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Artículo Razonamiento
Artículo Razonamiento
Decir que “todos” excluye a las mujeres es una falacia, es introducir una
sospecha de malas intenciones machistas en la lengua, y la lengua es
inocente. El espíritu profundo del español no tiene sesgos machistas. Si leo:
“todos deben obedecer a la autoridad”, nadie cree que en este caso se les
pide obediencia solo a los hombres, y que las mujeres, por arte y magia de
un plural masculino que las excluiría, tienen la dicha de no tener que
obedecerla. Si las mujeres, por maldad de una lengua machista, estuvieran
excluidas de lo bueno, entonces habría que reconocer que esa lengua
machista las excluye también de lo malo. “Los ladrones deben ir a la cárcel” ¿es
una frase que excluye favorablemente a las mujeres y por lo tanto las ladronas
están exentas de esta condena?
Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/la-lengua-no-tiene-la-culpa-
columna-728753
Estudiante: Daniela Céspedes Giraldo – Código: 1711514265
Idea central: las lenguas naturales (el español, el chino, el quechua…) no son
machistas ni feministas, no son capitalistas o socialistas, es decir, que las lenguas
no tienen ideología, que la gramática no es ideológica en sí misma, y que todas
las lenguas se pueden usar —claro está— para oprimir o para liberar. Mejor dicho:
que echarle la culpa de la opresión machista, que existe, a la estructura de la
lengua, es un error.
Ideas secundarias:
- Naturalmente las lenguas se pueden usar de una manera racista, machista,
excluyente, discriminadora, etc.
- Lo machista es creer que la lengua (una estructura mental profunda y una
construcción colectiva) la construyen solo los varones, la sociedad
patriarcal, y no las mujeres.
- Uno no debe usar la lengua de un modo suspicaz, creyendo que no dice lo
que está diciendo. La lengua es clara, y no hay que achacarle una
malevolencia que no tiene.
Argumento 1: Es sabido que una lengua no la hacen las escritoras, ni las
academias, ni los dictadores, ni los jueces, sino todo el mundo, las personas de la
calle, la gente común y corriente. La lengua, por lo tanto, es una construcción de
mujeres y de hombres, y no veo por qué las mujeres hubieran querido “excluirse”
en una lengua materna (¡!) a la que ellas han contribuido, como mínimo, con la
mitad de los impulsos lingüísticos.
Argumento 2: El plural de género masculino no marca siempre el sexo y se
comporta, podríamos decirlo, como un plural epiceno: es decir, que a pesar de
tener género gramatical masculino, incluye a los dos sexos.
Argumento 3: Decir que “todos” excluye a las mujeres es una falacia, es introducir
una sospecha de malas intenciones machistas en la lengua, y la lengua es
inocente. El espíritu profundo del español no tiene sesgos machistas. Si leo:
“todos deben obedecer a la autoridad”, nadie cree que en este caso se les pide
obediencia solo a los hombres, y que las mujeres, por arte y magia de un plural
masculino que las excluiría, tienen la dicha de no tener que obedecerla.