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Las Bienaventuranzas

Son el programa de vida cada para cada cristiano, para mí y para ti que Jesús predicó en su
recorrido por Galilea. El Evangelio dice: “Lo seguía un gentío inmenso de Galilea, Decápolis, Jerusalén,
Judea y Transjordania.”

Al encontrarse en una montaña, rodeado por mucha gente humilde y él saluda ocho veces a la
gente, con la palabra “felices”. Jesús dirige este saludo también a nosotros y a los hombres de hoy.
Vamos a leerlos con mucha atención:

1˚. Felices los pobres de espíritu:

-En el primer saludo dice Jesús: “Felices los que tienen espíritu de pobre, porque de ellos es el Reino de
los Cielos”.

No son los soberbios los que serán felices, sino los humildes y los que no se apegan a las
riquezas. Los pobres de espíritu son felices porque siempre están dispuestos para compartir. Muchas
veces son los pobres, los que tienen poco, los que comparten más fácilmente que los ricos.

2˚. Felices los que lloran:

-En su segundo saludo, Jesús dice: “Felices los que lloran porque recibirán consuelo.”

Jesús sabía muy bien cómo el pueblo judío sufría, bajo la opresión de los romanos. Jesús trata de
consolar a su gente con este saludo, diciendo que Dios es el verdadero consolador de su pueblo.
Nosotros también debemos tratar de aliviar a los que lloran, a los que sufren y nunca podremos ser
culpables de que otros lloren o sufran.

3˚. Felices los pacientes:

-Jesús se dirige también a los pacientes y dice: “Felices los pacientes porque recibirán la tierra en
herencia.”

Jesús saludo a los que no son duros. Otro día Jesús dijo: “Aprendan de mí de que soy manso y
humilde de corazón”. Un muchacho cristiano no puede ser duro con nadie. Todos debemos ser como
Jesús, pacientes y buenos. Tienes que tener paciencia y cariño para jugar con tus hermanitos y
enseñarlos a leer y a escribir.

4˚. Felices los que tienen hambre y sed de justicia:

-“Felices los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados.”

Jesús quiere de nosotros que seamos justos y sinceros. Hay mucha gente que sufre, por la
injusticia de otros. Solamente Dios nos puede hacer como debemos ser: hombres de verdad. Por eso
debemos buscar momentos de silencio, para que Dios nos ayude. Debemos hablar cada día un rato con
él espontáneamente y preguntarle si está bien o mal lo que estamos haciendo. Dios es nuestro mejor
amigo. Él nos ayuda a andar por el buen camino de la verdad y de la justicia.

5˚. Felices los compasivos:

-Aquí Jesús saluda a los que tienen un corazón compasivo y dice: “Felices los compasivos porque
obtendrán misericordia.”

Los compasivos son los que saben perdonar a los hermanos. Los compasivos son personas de
buen corazón que siempre animan a los demás, ven la necesidad de los pobres y ayudan de verdad.

6˚. Felices los de corazón limpio:

-“Felices los de corazón limpio porque ellos verán a Dios.”

Jesús saluda y alaba a los que tienen el corazón limpio. Esto significa ser sencillo de corazón. Los
soberbios no piensan en la necesidad de los hermanos, debemos pedir muchas veces a Dios que limpie
nuestro corazón de todo lo malo.

7˚. Felices los que trabajan por la paz:

-Jesús saluda a la gente, que trabaja por la paz, diciendo: “Felices los que trabajan por la paz porque
serán reconocidos como hijos de Dios.”

Todos debemos trabajar por la paz, en la casa, en la calle, en la escuela. Los soberbios, los
egoístas, quitan la paz.

8˚. Felices los que son perseguidos por causa del bien:

-“Felices los que son perseguidos por causa del bien porque de ellos es el Reino de Dios.”

Todos los que hacen el bien, reciben crítica. Jesús mismo pasó su vida, haciendo el bien y ¿qué
pasó al final? Lo mataron en la cruz. Jesús saluda a los perseguidos, para animarlos, para que no
decaigan y sigan luchando por las buenas causas.

Reflexión sobre las Bienaventuranzas

En las Bienaventuranzas, Jesús explica que la verdadera felicidad no es tener mucha riqueza.
Para Jesús ser feliz es:

-Saber perdonar y pedir perdón.

-Ser humilde y compartir.

-Decir la verdad y ser sincero.

-Ser justo y bueno.


-Trabajar por la paz y la unión.

Jesús habla de una felicidad que vive en el corazón y que no termina. Jesús desea que vivamos
de esa manera, para encontrar la verdadera felicidad. Parece muy difícil pero es posible y Dios nos da
siempre la fuerza para vivir así.

Actividad

1) Junto con tus padres, buscar en el N. T. hechos de Jesús que muestran que él hace feliz a los
demás.
2) Reflexionar sobre lo que pueden hacer por alguien para que sea más feliz.

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