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Electrónica

molecular

La electrónica molecular, de igual modo conocida como moletrónica, es la rama de la ciencia


encargada del estudio y aplicación de bloques de construcción moleculares para la fabricación
de componentes electrónicos.[1] ​Se acentúa el uso de moléculas orgánicas para esta
tecnología.
Es un área interdisciplinaria en la cual se involucra la física, química, la ciencia de
materiales, entre otras. La principal característica que une a estas ciencias es el uso de los
bloques moleculares que permiten la elaboración de componentes electrónicos. Debido a la
visión forjada en cuanto a la reducción de escalas ofrecida entre las propiedades de la
electrónica molecular, la moletrónica ha generado expectativas altas.
La electrónica molecular
proveerá los medios suficientes para sobrepasar a la Ley de Moore, y extenderla mucho más
allá de los límites visibles dentro de los sistemas de circuitos integrados a escala pequeña de
silicio.

Historia

Los primeros trabajos registrados acerca de la transferencia de cargas eléctricas entre


moléculas fueron realizados por Robert Mulliken y Albert Szent-Gyorgi en 1940, en su discusión
del complejo de transferencia de carga “donante-aceptor”. Sin embargo, el primer dispositivo
moletrónico no fue desarrollado hasta 1974, año en el que Ari Aviram y Mark Ratner ilustraron
un rectificador (diodo) molecular teórico.[2] ​En 1988, Aviram, describió una molécula capaz de
actuar como un transistor de efecto campo (FET).
Más adelante, conceptos como los
propuestos por Forrest Carter del Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos,
incluían compuertas lógicas unimoleculares. Entre un amplio rango de ideas discutidas en su
conferencia “Dispositivos para Electrónica Molecular” de 1988. Estos eran ideas teóricas, no
construidas, sobre posibles aplicaciones que se les podían atribuir al campo de la moletrónica.

La electrónica a escala molecular

La electrónica convencional (electrónica del silicio), desde sus orígenes en 1958, se ha


caracterizado por trabajar con materiales en estado a granel. Fue entonces, que la periódica
miniaturización en la elaboración, la complejidad y desempeño de los circuitos integrados iban
creciendo de manera exponencial, que la ley de Moore se propuso. Y a partir de ahí, los
componentes embebidos se han ido fabricando acorde a dicha ley. Los recientes avances en
nanotecnología, y el descubrimiento de polímeros conductores y semiconductores (merecedor
del premio Nobel de Química del año 2000), han permitido avances espectaculares en la
materia.
Como se van reduciendo en tamaño las dimensiones de las estructuras de trabajo, la
sensibilidad en la desviación incrementa, también. Hasta hoy, la gran mayoría de las técnicas
empleadas en la fabricación de componentes electrónicos ha sido de Top-down(fotolitografía),
mientras que los acercamientos Bottom-Up han ido ganando terreno poco a poco.
En la
moletrónica, el material a granel es reemplazado por un sistema molecular. Es decir, en lugar de
tomar un sustrato y llevarlo a un maquinado de grabado, los átomos son unidos mediante
reacciones químicas en un laboratorio. Tomando en cuenta que las moléculas son las
estructuras estables más pequeñas imaginables a la actualidad, la miniaturización en procesos
es la meta máxima para los circuitos electrónicos.
La moletrónica es un área real y en
desarrollo, pero de momento, su factibilidad es muy limitada. La moletrónica basa sus
principios en materiales de la química orgánica, y éstos, en ocasiones, no son lo
suficientemente estables para poder albergar o incorporarse debidamente a un sistema
eléctrico complejo.

Base teórica

La electrónica molecular opera dentro del rango cuántico, esto es, en dimensiones menores a
los 100 nanómetros. Este tipo de escalamiento hace que los efectos cuánticos sean los que
rijan las propiedades del material. Como un ejemplo tenemos al flujo de electrones, en donde
componentes de electrónica convencional requieren el paso continuo de éstos para el
ensanchamiento y apertura de canales; a diferencia de los sistemas moletrónicos, donde la
transferencia de un solo electrón puede provocar una alteración significante en el sistema,
ionizando la molécula y haciendo más difícil que otro más se transfiera (bloqueo de Coulomb).
La teoría de la electrónica molecular se basa en un sistema cuántico en condiciones de no-
equilibrio (conducidas por voltaje). Cuando el régimen de sesgo en el voltaje es demasiado
pequeño, el estado de no-equilibrio puede ignorarse; no así, cuando el sesgo de la señal es más
alto, el cual requiere de un tratamiento más sofisticado, debido que ya no existe un principio
variacional.
Más, el conectado de moléculas para circuitos a mayor escala se ha mostrado un
gran reto, y es un obstáculo mayúsculo para su comercialización.

Ejemplos

En la moletrónica, los sistemas conjugados (alternaciones entre enlaces sencillos y dobles) son
predominantes. La razón es para posibilitar el flujo libre de electrones a lo largo del sistema.

Cables

Como su categoría lo dice, son materiales inactivos, cuyo único propósito es el de conectar
distintas partes dentro del circuito. Los cables no están funcionalizados, y son repeticiones del
mismo bloque de construcción. Como ejemplo de cables está el nanotubo de carbono, que
aunque algo largo al lado de otras sugerencias, muestra propiedades electrónicas más
prometedoras.

Transistores

Los transistores de una sola molécula son diferentes, fundamentalmente, a los que están
hechos en la electrónica de mayor escala. La compuerta en un FET convencional determina la
conductancia entre los electrodos de fuente y de drenado controlando la densidad de carga
entre ellos. Por otro lado, la compuerta de un transistor unimolecular controla la posibilidad de
que un solo electrón salte dentro y fuera de la molécula modificando la energía del orbital
molecular. Este efecto crea que el sistema actúe de manera casi binaria, o está encendido o se
encuentra apagado.
Es la cuantización de la carga en los electrones la responsable por la
diferencia tan marcada en su comportamiento. Debido a que se trata solamente con moléculas,
es la transferencia de un solo electrón la que termina determinando si el sistema se inicia o
apaga. Para que esto suceda, los orbitales moleculares en los electrodos no pueden estar muy
integrados con los orbitales de la molécula-transistor. De no ser así, no se sabría si el electrón
está en el electrodo o el transistor, y haría trabajar al transistor como un cable.
Un grupo popular
de moléculas que pueden funcionar como material de canal para el semiconductor es el de los
oligopolifenilenvinilenos (OPVs) y los fulerenos, que trabajan por medio del bloqueo de
Coulomb cuando se colocan entre la fuente y el drenado.
El tamaño de las moléculas y la baja
temperatura en que las medidas son tomadas, hace que los estados mecánicos cuánticos se
encuentren bien definidos. Las propiedades mecánicas cuánticas pueden, entonces, ser
ocupadas para aplicaciones con mayor propósito al de sólo transistores.

Rectificadores

Los rectificadores moleculares (Aviram y Ratner), son mímicas de sus contrapartes a granel. Y
tienen una construcción asimétrica para promover el paso del electrón por un lado, más evitarlo
por el otro. Estas moléculas tienen un extremo donador de electrones (D), y un extremo aceptor
de electrones (A), y el resultado es una corriente eléctrica que puede ser acarreada a lo largo de
la molécula.

Técnicas

Uno de los problemas principales que enfrenta la medición molecular es el de establecer un


contacto eléctrico reproducible con una molécula sin crear corto circuito entre los electrones.
De momento no existe una metodología que permita crear espacios lo suficientemente
pequeños para contactar ambos lados de las moléculas probadas. Estrategias alternativas son
puestas en uso.

Espaciado molecular

Una manera de producir electrodos con un espaciado molecular entre ellos es rompiendo
enlaces, donde un electrodo delgado es estirado hasta que se rompe. También está la
electromigración, donde la corriente es conducida a través de un cable delgado que se derrite y
los átomos emigran para producir la vacante. El alcance de la fotolitografía actual puede
mejorarse con el grabado químico o la deposición metálica en el electrodo.
La manera más
sencilla para efectuar medidas en algunas moléculas, posiblemente, es por medio de
Microscopio de efecto túnel (STM), el cual contacta moléculas adheridas al otro extremo del
substrato metálico.

Anclaje
Tomando provecho de la alta afinidad del azufre hacia el oro, es posible anclar moléculas a los
electrodos. En esta configuración se agrega al extremo de las moléculas átomos de azufre que
emularán ser pinzas caimán conectándose a los electrodos de oro. Esta técnica no es
específica, pues el anclaje termina adhiriendo las moléculas a cualquier superficie de oro. La
resistencia del contacto es altamente dependiente de la geometría atómica alrededor del sitio
de anclaje y compromete la reproducibilidad de la conexión. Los fulerenos se han mostrado
como una alternativa viable, debido a que su conjugación π puede contactar más átomos que el
azufre.

Nanoelectrónica del carbono

La mayoría de la moléculas poliméricas alcanzan son aislantes eléctricos cuando exceden


ciertos nanómetros. Aun así, el carbono natural (grafito) es conductor. Viéndolo de un punto de
vista teórico, el grafeno es un semi-metal, una categoría que recae entre los metales y los
semiconductores. Posee una estructura de capas, donde cada capa es de un átomo de grueso.
Entre cada capa, las interacciones son lo suficientemente débiles que permiten escisión
manual.[3] ​
Los Buckminsterfullereno, descubiertos al cierre del siglo XX, son objetos grafíticos
redondos hechos con el “número mágico” 60. Estos clústers de carbono caracterizado por el
grupo de Richard Smalley, y después analizada su estructura por Harry Kroto, sugieren que la
estructura tiene la exacta simetría de una pelota de fútbol soccer. Estos objetos rápidamente se
catapultaron como bloques de construcción para la electrónica molecular.

Obstáculos

Artefactos encontrados

Cuando se trata de medir las características electrónicas de las moléculas, ocurren fenómenos
artificiales que pueden ser difíciles de distinguir de un comportamiento molecular. Antes de ser
descubiertos, este tipo de artefactos se encontraban caracterizados como propiedades
pertinentes a las moléculas en cuestión.

Comercialización

Una de las principales dificultades para la electrónica molecular es la de ser comercialmente


explotada, pues no existen de momento técnicas que permitan la fabricación en masa de este
tipo de tecnologías. También, se encuentra el hecho de que las temperaturas empleadas en la
mayoría de las propuestas son a casi cero absoluto (0 K), lo que demanda el consumo de
mucha energía.
Actualmente, se ha presentado una nueva técnica para la introducción de la
electrónica molecular en el mercado. Ésta se basa en la hibridación entre los dispositivos
electrónicos de silicio, y las propuestas de la moletrónica, de manera que el cliente pueda
familiarizarse poco a poco con los principios que ofrece esta área. Las hibridaciones ya se
encuentran en marcha, pues existen empresas que empiezan a investigar y realizar este tipo de
pruebas.[4] ​

Aplicación y visión

Entre las distintas investigaciones hechas, y factibles aplicaciones para dispositivos creados
con la electrónica molecular, podemos observar: Dispositivos como los diodos orgánicos
emisores de luz (OLED por sus siglas en inglés), transistores orgánicos de efecto campo (OFET
por sus siglas en inglés) o paneles solares orgánicos son ya conocidos en la industria.
Interruptores quiral-ópticos dipolares hechos a base de quiropticeno, que almacenan la
información de manera óptica.[5] ​
Existen empresas que se han fundado con la electrónica
molecular, casos como Molecular Electronics Corp (MEC), Nanosys, Inc., Nantero, ZettaCore,
Coatue Corp., Molecular Nanosystems, y más. Así también, se encuentran en investigación y
adaptación para sistemas híbridos entre la moletrónica y la electrónica convencional compañías
transnacionales como HP, IBM, Motorola.

Aunque paulatino, la rama de la moletrónica está en desarrollo. El cofundador de Intel y creador


de la Ley de Moore, Gordon Moore, ha dicho que la electrónica convencional se acerca a sus
límites físicos. Con respecto a su postulación de la ley con su nombre, dice: “si extrapolamos las
todas las curvas juntas… nos quedamos sin gas, haciendo esto, para el año 2017.”[6] ​Quizás,
estos límites que afronta ahora la electrónica del silicio se conviertan en una verdadera
oportunidad para el crecimiento y desarrollo de la electrónica molecular.

Véase también

Autoensamblaje molecular

Nanoporos

Nanotecnología
Enlaces externos

Plática "There's plenty of room at the bottom". Feynman, R. (1959, December 29).
http://www.zyvex.com/nanotech/feynman.html
Entrevista a James Tour.
http://archive.wired.com/wired/archive/8.07/moletronics_pr.html

Referencias

1. Tour, James M.; et al. (1998). "Recent advances in molecular scale electronics". Annals of the
New York Academy of Sciences 852: 197–204.

2. Rectificador molecular. http://molecularelectronics.blogspot.mx/2005/06/aviram-and-ratner-


rectifier.html

3. http://spectrum.ieee.org/nanoclast/semiconductors/devices/graphene-comes-to-the-rescue-
of-molecular-electronics

4. J. Chen, T. Lee, J. Su, W. Wang, M.A. Reed. Molecular Electronic Devices. USA

5. Hutchison, K., Parakka, J., Kesler, B., & Shumaker, R. (2000, April 18). Chiropticenes: molecular
chiroptical dipole switches for optical data storage. Chiropticenes: molecular chiroptical
dipole switches for optical data storage. Retrieved April 28, 2014, from
http://adsabs.harvard.edu/abs/2000SPIE.3937...64H

6. http://www.intel.com/pressroom/archive/speeches/gem93097.htm

Datos: Q899903

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Última edición hace 1 año por Leonpolanco

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