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División Cronológica de La Literatura Española
División Cronológica de La Literatura Española
31 1dem, íd.
32 Unas palabras de Vossler pueden ampliar, creemos, esta sugerencia de Menéndez
Pidal : "El pueblo español --escribe- es el único de los pueblos románicos cuyo arte
escénico sigue el mismo derrotero desde sus orígenes religiosos hasta la época de su
esplendor, desde la Edad Media hasta la Edad Moderna. El Renacimiento no produce
ningún corte, como en Francia, ni ninguna caída en el melodrama, como en Italia, sino
que da sólo lugar a un enriquecimiento y desarrollo exuberante de su primitivo estilo.
La coexistencia de asuntos religiosos y profanos, bíblicos y anecdóticos, no supuso nunca,
o rara vez, la simultaneidad de concepciones distintas, sino un contraste ideal, un sueño
dramático, en cuya tensión tiene su origen la vida escénica." ("La fisonomía literaria y
lingüística del español'', en Algunos caracteres de la cultura española, ed. cit., pág. 56.)
1ntroducción 27
siguiente, bien por su mayor capacidad de resistencia o bien porque representan
adquisiciones fundamentales (por encima de modas o tendencias efímeras) a
las que ya no se puede renunciar ; otros, en cambio, se presentan como auda
ces intuiciones, que se anticipan a los tiempos futuros. De esta forma, cada
período funde, con sus propios rasgos, corrientes viejas -o simplemente reza
gadas- y tendencias futuras, haciendo tan problemáticos los límites de entrada
como los de salida. De donde se deduce que toda separación que se establezca
ha de tener no poco de discutible o de convencional.
Pese a tan ciertas dificultades y sin desconocer el descrédito en que ha
caído la división por siglos -esa división "tan de almanaque como la centuria",
según Menéndez Pidal la llama 33-, no cabe negar que cada uno de aquéllos
suele diferenciarse de los demás por caracteres que en buena medida pueden
precisarse ; no porque los hechos de cultura ajusten su andar a las revoluciones
astronómicas, sino porque cien años suelen representar un lapso de tiempo '
suficiente para que el paso del tiempo cumpla su misión. Bien entendido que
no todos los siglos tienen en el proceso cultural la misma duración ; hay
siglos "largos" y siglos "comprimidos", que se encogen entre el desborde del
anterior y el prematuro alborear del subsiguiente.
Mas como, a su vez, también un siglo puede ser una etapa demasiado
dilatada para suponer la persistencia invariable de rasgos específicos, se hace
precisa la subdivisión en períodos de mayor o menor extensión, acerca de la
cual existen los criterios más variados. Hoy goza de general prestigio entre
nosotros -sobre todo para aplicarla a los tiempos más recientes- la división
por generaciones, suponiendo que las personas de la misma edad, sometidas
al influjo de factores idénticos, tienen que constituir un grupo de cierta afini
dad. Pero tampoco existen generaciones "puras'', como no existen siglos
"puros". Sobre cualquier grupo humano ejerce siempre su presión la genera
ción declinante que con él convive todavía y la nueva que se apresta a sus
tituirlo ; por lo que, salvo en casos muy especiales, la división generacional
puede ser tan caprichosa y discutible como otra cualquiera.
En líneas generales, los grandes períodos de nuestra historia literaria coin
ciden con los de las otras literaturas fundamentales de Europa ; afirmación que
también ha de ser aceptada con cierta elasticidad. El Renacimiento, por ejem
plo, se anticipa en Italia -su gran creadora y maestra- en más de un siglo
a nuestro país ; nuestro período neoclasicista, de imitación francesa, comienza
a adquirir significación cuando en la misma Francia se inicia su abandono,
retraso que ha de influir después en la asincronía de todos nuestros movimien
tos literarios del siglo x1x respecto al general ritmo europeo.
Sin embargo, como quiera que todos estos fenómenos han de ser conve
nientemente matizados en su momento oportuno, y dado que -con toda su
33 "El lenguaje del siglo XVI'', reprotmcido en Mis páginas preferidas. Estudios lin
gilísticos e históricos, Madrid, 1957, pág. 9.
28 Historia de la literatura española
BIBLIOGRAF1A GENERAL
(Hacemos aquí mención, en todos los apartados siguientes, de sólo aquellas obras de
carácter general que son utilizables para el conjunto de la literatura española o para
la totalidad de sus épocas. Los estudios sobre aspectos particulares o períodos concretos
serán mencionados en su lugar correspondiente.)