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Copying 2015
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A Elisa
No pierdo la esperanza de que pudieses existir
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PREAMBULO
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turbulento y frenético brillar abundan tales colores.
Y porque sorprenderse, pues si observas a esa
pequeña escala que los ojos solo pueden imaginar,
verás que las bellas distantes en el cielo y los
hombres estamos hechos aunque en proporciones
distintas de las mismas cosas. Somos tan semejantes
que además de brillar estamos destinados a ser
cubiertos por el mismo crespón fúnebre, ya sea
como una fina y oscura tela sobre el semblante de
los humanos o como la oscuridad donde alguna vez
ilumino el potente brillo de una estrella.
Indudablemente todos seguimos el mismo camino,
un andar largo y multicolor, a veces amargo pero a
la vez tan dulce como no sería posible describir. Es
inevitable nacer mortales, pero está en nuestras
manos hacer saber quiénes fuimos, que hacíamos y
porqué, hacer saber que estuvimos aquí en eso que
llaman la vida y permanecer eternos en esa constante
que llaman tiempo.
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los han llamado extraños y otros catalogado de ser
partidarios de un humor satírico, quizá tengan razón,
pero cada narrativa y verso aún entre su propia
sonoridad burlesca (si es que así suenan) busca
además de ser cómica y un tanto descabella aportar
un toque moralizador o algo así.
Juan Amezcua.
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CUENTOS
IV UN SONETO A ELISA
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MÁS ALLÁ DEL SAN JUAN
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presentes con un gesto que pareciera denotar cierta
superioridad intelectual, como si su noción del
mundo, la economía y las bellas artes fuese más allá
de la taza de café que beben o del libro que fingen
leer mientras centran su atención en quien contempla
el acto. Tal vez haya excepciones en esto ultimo
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antioxidantes, esas pequeñas moléculas que
contrarrestan los estragos de los radicales libres y su
notoria oxidación celular, es que comienza la rareza
de este cuento. Eran quizá las diez de la noche
cuando de pronto un viejo hombre llego al lugar de
mi narrativa, dicho tenía un aspecto similar al
naturalista e Ingles Darwin; una mirada avejentada y
larga barba blanca, vestía de manera muy elegante
aunque su traje de marrones tonalidades parecía ser
muy viejo, estar en buen estado pero ser a lo menos
de un siglo atrás, su mirada denotaba cierta tristeza y
desmotivación, como si hubiese perdido algo o más
precisamente como si no tuviese nada. Aquel
sexagenario y misterioso rytsar' que más tarde se
presentaría como Pedro echó una mirada breve al
restaurante, estuvo de pie por unos momentos y paso
a sentarse en la mesa de mi estancia manteniendo
una peculiar conversación conmigo
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resultan de lo más imposibles de creer, pero hay
también una que otra que entre su propia rareza no
está tan alejada de la realidad
Yo.- Pareces conocedor del tema, ¿a caso te
dedicas al tema de las narrativas?
Pedro.- En tiempos pasados fui un gran
periodista, aunque por allá de mis cuarenta años viví
un suceso tan increíble que ningún escuchante lo ha
considerado verdadero
Yo.- Siendo así podríamos empezar por
presentarnos, me han dicho que soy un poeta, mismo
que lleva el nombre de este restaurante o del cerro
que se encuentra atrás de nosotros
Pedro.- Mi nombre es Pedro
Yo.- Supongo que ha de haber algo más, quizá un
Páramo, Infante o tal vez Tchaikovski
Pedro.- Solo Pedro
Yo.- Bueno Señor Pedro, ¿qué tan extraño es su
cuento?
Pedro.- Si bien es extraño yo diría que su falta de
credibilidad es en relación a su antigüedad antes que
a su propio fondo, pues soy más viejo de lo que mis
sesenta años aparentan, tal es mi vejes que podría
resumir un siglo en apenas una noche
Yo.- ¿Tu historia es a caso un relato de etílica
naturaleza?
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Pedro.- Tu incertidumbre y burla es
comprensible, que tan seguido un mozalbete
arrogante charla con un viejo que está cerca de su
segundo siglo
Yo.- Y a todo esto hombre de las dieciséis
décadas, ¿porque el interés en contarme tu extraña
historia?
Pedro.- Porque en verdad sucedió, incluso tengo
una prueba de ello
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llegaría hasta 1912. Las características del antiguo
Tepic otorgaban a las calles de la ciudad un aire tan
puro y libre de contaminantes que incluso podría
llegar a fastidiar a los pulmones, quizá por eso en
aquellas fechas estaba muy de moda fumar
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convertir las ondas de Maxwell en sonidos e incluso
que unos franceses de apellido Lumière estaban por
darle vida a las fotografías
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misma calle vivía un buen amigo suyo; Sóstenes era
un hombre de unos 30 años, tenía un sentido del
humor un poco vulgar y aunque sabía leer y escribir,
escasamente hojeaba periódicos mucho menos se
tomaba la molestia de leer algún libro de la época,
en lugar de eso se dedicaba al campo, era un hombre
ingenioso y de temperamento aventurero aunque era
también muy crédulo. Ocasionalmente Pedro y
Sóstenes sostenían alguna que otra conversación
breve aunque su amistad tenía más un tinte jovial
pues de vez en cuando salían a beber un poco
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Sóstenes.- A juzgar por tu quebrantado aspecto
me imagino que algo no anda bien en los periódicos
Pedro.- Peor que eso; el número de lectores a
bajado tanto que incluso el periódico podría irse a la
quiebra, podrías imaginar que hemos pasado de diez
mil lectores a solo dos mil quinientos
Sóstenes.- ¿Dos mil quinientos? parecen muchos,
mira que la última vez que yo tuve un periódico en
las manos fue para envolver algunas cosas de desuso
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campo, tal vez con eso acerques las letras la vista
publica
Pedro.- Parece una idea interesante, creo que
alejarme un poco de la urbe es lo apropiado, regresar
a nuestros orígenes tal vez sea lo que nos salve de ir
a la ruina
Sóstenes.- Porque no vienes conmigo este fin de
semana, como sabes tengo un poco de ganado que
suele pastar en el cerro de san Juan, podrías
acompañarme y hacer algunas de esas páginas que
escribes sobre el tema
Pedro.- ¿Al cerro de san Juan?
Sóstenes.- Así es, saldríamos el sábado por la
mañana y regresaremos el domingo por la tarde.
Incluso estaríamos de regreso a tiempo para no
perdernos la fiesta del día de san Juan
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luz amarillenta que apenas y calientan la piel entre
una modesta caricia, y que tras su lento paso apenas
perceptible en el movimiento de las sombras sobre
las paredes desencadenan el canto de las aves, el
zumbido de los insectos, la apertura de las flores y el
nuevo día.
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decir sus exclamaciones en voz alta que dicen
-babababa-
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Sóstenes.- Y de agricultores, según decía mi
abuelo en sus cotidianos viajes seguía una ruta
similar a la nuestra, su jornada era siempre repetitiva
y un poco aburrida hasta que un día vio algo extraño
Pedro.- ¿Algo extraño?, ¿qué clase de rareza?
Sóstenes.- Estando a la mitad del camino vio de
pronto una vaca
Pedro.- ¿Y que tienen de raro los rumiantes?
Sóstenes.- Que esta vaca estaba muerta, sin piel y
en medio del camino, resulta que los muchos kilos
de carne del animal permanecían intactos y
abandonados en un punto del cerro donde los
paseantes no son comunes
Pedro.- Parece perturbador, ¿quién robaría la piel
de un animal?
Sóstenes.- Y ahí no acaba la cosa, unos pasos
adelante de tal vaca desnuda, había una gigantesca
palma, una de esas que son comunes en la playa, de
gran altura y que tienen cocos
Pedro.- Lo de la vaca parece raro, pero estoy en
desacuerdo sobre el miedo por una simple palma
Sóstenes.- Es porque no era una palma
cualquiera, veras según mi abuelo en visitas
anteriores no había indicios de tal palma, y aquel día
esta apreció en medio del camino
Pedro.- ¿Que tan grande era?
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Sóstenes.- A tal punto que mi abuelo no pudo
abarcar por completo su tronco con los brazos y qué
decir de su altura, esa palma rondaba quizá el alto de
unos 40 hombres, aunque sí hasta este punto te has
sorprendido te será aun más impactante saber que mi
continuó su camino, estuvo apenas unas horas con el
ganado y volvió a la ciudad. Para su sorpresa la vaca
desnuda y la gigantesca palma habían desaparecido,
pregúntate como arrancar una palma tan grande en
tan poco tiempo, sin siquiera dejar rastro de sus
raíces en el suelo
Pedro.- Parece una historia interesante
Sóstenes.- Y lo es, aunque aún no he terminado
de contártela. Como mi abuelo venía seguido al
cerro, entre su ascenso veía esa vaca sin piel y
gigantesca palma en medio del camino, de igual
manera al descender ya no estaban
Pedro.- Dices que aprecian, desaprecian y luego
volvían a aparecer
Sóstenes.- Así es, y vio aquello tantas veces que
al cabo de un tiempo lo que llego a sorprenderlo fue
no verlo nunca más
Pedro.- A todo esto dices que la historia de tu
abuelo ¿trascurrió en el camino que recién acabamos
de transitar?
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Sóstenes.- Si, aunque lamentablemente en mis
muchos viajes nunca he visto nada igual, aunque no
pierdo la esperanza
Pedro.- Me ha parecido una gran historia aunque
no es precisamente una leyenda, quizá podríamos
catalogarla de cuento. ¿Por cierto donde
acamparemos? si hemos de estar aquí hasta mañana
necesitaremos un lugar donde dormir
Sóstenes.- Descuida, podemos montar una
pequeña casa de campaña, te traído algunas lonas
aunque será necesario que nos demos prisa en armar
el campamento, pues si miras el cielo pareciera que
lloverá
Pedro.- Seria grandioso que existiese una manera
de predecir el tiempo y no tener que ser víctima de
las figuraciones, ojalá pudiéramos saber con
exactitud si habrá una tormenta o si el paso de tan
oscuras nubes será transitorio sobre los secos suelos
Sóstenes.- Bueno si hoy en día se es posible
hablar a la distancia mediante esos aparatos a los que
un tal Bell o un tal Meucci llamo teléfono, tal vez en
un futuro tengamos control sobre el clima
Pedro.- Pensé que no acostumbrabas leer y eres
un gran conocedor
Sóstenes.- Los semanarios no son la única fuente
de conocimiento, mira que la voz y dialogo tienen
mayor alcance que las palabras escritas en papel,
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quizá en un futuro las noticias sean más parlanchinas
y podamos escuchar lo que dice uno en un lado del
mundo y al mismo tiempo contestarle desde el lado
contrario. ¿Crees que lleguemos a eso?
Pedro.- Lo dudo, quizá llegue a pasar pero más
allá de la vista de nuestros ojos, para ver algo así
tendrían que pasar no años, ni décadas, sino siglos
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parecían tener cierta iluminación natural, como si las
rocas y estalactitas emitieran algún tipo de
luminosidad , misma que permitía contemplar
perfectamente el interior de dicha cueva
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Sóstenes.- Había echado una mirada, pero nunca
la recorrí en su totalidad, aunque no había notado su
raro brillo, pues era de día cuando asome la mirada
Pedro.- Podríamos recorrer la cueva, buscar el
punto final de la misma, si la entrada ha sido tan
sorprendente quizá su final guarde mejor sorpresa
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que estar en presencia de tales joyas hacía pensar
que se estaba bajo el sol de mediodía. Ante los ojos
de Pedro y Sóstenes había oro hasta donde el último
punto que la vista permitiera ver
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una orden, seguir su pronunciación no sería algo tan
descabellado. Finalmente optaron por seguir la idea
de Pedro, llevarse lo que les fuera posible ante el
miedo de que algo atroz pudiera ocurrir, pero apenas
comenzaron a cargar sus manos cuando nuevamente
se escucho la frase de esa extraña voz, solo que esta
vez sonó tan fuerte que sus vibraciones hacían
sacudir el piso bajos sus pies. Tras la segunda
intervención sonora del mensajero desconocido los
aventureros optaron por marcharse, no se llevaron ni
un gramo del metal precioso, en lugar de eso
planearon un segunda expedición, en la que llevando
animales de carga pudieran hacer de su propiedad la
riqueza sin fin que ahí se encontraba.
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crianza había una gran fiesta. Como esas que suelen
efectuarse afuera de las iglesias ante la festividad de
algún santo popular, había puestos de comida, mesas
con juegos de azar como lotería o Póker, una
multitud muy numerosa que parecía estar compuesta
por centenas de personas, mismas que entre sus
charlas y risas tornaban de una inusual alegría el
lugar, incluso había un gran escenario de madera
donde una orquesta al estilo de un folclórico
mariachi interpretaba toda clase de melodías. Y
claro a la distancia era posible ver una gran iglesia
barroca rodeada de verdes jardines tras un barandal
del acostumbrado metal dorado. Era como si un
pequeño y jovial pueblo hubiese aparecido de la
nada sobre donde alguna vez hubo ganado, como si
la visita a esa extraña y resplandeciente cueva
hubiera desencadenado algún tipo de magia
fantástica, un encantamiento que tornaba de fiesta
las inmediaciones próximas y llenaba de la más
atroz incertidumbre a los nuestros aventureros
personajes
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está encantado, ¿a caso habremos muerto dentro de
la cueva y esto es el más allá?
Pedro.- Creo que la fiesta es real, pero como
puede estar sucediendo algo así, a caso las primeras
horas de este domingo guardan un secreto que
nuestro entendimiento es incapaz de concebir
Sóstenes.- ¿las primeras horas del domingo? eso
es ¡hoy es 24 de junio, el día de san Juan! quizá por
eso la gran fiesta, de que otra manera habría algo
como esto en medio de un cerro a mitad de la noche
Pedro.- Crees que la festividad de un santo
católico pueda desencadenar algo tan fantástico en
medio de un cerro que por casualidad lleva su
nombre
Sóstenes.- Podría ser, ¿de qué otra manera
explicas lo que acontece frente a nuestro ojos?
Pedro.- Ya no se en que creer, aunque mientras
nos ponemos de acuerdo deberíamos de dar un paseo
entre tan magno y misterioso festejo
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pero de una esfera más baja, e incluso era posible
ver a personas de la más humilde vestimenta,
mismas que entre la pobreza de sus ropas denotaban
también cierta distinción y porte ante la atmosfera de
tan sublime e insólita fiesta. Aunque las dudas eran
complejas los sorprendidos aventureros evitaron por
completo la tentativa de cualquier conversación con
los desconocidos festejantes, limitando la
comunicación a un saludo de cortesía, a una sonrisa
momentánea o solo una mirada.
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habría sucumbido ante tan magno tesoro, con Pedro
y Sóstenes no fue la excepción. Aunque en un
principio se cuestionaron y fueron victima de ciertos
dilemas, al final se acercaron discretamente a uno de
los naranjos de menor altura y cortaron dos de esas
doradas naranjas, mismas que si bien no eran muy
grandes pesaban tanto como una bala de cañón,
como un cofre lleno de monedas o como el peso de
la atmosfera sobre sus cuerpos, Pedro las guardo en
un pequeño morral que llevaba
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lámparas colgantes del lugar que almas en los
alrededores próximos. Curiosamente el brillo en el
interior de tan sagrado recinto era tal que los objetos
contenidos en su resguardo como las esculturas, las
flores o ese gran órgano de clara madera y blando
plomo no generaban sombra alguna. Pedro y
Sóstenes no dudaron en recorrer cada rincón de la
edificación, pues si entre las rarezas de la noche, una
multitud jovial que apareció de la nada era ya algo
misterioso, que tan insólito podría ser una gran
iglesia de piedra y mármol que se manifestaba a la
realidad a partir del que parecía ser el más ficticio y
lluvioso viento
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algo siniestro. Estando en dicha capilla oscura Pedro
y Sóstenes vieron una puerta de madera pequeña y
desgastada en una de las negras paredes, dicha
parecía ser vieja y estaba a medio abrir, tras cruzarla
descubrieron una escena que a primera vista era de
lo más terrorífica
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estaba tan repleta de artículos macabros que la breve
vista de unos minutos fue incapaz de estimar de
cuantos es que el horror disponía.
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sucediendo, desde el misterio de la fiesta y la iglesia
aparecida, hasta el terror de los instrumentos
sombríos en aquella habitación inquisidora
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miraba, se sentó a su lado y tuvo lugar la siguiente
conversación:
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primeras tinieblas de esta noche una pequeña roca
salta y se rompe, las dos mitades resultantes vuelven
a saltar y a su vez se dividen, lo hacen tan rápido,
tan exponencialmente que su división es comparable
con la de esas pequeñas criaturas que un tal
Leeuwenhoek veía con su aparato de aumentos, de
pronto esa piedra se convierte en un polvo muy fino,
cuando sopla el viento ese polvo se convierte en los
muros, las paredes y jardines del lugar, las personas
que ves aquí provienen de todas partes, algunos
salen de entre los árboles, otros de entre las rocas,
incluso algunos otros vienen desde la ciudad de
Tepic, aunque estos últimos son muy poco
habituales
Pedro.- ¿De manera que todo lo que aquí
acontece es resumible a la palabra magia?
Viejo hombre.- Un encantamiento eterno más allá
del san Juan y en conmemoración a tan importante
día
Pedro.-¿ Cada 24 de Junio sucede esto?
Viejo hombre.- El tiempo es eterno, cada noche
aparece y desaparece esta fiesta, pero suele hacerlo
en distintos lugares, a veces entre la altura de este
cerro, en otras ocasiones cerca del mar, entre los
desiertos, ni siquiera yo sé en cuentos lugares ha
estado, lo único que me consta es que al paso del
tiempo vuelve a este punto
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Pedro.- Y qué hay sobre los atroces aparatos que
mi amigo y yo notamos tras atravesar aquella puerta
a medio abrir
Viejo hombre.- Hace algún tiempo tales
maquinas promotoras de sufrimiento eran empleadas
con fines que a nuestros días no serían considerados
tan nobles, y aunque ya no tienen uso se guardan
como un turbio recuerdo de lo que alguna vez
fueron, descansan en esa habitación más por su valor
histórico que por tener alguna valencia funcional,
algo así como una exposición para uno que otro
curioso, aunque la mayoría se llega a aterrar
Pedro.- Puede notar que tras la habitación de tan
peculiares instrumentos había otra puerta, misma
que solo logró conciliar incertidumbre en mi, a caso
¿Sabes qué hay del otro lado?
Viejo hombre.- Es solo una biblioteca pequeña y
de obras antiguas, rara vez alguien va hasta allá,
ahora que lo pienso montar la exposición sobre la
inquisición antes de los libros fue una muy mala
idea, pues ahuyenta a los lectores
Pedro. - Creo comprender mejor algunas de las
dudas que me afligían, pero a todo esto ¿Qué haces
dentro de la iglesia ante la soledad de la misma? es
decir porque no estás en la fiesta exterior con el
resto de las personas
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Viejo hombre.- Es mi deber cuidar la iglesia, de
vez en cuando me paseo por su interior, quizá por
eso tu aterrado amigo y tu no me vieron cuando
entraron, sería hasta que retomara mi lugar en la
banca al momento de su salida para que pudiésemos
conocernos
Pedro.- Así que ese es el misterio de todo esto,
indudablemente en ocasiones las respuestas sencillas
son las mejores
Viejo hombre.- Siempre he pensado eso, y ahora
que lo pienso ¿podrías cuidar por unos minutos el
que fuese mi puesto de trabajo?, desde hace mucho
tiempo que no salgo de estos muros, con decirte que
en lo que va de la noche no he cenado nada
Pedro.- Claro, siempre y cuando no te tardes
mucho pues mi compañero me espera afuera para
poder marcharnos
Viejo hombre.- Descuida solo tardare unos
minutos, y con respecto a tu amigo supongo que su
temor es comprensible, pero cuando le cuentes la
historia de todo esto estará más tranquilo
Pedro.- Pero antes de que te marches, dime ¿cuál
es tu nombre?
Viejo hombre.- Me llamo Juan
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que le rodeaba, si bien la idea de que todo aquello
fuese producto de un encantamiento resultaba difícil
de creer, por lo visto era cierto, tan aceptable para la
noción de realidad que percibe la mente, como que
esa aparentemente mágica fuerza a la que llaman
gravedad acelerase los cuerpos hacia el suelo o
como que la tierra girase sobre su propio eje para dar
lugar al día y la noche, realidades que si bien
resultan increíbles son ciertas o al menos irrefutables
por otras teorías de mejor planteamiento. Para ese
momento además de la soledad que le acompañaba
Pedro fue invadido por un sentimiento de calma y
sosiego ante la brillantez de sus recién adoptadas
verdades, una cierta livianez se apodero del aire y un
profundo sueño de sus ojos, habrían pasado quizá 10
minutos cuando se quedo profundamente dormido
entre la espera de aquel viejo hombre cual distintivo
era Juan.
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excepción de la gran puerta principal de la iglesia,
pues en está ocasión yacía cerrada y detrás de la
misma era perceptible el mismo sonido jovial que se
escuchaba antes de su fugaz sueño.
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pequeño y apenas urbanizado Tepic de sus
recuerdos. Siguió su descenso por las veredas del
san Juan, notando que la vegetación lucía un tanto
diferente, había nuevos árboles ante la ausencia de
los que en un principio habían acompañado su
ascenso. Si bien era evidente que andaba por el
mismo lugar de la vez pasada, ahora todo tenía un
toque de rareza, como si la estancia en aquella
iglesia hubiese acelerado el tiempo, como si las
horas de aquella noche hubieran sido décadas en la
eternidad. Definitivamente algo no anda bien pensó
Pedro, y para constatar sus ahora evidentes
sospechas pudo ver que una extraña luz se movía en
el cielo, un raro objeto que destellaba brillos entre
verde y rojo, un tanto parecido a las estrellas aunque
de compas más lento y con una trayectoria constante
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primeros rayos del sol, noto que su hogar había sido
remplazado por una construcción vieja, desgastada,
tambaleante y abandonada. No había indicios de su
familia ni de su buen amigo Sóstenes.
Indudablemente algo extraño había sucedido, Pedro
deambulo sin rumbo por la ahora desconocida
ciudad, las calles del centro iba en la misma
dirección pero lucían tan diferentes que era fácil
perderse en el lugar que lo había visto crecer. Como
una víctima de la tristeza, la incertidumbre y
frustración Pedro se sentó frente a la catedral de la
ciudad y mientras se cuestionaba como esa fachada a
medio terminar que recordaba ahora lucía vieja, vio
un periódico tirado y pensó de pronto, si la
redacción de un periódico me metió en este
embrollo, quizá la lectura de sus páginas puedan
sacarme de tal. Miró la primera pagina, antes del
encabezado presto atención a la fecha, el número 24
en el día y el mes no tenían nada en especial pero al
ver el año su rostro en verdad que se puso pálido,
ante sus ojos corría el año de 1995
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quien podría considerarla como cierta. Estimado
lector si en este punto considera que tal cuento es
una narrativa de naturaleza fantástica, déjeme aclarar
que rara vez sucesos como este pasan, pero lo
extraño no son las iglesias en medio de un cerro a
media noche, o un sueño que dure cien años, sino el
hecho de que nadie llega a creer tales cosas.
Fin
Juan Amezcua
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QUIEN TUVIESE EL ROSTRO MÁS BELLO
II
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cuando contemplaba el universo en su perfecta y
gloriosa inmensidad.
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equilibrio, para así con una toxicolemia etílica
ponerle fin a ese mal de plenitud que me afligía.
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noté que una sombra se acercaba a mí, era alguna
especie de entidad turbia que cada vez se
aproximaba más y más, como un fantasma aunque
de contornos más definidos. Cuando finalmente se
acerco lo suficiente pude notar que era alguien
conocido. Aquel rostro depresivo y un tanto
psicópata no podía ser otro que el de Allan Poe, el
lúgubre poeta y cuentista me contemplo por unos
segundos y posterior a ello tuvimos la siguiente
conversación:
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aguarda se supone que además de tus depresivos
cuentos que han sido mi inspiración, eres también
escritor de poemas, creo que eso contradice en cierta
medida tus palabras
Allan Poe: - tenemos más en común de lo que
crees...
Yo: ¿Te refieres al gusto por las noches
diáfanas?, por cierto siempre me he preguntado qué
fue de Elena...
Allan Poe: - No molestes, tenemos un camino
largo por recorrer hasta nuestro tan importante
destino.
Yo: - ¿Nuestro destino?
Allan Poe.- Será un camino largo, andaremos
entre completa oscuridad al principio pero al final
veras recompensado tan largo viaje, ahora que lo
recuerdo ¿has superado aquella tan infortuna alegría
que te afligía?
Yo.- Con lo fastidiosa que me resulta la idea de
caminar hasta nuestro destino, puedes apostar que
soy nuevamente un fiel partidario de la amargura
Allan Poe.- No se diga más que la hora es
dichosa, el camino tortuoso y nuestro andar infeliz y
obligado, el destino de los mortales diría yo, pero no
todo está perdido, solo si se anda de esta forma se
puede llegar a nuestro tan brillante destino
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Emprendimos una larga caminata cuyo punto final
era aun un misterio. Tras no muchos pasos dar una
nueva acompañante se unió a la travesía, pues Poe y
yo nos vimos inmersos en la oscuridad de la noche,
misma que lucía de lo mas inerte, tenebrosa y
muerta, el cielo sobre nosotros no reflejaba su
característico azul, intenso sino más bien un
mortuorio negro libre del brillo de la luna y las
estrellas, esto último sí que daba miedo. Justo
cuando comenzaba a acostumbrarme a caminar entre
completa oscuridad pude ver un tenue punto de luz
cálida en el más distal de los horizontes, seguimos
andando y aquel diminuto punto luminoso en la
distancia fue volviéndose cada vez más grande hasta
que finalmente se convierto en un inmenso palacio,
una colosal edificación de piedra caliza, finos
acabados e innumerables ventanas. Dicho castillo
reflejaba más de una tendencia arquitectónica, desde
un toque gótico en sus altas y puntiagudas torres que
rasgaban el tan oscuro cielo, algo de barroco
evolucionado a churrigueresco en sus complejas
formas sin sentido, quizá un toque ecléctico en el
tallado de su fino mármol, la luminosidad potente
del neoclásico en su simetría y perfección, así como
muchas otras tendencias y corrientes del diseño que
soy incapaz de mencionar, aunque todas y cada una
de estas llevadas a un nivel que pareciera ir más allá
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de las capacidades humanas, aquella construcción
era sin duda el epitome de lo que puede decirse
sobre nociones arquitectónicas
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Allan Poe.- Joven escritor de obras extrañas, estás
a punto de ver algo que ningún otro mortal puede
presumir
Yo. - Pensé que Dante ya había rondado las
inmediaciones del infierno
Allan Poe. - Como fastidias con el florentino,
aunque si tenemos suerte podrás conocerle en
persona
Yo.- ¿A caso el también está aquí?
Allan Poe: - Lo sabrás en su momento, aunque
por ahora tenemos que continuar nuestro camino
Yo: - ¿Y exactamente hacia dónde vamos?
Allan Poe: - No muchos respirantes gozan del
privilegio que te aguarda, ya veras...
Yo: - Y ¿porque es que eres tu quien me guía?
Allan Poe: - Me fue asignada esa tarea, cuando se
vende el alma uno tiene que obedecer fielmente las
implicaciones del arcángel de la noche
Yo: - ¿El arcángel de la noche?
Allan Poe: Lucifer en persona ha solicitado verte,
no le hagamos esperar
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con gran elegancia, ropa de etiqueta, joyas y una
sonrisa que denotaba diversión, nunca he estado en
las Vegas pero supongo que dicha ciudad sería la
mejor analogía para expresar la eterna fiesta que
acontecía en el infierno.
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Yo: - De la vega, hubiese esperado ver a Góngora
o quizá a Alarcón, pero dime ¿cómo es que estás
aquí?
De la Vega: - Quien hubiera imaginado verse en
medio de esta noche loca, imaginativa y quimerista,
por peor mal que al infierno se le atribuya, ya estoy
aquí, un poeta barroco en esta fiesta enferma y fría,
cuyo mayor recordatorio es que no estoy vivo
Yo.- ¿A caso hay más poetas en las
inmediaciones del abismo?
De la Vega. - Está lleno de ellos, hay más
escritores de lirica en el infierno que en la tierra
mortales, y hablando de tales, el fastidio andante de
Góngora viene hacia nuestros lugares, me voy antes
de que como a Quevedo me catalogue de escribir
poemas flojos y vulgares
Yo.- Pero ante dime ¿Has visto a Lucifer?
De la Vega.- Todos conocemos al diablo, a caso
no sabes que Mefistófeles es el alma de la fiesta sin
fin, aunque si quieres verle tendrás que recorrer un
camino cual andar es largo más no amargo, y como
ya lo he dicho, ¡se aproxima Góngora, yo me largo!
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gama de diversiones para los que ahí residían,
mismos que aparentaban ser los más selectos y
distinguidos invitados, aquel magno salón era como
una fiesta aristocrática de conversaciones rebuscadas
y corbatas ajustadas, de música clásica en el
ambiente y las más bellas damas entre el humo de
puros traídos de la Habana
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menos no por aquí
Yo.- Puede ser porque aun estoy vivo, en realidad
solo vine de paseo al infierno
Dama infernal.- por supuesto, todos dicen eso y
dime ¿a caso Virgilio es tu guía?
Yo.- En realidad es un tal Edgar
Dama infernal.- ¿Allan Poe?, así que tu eres el
célebre Juan el poeta
Yo.- Últimamente muchos me conocen
Dama infernal.- Te has convertido en toda una
celebridad, al menos por aquí
Yo.- ¿Como puede ser eso posible? Es decir, más
gente muerta me conoce en el abismo que vivos en
la tierra, eso es algo extraño
Dama infernal.- Dicen por ahí que el mismísimo
Lucifer ha solicitado tu presencia
Yo.- Algo así había escuchado, aunque es la
primera vez que una devushka me lo dice
Dama infernal.- ¿Que te hace suponer que soy de
Rusia?
Yo.- Las características de tu fenotipo, no lo sé,
las rusas tienen algo peculiar
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¿Cuál es tu nombre?
Dama infernal.- Alica Zotov, aunque
generalmente se refieren a mí como Alicia
Yo.- Creo que tengo algo de talento en eso de las
figuraciones, ¿Como Alicia en el país de las
maravillas?
Alicia.- Siempre he odiado ese chiste, de pequeña
no faltaba quien me preguntara - Alicia ¿Dónde está
tu amigo el conejo blanco?
Yo.- Que mal sentido del humor padeces, aunque
con respecto al lugar donde nos encontramos la
rareza de tal cuento no sería un histrionismo falsote,
¿por cierto como es que terminaste en el infierno?
Alicia.- Lo mismo me pregunto, aunque no es un
lugar tan malo, si en el transcurso de tu viaje
encuentras la respuesta no dudes en hacérmela saber
Yo.- Y ahora que lo dices, creo que es el
momento de retomar la marcha, sabes no estaría mal
referirse a ti por Alicia en el país infernal
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de su otro costado note que había unas escaleras de
madera pequeñas y en forma de caracol que
descendían hasta un punto que aunque parecía
distante aunque era en realidad muy cercano en
comparación al camino ya recorrido, devolví la
mirada hacia la fuente y pude notar tras de sí los
indicios apenas notables de la entrada al infierno,
dichos eran tan distantes como la más lejana y azul
de las estrellas en el firmamento, el vestíbulo del
averno era como un jovial y basto universo, al
atravesarlo uno pensaba entrar en otra dimensión,
justamente cuando daba el último vistazo a la
elegancia de sus alrededores fui interrumpido por
Poe, y ante mi asombro tuvo lugar esta
conversación:
58
Yo.- Y ¿que habrá después más allá del pozo?,
¿aun es largo nuestro trayecto por recorrer?
Allan Poe.- Tras bajar las escales podrás escuchar
el sonido del mar, te podría decir más pero ni yo he
ido tan lejos
Yo.- ¿De manera que no conoces al diablo?
Allan Poe.- Claro que sí, todos por aquí le
conocemos, pero no figura entre nuestra memoria las
inmediaciones del averno, son pocos los que lo han
recorrido
Yo.- ¿Todos conocen a Lucifer?
Allan Poe.- Verás es muy común verlo paseando
por el gran salón, aquí y allá incluso en dos puntos
del mismo a la vez, pero por la naturaleza de nuestro
viaje es que se nos ha permitido recorrer en su
totalidad el infierno
Yo.- ¿La naturaleza de nuestro viaje? ¿Porque
siento que ignoro algo sobre esta travesía extraña?
Allan Poe.- No eres el único, la información es
reservada y poco concreta, podría resumirlo en que
hay que llegar al fondo del abismo, así que no
retrasemos más nuestro andar
Descendimos las escaleras, mismas que seguro nos
llevarían a una nueva y más profunda sección del
infierno, los escalones estaban un poco empolvados
y rechinaban con cada paso, recorrer tales fue muy
breve habremos descendido quizá unos cien metros
59
cuando finalmente nuestros pies tocaron el suelo
firme, de pronto nos vimos en medio de una
habitación fría y solitaria, de extensión no muy
grande cuyas paredes y piso eran de madera oscura,
sobre las paredes había cuatros a oleo de toda clase
de épocas y artistas, desde el grito de Munch, la
noche estrellada de van Gogh, algo de Picasso e
incluso da Vinci. Pude ver grandes ventanas que
iban del suelo hasta un verde techo y tras de sus
cristales era posible presenciar una oscuridad
misteriosa.
60
americano, tequila, algo de vodka y otras bebidas a
las cuales no preste mucha atención. Dejando por un
lado a mi etílico guía me apresure a charlar con
Dante, la conversación fue más o menos así:
61
por eso que me encuentro aquí, con los siglos uno se
aburre de estar arriba
Yo.- ¿y exactamente quienes son los invitados?
Dante.- Se ve a muchas celebridades, desde
Hitler, Stalin, Napoleón, son tantos que ni yo sé
cuentos vienen
Yo.- En mi trayecto esperaba ver a Virgilio
Dante.- A veces se le ve en los jardines de la
entrada, otras en la fuente del vestíbulo, aunque con
lo grande que es este lugar suele vérsele a lo menos
cada cien años, por cierto si miras al escenario
notaras que los músicos se preparan para tocar
Yo.- ¿A caso es Paul Mauriat y su orquesta?
Dante.- Efectivamente, ayer se presento Mozart,
quizá mañana veamos a Beethoven
Yo.- Es increíble, aunque cambiando de tema
¿volviste a ver a Beatriz tras haber muerto?, ¿te
reencontraste con la musa de tus obras en al algún
punto de la pulcritud?
Dante.- La tal Beatriz carece de dulzura en lo que
le sobra de hermosura, veras tras mi muerte no tarde
en buscarle en cada confín de este mundo al que
ustedes los vivos llaman el mas allá o el lado
segundo, y como era de esperarse ha despreciado mi
amor los últimos setecientos años, al parecer la
divina comedia y vida nueva fueron poco para la
bella
62
Yo.- Sabes esperaba una respuesta un tanto
diferente
Dante.- A estas alturas solo puedo decir, al diablo
con Beatriz, tal vez no era la dama indicada
Yo.- bueno... creo que esas cosas pasan
Dante.- Cambiando de tema, tu cuentista guía
luce algo borracho
63
Dante.- Basta con que camines hacia el escenario,
luego de contar unos cien pasos veras un área
restringida bajo esas peculiares siglas VIP... Y sobre
alguno de los muchos sofás de ese lado veras al
diablo
Yo.- No esperaba que fuese tan fácil
Dante.- Retomar el camino es fácil, mira que a la
mitad del camino de la vida me encontraba perdido...
y bueno ahora estoy aquí en el averno
Yo.- Confiere en tus palabras, si confié en Poe y
llegue hasta este punto que sería lo peor que ahora
pueda pasar
64
un listón que circundaba su cintura, así como en sus
zapatos. Detuve mi andar y pasé a sentarme con
Alicia en una de esas mesas blancas que abundan en
el punto más profundo del infierno, como era de
esperarse hubo un intercambio de palabras, mismo
que fue más o menos así:
65
Yo.- ¿Qué te parece si una vez que mi audiencia
con Mefistófeles haya terminado nos aventuramos
en un recorrido por las extrañas inmediaciones de la
dicha playa
Alicia.- Parece una gran idea, ¿Por cierto que
paso con tu depresivo guía?
Yo.- Esta borracho en la barra de licores, ignoro
si aun respira
Alicia.- Siéntete bien al saber que antes de eso ya
estaba muerto, aunque no te quito más el tiempo
debes continuar con tu recorrido
Yo.- Espérame aquí, tratare de que esto sea
rápido
66
semblante, la elegancia y sofisticación propias de un
ser apenas idealizable, el arcángel de la noche vestía
un traje de color azul marino y camisa blanca sin
corbata, sus zapatos parecían ser de algún diseñador
italiano y el vino que resguardaba la copa en su
mano de la más selecta reserva francesa, aun estando
a unos metro me reconoció de inmediato y con el
gesto de su mano me indico que me acercara, apenas
me acerque más y tuvo lugar la siguiente
conversación:
67
de él, ¿dónde está?
Yo.- se embriago hasta perder su sano
entendimiento tras llegar al punto más profundo del
abismo
Lucifer.- ¡Cielos! últimamente pasa mucho
tiempo bebiendo, en fin no posterguemos más esto
Yo.- bueno Lucifer antes que nada respóndeme
¿A qué se debe mi presencia en tu recinto eterno?
Lucifer.- Deseo invitarte una copa del mejor vino
Yo.- ¿Eso es todo? He caminado las últimas siete
horas ¿solo para embriagarme con el señor de las
tinieblas?
Lucifer.- Aún no termino, verás el otro día
mientras asistía a misa me fue posible ver una bella
copa de oro sobre el altar de la Iglesia, si me la traes
hasta aquí contestare todas tus incertidumbres
Yo.- No sabía que fueras a la iglesia, pensé que
era el último lugar donde se te podía encontrar en la
tierra
68
Lucifer.- Son solo replicas, retomando tu
diabólica misión seguro has visto esa catedral de
siete cúpulas pintorescas que adorna la plaza roja de
Moscú
Yo.- ¿Estás diciendo que vaya a una iglesia Rusa
a robarme la copa de eucaristía?
Lucifer.- Si, cuando la tengas en tu poder
tráemela
Yo.- ¿Puedo llevar a alguien conmigo?
Lucifer.- ¿Te refieres a Poe?
Yo.- Bueno tenia a alguien más en mente
Lucifer.- Lleva a quien quieras tienes de aquí
hasta que amanezca, por cierto para salir del infierno
solo tienes que subirte al elevador y presionar el
botón que dice "tierra"
Yo.- Una pregunta, si eres tu el arcángel de la
noche, el señor de la oscuridad y demás ¿porque
simplemente no haces aparecer dicha copa?
Lucifer .- Sería una muestra muy vulgar de mi
poder, luego me pedirían erradicar la maldad del
mundo, zacear el hambre en la tierra o encontrarle
una cura eficaz a las neoplasias, sabes uno no está
para esas cosas... Además tengo que ver cómo van
mis inversiones en la bolsa
Yo.- No sabía que invirtieses en la bosa
Lucifer.- Yo controlo el sistema financiero
mundial
69
Yo.- Eso explica muchas cosas, bueno me
dispongo a emprender la marcha ya regreso...
70
Alicia.- Está junto a la barra de vinos, pensé que
ya lo habías visto, y ¿qué vamos a robar?
Yo.- El dorado cáliz de la catedral de san Basilio
Alicia.- Esto se pone interesante
71
Alicia.- Rusia es un país muy grande y en su
propia inmensidad ni siquiera conocía Moscú, por
cierto jamás había visto una luna tan brillante
Yo.- Creo que más que un simple plenilunio el
más cercano de los perigeos brilla sobre nuestras
cabezas, en mi vida había visto una noche tan más
diáfana, Allan Poe debe estarse revolcando en su
infernal borrachera
Alicia.- Me pregunto cuánto tiempo tomo hacer el
piso de la plaza, si miras atentamente notaras que su
extensión se compone de pequeñas y rectangulares
piezas de cerámica y piedra colocadas
milimétricamente unas de las otras
Yo.- Es una buena interrogante, pero más me
sorprende el hecho de que sea un noche tan tibia,
siempre pensé que el frio gobernaba la capital rusa
Alicia.- Ha de ser por esa inclinación del
hemisferio hacia el sol , creo que Julio conlleva tales
temperaturas, pues estamos en pleno verano
Yo.- Creo yo que deberíamos darnos prisa, los
cáliz no se roban solos
72
pupilas, resulta que un suntuoso cáliz, esa copa
eucarística y dorada por la que Lucifer nos había
enviado reposaba en su propia majestuosidad sobre
el quinto escalón de san Basilio, Tanto mi devushka
acompañante como yo lo vimos fijamente por unos
segundos y no tardamos en acercarnos a él. Entre la
concepción de lo fácil que había sido conseguirlo
puse mi mano sobre el cáliz, y en menos de una
fracción de segundo escuche un fuerte grito en el
idioma ruso
Alicia.- ¡Saltemos!
73
Yo.- ¿Saltar? debajo de nosotros hay concreto y
pasan automóviles a toda velocidad, ¡moriríamos!
Alicia.- Ese es el plan
Yo.- ¿Que has dicho?
Alicia.- En el pasado salte de un puente similar y
termine en el infierno, podría funcionar
Yo.- ¿Te suicidaste?
Alicia.- No hay tiempo para explicaciones
74
mañana, aun se distinguía oscuridad pero también se
percibía la lenta senectud de la noche próxima a lo
que sería el arriba de un nuevo día. La música había
terminado y el bar del Cocito lucía tan deshabitado
como la primara vez que estuve en él, Alicia se sentó
en una mesa el plan era que finalmente iríamos a
recorrer esa extraña playa tras mi segunda audiencia
con quien se dice tuviese el rostro más bello. Por lo
cual no trate de no hacerle esperar y sin darme
cuenta estaba nuevamente ante el señor de las
tinieblas
75
diferente, pero con excepción del vino, los juegos de
azar, las risas y ropa de etiqueta es muy similar a las
figuraciones previas a esta aventura
Lucifer.- Verás hay que cambiar las técnicas de
marketing de vez en cuando, aunque el infierno ha
sido siempre una gran fiesta, que como su grandeza
en extensión tampoco conoce fin en relación al
tiempo
Yo.- Creo conocer algo sobre las tinieblas pero
dime ¿cómo llego al cielo?
Lucifer.- Solo tienes que subir
Yo.- Nunca vi un botón que dijese "cielo" en el
ascensor
Lucifer.- Si quieres visitar el paraíso tendrías que
usar las escaleras
Yo.- ¿Escaleras? Las escaleras solo van hacia
abajo
Lucifer.- Si caminas por la playa, luego de que el
sol haya ascendido hasta el mediodía verás que hay
unas pequeñas y oxidadas escaleras que parecieran
estar a punto de caerse ante su propio tambaleo, si
miras hacia arriba buscando su punto final podrás
notar que se pierden en las nubes
Yo.- ¿Basta con que suba para llegar al cielo?
Lucifer.- Es bastante fácil llegar pero te toma
algún tiempo, además no muchos se aventuran al
ascenso pues temen que con cada paso las escaleras
76
colapsen
Yo.- Si es tan fácil subir, ¿bajar es acaso una
tarea de igual naturaleza?
Lucifer.- Las escaleras hacia lo etéreo nunca se
caerán solo tienen un aspecto atemorizador con el
fin de que solo valientes y fuertes de corazón puedan
subir
Yo.- Y dime ¿Has ido al cielo últimamente?
Lucifer.- Más habitualmente de lo que creerías,
mira que por allá arriba hay buenas partidas de
naipes e incluso he jugado ajedrez con el creador
universal
Yo.- Pensé que dios y tu mantenían ciertos
conflictos de poder
Lucifer.-La biblia es un libro muy impreciso
recuerda que está escrito por humanos, Te invitaría a
dar un paseo por los cielos pero de momento no
puedo abandonar mi puesto de trabajo
Yo.- ¿Tu puesto de trabajo?
Lucifer.- Se me ha asignado administrar la
primera etapa del asenso al cielo, no muchos llegan
al paraíso, quien querría aventurarse a lo
desconocido estando ya en una magna fiesta como lo
es el infierno
Yo.- ¿Así que ese es el Marketing de todo esto?
Lucifer.-Solo aquellos con la capacidad de
plantearse incertidumbres severas llegan al cielo,
77
solo aquellos con la audacia y amor por lo
desconocido llegan a conocer a dios, el resto se
quedan aquí ante el miedo de ir más allá, y ante el
conformismo de estar ya en un lugar cálido y
agradable, dime ¿a caso has visto a Aristóteles o
platón rondar el abismo?
Yo.- De manera que ir al cielo es tan fácil como
desear hacerlo
Lucifer.- Básicamente, si bien el camino es largo
y aparentemente difícil estarías allí más rápido de lo
que imaginases, el mundo funciona de forma muy
similar...
Yo.- ¿Esta travesía considera visitar el reino de
los cielos?
Lucifer.- Temo que no, tu misión aquí está casi
por concluir pues ya sabes más que cualquier otro
mortal en la tierra
Yo.- ¿Casi por concluir?
Lucifer.- Dispones hasta las doce del mediodía
para deambular mi recinto, se te ha dado el
conocimiento sobre cómo funcionan las cosas en el
mundo de los muertos... Pero el sol aun no sale,
mucho menos ha alcanzado su punto de mayor
perpendicularidad diurna
Yo.- ¿Alicia a caso?
Lucifer.- Tu amiga devushka te espera, desde
hace algún tiempo se ha planteado que habrá más
78
allá de esa playa, creo que puedes hacérselo saber
Yo.- Así que llevar a la bella hasta el cielo era
una más de mis misiones en esta extraña aventura,
¿hurtar el cáliz en el que ahora sirves tu vino no
afecta en el destino celestial de la devushka?
Lucifer.- Ni en lo más mínimo, dios es misterio,
pero no es el misterio el que nos interesa sino la
bondad contenida en la incertidumbre de sus actos
Yo.- Eso ultimo suena extraño viniendo de ti
Lucifer.- No soy tan malo como me pintan
simplemente soy víctima de los estereotipos
Yo.- Algo así me suponía, creo que es el
momento de retirarme una dama me espera no
hagamos mayor su agonía
Lucifer.- Ya nos volveremos a ver
79
este se deslizó con completa calma hacia el
amanecer de lo desconocido.
80
Yo.- Nunca sugerí atributos negativos a la
jardinería, pero podrías imaginar dejar un palacio
por dedicar tu vida al cuidado de las rosas
Alicia.- Parece una historia interesante
Yo.- Verás el hombre del que hablo era muy rico,
al punto de que uno no tiene nada de qué
preocuparse, poseía tanto que incluso había perdido
sus sueños y aspiraciones. Pero un día por alguna
extraña casualidad conoció a la más bella de las
mujeres de la cual no tardo en enamorase, y un día le
dijo - el mundo será tuyo
Alicia.- Déjame adivinar ¿Se casaron y vivieron
felices por siempre?
Yo.- Hasta que la muerte los separó
Alicia.- Había escuchado muchas historias
similares
Yo.- Supongo, aunque mi historia aun no termina,
resulta que apenas unos años después de contraer
matrimonio la dama de esta historia misma a la que
le fascinaban las rosas murió de una de esas
enfermedades que en nuestros días abundan
Alicia.- ¿Una enfermedad?
Yo.- Si, en el piso de oncología no pudieron
hacer mucho y apenas unas semanas después de su
autoinmune diagnostico se fue a la tumba
Alicia.- Eso no suena nada bien, más me parece
una historia de horror
81
Yo.- Lo fue en un principio pero ahí no acaba la
cosa, el fiel enamorado de la fallecida dama iba
todos los días al cementerio con el único fin de estar
cerca de su amada, al paso de unas semanas noto
algo inusual
Alicia.- ¿A caso su difunta esposa regreso a la
vida?
Yo.- He ahí el dilema
Alicia.- ¿Ser o no ser?
Yo.- No te adelantes, veras una pequeña plantita
creció a escasos centímetros de la tumba de su
amada, en principio se asemejaba a cuando un frijol
germina, pero luego esa pequeña planta creció hasta
convertirse en un rosal
Alicia.- ¿un rosal?
Yo.- De rosas rojas, y por alguna razón el
adinerado hombre considero que el alma de su
esposa estaba entre dicho rosal, pues como
florecerían tan bellas rosas en medio de un desolado
cementerio
Alicia.- ¿Y qué paso después?
Yo.- Ante su propio escepticismo el hombre corto
una rosa y la llevo a su casa lugar donde la coloco
sobre un florero, la flor duro un par de semanas en
dicho y raramente no se marchitaba. Después a este
hombre se le ocurrió plantarla en uno de los jardines
de su palacio y a las semanas había un nuevo rosal
82
Alicia.- No te detengas
Yo.- Llegado a este punto el hombre pensó que
en verdad la esencia de su gran y sepulcral amor
residía en dichas rosas y no tardo en llenar su
palacio de estas raras flores, cuando las hectáreas de
su mansión no pudieron sostener más su creciente
edén, el hombre comenzó a plantar las rosas en
parques y jardines de otras personas e incluso en
lugares de dominio público
Alicia.- ¿A caso enloqueció?
Yo.- Pudiera ser, o al menos eso creían la
mayoría de las personas, pero después de un par de
años su ciudad ya no pudo contener más rosas, por
lo cual el hombre contrato a jardineros de todo el
mundo para que llevaran algunas de sus preciadas
rosas y las trasplantaran esparciéndolas por el orbe,
incluso el hombre de gran riqueza hacia constantes
viajes por los continentes con el único fin de plantar
sus rosas aquí y allá
Alicia.- ¿Y en verdad recorrió todo el mundo?
Yo.- Claro que si pues al paso de unos años había
rosas bajo la torre Eiffel, en los jardines del Tac
Mahal, a la orilla del Danubio, del Nilo e incluso a la
vista del Empire state, el hombre gastó toda su
fortuna para que en cada rincón del mundo hubiese
al menos una de sus extrañas rosas, para que el
mundo fuese de su amada
83
Alicia.- ¿Y cómo podía tener completa certeza de
que el alma de su amada yacía entre las rosas?
Yo.- No podía estar seguro, pero por el amor tan
grande que sentía por ella bien y valía la pena creer
en eso de las rosas. La moraleja es que en ocasiones
hacemos cosas que parecieran ser descabelladas por
convicción a nuestras creencias, de esta manera
funcionan las religiones populares, unos afirman una
cosa otros tiene un argumento distinto, pero
curiosamente al final el dogmatismo de sus creencias
termina por desencadenar guerras y dividir al mundo
Alicia.- ¿Entonces como saber quien tiene la
razón?
Yo.- No creo que eso se pueda responder, o al
menos no en eso a lo que llamamos vida
Alicia.- ¿Aunque igual vale la pena creer en algo
no te parece?
Yo.- Nunca he estado en contra de creer, pero en
el camino a la verdad hay muchas creencias erradas,
sabes no creo que dios sea tan soberbio y malvado
como lo figuran las diversas religiones, de existir un
dios seguro y trasciende a eso...
84
Anduvimos durante horas, justo a las once de la
mañana vimos a la distancia unas pequeñas escaleras
metálicas que lucían deterioradas y oxidadas, como
si fueran a desbaratarse por el peso del aire, dichas
iban hacia el cielo y subían tanto que si se miraba
hacia arriba era imposible ver el escalón final, de
igual forma aquí terminaba la playa pues tras las
escaleras no había otra cosa más que aguas eternas.
Nos sentamos sobre la roja arena teniendo nuestra
última conversación
85
Alicia me miro por unos segundos y tan solo dijo -
eso hare. Después nos quedamos sentados viendo el
mar, trascurrieron los minutos y de pronto desperté
de este extraño sueño para ver nuevamente las
estrellas, note en mi reloj que eran las doce de la
noche, era como si esta aventura inusual no hubiese
sucedido, me asome por la ventana de mi casa y
entre el brillo de las habituales estrellas vi de pronto
un destello muy tenue, como una supernova distante
que entre tonos de cian y carmín ilumino el cielo por
al menos una fracción de segundo, como si ese
resplandor celeste fuera el alma de una devushka
ingresando al paraíso, un lugar más allá de las
estrellas de espacio profundo, donde el tiempo y el
espacio son conceptos figurativos e irracionales,
donde la gravedad no funciona y por demás no
habitan los mortales. Si todo lo narrado en este
cuento parece extraño será aun más increíble que a
la mañana siguiente pude notar lo que parecían ser
pequeños indicios de arena roja en mis zapatos,
como la de aquella roja e infernal playa, como si esta
aventura hubiese sido algo más que un simple sueño.
Fin
Juan Amezcua
86
LA REVELDIA DEL INDIVIDUALISMO
III
87
enemigos comparten el mismo estante empolvado.
Pero ahí no para la cosa, podrían imaginar que al
lado de tan métricos autores se encuentra el
desafiante romanticismo contenido en las rimas de
Bécquer, ante tan peculiar aunque ligeramente
efímera situación, me dispuse a poner orden entre
mis libros. Supuse al principio que lo ideal sería
clasificar a los autores por orden alfabético, luego
por alfabeto de sus obras y al final termine dejando
todo en su mismo lugar, pues al empezar el acomodo
comencé también a hojear cada libro para al final
terminar leyendo en forma deliberada alguna que
otra obra, esto último pasa muy seguido, supongo
que por eso mis libros están en constante desorden.
88
libros, pero luego de agudizar mi memoria recordé
que hace más tiempo del que podría precisar,
embarcado en una de esas misiones estudiantiles
forzadas en las que ocasionalmente todo aprendiz
del actual conocimiento se ve envuelto, es decir, la
consulta de algún libro en uno de esos grandes
acervos a los que llaman bibliotecas, fue que
descubrí el manuscrito en cuestión.
89
colores, fue que me dispuse a dar un breve paseo por
las inmediaciones de la biblioteca, y aunque si bien
ya había recorrido cada estante supuse que no era
una idea tan descabellada volver a hacerlo. Tal vez
encuentre algo interesante que leer pensé. Y
justamente cuando me disponía a marchar ante el
fracaso de mi búsqueda inicial, teniendo de frente un
librero empolvado, cuyos ejemplares lucían antiguos
y descuidados, vi un manuscrito sin pasta, de
esquinas erosionadas y ligeramente roto que no tarde
en leer. Ante mi propia sorpresa descubrí un relato
en primera persona que al día de hoy sigue dándome
algo de qué hablar. El autor de nuestro breve relato
comienza describiéndose y aunque nunca menciona
su nombre, firma su breve obra bajo el seudónimo
de Juan el poeta, la cual dice más o menos así:
90
camino predecible, antes de hablar del nuevo
milenio porque no hablar de algunos miles de años
atrás, saltándonos un poco la evolución de las
especies. Constituido el hombre en su grandeza
surgieron las primeras sociedades, sencillas en su
estructura y funcionamiento que giraban
circundando un mundo de horizonte plano, pasaron
algunos milenios y la planicie de aquel orbe antiguo
conoció algunas de las más grandes y complejas
sociedades. La epitome de lo que refiere
socialmente hablando, Es quizá la cultura Griega,
entre el talento de sus artistas y el postulado al
mundo redondo de sus pensadores.
91
confundirse con la oscuridad que si bien siempre le
rodeo, solo para estos mil años de tinieblas se volvió
tan abismal como el punto más profundo del mar.
92
transformación al periodo conocido como Barroco,
un periodo que si bien no marco una total
decadencia, si disminuyo ligeramente el andar del
hombre en algunos sentidos sobre todo en la libertad
del mismo, aunque siguió impulsándole como un
fuerte viento a los barcos a vela, que ahora llevaban
al ser humano de un mundo al otro, tendría que pasar
un cierto tiempo para que llegara un periodo
conocido como Neoclásico, haya por el siglo XVIII,
he aquí cuando el conocimiento paso de ser popular
a ser colectivo, el hombre acelero nuevamente su
andar, ya no andaba rápido, corría, no sin miedo a
caer sino con la valentía de caer y volver a
levantarse, porque este siglo fue también la etapa de
los grandes descubrimientos tras el ensayo y error en
aquellos cien años apodados el siglo de las luces.
93
nuevamente y en forma súbita la luminosidad e
intensidad energética del fuego que le impulsaba. En
la primera etapa del Romanticismo el hombre
buscaba sus sueños, no le temía a nada por amor a lo
que le motivaba, pero lo que le siguió a esto es, decir
la segunda etapa de tal época fue depresiva, lúgubre
y sin sentido más que el suicidio.
94
a arder con mayor fuerza que antes dando lugar al
siglo XX, el Modernismo, he aquí que el hombre fue
rápido, solo que esta vez ya no camino, mucho
menos corrió, sino que fue capaz de volar en toda la
extensión de la palabra y estando en los aires,
aumento la velocidad de su propio avance
contemplando no solo la circunferencia de su
mundo, sino ahora explorando a la lejanía mundos
distantes, en esta ocasión verdaderos nuevos
Mundos.
95
sucumbiendo ante las tinieblas de la ignorancia y el
miedo ciego de dogmas infundados, sino ante la
ceguera que produce el brillo de su propia sabiduría,
pero no hay de qué preocuparse, como ya lo he
dicho el mundo tiende a subir y bajar como las olas
en alta mar, y por primera podemos decir que las
ventajas de nuestro tiempo superan por completo a
sus adversidades, o eso es lo que mi opinión refiere,
porque solo he vivido el tiempo en curso.
96
cotidianidad de su propia jornada repetitiva, dicha
afección es producida además por la soledad en
aquellos que no deberían de estar solos, y aunque si
bien no es muy frecuente me atrevería a llamarle "la
rebeldía del individualismo", precisamente porque
además de producir en el afectado ciertos
paradigmas existenciales y soledad ocasional, brinda
también una inusual tendencia por vivir las más
increíbles aventuras.
97
gran afluencia de clientes que vestían con un cierto
grado de elegancia, tenía como motivo central un
bello piano de cola, de madera negra, pedales
dorados y fuerte resonancia musical, el cual si bien
era ya algo viejo y tenia las esquinas ligeramente
desgastadas, era también uno de los pasatiempos
favoritos de nuestro poético e individualista
personaje.
98
Y ante su gran habilidad y talento como pianista al
recorrer cada octava, Juan el poeta apenas y podía
disfrutar la potencia de su trabajo, pues aunque los
aplausos así como las miradas de asombro eran muy
habituales hacia el célebre y aclamado pianista, este
se sentía solo y sufría ocasionales episodios de
melancolía al piano, los cuales favorecían en cierta
medida al sonido del mismo, tornando la atmosfera
del restaurante más emotiva, un tanto lúgubre
aunque también muy interesante. Al punto que al
escuchar a Juan, uno sentía estar en presencia del
autentico compositor de cada obra que este
interpretaba, al menos entre la polémica de "para
Elisa", era como si Beethoven regresase a la vida,
sucedía lo mismo con Chopin.
99
la modestia de su pequeño objetivo era capaz de
mostrar con lujo de detalles las lunas de Júpiter, esos
4 puntos brillantes que circundan al planeta en su
configuración dinámica llamada resonancia de
Laplace, es decir Ganimedes, Europa, Calisto e Ío,
dando vueltas en una proporción de (1:2:4) al
rededor de su padre Júpiter, un gigantesco planeta
gaseoso de rojos colores y turbulencia atmosférica,
cual mayor distintivo es su gran mancha, una colosal
tormenta que gobierna su hemisferio sur, y le aporta
a éste una gran vista entre su movimiento de
rotación.
100
hace miles e incluso millones de años. Pues un
curioso fenómeno lo rige, sucede que la luz viajando
a su constante velocidad de algo así como 300 000
Km/s (en términos vulgares), tarda tanto en llegar de
un punto del universo a otro como consecuencia de
esas distancias tan grandes que separan a los objetos,
que lo que miramos en el cielo nocturno, es más bien
una mirada al pasado, un pasado que según la
profundidad de nuestra percepción, es tan vasto
como el universo mismo.
101
Y de pronto como cosa de magia llegaba a él una
chispa de divinidad, desencadenado una reacción en
cadena, como una fuerte explosión nuclear, la más
gloriosa inspiración, el aliento divino que despertaba
su numen poético, una gota de inmortalidad que le
confería componer los más bellos y sublimes
poemas. entre tales eran comunes sonetos, que
reflejaban entre endecasílaba métrica su percepción
de la vida, de los cielos y la esencia de su
padecimiento, es decir la ya mencionada rebeldía del
individualismo, esa peculiar tendencia que sufren los
poetas, y que los orilla a amar de una manera tan
peculiar que solo se les puede llegar a considerar
lunáticos. Así bajo el brillo de las estrellas, Juan
compuso uno de sus muchos sonetos, este en
particular se titula, ¿Has visto las estrellas?, y de
manera muy breve relata la esencia de lo ya
mencionado.
102
pues entre cían y carmín resumen
toda esencia del universo al verlo
103
Como cada Lunes por la mañana a mediados de
Septiembre, ante la lenta inclinación de nuestro orbe
hacia lo que pronto sería el otoño , en esos días
cuando disminuye el calor y predominan corrientes
de aire tibio. Fue que Juan el poeta a sus diecisiete
años se preparaba para asistir a su penúltimo
semestre de preparatoria. Nuestro poético personaje
supuso que sería como cualquier otro día de escuela,
gratificante pero un tanto aburrido. Llego a su casa
de estudios ligeramente más temprano de lo que
exige la puntualidad y se sentó sobre una fría y
desgastaba banca metálica de color café, misma que
estaba bajo un gran árbol que custodiaba la entrada
de dicha escuela.
104
cual mayor atributo era su increíble y hasta cierto
punto indescriptible belleza.
105
Tal dama tuvo un efecto tan poderoso en Juan, que
por un segundo percibió que el tiempo no
transcurría, durante un breve lapso de tiempo el
mundo había cesado su rotar, por un instante no
sintió la influencia de la gravedad, y durante una
fracción del mismo sintió que su extraño
padecimiento había desaparecido, dejándolo una vez
más en soledad, pero esta vez solo con tan bella
dama y un sentimiento de felicidad absoluta. Nuestra
misteriosa joven paso de largo apenas mirando al
poeta y siguió su camino en el interior de la escuela
hasta finalmente perderse a la vista, de pronto y para
la sorpresa de Juan, un viejo amigo suyo llego tan
súbito como siempre, manteniendo una breve
aunque muy interesante conversación con él:
106
Marco.- Creo que exageras un poco, aunque eso
me recuerda que la joven de la que hace poco te
había hablado, la que conocí en ese musical extraño,
al que por malas influencias me vi obligado a asistir
me volvió a hablar ayer
Juan.- ¿Te hablo por esa infame aplicación de
teléfonos celulares, destructora de amores y
promotora de la seudosociabilidad humana a la que
llaman whereapp?
Marco.- Esa misma, sabes descubrí que la joven
de la que hablo es más similar a mí de lo que
hubiese imaginado, a tal punto que pensé que
conversaba conmigo mismo
Juan.- Y a todo esto ¿sobre qué hablaron?
Marco.- Un poco de todo, recuerda que cualquier
cosa es interesante cuando se habla con ella, tal
dama es perfecta en cualquier sentido que de ella se
pueda mencionar.
Juan.- Y dices que yo soy el exagerado
Marco.- Como sea, cambiando de tema me dijo el
profe Miguel que en Noviembre habrá un viaje de
excursión a la ciudad de México
Juan.- Sabes que ese maestro por demás de ser
algo extraño y hablar varios idiomas, tiene la
peculiar suerte de que algo atroz suceda en cada uno
de los viajes que asiste, no sé porque supongo que en
este caso no será la excepción, aún así lo considerare
107
Marco.- Vamos, será divertido
Juan.- Bueno, el museo de antropología e historia
de la ciudad de México parece un destino tentador
Marco.- ¿Museo? el atractivo del viaje es la vida
nocturna
Juan.- Creo que diferimos en gran medida sobre
el concepto de vida nocturna
108
sentimiento de alegría fenomenal que invadía cada
punto de mi ser, al principio supuse que me estaba
enfermando, quizá otro más de mis padecimientos
extraños, aunque en esta ocasión uno de síntomas
más graves.
109
suspicacia de su suave voz diciéndome tan solo la
palabra hola, sus brazos surcaron mi cuerpo en un
cálido y muy profundo abrazo. Cuando finalmente
desperté de aquel sueño tan bello, una vez que
Hipnos había concluido su somnoliento obsequio,
me di cuenta que si tenía un grave padecimiento,
aunque esta vez era la enfermedad inversa a la que
ya me afligía, para aquel momento y ante la
sensación de felicidad tan excéntrica que ya réferi,
me pude dar cuenta que estaba enamorado.
110
entre un latir que acelera y perece
al compas súbito de mi respiro
111
Marco.- Joven poeta, ¿recuerdas a la dama de la
que me hablaste ayer?
Juan.- Como olvidarla
Marco.- bueno entre las muchas hazañas que me
has de agradecer, se cual es su nombre
Juan.- ¿Y cómo lo sabes?, como abrías de saber
algo tan concreto sobre ella, si ni siquiera sabes
cómo luce
Marco.- A caso no recuerdas que ayer mientras
balbuceabas sobre su belleza, dijiste que era una
dama a la que no habías visto antes
Juan.- No estoy muy seguro, además no
balbuceaba
Marco.- si no eres capaz de recordar con
precisión tus palabras, es un hecho que balbuceabas,
aunque de una manera muy exagerada pero también
graciosa
Juan.- bueno y a todo esto, ¿cuál fue el método,
para el que según tu es tan magno descubrimiento?
Marco.- ¿Recuerdas a Camilo?
Juan.- Creo que sí, como olvidar sus chistes de mal
gusto, así como su particular gusto por el alcohol y
demás aspectos que tu concepto de vida nocturna
refiere
Marco.- Bueno pues ayer me dijo Camilo, que
una joven de espectacular belleza, nueva en la
escuela obviamente, había llegado de imprevisto a
112
su salón de clases para ser una integrante más del
mismo
Juan.- ¿Ese es tu argumento incuestionable al
respecto? bueno y a todo esto ¿cuál es su nombre?
Marco.- Se llama Beatriz
Juan.- ¿Beatriz dices?
Marco.- Incluso tengo su número, digo por si
quieres entablar algún tipo de comunicación con
ella, aunque por lo que he escuchado no es
precisamente muy sociable que digamos, en fin...
Juan.- Me he dispuesto saludarla en persona, ¿qué
es lo peor que podría suceder como resultarte a esto?
Marco.- Que se horrorice y no te dirija la palabra
Juan.- Ya veras, tengo un buen presentimiento,
con suerte e incluso la invitare a salir
Marco.- Eso sería algo interesante de ver, Juan el
poeta rompiendo su hermetismo social. Aunque por
ahora deberías de pasarme la tarea de Biología, es un
hecho que tras investigar el nombre de tu amada en
diversas fuentes, no tuve el suficiente tiempo de
hacerla
113
Marco.- Joven poeta extremista y amante de lo
desconocido, te tengo la mejor de las noticias, veras
me he encontrado con tu amada y le hable de ti
Juan.- ¿Has hecho que cosa?
Marco.- bueno, la vi de lejos hablando con unas
amigas suyas y me pareció una buena idea incluirme
a la plática
Juan.- ¿Y exactamente que le dijiste? a caso
¿tengo que preocuparme?
Marco.- Le dije que tenía un amigo al cual ella le
resultaba interesante, y que querías conocerla
Juan .- ¿Y qué te dijo? acaso palabras de aliento o
quizá una respuesta de sonoridad nefasta
Marco.- Bueno, aunque aun me sorprende, dijo
que le parecía una gran idea, sobre todo cuando le
dije que querías invitarla a salir
Juan.- Al parecer has fundado las bases de lo que
pronto llegara a ser algo trascendental, la próxima
vez que contemple su belleza me acercare a ella, tal
vez si las circunstancias me lo permiten la invitare a
salir bajo consenso de mi léxico, un encuentro casual
lejos del ambiente estudiantil que me permita llegar
a conocerla mejor, tengo una muy buena corazonada
al respecto
Marco.- ve preparando tu mas patético, digo
poético léxico, porque dicha viene hacia acá, por
cierto ahora que lo recuerdo tengo algunas cosas que
114
hacer, nos vemos...
Marco emprendió la marcha abruptamente
dejando solo a Juan. De pronto la misteriosa dama
cual distintivo era Beatriz se aproximo a nuestro
poeta:
Beatriz.- Hola
Juan.- Hola, si no me equivoco tal belleza refiere
a Beatriz
Beatriz.- Así es, sabes me dijo Marco que un
buen amigo suyo quería conocerme, al menos por la
descripción que me brindo parecía ser un gran
hombre, un tanto misterioso y rebuscado aunque
muy interesante, incluso preciso que dicho estaba
deseoso de invitarme a salir
Juan.- Bueno, aun no se me ha ocurrido un lugar
en especifico, pero es una buena idea ¿no crees?
Beatriz.- Así que tu eres de quien hablaba
Juan.- El mismo, y que dices ¿te gustaría salir
conmigo?
115
los cielos. Beatriz miro con cierta incertidumbre a
Juan el poeta y luego dijo:
116
pasillos diviso nuevamente a Beatriz, y bajo el
efecto de su emoción amorosa obviamente no tardo
en acercarse a ella...
Beatriz.- claro...
117
Aquello sucedió tan rápido que Juan el poeta apenas
y presto atención a sus propias palabras, resulta
interesante como el más profundo léxico, ante tales
circunstancias se torna un tanto superfluo, falta el
aire y las frases son breves. Claro que mucho menos
puso atención al notorio desinterés de Beatriz, para
su enamorada y distraída mente no importaba otra
cosa que no fuese el Viernes por eso de las ocho de
la noche, ante la ilusión de ver a Beatriz desde aquel
enfoque filial el poeta retorno a su hogar.
118
dibujante y pintor, bueno esa tarde no dudo en
montar su caballete y sobre él un fino lienzo, mismo
que pronto seria cubierto por millares de tonalidades
en aceite. De pronto el final de la más célebre
obertura de Rossini gobernó su cabeza y como las
variaciones sonoras de cada cambio de nota en una
melodía, Juan comenzó a mover sus pinceles sobre
ese lienzo en blanco. Mientras pintaba sentía que
dirigía la más gloriosa orquesta sinfónica sabiendo
perfectamente lo que tenía que hacer. Supuso que si
creaba una obra digna de ser apreciada por el
mundo, la joven dama que recién había conocido y
con la que tenía un futuro encuentro, terminaría
enamorándose de él con la misma intensidad con la
que comenzaba a amarla.
119
nombre, por lo cual decidió bajo el prometido
conceso de una sorpresa en su futuro encuentro
bautizar su creación musical como "la sorpresa de
Beatriz". Aunado a todo esto Juan se dio a la tarea
de componer un breve soneto que fungiera como
complemento a la ocasión. Inspirado por el rubor tan
bello que mostraba Beatriz ante los momentos de
tensión, escribió el endecasílabo titulado "Colores"
un poema que a pesar de su sencilla trama era muy
enfático a las propiedades sustanciales de su dama,
desde un enfoque aparentemente efímero aunque
muy tierno e incluso cómico, al menos para la
imaginación de Juan, su obsequio lirico causaría
gracia y regocijo en Beatriz, sin duda una gran
sonrisa y aun más bella tonalidad gobernarían el
semblante de tan bella joven, como un resultado de
semejante y ornamental adjunto en papel. A
continuación dicho poema:
120
porque cuando tu sonríes despojas
la belleza de lo demás que existe
121
estrella en el firmamento. Comenzó la gran odisea
del poeta, aunque antes de acudir al restaurante de
tenue iluminación cuyo motivo central era el piano
ya mencionado, y bajo el recuerdo de su sueño con
Beatriz en medio del mas basto jardín, Juan el poeta
hizo una parada a la más importante florería de la
ciudad, comprando nada menos que 300 rosas de
tres tonalidades diferentes, blancas, rosas y rojas,
hubiesen sido más colores, pero las tonalidades tan
exactas que nuestro poeta solicitaba estaban lejos del
alcance de tan importante tienda floral, bueno
estaban también un poco alejadas de la realidad, esos
tonos de azul-verdoso-grisáceo que Juan buscaba
hacían dudar en cierta medida sobre su integridad
mental, aunque no había enloquecido producto de
su cita con Beatriz, desde siempre había sido la
misma clase de lunático que se enamoraba de forma
un tanto obsesiva de cualquier cosa que le cautivara,
tal vez era un romántico desmedido, quizá había
perdido la razón y cordura, o tal vez solo quería que
su encuentro con Beatriz fuese lo más perfecto
posible, supongo que era lo último. Juzgue usted...
122
cuadro a oleo con la imagen de Beatriz, ese lienzo
con marco sencillo cual motivo central era la
sonrisa, rubor y nariz bonita de su futura
acompañante estando delante de un campo floral,
aquel que en su sueño había contemplado. Preparo
una mesa para su amada, la cual estaba de frente a su
resonante instrumento musical, dicha mesa poseía la
más fina gama de cubierto y velas. Juan se dio a la
tarea de doblar las servilletas e incluso de medir
minuciosamente el ángulo de inclinación de la mesa,
muestras más llano mejor supuso. Sus exageraciones
personales al respecto lo reconfortaban y ante el
sueño de amor que lo gobernaba, cualquier cosa por
más disparatada que pudiese parecer era poco si de
Beatriz se trataba.
123
existencia, por unos segundos se sintió
completamente satisfecho con la vida y por una
fracción de tiempo breve la rebeldía del
individualismo desapareció sin dejar remanente
alguno tras su paso.
124
pudo darse cuenta que sus ilusiones eran infundas,
que se había aferrado a una idea absurda que solo
tenía lugar en su cabeza, y que por demás estaba
completamente solo.
125
mismo parte de los sucesos ocurridos, narrando de
forma muy breve y alegórica como sus más
luminosas y celestiales ilusiones se habían
consumido hasta desaparecer en menos de un
segundo, a continuación dicho poema titulado "A
una estrella fugaz"
126
Justo cuando el sol tornaba a cálida la fría noche,
entre el más bello resplandor del horizonte fue que
Juan retorno a su hogar, un tanto frustrado y
depresivo se durmió y no despertó hasta el día
siguiente. El domingo regreso a la vida estado
todavía triste, ya con un pensamiento más racional,
aunque aun perdidamente enamorado de Beatriz,
busco una explicación a las cosas y llego a la
conclusión de que había sido su culpa. Su invitación
por demás de ser un poco extraña y carente de
entusiasmo seguro y no era suficiente para la
sonoridad de Beatriz. por lo tanto tal doncella
quedaba absuelta de lo sucedido, a pesar de que no
lo llamo, Juan supuso que seguro había tenido algún
imprevisto que por ser muy ajeno a su causa la había
limitado en acudir a su encuentro. Igual aunque
Beatriz lo hubiese olvidado, o aun siendo de su parte
un descuido, al ver la belleza en su rostro, Juan
habría olvidado tan amarga noche, borrado
literalmente su nocturno sufrimiento y retornando a
su amor infantil hacia la dama de sus sueños.
127
víctima más de la confusión y tristeza. Supuso que
había sido algo arrebatado de su parte lo ya ocurrido
el día viernes, y aunque en cierta forma comprendía
a Beatriz, entre sus intenciones estaba cuestionarla
sobre el porqué de su inasistencia, no tanto por no ir
a su encuentro, sino más bien por el hecho de no
haberle llamado. Pues en esta época de
comunicación mundial, el dialogo entre humanos,
aquel aspecto propio que nos diferencia del resto de
las especies debería de ser algo inevitable, y por las
circunstancias entre tales personajes aun más, o al
menos esto Suponía Juan ante su extraño y poético
pensar. Pensó además que todo tendría una
explicación sencilla, que por demás culminaría en
risas, y que incluso llegaría a favorecer de alguna
manera su potencial idilio con la dama de mejillas
sonrosadas y nariz bonita.
128
dio algún resultado?
Juan.- Digamos que tuvo ciertas inclemencias,
pequeñas circuncidas que de alguna manera llegaron
a afectarlo en cierta medida...
Marco.- ¿Tan trágico fue?
Juan.- No fue trágico, simplemente Beatriz no
acudió al encuentro dejándome en soledad con la
noche, el piano y su melodía sin tocar, el soneto que
le escribí, el cuadro que le pinte y las flores que le
compre, por demás tampoco me llamo... Supongo
que esas cosas pasan de vez en cuando ¿no?
Marco.- Me sorprende que sigas con vida, y que
por demás luzcas tan despreocupado. Conociéndote
pensaría que planeas en silencio el mas tortuoso de
los suicidios
Juan.- Por irracional que pueda llegar a ser tengo
también mis limites, ya verás que todo se
solucionara con tan bella dama, sin ser presuntuoso
hablare con ella ante el primer rebote lumínico de su
belleza en mis ojos.
Marco.- Siendo así, permíteme que te cuente lo
que me sucedió el sábado, de manera imprevista fui
a cenar con la dama de mi propia historia...
Juan.- ¿La bonita y un tanto rara bailarina de
ballet? esa joven con la que mantienes
correspondencia electrónica a través de la infame
aplicación conocida como whereapp
129
Marco.- La misma, fue un encuentro casual y
muy divertido. Veras Joven poeta, el día subsecuente
al que termina la jornada estudiantil, un día después
de tu aventura triste me encontraba en mi casa,
haciendo lo que habitualmente, ósea perder el
tiempo viendo alguna película de naturaleza bizarra,
y de pronto...
Juan.- Déjame adivinar, ¿le enviaste un mensaje a tu
rara amiga a través de la infame aplicación ya
mencionada ?
Marco.- Mejor aun, ella me envió un mensaje a
través de esa aplicación promotora del vicio
tecnológico y eventual procrastinación
Juan.- ¿Y qué te dijo?
Marco.- Bueno, no fue una de esas rebuscadas
conversaciones que acostumbras, pero desencadeno
que esa misma noche fuéramos a cenar
Juan.- ¿Y cuál fue el desenlace de la historia?
Marco.- Pues... fuimos a cenar...
Juan.- ¿Has pensado alguna vez en ser novelista o
algo por el estilo?
Marco.- Tu humor satírico no es el apropiado
para el tema, recuerda que un día antes fuiste
victima de la soledad, al menos yo fui con alguien a
cenar
Juan.- Creo que es el momento para cambiar de
tema...
130
Después de la breve conversación con Marco, Juan
el poeta retorno a sus clases diarias. Luego de
soportar sus asignaturas en ciencias biológicas,
mismas que si bien le resultaban muy interesantes y
provechosas también invocaban a Morfeo entre la
mas placida somnolencia, el día estudiantil por fin
estaba a punto de terminar. Al final de la jornada
Juan busco a la bella Beatriz entre la desesperación
de todo enamorado, al notar su ausencia en los
pasillos, mismo lugar donde era frecuente
encontrarla, se sorprendió un poco, pues además de
no verla en el momento, tampoco recordaba haber
contemplado su tan celestial imagen al paso del día,
ni en la mañana, ni en los breves recesos entre
clases.
131
Juan se acerco a Beatriz sin que ésta lo mirase, se
sentó a su lado de una manera un tanto súbita, ella lo
miro de pronto y tuvo lugar una muy breve charla, la
cual presento a continuación:
132
ilusiones de su corazón que abruptamente habían
desaparecido.
133
personaje de la más peculiar obra de Nietzsche, Juan
le dijo al su corazón - Creo que no me comprende.
134
en medio de los brillos emitidos
bajo la intensidad del firmamento
135
Juan.- El cielo, el mundo y el sol, todo se ha
vuelto gris desde la última vez que mi escuchar
percibió el aliento de Beatriz
Marco.- ¿A caso me he perdido una de tus
muchas aventuras?
Juan.- una desventura, con faz de ser tragedia
diría yo...
Marco.- ¿A caso la dama de mejillas sonrosadas a
despreciado tu interés?
Juan.- Uno desprecia al viento cuando porta
suéter, o uno desprecia el alimento ante su placida y
confortante sensación de estar satisfecho, Beatriz
más que despreciarme pronuncio la respuesta más
cruel a la más dulce pregunta sin siquiera esta ultima
haber sido planteada del todo...
Marco.- Joven poeta, como lo siento pero esas
cosas suceden de vez en cuando. El único problema
es que tú te tomas muy en serio cualquier cosa.
Juan.- Se que fue una imprudencia enamorarme
de Beatriz en esa forma, mi entendimiento es capaz
de comprender mi falta de cordura, pero por una vez
en mi vida creí plenamente en algo, por primera vez
en toda mi existencia deje que mi sentir se expresara
libremente por encima de mi raciocinio, por una
ocasión en el camino que es la vitalidad quise no
andar solo. Yo quería a alguien con quien conversar,
alguien a quien pudiesen maravillar mis poemas, Yo
136
quería que alguien me quisiera...
Marco.- Descuida, eso me ha pasado más veces
de las que podría recordar, aunque sin la alusión a la
poesía claro
Juan.- ¿Has perdido la luz del camino en muchas
ocasiones?
Marco.- Oye no eres el único con corazón por ahí
Juan.- Nunca lo hubiese imaginado... Es algo
muy irónico en realidad
Marco.- ¿Los problemas amorosos acaso?
Juan.- Aspectos concretos de tales. Veras resulta
curioso cómo me llegue a enamorar de Beatriz sin
siquiera conocerla, y aun más como ella me ignoro
de igual forma
Marco.- ¿Sigues sintiendo lo mismo por quien
has dicho ser la dama de tus sueños?
Juan.- Creo ahora que todo principio dogmatico
puede tornarse nulo ante la búsqueda de la verdadera
razón, en el caso de los sentimientos no será la
excepción...
Marco.- Y en el idioma de los mortales ¿refieres
qué?
Juan.- lo único sensato en estos momentos, pese a
la desilusión y tristeza, será actuar racionalmente.
Marco.- ¿Racionalmente?
Juan.- Alguna vez te has cuestionado, ¿que
determina el valor de una persona?
137
Marco.- supongo...
Juan.- Pues como una epifanía de naturaleza
divina he encontrado la respuesta
Juan.- Veras... uno valora el abrigo de su hogar
ante el frio del invierno, pero el hogar se mantiene
siempre frio, es la persona que lo habita el
encargado de calentar sus inmediaciones. Por lo
tanto el hogar como tal no vale nada, el valor reside
en la persona que lo construyo y que por demás vive
en él, dicho de otra forma el valor se basa en quien
valora
Marco.- Creo empezar a comprenderte
Juan.- Si más juegos de palabras, el valor de una
persona es directamente proporcional a cuanto es
que dicha puede valorarte a ti, Beatriz por
consiguiente al despreciar mi compañía y mostrar
completo desinterés a mi persona, al menos en lo
que a la misma respecta carece de todo valor.
Marco.- ¿No será una aseveración muy
apresurada?
Juan.- Mi raciocinio establece que no
Marco.- No dejas de sorprenderme. Por cierto y
haciendo una breve pausa al tema... ¿Has
considerado lo que te dije sobre el viaje a la ciudad
de México? quizá te siente bien, podría ser de gran
utilidad dadas las circunstancias....
Juan.- Parece una buena idea.
138
Un día después por fin llego el otoño, ese periodo de
apacible tranquilidad entre el caluroso verano y el
tan gélido invierno. Nuestro poético personaje se
mantuvo en excesiva calma respecto a sus peculiares
aventuras, si bien su estado de ánimo era bueno,
ocasionalmente sufría ciertos episodios de tristeza
leve ante la respuesta de esa dama celestial, misma
que mostraba constante desinterés hacia Juan, el
poeta comprendía perfectamente que la joven de sus
más idílicos pensamientos repudiaba toda compañía
suya, y que desde la perspectiva racional que todo
hombre medianamente culto posee, era algo
incongruente amar a quien poco o nada interés
reciproco muestra.
139
modestia era también vasto, como un librero
desordenado que guarda las más selectas obras, el
pequeño edén de Juan poseía la más selecta gama de
filos florales. Ocasionalmente nuestro poeta se
sentaba a contemplar los colores del ya mencionado
parterre, sobre todo a horas del ocaso, por alguna
razón los tenues y rojizos colores del sol entre las
nubes al contraste de un cielo difuminado en gama
de azul claro a oscuro, sobre sus peonias y rosas le
resultaban agradables. Pasaron algunas semanas y
como era de esperarse las flores del jardín
comenzaron a sufrir los estragos del cambio de
estación, lentamente y sobre todo las rosas
comenzaron a perecer, si bien nuevos capullos
florecían el numero de dichas coloridas iba a la baja.
140
alfeizar interior de su ventana, pero no para ahí la
cosa, coloco también una cámara fotográfica que
retrataría el paso del tiempo sobre la belleza
aparente de la flor, registrando como sucumbía ante
los efectos del tiempo. Cada día durante dos
semanas Juan se las ingenio para tomar algunas
fotografías a la rosa, algo así como una de esas
sucesiones a las que llaman time lapses. La rosa
lentamente fue perdiendo su tonalidad y forma,
pasaron los días y al final estaba completamente
marchita. Al analizar la sucesión de fotografías Juan
pudo contemplar como la belleza y vitalidad de tal
flor habían desaparecido. El experimento fue un
éxito, pues el paso de catorce días estaban resumidos
en poco más de un minuto de fotogramas. La
conclusión final fue, al menos para Juan, que el
tiempo es el encargado de destruirlo todo.
141
terminar siendo una simple mortal. El siguiente
soneto se titula "ha muerto una rosa"
142
cuarto movimiento de Beethoven resonó con furia en
su mente y se dijo después - Al diablo con Beatriz.
143
tocar la primera de cuatro baladas para piano de
Chopin, esa obra en sol menor de inicio ascendente
y rebuscados acordes. recién había tocado poco más
de un minuto cuando noto algo inusual, entre las
miradas del público, una suave y dulce mirada
seguía atenta el movimiento de sus manos al piano,
Juan no presto mucha atención, pero luego se dio
cuenta que entre la luz tenue del establecimiento una
blanca palidez en principio fantasmal lo
acompañaba, al enfocar mejor la vista vio a una
bella dama que aclamaba su talento musical, de
pronto sintió que dicha era como la más suave
caricia para sus sentidos, al ver a esa mujer de piel
pálida y negro indumento pensó que quizá era
alguno de sus sueños raros, aunque justamente hacia
los dos minutos de la melodía, durante esa sucesión
súbita de notas, la dama que fija miraba al poeta
sonrió de una manera tan hermosa que éste se dio
cuenta que indudablemente no estaba solo.
144
degustando su interpretación, pensó que en cualquier
momento la mirada de tal dama se tornaría hacia
otro punto, y que este seguiría tocando para la
soledad, pero para sorpresa de Juan, esos ojos negros
y esa sonrisa espectral lo acompañaron toda la
noche. Justamente hacia las primeras horas de la
madrugada (ignoro porque el restaurante cerraba tan
tarde), cuando después de hacer sonar, nocturnos,
baladas y sueños de amor, su repertorio musical
estaba por concluir, Juan recordó su interpretación
más genial y no tardo en recurrir a ella.
145
acerco al mismo lentamente, Juan pensó que
seguramente esa joven y fina doncella lo felicitaría
por su trabajo, pero en lugar de eso y sin decir nada
se acerco al poeta y besó una de sus mejillas, luego
sonrió durante unos segundos que perecieron ser
eternos y se marcho en menos de un instante.
146
¿el universo tendrá eternidad?
tal como la que este día sentí
más allá de estrellas y gravedad
147
pertenece a un breve y olvidado manuscrito firmado
por un tal Juan el poeta. Dicho culmina en el párrafo
anterior, mismo que concluye con las incertidumbres
del poeta ante la aparente sintomatología de un
nuevo amor. Pero descuide lector, la historia no
quedara inconclusa, pues si bien esa olvidada
redacción es incapaz de brindarnos más información
sobre las aventuras de Juan, bueno el resto de la
historia la contara el mismo, y se preguntara ¿cómo
ha de suceder tal cosa?. Por casualidad unos días
después, mientras continuaba con mi búsqueda en la
misma biblioteca de aquel libro cuyo autor soy
incapaz de pronunciar, conocí al ya célebre autor del
manuscrito.
148
su breve obra estaba a salvo, pues estaba bajo mi
resguardo. De pronto saque de mi mochila el viejo y
olvidado manuscrito y se lo regrese a su autentico
dueño, el sonrió de momento y sin darme cuenta
termino relatándome el final de nuestra historia...
149
talante de desinterés bajo un semblante de belleza,
resulta irónico pero a pesar de ser una mujer tan
bonita, su tan marcada e inusual apatía hacia el
mundo la orillo, al menos en el recorrido a estar sola
la mayor parte del tiempo.
150
bellas artes, aunque el safari urbano comenzó un
poco más tarde de lo previsto pues, en el hotel hubo
cierto imprevistos con maletas perdidas y conflictos
por habitaciones, pero bueno esa es otra historia.
Retomando el palacio de bellas artes, esa
construcción de tendencia ecléctica tan bella y de
finos acabados entre el más puro mármol blanco,
según nos relata el poeta, por razones que aun
desconoce dicho monumento al arte no estaba
contemplado en el recorrido, por lo cual la vista del
mismo fue tan superficial y limitada que en el
momento solo llego a conocer su fachada principal.
y posteriormente continuaron caminando hasta el
zócalo.
151
entendías tus más selectas conversaciones, ¿Como
me dijiste que se llamaba?
Marco.- Que poca memoria tienes, se llama
Blanca
Juan.- Y ¿que ha sido de ella últimamente?
Marco.- El otro día la invite al cine, fue una tarde
muy agradable, y aunque es una dama muy
interesante y distinguida, no creo sentir nada por
ella.
Juan.- ¿Eso es todo?
Marco.- sí, creo que si...
Juan.- Insisto en que deberías de ser novelista o
algo así
Marco.- Desde hace algún tiempo que no traes a
la conversación cuestiones amorosas, ¿a caso has
caído presa de alguna otra dama?
Juan.- Yo emplearía otras palabras, aunque
precisamente el viernes mientras tocaba el piano en
el mismo restaurante de cada noche, conocí a una
bella mujer, un tanto pálida y misteriosa que por
demás de contemplarme tocando el piano, me dio un
beso
Marco.- ¿Dices que te dio un beso?
Juan.- Así es, fue un suceso súbito y un bastante
inusual
Marco.- Y ¿cómo se llama?, supongo que para
haberte besado, seguramente te dijo su nombre
152
primero
Juan.- he ahí la cuestión, lo único que conozco de
ella es su rara palidez y gusto por el piano, más
ignoro su nombre, para ser más concretos en ningún
momento llegue a escuchar la tonalidad de su voz
Marco.- Vas de mal en peor, tal vez un día de
esto te enamores de alguna mujer sin siquiera verla,
o sin que esta exista
153
breve soneto a la grandeza de los cielos sobre su
mirada, dicho poema se titula "Alza el semblante"
154
regresar a su fría habitación de hotel, Juan miro una
forma distante que se aproximaba. Ante su soledad
llego a pensar que era un fantasma, como alguno de
esos sobre los que uno lee en cuentos extraños, pero
al enfocar mejor la mirada, noto que era la más
hermosa mujer, de pronto Juan pudo percibir a la
joven que recién había conocido unos días atrás
mientras tocaba el piano, aquella dama de hermosa
sonrisa y fija mirada. Un mar turbulento de ideas
tuvieron lugar en su mente, he incluso pensó ¿A
caso en verdad será un fantasma?
155
recordar, para ese momento me llegue a plantear que
no estaba sola
Juan.- Antes que nada ¿no eres un fantasma o
algo por el estilo?
Dama misteriosa.- Si no me equivoco estoy viva,
por cierto y aunque casi lo olvido me llamo Elisa
Juan.- ¿Como Elisa de Beethoven?
Elisa.- Aun ante la controversia de tal obra,
puedes llamarme Elisa de Juan el pianista, mismo
que por demás es poeta
Juan.- Y además soy pintor, e incluso tengo algo
de astrónomo
Elisa.- eso si que no lo imaginaba
Juan.- Lo que yo no imagina era verte por aquí,
¿cómo es que estoy platicando contigo ahora?,
¿Segura que no eres un fantasma?
Elisa.- A pesar de mi inusual palidez estoy tan
viva como tú, veras vine a la ciudad de México
embarcada en un viaje escolar, Por casualidad no
podía dormir y salí a caminar un poco, de pronto vi
al alguien conocido y ahora estamos hablando. Y tu
¿Qué haces aquí?
Juan.- Definitivamente no me creerías si te lo
dijera, pero estoy aquí por cuestiones un tanto
similares
Juan.- Elisa si me permites preguntártelo ¿A qué
se debió ese tan repentino beso del otro día?
156
Elisa.- Verás, quería agradecerte
Juan.- ¿Agradecerme?
Elisa.- El saber que no estoy sola, cuando te
escuche tocar el piano, precisamente esa bagatela
que entre la controversia de una mala traducción
lleva mi nombre, supe que había a alguien con quien
compartir cada instante
Juan.- Pareciera ser que te anticipas a cada una de
mis respuestas, pero también a cada una de mis
posibles preguntas
Elisa.- Sabes, no creo que nuestra incapacidad
para dormir sea una coincidencia, eso sin referir las
demás circunstancias extrañas que de alguna manera
dan giros concéntricos a nosotros
Juan.- ¿Has escuchado hablar sobre la rebeldía
del individualismo?
Elisa.- Temo que no, pero trato de hacer algunas
deducciones sobre el termino
Juan.- Bueno, tal es el nombre a un extraño
padecimiento, que no muchas personas sufren
Elisa.- ¿Y en qué consiste?
Juan.- Consiste en una peculiar tendencia por
andar en soledad, es un padecimiento que te hace ver
el brillo de las estrellas, escribir poesía, tocar el
piano, entre otro males que preferiría no mencionar
Elisa.- Y ¿cuál es la esperanza de vida para los
afectados?
157
Juan.- cada segundo cuenta
Elisa.- entonces...
Juan.- ¿Entonces?
Elisa.- Temo que tendrás que amarme desde este
preciso instante, porque en cualquier momento
podría comenzar a ser un fantasma
Juan.- Pero antes dígame hermosa dama de
inusual palidez, ante el léxico sonoro de mis
palabras ¿Le gustaría ir a tomar café tal vez?
Elisa.- Has acertado una vez más, no hay nada
mejor que beber café en medio de una noche tan
bella como ésta
158
menos en lo que términos refiere, podríamos
considerar la rebeldía del individualismo compartido
Elisa.- ¿Una peculiar tendencia por compartir la
soledad?
Juan.- Nuestra peculiar tendencia
Elisa.- y dígame señor Juan el poeta, que por
demás es pianista, pintor e incluso tiene algo de
astrónomo, ¿Cómo se que en verdad me ama?
Juan.- Supongo que has visto el cielo nocturno, si
deseas saber cuento te amo cuenta las estrellas en el
firmamento, porque para cuando finalmente hayas
terminado, el universo en su lenta expansión será
aun más inmenso
Elisa.- ¿Y por cuento tiempo me amaras?
Juan.- No todo amor es eterno, pero puedes
sentirte alegrada de amar a un poeta, mira que si hay
algo verdaderamente perpetuo en relación al tiempo
es cada verso, estrofa y soneto que un poeta ha de
componer a su amada
Elisa.- Pronto amanecerá, ante la rebeldía de
nuestro amor ¿qué haremos después?
Juan.- estoy seguro que algo se nos ocurrirá,
aunque por ahora dígame ilustre dama de pálida tez,
ante las primeras horas del alba ¿le gustaría bailar tal
vez?
Elisa.-¿ bailar?
Juan.- por supuesto en toda gran obra los
159
personajes de idilio bailan, no podríamos fallar de
esa forma a la crestomatía popular
Elisa.- ¿Y cómo bailaremos si no hay música?
Juan.- supongo que alguna vez has escuchado el
vals segundo de aquel gran compositor ruso
Elisa.- claro que he escuchado a Shostakovich,
¿bailaremos tal melodía ante la penumbra del alba?
Juan.- Así es, solo imagínala en tu mente
Elisa.- creo que ya puedo escucharla
160
resto de sus vidas. Una vez que regresaron a su
ciudad natal, Juan siguió tocando el piano como
cada viernes lo hacía, Elisa fue el publico por
excelencia, y no solo eso pues ocasionalmente se le
veía también a ella tocar una que otra pieza breve en
compañía de nuestro poético personaje. Además
cada noche consolidaban su amor de la misma forma
en que lo hacen los lunáticos, es decir viendo el
brillo de la luna y las estrellas acompañados de la
refracción de un pequeño telescopio y poesía
extraña, amor mientras todos duermen. Juan nunca
más estuvo solo, y si bien su peculiar padecimiento
siguió vigente, ahora tenía a alguien con quien
compartirlo. Y claro vivieron felices por siempre,
dadas las características particulares y siendo Juan
un poeta su amor por Elisa trascendió a esa
pequeñez que llaman vida. De esta manera concluye
nuestra breve historia. Sobraran los detalles de sus
aventuras. Y respecto a mí su humilde narrador,
bueno al final encontré aquel libro que tanto
buscaba, esa obra de un autor cuyo nombre no soy
capaz de pronunciar, resulta irónico como en
ocasiones lo que tan desesperadamente buscamos
llega a nosotros sin siquiera imaginarlo, o al menos
así debería ser.
161
FIN
Juan Amezcua
162
UN SONETO A ELISA
III
163
caminantes ni mucho menos de homólogos
paseantes nocturnos, era una noche un poco solitaria
y sin mucho que hacer, camine y camine en
búsqueda de algo interesante que descubrir y para
sorpresa mía, no había nada que calmara aquel vacio
que comenzaba a gobernar mi sentir. Parecía ser que
todo el mundo se había escondido de mí, lo único
que me hacia compañía eran los incesantes destellos
entre tonos de cian y carmín propios de las estrellas
que parpadeaban con gran fulgor entre las
inmediaciones del cielo, estrellas brillando con un
ritmo semejante al latir de un corazón frenético cuyo
único sosiego era el brillante plenilunio que
iluminaba la noche. Un brillo espectacular de la luna
en su fase de mayor extensión lumínica, tal era la
luminosidad de aquel satélite circundante a la tierra
que incluso podía observar la sombra de mis pasos
en el suelo. Ante dichas circunstancias y andando
por las calles solitarias compuse un breve soneto que
expresa de mejor manera tan majestuoso resplandor
lunar, este breve soneto se titula Brillante
despotismo:
164
tal como el culterano fundamento
en semejanza a la duda oportuna
tan lustral brillo radia nuestra luna
iluminando el nocturno momento
en perigeo de su acercamiento
habrá de poseer brillo aumentado
solo atenuado ante su alejamiento
165
Amado Nervo en sus momentos de ocio y quizás en
búsqueda de alguna buena inspiración, o tal vez con
el mismo afán de entretenimiento que yo visitaba
aquel lugar
166
hacían juego con el traje del oscuro color que yo
portaba, sus ojos tenían un hermoso azul celeste
aunque su piel lucia una inusual y fantasmal palidez
que se veía intensificada por el negro de su cabello
bajo el fuerte brillo de la luna. La sorpresa
gobernaba mi persona, me pareció extraño que
apareciera tan repentinamente, seguramente habría
escuchado sus pasos entre el silencio de la noche,
pero ella simplemente apareció ante mí sin mayor
preludio.
167
palabras y replique - no te he dicho mi nombre, ella
dijo - Bueno por tu hablar y el gesto en tu vista me
figuro que has de ser un poeta y entre tales es
recurrente el nombre de Juan, -¿Acaso estoy en lo
cierto? Juan el poeta
168
poeta parece ser que nuestra apacible conversación
no es lo único que te ha cautivado en esta noche, yo
dije - noche de plenilunio brillante sobre de mil
millones de estrellas, no habrá nada más
emocionante que en tus ojos el reflejo de ellas, sabes
ahora que lo recuerdo tengo un soneto que si bien no
refiere tu insólita belleza, si abunda en el contexto
celeste ¿te gustaría escucharlo?, - por supuesto,
contesto ella, a lo cual con ímpetu de expositor lirico
le hice conocer mi anterior poema
169
sucedió tan rápido que causo un gran impacto en mi,
por lo que salí súbitamente de aquel parque, mi
corazón latía con una fuerza sobrehumana como si
un infarto fuese a arrebatarme el respirar, y lo único
que recuerdo después es que desperté a la mañana
siguiente ya en casa...
170
aceleraba el paso de sangre desde cada aurícula a
cada ventrículo de mi corazón conformando un
fuerte e incesante latir, no era muy alta tal vez medía
1.70 metros, era delgada, sus hombros eran
estrechos, su cintura pequeña y sus piernas largas y
estilizadas, sus manos eran pequeñas y tenían un
aspecto terso, su cabello era negro y brillaba con el
resplandor de la luna. Aunque lo que más me llamo
la atención, fue la inusual palidez de su piel, un
blanco fantasmal hasta cierto punto translucido,
como si ese color fuese obra de la luna, así como las
ojeras aparentemente mortuorias de su rostro que
hacían resaltar aun más el brillo de su mirada. Su
hablar denotaba sabiduría ante un léxico bien
estructurado teniendo como base el fundamento y la
dulzura de una voz delgada y suave, era sin duda la
dulcinea de todo caballero andante
171
incertidumbre, ¿Elisa era real? estaba lleno de dudas
y mi cabeza era un caótico montón de enigmas, sin
embargo se mantenía la esperanza de volver a verla.
172
había ni el menor de los indicios.... Aquel amigo
pensó que seguramente le había jugado alguna
especie de broma de mal gusto y se negó en repetir
la Azaña, por lo cual regrese a casa, esta vez con un
sentimiento de tristeza de por medio...
173
Ingresamos siguiendo la tradición de recorrer sus
interiores tal y como lo hace la mayoría de las
personas en la noche de muertos. Luego de andar un
trayecto considerable opte por sentarme para
descansar un poco, como no había una banca
propiamente dicha, me senté sobre una vieja tumba
que a primera instancia precisaba ser de por lo
menos un siglo atrás, luego de descansar un poco y
con un toque burlesco dije - Nos vemos estimado...
me levante y tratando de averiguar quién yacía bajo
tal lapida para concluir mi frase anterior, pude
contemplar el nombre de Elisa para luego alzar la
mirada a contemplar un grabado con la imagen de la
dama de esta historia... en la parte inferior precisaba
la fecha de defunción que databa del siglo XIX,
estimado lector trata de imaginar la palidez y gesto
de mi semblante al concebir tal imagen. Jamás en
mi vida me había aterrado a tal punto, pero recode
aquello de los martes y aunque suene descabellado
seguía en pie un encuentro con Elisa, supongo que
cualquiera habría abandonado por completo el hecho
de pensar en tal, pero ahora con el afán de responder
mis incertidumbres, así como con el deseo de volver
a ver nuevamente a la bella esperé con grandes
ansias la llegada del martes que se avecinaba y sin
darme cuenta nuevamente estaba de camino a aquel
parque.
174
llegue tan puntual como me fue posible unos
minutos antes de las 12:00 de la noche, estaba
desesperado, experimentando todos los sentimientos
existentes y por existir, pero ante ellos se hacía
evidente la incertidumbre de qué sucedería, ¿acaso
volvería a ver a Elisa?. Me senté en aquella banca de
la primera ocasión, cabe resaltar que esa noche hacía
un frió agobiante que anidaba entre los huesos, el
silencio resonaba entre los árboles, bajo las flores y
en toda la extensión de mis sentidos, no había luna
presente, sino más bien una vía láctea incandescente
de estrellas, todo el universo se revelaba ante mi
vista cuando de pronto sentí sobre uno de mis
hombros la suave caricia de una mano delicada que
me impregnaba de dulzura, enfoque mi vista ante tal,
pensé que era un fantasma pero para sorpresa mía
era Elisa, sin decir nada ella tomo mi mano y me
hizo levantar de aquella banca fría. Su mano estaba
increíblemente helada y al verla detalladamente
pude notar que tenía la misma palidez fantasmal de
la primera ocasión, tenía por así decirlo total
carencia de color, como si no tuviese irrigación
sanguínea, ¡como si Elisa estuviese muerta!
caminamos unos pasos, una de mis manos sostenía a
la suya y en la otra cargaba un par de hojas de papel
que contenían mi poema, aquel que tan
apasionadamente le había compuesto a nuestra
175
peculiar dama, nos detuvimos en la fuente de aquel
cisne y pude notar que su cabello se movía de una
forma rara, no era acorde al resto de sus
movimientos, lucia ingrávido hasta cierto punto,
como si su movimiento fuera en cámara lenta. Ella
se acerco a mí y dije - resulta más que fatal cuando
me miras y no dices nada, ella sonrió con un
semblante de dulzura y me dijo - comenzaba a
pensar que no volverías Juan el poeta, yo conteste
- y no venido solo, traje conmigo lo ya prometido
pero antes que nada ¿a caso solo yo puedo verte?
Elisa me miro a los ojos y dijo - Solo ante ti me hago
presente, entonces tratando de preguntarle exclame
con una voz temblorosa y llena de incertidumbre - tu
estas - ¡muerta! dijo ella mientras sonreía.
176
esperando conocer a un romántico poeta, ¿acaso no
crees en el amor Juan el poeta? yo respondí, - pero
tu estas ¡Muerta!, ni siquiera entiendo cómo es que
estamos conversando, luego dije con un poco de
sátira (la que caracteriza estos tiempos) - ya me lo
suponía esto de conocerte era demasiado bueno para
ser verdad, siempre hay un pero, sin embargo nunca
pensé que esa disyuntiva fuera tu mortandad, por
alguna extraña razón mis palabras causaron gracia
en Elisa quien rió con gran fulgor y replico después
- bueno, si no te gustaran las muertas no habrías
vuelto a verme y sin embargo estas aquí, sin duda
valió la pena esperar tanto por mi alma gemela, dijo
ella, luego yo dije con un poco de ironía,
-¡¿cómo podemos ser almas gemelas si tu eres un
cadáver, a caso entre tu frio cuerpo tienes alma?!
ella respondió - Juan el poeta te han dicho que tienes
una gran voz, así como una manera de expresarte sin
igual, yo dije -s i un par de veces, pero es la primera
vez que una muerta me lo dice... Elisa no paro de
reír
177
donde esta mi poema?, crees que he estado
esperando tanto para que ahora te aparezcas
incumpliendo tu promesa, yo respondí - bueno Elisa
se suponía que te escribiría un breve soneto pero en
vez opte por componerte una pieza de mayor
extensión. algo que fuera digno de tu escuchar, sólo
que aun no tengo un titulo para tal poema,
seguramente después de escucharlo puedas hacerme
una recomendación, de forma muy entusiasmada me
dijo - ¡estoy impaciente por escucharte!, se sentó en
la banca de la primera ocasión, yo me acerque y
estando de pie declame para ella este poema...
178
al parecer no a muchos maravillan
de la noche sus oscuros momentos
o si lo hacen la voz al viento callan
179
no había alma que se mirase próxima
al sonido que hacia mi caminar,
solo andaría en esa noche anónima
180
y en la forma que menos imaginé
escuché la suave voz de una dama
que me saludó a la vista del cisne
181
inevitable sería no mirarla
cuando dicha nuestra galaxia opaca
que imposible será ya presenciarla
182
acertada es tu premisa formal,
dije, notando al su mano tentar
carencia de todo aspecto termal
183
tan lustral brillo radia nuestra luna
iluminando el nocturno momento
en perigeo de su acercamiento
habrá de poseer brillo aumentado
solo atenuado ante su alejamiento
184
beso, sus labios estaban muy fríos y no pude percibir
en ningún momento el hálito de su respiración, su
cuerpo estaba helado aunque su piel se sentía
bastante suave, mi corazón latía con gran intensidad,
mientras que al mismo tiempo su pecho permanecía
de lo más inerte. Posteriormente nos sentamos juntos
en dicha banca ella me abrazo nuevamente y dijo,
- tú que eres poeta, ¿que podrías decirme sobre la
poesía como tal? yo respondí, - bueno mucho se
dice sobre el tema pero en mi opinión...
la poesía es un momento
que en el corazón ha de perdurar
como mirar el firmamento
o como el sentimiento que es amar
185
dijo - Poeta tengo que regresar con el resto de los
cadáveres, ¿vendrás a verme el próximo martes?
- apasionadamente, conteste, ella respondió - aún
espero mi soneto, a lo cual yo dije - sonetos,
redondillas, liras y romances tendrás de mi parte. De
pronto Elisa se despidió y camino hacia la oscuridad,
entre cada uno de sus pasos su imagen se hacía cada
vez menos visible, hasta que simplemente se
desvaneció entre la bruma de la noche, mire mi reloj
y el amanecer estaba próximo, así que retorne a mi
punto de partida, llegando al mismo entre aquel
cálido y a la vez frio gozo de inefable penumbra,
ante el cual yo siempre rio cuando el dulce sol
alumbra, es decir el amanecer
186
estaba a mi lado, se había convertido en el principio
y el final de todo, ella era la razón de emprender la
marcha de un camino y el fin del trayecto mismo.
187
anduvimos y sin darnos cuenta caminábamos por
las calles del centro histórico, pasábamos por entre
las numerosas personas y nadie notaba la
peculiaridad de nuestro andar, Aquella gente estaba
tan adentrada en su propia rutina nocturna que nadie
presto atención alguna a la pulcritud de Elisa.
188
cortando el verde tallo de aquella rosa roja, un
policía que pasaba por ahí me dijo - ¡está prohibido
cortar los flores de los jardines!, yo respondí - lo
siento solo estaba cortando una rosa para mi novia,
aquel viejo policía dijo después con un poco de
arrogancia, - Bueno, en lo que dicha llega porque no
vas a comprar una a la florería. Esto me estremeció
un poco, pues Elisa estaba sentada a mi lado, y dije
después - por supuesto eso es lo que hare , Elisa
comenzó a reírse y el policía se retiro después
189
propia sabiduría que puedes verme, es en base a tu
amor a la vida y querer vivir la misma en su máxima
expresión que tu y yo podemos estar juntos, solo por
tus buenos sentimientos y tu sano pensar es que eres
quien dices ser, pero más sin embargo se es quien no
se dice por tus acciones, cualquiera se habría
horrorizado ante mi compañía, pero solo tu aun
teniendo temor de por medio hiciste a un lado todo
lo humanamente existencial para amarme sabiendo
que he muerto hace algún tiempo, aun sabiendo que
todos los aspectos terrenales e incluso la misma ley
universal nos separa es que tú me amas, y en cuanto
a la muerte y a la vida solo hoy un común
determinante, el único denominador entre esos dos
estados es el amor...
190
mostrado el sentido de mi propia existencia, solo yo
puedo verte porque deseo hacerlo, porque de mi
corazón surge la voluntad de estar a tu lado, por eso
es que estoy vivo, y por la misma razón tu estas a mi
lado, porque en vida tu corazón dio tanto amor que
mantienes tu esencia sentimental aun habiendo
muerto, entonces la vida es el amor y la muerte es la
frialdad que reside en todos los demás, solo yo que
me apasiono por todo lo que hago estoy
verdaderamente vivo, solo por el amor que siento
por ti es que puedo verte, cual fuese el poeta de
magnas obras a su musa está vivo, aquel que cuenta
la métrica de lo que ya ha dicho con la única
intención de hacer más bello lo mencionado está
vivo, todo aquel que ama lo que hace y hace lo
indudable e incluso lo que no desea por convicción a
lo que ama es un respirante, mientras que los
desinteresados caminantes que nos encontramos en
nuestro trayecto no pudieron verte, porque si bien
miraron el andar de cuerpo fueron incapaces de ver
en tu interior, fueron incapaces de sentir lo que yo
siento por ti, ese reciproco amor que vence a la
muerte y a todo lo conocido y por conocer, así que
por eso buscabas un romántico poeta, tu eres amante
de la literatura, de las artes y de las ciencias, tratas
de que cada momento aun por más insignificante
que pueda parecer sea algo idílicamente sublime,
191
dicho de otra forma, Elisa estas tan viva como yo
por tu sentir y tu actuar, aun cuando tu musculo
cardiaco sea incapaz de latir, porque de nada sirve
respirar si se está muerto por dentro, de que sirve
habitar este mundo si no es posible amarse a sí
mismo y a todos y todo lo que te rodea, qué sentido
tiene todo proceso biológico si se está muerto en
vida, ¡y tu estas viva en muerte! o algo así
192
tenemos un soneto pendiente... entonces Elisa sonrió
y yo saque de entre mi saco la hoja de papel que
contenía aquel prometido soneto el cual decía justo
así:
SONETO A ELISA
193
Después de mostrarle mi composición a Elisa ella la
leyó con gran cautela concluyendo con su
característico sonreír, me miro fijamente y dijo
- Ojala nos hubiésemos podido conocer cuando mi
corazón aun latía, a lo cual yo respondí, - mira el
lado positivo de todo esto hermosa Elisa, en algún
momento aunque sea dentro de muchas décadas o tal
vez en más de un siglo, mi corazón se petrificara
igual que el tuyo, todos tenemos el mismo destino
bilógico, pero seguirá amándote con la misma
intensidad, nuestro amor por siempre estará vivo,
pues si Dante compuso su obra maestra a su musa
cuando esta ya había fallecido, tales versos son un
símbolo bastante tangible de su eterno amor por ella,
y aunque el florentino poeta murió a lo menos unos
siete siglos atrás, su sentir por Beatriz sigue tan
potente como lo fue cuando contaba la silabas para
su amada
194
suene redundante) un amor idílico se hayan visto
desplazados de ser un sentimiento en el cual se ama
a la persona amada idealizando y fusionando sus
aspectos terrenales con su alma en un amor eterno,
que trasciende a todo y tiene como legado la
eternidad, haya sido convertidos a un amor
meramente teórico y ficticio sin esperanza y ni
anhelo
195
automovilístico en el que indudablemente un
hombre había fallecido, entre la influencia del
alcohol o quizá por descuido al conducir un hombre
había muerto frente a nuestras pupilas ¿Elisa que
sucederá con ese hombre? pregunte, ella respondió
- como ya lo has visto, aquel hombre ha sido
cubierto por su destino fúnebre, más no es ese su
final, seguirá rondando la tierra aunque con una
naturaleza fantasmal, visible solo a la vista del
verdaderamente vivo, dado que cuando uno muere
se es libre de la vida pero prisionero de la
mortandad, - ¿entonces tu eres prisionera de...?
pregunte y ella respondió - de la noche y la
oscuridad y libre a la vista de unos cuantos vivos,
entre los cuales solo figuras tu, no te lo he dicho
pero en vida jamás fui capaz de amar, nunca conocí
a nadie que en verdad me quisiera y como
recompensa a tal sacrificio se me permitió rondar la
tierra durante su momento de oscuridad en búsqueda
de mi gran amor prometido, Elisa dijo después -
¿acaso crees que sea una coincidencia tu particular
gusto por la noche?, Juan el poeta tu y yo estábamos
destinados a conocernos, todo el mundo está
destinado a conocer a su alma gemela, la cuestión
radica en que somos de épocas diferentes y aunque
es un poco extraño nuestro amor, dicho sentimiento
trasciende a la vida terrenal...
196
Ante esto pregunte -¿de manera que como tú y yo
hay otros amores profanos entre respirantes e
inertes? - esperaba que me hicieras esa pregunta en
cualquier momento, dijo Elisa - y la respuesta es un
tanto compleja, el universo en su infinita perfección
cometió un error, nos puso en etapas históricas
diferentes, pues mientras que yo residía los comicios
del México independiente, tu naciste casi dos siglos
después en la época de la sociedad intransigente, de
frialdad y personas deshumanizadas, cuya rutina es
tan fría y muerta que termina por asesinar al resto de
los vivos de los que costa dicha sociedad moderna
197
comienza esta historia, me despedí nuevamente de
Elisa besando sus fríos labios, ella me abrazo y dijo
- ¿vendrás a verme el próximo martes? yo conteste -
vendré a verte siempre, mientas que mi corazón lata
fuertemente y aun después de que este haya cesado
su latir, vendré a verte infinitamente, hasta que el
universo se consuma a sí mismo y el tiempo
finalmente llegue a su fin... Elisa sonrió y una
lagrima surco una de sus mejillas, tomo mis manos y
dijo entre sosiego perpetuo, como entre una
tranquilidad que pareciera ir más allá de la vida -
Juan el Poeta aparentes indicios me conllevan a
pensar que te amo... Por primera vez mi léxico
careció de palabras y ante el primer rayo de sol de la
mañana Elisa se desvaneció entre mis brazos...
198
eterno, de un sentir que trasciende a la vida y la
muerte y que tiene como base el pasado, el presente
y un eterno futuro, les podría decir más al respecto,
pero son casi las doce de la noche y no me gustaría
llegar tarde a mi encuentro con Elisa.
FIN
Juan Amezcua
199
POEMAS
La poesía es un momento
que en el corazón ha de perdurar
como mirar el firmamento
o como el sentimiento que es amar
200
SONETOS
201
brillo de los cielos y todo aquello que acontece en la
cotidianidad de mis días. Curiosamente todos y cada
uno compuesto bajo los cielos de media noche
UN SONETO A ELISA
I
202
CUANDO TE MIRO
II
BRILLANTE DESPOTISMO
III
203
tal como el culterano fundamento
en semejanza a la duda oportuna
tan lustral brillo radia nuestra luna
iluminando el nocturno momento
en perigeo de su acercamiento
habrá de poseer brillo aumentado
solo atenuado ante su alejamiento
A PRIMERA VISTA
IV
204
¿el universo tendrá eternidad?
tal como la que este día sentí
más allá de estrellas y gravedad
205
COLORES
VI
A ELISA
VII
206
con gesto tierno que refiere pena
abundan en su hablar millar de temas
y aunque tales comprendiesen dilemas
que nunca cese su palabra amena
A UNA ESTRELLA
VIII
207
ignorando sin cualquier conmoción
su eterno y tan abrasante calor
LA INTELIGENCIA
IX
208
LOS POETAS
X
EL COLOR DE LA TRISTEZA
XI
209
inmerso en un profundo sentimiento
de latidos meramente abatidos
a razón del tiempo y sus cometidos
es lo que esta triste noche yo siento
210
así de pronto el color de lo etéreo
esa tonalidad de azul profundo,
cambió al más luminoso verde aéreo
A LA VISTA DE MESSIER
XIII
211
EL REFLEJO DE UNA DAMA
XIV
212
fugaz será el suspiro de quietud
ante tal agobio estremecedor
cual ósculo triste y ahogador
de la muerte en el inerte ataúd
DULCE MIRAR
XVI
213
cada noche contemplas las estrellas
brillando perpetuas a tu acervar
como un reflejo a tu punto visual
214
LAS PLÉYADES
215
NOCTURNO AMOR
216
cían y carmín abundan latentes
cuando se levanta nuestro semblante
viendo las estrellas que arden distantes
217
y una fuente de motivo perfecto
un cisne de tendencia modernista
grandes alas blancas y cuello erecto
218
hermosa en su oscuridad abismal
bajo el fuerte brillo de nuestra luna
en contraste a la fuente lacrimal
219
¿cómo has dicho? pregunté muy nervioso
a esa dama que fija me miraba
sin que mi voz compusiese otro verso
220
el poema "brillante despotismo"
soneto al cual ella gran atención
prestó, para luego aclamar el mismo
en perigeo de su acercamiento
habrá de poseer brillo aumentado
solo atenuado ante su alejamiento
221
pues en el tiempo del mismo derroche
igual que como había aparecido
Elisa había desaparecido
dejándome en soledad con la noche.
Juan Amezcua
222
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