante cualquier circunstancia que provoque la pérdida del control integral y efectivo del haz de
radiación procederá a la desconexión inmediata del equipo y a su revisión.

Medidas a tomar

Ante cualquier circunstancia que provoque la pérdida del control integral y efectivo del haz de radiación, se
procederá a la desconexión inmediata del equipo y a su revisión.
La alteración de barreras deberá ser valorada por el Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica.
Si el registro de dosis anormales se da simultáneamente en todos los profesionales expuestos, se detendrá
el funcionamiento de la instalación si se considera necesario y no reanudándolo hasta que no se verifiquen
las condiciones de seguridad radiológica.

Ante incendio, inundación u otra catástrofe se dará prioridad a la seguridad de las personas. Una vez
dominada la situación el SPR procederá a la evaluación de sus consecuencias sobre la seguridad radiológica
y actuará en consecuencia.

EMERGENCIAS EN RADIOTERAPIA

Accidentes e incidentes previsibles

En general, situaciones de anormalidad en el uso terapéutico de las radiaciones ionizantes se deben a una
pérdida de control de los emisores o del acceso a los mismos:
 Fallo en el mecanismo de recogida de la fuente en unidades de Telecobaltoterapia.
 Pérdida de control de los parámetros que caracterizan los haces generados en aceleradores.
 Pérdida de estanqueidad de fuentes encapsuladas.
 Fallos de los mecanismos de manipulación a distancia de las fuentes de braquiterapia.
 Errores importantes en alguno de los parámetros críticos en la planificación o en la aplicación del
tratamiento.
 Pérdida de fuentes radiactivas.
 Incendio, inundación u otra catástrofe.
 Presencia inadvertida de personas dentro del búnker durante la irradiación.

Medidas a tomar

o La fuente de la unidad de telecobaltoterapia no regresa a su posición de confinamiento. Detección


del fallo
o Luz roja de “beam on” en la consola
o Luz roja en la cabeza del equipo
o Luz roja sobre la puerta
o Luz, sonido de alarma y escala del monitor de área
o Vástago fuera en el cabezal de la unidad.

Se avisará de inmediato al SRPR que procederá a organizar el acotamiento de zonas si fuere necesario y
la búsqueda de la fuente en cuestión.

o Incendio, inundación u otra catástrofe

Las prioridades son la protección del personal y el confinamiento del material radiactivo. El
Supervisor evaluará la situación y si es necesario dispondrá:
a. La interrupción de los tratamientos y el almacenamiento seguro de todas las fuentes.
b. La evacuación inmediata de enfermedad y personal.
c. El uso de barreras de contención mediante el cierre de puertas y la compartimentación.
d. La desconexión de los sistemas de ventilación

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e. La desconexión de las fuentes de alta tensión

El SPR o en su defecto el propio Supervisor, instruirá a los servicios de extinción sobre las particularidades,
naturaleza y nivel de riesgo que implican las fuentes existentes. Tras la extinción el SPR evaluará el estado
de las diferentes dependencias, equipos y material respecto del riesgo radiológico y actuará en el sentido
de devolver a la normalidad la instalación. Todas las personas afectadas serán sometidas a estudio y
convenientemente informadas; y en caso necesario atendidas de acuerdo con su estado.

En cualquier otra situación de catástrofe se tendrán las mismas prioridades.

SIMULACROS

La realización de ejercicios y simulacros de situaciones de emergencia que se pueden presentar,


anteriormente citadas, con relativa frecuencia supone el entrenamiento del personal que trabaja en las
instalaciones cuyo fin último es ensayar la respuesta en estas situaciones para evitar fallos y reducir en lo
posible las exposiciones potenciales que se recibirían en estos casos. Tales ejercicios periódicos deben ser
dirigidos por el SPR,

2.- CRITERIOS DE URGENCIA Y PRIORIDAD. REGISTRO DE INFORMACIÓN

Es obligatorio registrar la información concerniente a la Protección Radiológica de las personas y áreas


relacionadas con la actividad donde exista riesgo potencial de exposición a fuentes de radiación. Se
denomina registro a todo documento a partir del cual se pueda establecer un seguimiento de las
actividades relacionadas con la Protección Radiológica y el cual estará en todo momento a disposición de la
autoridad competente (CSN, Administraciones Públicas, Juzgados y Tribunales que lo soliciten).

Existen distintos tipos de registro, en función de la información de que consten:

 Vigilancia de los trabajadores expuestos:


- Medida o estimación de dosis.
- Vigilancia médica.
 Vigilancia de las áreas.
 Vigilancia de fuentes y equipos productores de RI.

El sistema de archivo puede ser tanto “en papel” como “informático o electrónico”. El archivo informático
presenta ventajas indudables como la rapidez en el acceso a los datos o el posible tratamiento estadístico
de los mismos. En cualquier caso se han de tomar las medidas necesarias para asegurar la confidencialidad
de los datos relativos a los trabajadores (Ley 15/1999 de 13 de diciembre, de Protección de Datos de
Carácter Personal).

Línea de autoridad

Ante cualquier incidencia que afecte a las condiciones de seguridad radiológica de la instalación, el técnico
que la detectase estará obligado a ponerlo en conocimiento del Supervisor, que hará una primera
valoración de la que se derivarán las actuaciones inmediatas a seguir. Se informará al SPR y en función del
grado de afectación de la seguridad radiológica con mayor o menor urgencia al Director Gerente y al CSN.
En todo caso se registrará en el Diario de Operación y en la Memoria Anual que se ha de remitir al CSN.

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Datos e informes

En todos los casos de emergencia radiológica, el SPR, con los datos recogidos y la colaboración del
Supervisor, determinará su importancia y alcance desde el punto de vista de la Protección Radiológica,
siguiendo en todo momento la Instrucción Técnica complementaria a la autorización de la instalación por el
CSN, circular 12/01.
En su caso el SPR, elaborará un informe detallado del suceso que comprenda la causa, si es conocida,
desarrollo y consecuencias; la relación de posibles afectados con sus niveles de exposición y/o
contaminación; las actuaciones desarrolladas y/o programadas sobre personas e instalación; y la propuesta
de todas aquellas medidas que se estimen oportunas para prever la causa y evitar la reincidencia
remitiendo copias al titular de la Instalación y al CSN.

3.- VALORACIÓN DEL NIVEL DE CONCIENCIA

La conciencia es el estado en que la persona se da cuenta de sí misma y del entorno que le rodea. Esto
supone que el sujeto está alerta, es decir despierto, y con una actitud mental intelectiva y afectiva
suficiente para permitirle integrar y responder a los estímulos internos y externos.

Ante una situación de emergencia, lo primero es intentar mantener la calma y hacer una composición
rápida del lugar siguiendo los pasos de la conocida “conducta PAS”:

1. Proteger: es lo primero que hay que hacer siempre y por el siguiente orden:
- Autoprotegernos como socorristas y prevenir el agravamiento de un accidente. Ejemplo: en caso de
accidente de tráfico, aparcar nuestro coche, a ser posible, fuera de la calzada; otro ejemplo sería
ponernos guantes para detener una hemorragia.
- Proteger el lugar de los hechos. Ejemplo: quitar el contacto del vehículo accidentado para evitar
derrame de gasolina.
- Proteger a la víctima de mayores lesiones en caso de riesgo inmediato. Ejemplo: desplazarla fuera
de una habitación con humo.

2. Avisar/alertar: es la segunda fase. Al mismo tiempo que protegemos, intentaremos:


- Conseguir ayuda inmediata, a ser posible llamando al 112, que activará el servicio de emergencia.
- Indicar a los servicios de emergencias: nuestra identificación, el tipo de suceso, accidentados,
situación y forma de contacto.

3. Socorrer: es la tercera fase, que se pone en marcha una vez alertados los servicios de socorro.
- Dependiendo de nuestra formación en primeros auxilios, actuaremos en consecuencia mediante una
evaluación inicial.
- Es muy importante transmitir tranquilidad a las víctimas.
- Realizar una rápida valoración inicial para priorizar actuaciones: primero hemorragias arteriales
graves, segundo parada cardiorrespiratoria.
- Hacer solamente lo que se sabe.

VALORACIÓN DE LA VÍCTIMA:

a. Valoración primaria o urgente.

Lo primero que hemos de valorar es el estado de consciencia de la víctima. Esto se hace viendo si
responde a estímulos verbales o no verbales.
Si esta inconsciente, realizaremos el denominado ABC de los primeros auxilios.
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A. Apertura de vía aérea.

Consiste en facilitar el paso de aire mediante la maniobra frente-mentón si no existe traumatismo


cervical o, la maniobra de tracción mandibular en caso de sospecha del mismo.
Con la apertura de la vía aérea evitamos la obstrucción de la faringe debida a la caída de la lengua hacía
atrás por falta de tono muscular o al cierre de la epiglotis. Además de asegurar la entrada de aire, la
apertura de la vía aérea permite al rescatador observar el interior de la boca del accidentado para
comprobar si existe algún cuerpo extraño que obstaculice la ventilación (ejemplo: dentadura postiza caída)
y la posibilidad de retirarlo con los dedos en forma de gancho o pinza.

- Maniobra frente-mentón: Colocar a la víctima en decúbito supino, desplazar con una mano la frente
de la víctima hacia atrás, con los dedos de la otra mano colocados bajo el mentón, eleva la mandíbula
hacia arriba y delante. Así se consigue la extensión del cuello y la apertura de la boca y se eleva la
base de la lengua para evitar que esta obstruya el paso de aire.

- Maniobra tracción mandibular: Colocar los dedos detrás de los ángulos de la mandíbula y moverla
hacia arriba. Usar los pulgares para ayudar a colocar la mandíbula de forma que permita la respiración
a través de la boca y la nariz.

Lo ideal, una vez realizada la apertura de la vía, sería colocar una cánula de Guedell del tamaño adecuado
para asegurar la ventilación en todo momento ya que evita la retracción de la lengua.

La cánula de Guedell es un tubo hueco de plástico no muy duro que se introduce ladeada y, una vez en el
interior de la boca del paciente, se gira 90º de manera que la concavidad toque la lengua. La boquilla del
tubo sobresale al exterior, impidiendo que la víctima cierre la dentadura y permitiendo el paso de aire por
su interior.
Asegura la ventilación y evita la retracción de la lengua
B. Breath (“respirar” en inglés): respiración.

Comprobar si respira mediante la técnica de “ver-oir-sentir” que consiste en acercarnos al accidentado


colocando nuestra cara sobre su nariz y boca para oir la entrada/salida del aire y sentir la humedad y calor
del aire exhalado sobre nuestra mejilla, al tiempo que observamos su pecho para ver el movimiento del
tórax, si asciende y desciende espontáneamente.

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C. Circulación y control de hemorragias.

Comprobar si tiene pulso carotídeo. Su carencia es signo de que debemos iniciar la RCP. Actualmente, la
toma de pulso carotídeo está limitada al personal profesional sanitario debiendo comenzar la maniobra de
RCP en el momento en el que no se aprecien signos de consciencia ni respiración.

Valorado y estabilizado todo el sistema cardiorrespiratorio, es posible determinar otras lesiones que
amenacen la vida y estabilizarlas para mejorar la capacidad de respuesta de la víctima.

Valoración Descripción ¿Cómo lo hacemos? Si es negativo ¿Qué hacemos?


A Apertura de Comprobar que la vía Maniobra frente mentón o Si hay algún cuerpo extraño o lengua
la vía aérea. aérea está abierta. si hay lesión cervical con la obstruyendo vía respiratoria:
maniobra de tracción 1. Intentar sacarlo con la
mandibular. maniobra de gancho.
2. Heimlich.
B Respiración. Comprobar que se Ver, oír y sentir la Si no se respira:
respira. respiración. 1. AMBÚ / Guedel.
2. Boca boca.
C Circulación. Ver si hay pulso. Tomar pulso carotideo. Maniobra RCP.

b. Valoración secundaria.

Tras la valoración primaria, si el paciente mantiene las constantes vitales y su vida no corre peligro,
realizamos una valoración detallada de la víctima en busca de otras lesiones. Esto se hace de manera
ordenada comenzando por la cabeza, cuello, tórax, abdomen y por último extremidades.

Preguntaremos al accidentado y a los testigos por lo ocurrido. Escucharemos los síntomas que nos cuente
la víctima.

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POSICIÓN LATERAL DE SEGURIDAD.

Se usa en caso de que el accidentado esté inconsciente con presencia de respiración y pulso para mantener
la vía aérea abierta, evitar el atragantamiento y la aspiración de vómitos

Para ello:

1. Con la víctima acostada sobre su espalda, arrodíllate en el suelo a su lado. Sitúa el brazo más cercano a
ti en un ángulo recto a su cuerpo, con su mano hacia arriba, hacia la cabeza y coloca la otra mano
debajo de la cabeza, de manera que la palma de su mano esté tocando su mejilla.
2. Dobla la rodilla más alejada de ti en un ángulo recto.
3. Con cuidado, gira la persona hacia un lado, tirando de la rodilla doblada. El brazo superior debe estar
sosteniendo la cabeza.
4. Abre las vías respiratorias inclinando suavemente su cabeza hacia atrás y levantando su barbilla, y
comprueba que nada está bloqueándolas. Permanece con la persona y controla su situación hasta que
llegue ayuda.

Reanimación Cardiopulmonar Básica (RCP).

Si durante la valoración encontramos al paciente inconsciente y sin respiración espontánea, pediremos


ayuda y le ventilaremos con 5 insuflaciones antes de buscarle el pulso:
- Si presenta pulso carotídeo: seguimos ventilando. En un adulto la frecuencia respiratoria normal es
de 12 a 18 respiraciones por minuto, por lo que esa será la frecuencia de insuflaciones que hemos
de realizar.
- Si no presenta pulso carotídeo: es indicio de que el corazón ha dejado de bombear sangre por lo
que iniciamos la RCP. Tras dos insuflaciones, realizaremos 30 compresiones torácicas (masaje
cardíaco). Tras 5 ciclos de 2/30 revisamos la presencia de pulso carotídeo.

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a. Técnica de ventilación.

Gracias a la ventilación artificial hacemos llegar oxígeno a los pulmones del accidentado y, por tanto, a
los capilares sanguíneos que rodean los alveolos.

Mientras mantenemos la apertura de la vía aérea (frente-mentón o tracción mandibular), apoyamos una
de nuestras manos en la frente del paciente y con esa misma mano le tapamos la nariz.

Inspiramos aire, abrimos nuestra boca y la ponemos alrededor de los labios del paciente, estando su
boca perfectamente sellada. (Lo ideal es disponer de mascarillas especiales que permitan insuflar aire al
accidentado sin entrar en contacto directo con él).

A continuación, espiramos el aire que tenemos retenido en nuestros pulmones dentro del paciente
separándonos rápidamente de su boca para permitirle que expulse el aire intercambiado. Inspiramos de
nuevo aire y repetimos la técnica.

En caso de que la boca del paciente se encuentre ensangrentada, deformada, o bajo cualquier
circunstancia que nos impida ventilarle a través de ella, usaremos su nariz (boca-nariz). La diferencia al
boca-boca, es que aquí cerramos la boca y soplamos por su nariz.

b. Búsqueda de pulso carotídeo.

Con la cabeza del paciente en hiperextensión, le palpamos la nuez en la cara anterior del cuello y
deslizamos el 2º y 3º dedo de nuestra mano en diagonal en dirección al lóbulo de la oreja. Si está presente
lo palparemos antes de llegar al lóbulo.

c. Técnica de masaje cardiaco.

Consiste en aplicar compresiones en el centro del pecho (tórax), para comprimir el corazón entre el
esternón y la columna vertebral, con el fin de provocar la salida de la sangre acumulada en su interior a
través de los vasos sanguíneos y transportarla hacia todos los tejidos del organismo.

1º Buscar el punto donde hacer el masaje: en los adultos se encuentra situado 2 dedos por encima del
apéndice xifoides, y en los lactantes, en el centro de la línea intermamilar.

2º Colocar sobre ese punto el talón de nuestra mano (en la misma dirección que el esternón, ya que nos
encontramos arrodillados junto al costado del paciente). Sobre esta mano apoyamos la otra, entrelazando
los dedos de ambas. Las compresiones las realizaremos con el talón, sin que los dedos toquen las costillas
del paciente. En los lactantes, las compresiones se realizarán con el 2º y 3º dedo del socorrista. En niños
más mayores, se llevará a cabo con una sola mano.

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Durante las compresiones, el socorrista debe mantenerse erguido, con sus hombros alineados y
paralelos al esternón de la víctima, y con sus brazos rectos y perpendiculares al mismo. No se doblan los
codos.

Las nuevas recomendaciones de la Consejo Europeo de Reanimación (ERC) de octubre del 2015 en el que se
pueden encontrar cambios discretos sobre las recomendaciones de 2010 establecen que los que realizan
RCP deberían asegurar compresiones torácicas de profundidad adecuada (aproximadamente 5 cm, pero no
más de 6 cm en el adulto medio) con una frecuencia de 100-120 compresiones por minuto. Permitir que el
tórax se reexpanda completamente tras cada compresión y minimizar las interrupciones en las
compresiones.

Cuando se administren respiraciones de rescate/ventilaciones, emplear aproximadamente 1 segundo


para insuflar el tórax con un volumen suficiente para asegurar que el tórax se eleve visiblemente. La
relación de compresiones torácicas y ventilaciones sigue siendo 30:2. No interrumpir las compresiones
torácicas durante más de 10 segundos para administrar ventilaciones.

Desfibrilador externo semiautomático. (DESA)

El DESA es un aparato electrónico portátil que se utiliza para aplicar de forma programada y controlada
una descarga o choque eléctrico a un paciente o víctima para intentar revertir una arritmia cardiaca
(fibrilación)

El uso de desfibriladores por personal no sanitario está regulado por la Ley (Real Decreto 365/2009, de
20 de marzo) y por normativa específica de cada Comunidad Autónoma.

Antes de aplicar los electrodos del desfibrilador sobre la víctima debemos, según la ERC:

• Rasurar el vello, para facilitar su colocación.

• Retirar los parches de medicación, si la víctima los lleva.

• Si tuviera un marcapasos o un desfibrilador, alejar el electrodo unos 10 cm.

• Seguir las instrucciones de los mensajes de voz y de texto del DESA hasta que se reciba ayuda cualificada.

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4.- SOMATOMETRÍA.

La somatometria es la parte de la antropología física que se ocupa de las mediciones del cuerpo humano.
Tiene como objetivos:

- Valorar el crecimiento del individuo.


- Conocer el estado de salud y enfermedad del individuo.
- Ayudar a la elaboración del diagnóstico médico.

Los parámetros somatométricos de mayor importancia en la exploración física son:

- Talla.
- Peso.
- Pliegues cutáneos.
- Perímetros corporales.

TALLA

Se emplea el tallímetro o estadiómetro. La talla se determina en centímetros con la persona descalza, de


espaldas al tallímetro, con los brazos relajados y la cabeza en una posición de forma que el meato auditivo
y el borde inferior de la órbita de los ojos estén en el plano de Frankfort.
Cuando no es posible medir la talla de forma directa, esta se calcula a partir de la altura de la rodilla (AR)
o la de la longitud de la rodilla-maléolo peroneo. Se mide manteniendo al paciente en supino; mediante un
calibrador se determina la distancia en cm entre el plano más superior de la rodilla en flexión en ángulo de
90º con la pierna y el plano plantar formando 90º con la pierna. Esto permite estimar la talla en personas
entre 60 -80 años.
Ectomorfo: delgado
Altura (cm)= 2,69*AR (cm) +24,2 Mesomorfo: normal
Endomorfo: robusto

PESO

Se emplea la báscula, siendo mecánica o digital. Es preferible realizarlo con balanza digital calibrada, con
el sujeto de pie, apoyado de forma equilibrada en ambos pies, con el mínimo de ropa posible o con bata
clínica, después de evacuar la vejiga y el recto.

EL ÍNDICE DE MASA CORPORAL (IMC)


Es una medida de asociación entre la masa y la talla de un individuo.
Se calcula según la expresión matemática:

donde la masa se expresa en kilogramos y el cuadrado de la estatura en metros en cuadrados, midiéndola


en kg/m2.
Un normopeso será entre 18,5-24,9, peso insuficiente <18,5 y sobrepeso a partir de 25.

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PERÍMETROS

La palabra perímetro significa medir alrededor. Los lugares que se consideran más importantes para
cuantificar y describir la distribución del tejido adiposo son: brazo, cintura y caderas y muslos.
En el caso de los niños merece determinación el perímetro cefálico que es un indicador del crecimiento del
cráneo del bebe, y por tanto, de su correcto desarrollo y maduración.
Se usa un metro flexible y se rodea la cabeza del niño en su zona donde la circunferencia es mayor.

La circunferencia de la cintura o perímetro abdominal es útil para conocer la distribución de la grasa


corporal y determinar el tipo de obesidad (abdominal o central). Para ello se puede utilizar con un metro
flexible o el índice cintura cadera (ICC). Valores de ICC > 0,95 en hombres y > 0,80 en mujeres son
indicadores de obesidad central/abdominal, mientras que valores ≤ 0,95 en hombres y ≤ 0,80 en mujeres
indicarían obesidad generalizada. Si es ≥ 0,95 en hombres y ≥0,86 en mujeres, hay riesgo cardiovascular.
Entre 0,85-0,89 en hombres y 0,75-0.79 en mujeres se considera bueno
La circunferencia o perímetro del brazo (CB) mide la masa muscular corporal. Se mide con una cinta métrica
flexible.

PLIEGUE CUTÁNEO

El grosor de determinados pliegues cutáneos (bíceps, tríceps, subescapular, suprailíaco, abdominal, etc.)
es indicador de la grasa corporal total, puesto que en el ser humano la mitad de la grasa corporal se
encuentra en la capa subcutánea. Conviene realizar la medida en más de un pliegue para que la
cuantificación sea más fiable.
El pliegue más utilizado es el tricipital (PTC).
Se realizan 3 medidas, se hace la media y se compara el dato con los estándares de referencia.
Para la medición se necesita un plicómetro o lipocalibrador que mide en milímetros.

Por ejemplo, mara medir el PTC, se realiza de pie o sentado, con el brazo no dominante colgando suelto. Se
medirá la distancia entre el acromion y el olecranon y se marca el punto medio. En este punto, se pellizca,
suavemente, la piel y el tejido subcutáneo y con un plicómetro se mide el grosor. La medición se hace por
triplicado y se calcula la media (mm), que se compara con los valores normales en función del sexo y la
edad.

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Desde el punto de vista del técnico en imagen para el diagnóstico es importante tener en cuenta el tamaño
y la configuración del paciente, lo que se denomina hábito corporal ya que esto puede influir en la técnica
radiográfica. Existen cuatros tipos de hábitos corporales: 50%
1. El paciente esténico (que significa «fuerte, activo») es
el paciente medio. 35%
2. El paciente hipoesténico es delgado pero goza de un
buen estado de salud aparente. Este paciente necesita una
técnica radiográfica inferior. 5%
3. El paciente hiperesténico es ancho y usualmente
presenta sobrepeso. 10%
4. El paciente asténico es de pequeño tamaño, frágil, en
ocasiones escuálido y con frecuencia de edad avanzada.

Cuanto más grueso es el paciente, más radiación X se va a


necesitar para que penetre en el paciente y llegue hasta al receptor de imagen.

5.- TOMA Y REGISTRO DE LAS CONSTANTES VITALES

Denominamos constantes o signos vitales aquellos indicadores que nos dan información sobre el estado
fisiológico o de salud de un paciente. Los principales signos que se miden en la práctica clínica son:
Frecuencia Cardiaca (FC), Frecuencia Respiratoria (FR), Presión Arterial o Tensión Arterial (PA o TA) y
Temperatura (Tª).

Normalmente es el enfermero/a quien realiza este procedimiento y es su función el saber interpretar,


detectar y evaluar los problemas que puedan surgir cuando una constante sobrepasa los límites normales y
actuar en consecuencia de manera eficaz. Cada indicador o signo vital posee unos parámetros numéricos
que nos ayudan a interpretar la medición realizada. Esta medición varía en cada paciente y en función de
las distintas horas del día, varían en un mismo individuo, por lo que una pauta en la toma de constantes
según las necesidades fisiológicas de un paciente, contribuye a una evolución clínica favorable de éste.

No obstante dado que el Técnico en imagen para el diagnóstico desarrollará su profesión con pacientes
que puedan tener alteradas estas constantes y no siempre podrá recurrir a un enfermero/a, es importante
que también sepa tomar estas constantes e interpretar su significado.

FRECUENCIA CARDÍACA

La Frecuencia Cardiaca (FC) se trata del latido que apreciamos cuando comprimimos una arteria sobre
una superficie. Refleja el número de latidos cardíacos y se expresa en pulsaciones por minuto (ppm) o
latidos por minuto (lpm).

Los valores normales en un adulto sano oscilan entre 60-80 ppm (normocardia).

A la hora de medir el pulso se tendrá en cuenta: frecuencia (número de ppm), ritmo (intervalo entre un
latido y otro) e intensidad (fuerza con que es bombeada la sangre en cada latido).

Las alteraciones del pulso son:

- Taquicardia (pulso superior a 100 ppm).

- Bradicardia (pulso inferior a 60 ppm).

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- Arritmia (alteración en el ritmo/ regularidad del latido).

Las zonas anatómicas de medición son:

1. Pulso periférico: Se trata de palpar la arteria con el 2º y 3º dedo de la mano dominante, sobre una
superficie dura. Evitaremos usar el 1º dedo para la palpación, ya que tiene latido propio y podríamos
confundirnos. Para la toma tendremos que ejercer una suave presión sobre la arteria. Las
localizaciones más frecuentes de estas arterias son:
 Radial: se encuentra en la cara interna de la muñeca, sobre la línea
media.
 Cubital: se encuentra en la cara interna de la mano a la altura del
hueso pisiforme.
 Carotídeo: la arteria carótida se sitúa en el lateral del cuello. No debe
palparse ejerciendo demasiada presión ya que enlentece el ritmo y
sería una medición errónea.
 Femoral: se encuentra bajo el pliege inguinal.
 Braquial: se palpa en la cara interna de la flexura del codo.
 Tibial: tras los maleolos internos de los tobillos.
 Pedio: en la parte alta del dorso del pie:
 Poplíteo: se encuentra en el hueco que forman las rodillas al
flexionarse.

Se contarán las pulsaciones durante 30 segundos y se multiplica por 2 o


15 segundos y se multiplica por 4.

2. Pulso apical
Usaremos el fonendoscopio sobre el quinto espacio intercostal
izquierdo en la línea media clavicular. Contabilizaremos el número de
latidos ocurridos en un minuto.

3. Pulso por monitorización


Se realiza tras encender el monitor y colocar los electrodos correctamente sobre el torso del paciente.

4. Pulso por pulsioxímetro


Se realiza tras colocar un dedo del paciente (normalmente se usa el índice) en el pulsioxímetro
haciendo que la luz roja que irradia coincida con la uña del dedo.

FRECUENCIA RESPITATORIA

La Frecuencia Respitatoria (FR) es el número de ciclos respiratorios completos (inspiración y espiración)


que realiza una persona en un minuto. Se trata del acto de respirar por el que se realiza el intercambio de
gases cuyo control nervioso reside en el bulbo raquídeo.

Consta de dos fases, una de inspiración durante la cual el tórax se expande, lo que nos permite contar el
número de respiraciones por minuto (rpm), y otra de espiración o relajación de los músculos del tórax.

Los valores normales en un adulto oscilan entre 12-18 rpm, lo que se conoce como eupnea.

Cuando se mide la respiración de un paciente, se debe valorar su frecuencia (número de rpm), ritmo
(regularidad en las respiraciones), profundidad (volumen de aire que se inhala o exhala en cada respiración)
y simetría (que ambos pulmones trabajen).

Las alteraciones de la respiración son:


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- Apnea: cese de la respiración.

- Disnea: dificultad respiratoria.

- Taquipnea: aumenta de la FR (+20rpm).

- Bradipnea: disminución de la FR (-20rpm).


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- Ortopnea: dificultad respiratoria al estar en posición horizontal.

- Hiperpnea: aumento de la profundidad de la respiración.

Para contabilizarlo, debemos contar el número de inspiraciones sin que el paciente lo perciba por lo que no
se informa del procedimiento.

En el caso de pacientes con respiraciones inapreciables colocaremos la mano sobre el tórax del paciente y
así percibiremos mejor estos movimientos.

TENSIÓN ARTERIAL

La Tensión Arterial (TA) es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias cuando circula a
través de ellas. Se mide en mmhg. Existen dos valores de TA o PA:
- TA máxima o sistólica: es la presión existente en las arterias durante la sístole o contracción
ventricular. Sus valores normales oscilan entre 120-140 mmHg según la edad.
- Ta mínima o diastólica: Presión ejercida en las arterias durante la diástole o relajación ventricular. Sus
valores normales oscilan entre 60-90 mmHg.
La diferencia entre TAS y TAD se denomina presión diferencial cuyo valor normal en el adulto es de 60-80
mmHg.

Dependiendo de los valores que midamos nos encontramos los siguientes estados:

En la hipotensión, tendremos <80 mmHg en la sistólica y <60 mmHg en la diastólica.

Para realizar la medida informaremos al paciente del procedimiento a realizar. Lo colocaremos en una
posición adecuada, con el miembro sobre el que vamos a medir la tensión arterial extendido y apoyado. La
tensión arterial podemos medirla:

 De forma manual: utilizaremos un esfingomanómetro y un fonendoscopio.


Ajustaremos el manguito al miembro procurando que la cámara de aire quede por
encima de la arteria. Nos colocamos el fonendoscopio y situamos la membrana con la
mano no dominante (evitar posar el pulgar sobre la membrana ya que posee latido
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propio) sobre la arteria sin ejercer demasiada presión. Cogemos la pera del manguito con la mano
dominante y cerramos la válvula de aire en sentido de las agujas del reloj. Insuflaremos aire
apretando la pera hasta unos 20 mmhg después de dejar de escuchar el pulso, abriremos la válvula de
aire lentamente y observaremos como el manómetro empezará a oscilar en el punto en el que se
escucha el primer ruido. Este valor corresponde a la Tensión Arterial sistólica. Continuaremos
desinflando el manguito hasta que el sonido deje de percibirse y el mercurio del manómetro deje de
oscilar. Este será el valor de la tensión arterial diastólica. Desinflaremos el manguito por completo y se
lo retiramos al paciente. Registraremos la medición en la gráfica de enfermería con un bolígrafo de
color verde.
 De forma digital: introduciendo el brazo en el maguito.

a) Brazo: Es la zona más común, se coloca unos cm por encima de la flexura del codo.
b) Tobillo: Unos cm por encima del maléolo.
c) Muñeca: En el antebrazo, unos cm por encima de la muñeca.
d) Muslo: En la zona media del muslo.

TEMPERATURA

Es el grado de calor interno del cuerpo como consecuencia del equilibrio entre el calor producido y el
que se pierde. El control nervioso de la temperatura reside en el hipotálamo, en el centro termorregulador
y se mide en grados centígrados (Cº) y los valores normales oscilan entre los 35-37ºC si la medición es
axilar.

Las zonas donde medir la temperatura corporal son el oído, la axila, la boca y el recto. Con una variación
de temperatura en cada zona de entre 0,5-1ºC.

Las alteraciones de la temperatura son:

 Hipotermia: temperatura baja, ≤ 35º.


 Febrícula: temperatura ligeramente alta, entre los 37,1-37,9º.
 Hipertermia o fiebre: temperatura alta, ≥ 38º.

Hay distintos tipos de termómetros:

 De mercurio: Al ser un material tóxico no se sigue utilizando. Para medir la temperatura axilar y
bucal para la temperatura rectal.
 Digital: Es el sustituto del termómetro de mercurio. Puede medir la temperatura:
a) Axilar.
b) Bucal: No se usa esta vía en pacientes inconscientes, agitados o menores de siete años.
c) Rectal: Se usa esta vía en pacientes menores de seis años.
 Infrarrojos: Mide la temperatura ótica a través del conducto auditivo mediante conos desechables.
Se recomienda su uso en pediatría.
 Electrónico: Toma la Temperatura a través de una pequeña sonda intercambiable. Mide la
temperatura axilar, bucal y rectal.

6.- ACTUACIONES ESPECÍFICAS.

Son numerosas las actuaciones específicas de un técnico pero vamos a destacar el soporte vital básico de
adultos y obstrucción de la vía aérea por cuerpos extraños (ovace).

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SOPORTE VITAL BÁSICO (SVB)

El soporte vital básico (SVB) implica mantener la permeabilidad de la vía aérea y suplir la respiración y la
circulación sin usar ningún equipamiento que no sea un medio de protección. El SVB consiste en la
siguiente secuencia de acciones:

1. Pensar en la seguridad propia, de la víctima y de cualquier otra persona presente.


2. Comprobar si la víctima responde. Para ello, agitar sus hombros suavemente y
preguntar en voz alta: "¿te encuentras bien?".
3. Si la víctima responde:
o Dejarlo en la posición en la que la hemos encontrado con precaución de que no
haya más peligro.
o Tratar de averiguar qué le pasa y conseguir ayuda si es necesario.
o Revalorarlo regularmente.

Si la víctima no responde:

o Colocar a la víctima en decúbito supino sobre una superficie dura, plana y lisa, con los brazos
extendidos a lo largo del cuerpo.
o Ponerse de rodillas a la altura de sus hombros, colocando una mano sobre su frente y la otra en el
mentón. Inclinar la cabeza de la víctima hacia atrás y elevar su barbilla.

La maniobra frente-mentón para abrir la vía aérea debe realizarse en menos de 10 segundos. Si la víctima
está inconsciente, se le coloca una cánula de Guedel.
Si se sospecha de lesión medular, realizar la apertura de la vía aérea mediante la maniobra de tracción
mandibular.

4. Manteniendo la vía aérea abierta, mirar, oír y sentir si hay una respiración normal. Para ello:

Con la vía aérea abierta, comprobar si la víctima respira, no respira o no lo hace con normalidad (solo
jadea/boquea o gasping).
Protocolo de actuación
1. Colocarse junto a la víctima de rodillas, a la altura de su hombro:
1. Ver.
2. Oír.
3. Sentir.
No se debe tardar más de 10 segundos en realizar esta maniobra.

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Si la víctima respira:
• Colocarla en posición lateral de seguridad (PLS).
• Llamar al 112.
• Controlar y evaluar su estado periódicamente.
Si la víctima no respira:
• Llamar al 112.
• Comenzar las maniobras de RCP.

5. Restablecer la circulación.
Cualquier alteración del sistema cardiocirculatorio que curse con modificaciones graves del ritmo cardiaco
o desencadene una parada cardiaca se trata aplicando la técnica del masaje cardiaco externo.
El masaje cardiaco externo consiste en aplicar compresiones torácicas externas (centro del pecho) para
comprimir el corazón entre el esternón y la columna vertebral y así provocar la salida de la sangre a través
de los vasos sanguíneos hacia todos los tejidos del organismo.

Protocolo de actuación en adultos (siguiendo las recomendaciones del ERC, 2015)


1. Colocar a la víctima en decúbito supino en el suelo o sobre una superficie plana y rígida con los brazos y
las piernas estirados.
2. Aflojarle la ropa y retirar todo lo que le pueda comprimir el cuello.
3. Arrodillados junto a ella, a la altura de los hombros, colocar el «talón» de una mano sobre su esternón.
Situar el «talón» de la otra mano sobre el dorso de la primera y entrelazar los dedos, sin apoyar en el pecho
de la víctima.
4. Con los brazos extendidos y perpendiculares a la víctima, presionar y comprimir el pecho de la víctima
(sístole) de tal forma que el esternón descienda 5 cm (no más de 6 cm) en los adultos y en los niños y 4 cm
en los bebés.
5. Relajar la presión sin perder el contacto con el tórax, dejando que se expanda totalmente entre cada
compresión y reduciendo al mínimo las interrupciones de las compresiones (no más de 10 segundos).
6. Realizar 30 compresiones torácicas y repetir con una frecuencia de 100 a 120 compresiones por minuto.
7. Siempre que se pueda, combinar las compresiones con la ventilación o respiración artificial (30
compresiones/2 insuflaciones).
8. Si se recupera, colocarla en PLS hasta que se normalicen sus funciones o se le traslade a un centro
sanitario.
9. Si no se recupera, continuar con las maniobras de RCP.
10. Si se dispone de un desfibrilador semiautomático (DESA), colocar los electrodos y el DESA indicará cómo
hay que actuar.
11. Continuar con la RCP hasta que: llegue la ayuda cualificada, la víctima recupere la respiración normal o
el socorrista esté exhausto.

OBSTRUCCIÓN DE LA VÍA AÉREA POR CUERPOS EXTRAÑOS (OVACE).

La obstrucción parcial o total de la vía aérea se produce cuando parte de la vía aérea se encuentra
obstaculizada por algún elemento que impide la adecuada ventilación de la persona.
Protocolo de actuación:
1. Si la víctima está respirando y puede hablar, le pedimos que tosa para intentar eliminar el cuerpo extraño
y, por tanto, la obstrucción.
2. Retiramos cualquier cuerpo extraño que veamos en la boca, introduciendo los dedos índice y corazón
formando un gancho.
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3. Debemos tener cuidado para no desplazar el cuerpo extraño hacia el interior de las vías respiratorias.
4. Si la víctima no puede hablar (lo que indica que la obstrucción es más baja), nos colocamos por detrás y
le sujetamos el pecho con una mano, pidiéndole que se incline hacia delante.
5. Aplicamos hasta cinco golpes secos, con el talón de la otra mano, entre los omoplatos (interescapular),
para provocar la tos y facilitar el movimiento del objeto hacia el exterior.
6. Si con esta maniobra no conseguimos eliminar el cuerpo extraño, aplicaremos la maniobra de Heimlich.

La maniobra de Heimlich se lleva a cabo aplicando los siguientes pasos, según se trate de una víctima
consciente o inconsciente:

a. Víctima consciente:

• Colocarse por detrás de la víctima y abrazarla por la cintura (plexo solar).


• Formar un puño con la mano derecha y ponerlo entre el ombligo (cuatro dedos por encima) y el apéndice
xifoides (por encima del estómago)
• Coger el puño formado con la otra mano y presionar con fuerza el abdomen al tiempo que se realiza un
movimiento de las manos hacia dentro y hacia arriba para intentar provocar una tos artificial que va a
facilitar la movilidad y el desalojo del cuerpo extraño.
• Repetir la maniobra 5 veces consecutivas.
• Si persiste la obstrucción, continuar alternando 5 golpes en la espalda con 5 compresiones abdominales.
• Revisar cada 5 minutos el estado de la víctima; si no remite, llamar al 112.

b. Victima inconsciente:
• Colocar a la víctima en decúbito supino sobre una superficie dura, con brazos y piernas extendidos.
• Llamar al 112.
• Aplicar los protocolos de RCP.
• Si la víctima se recupera, colocarla en posición lateral de seguridad (PLS).
• Trasladar a la víctima a un centro sanitario.

7.- ASISTENCIA A PACIENTES CON NECESIDADES ESPECIALES

Durante el segundo curso de ciclo formativo estudiaremos los distintos protocolos para realizar las
pruebas diagnósticas tanto en Radiología convencional, simple y especial, como en TC, RM, ecografía y
medicina nuclear. Pero con independencia de las técnicas generales que vayamos a realizar nos
encontraremos con pacientes que presentaran unas características especiales que determinaran la
necesidad de adaptar los protocolos a realizar. Dentro de estos pacientes los más significativos serán:

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Pacientes politraumatizados

Un traumatismo se define como una lesión tisular por agentes


mecánicos, generalmente externos. Los traumatismos pueden ser
leves o graves. El paciente politraumático es aquel con lesiones
orgánicas múltiples producidas en un mismo accidente y que al
menos una de ellas, aunque solo sea potencialmente, conlleva un
riesgo vital. El paciente policontusionado es aquel que presenta traumatismos leves. El paciente
politraumático puede ser polifracturado si presenta solo lesiones del aparato locomotor, politraumatizado
visceral o mixto. El traumatismo puede ser abierto o cerrado en función de si existe comunicación del
medio interno con el exterior. El traumatismo cerrado suele ser consecuencia de accidentes
automovilísticos, laborales o caídas. El traumatismo abierto suele deberse a armas blancas o de fuego, etc.

Cuando se sufre un accidente existen lesiones que pueden causar la muerte de forma inmediata o en
pocos minutos. En general estas lesiones se deben a laceraciones [cerebral, cardiaca, o de médula espinal],
rotura de grandes vasos sanguíneos o hemorragias masivas. Si un accidentado supera esto entra en la
denominada “hora de oro” en la que se requiere una rápida y eficiente actuación médica. Los métodos de
diagnóstico por la imagen son fundamentales para que el enfermo pueda recibir el tratamiento adecuado.

En las actuaciones con politraumatizados debemos tener presente:

1. Siempre la actuación debe adaptarse a las condiciones del paciente, se evitaran movimientos y
sobreesfuerzos.
2. Si se van a realizar varias proyecciones se comienza por las que nos dan información sobre
desplazamiento de estructuras.
3. Se debe procurar realizar el estudio radiográfico en la camilla de origen. [lo ideal
sería equipo de Rx tubo techo].
4. Tendremos que estar especialmente atentos a los signos vitales.
5. En pacientes con traumatismo craneal hay que tener especial cuidado con vómitos.
6. En pacientes con collar cervical, nunca retirarlo. Tampoco retirar tablas de
inmovilización.
7. Nunca dejar solo a estos pacientes.

Las proyecciones radiológicas de urgencia que permiten destacar lesiones graves


incluyen:
1. Rx de columna cervical lateral. Es la primera que se realiza. Incluye las 7 cervicales hasta la T1.
2. Rx tórax AP para descartar neumotórax o hemotorax.
3. Rx Pelvis AP.

Pero en la actualidad la Radiología convencional ha sido desplazada por la TC, que da información más
certera y la primera sólo se usa cuando no está disponible la TC.

Pacientes pediátricos

En el caso de pacientes pediátricos y prematuros nos encontramos con que la sensibilidad a las
radiaciones ionizantes es mayor que en el adulto [más de 10 veces]. El médico debe valorar la necesidad de
las pruebas a desarrollar, pero una vez decidida la técnica y proyección a realizar el técnico deberá tener
presente:

 Las características técnicas [Kv, mAS, t] deben estar totalmente adaptadas a la somatometría y
edad del paciente

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 Si el niño tiene edad de entender se le explicará con lenguaje adaptado la prueba que se le va a
realizar con el fin de conseguir su colaboración.
 En niños pequeños puede ser positivo la presencia de un familiar que inspire confianza, incluso que
ayude durante el posicionamiento. En este caso la protección se realizará no solo al paciente sino
también al acompañante.
 Los familiares también deben ser informados del procedimiento.
 En general en pacientes de corta edad, de menos de 3 o 4 años, se elegirán posiciones en decúbito
supino, aunque para el mismo tipo de proyección en adultos y niños menores lo aconsejable sea la
bipedestación.
 En caso de bebes una técnica que puede ayudar es dejarlos en ayunas unas horas y alimentarlos
un poco antes de las pruebas con el fin de que estén dormidos.
 A veces es necesario recurrir a la inmovilización, sobre todo cuando la prueba a realizar necesita de
un cierto tiempo para llevarla a cabo. Para conseguir la inmovilización puede ser necesario el
empleo de sacos de arena, arneses o sujeciones con cintas.
 Incluso en radioterapia los pacientes pediátricos pueden necesitar de sedación para llevar a cabo la
técnica; en este caso el técnico estará acompañado por otro personal sanitario, enfermero/a, que
se hará cargo de control de constantes y otros factores.
 Otro factor a tener presente en niños prematuros o lactantes de muy pocos días es el del control de
la temperatura, esto y posibles tipos de patologías pueden aconsejar a veces el uso de sistemas
portátiles en vez de desplazarlo a la sala de Rx.

Con todo esto el radiodiagnóstico y la radioterapia pediátrica son especialidades que requieren de un
adiestramiento especial de los técnicos y que con frecuencia se realizan por profesionales especializados en
este tipo de pacientes.

Mujeres embarazadas

En el caso de mujeres embarazadas la valoración de beneficios/riesgos debe ser valorada por el médico.
En cualquier caso debemos tener en cuenta lo siguiente:
 La exposición a radiaciones ionizantes suponen un mayor riesgo para el feto durante la órgano-
génesis, es decir, la radiación puede ocasionar más daños durante los primeras semanas del
embarazo que durante el segundo trimestre y menos aun en el tercero.
 Las pacientes deben de ser preguntadas sobre la posibilidad de estar embarazada mediante
carteles anunciadores en sala de esperas y directamente por los técnicos. Una mujer, en edad fértil,
con regla regular y que presente retraso debería tratarse como si estuviera
embarazada.
 Si la radiografía no fuera urgente y se sabe que existe embarazo, lo
aconsejable es dejar para después del parto.
 Si la información que necesitamos obtener por radiografía es sustituible
por otro método diagnóstico no emplee radiación deberá optarse por la
RM o la ecografía. Incluso una RM no urgente se realizará después del
parto si no es urgente.
 Cuando el médico decide que se realice la radiografía, por estimarla necesaria, se protegerá al feto
mediante sistemas emplomados.
 En el caso de oncología terapéutica los tratamientos están totalmente contraindicados y por ello
dependiendo de la estadificación de la enfermedad y del estado de gestación se podrá esperar a
finalizar el embarazo aunque con frecuencia hay que proponer a la paciente un aborto voluntario
antes de radioinducirle algún problema al feto o simplemente provocar un aborto por el
tratamiento.

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IES PROFESOR GONZALO HUESA
CFGS Imagen para el Diagnostico y Medicina Nuclear Atención al Paciente
Paciente no colaborador

Con frecuencia el técnico en imagen para el diagnóstico puede encontrase con pacientes no
colaboradores por distintos motivos. Esto es menos frecuente en radioterapia. Cuando el paciente accede a
realizarse la prueba pero no colabora, con frecuencia, realiza movimientos que van a redundar en la falta
de calidad necesaria en la obtención de la imagen.

Los motivos por los que un paciente sea poco colaborador pueden ser: corta edad, problemas psíquicos,
enfermedades psiquiátricas, personas que presentan miedo a los espacios cerrados, etc.

La solución a estos problemas dependerá de sus propias características y pueden ser:

 Elección de equipos de RM abiertos que eviten problemas de claustrofobia.


 Permitir el acompañamiento e familiares que tranquilicen y den seguridad al enfermo.
 Anestesia o sedación para inmovilizar al paciente.

Pacientes infecciosos

Con frecuencia debemos trabajar con pacientes que presentan patología infecciosa. El técnico debe
tomar mediadas para que no se contagie el personal sanitario ni el resto de los pacientes. Como norma
general es útil el empleo de soluciones desinfectantes sobre las superficies y RI.

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